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i,POIESIS-MIMESIS
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'..*.:: -"' .pgrEg¡sr EN r.A FrLoSOrÍA GR¡EGA
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ctoza, eorr el,de'"bs'cosas en si, aütd, oia, rulXci,vet dyrq rs. Ef¡
realirlad'éste es un ¿rgumento repetido por Platón en mui
chos de sus diálogos, donde incesantemente censura a los
, poet4$* por no <saberr¡ lo que dicen r0. Pero aqul se e¡¡-
contrará una fundamentación ontológica, al establecerse los
limites'entre los que está comprendida la poesía. Sócrates
r€conoce su respeto por Homero y lo presenta como el.
npótoq btDáoxaldc rui {1e¡róv de todos los otros poetas tg.
Pero no:$e pugde, honrar a un hombre más que a la verdad¡
y eIla es la que te obliga a combatirlo 3r.
El primer y caprtal concepto que emerge inmediatamente
f* err esta critica es el de ¡ríp4orc, si bien en un sentido diferente
- del que tiene en el libro tercero. Platón comienza p,reguntan-
{o por una definición de mimesis: Mí¡rr¡orv ó}.tDq é1orq, &v,pou
eineiv ót ¡cor'- éotír; ?3. La investigqción, sigqtendo el.. mé.-.
todo ¡ocrático,,f_x cfle eior$oiac p.e8cíbooro, to¡np el e1Doc d?
algo cgmo eje; Este algo será, en este caso, un producto
manual, pof eiigpplo. una silta o un4 mesa. Cualquiér¿ de
estos objetog .que.. vemos repetidos tienen que haber si{q
fabricados conforme a una Idea que.de ellogexiste, y miranq
do esta ldea: npdc ri¡v ibéav p).érorv 'n. El at&o, XergotéXvr¡e,
es el creador de estos objetos. Ahora bien, ¿ qué nombre
liabria que dar a un artífice que fuera capz de crear <<toda.
clase de objetos, todo 1o que sobre la tierra crece, e incluso
a si mismo, y a la tierra, y al cielo y a los dioses>?2¡.
Este Saopcotdv.ooc.lorf¡v, que aquí aparece, no es un autentico
. 18 Reb. ffib7,
tg Protágoras, W c; Afología, Dc; Leyes, TLgci lon,5g4c. .
. 2s Rep., ffia.
zt Re?., ú98b.
zs ReP.,596c. Es el mismo ejemplo del Sofist¿ 2BBe; ÍNBa, y li
r¡l'isma caracterización.
100 ¿L OONCE'IZ9 (POIESIS, EN LA FII.OSOFÍE CNTBC¡ POIESIS-MIMESIS 101
silla pooird¡r.evog eivc¡ óvto¡s xlívrjs rlotltil6 dvtos oüorjc3'. I a divi' ' Cabría'qquí preguntarse por qué el pintor no puede te'
nidad es el gorouplcíc, auténtica creadora de la naturaleza e¡ 'ñer como módelo{& idea sutrx€ma que el artesano tiene. Así
cuanto tal. Al carpintero le corresponde también un nom- quedaría roto este orden que Platón impone, según el cual
bre, el' de Dr¡¡rtoopldc, en su sentido original de artesano.. el pintor está situado detrás del artesano y stl creación es
Ahora bien, ¿ qué nombre lievará el pintor ? ¿ Es también simple reproducción de la de éste. Pero Platón qe mueve en
artesano y creador? (norqrr¡c). Pl¿tón emplea aquí de nuevo ua iiguroso orden ontológico, en una concepcidn, según la
la palabra en su primer sentido de autor, de hacedor. Nia- c'úal el ente creado por el artesano es el último y único que
guno de 'estos nombres le conviene; ei único que se adecua gúede tener caracteristicas y validez de tal, con respecto a
a él es el de ptpr¡tric, imitador de aquellas cosas de' las la ide¿ ejemplar. Lo real es el ente cuya presencia no €s en-
gue los otros son artesanos 3'. Bueda claro en esta distin- gaño y cuyo aparecer descansa en el ser. Precisamente porque
ción el sentido de pt¡n¡c¡c, no en cuanto simple imitador, el pintor no puede captar la ¡ealidad y apoderarse de ella,
i-"bién
tal como comúnmente se interpreta. No cabe duda que tam- qqe qs en 1o que consiste la verdad del ente, tiene que li-
el artesano imita, puesto que, según Platón, no crea mitárse a su puro aspecto a¡rarencial 35.
la Idea de lo que fabrica, y tiene que tenerla presente para un ejem-
llevar a cabo su producción. El artesano, si entendemos por , I4 escultura no habria podido prestar a Platón para
plo tan perfecto como la pintura Esta le vale ejempli-
imitar la pura reproducción de un ente, la simple copia de
una realidad, imita también al reproducir conforme a un ficar una escala creadora, cuyo peldaño inferior queda des-
valorizad.o. Las objeciones que se podrían hace¡ desde una
.t"H":r: pues, lo decisivo en la mimesis el hecho de la :rueva..esÉtica al craso sofisma platónico, la falsedad de su
producción de una realidad conforme a otta; porque no de- comparación, el considerar la pintura como una simple re'
fine a la <imitación¡¡ esta pura relación de dependencia for- producción fotográfica, por así decirlo, de la realidad, son
mal entre dos entes. <¿A1 creador dq este tercer producto demasiado patentes para demorarse en ellas. Platón mismo
a partir de la naturaleza de la cosa, llam¿s tú imitador?> 11. debió de haber pensado también en 1o frágil de su tesis desde
Esta distancia de la idea originaria es lo que define al ¡rtgr¡cic. et pnato de vista de una teoría del arte; al comienzo del
Puesto que la obra del pintor está situada en este tercer libro décimo corre una especie de ironía que lo hace supo-
grado, su creación no puede tener las mismas caracterlsticas ner: Pero la escueta dialéctica, con la que se abre su discu-
que la del artesano; de ahí que no sea realidad lo que su sión:,arrarra a Platón a esta depreciación del arte.
actividad produce, sino mera aEariencia' La verdad del ente producido por el artesano, su saber
técnico, no 19 posee el pintor, que reproduce cualquier ob'
sr Re!.,. 597 d. jeto que se le presente, sin <comprendeo nada de é1. Ya no
s2 Seestablece, pues, una distinción importante entre rpoiesisr y
amimesis¡ ; de ahi que puedan separarse también claramente strs dos es, por consiguiente, sólo la prueba ontológica de la distan-
funciones. cia entre pintura e ldea, 1o que aduce Platón, sino el argu-
ss Es una imitación de la verdad. Platón mismo hace esta distin-
ción, Rey'., 598b.
34 Rep., -ñ7 e. 35 R¿p., 598 b.
I
103
102 EL @NCEg¡O (POIESIS) EN LA EILOSOFÍ¡ CNrrC¡
mento común^contra los sofistas, que hablaban de todas las siguieute, <rdesQ Homero todos los poetas son intérPretes
cos-as sin saber de ellas <en sl mismas> 3c. ae Aagenes de1alores humanos y de otras cosas que poe-
,; La verdad de laréXvq está en su realización que solamen- tizan (rcoroóotv) sin tocar siquieta a la verdad)
¿1'
te lleya a cabo el artesano; el pintor despierta la impresión : -Peró:antes;de continuar su crltica, Platón ofrece inespe-
de esta realidad, pero no crea la realidad misma s?. radamente una esp€cie de definición de poé3la'2' Por ün
, Sobre este ejemplo del pintor levanta platón su crltica, fronento ,r.; pi"ttt" en 1a repercusión social de la obra poé-
haciendo extensiva a la poesía los argumentos aducidos rs. 'ni en la felación que a la verdad dice el ptprp{c, ni-en
$ica,
Los poetas clásicos son alabados por su multiple saber: ¿no , la.comparación aparentemente tan sofística de artista y ar-
será que este sabér, como el del pintor, es únicamente un sa- te'sd{I;, Bién'es verdad que aquí vuelve a surgir el tema <del
ber de apariencias, de imágenes de las cosas alejadas tam- .f,p- r.coülprenderD que caracteríza a los
poetas,,,oüx énatowc
bién de la realidad ? Et problema se plantea, por consiguiente, dii',ft,pr¡reioü¿i¿3. En esta Yelada definición pódemos vis-
en los mismos términos, o sea en un análisis de la autenti- lumbrar algo de lo que Platón entendía por p'oesía' Los
didad, de la <mímesis> poética. Los dps conceptos funda- dos elementos que en p'rirner lugar nos aparecen sÚn nom-
mentales que tendrán aquí también su papel decisivo son, bre (dvo¡rcr) y frase (dt¡t o) nn, pero esto de una manera es-
gcvrd.o¡rcrtc y óvrn. Habrá, pues, que investigar si lo que el peciai. El poeta representa con estos elementos los <colo-
poeta crea es el <ente)) o su apariencia, gavtdo¡rara 1dp dlL, resr (Xpépatcr) de cualquier #Xv¡. 'La palabra adquicre tarn
oóx óvta roroóory te. Uién, inRuí¿o Platón por el ejemplo del pintor, unas deter-
La crítica a Homero comíenza con una objeción desde minadas características ; no es desveladora del ser, sino ex-
el punto de vista de la Paideia. Enfocada desde la utilidad Bositora de la apariencia. No es el contenido
ontológico 1o
que el poeta puede prestar a ia ciudad, desde la realidad .gltS u" ella decide, sino su manifestación aparencial, sus
<<técnical de los saberes que canta, la figura de Homero El lenguaje poético aParece para Platón revestido
pierde la importancia que hasta entonces había tenido.
i¡¿ifro.*
<¿ 9ué ,dé'un-"cplqr,Peroestametáforaplatónicanovieneúnica=
ciudad, di, ha sido por tu influjo meior gobernada, como .mente motivada por todo lo que antes se
ha dicho sobre la
lo fue Lacedemonia gracias a Licurgo ? ¿ Qué ciudad ¡e- pf"t*q El instrumento de que se sirve el poeta son las
conoce que tú has sido un buen legislador?>n0. Por con- frhbr"r, pero el uso que de ellas hace no está orientado
hacia el <comprender>, a pesar de que la palabra es vehículo
los
36 Anrsrórar.rs, Metafísica, 901 b 6 habia puesto en boca de los ,de comprensión. En el Cratilo se dice que <<quien conoce
a5' Pero estos nom-
platónicos que mo hay formas de cosas tales como una casa o un iombres, conoce también las cosas>
anillo¡. Véase también Metaflsica, 10?0 a 18; Gorgias,6&3 e; 50G d. bres áel poeta no tienen su base en el ser, sino en el apare-
3t Otros pasajes de Platón en tros que enjuicia de manera distint¿
a üa pintura: Rep.,4[12 d; 4&f c; 501 b; Fedro, Zli d; Fiiebo, $9 b c;
Cratólo, M b. 41 Rep., ffie.
3t ftay'., 5S d, sig. Véase también Sofrsta, Zl4 c. 12 Rep., ffi|a4.
Ee Rey'., 590 a. 43 Rep., Wta6.
a¡ ReP., 599d. Véase también.Jer.rór.rrws, Fragmentos 2, 1g (Drnr.s, 44 Cfr. Goncr.rs, Alabanza de Helena, 9 (Drrrs' II, 290)'
I, 14). 1S Cratíto, 4ú d'
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C^qpiru¡,o VII
: POIESIS-SOPHIA
Ilatépe€, t{c oogicg eioiv rai fupdt g.
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EL @N@:PTO (I¡o¡ESISD EN rA RTLOSOT{A
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POrcS¡S-SOPETA 'trs
talión de la poesl" una tarea poco seria, puesfo que
fiodo-"vers<l es capaz ":*o _
de admitir expliJaciones opulstas. p.ro
si en una de estas discusiones h-ay alguien bien formado,
gntonces no necesario <alquilarn poetas que no sabea
_es
gue dicen, sino lo
que sin ayuda ¿e na¿ie es
iosible
un diálogo e investigar la yerdad con los propios sostener
pensa-
lnientos. Es el mismo tema que ya hablamos visto en
flo t, y que volyeremos er"ortrar de nuevo en el el
" a Cebes por qué Fe-
dón, donde Sócrates explica ha puesto
€¡l verso temas de Esopo: ha oldo
_algunos ,o"¡o" L"
vo:i que le i¡vita a cultivar la música, pero "o
al ser la filo.
sofl¿ Ia música más excels", .. .,'rp.rioo
la divinidad. Sin embargo, upo, ,rJ desobedecer ;;;d;1"
".t estei_au_
dato, he hecho poemasl o. Lo decisivo en este
pues, esle impulso que desde el suefio origíla ""ro j
o,
t" po.st" pra posesión divina es la oda u aotra clase
r-:".i8-tftgÉn_.ég
Sócrates añade que un poeta <<ha de hacer -d+¡m*¿'4"-,,;$- este. op.do se limita el horizonte de
.u, .,r.r.-o. -'
mitos y no con razones)), roreív "oá .1as.ggqi${pdps poeticas : <<los hechos de los antepasadost.
¡ró$ooq aII, oüia1o,rJ-"
Pero es en el Fedro donde platón .e .nfrerrt, S.i$cq¡,bargo,.al".referirlos, el poeta no hace historia; su
decidida_
mente con este tema s. En este pasaje se habla , misiga no es narrar, sino ensalzar (xoopoóoc). Precisamente
d" la i;_
cura (pcvíc) que se apodera del amante. Locura por So el efecto que la poesía ejerce en el alma es muchq
cierto,_no es algo negativo, pues precisamente poi nu., no, más profundo. La obra poética, mediatizada por las Musas,
don divino repoftó a la paftia grandes bienes, como
,ár'*
levanJada como prototipo y modelo por la sublimación pp{.
lo
prueba el hecho de que a través de la p,rofetisa tica, tiene una misión: <la educación de las sucesivas ge¡re-
de Delfos
han llegado dádivas fecundas a Grecia. También p,or ¡aciones> (toüq éflTpopévoos narDeúer) 12.
medio
de las slbilas se han podido predecir y anunciar cosas gue Sobre estas dgs bases, irracionalidad y pedagogía, Pla-
sin un estado de enajenación o u.o,o.i".roo> habriaa sido tón podría haber levantado de nuevo toda una argumenta-
imposibles de prever. De ahí que <según el testimonio
de {ión iontra Ia poesla, como ocurre en la Rep,ública rt. Pero
los antiguos, se tenía por más excelsa esta clase de locura no;:lo hdce, porque su' intención es ahora únicamente la de
justificar en sl mismo un estbdo psicológico, que no por
s Ion, Wa. irracional deja de ser real, y que modifica y condiciona toda
a Fedón, 6LbL.
7 Fedón,81b4. 10 Feitrro, 2ÉL a 1,. Cfr. Ion, ó# d535 a.
8 Fedro, Í144a,b, sig. l1 Fed¡o,28a4,
e Fedro, ?Ad,. t2 Fcdro, Wa,6.
13 Rep., 60G e; Wlb.
Sr¡
':i- lg,prrggpgti¿¿$,ip+p ocurre con el amor, tema que da pie gignp,que ¿ÍE&ee.ql el .Ioq11.,.Pero si'en
,,-t- 3.qsh áxPlaqleióa socrática' y por lg 4usencia de h
esFdg dS eqaig¡¡piéS
.
:;::t:i,;.::
.
:..::,-; - , , Pgt eso <<aquél
:jit..-tr9I\!eso (€$BCr que sin
¡ur erilal.
esta especie
Esl¡ccr€ de -locura se acercar
uc"f(,r-ur re_sla quedaba desv-*lo¡izada, aqtd,'por.r-e_11 qontra'
^-:
,,.i
.
74 Fedro,2,Ma13,
u fom, &c.
16 Rsy'., 600 e.
r7 Cfu. Rep., 4$a; Fedro, ?IGc.
.1:. "..i: - .
: :: ":-:- I
causada pglrg$ arrebato divino, a una especie de entus!4srno ir,r:li$S.gqe Ia pgesla'apunt4 a su realización. La ciencia ¡rre-
jpve¡it'1 lF qge el alma delicada es la más apta para caq ' 'o)' La
-f bajo el dominio-de las Musas s. :.
':, existenci¿ de un objeto exterior.
. ;."Algo mrás adglante, sin embargo, Platón va a insistir: dq ',,¡11,Q¡;,,,:I€:rconsideración racional de este objeto por el su-
auevo % en ün tema, al que ya se habla refprido en el
fon 25: la consideración de la té7.vr¡ como un conjunto de sin embargo, no presupone objeto exterior,
-L+;{foesía,
reglas con valor universal. porque elb misma es su objeto. Sus componentes no exis-
El arte es url organísmo, una armonla de partes. No co- tea ea cuanto tales, sino cuando han quedado perfiiados ea
noce, por consiguiente, la medicina el que sólo sabe experi- su €squerna total. La ciencia se acomoda a las condiciones y
mentalmente la apücación de una determinada cura. <Lo mis- cualidades del objeto; la poesía adecua y forma tal objeto
mo que si alguien se acerca a Sófocles o a Eurlpides y les conforme a su pret€nsión creailora. T a ciencia busca reL¡-
dijese que sabfa hacer grandes discursos sobre asuntos pe- ciones objetivas y reales y f.ormahza tales relaciones; en La
queños y pequeños discursos sobre asuntos grandes..., y di- poggla no existen estas relaciones objetivas y su única reaü-
ciendo estas cosas ¿ opinaría tal individuo que estaba comu- dad consiste precisamente en la armonía que concede a las
nicando a los demás cómo se hace la tragedia ? (tpa'¡gDícc gartes la estructura poética dentro de la que esas mismás
zroír¡otv)... pues ésta no es otra cosa que la disposición or- partes funcionan. Si los objetos de la ciencia no dependen
denada de las partes entre sí, y esa misma disposición de lnra nada de ést¿ en cuanto a su existencia, la existencia del
ellas en el todol 26. objeto poetico np puede concebirse en cuanto tal objeto
fuera de la *oír¡ot6.
zt Fedro, ZtMd.
zz' Asi dic€ E. Mür,r¡n: rVÍorin, aber, gibt sich denn überhaupt
nach dem Phádn¡s der góttliche Wahnsinn des Dichters z,u erkennen?
Nur in eine¡ erhóhten Stimmung der Seele, in einer Erhebung des Geis.
tes¡. <Geschichte der Theorie der Kunstr, Breslau, 18Ba, pág. rlÉ,
2s Cft. Fedro, ?ff. e; ?fi2c; *Bd; 2?0d i Zl6e.
z* Feilro, ffic.
zs lon, isi8¿a.
za Feilro, 208 c, d.