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SEXUALIDAD EN LA ADOLESCENCIA

COMPILACION

JULIO SILVA

QUÉ ES LA SEXUALIDAD ?

Cambios vertiginosos en el ámbito tecnológico, político, económico, social, cultural, han


ido modificando paulatinamente la manera de pensar, las actitudes han cambiado, las ideas
han variado y el comportamiento en el área de la sexualidad humana es diferente.

En este mundo de tanto matiz coexisten individuos con diferentes formas de pensar. Dentro
de los principios morales existen una gama que va desde los muy conservadores hasta los
muy liberales. Entre los extremos vemos que unos restringen el uso de la sexualidad y
otros que defienden la plena libertad sexual. Razón por la cual la sexualidad se hace mucho
más compleja.

Sexualidad no solo es tener relaciones sexuales, es mucho más amplia. Es saber amar;
tocarse, mirarse; querer tu cuerpo, por lo tanto respetarlo y cuidarlo. Los adolescentes
orientados por la formación de sus padres día a día van fortaleciendo su autoestima, saben
cuento valen, cuantas virtudes tienen y sobre todo cuanto te valoras y valoras tu cuerpo y el
de los demás. Es tarea de los padres, crecer a medida que crecen los hijos. La orientación
debe darse de una manera franca y madura, pero sobre todo con mucho razonamiento,

Bombardeo de propagandas publicitarias con contenido erótico, estimulan a la erotización


y no a una sexualidad donde prime el amor. Estos contenidos eróticos muchas veces traen
confusión y pueden hacer del sexo algo burdo. Siendo la sexualidad muy hermosa.

Antes se veía a la sexualidad como un tabú, hoy la sexualidad es un aspecto muy


importante de la personalidad humana, por tanto, padres de familia y educadores han
tomado conciencia de la importancia del tema.

Por razones culturales muchas personas creen que el sexo es algo sucio y bajo, y que cuya
práctica sólo debe tener finalidades reproductoras. Por ésta razón, los intereses y las
actividades sexuales de los niños son contemplados como si se tratara de vicios malsanos.
Es frecuente escuchar a los padres o adultos, decir: “no te toques”, “eso está feo”, “saca la
mano de ahí”, para referirse a actos propios del autodescubrimiento corporal de los niños.
Por tanto un niño educado de esta manera vivirá el propio sexo como algo impuro y se
sentirá culpable de sus actos. En consecuencia la sexualidad ira asociada a un temor, que
arraigará profundamente en su personalidad y más adelante cuando desee relacionarse
sexualmente con otras personas, aquellos miedos le impedirán manifestarse con
naturalidad.

Muchas veces si eres criada de una manera muy cerrada no puedes ser feliz en el
matrimonio, o eres una mujer fría, que es un problema por el cual son visitados los
psicólogos o eres muy liberal que es el otro extremo. Algunas encuestas revelan que se
vive en un estado de insatisfacción sexual, que el sexo no es vivido libremente sino de
manera reprimida y oculta.

A la sexualidad no se le debe considerar sucia o pecaminosa ya que es un aspecto de la


actividad humana como lo son el lenguaje, el olfato, el movimiento, a los que nadie se
atrevería a considerar malos en sí mismos.

Qué es, entonces, la sexualidad?

La sexualidad es un atributo de la persona considerada en su totalidad, con sus necesidades


corporales, físicas, emocionales y sociales.

El cuerpo humano es sexuado en su conjunto, todo él, y no sólo los órganos genitales. Por
consiguiente la sexualidad es, básicamente, la búsqueda de placer a través del cuerpo y de
toda la personalidad.

La sexualidad es un medio de aproximación al otro, es comunicación. Comunicación


gestual, a través de las caricias, del contacto sensual. Pero al mismo tiempo el medio que
proporciona la más profunda unión psíquica y física entre dos personas, pues se gozan y se
comparten emociones y sensaciones.

La comunicación y el deleite admiten gran variedad de formas y grados. La sexualidad


puede convertirse en un juego de placer y de comunicación, no exento de determinada
afectividad. En otros casos conllevará elementos más profundos, al ir ligada a una intensa
pasión amorosa.

Cada relación es distinta, no hay normas, depende de la persona en sí y como ella quiere
desarrollar su sexualidad, y como con ella llega a su realización más profunda. Es decisión
de cada pareja como vivir su sexualidad. No olvidemos que el no disfrutar de una plena
relación sexual es síntoma de alguna disfunción, pues la ausencia de placer origina
frustraciones, más o menos graves, según sea el caso.

EL DESPERTAR DE LA SEXUALIDAD

El primer vínculo que tiene la madre con el niño, es muy importante y marca una gran
significación en el bebe y posteriormente en la futura vida, adolescente y luego adulta.

El baño diario, el auxilio en sus evacuaciones, las caricias, el amamantamiento, cuando el


niño con toda su inocencia toca los senos de la madre con tanta ternura y ella a su vez lo
mira como extasiada, es un intercambio corporal muy hermoso. Ella es quién lo cuida
cuando está enfermo, lo consuela con un gran amor cuando llora.

Cuando estas caricias afectivas no se pueden dar por diversas circunstancias se ha


demostrado que estos niños carentes de cuidado no tienen ningún tipo de interés por su
propio cuerpo y pueden llegar al aislamiento y al rechazo total de cualquier persona
llegando a encerrarse en sí mismo.

Para la psicología actual los contactos corporales entre madre e hijo, y el clima emocional
que los acompaña, tienen importancia decisiva. Estas primeras relaciones hacen que el
bebé aprenda a vivir el propio cuerpo a amarlo y a conocer el cuerpo del otro. Ama el
cuerpo de la madre porque ella le da satisfacciones para la supervivencia, y ama su cuerpo
porque ella lo trata con cariño, aprende a satisfacer sus deseos, y busca el placer y si la
madre no reprime él sentirá una satisfacción plena.

Freud es psiquiatra austriaco sostenía que los diferentes aspectos de la conducta afectiva del
niño se corresponden con sus impulsos, deseos y satisfacciones, o frustraciones, sexuales.
La excitación sexual de los distintos órganos viene dada por aquellas zonas que han estado
al servicio de los intereses más inmediatos de la propia conservación: por ejemplo, el
chupeteo en un principio, es básico para la ingestión del alimento y que persistirá debido al
placer que proporciona más allá de las necesidades nutritivas.

Los intereses sexuales por determinadas zonas del cuerpo llamadas erógenas, es decir,
aquellas que actúan como punto de partida del estímulo y que son generadoras de erotismo,
están íntimamente relacionados con las diferentes funciones corporales que implican una
asistencia materna.

Cuando el niño empieza a diferenciarse del Otro, es decir de la madre, experimenta el deseo
por el objeto amado con el cual hasta ese momento se confundía. Pero inmediatamente
descubre que existen otras personas el padre, los hermanos que pueden ocupar la atención
física y afectiva de la madre. Nace así en el niño el complejo de Edipo, es decir, el
conflicto del niño con el padre, a nivel inconsciente, en rivalidad con el objeto sexual
madre. En la niña, por el contrario, se da la rivalidad con la madre en disputa inconsciente
por el padre.

De acuerdo con la teoría freudiana, el niño resuelve esta situación triangular renunciando a
sus deseos sexuales y con ellos, a toda relación incestuosa. El temor de verse atacado o
destruido a causa de sus impulsos, o el temor a destruir con su rivalidad a las personas a
quienes más quiere, harán que reprima sus intereses sexuales. En una palabra, los impulsos
instintivos que, hasta el momento, movían al niño a cualquier acto tendente a producirle
satisfacción, dejan de manifestarse y quedan latentes, como adormecidos. Estos instintos
reaparecerán al cabo de unos años, en los albores de la pubertad.

La pubertad no es más que el segundo brote de la evolución que se inicia con el nacimiento
y se detiene al finalizar el primer período de la infancia, para alcanzar su punto culminante
con el resurgir de todos aquellos conflictos que permanecieron apaciguados.

INFLUENCIA DE LA EDUCAICÓN

Todos sabemos que en el proceso formativo del niño y el joven estamos transmitiendo
además de los contenidos, nuestras propias experiencias, actitudes y sentimientos.
La experiencia con niños y jóvenes muestra cómo ellos captan la deficiencia en sus padres
y maestros, ellos les hablan de sexo o sexualidad, en forma fría, inexpresiva, científica,
enfatizando en los peligros y valores, pero sin responder a sus inquietudes, vivencias
cotidianas y problemas que los atormentan, impidiéndoles llevar una vida sana y normal.

Ningún padre de familia o profesor-educador, puede brindar una verdadera formación


sexual, si antes no ha revisado, analizado e interpretado su propia realidad sexual. Razón
por la cual hoy en día los colegios se preocupan de orientar a los padres de familia en
escuela para padres orientado por psicólogos y educadores capacitados en el tema, con
charlas, películas, etc. A eso se le llama paternidad responsable.

Si el niño ha sido adecuadamente informado, la pubertad hará resurgir la curiosidad por los
orígenes de la vida, pero ese afán por conocer ya no estará centrado en la simple fisiología
de la reproducción, sino en la importancia de las relaciones interpersonales.

De no existir diálogo durante la infancia entre padres e hijos, difícilmente podrá haberlo en
la pubertad.

AUTOESTIMA

Actitud mental de alto aprecio que se tiene de sí mismo, basado en el conocimiento de sus
potencialidades, logros y realizaciones que hacen que participe eficazmente en el desarrollo
de la sociedad.

Sabemos que el hombre es varón o mujer desde el instante en que es concebido; el cómo
vive su condición de varón o mujer depende de su autoestima sexual. Siendo la autoestima
una actitud mental, lo que piensa, lo que siente de sí mismo como persona sexuada se
refleja en su manera de actuar.

La autoestima, se adquiere en el proceso dinámico y permanente de transformación de niño


a adulto, descubriéndose y desarrollándose como la persona única que es. Llamada ser fin
y no medio para nada ni para nadie.

Función de padres y maestros

En la etapa de la dependencia, la familia y la escuela proporcionan un medio afectuoso y


seguro donde los educandos se sienten estimulados a procurarse nuevas experiencias y a
desplegar actividades constructivas y creativas.

El marco de seguridad que proporcionan los educadores para dar una alta autoestima
comprende:

 Amor protector que implica cuidado tierno, responsabilidad respeto y conocimiento;


búsqueda y desarrollo de sus cualidades y ayuda necesaria para desarrollarlas.
 Disciplina, nos referimos a controles externos necesarios para que los controles
propios internos se vayan formando, de modo que el niño y el adolescente puedan
vivir en armonía consigo mismo y con los demás. El estímulo más poderoso es el
elogio inmediato y oportuno.
 Libertad, que fomente en los educandos el paso de la moral heterónoma (yo
obedezco los mandatos de otros) a la moral autónoma (formación de la conciencia
ética) alcanzando los valores éticos universales: dignidad, igualdad, respeto y
solidaridad.

DIFERENCIAS ENTRE EL JÓVEN Y LA JOVEN ADOLESCENTE

Las adolescentes son más intuitivas, más emotivas, con tendencia a la introspección,
reservadas. Sus secretos son únicamente compartidos con la amiga más íntima.

Los varones suelen ocultar su emotividad, ya que por razones culturales es signo de
debilidad.

Actualmente la tendencia es a la igualdad, por tanto se está transformando es


comportamiento educativo.

Experiencias de la sexualidad

Tienen una forma distinta de expresar la sexualidad. En el varón, el impulso sexual aflora
precozmente. El sexo se toma fascinante como consecuencia de las poluciones nocturnas,
que son involuntarias, pero le producen placer. Les gusta agradar a las chicas, su amor es
una mezcla de ternura, afecto y posesión sexual.

En la chica, el impulso sexual no es tan intenso como en el muchacho. La atracción sexual


tiene más bien un tinte más romántico, sentimental y soñador.

Menstruación y eyaculación

La menstruación es intelectualmente aceptada, pero muchas veces no va acompañada de


signo de placer o satisfacción sexual, por el contrario suele generar molestias. La
menstruación es el síntoma más claro de que el cuerpo se prepara para la función
reproductora. Una información adecuada a las chicas con respecto a la menarquia, hacen
que la menstruación sea una peligrosa carga.

En el muchacho la llegada de la eyaculación, es signo de virilidad, abre nuevas expectativas


puesto que desde el comienzo va asociada a la excitación y al placer lo que permite
reafirmar su identidad masculina. A veces las eyaculaciones nocturnas suelen originar
sentimientos de vergüenza, generalmente ante la madre.

Entre los 11 y 16 años, el adolescente experimenta el proceso de evolución de su


sexualidad. Las modificaciones anatómicas y fisiológicas van acompañadas a cambios
psicológicos y emocionales.
SEXUALIDAD Y RELACIONES AFECTIVAS

Entre los 11 y 16 años, el adolescente experimenta la evolución de su sexualidad.


Experimenta modificaciones anatómicas y fisiológicas que van acompañadas de cambios
psicológicos que lo obligan a comportarse de una forma diferente. Las actitudes ante los
hechos sexuales se ven condicionados por valores o normas que han recibido a lo largo de
su vida en su familia y en su entorno escolar.
Hacia los 15 o 16 años se produce una modificación de sus ideas sobre la moral
sexual, como el mantener una actitud más abierta hacia las manifestaciones sexuales
(masturbación, relaciones sexuales, virginidad, uniones prematrimoniales, etc.). A los 16 o
17 años tienen actitudes más permisivas y tolerantes que generalmente los alejan de las
opiniones de los padres y de otros adultos. Aunque al principio están más interesados en
conseguir una comunicación y amistad con el sexo opuesto que en auténticas relaciones
sexuales.

Renacer de la Sexualidad

Ante el renacer de la sexualidad, el adolescente puede negarla y optar por la


continencia, optar por satisfacerla solo mediante la masturbación u otros juegos sexuales, o
establecer relaciones heterosexuales.
La continencia, aunque poco frecuente, suele darse porque el adolescente renuncia a
la actividad sexual por sublimar comportamientos o valores (éticos o religiosos) o en
sujetos sometidos a profundas inhibiciones. Pero se debe recalcar que se puede impedir la
satisfacción sexual, pero no así la excitación que se produce a través de varios estímulos,
como un acto biológico.
Excluyendo los casos de sublimación, la abstención prolongada representa un
indicio de fuerte represión sexual consciente, lo que podría originar más tarde dificultades
para tener una satisfacción plena, por relegar los impulsos a la esfera inconsciente.
Los adolescentes afirman que se acercaron al primer acto sexual, impulsados por un
sentimiento de afecto o amor, o bien por simple curiosidad; variadas motivaciones
psicológicas ajenas al deseo sexual. Se trata muchas veces de escapar de la soledad o
establecer una comunicación a través del sexo y que adquiere un significado de escape y
petición de auxilio. Puede ser también un sentido de auto afirmación ante los compañeros,
un desafío a la autoridad de los padres o de la sociedad, o una compensación a frustraciones
de distinta naturaleza.

La Masturbación
Las normas educativas que intentan orientar la actividad sexual de los chicos y las
chicas son bastante diferentes y además la madurez sexual en ambos se inicia de un modo
muy distinto; es por eso que se dan diferencias numéricas entre ambos sexos. Los chicos,
en sus poluciones nocturnas, experimentan sensaciones placenteras localizadas en sus
genitales, y sienten necesidad de descargar el esperma producido por sus testículos. Las
chicas, sin embargo, no encuentran placer con la llegada de la menstruación, y requieren
por lo general, alguna otra vivencia sexual para iniciarse en la masturbación.
Sexólogos y científicos afirman que la masturbación no representa peligro alguno, y
que de ninguna manera afecta la salud del individuo. Por el contrario, se admite que la
masturbación representa una etapa positiva en la evolución de la sexualidad, porque pone
al adolescente en contacto con su propio cuerpo y le sirve para desarrollar sus aptitudes
sexuales. Mediante ella se experimenta la excitación y el placer erótico, se descarga la
tensión sexual, se satisfacen los deseos y se suavizan algunos problemas afectivos.
El único riesgo posible es que se utilice la masturbación como vía de escape a
situaciones conflictivas o como desahogo ante unas dificultades de adaptación, pero esto
solo refleja problemas personales de diversa índole, pero nunca trastornos debidos a la
masturbación.
Como consecuencia de las ideas que ya han recibido, la masturbación puede suscitar
en el adolescente fuertes sentimientos de culpa. Esta culpa si resulta negativa, pues puede
originar una pérdida de autoestima.
La masturbación en grupo, es frecuente sobre todo entre los chicos. Suele tener un
carácter iniciativo, que llevan a producirse competiciones entre ellos. Tales prácticas no son
anormales ni perversas, por lo que no cabe pensar que quienes participan de ellas corren el
riesgo de convertirse en homosexuales. De hecho, estas conductas desaparecen con el inicio
de las relaciones sexuales con el sexo opuesto.

Otros juegos sexuales

Entre los 13 y los 16 años, se dan una serie de pasos previos en relación con el otro
sexo y se experimentan otras manifestaciones sexuales, como besos, caricias, emociones,
etc. Ello ayuda a explorar el cuerpo del otro y a afianzarse en el terreno de la sexualidad.
En estos encuentros, teñidos de un erotismo difuso, los adolescentes entran en
contacto con sus propias emociones y placeres, comparten sus preocupaciones e intentan
huir de la soledad. La búsqueda de afecto y ternura va acompañada también de una
sensación de transgresión que contribuye a una cierta autoafirmación.
A medida que avanza el juego sexual, la mutua exploración se hace más atrevida. Se
pasa de las caricias más superfluas al contacto directo con el sexo del compañero, ya sea
con las manos o con la boca.
Es frecuente que el resultado de todas estas prácticas sea la plena satisfacción
mediante el orgasmo. A este intercambio sexual completo, donde todo está permitido,
excepto la penetración, se le denomina petting. Muchos jóvenes lo utilizan como forma
habitual de satisfacción sexual, evitando a la vez el riesgo de embarazo que el coito trae
aparejado.
Las relaciones sexuales

Transcurrido el lapso donde la práctica del petting les es satisfactoria, surge


inevitablemente el deseo de unirse más íntimamente con el otro. Así, se alcanza la
realización del primer coito, precedido de gran variedad de caricias y de estimulación
sensorial, cuya función es elevar el grado de excitación sexual.
La primera relación sexual reviste gran importancia para el adolescente, pues
constituye una experiencia a la cual se acerca lleno de deseos y de temores, y en la que
suele poner en juego todo lo que considera su valía personal, física y emotiva. Todo ello no
está exento de una competencia, corriente entre los adolescentes, ante la presunción de que
sus amigos tienen más experiencia sexual que ellos, ya que uno de los mayores temores es
no ser igual a los demás y no alcanzar la autoafirmación de quien no cumple la norma. En
las muchachas, esto último es menos frecuente. Por lo general, necesitan que exista algún
sentimiento afectivo que los una.
En las primeras relaciones la satisfacción puede verse facilitada o inhibida. La
necesidad de un lugar adecuado que garantice el aislamiento y la relajación representa un
problema. Más importante es aún la existencia de una buena comunicación para posibilitar
la intimidad y el aprendizaje, pero lo fundamental es el deseo manifiesto de ambos, sin
miedos ni sentimientos de culpa.
Es muy frecuente sobre todo en las mujeres que no experimenten placer, en su
primera relación sexual, pues ellas sienten inquietudes y sentimientos de vergüenza.

Reacciones al acto sexual

Para los chicos, si la experiencia ha sido satisfactoria, esto significa generalmente la


confirmación de su virilidad. En cambio para las chicas, ya que en numerosas ocasiones lo
viven sin experimentar ningún placer, queda cierta tristeza o sensación de desencanto. Esto
puede estar motivado por la inseguridad con que enfrentan el coito, por el miedo a quedar
embarazadas, por el sentimiento de culpa u otros temores. Además, la pérdida de la
virginidad alcanza mayor significado entre las chicas, debido al carácter cultural y personal.
El fracaso deriva fundamentalmente de la inmadurez del adolescente, cuyo
desarrollo psicológico presenta un retardo respecto a su capacidad biológica. Todavía
persiste en su personalidad algunos rasgos infantiles o fuertes fijaciones en torno a las
figuras paternas que limitan su capacidad de independencia. Esta inmadurez se traduce en
el deficiente control emocional y en una falta de seguridad en sí mismo. Por todo ello,
existe en él, una ansiedad que obstaculiza el desarrollo de su papel sexual. Así la pareja no
consigue establecer el clima de confianza e intimidad necesario para el éxito de su
encuentro sexual.

El amor

El amor es el sentimiento más importante y valioso que descubre el adolescente.


Ahora encuentra una emoción totalmente diferente que supone una profunda experiencia
psicológica, en la que entra en juego toda su persona. El amor elimina el sentimiento de
soledad y trae consigo un componente sexual que tiende a la unión física y emocional de
los amantes.
Si este amor es correspondido, el adolescente experimenta una felicidad que
transforma por entero su comportamiento. En este estado, se idealiza al ser amado y se le
examina con escasa objetividad. Con el tiempo, las emociones retornan a su cause y surgen
conflictos e incluso puede hasta desaparecer.
El adolescente es víctima de una concepción idealizada del amor, cuyo romántico
apasionamiento espera poderlo sentir, imaginar y desear siempre con la misma intensidad.
Esta visión es el modelo que la cultura le ha ofrecido.
En esta etapa el adolescente todavía necesita desprenderse de actitudes egoístas
inadecuadas y de susceptibilidades, intolerancias o exagerados afanes de posesión para
poder establecer una convivencia armónica.

Los celos

Los celos se presentan como una llama de desesperación, angustia e impotencia


cuando el ser querido parece preferir a otro. Ante semejante situación, la pasión y el amor
se convierten en ira y odio, y la amargura experimentada se dirige, en busca de desahogo,
contra el contrincante o el compañero amado. Aunque esta reacción pueda resultar lógica,
muchas veces, los celos adquieren una intensidad y dimensión exagerada.
En la base de los celos desmesurados suelen encontrarse sentimientos de
inferioridad que impiden afrontar la situación con una razonable capacidad de sufrimiento.
Sentirse abandonado proporciona un sentimiento de inseguridad que antes compensaba la
persona querida.
Según la teoría freudiana, el bebe y su madre forman una pareja indisoluble durante
los primeros meses, pero pronto surge la amenaza del padre y los hermanos y de ahí surge
la necesidad de afianzarse como persona diferenciada, dotada de un rol sexual determinado,
en clara oposición y rivalidad respecto al progenitor del mismo sexo. El niño ama a sus
padres y es por eso que se siente celoso de la relación entre ellos. De la resolución de estos
primeros celos, dependerá, en parte, que el niño quede sensibilizado ante posteriores
conflictos de naturaleza semejante.

SEXUALIDAD Y SOCIEDAD

La expresión de la sexualidad esta mediatizada y modelada por el medio ambiente en que


se vive. Esta sociedad asume una función normativa regulando las distintas actividades
sexuales mediante el estimulo de unas conductas, la desaprobación de otras y la prohibición
legal de diversas practicas. Los objetivos que persiguen las normas sociales pueden estar en
función de la satisfacción de las necesidades de la colectividad, del placer del individuo, o
bien de los intereses particulares de algún grupo social
Las normas y los principios morales que regulan la vida sexual influye decisivamente en el
bienestar del individuo, ya que la realización personal, el placer y la comunicación con los
demás dependen, en gran medida, de la manera como se desarrolle y satisfaga la capacidad
sexual.

La expresión manifiesta de la conducta sexual es una de las cosas mas controladas


socialmente y, por lo mismo sujetar a las mutaciones históricas y a las diferencias
culturales.
Es notoria la gran diversidad de comportamientos sexuales existentes, así como
igualmente manifiesta la heterogeneidad de normas morales, costumbres sociales y leyes
que atraviesan las distintas culturas, o las diferentes etapas de una misma comunidad.
En los pueblos primitivos, la segunda adolescencia, o adolescencia tardía, no existe ya que
el acercamiento entre ambos sexos se produce antes.

Evolución de las Costumbres sexuales

Resulta difícil establecer las condiciones y hábitos sexuales existentes en las etapas más
primitivas de la historia del hombre.
Las prohibiciones sexuales tales como el incesto, la monogamia, la imposición de castidad
a algunos miembros y otras limitaciones, aparecen en una época relativamente tardía en la
historia de la humanidad. Tales restricciones están asociadas a la instauración del
patriarcado, con el cual se produce el sometimiento de la mujer al hombre y se implanta la
propiedad privada.
El pueblo antiguo que más ha influido en la moral de la civilización occidental ha sido el
judío.
La moral judaica se fundamenta en la noción de pecado, que divide los actos en malos y
buenos, y los estímulos en puros e impuros.
El cristianismo conservó y extendió al código judío, haciéndolo persistir hasta nuestros
días.

A fines del siglo XX surgen elementos renovadores que enjuician y trastocan los principios
morales imperantes en la época, iniciando un cambio en la forma de considerar el hecho
sexual que alcanza hasta el presente.
Al respecto aparecen científicos como: Havelock Ellis y Freud que replantean y sacan a la
luz la cuestión sexual, oponiéndose a las concepciones tradicionales. El psicoanálisis
establece de modo incuestionable y definitivo la existencia de la sexualidad infantil,
explicando al mismo tiempo, con su teoría de la libido y de los instintos, el funcionamiento
de la sexualidad humana, entendiendo como libido al, el principio del placer, al cual el
individuo orienta su conducta.
Por otro lado las condiciones externas y las normas sociales, imponen una serie de
limitaciones a esa situación sexual. La armonía alcanzada entre ambos principios
determinara la gratificación y el equilibrio mental del sujeto.
Freud en su teoría de la cultura, habla de la necesidad de renunciar al instinto sexual a fin
de sublimar su energía y dedicarla a otras tareas socialmente constructivas, es decir la
renuncia conciente del placer sexual en pro de un equilibrio personal adaptado al medio.

Wilhelm Reich. Postulo que no puede haber salud mental si se mantiene la represión de la
sexualidad criticando así el concepto de sublimación de Freud, para el es compatible la
satisfacción sexual, con los logros culturales, de modo que la represión no resulta necesaria,
ya que, al reprimir, los impulsos vitales en le individuo, los impulsos primarios naturales se
transforman en impulsos sádicos y antisociales, y la energía social no descarga, se traduce
en síntomas neuróticos y en desordenes psíquicos, Reich propugno la necesidad de liberar
la sexualidad y de eliminar la represión sobre ella, a fin de conseguir sujetos autónomos y
libres, dotados de plena capacidad para gozar.
Alfred Kinsey mostró los distintos tipos de conducta sexual aparecieron como un hecho
real ineludible, comprobándose variedad de practicas tales como la masturbación, las
relaciones sexuales juveniles y la homosexualidad. Todo ello configuro una nueva
concepción de la sexualidad, con la siguiente reducción del campo de ala patología y la
inmoralidad que hasta entonces la acompañaban.
William H. Masters y Virginia E . Johnson contribuyer0on decisivamente a romper la
mordaza de la sexualidad femenina y al profundo conocimiento de las conductas sexuales
humanas, pues colocaron el placer en le centro de la sexualidad y pusieron en evidencia los
distintos caminos para lograrlo, desde el autoerotismo a la heterosexualidad sin olvidar la
relación homosexual.

Las Distintas filosofías Sexuales.

La influencia de la moral tradicional es aun notable debido a que los individuos han
interiorizado las normas con que fueron educados, y el cambio interno de cada persona no
puede darse tan rápidamente como el cambio social externo.

La moral Tradicional.

Representada por los estamentos más conservadores de las sociedad occidental. Considera
la sexualidad como una práctica religiosa, por lo que exalta el amor espiritualizado y
místico y rechaza por tanto todas sus manifestaciones carnales excepto la reproductora.
Normativamente regulada por vínculos religiosos. El cuerpo sería el portador de los
instintos que hay que dominar.
Sostiene que el principio de placer conlleva a que la naturaleza del hombre requiera la
satisfacción de la necesidad amorosa y sexual, tanto como la alimentación. Esto trae como
consecuencia que se vea bloqueada por las normas sociales otros aspectos de la
personalidad, ya que la vida emocional queda afectada y el comportamiento afectivo
permanece subdesarrollado e inmaduro. Por lo tanto, no logran mantener un equilibrio
mínimo y concluyen en neurosis u otros comportamientos desviados.

La escisión del sexo

La no satisfacción de la sexualidad por exigencias sociales provoca, inevitablemente una


escisión en el individuo a quien no se le permite vivir el sexo como algo natural y positivo,
sino como un generador de miedo y culpa. La separación entre deseo físico y sentimiento
produce en definitiva, individuos alienados y cargados de frustraciones.
El individuo puede desviarse hacia un embrutecimiento de la sexualidad, entonces la mujer
es concebida como objeto erótico que proporciona placer, o como receptor de impulsos
sado-masoquistas.
Por otra parte, se encuentra la negación total de la sexualidad física y se ha tornado tan
conflictiva que su vivencia produce pánico y repugnancia. Entonces, tenemos como
consecuencias lógicas de la escisión de la sexualidad, fenómenos sociales como la
prostitución y la agresión sexual, que es una descarga sexual anormal, propia de individuos
con una sexualidad también anormal en la que predomina la frustración y la represión de
los impulsos. También esta escisión, origina trastornos sexuales de origen psicológico como
la impotencia, la eyaculación precoz o la frigidez.

El consumismo sexual

La sociedad se ve invadida progresivamente por un alud de estímulos eróticos y de


actividades relacionadas con el sexo (revistas, espectáculos pornográficos, publicidad, etc).
Esto no supone un cambio cualitativo en la concepción de la sexualidad, sino que responde
a diferentes intereses económicos.
Pero el boom económico ligado a este proceso, no tiene como principal objetivo liberar al
individuo de sus miedos, problemas e ignorancia sexual, sino más bien, trata de obtener
beneficios mediante la promoción indiscriminada y masiva del negocio del sexo.

La pornografía

Puede considerarse un fenómeno ambivalente. Por una parte, contribuye a eliminar ciertos
pudores y a estimular el deseo sexual mediante la puesta en relieve de determinados
impulsos no consientes. Permite desahogar algunas tensiones reprimidas en el inconsciente
y satisfacer ciertas pulsiones. Por otra parte, resta importancia y desnaturaliza al sexo, lo
presenta separado de una relación humana global y solo desarrolla sus aspectos mecánicos
contribuyendo a aumentar la confusión existente en torno al tema.
Este fenómeno de la pornografía es un componente básico del estallido del consumismo
sexual, se lanza al mercado con la intención de excitar al individuo y contribuye un mensaje
enviado al subconsciente, donde están reprimidos los impulsos sexuales que se ven
limitados en la práctica y que no encuentran por ello satisfacción.

Las últimas tendencias

Aunque la permisidad vaya imponiéndose progresivamente, perviven muchos tabúes


sexuales y se mantienen numerosas actitudes defensivas. Tras la crítica de la sexualidad
tradicional resulta dificultoso establecer formas más satisfactorias de relación. Se sabe lo
que no se desea y se tiene miedo a conocer realmente aquello que se necesita, de ahí que la
elaboración de nuevas pautas sexuales solo alcance el nivel de los principios generales.
La liberación sexual requiere pues, una transformación de la cultura, pero esta no puede
hacerse sino lentamente y aunando los esfuerzos y experiencias de todos los interesados en
conseguirla.

Libertades y valores sexuales

En la nueva concepción de la sexualidad, se rechaza el rol tradicional de la mujer como


mero objeto sexual. Se reclama a través de esta postura, una relación global humanizada en
la que el sexo y los sentimientos estén indisolublemente unidos, así, frente a las propuestas
morales anteriores, se oponen otras nuevas, se propone una libertad de amor y sexualidad
basada en la auto regulación. Será el propio individuo quien decida sobre sus afectos y su
sexualidad, sobre cuando y con quien practicarla, basándose siempre en el respeto a la
autonomía y el respeto del otro.
Revolución sexual juvenil

En la llamada revolución juvenil de los años ´70, los adolescentes se opusieron


frontalmente a los valores del sistema y reivindicaron el derecho a una mayor libertad
sexual sin compromisos. La virginidad perdió vigencia.

Sexualidad y Medio

En algunos pueblos primitivos el contacto directo con la naturaleza contribuye a que la


satisfacción de las necesidades físicas, se entiendan como algo natural y espontáneo,
liberando el acto sexual de elaboraciones intelectuales complejas.
Sin embargo en las sociedades industrializadas, en contraposición a los pueblos primitivos,
buena parte de los adolescentes desconocen su propio cuerpo y el ajeno. Este
desconocimiento contribuye a desorientarlos e incrementar su ansiedad.

EL CONTROL DE LA NATALIDAD

Todas las especies animales utilizan las relaciones sexuales como medio de procreación, es
el hombre el único capaz de poder hacer la distinción entre sexualidad por placer y
sexualidad por reproducción.

En la adolescencia el riesgo de un embarazo no deseado se encuentra totalmente presente. A


pesar, de que todos saben que el hecho de tener un hijo es cuestión de suma importancia y
de responsabilidad, es muy difícil que un adolescente inicie sus actividades sexuales
tomando las previsiones del caso. Una suerte de muchos factores intervienen en este
aspecto, uno de ellos es la desinformación sobre todo en zonas rurales o alejadas de las
grandes ciudades, donde el joven no tiene acceso a esta, ni mucho menos a los métodos de
prevención de un embarazo. Otro aspecto, es el temor de utilizar algún método antes de
haber concebido un hijo, por temor a no poder tenerlos después, sea cual sea la causa, el
joven se encuentra desprotegido frente a una situación que posteriormente acarrea
consecuencias sumamente difíciles de afrontar para el adolescente y sus familias.

La contracepción entendida como el conjunto de métodos encaminados a controlar la


fecundación, de ser utilizada, supone para la adolescente reconocer su deseo sexual y
abandonar su imagen infantil de pureza e inocencia, lo cual presenta algunos conflictos o
culpas inconscientes frente a la sexualidad.

El aborto, que ha sido practicado durante toda la historia humana, utilizando distintos
medios y basándose en diferentes criterios, asume diversas posturas. El adolescente se
encuentra reticente al tema, pero suele recurrir a el de una manera desinformada y sin las
medidas de precaución necesarias como para evitar riesgos y complicaciones, los
sentimientos posteriores de culpa frustran al adolescente pudiendo provocarle desórdenes
psíquicos para el resto de su vida.
Con la liberación de la mujer, las cosas están tendiendo a cambiar. Ya desde los colegios se
está brindando información confiable y segura a cerca de métodos y formas de prevenir un
embarazo no deseado, si a esto le sumamos el riesgo de contraer una enfermedad de
transmisión sexual (ETS), y el hecho de que la mujer conoce ahora sus derechos y deberes
dentro de una sociedad que cada vez requiere más de ella, se está tendiendo a ser mucho
más conscientes y a reestructurar el modelo sexual, en donde se plantea una igualdad entre
el hombre y la mujer, tanto en el aspecto sexual, como en las consecuencias que este
acarrea. Aunque no por esto, deja de recaer generalmente toda la responsabilidad de la
contracepción y concepción sobre la mujer.

La postura del adolescente frente al matrimonio es totalmente de rechazo, un joven no


piensa en una unión formal con una pareja aun a pesar de mantener relaciones sexuales
formales con esta. Casarse y formar una familia supone una limitación de la libertad
individual, libertad que el joven no está dispuesto a perder. Un espíritu más permisivo se
presenta frente al aspecto de las relaciones extraconyugales, llegando incluso a afirmar
haber reforzado su unión y confianza mutua después de vivir dicha experiencia. Algunos
optan por convivir en pareja sin someterse a otras obligaciones ni compromisos que
aquellos que les dictan sus deseos y sentimientos.

Algunos jóvenes enfocan el problema de la pareja desde un punto de vista ideológico-


político. Rechazan el sentido de propiedad en las relaciones afectivas y consideran que el
instinto de posesión sexual no es algo natural en el hombre, sino consecuencia de una
imposición cultural y educacional.

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