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En términos generales, los objetivos definidos por los países para los estudios binacionales de
integración fronteriza pueden ser sintetizados de la siguiente manera:
- Promover la gestión ambiental del área de los proyectos binacionales e incentivar su desarrollo
autónomo y sustentable, utilizando correctamente las potencialidades y respetando las
limitaciones que presentan los recursos naturales;
- Promover la integración de cada área nacional en los respectivos países, asegurando que esa
integración sirva como elemento dinamizador del desarrollo;
Para hacer efectivos estos propósitos, cada país realizó estudios básicos sobre su área incluida
en el plan, que consistieron en la recopilación, organización y análisis de la información
procedente de entidades nacionales relacionadas con la cartografía, uso y manejo de recursos
naturales, e infraestructura física, social y económica. Como complemento, se preparó un
catálogo de estudios y proyectos existentes en el área del plan o programa. En todo este proceso
y aún en la etapa de elaboración del diagnóstico regional, se intensificaron los estudios sobre
las diferentes variables de los ecosistemas, dada la importancia del tema para el desarrollo de
la región amazónica.
En función del diagnóstico regional realizado para cada una de las áreas fronterizas y del balance
de sus potencialidades y limitantes, se elaboraron los lineamientos de política y las estrategias
para estructurar los planes binacionales de desarrollo fronterizo.
Los procesos seguidos en cada plan o programa binacional fueron variados y se ajustaron
conforme a la secuencia usada por los Comités Técnicos - creados por los países para la ejecución
de los estudios - en cuanto a la definición de objetivos específicos. Se ha tenido en cuenta las
perspectivas y los aspectos críticos de cada región, así como el rol que desempeña la misma en
el desarrollo de los países y en el marco de las políticas regionales ya definido por los acuerdos
multinacionales y binacionales.
El conjunto de las acciones en el área de cada plan o programa se rige asimismo por las políticas
de los países involucrados tanto a nivel nacional como las que se refieren a la zona fronteriza
correspondiente. Igualmente, en lo que concierne al manejo de los recursos naturales de la
región amazónica, cada país dispone a su vez de un marco legal dentro del cual se ha venido
desarrollando el proceso de planificación.
En lo que respecta a la estructura operativa, el esquema general utilizado hasta el presente para
la ejecución de cada plan o programa binacional es el siguiente: la Comisión Mixta, integrada
por los representantes de los Ministerios de Relaciones Exteriores de los países, que constituye
el nivel superior de decisión en cuanto a la realización y coordinación de los programas;
una Comisión Ejecutiva, encargada de la coordinación de la ejecución de los estudios; un Comité
Técnico, que actúa como órgano bilateral de supervisión y compatibilización, y a cuyo cargo está
la ejecución de actividades y el análisis e integración de los trabajos que produzcan los
organismos técnicos; y las Unidades Técnicas, que funcionan en cada país, y están integradas
por un grupo de especialistas nacionales de las instituciones participantes, los consultores
nacionales e internacionales y personal administrativo.
Sobre la base del Acuerdo de Cooperación Amazónica suscrito entre los Gobiernos de Colombia
y del Ecuador en marzo de 1979, y a la posterior Declaración de Rumichaca en febrero de 1985,
en la que ambos Gobiernos confirman la decisión de promover la cooperación para impulsar
acciones tendientes al desarrollo integrado de sus fronteras, se aprobaron los términos de
referencia para elaborar el Plan de Ordenamiento y Manejo de las Cuencas de los Ríos San
Miguel y Putumayo. Este Programa comprende una propuesta de acción tendiente hacia el
desarrollo sustentable de la región fronteriza, la cual incluye parte del Departamento de
Putumayo en Colombia y la Provincia de Sucumbíos y parte de la Provincia del Napo en Ecuador
(ver Mapa 2).
La zona contemplada por el Plan tiene una superficie de 47.307 km2, correspondiendo 11.049
km2 (23%) a Colombia y 36.258 km2 (77%) a Ecuador. La población regional se estima en 332.000
habitantes, lo que representa una densidad de 7,0 hab/km2. La población indígena supera los
43.000 habitantes.
El Plan cubre una superficie de 160.500 km2, en partes prácticamente iguales entre los dos países
y una población estimada de 96.300 habitantes, que representa una densidad poblacional de
0,6 hab/km2. La población indígena asciende aproximadamente a 22.600 habitantes. El área
colombiana corresponde a las cuencas hidrográficas de los nos Putumayo (margen izquierda) y
Caquetá (margen derecha), así como a la zona del Trapecio Amazónico y se localiza en los
Departamentos de Putumayo y Amazonas. En el Perú abarca el corredor comprendido entre los
ríos Napo y Amazonas (márgenes izquierdas) y el río Putumayo (margen derecha) alcanzando a
la localidad de Estirón en el río Javarí, localizándose al extremo Norte de la Región de Loreto (ex
Amazonas), comprendiendo parte de las provincias de Maynas y Ramón Castilla (ver Mapa 3).
El área comprendida por el plan abarca cerca de 28.285 km2, de los cuales 9.635
km2 corresponden a la parte colombiana y 18.650 km2 al Brasil. El área colombiana está ubicada
en el extremo Sur oriental del país, en el trapecio amazónico, y pertenece jurisdiccionalmente a
los Departamentos de Amazonas y Vaupés. El área brasileña pertenece jurisdiccionalmente al
Estado de Amazonas (ver Mapa 4). La zona del plan tenía en 1990 una población de 23.700
habitantes en la parte brasileña y 21.800 en la parte colombiana. Leticia (Colombia) y Tabatinga
(Brasil) conforman un área urbana única y constituyen el centro demográfico y económico de la
región. La población indígena representa el 40% del total o sea 18.200 habitantes.
El total del área comprendida en este programa asciende a casi 10.320 km2, de los cuales 3.900
km2 corresponden a Brasil y 6.420 km2 a Perú. El área brasileña corresponde a toda la extensión
del Municipio de Assis, Brasil (Sudeste del Estado de Acre). El área peruana está localizada en la
Región Inka, Departamento de Madre de Dios, Provincia de Tahuamanu (ver Mapa 5). La
población asciende a 10.200 habitantes (estimación para 1990) con una distribución
aproximadamente igualitaria en ambos territorios. La población es predominantemente rural y
con presencia conspicua de las comunidades indígenas.
El 2 de agosto de 1988, los Presidentes de Bolivia y Brasil formularon una Declaración en la cual
resaltan la necesidad de dedicar atención constante a la cuestión ambiental de la región
amazónica. Se aprobó un Programa de Acción Conjunta, por el cual se resolvió iniciar la ejecución
de planes - modelo binacionales de desarrollo integrado de comunidades fronterizas, en el
ámbito de la Subcomisión de Cooperación Fronteriza de la Comisión Mixta Permanente de
Coordinación. Para ello, determinaron que tales planes se inicien en las siguientes
microrregiones: Brasileia - Cobija; Guajaramirim - Guayaramerín; y Costa Marqués - Triángulo
San Joaquín, San Ramón y Magdalena, todas en la región amazónica. (Ver Mapa 6).
Conclusiones
Los estudios realizados son indicativos de los esfuerzos que están realizando los países
amazónicos para afrontar uno de los mayores desafíos del momento actual, el desarrollo
sustentable en la amazonia.
Los estudios señalan las ventajas de abordar el desarrollo regional por medio de proyectos de
integración fronteriza desde los cuales se generan e irradian elementos integrantes del potencial
de desarrollo futuro de la región. Enfatizan además la importancia de iniciar el proceso en esas
áreas donde concurren gran parte de las potencialidades y limitantes de la Amazonía.
El ordenamiento territorial podrá orientar el proceso de ocupación del espacio para aprovechar
racionalmente el potencial de recursos; establecer las normas que permitan minimizar las
actividades potencialmente contaminantes; delimitar los fines y usos de la tierra; delimitar los
espacios sujetos a protección o conservación, y racionalizar la ocupación del territorio.
Finalmente, se concluye que para existir una relación más satisfactoria entre la sociedad y la
naturaleza se debe prever oportunamente los cambios ocasionados por actividades humanas
con el fin de minimizar por eventuales conflictos.