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Resumen Oratoria, el mágico poder de la palabra:

Capítulo 1:

El hombre es un ser social y político por naturaleza. El hombre necesita de la comunicación


para sobrevivir en el medio en el que se encuentre (Necesidad). Se genera una introducción
conceptual para entender de qué se trata la comunicación. La comunicación como proceso
necesita el reconocimiento de un otro para existir, ya que este (el proceso) no se puede
realizar si no es a partir de la interacción de dos agentes (emisor y receptor). Para ser un
buen orador hay que seguir normas. El discurso es organizado y requiere una preparación
previa. Se establecen momentos para estructurar el discurso, el primer momento consta de
generar el ambiente y conseguir que mi público o receptor se prepare o logre recibir de una
forma adecuada lo que quiero entregar. El segundo momento consta de lograr el objetivo
timón para encausar y de una u otra forma interrelacionar los temas para lograr la finalidad
o lo que se espera con el discurso en el público. En los momentos se genera una especie de
separación del discurso y cómo este debe tener distintos objetivos en relación al espacio
temporal en el que se encuentre y si es que está en la introducción o primer momento
(necesidad de llamar la atención), desarrollo o segundo momento (explicación de la idea o
tesis y formas de ordenarla según el objetivo que se tenga) y finalmente la conclusión o
tercer momento (aquí se genera el cierre del tema). Al escribir un texto que va a ser
verbalizado, hay que realizar una evaluación en relación al modelo de explicación, el cual se
basa en decir sobre qué se hablará, hablar de ello y decir de qué se habló. La efectividad de
mi argumentación o poder de convencimiento se basan en una estructura semirrígida
llamada diagrama de Van Dijk.

Capitulo 2:

En la construcción de la escritura del discurso, se debe ser cuidadoso y autocrítico en la


forma en que se está realizando el proceso previendo errores en la oralidad o al escuchar
la lectura, ya que esta será nuestra finalidad o meta. Es fundamental conocerse a sí mismo
para saber los errores vocales que puedo cometer. La voz como componente distintivo y
fundamental del discurso, debe ser reconocida y trabajada en pos de su funcionalidad y
protagonismo. En la voz, la respiración se convierte en un eje basal con sus tecnicismos, por
lo que es importante conocerlos y trabajarlos a cabalidad para llevar a cabo un buen
ejercicio y ejercer o utilizar de buena manera el recurso voz. Conocer conceptos como
volumen, resonancia, articulación o velocidad, nos permiten realizar un buen uso de la voz.

Capítulo 3: La palabra se transforma en un instrumento y vehículo del pensamiento. Por lo


que es a través de éstas, que uno logra aterrizar o comunicar efectivamente lo que piensa.
Asimismo, el discurso oral se vuelve un medio para afectar de manera positiva o negativa
a nuestros oyentes a partir de lo que decimos. El dilema de leer o narrar se convierte en
una decisión sustancial a la hora de mantener la atención de mi público y así establecer a
partir de mi elección (narrar o leer) los pasos a seguir. La interpretación del discurso recae
en la simple disposición de cuan convencido estoy de mis ideas (creer lo que digo) y de
cómo las transmito, ya que la percepción del público en parte se genera por la forma en
que comunico (requiere práctica y no repetición). No se trata de hablar como un libro, sino
de escribir como se habla. De esta forma, conseguimos persuadir, dar seguridad, transmitir
admiración y convencer a las personas de lo que estoy diciendo. Existen recursos que me
ayudan a mantener al público atento o cautivo a lo que les diré, es por esto que
componentes como la espontaneidad (lo reiterativo aburre), el humor, el suspenso, las
cifras, experiencias personales y otros.

Capítulo 4: Las señales extraverbales son incidentes en el proceso comunicativo y en el


mensaje verbal. Existen tres componentes principales que determinan el mensaje ya
mencionado, estos son la imagen del orador, la expresividad corporal y los signos del
espacio físico compartido. Es necesario proyectar una imagen que se condiga con el
discurso, y entender que la audiencia es el eje de éste y que por consiguiente mi imagen
debe lograr reforzar lo que digo o lo que pienso (es una cadena con la finalidad de reforzar
el mensaje). El orador perfecto no existe, sino distintos oradores que logran adecuarse a
diferentes situaciones. Cuidar el vestuario, ya que este es importante para la comodidad y
para la concordancia con el contexto. El cuerpo habla, y comunica a través de los
movimientos y hay que tener cuidado con lo que éste proyecta. Lo que se busca es
naturalidad en la expresión y no generar una artificialidad o sensación de creación sin
fundamento (una interacción medida es clave para el desarrollo del discurso). Las señales
físicas son claves para enfatizar, señalar o atenuar.

Capítulo 5: En los momentos previos a una situación de relevancia, controlar las


adversidades provocadas por el medio es importante para desarrollar un buen discurso, ya
que el nerviosismo, la ansiedad y diferentes estados de ánimo nos juegan una mala pasada
al momento de estar frente a un público muy masivo o simplemente uno del tipo que
dificulte la labor de emisor. No suprimir el miedo, ya que eso solamente cubriría de manera
superficial su problema, es por esto que es necesario enfrentarlos y atacarlos desde la
razón, previendo todo error que pueda alterarlo a usted y de manera consiguiente su buen
desempeño.

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