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Biografía……............................13
Verso primero….......................27
Verso segundo……..................33
Al – Alexandría……................41
Ya juegan a bordar
entre los cabellos
de un inmarcesible mar
un enredo de sardinas
los ostiones con sus huellas.
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–Llora inefable,
su suerte de sirena,
pensando que al caer,
se romperá la centella–
–pecesillos traviezos,
borran en la espuma sus huellas–
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Y bajo sábanas,
nos sinceramos a nivel de piel, CODA
escuchando el cuclillo,
haciendo pares con el semen I
haciendo de la vida un temblor hojas ¿QUÉ cosa que es la mariposa?
y si beso cerrando los ojos, Un bichito raro, con alitas de colores
llegan a mis oídos, atadas a la espalda
diminutos latidos,
– ese tiritar de mi cama que aún vive ¿Y qué cosa que es el hombre?
recordando tus besos –
de ese tiempo de vida que gastamos has- ¿Acaso es hijo de hierro mal electrocu-
ta el hastío. tado? ¿O es eso que he visto alzando el
puño y al centro, un par de brillantes y
Aquellos mundos sordos y ciegos oscos ojos que rabiando por respuestas?
que descubrimos
y nos descubrimos mientras desnudos, Quizás, aquí en esta oscuridad inmensa,
charlando, somos una antena, expuesta,
siendo sobre sábanas, tristemente expuestos
una honesta y sincera manera de ir cin- a la derrama musical de pianos enfermi-
celando con cada rose de huesos nues- zos.
tros huesos,
una propia explosión que ya va oliendo De forma invariable, como quién ve tras
a muerte el fondo de un fregadero,
y a vida el caos de un “te quiero”
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Hombre,
doméstico,
personal,
intransferible,
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Esto es incontrolable:
Palabras desesperadas
mismas que con papel y lápiz no logré
anclar
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tengo
verdaderos motivos donde todo esto
entre tus ojos y en los míos,
toman adecuada distancia
y versan uno a otro sobre charlas de aquí
y allá, a destiempo,
de un paraíso que vamos formando
por dentro de nuestras alas
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de ladrillos a ladrillos,
de pilares a pilares,
la ciudad de Alejandra
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–trino de la tarde,
virtud de ave canaria,
salpicando sobre la lluvia del verano.
Porque tarde,
todos nos dimos cuenta que existe,
un gusano,
al fondo
allá a lo lejos,
allá donde el mundo es simple y llano,
y también partículas de millones de
cuerpos
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Pero…
–Siendo sinceros,
me asustan tanto los micos,
aquellos micos parlanchines de las
academías,
aquellos que hacen aritmética con las
manos y escriben desafios deliciosos con
los huevos–
Es por eso que no me gustan los héroes. Somos algo a sí ¿cómo decirlo?
–éstos héroes por lo pronto– estúpidamente predecibles por nobles.
Me da muy mala espina Guardianes de recuerdos, salpicando
vender la vida tan mal pagada. migas a los hambrientos, construyendo
ciudadelas.
¡Vaya tontería salvar desconocidos Ciudadelas de utopias y muertos.
que no saben de salvarse a buena hora!
Y al final del día, construir como
esplendor de la utopía una ciudadela. Y muertos.
–conocí a un héroe luchando
– grito ahora ¡sálvame amor mío, sálva- solitario,
me! – entre burlas,
entre encantamientos,
Los he visto juntos terminamos llorando bajo las
clavar murallas aquí y en el centro, un castañas,
gran faro de millares de maderos, y el fuego que se enciende con el llanto–
Otros héroes saltan de edificios,
alimentan al hambriento sin preguntar Me causa rabia encariñarme
por tales o cuales o quienes. y humectar lápidas a punta de lágrimas y
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