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RESOLUCION 1995 DE 1999

(Julio 8)
Por la cual se establecen normas para el manejo de la Historia Clínica
EL MINISTRO DE SALUD
En ejercicio de las facultades legales y en especial las conferidas por los artículos 1, 3, 4 y los numerales 1 y 3 del
artículo 7 del Decreto 1292 de 1994 y
CONSIDERANDO
Que conforme al artículo 8 de la Ley 10 de 1990, al Ministerio de Salud le corresponde formular las políticas y dictar
todas las normas científico-administrativas, de obligatorio cumplimiento por las entidades que integran el sistema
de salud.
Que la Ley 100 de 1993, en su Artículo 173 numeral 2, faculta al Ministerio de Salud para dictar las normas científicas
que regulan la calidad de los servicios, de obligatorio cumplimiento por parte de todas las Entidades Promotoras de
Salud, los Prestadores de Servicios de Salud del Sistema General de Seguridad Social en Salud y las direcciones
Seccionales, Distritales y Locales de Salud.
Que el Decreto 2174 de 1996, mediante el cual se organizó el Sistema Obligatorio de Garantía de Calidad del Sistema
General de Seguridad Social en Salud, en el numeral 4 del Artículo 5, estableció como uno de los objetivos del
mismo, estimular el desarrollo de un sistema de información sobre la calidad, que facilitara la realización de las
labores de auditoria, vigilancia y control y contribuyera a una mayor información de los usuarios.
Que la Historia Clínica es un documento de vital importancia para la prestación de los servicios de atención en salud
y para el desarrollo científico y cultural del sector.
Que de conformidad con el Artículo 35 de la Ley 23 de 1981, corresponde al Ministerio de Salud implantar modelos
relacionados con el diligenciamiento de la Historia Clínica en el Sistema Nacional de Salud.
Que se hace necesario expedir las normas correspondientes al diligenciamiento, administración, conservación,
custodia y confidencialidad de las historias clínicas, conforme a los parámetros del Ministerio de Salud y del Archivo
General de la Nación en lo concerniente a los aspectos archivísticos contemplados en la Ley 80 de 1989.
Ver Resolución del Min. Protección 2346 de 2007
RESUELVE:
CAPÍTULO I
DEFINICIONES Y DISPOSICIONES GENERALES
ARTÍCULO 1.- DEFINICIONES.
a) La Historia Clínica es un documento privado, obligatorio y sometido a reserva, en el cual se registran
cronológicamente las condiciones de salud del paciente, los actos médicos y los demás procedimientos ejecutados
por el equipo de salud que interviene en su atención. Dicho documento únicamente puede ser conocido por terceros
previa autorización del paciente o en los casos previstos por la ley.
b) Estado de salud: El estado de salud del paciente se registra en los datos e informes acerca de la condición
somática, psíquica, social, cultural, económica y medioambiental que pueden incidir en la salud del usuario.
c) Equipo de Salud. Son los Profesionales, Técnicos y Auxiliares del área de la salud que realizan la atención clínico
asistencial directa del Usuario y los Auditores Médicos de Aseguradoras y Prestadores responsables de la evaluación
de la calidad del servicio brindado.
d) Historia Clínica para efectos archivísticos: Se entiende como el expediente conformado por el conjunto de
documentos en los que se efectúa el registro obligatorio del estado de salud, los actos médicos y demás
procedimientos ejecutados por el equipo de salud que interviene en la atención de un paciente, el cual también tiene
el carácter de reservado.
e) Archivo de Gestión: Es aquel donde reposan las Historias Clínicas de los Usuarios activos y de los que no han
utilizado el servicio durante los cinco años siguientes a la última atención.
f) Archivo Central: Es aquel donde reposan las Historias Clínicas de los Usuarios que no volvieron a usar los servicios
de atención en salud del prestador, transcurridos 5 años desde la última atención.
e) Archivo Histórico. Es aquel al cual se transfieren las Historias Clínicas que por su valor científico, histórico o
cultural, deben ser conservadas permanentemente.
ARTÍCULO 2.- AMBITO DE APLICACIÓN.
Las disposiciones de la presente resolución serán de obligatorio cumplimiento para todos los prestadores de
servicios de salud y demás personas naturales o jurídicas que se relacionen con la atención en salud.
ARTÍCULO 3.- CARACTERÍSTICAS DE LA HISTORIA CLÍNICA.
Las características básicas son:
Integralidad: La historia clínica de un usuario debe reunir la información de los aspectos científicos, técnicos y
administrativos relativos a la atención en salud en las fases de fomento, promoción de la salud, prevención
específica, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad, abordándolo como un todo en sus aspectos
biológico, psicológico y social, e interrelacionado con sus dimensiones personal, familiar y comunitaria.
Secuencialidad: Los registros de la prestación de los servicios en salud deben consignarse en la secuencia
cronológica en que ocurrió la atención. Desde el punto de vista archivístico la historia clínica es un expediente que
de manera cronológica debe acumular documentos relativos a la prestación de servicios de salud brindados al
usuario.
Racionalidad científica: Para los efectos de la presente resolución, es la aplicación de criterios científicos en el
diligenciamiento y registro de las acciones en salud brindadas a un usuario, de modo que evidencie en forma lógica,
clara y completa, el procedimiento que se realizó en la investigación de las condiciones de salud del paciente,
diagnóstico y plan de manejo.
Disponibilidad: Es la posibilidad de utilizar la historia clínica en el momento en que se necesita, con las limitaciones
que impone la Ley.
Oportunidad: Es el diligenciamiento de los registros de atención de la historia clínica, simultánea o inmediatamente
después de que ocurre la prestación del servicio.
ARTÍCULO 4.- OBLIGATORIEDAD DEL REGISTRO.
Los profesionales, técnicos y auxiliares que intervienen directamente en la atención a un usuario, tienen la obligación
de registrar sus observaciones, conceptos, decisiones y resultados de las acciones en salud desarrolladas, conforme
a las características señaladas en la presente resolución.
CAPÍTULO II
DILIGENCIAMIENTO
ARTÍCULO 5.- GENERALIDADES.
La Historia Clínica debe diligenciarse en forma clara, legible, sin tachones, enmendaduras, intercalaciones, sin dejar
espacios en blanco y sin utilizar siglas. Cada anotación debe llevar la fecha y hora en la que se realiza, con el nombre
completo y firma del autor de la misma.
ARTÍCULO 6.- APERTURA E IDENTIFICACIÓN DE LA HISTORIA CLÍNICA.
Todo prestador de servicios de salud que atiende por primera vez a un usuario debe realizar el proceso de apertura
de historia clínica.
A partir del primero de enero del año 2000, la identificación de la historia clínica se hará con el número de la cédula
de ciudadanía para los mayores de edad; el número de la tarjeta de identidad para los menores de edad mayores
de siete años, y el número del registro civil para los menores de siete años. Para los extranjeros con el número de
pasaporte o cédula de extranjería. En el caso en que no exista documento de identidad de los menores de edad, se
utilizará el número de la cédula de ciudadanía de la madre, o el del padre en ausencia de ésta, seguido de un número
consecutivo de acuerdo al número de orden del menor en el grupo familiar.
PARÁGRAFO PRIMERO. Mientras se cumple el plazo en mención, los prestadores de servicios de salud deben iniciar
el proceso de adecuación correspondiente a lo ordenado en el presente artículo.
PARÁGRAFO SEGUNDO. Todo prestador de servicios de salud debe utilizar una historia única institucional, la cual
debe estar ubicada en el archivo respectivo de acuerdo a los tiempos de retención, y organizar un sistema que le
permita saber en todo momento, en qué lugar de la institución se encuentra la historia clínica, y a quien y en qué
fecha ha sido entregada.
ARTÍCULO 7.- NUMERACION CONSECUTIVA DE LA HISTORIA CLINICA
Todos los folios que componen la historia clínica deben numerarse en forma consecutiva, por tipos de registro, por
el responsable del diligenciamiento de la misma.
ARTÍCULO 8.- COMPONENTES.
Son componentes de la historia clínica, la identificación del usuario, los registros específicos y los anexos.
ARTÍCULO 9.- IDENTIFICACIÓN DEL USUARIO.
Los contenidos mínimos de este componente son: datos personales de identificación del usuario, apellidos y
nombres completos, estado civil, documento de identidad, fecha de nacimiento, edad, sexo, ocupación, dirección y
teléfono del domicilio y lugar de residencia, nombre y teléfono del acompañante; nombre, teléfono y parentesco de
la persona responsable del usuario, según el caso; aseguradora y tipo de vinculación.
ARTÍCULO 10.- REGISTROS ESPECÍFICOS.
Registro específico es el documento en el que se consignan los datos e informes de un tipo determinado de atención.
El prestador de servicios de salud debe seleccionar para consignar la información de la atención en salud brindada
al usuario, los registros específicos que correspondan a la naturaleza del servicio que presta.
Los contenidos mínimos de información de la atención prestada al usuario, que debe contener el registro específico
son los mismos contemplados en la Resolución 2546 de julio 2 de 1998 y las normas que la modifiquen o adicionen
y los generalmente aceptados en la practica de las disciplinas del área de la salud.
PARAGRAFO PRIMERO. Cada institución podrá definir los datos adicionales en la historia clínica, que resulten
necesarios para la adecuada atención del paciente.
PARAGRAFO SEGUNDO. Todo prestador de servicios de salud debe adoptar mediante el acto respectivo, los
registros específicos, de conformidad con los servicios prestados en su Institución, así como el contenido de los
mismos en los que se incluyan además de los contenidos mínimos los que que resulten necesarios para la adecuada
atención del paciente. El prestador de servicios puede adoptar los formatos y medios de registro que respondan a
sus necesidades, sin perjuicio del cumplimiento de las instrucciones impartidas por las autoridades competentes.
ARTÍCULO 11.- ANEXOS.
Son todos aquellos documentos que sirven como sustento legal, técnico, científico y/o administrativo de las acciones
realizadas al usuario en los procesos de atención, tales como: autorizaciones para intervenciones quirúrgicas
(consentimiento informado), procedimientos, autorización para necropsia, declaración de retiro voluntario y demás
documentos que las instituciones prestadoras consideren pertinentes.
PARAGRAFO PRIMERO. Los reportes de exámenes paraclinicos podrán ser entregados al paciente luego que el
resultado sea registrado en la historia clínica, en el registro especifico de exámenes paraclinicos que el prestador de
servicios deberá establecer en forma obligatoria para tal fin.
PARAGRAFO SEGUNDO. A partir de la fecha de expedición de la presente resolución, en los casos de imágenes
diagnosticas, los reportes de interpretación de las mismas también deberán registrarse en el registro especifico de
exámenes paraclinicos y las imágenes diagnosticas podrán ser entregadas al paciente, explicándole la importancia
de ser conservadas para futuros análisis, acto del cual deberá dejarse constancia en la historia clínica con la firma
del paciente.
PARAGRAFO TERCERO. Los archivos de imágenes diagnosticas que hasta la fecha existen en las Instituciones
Prestadoras de servicios deberán conservarse de acuerdo a los tiempos fijados en él articulo 15 de la presente
resolución. Los prestadores de servicios podrán efectuar la entrega de las imágenes que reposan en estos archivos,
al usuario, dejando constancia de ello en la historia clínica.
PARAGRAFO CUARTO. En todo caso el prestador de servicios será responsable de estas imágenes, si no ha dejado
constancia en la historia clínica de su entrega. Cuando existiere esta constancia firmada por el usuario, será este
ultimo el responsable de la conservación de las mismas.
CAPÍTULO III
ORGANIZACIÓN Y MANEJO DEL ARCHIVO DE HISTORIAS CLÍNICAS
ARTÍCULO 12.- OBLIGATORIEDAD DEL ARCHIVO.
Todos los prestadores de servicios de salud, deben tener un archivo único de historias clínicas en las etapas de
archivo de gestión, central e histórico, el cual será organizado y prestará los servicios pertinentes guardando los
principios generales establecidos en el Acuerdo 07 de 1994, referente al Reglamento General de Archivos, expedido
por el Archivo General de la Nación y demás normas que lo modifiquen o adicionen.
ARTÍCULO 13.- CUSTODIA DE LA HISTORIA CLÍNICA.
La custodia de la historia clínica estará a cargo del prestador de servicios de salud que la generó en el curso de la
atención, cumpliendo los procedimientos de archivo señalados en la presente resolución, sin perjuicio de los
señalados en otras normas legales vigentes. El prestador podrá entregar copia de la historia clínica al usuario o a su
representante legal cuando este lo solicite, para los efectos previstos en las disposiciones legales vigentes.
PARÁGRAFO PRIMERO. Del traslado entre prestadores de servicios de salud de la historia clínica de un usuario,
debe dejarse constancia en las actas de entrega o de devolución, suscritas por los funcionarios responsables de las
entidades encargadas de su custodia.
PARÁGRAFO SEGUNDO. En los eventos en que existan múltiples historias clínicas, el prestador que requiera
información contenida en ellas, podrá solicitar copia al prestador a cargo de las mismas, previa autorización del
usuario o su representante legal.
PARÁGRAFO TERCERO. Modificado por el art. 1, Resolución del Min. Protección 1715 de 2005. En caso de
liquidación de una Institución Prestadora de Servicios de Salud, la historia clínica se deberá entregar al usuario o a
su representante legal. Ante la imposibilidad de su entrega al usuario o a su representante legal, el liquidador de la
empresa designará a cargo de quien estará la custodia de la historia clínica, hasta por el término de conservación
previsto legalmente. Este hecho se comunicará por escrito a la Dirección Seccional, Distrital o Local de Salud
competente, la cual deberá guardar archivo de estas comunicaciones a fin de informar al usuario o a la autoridad
competente, bajo la custodia de quien se encuentra la historia clínica.
ARTÍCULO 14.- ACCESO A LA HISTORIA CLÍNICA.
Podrán acceder a la información contenida en la historia clínica, en los términos previstos en la Ley:
1) El usuario.
2) El Equipo de Salud.
3) Las autoridades judiciales y de Salud en los casos previstos en la Ley.
4) Las demás personas determinadas en la ley.
PARAGRAFO. El acceso a la historia clínica, se entiende en todos los casos, única y exclusivamente para los fines
que de acuerdo con la ley resulten procedentes, debiendo en todo caso, mantenerse la reserva legal.
ARTÍCULO 15.- RETENCIÓN Y TIEMPO DE CONSERVACIÓN. Modificado por el art. 2, Resolución del Min.
Protección 1715 de 2005.
La historia clínica debe conservarse por un periodo mínimo de 20 años contados a partir de la fecha de la última
atención. Mínimo cinco (5) años en el archivo de gestión del prestador de servicios de salud, y mínimo quince (15)
años en el archivo central.
Un vez transcurrido el término de conservación, la historia clínica podrá destruirse.
ARTÍCULO 16.- SEGURIDAD DEL ARCHIVO DE HISTORIAS CLÍNICAS.
El prestador de servicios de salud, debe archivar la historia clínica en un área restringida, con acceso limitado al
personal de salud autorizado, conservando las historias clínicas en condiciones que garanticen la integridad física y
técnica, sin adulteración o alteración de la información.
Las instituciones prestadoras de servicios de salud y en general los prestadores encargados de la custodia de la
historia clínica, deben velar por la conservación de la misma y responder por su adecuado cuidado.
ARTÍCULO 17.- CONDICIONES FÍSICAS DE CONSERVACIÓN DE LA HISTORIA CLÍNICA.
Los archivos de historias clínicas deben conservarse en condiciones locativas, procedimentales, medioambientales
y materiales, propias para tal fin, de acuerdo con los parámetros establecidos por el Archivo General de la Nación
en los acuerdos 07 de 1994, 11 de 1996 y 05 de 1997, o las normas que los deroguen, modifiquen o adicionen.
ARTÍCULO 18.- DE LOS MEDIOS TÉCNICOS DE REGISTRO Y CONSERVACIÓN DE LA HISTORIA CLÍNICA.
Los Prestadores de Servicios de Salud pueden utilizar medios físicos o técnicos como computadoras y medios
magneto-ópticos, cuando así lo consideren conveniente, atendiendo lo establecido en la circular 2 de 1997 expedida
por el Archivo General de la Nación, o las normas que la modifiquen o adicionen.
Los programas automatizados que se diseñen y utilicen para el manejo de las Historias Clínicas, así como sus
equipos y soportes documentales, deben estar provistos de mecanismos de seguridad, que imposibiliten la
incorporación de modificaciones a la Historia Clínica una vez se registren y guarden los datos.
En todo caso debe protegerse la reserva de la historia clínica mediante mecanismos que impidan el acceso de
personal no autorizado para conocerla y adoptar las medidas tendientes a evitar la destrucción de los registros en
forma accidental o provocada.
Los prestadores de servicios de salud deben permitir la identificación del personal responsable de los datos
consignados, mediante códigos, indicadores u otros medios que reemplacen la firma y sello de las historias en
medios físicos, de forma que se establezca con exactitud quien realizó los registros, la hora y fecha del registro.
CAPÍTULO IV
COMITÉ DE HISTORIAS CLÍNICAS
ARTICULO 19.- DEFINICION.
Defínase el comité de historias clínicas como el conjunto de personas que al interior de una Institución Prestadora
de Servicios de Salud, se encarga de velar por el cumplimiento de las normas establecidas para el correcto
diligenciamiento y adecuado manejo de la historia clínica.
Dicho comité debe establecerse formalmente como cuerpo colegiado o mediante asignación de funciones a uno de
los comités existentes en la Institución.
PARÁGRAFO. El comité debe estar integrado por personal del equipo de salud. De las reuniones, se levantarán actas
con copia a la dirección de la Institución.
ARTÍCULO 20.- FUNCIONES DEL COMITÉ DE HISTORIAS CLINICAS.
a) Promover en la Institución la adopción de las normas nacionales sobre historia clínica y velar porque estas se
cumplan.
b) Elaborar, sugerir y vigilar el cumplimiento del manual de normas y procedimientos de los registros clínicos del
Prestador, incluida la historia clínica.
c) Elevar a la Dirección y al Comité Técnico-Científico, recomendaciones sobre los formatos de los registros
específicos y anexos que debe contener la historia clínica, así como los mecanismos para mejorar los registros en
ella consignados.
d) Vigilar que se provean los recursos necesarios para la administración y funcionamiento del archivo de Historias
Clínicas.
ARTICULO 21. - SANCIONES.
Los Prestadores de Servicios de Salud que incumplan lo establecido en la presente resolución, incurrirán en las
sanciones aplicables de conformidad con las disposiciones legales vigentes.
ARTÍCULO 22.- VIGENCIA.
La presente Resolución rige a partir de la fecha de su publicación y deroga las disposiciones que le sean contrarias.
VIRGILIO GALVIS RAMÍREZ
Ministro de Salud
NOTA: Publicada en el Diario Oficial 43655 de agosto 5 de 1999.
l Consentimiento Informado en psicología es un deber del psicólogo y un derecho del usuario. Como deber es la obligación del
profesional de informar a su usuario de manera clara, oportuna, veraz y completa del proceso que seguirá en la prestación de sus
servicios en cualquier área de la psicología, cerciorándose y asegurándose de que el usuario lo ha entendido, siendo un derecho
del usuario recibir dicha información y dar su consentimiento para la intervención psicológica de manera libre y autónoma.

Invitamos particularmente a revisar las presentaciones en video de los contenidos. Más abajo (en el punto 7) encontrará
tres videos dónde se exponen los principales contenidos de este artículo así como una discusión sobre la fundamentación ética
del consentimiento informado y sus casos especiales.

Artículo relacionado: Historia del Consentimiento Informado


El consentimiento informado, más que un derecho y un deber, es un proceso dialógico en razón a que se establece entre
psicólogo y su usuario, un diálogo entre dos partes, y su objetivo es la búsqueda de mecanismos y estrategias psicológicas en
procura del bienestar del usuario y garantizando que pueda ejercer su autonomía.
De acuerdo con las reglas del derecho, cada vez que se establece una obligación de una parte, surgen unos derechos de la
otra. En ese sentido, las obligaciones del profesional de la psicología son los derechos del usuario, y los deberes del usuario
son los derechos del psicólogo. Recuérdese que el artículo 36 de la Ley 1090 de 2006 establece los deberes del psicólogo con
las personas objeto de su ejercicio profesional. En consecuencia, las personas objeto del ejercicio profesional, es decir, los
usuarios del psicólogo, son los recipiendarios de los derechos, y como titulares de ese derecho, al psicólogo no le queda más
que cumplirlos y hacerlos cumplir.
El CI, más que un requisito en la práctica de los servicios en psicología, es un proceso dialógico entre el psicólogo y su usuario,
sustentado en una institución jurídica, en donde una de las partes se compromete para con otra a llevar a cabo una serie de
procedimientos y la otra da su permiso, consciente en ello. Como proceso dialógico y jurídico, es producto del momento histórico,
del Zeitgeist imperante en donde la práctica de la psicología es consecuente con la tendencia jurídica imperante de asumir a la
persona humana como un ser con dignidad, con capacidad de decisión, y no como un simple objeto de la práctica de los
profesionales de la psicología
Dentro de la información que el psicólogo debe proporcionarle a su usuario, en ese proceso dialógico, antes de que este de su
consentimiento, está la de informarle sobre la intervención misma, los previsibles resultados, su efectos deseables y adversos,
el uso que se le dará a la información obtenida, las limitaciones al secreto profesional y las consecuencias jurídicas que se
pudieran presentar como consecuencia de la intervención.

Condiciones generales para el consentimiento informado


 Solo puede presentarse cuándo su causa y objeto son lícitos.
 Debe ser voluntario y carente de vicios.
 Expresar con claridad las condiciones y limitaciones del Secreto Profesional
 En entornos forenses, deberá aclarar su derecho a la no declarar en contra de sí mismo o contra su cónyuge, compañero
permanente o parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil. [1]
 Ser legalmente capaz de obligarse a sí mismo. Las situaciones en las que no puede hacerlo es cuándo:
 El estado mental del paciente no es normal
 El paciente se encuentra en estado de inconsciencia
 El paciente es menor de edad (Ver la sección inferior)
Condiciones para menores de edad y personas incapacitadas
Antes de abordar la forma en que se debe procesar el consentimiento informado para esta clase de población, se debe aclarar
lo que se entiende por menor de edad para la emisión del consentimiento informado. De acuerdo a la ley los menores de edad
se encuentran en el rango de los cero a los dieciocho años, sin embargo esto tiene subcategorías:
Llámese infante o niño, todo el que no ha cumplido siete años; impúber, el que no ha cumplido catorce años, adulto, el que ha
dejado de ser impúber; mayor de edad, o simplemente mayor, el que ha cumplido dieciocho años, y menor de edad, o
simplemente menor, el que no ha llegado a cumplirlos (sic). [2]
Es por ello que la misma ley ha señalado, que en términos de la capacidad legal, la cual está ligada a la capacidad de disposición,
de la que a su vez se desprende la capacidad para consentir, es decir, de dar el consentimiento, no es lo mismo un menor de
catorce años que uno mayor de esta edad. En otras palabras, la ley, en términos de la capacidad, ha establecido, en tratándose
de los menores de edad, una edad límite a los catorce años. Ello se ve reflejado, por ejemplo, en la edad para consentir en las
relaciones sexuales. El consentimiento para tener relaciones sexuales con un menor de edad es válido si el menor es mayor de
catorce años.
De este y otros argumentos [3] son absolutamente incapaces los menores de 14 años. Para efectos del Consentimiento
Informado, no pueden firmar por sí mismos; quién deberá hacerlo es su representante legal, que en la mayoría de los casos son
sus padres, o, en su defecto, los que el juez señale. Por otro lado, están los menores de edad que la ley llama menores adultos,
que son incapaces relativos, ellos podrán firmar el Consentimiento pero con el acompañamiento de sus representantes legales;
también podrán hacerlo de manera independiente con asesoramiento del psicólogo para algunas intervenciones que no revistan
mayor trascendencia para ellos para las que se han considerado como responsables.
En una situación similar a la de los menores de edad se encuentran los individuos con limitaciones cognitivas que no le permitan
la toma de decisiones quién han sido declarados interdictos y, por lo tanto, no podrán dar su consentimiento. Dicho
consentimiento lo darán los padres o la persona que judicialmente haya sido delegada, esta situación no permite salvedades.
Hay que aclarar que cuándo la representación legal del menor es ejercida por los padres, esto significa que ambos progenitores
cumplen con la patria potestad del menor –esto sin importar la custodia de los mismos- y deben los dos autorizar las
intervenciones. Esto se dará a menos de que se pueda comprobar que uno de ellos haga falta, esta situación se da cuando han
fallecido; estar demente o fatuo; o por hallarse ausente del territorio nacional, y no esperarse su pronto regreso; o por ignorarse
el lugar de su residencia [4] Para que el psicólogo obvie la firma de una de los dos padres, se han de seguir las siguientes
reglas: 1. el fallecimiento de uno de ellos, 2. que uno de los padres haya perdido la patria potestad del menor mediante resolución
judicial, 3. que no se conozca el paradero de uno de los dos padres, y 4. que se obre bajo el principio del bien superior del niño,
el cual descansa a su vez en los principios del mal menor y del de beneficencia. El psicólogo deberá utilizar todos los
mecanismos a su alcance para constatar la imposibilidad de uno de los padres para dar su consentimiento o verificar que se
está efectivamente buscando el mayor beneficio para el menor. [5]
Una de las principales razones para necesitar la firma de los dos padres es para evitar el riesgo de que un padre mal
intencionado recurra al psicólogo con el fin de que intervenga con sus hijos y después utilizar dichas intervenciones como
prueba en procesos judiciales en contra de su pareja. Es lo que se conoce como pre constitución de pruebas. En esos casos,
se dice que el psicólogo obra como idiota útil si no conoce el objetivo del padre que solicita el servicio.

Procesos de Formación en Psicología


Tratándose de los estudiantes de psicología, estos no son disciplinables por parte del tribunal deontológico y bioético de
psicología de acuerdo con la Ley 1090 de 2006. Esta Ley sólo le es aplicable a los profesionales. Es por ello que esta ley no
contempla nada relacionado con la formación de los estudiantes. El único artículo relacionado con los estudiantes es el que
tiene que ver con el uso de pruebas psicotécnicas. El artículo 45 de la mencionada ley señala que el material psicotécnico es
de uso exclusivo de los profesionales en Psicología. Los estudiantes podrán aprender su manejo con el debido acompañamiento
de docentes y la supervisión y vigilancia de la respectiva facultad o escuela de psicología.
Ningún estudiante puede hacer intervenciones sin el acompañamiento del respectivo docente. Y esa intervención se hará
siguiendo todos los procedimientos de rigor, entre ellos, el proceso dialógico del consentimiento informado, e informándole al
usuario tal situación. El artículo 31 de la ley mencionada señala que para la presencia, manifiesta o reservada de terceras
personas, innecesarias para el acto profesional, tales como alumnos en prácticas o profesionales en formación, se requiere el
previo consentimiento del usuario.
Y en cuanto a que una intervención se pueda constituir en material didáctico, como en el Caso No. 9, el artículo 29 de la norma
en comento, prescribe que la exposición oral, impresa, audiovisual u otra, de casos clínicos o ilustrativos con fines didácticos o
de comunicación o divulgación científica, debe hacerse de modo que no sea posible la identificación de la persona, grupo o
institución de que se trata, o en el caso de que el medio utilizado conlleve la posibilidad de identificación del sujeto, será
necesario su consentimiento previo y explícito.

La investigación científica sólo se debería llevar a cabo previo consentimiento libre, expreso e informado de la persona
interesada. La información debería ser adecuada, facilitarse de forma comprensible e incluir las modalidades para la revocación
del consentimiento. La persona interesada podrá revocar su consentimiento en todo momento y por cualquier motivo, sin que
esto entrañe para ella desventaja o perjuicio alguno. Las excepciones a este principio deberían hacerse únicamente de
conformidad con las normas éticas y jurídicas aprobadas por los Estados, de forma compatible con los principios y disposiciones
enunciados en la presente Declaración, en particular en el Artículo 27, y con el derecho internacional relativo a los derechos
humanos. [6]
En el caso específico de Colombia, la investigación científica con humanos está reglamentada por la Resolución 8430 de 1993
del Ministerio de Salud. En esta norma se señalan los requisitos que se deben seguir en la investigación científica y tiene como
base el respeto del principio de la dignidad humana antes citado.
En cuanto al Consentimiento Informado, para ser parte como sujeto en una investigación se deben seguir los mismos principios
y procedimientos ya señalados para la relación terapéutica, evaluación o de intervención psicológica, recordando lo que dispone
el artículo 52 de la Ley 1090 de 2006 el cual señala que en los procesos de investigación en dónde los participantes sean
menores de edad y personas incapacitadas, el consentimiento respectivo deberá firmarlo el representante legal del participante.
Adicionalmente, al tratarse de menores de edad, esta resolución determina que, además de lo dispuesto en cuanto a la
capacidad legal, se debe determinar, y tener en cuenta, el grado de madurez psicológica del menor de edad, según lo disponen
sus artículos 25 y 26.
Las disposiciones de la Resolución 8430 de 1993 del Ministerio de Salud están en armonía con la Ley 1090 de 2006. En efecto,
el artículo 52 de dicha norma señala que en los casos de menores de edad y personas incapacitadas, el consentimiento
respectivo deberá firmarlo el representante legal del participante. Por otro lado, el artículo 50 de la ley ídem prescribe que los
profesionales de la psicología al planear o llevar a cabo investigaciones científicas, deberán basarse en principios éticos de
respeto y dignidad, lo mismo que salvaguardar el bienestar y los derechos de los participantes. Por lo tanto, una investigación
que no se rija por los principios éticos, tales como el no engaño y el libre consentimiento, como derecho de los participantes,
podrían constituirse en una falta ética de parte del profesional de la psicología, que puede ser sancionada la luz de lo dispuesto
en la ley referida. También se debe tener en cuenta ningún experimentador podrá intervenir sin el consentimiento y deberá
garantizar al participante que él podrá retirarlo cuando le parezca si se ve afectada su integridad física o psicológica.
En cuanto a la información que debe contener el formato de consentimiento, el artículo 15 de la Resolución referida, señala que
esta, la información que se le da al participante en la de investigación o, en su defecto, a su representante legal, deberá ser
explicada, en forma completa y clara de tal manera que pueda ser comprendida. El mismo artículo señala que se deberá informar
sobre la justificación y los objetivos de la investigación, los procedimientos que vayan a usarse y su propósito incluyendo la
identificación de aquellos que son experimentales, las molestias o los riesgos esperados, los beneficios que puedan obtenerse,
los procedimientos alternativos que pudieran ser ventajosos para el sujeto, la garantía de recibir respuesta a cualquier pregunta
y aclaración a cualquier duda acerca de los procedimientos, riesgos, beneficios y otros asuntos relacionados con la investigación
y el tratamiento del sujeto, la libertad de retirar su consentimiento en cualquier momento y dejar de participar en el estudio sin
que por ello se creen perjuicios para continuar su cuidado y tratamiento, la seguridad que no se identificará al sujeto y que se
mantendrá la confidencialidad de la información relacionada con su privacidad, el compromiso de proporcionarle información
actualizada obtenida durante el estudio, aunque ésta pudiera afectar la voluntad del sujeto para continuar participando, la
disponibilidad de tratamiento médico y la indemnización a que legalmente tendría derecho, por parte de la institución
responsable de la investigación, en el caso de daños que le afecten directamente, causados por la investigación.
Hay otras situaciones en que por las características de la investigación, se hace necesario que las personas participantes, como
sujetos de investigación, no conozca los detalles de la investigación y por lo tanto, no se puede dar el proceso dialógico del
consentimiento de una manera clara y directa, En situaciones así, la obligación del investigador será la de informar al comité de
investigación quien dará su visto bueno. En todo caso, una vez finalizada la investigación, se le darán a conocer a las personas
que han intervenido en ella solicitando su consentimiento cuando fuere necesario para efectos de publicación de resultados o
para posteriores fases de la investigación. En ese sentido, la Ley 1090 de 2006 al respecto señala, en el artículo 51, que:
Es preciso evitar en lo posible el recurso de la información incompleta o encubierta. Este sólo se usará cuando se cumplan
estas tres condiciones:
 Que el problema por investigar sea importante;
 Que solo pueda investigarse utilizando dicho tipo de información;
 Que se garantice que al terminar la investigación se les va a brindar a los participantes la información correcta sobre
las variables utilizadas y los objetivos de la investigación.

Invitamos a revisar el siguiente formato de consentimiento informado: Archivo: CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA
SERVICIOS DE TERAPIA PSICOLÓGICA.pdf que muestra un modelo para el consentimiento informado en servicios de terapia
psicológica. También más adelante incluimos un formato general de consentimiento informado
El formato de consentimiento deberá ser claro y explicito, en donde se exprese con claridad quiénes son los intervinientes y la
manifestación de la libre disposición de la voluntad El Colegio Colombiano de Psicólogos ha publicado una lista de chequeo de
los contenidos del consentimiento informado que publicamos a continuación (se presenta desde la página 150 que muestra un
formato de consentimiento informado, retroceder hasta la 146 para visualizar la lista de chequeo):

Daño psicológico y víctimas: la herida invisible


2019-07-04

Según la O.N.U en su Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y abuso de poder ,
de 29 de noviembre de 1985: "se entenderá por víctimas a las personas que, individual o colectivamente hayan sufrido daños,
inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo substancial de sus derechos
fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación vigente en los Estados Miembros, incluida
la que proscribe el abuso de poder. (...). Esta expresión incluye además, en su caso, a los familiares o personas a cargo que
tengan relación inmediata con la víctima directa y a las personas que hayan sufrido daños al intervenir para asistir a la víctima
en peligro o para prevenir la victimización. (...)". Teniendo en cuenta esta definición podemos desglosar el concepto de "víctima"
en, por un lado, la agresión sufrida (como componente objetivo) y, por otro lado, la interferencia negativa resultante para la
vida cotidiana (como componente subjetivo).
El estudio de esta población es bastante reciente. Académicamente hablando, el estudio en el ámbito de la criminalidad estaba
situado con bastante más fuerza en el delincuente y en su alrededor para intentar averiguar las causas y factores predisponentes
ante esa criminalidad. Durante años hemos tenido entonces como único protagonista al perpetrador, siendo su figura misteriosa,
amenazante, e incluso atractiva para muchos, mientas que la víctima del hecho delictivo, en general, ha inspirado lástima y se
las integraba en un rol de perdedor que no resultaba interesante. Afortunadamente eso cambió y es el novelista austrocheco
Franz Werfel el que, en 1920, a través de su frase " Nicht der Morder der ermodete ist schulding" (que se traduce en algo así
como: "no el asesino del asesinado es culpable") quien predice de alguna manera el cambio que se experimentaría en este
campo de estudio a partir de la segunda mitad del siglo XX. Posiblemente cansados de buscar marcadores de criminalidad en
la figura del delincuente sin mucho éxito práctico, cambiarían el foco de atención a la interacción de éste con la víctima. Es así
como nace una nueva disciplina, la Victimología, considerándose como los "padres" del estudio de este campo a Hans von
Henting (criminólogo alemán, 1887-1974) y Benjamin Mendelsohn (criminólogo rumano, 1900-1998). Ambos profesionales
inciden en que la criminogénesis depende de la compleja relación entre víctima (sujeto pasivo del delito) y victimario (persona
que infringe un daño o perjuicio a otra persona en un momento determinado).
En el presente artículo no voy a extenderme hablando de las tipologías de víctimas (campo que daría para otros varios artículos
más). Vamos a ver la parte más "práctica" de mi trabajo por lo que, de forma algo resumida, estudiaremos los puntos clave a
tener en cuenta a la hora de hacer un informe pericial en relación a cualquier posible víctima.
Lo primero que debemos tener en cuenta es conocer lo que tenemos que evaluar. En estos casos lo que se nos suele solicitar
en el objeto de la pericial es el DAÑO PSICOLÓGICO. Éste está formado por dos componentes: las lesiones psíquicas,
producidas por el hecho, y las secuelas emocionales, que pueden persistir de forma crónica en la persona y que interfieren
negativamente en su vida cotidiana. En este sentido, debemos conocer a la perfección lo que en la jurisdicción se conoce como
daño psíquico o lesión. Según Esbec (2010) el daño psíquico puede definirse como "la consecuencia traumática de un
acontecimiento que es vivenciado como un ataque que desborda la tolerancia del sujeto de responder a él, por la
desorganización de sus mecanismos defensivos, derivando en trastornos de características patológicas, que se mantienen por
un tiempo indeterminado, que pueden o no ser remisibles (...) ". Esta lesión (psíquica) se ha equiparado a la lesión física en el
vigente Código Penal (1995) y, después de haber pasado muchos años como una "herida invisible" de difícil demostración,
ahora se ha introducido en el CP en su artículo 147: " el que, por cualquier medio o procedimiento, causare a otro una lesión
que menoscabe su integridad corporal o su salud física o mental (...)". Y aún hay más. Acorde con esto, se define como lesión
grave aquella que "menoscabe la integridad corporal o la salud física o mental y que incapaciten con carácter temporal o
permanente a la persona que las hubiera sufrido (...)". En la práctica diaria, las lesiones psíquicas más frecuentes son las
alteraciones adaptativas (con un estado de ánimo deprimido o ansioso), el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el
trastorno por estrés agudo o la desestabilización de una personalidad anómala de base. Si concretamos aún más, a nivel
cognitivo, la víctima puede sentirse confusa y tener dificultades para tomar decisiones, con una percepción profunda de
indefensión y de incontrolabilidad sobre su propia vida y su futuro; a nivel psicofisiológico puede experimentar sobresaltos
continuos y problemas para tener un sueño reparador; y, por último, a nivel de las conductas observables, puede mostrarse
apática y con dificultades para retomar la vida cotidiana (Acierno, Kilpatrick y Resnick, 1999).

Por otro lado, y más a largo plazo, se define como secuela, también llamadas "cicatrices emocionales", a la " discapacidad o
minusvalía permanente, no susceptible de mejoría en un periodo de tiempo razonable ni siquiera con tratamiento (o que éste
implique riesgos)" (Esbec, 2010). Las secuelas psíquicas más frecuentes en las víctimas (de sucesos violentos)tienen relación
con la modificación permanente de la personalidad, es decir, a la aparición de rasgos de personalidad nuevos, estables
ydesadaptativos que interfieren con otras áreas de su vida cotidiana.
Antes de continuar debemos tener en cuenta lo siguiente: al referirme a la sintomatología más frecuente tanto en lesiones como
en secuelas, lo hago de forma general y teniendo en cuenta en el presente articulo estudios sobre víctimas de delitos violentos.
Esto quiere decir que, si queremos ser unos profesionales rigurosos, realizaremos una evaluación en profundidad de la persona,
su estado previo al hecho (si es posible y para poder tener una medida comparativa pre y post delito) así como pondremos en
relación toda esta información con el hecho delictivo, detalle de suma importancia en el informe pericial.
Por último pero no menos importante, debemos tener en cuenta en nuestro informe los posibles factores de riesgo y/o
protección de esa persona ante lo ocurrido, de forma que también pueda explicar la sintomatología que presenta si lo ponemos
en relación con toda la información anterior. De esta forma, podríamos explicar cómo, ante acontecimientos traumáticos
similares, una persona presenta un afrontamiento adaptativo al mismo, sin secuelas, mientras otra puede quedar traumatizada
de por vida.
De forma general, los estudios demuestran que la repercusión (psicológicamente hablando)que tenga una conducta violenta
en una persona dependen, en gran medida, de su vulnerabilidad psicológica previa. Se ha observado que la baja autoestima y
el desequilibrio emocional preexistente, sobre todo si va acompañado de una dependencia al alcohol y a las drogas y de
aislamiento social, un nivel bajo de inteligencia (sobre todo cuando existe historial de fracaso escolar), una mala adaptación a
los cambios, así como una sensación de fatalismo y una percepción de lo sucedido como algo extremadamente grave e
irreversible, minan la capacidad de afrontamiento y generan una sensación de indefensión y desesperanza. Además,los factores
psicosociales también desempeñan un papel importante. Así, por ejemplo, un apoyo social próximo insuficiente y la escasa
implicación en relaciones sociales y en actividades lúdicas dificultan la recuperación del trauma.
En resumen, tal y como señalan Echeburúa y Corral (2005) en su artículo ¿Cómo evaluar las lesiones psíquicas y las secuelas
emocionales en las víctimas de delitos violentos? el grado de daño psicológico (lesiones y secuelas) que evaluaremos estará
mediado por:
 la intensidad y duración del hecho
 la percepción del suceso sufrido (significación del hecho y atribución de intencionalidad)
 el grado real de riesgo experimentado
 las pérdidas sufridas
 la vulnerabilidad previa de la víctima
 la posible concurrencia de otros problemas actuales (a nivel familiar y laboral, por ejemplo) y pasados (historia de
victimización)
 el apoyo social existente
 y los recursos psicológicos de afrontamiento disponibles.
Todo ello, unido a las consecuencias físicas, psicológicas y sociales del suceso ocurrido en sí, configura la resistencia que posea
la víctima para el desarrollo o no de su daño psicológico.
El presente artículo está dedicado con todo mi ser a Manuel Aguilar Ruiz, mi querido padre, el cual, a pesar de no haber sufrido
un delito violento, ha sido también una víctima, pero de esta terrible enfermedad como es el cáncer. Hemos pasado sus últimas
horas mientras escribía estas líneas y es por ello que quiero dedicarle este trabajo. "Un buen padre vale por cien maestros".
(Rousseau)

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El consentimiento informado en psicología
Se suele entender por consentimiento informado en psicología el proceso por el que se proporciona al paciente información
relevante para que Este pueda decidir libremente ante cualquier procedimiento diagnóstico o terapéutico.

El consentimiento informado en psicología surge para anteponer el principio de autonomía («capacidad para darse normas o
reglas a uno mismo sin influencia de presiones») sobre el principio de beneficencia («obligación de actuar en beneficio de otros,
promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo prejuicios»). Es de los requisitos más importantes en el desempeño de la
práctica profesional. Además, debe ser el elemento previo a la evaluación e intervención psicológica.
Podríamos definir el consentimiento informado en psicología como la conformidad libre, voluntaria y consciente de un
paciente, manifestada en el pleno uso de sus facultades después de recibir la información adecuada, para que tenga lugar una
actuación que afecta a su salud (Luelmo, A. D. 2001).
«Nadie puede hacernos sentir inferiores sin nuestro consentimiento».
-Eleanor Roosevelt-

Antecedentes históricos en el ámbito mundial


El reconocimiento moral de un derecho a la información y a la decisión médica por los pacientes es algo reciente. Se encuentra
respaldado por múltiples decisiones judiciales. Tal y como Jay Katz señaló: «la información y el consentimiento no tienen raíces
históricas en la práctica médica, sino que la ética jurídica la ha forzado a aceptarlos».
En 1931, el Ministerio de Sanidad del Reich alemán dictó una regulación en terapias médicas y experimentos con
humanos. Sereconocía así el derecho del paciente (o su sustituto legal) a otorgar su consentimiento para participar en ensayos
clínicos. Esta normativa no fue aplicada en territorio alemán en la Segunda Guerra Mundial. Tampoco se aplicó en sus campos
de concentración y exterminio, ni con determinados grupos sociales. Por ejemplo, no se aplicó ni a gitanos, judíos,
homosexuales,…
Todo esto propició que el Tribunal de Nüremberg, una vez finalizada la contienda, se esforzara por establecer principios
básicos en la materia a fin de resguardar los aspectos morales, éticos y legales involucrados en las investigaciones con seres
humanos.
La importancia del consentimiento informado en psicología
La relación psicólogo-paciente desde Hipócrates hasta bien entrada la década de 1960 en Estados unidos y la de 1980 en
España, estuvo regulada por el principio paternalista de beneficencia: buscar el bien del enfermo y su
consentimiento era irrelevante, porque éste no podría aportar nada.
Sin ninguna duda, el derecho al consentimiento informado en psicología, es el que más ha hecho por «horizontalizar» la relación
entre el psicólogo y el paciente, y el que de forma más clara ha contribuido a poner fin al modelo paternalista. Este
derecho domina y precede en cierto sentido a todos los demás derechos.
Características del consentimiento informado en psicología:
 Es un proceso verbal.
 El proceso es voluntario.
 Es un proceso de información.
 Es un proceso que requiere capacidad de compresión.
 El proceso termina con una decisión.
«Ser libre hoy, es estar informado».
-George Menager-
Beneficios del consentimiento informado en psicología
Es posible señalar que existen beneficios reales y determinables del consentimiento informado en psicología. Tales beneficios
son:
 Legales: proteger al clínico en el sentido de que se especifican las acciones seguidas y la conformidad del consultante
con tales acciones. También protege al paciente al serle comunicados sus derechos y obligaciones dentro del proceso
 Calidad de la información compartida: permite el acceso del consultante a una información validada, coherente y
específica para su condición, constituyendo la base para la comprensión de su estado actual.
 Extensión del conocimiento disciplinario: derivado de lo anterior, la calidad de información que el paciente recibe
permitirá la difusión de conceptos más correctos dentro de su comunidad de relaciones.
 Propicia una mejor calidad de la intervención: la relación informada y la toma de decisiones conjuntas permite un mayor
compromiso del mismo paciente en la medida que comprende el sentido de las acciones a realizar.
 Promueve la investigación clínica: el consentimiento informado en psicología es un instrumento que permite desarrollar
investigaciones en comunidades humanas, respetando los aspectos éticos fundamentales.
 Objetivar acuerdo y compromiso: al señalar de manera clara y objetiva las acciones de los participantes, permite
clarificar los puntos acordados, disminuyendo las ambigüedades e incertidumbres que pudieran interferir con el proceso
terapéutico.
«La parte contratante de la primera parte, será considerada como la parte contratante de la primera parte».
-Groucho Marx-

Argumentos en contra
También existen argumentos contrarios utilizados por quienes todavía se oponen a que el paciente tenga un papel primordial
en la toma de decisiones. Los argumentos tradicionales utilizados más frecuentemente son los siguientes:
 El paciente no puede comprender adecuadamente la información
 Los pacientes no desean ser informados de malas noticias
 La información suele asustar desproporcionadamente al paciente y puede inducirle a rechazar intervenciones que solo
conllevan un riesgo mínimo
 Conocer la verdad desnuda y las limitaciones que tiene el psicólogo priva al paciente del efecto placebo que suministran
la esperanza y la confianza
Todos estos argumentos encierran algunos elementos dignos de consideración, pero en su conjunto pueden verse como la
expresión de un punto de vista tradicional. Desde un punto de vista lógico, parecen racionalizaciones y justificaciones de una
práctica preestablecida, más que razones objetivas para mantenerla.
En el momento presente puede decirse que el psicólogo tiene el deber de informar al paciente y educarle para que sea capaz
de tomar una decisión coherente con sus propios valores. Es el paciente quien tendrá la última palabra una vez informado y
siendo conocedor del proceso.

Marián Carrero Puerto


Licenciada en Psicología de la Salud por la Universidad de Jaén (2012). Máster en Psicología del Comportamiento en
masstercursos (2019). Actualmente, estudia en un máster en Mindfulness (Universidad de Zaragoza).
Psicóloga colaboradora en Centro de Psicología Renacer. Profesora colaboradora en VIU – Universidad Internacional de
Valencia.

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