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1. Introducción
Tal como se ilustra en la Figura 1 para el átomo de litio, los átomos están
construidos con un núcleo rodeado por electrones. En el interior del núcleo (una región con
diámetro ~10−15 𝑚) se encuentran los nucleones: protones y neutrones, sometidos a las
fuerzas de interacción nucleares mucho más intensas que las fuerzas eléctricas, tal como se
ilustra en la Tabla 1. Estas fuerzas nucleares pueden mantener a los protones unidos aun
cuando se repelen eléctricamente. En el átomo neutro alrededor del núcleo giran igual
número (llamado número atómico y representado habitualmente por Z) de electrones
negativos (con carga –e) que protones positivos (con carga +e) contenidos en el núcleo. En
la Tabla 2 se presentan las características (masa y carga) de las tres partículas
fundamentales presentes en la estructura de los átomos.
Las fuerzas nucleares son de muy corto alcance, su campo de acción decrece mucho
más rápido que r-2; lo cual, trae una consecuencia muy importante, si un núcleo tiene
muchos protones, se hace muy grande y no se mantiene unido. Se conoce de algunos
elementos (por ejemplo, radio, uranio) que sus átomos se desintegran por si mismos al
desprenderse de ellos partes del núcleo, emitiendo al mismo tiempo una radiación, como se
representa en la Figura 3 para el núcleo de radio Ra. Esta propiedad que poseen algunos
elementos químicos se llama radiactividad.
Los electrones más externos de los átomos pueden ganar suficiente energía y
escapar de la atracción del núcleo, tal como se representa en la Figura 5 para el átomo de
litio, se dice que el átomo se ha ionizado, y el ion se denota como Li+1 (se menciona
también que, su valencia es de +1e). Recordemos que cualquier objeto con exceso de carga
se denomina ion (positivo si tiene exceso de carga positiva, o negativo con exceso de carga
negativa).
Figura 7. (a) Bases orgánicas del ácido desoxirribonucleico: ADN. (b) Secciones de la
molécula de ADN
Es importante recordar que lo que conocemos de cada parte del todo de la naturaleza
es siempre solo una aproximación a la verdad completa, es decir, es la verdad completa
hasta donde la conocemos. Sabemos que aún no conocemos todas las leyes. Por eso, las
cosas deben ser aprendidas, solo para luego desaprenderlas o, más a menudo, para
corregirlas.
En las presentes conferencias vamos a hacer un recorrido que nos ilustre los
principales experimentos, modelos y teorías, con los cuales la humanidad fundamenta hoy
su conocimiento sobre las propiedades electromagnéticas de la materia.
2. Electrolisis
𝑁𝑎𝐶𝑙 → 𝑁𝑎 + + 𝐶𝑙 −
Cuando los iones llegan a cada electrodo, se neutralizan, intercambiando sus cargas
con las cargas disponibles en los electrodos, ocurriendo una serie de reacciones químicas
dependiendo de la naturaleza de los iones y de los electrodos.
𝑄 𝑁𝜈𝑒 𝑁𝐴 𝜈𝑒 𝐹𝜈
= = = ,
𝑀 𝑁𝑚 𝑁𝐴 𝑚 𝑀𝐴
𝑀𝐴 = 𝑁𝐴 𝑚,
El hecho de que 𝜈 sea la valencia química sugiere que cuando dos átomos se unen
para formar una molécula iónica, enlace químico iónico, intercambian la carga 𝜈𝑒,
convirtiéndose uno en un ion positivo y el otro en un ion negativo. Precisamente es el caso
de la molécula iónica del cloruro de sodio (sal común) NaCl, que ilustramos en la Figura
11, con 𝜈 = 1. La interacción eléctrica entre los dos iones los mantiene unidos. Podemos
afirmar con bastante confianza que las partículas intercambiadas son electrones, ya que se
mueven más fácilmente por ser más ligeros que los protones y no están tan internos en los
átomos.
Figura 13. Batería Eléctrica de Volta
El circuito consta de dos partes: la interna, formada por los electrolitos, espacio
ocupado por las soluciones de las sales (iones), y la externa, electrodos, formada por las
uniones conductoras dispuestas por fuera de dichas soluciones.
Estando cerrado el circuito pueden desprenderse del ánodo (polo negativo de la pila)
átomos de hierro que pasan a la solución en forma de iones, los electrones cedidos pasan al
cátodo (polo positivo de la pila) a través de la parte exterior del circuito. Los iones de cobre
se desplazan hacia el cátodo y se depositan en él en forma de átomos de cobre, después de
haber absorbido los electrones correspondientes. Por cada ion de hierro formado, se
descarga otro de cobre, es decir, que se convierte en átomo.
El número de cargas iónicas positivas (conjunto formado por los iones de hierro y
los de cobre) permanece invariable en el circuito parcial interno. Mientras que por la parte
externa del circuito fluye una corriente de electrones del polo negativo al positivo, en el
circuito parcial interno se desplazan iones de hierro y de cobre hacia el cátodo, es decir, en
el sentido contrario. Sin embargo, al cátodo solo llegan los iones de cobre, puesto que los
de hierro son retenidos, por ejemplo, por un diafragma impermeable para ellos. Si los
electrodos están sumergidos por completo en el electrolito, como ocurre en la pila
comercial, las reacciones correspondientes tienen lugar en toda su superficie.
Tal como se presenta en la Tabla 3, la polaridad del ánodo o del cátodo, sea positiva
o negativa, va a depender del tipo de dispositivo, como también, del modo como opera,
dado que se establece según la dirección de la corriente eléctrica en acuerdo con la
designación universal dada a este fenómeno. Para un dispositivo que consume energía, el
ánodo es positivo; y para un dispositivo que proporciona energía, el ánodo es negativo.
⃗⃗⃗
𝑊 ∫ 𝐹 ∙ 𝑑𝑙 ⃗⃗⃗
∫ 𝑞 ′ 𝐸⃗ ∙ 𝑑𝑙
𝜉= ′= = = ∫ 𝐸⃗ ∙ ⃗⃗⃗
𝑑𝑙 .
𝑞 𝑞′ 𝑞′
Cuantos más iones se desplacen entre el ánodo y el cátodo, y cuanto menor sea el
trayecto (𝑙) que hayan de recorrer hasta llegar a los electrodos, tanto menor será la
resistencia del circuito parcial interno. Al aumentar las superficies de los electrodos (𝐴), se
incrementa también el número de iones que se desplazan entre ellos, y se reduce la
resistencia. Por consiguiente, para la resistencia de un electrolito rige también la expresión
conocida:
𝑙
𝑅 = 𝜌 (Ω),
𝐴
donde, 𝜌 es la resistencia especifica del electrolito.
3. Experimento de Millikan
Un hecho fundamental que debemos tener presente es que la carga eléctrica aparece
no en cualquier cantidad, sino en múltiplos de una unidad fundamental o quantum. De los
muchos experimentos realizados para determinar esto, es clásico el del físico
norteamericano Robert A. Millikan (1869-1953), quien por varios años trabajo en el
experimento conocido hoy como el experimento de la gota de aceite, cuyo montaje
experimental se ilustra en la Figura 15. En este experimento, se establece entre dos placas
horizontales, paralelas y conductoras A y B un campo eléctrico vertical que se puede
controlar. La placa superior A tendrá en su centro unas pocas perforaciones pequeñas a
través de las cuales pueden pasar gotas de aceite producidas por un atomizador. La mayoría
de estas gotas se cargan por frotación al pasar por la boquilla del atomizador.
𝑚𝑎 = 𝑚𝑔 − 6𝜋𝜂𝑟𝑣,
donde, 6𝜋𝜂𝑟𝑣 es la fuerza debida a la viscosidad del medio (fuerza de rozamiento), en que
viaja la gota, y η es el coeficiente de viscosidad.
Por lo tanto,
𝑚𝑔 2𝜌𝑟 2 𝑔
𝑣1 = = ,
6𝜋𝜂𝑟 9𝜂
entonces, podemos hallar el radio de la gota midiendo 𝑣1 ,
𝑚𝑎 = 𝑞𝐸 − 𝑚𝑔 − 6𝜋𝜂𝑟𝑣,
Por lo tanto,
𝑞𝐸−𝑚𝑔
𝑣2 = ,
6𝜋𝜂𝑟
despejando 𝑞, obtenemos:
6𝜋𝜂𝑟(𝑣1 +𝑣2 )
𝑞= .
𝐸
6𝜋𝜂𝑟
∆𝑞 = ∆𝑣2 = ±𝑁𝑒.
𝐸
Repitiendo el experimento de la gota de aceite muchas veces con diferentes gotas, los
resultados permiten concluir que los cambios ∆𝑞 son siempre múltiplos de la carga
fundamental 𝑒, cuyo valor es:
𝑒 = 1.6021 × 10−19 𝐶.
Todas las cargas que se observan en la naturaleza son iguales a, o múltiplos enteros de, la
carga elemental 𝑒, conclusión conocida como la Ley de cuantización de la carga eléctrica.
4. Tubo de Rayos Catódicos
Figura 17. Montaje experimental para el trabajo con el tubo de rayos catódicos
Varios experimentos fueron publicados en 1897 por el físico británico Sir J.J.
Thomson (1856-1940), que invirtió muchos esfuerzos y tiempo tratando de descubrir la
naturaleza de los rayos catódicos, descargas eléctricas a través de un gas a baja presión
colocando dentro del mismo dos electrodos y aplicándoles una elevada diferencia de
potencial.
Cuando se calienta un filamento, este emite electrones, tal como se evaporan las
moléculas de un líquido al calentarse. Este fenómeno se llama termoemisión o emisión
termoiónica.
(a) (b)
Dos años después de la invención del diodo de vacío, el físico estadounidense Lee De
Forest le agrego una rejilla para regular la tensión entre ánodo y cátodo, inventando el
tríodo, el primer dispositivo amplificador de la historia. Más tarde se le añadió un electrodo
más, llamando a esa nueva válvula tetrodo, para finalizar en el pentodo, es decir, la válvula
de cinco electrodos. Los últimos dos son los que se pueden encontrar aun frecuentemente
en ciertos circuitos eléctricos de potencia.
5. El experimento de Rutherford
Los experimentos de J.J. Thomson mostraron que todos los átomos contienen
partículas ligeras llamadas electrones. Dado que los átomos son eléctricamente neutros, su
carga debe estar balanceada por una cantidad igual de carga positiva. Thomson propuso un
modelo para los átomos en que los electrones están sumergidos en una esfera de carga
positiva, como pasas sumergidas en un ponqué.
1
𝐾= 𝑚 𝑣 2 = 𝑒𝑉.
2 𝑒
Si su energía es menor que este valor, regresaran antes de llegar al colector y, por lo
tanto, no podrán ser medidos como corriente.
Figura 21. Corriente como una función de voltaje en el experimento fotoeléctrico
(intensidad y longitud de onda constantes)
Figura 22. Corriente fotoeléctrica para tres valores de intensidad de la luz L, longitud
de onda constante
𝒄
Figura 23. Corriente fotoeléctrica para tres valores de frecuencia de la luz 𝝂 = Å, con
L constante
1. La corriente empieza casi instantáneamente, aun para luz de muy baja intensidad.
La demora desde cuando la luz incidente llega a la superficie, hasta cuando los
electrones son observados, es de unos 10-9s y es independiente de la intensidad.
4. Para un mismo material del emisor, el voltaje de frenado varia linealmente con la
frecuencia, como se ilustra en la Figura 25, de acuerdo con la relación:
𝑒𝑉𝑜 = ℎ𝜈 − 𝑒𝜑.
5. Para cada material existe una frecuencia umbral 𝜈𝑢 , por debajo de la cual no hay
emisión de electrones; esto ocurre por grande que sea la intensidad de la luz, tal
como se ilustra en las Figuras 23 y 25.
Como se representa en la Figura 27, los electrones están ligados a la superficie con
energías variables, pero la energía de enlace de los electrones menos estrechamente ligados
depende del material del emisor. La energía necesaria para extraer estos electrones menos
estrechamente ligados, es la función trabajo 𝑒𝜑 del material. Por lo tanto, los electrones
serán expelidos con energías cinéticas que varían desde cero hasta un valor máximo dado
por:
𝐾𝑚𝑎𝑥 = ℎ𝜈 − 𝑒𝜑.
con lo que se explica el resultado experimental 3. Puesto que 𝐾𝑚𝑎𝑥 ≤ 𝑒𝑉𝑜 , la relación para
la energía máxima se convierte en:
𝑒𝑉𝑜 = ℎ𝜈 − 𝑒𝜑.
de aquí se explica la relación lineal del resultado 4, con la existencia de una frecuencia
umbral, de acuerdo al resultado 5, dada por:
ℎ𝜈𝑢 = 𝑒𝜑.
Por debajo de esta frecuencia umbral, los fotones incidentes no tendrán energía
suficiente para liberar aun los electrones menos estrechamente ligados, no importa cuán
intensa sea la luz. El brevísimo retardo del resultado experimental 1, también se explica,
puesto que la absorción de fotones se realiza casi instantáneamente. Finalmente, mientras
más intensa sea la luz, mayor es la densidad de fotones y, por lo tanto, mayor número de
electrones serán expelidos, con lo cual se explica el resultado 2.
7. Espectros Atómicos
Figura 29. (Arriba) Diagrama de niveles de energía para el átomo de hidrógeno con el
número cuántico para cada nivel y algunas de las transiciones que aparecen en el
espectro. (Abajo) Líneas espectrales correspondientes a las tres series indicadas
En la Figura 28 se muestra un montaje experimental típico utilizado en la medida de
los espectros atómicos. La fuente consiste en una descarga eléctrica que pasa a través de
una región que contiene un gas monoatómico. Debido a colisiones con los electrones y con
otros átomos, algunos de los átomos en la descarga quedan en un estado en el que su
energía total es mayor que la energía de un átomo normal. Al regresar a su estado de
energía normal los átomos liberan su exceso de energía mediante la emisión de radiación
electromagnética. Esta radiación se colima mediante una rendija y pasa a través de un
prisma (o rejilla de difracción para mejor resolución) donde se rompe en su espectro de
longitudes de onda para registrarse posteriormente en una placa fotográfica. La radiación
electromagnética emitida por átomos libres se concentra en un número de longitudes de
onda discretas.
1. El electrón en un átomo se mueve en una órbita circular alrededor del núcleo bajo la
influencia de la atracción de Coulomb entre el electrón y el núcleo.
b. El impulso angular orbital del electrón, 𝐿 = 𝑚𝑣𝑟, deberá ser una constante, ya que
la fuerza que actúa sobre el electrón está por entero en la dirección radial, y debe
cumplir la condición de cuantización:
ℎ
𝑚𝑣𝑟 = 𝑛 , 𝑛 = 1,2,3, …
2𝜋
Así, la condición de cuantización restringe las órbitas circulares posibles a aquellas
cuyos radios están dados por:
𝑛2 ħ2
𝑟 = 4𝜋𝜀𝑜 , 𝑛 = 1,2,3, …
𝑚𝑒 2
c. La velocidad orbital del electrón en cada órbita será:
𝑛ħ 1 𝑒2
𝑣= = , 𝑛 = 1,2,3, …
𝑚𝑟 4𝜋𝜀𝑜 𝑛ħ
Entonces:
∞
𝑒2 𝑒2
𝑉 = −∫ 𝑑𝑟 = − .
𝑟 4𝜋𝜀𝑜 𝑟 2 4𝜋𝜀𝑜 𝑟
1 2
𝑒2
𝐾 = 𝑚𝑣 = .
2 4𝜋𝜀𝑜 2𝑟
𝑒2
𝐸 =𝐾+𝑉 =− = −𝐾.
4𝜋𝜀𝑜 2𝑟
𝑚𝑒 4 1
𝐸=− , 𝑛 = 1,2,3, …
(4𝜋𝜀𝑜 )2 2ħ2 𝑛2
Para 𝑛 → ∞, 𝐸 → 0.
energía que aparece como un fotón emitido por el átomo, perteneciente a una radiación de
489.4 nm de longitud de onda.
Números cuánticos. Aun para un átomo tan simple como el hidrógeno el espectro
es más complejo que el que aparece en la Figura 29. En realidad, para cada valor de 𝑛 se
presentan varios niveles de energía posibles, más o menos próximos entre sí, para lo cual se
ha logrado establecer convenciones en términos de los llamados números cuánticos.
Principal 𝑛 1,2,3 … , 𝑛
Azimutal 𝑙 0,1,2, … , (𝑛 − 1)
Espín 𝑚𝑠 1
±
2
𝑚𝑗 −𝑗, −𝑗 + 1, … , +𝑗 − 1, +𝑗
Impulso angular total
𝑗 𝑙 + 1⁄2 , 𝑙 − 1⁄2 , 𝑙 − 3⁄2 , 𝑙 − 5⁄2
Figura 30. Secuencia en la cual los niveles de energía atómicos son ocupados
Hay convenciones usadas en la descripción de los electrones. Todos los electrones
que tienen el mismo número cuántico principal constituyen una “capa”, para 𝑛 = 1,2,3, …
son conocidas las capas 𝐾, 𝐿, 𝑀, 𝑁, … La capa 𝐾 contiene 2 electrones, la capa 𝐿 contiene 8
electrones, la capa 𝑀 contiene 18 electrones, y la capa 𝑁 contiene 32 electrones. Cuando el
número cuántico azimutal tiene valores 0,1,2,3, …, los electrones son referidos como
electrones 𝑠, 𝑝, 𝑑, 𝑓, … (estas letras son abreviaciones de términos espectroscópicos).
1𝑠, 2𝑠, 2𝑝, 3𝑠, 3𝑝, 4𝑠, 3𝑑, 4𝑝, 5𝑠, 4𝑑, 5𝑝, 6𝑠, 4𝑓, 5𝑑, 6𝑝, 7𝑠, 6𝑑 ≈ 5𝑓.
Los electrones en el átomo tienen asociado un impulso angular orbital, tal como se
representa en la Figura 31, igual a:
⃗ = 𝑟 × 𝑝 = 𝑟 × 𝑚𝑣.
𝐿
Se puede demostrar que la magnitud y la componente 𝑧 del impulso angular orbital
⃗ están especificadas por dos números cuánticos, 𝑙 y 𝑚𝑙 de acuerdo con las condiciones de
𝐿
cuantización:
𝐿 = √𝑙(𝑙 + 1)ħ, 𝑦 𝐿𝑧 = 𝑚𝑙 ħ.
2𝜋 𝑣
𝜔= = ,
𝜏 𝑟
la frecuencia angular.
Para la espira de corriente 𝑖 se establece un momento magnético dipolar orbital igual a:
𝑒𝑣 𝑒𝑣𝑟
𝜇𝑙 = 𝑖𝐴𝑛̂ =
⃗⃗⃗ 𝜋𝑟 2 𝑛̂ = 𝑛̂.
2𝜋𝑟 2
O sea,
𝜇𝑙 𝑒𝑣𝑟 𝑒
= = .
𝐿 2𝑚𝑣𝑟 2𝑚
es una combinación de constantes universales. Se acostumbra escribir esta relación como:
𝜇𝑙 𝑔𝑙 𝜇𝑏
= ,
𝐿 ħ
donde,
𝑒ħ
𝜇𝑏 = = 0.927 × 10−23 𝐴 ∙ 𝑚2 , 𝑦 𝑔𝑙 = 1.
2𝑚
ℎ
ħ= , 𝑦 ℎ = 6.6252 × 10−34 𝐽𝑠.
2𝜋
𝜏 = ⃗⃗⃗ ⃗,
𝜇𝑙 × 𝐵
que tiende a alinearlo con el campo y que asociado a este impulso relativo existe una
energía potencial de orientación:
∆𝐸 = −𝜇 ⃗.
⃗⃗⃗𝑙 ∙ 𝐵
Ahora bien, se considera que el electrón tiene un momento magnético dipolar
intrínseco (integrante) 𝜇𝑆 , debido al hecho de que tiene un impulso angular intrínseco 𝑆,
llamado espín (spin). Se puede pensar a groso modo que, el electrón produce un campo de
inducción magnética externo correspondiente a un dipolo magnético debido a las espiras de
corriente asociadas con la rotación de su carga. Igualmente se considera que, la relación
entre el momento magnético dipolar de espín y el impulso angular de espín es de la misma
forma que la relación para el caso orbital, esto es:
𝑔𝑠 𝜇𝑏
⃗⃗⃗⃗
𝜇𝑆 = 𝑆.
ħ
A la cantidad 𝑔𝑠 se le llama el factor 𝑔 de espín.
𝑆 = √𝑠(𝑠 + 1)ħ, 𝑦 𝑆𝑧 = 𝑚𝑠 ħ.
⃗ + 𝑆.
𝐽=𝐿
𝐽 = √𝑗(𝑗 + 1)ħ, 𝑦 𝐽𝑧 = 𝑚𝑗 ħ.
𝑚𝑗 = −𝑗, −𝑗 + 1, … , +𝑗 + 1, +𝑗.
𝐽𝑧 = 𝐿𝑧 + 𝑆𝑧 .
lo cual es:
𝑚𝑗 ħ = 𝑚𝑙 ħ + 𝑚𝑠 ħ,
o,
𝑚𝑗 = 𝑚𝑙 + 𝑚𝑠 .
Al igual que los otros números cuánticos de impulso angular, los valores posibles de
𝑗 difieren por enteros.
Computación con espines. En los últimos años se han hecho enormes avances para
dar respuesta a la pregunta: ¿Es posible hacer computación con espines? El poder utilizar el
espín del electrón permitirá usar diferentes herramientas de control y observar la electrónica
clásica de una forma más compleja. Necesitamos métodos para controlar la dirección de
los espines en una corriente de electrones, también debemos identificar el tiempo en que
estos electrones retienen la información, e igualmente, poder leer esta última. Este campo
de investigación y desarrollo es llamado Espintrónica y promocionado con imágenes como
la presentada en la Figura 34.
9. Sólidos cristalinos
Los gases son compuestos de partículas aisladas: átomos y/o moléculas, excepto
para colisiones ocasionales entre ellas. Las partículas del gas se encuentran en un gran
movimiento térmico y tienden a ocupar todo el volumen disponible. La variación de
volumen está asociada con cambios en la presión.
Figura 35. Estructura del material cristalino cloruro de sodio NaCl. (Izquierda) A
Sodio y B Cloro. (Derecha) Grande Cloro y Pequeño Sodio.
Figura 36. Las catorce redes espaciales de Bravais
En 1801 Haüy propuso una hipótesis interesante: Cualquiera que sea la figura de un
material cristalino, se puede romper un espécimen siguiendo los planos de clivaje y obtener
paralelepípedos cada vez más pequeños hasta llegar a uno de tamaño limite que Haüy llamo
“molécula integral”, el cual constituiría la unidad fundamental del material cristalino.
Bravais (1848) estableció los fundamentos para afirmar hoy que en tres dimensiones, sólo
son posibles catorce tipos de unidades fundamentales, conocidas como las redes espaciales
de Bravais, y presentadas en la Figura 36. La dimensión de cada unidad fundamental es del
orden del angstrom (1Å = 10-10 m). La formulación de la teoría atómica aportó el
conocimiento necesario para proponer el ordenamiento de los átomos en los cristales, lo
que es comprobado experimentalmente en forma contundente mediante la difracción de los
rayos X o neutrones, cuyos primeros resultados fueron obtenidos por van Laue, Friedrich y
Knipping en 1912, y por W.H. y W. L. Bragg en 1913.
Enlaces atómicos en los cristales. El valor del radio iónico 𝑟 (±) o atomico (𝑟𝑎 ) es
característico del tipo de enlace que une a los átomos en el material cristalino. Cuando un
conjunto de partículas neutras e independientes (átomos o moléculas), cuya energía total es
𝐸1 , se unen para formar una estructura cristalina, la energía total 𝐸2 de esta deberá tener un
valor inferior a 𝐸1 para que el compuesto sea estable; la diferencia 𝐸1 − 𝐸2 = ∆𝐸𝐶 se
denomina: energía de cohesión. En todos los casos la energía potencial del ordenamiento
cristalino debe corresponder, en el estado base, al mínimo de energía potencial. La
influencia del tipo de enlace es decisiva para la formación del material cristalino.
Algunos cristales, llamados cristales iónicos, como los halogenuros y los óxidos;
particularmente, los cristales de cloruro de sodio, consisten en unos arreglos regulares
tridimensionales de iones positivos y negativos alternados que tienen una energía menor
que la de los iones separados, tal como se representa en la Figura 35. La estructura es
estable, porque la energía de enlace debida a la atracción electrostática neta excede a la
energía gastada en transferir electrones para crear iones aislados a partir de átomos neutros,
del mismo modo que el enlace iónico en moléculas aisladas, ilustrado en la Figura 11. En
los enlaces iónicos, el ordenamiento de los iones positivos (cationes) y de los negativos
(aniones) debe corresponder a un equilibrio electrostático. Es decir la carga eléctrica neta
del conjunto debe ser nula.
Existen otras dos clases de cristales. Los cristales moleculares en los cuales dominan las
fuerzas de Van der Waals, como ocurre en compuestos de gases nobles. Y los cristales con
enlaces por puente de hidrogeno presentes en el hielo, en cristales de KH2PO4, en
compuestos cristalinos hidratados y en algunos ferroeléctricos.