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Derecho Civil 3- Contratos

Bolilla 2
S. Chamorro; F. Giraudo; F. Serrano

UNIDAD N° 2

ELEMENTOS DEL CONTRATO

Es importante señalar históricamente los elementos fueron clasificados de una manera y a partir de la
sanción del Código Italiano de 1942 se abandona esa clasificación histórica para pasar a una clasificación
distinta que es la que seguimos actualmente.
¿De qué hablamos cuando hablamos de los elementos de los contratos (estructura y conformación)?
Debemos entender por elementos del contrato: a los requisitos o las condiciones que necesariamente deben
concurrir para que el contrato exista como estructura jurídica, que exista como figura genérica, y la ausencia
de uno de los elementos va a determinar la inexistencia del contrato como figura.
Existe un gran consenso sobre que el consentimiento, objeto y causa son elementos esenciales del contrato,
la ausencia de elementos va determinar la inexistencia del contrato como figura.

Concepción Histórica o Clásica


En la clasificación histórica los elementos se dividen en tres categorías, es decir, es una clasificación tripartita:
los contratos esenciales, naturales y accidentales.
 Esenciales: Son los indispensables para la existencia del contrato, en ausencia de ellos el contrato no
existe. Son aquellos de concurrencia de necesaria, es decir, de aquellos que necesariamente deben
presentarse para que el contrato exista como figura genérica, se lo denomina esenciales o
estructurales porque hacen a la estructura del contrato.
Los elementos esenciales son: consentimiento, objeto y causa.
 Naturales: Son los inherentes a la figura del contrato, se presume su existencia así sean expresos o no.
Son aquellos que están en una determinada figura jurídica, se presume su existencia aunque las partes
no se refieran a ellos o que no esté expresada su presencia.
Ejemplo: la garantía de saneamiento, dentro de ésta se encuentra la garantía de edición y la garantía
por vicios redhibitorios, éstas son dos garantías distintas que participan en un género común.
Saneamiento significa que en los contratos a título onerosos se presume existente aunque las partes
no se refieran a ellas. Ejemplo, los contratos paritarios de negociación individual tienen normas que
los consagran de carácter supletorio, los elementos que se presumen pueden ser aumentados,
restringidos, disminuidos y suprimidos por las partes.
 Accidentales: Son elementos que normalmente no corresponden a un contrato pero que las partes en
ejercicio de su voluntad privada pueden incorporar por cláusula expresa.
Ejemplo: Plazo en el Código Civil de Vélez eran elementos o modalidades de la obligación, y en el
Código Civil y Comercial se convierten en elementos o modalidades de los actos jurídicos.

Los elementos o modalidades de los actos jurídicos y que en otros tiempos fueron las modalidades de
la obligación, son: condición, plazo y cargo.
 Condición: Es aquel acontecimiento futuro e incierto que determina el nacimiento o la
extinción de la obligación. Si determina el nacimiento se llamara suspensiva, si determina la
extinción se llamara resolutoria.
 Plazo: Es la modalidad que subordina la exigibilidad de un acto jurídico al transcurso del
tiempo. Es un elemento accidental llamado también “término” de los actos jurídicos que
determina la exigibilidad de la obligación.
Si la obligación está sujeta a plazos, es exigible cuando se produce el vencimiento del plazo. Si
la obligación no está sujeta a plazos, es de cumplimiento inmediato.
 Cargo: (cargo, carga o modo) Es una obligación accesoria que incorporan las partes a sus
negocios. Es de carácter excepcional que se impone al adquiriente de un derecho.

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Concepción Moderna

Desde 1942 con la Sanción del Código Italiano, se sigue una nueva clasificación de los elementos y se distingue
entre elementos y presupuestos de los contratos, se abandona la clasificación histórica u originaria, es decir, se
pasa de una clasificación tripartita, porque clasificaba a los contratos en tres categorías, a una clasificación
bipartita, porque clasifica a los contratos en dos categorías.
En la clasificación moderna, los elementos se dividen en dos categorías: Elementos y Presupuestos.
 Elementos: Se reserva ésta denominación para lo que antes estaba destinado a agrupar a los
elementos esenciales o estructurales del contrato, es decir: consentimiento, objeto y causa.
 Presupuestos: Se reserva para aquellos requisitos que se consideran de plena validez del
consentimiento, que son: forma y capacidad.
¿Por qué se lo denomina presupuesto de plena validez del consentimiento? Se lo denomina así porque
para que el consentimiento sea plenamente válido debe verificarse en los contratantes un mínimo de
aptitud negocial. Los autores se refieren al mínimun (mínimo de aptitud negocial).
Es necesario que ese entendimiento de voluntad común trascienda a la vida jurídica y lo hace a través
de las formas. Y como decía el gran profesor Joaquín Llambías: la forma es complemento exterior y
sensible de la voluntad, trasciende a la vida jurídica a través de las formas. Las formas es el modo en
que la voluntad se exterioriza.

INCAPACIDAD E INHABILIDAD PARA CONTRATAR

Capacidad Contractual
La capacidad, en una concepción tradicional, es la aptitud que tiene una persona para adquirir derechos y
contraer obligaciones, es decir, la capacidad es inherente a la calidad del sujeto.
La capacidad civil es el atributo que tiene la persona de ser sujeto de derecho en las actividades civiles.
Cuando una persona posee una incapacidad no quiere decir que no pueda actuar, lo que quiere decir es que
si sobre ella recae una incapacidad, esta incapacidad es complementada por la ley para permitirle que actúe
aun con esas deficiencias, por eso se dice que la incapacidad declarada por ley es de carácter general, es una
protección que se le brinda al sujeto.
Capacidad de hecho y de derecho:
La capacidad se desdobla en dos líneas: Desde el punto de vista de la persona y desde el punto de vista de la
sociedad.
Desde el punto de vista de la persona está determinado por la capacidad de hecho de la persona y desde el
punto de vista de la sociedad hace referencia la capacidad de derecho.
Cuando hablamos de capacidad de hecho o de ejercicio decimos que tiene esta capacidad todo aquel sujeto
que para la ley ha alcanzado su madurez necesaria y no tiene ninguna de las afecciones o anomalías que
impidan el desenvolvimiento o ejercicio de esa madurez. Contrariamente poseen incapacidad de hecho
aquellas personas que por sí mismas no pueden ejercer el derecho.

Art. 22 CCyC Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de
derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos,
simples actos, o actos jurídicos determinados.

Art. 23 CCyC Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus
derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia
judicial.

Art. 24 CCyC Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:


a) La persona por nacer;
b) La persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance
dispuesto en la Sección 2da de éste Capítulo;
c) La persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa
decisión.
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Régimen de incapacidad e inhabilidad para contratar

Régimen del Código Civil Velezano


El Art. 1160 del CC de Vélez contenía la referencia a que los incapaces de hecho absolutos y relativos no podían
contratar. Asimismo, gran parte de la doctrina comprendía que se mencionaban los criterios de incapacidad de
derecho para celebrar un contrato (persona determinada, cosas determinadas y por el acto), derivándose
entonces a los distintos supuestos que se tratare en el Código. La Segunda parte contenía la referencia a los
religiosos profesos y al comerciante fallido, que tanta discusión en doctrina generó en cuanto a si se trataba de
una incapacidad o no, y si lo era, de qué clase, de hecho o de derecho.

Art. 1160 CC: No pueden contratar los incapaces por incapacidad absoluta, ni los incapaces por
incapacidad relativa en los casos en que les es expresamente prohibido, ni los que están excluidos
de poderlo hacer con personas determinadas, o respecto de cosas especiales, ni aquellos a quienes
les fuese prohibido en las disposiciones relativas a cada uno de los contratos, ni los religiosos
profesos de uno y otro sexo, sino cuando comprasen bienes muebles a dinero de contado, o
contratasen por sus conventos; ni los comerciantes fallidos sobre bienes que correspondan a la
masa del concurso, si no estipularen concordatos con sus acreedores.

Reglas generales de capacidad para contratar en el código de Vélez: El régimen de incapacidades, era un
régimen no de castigo sino de protección a los sujetos, generalmente se lo veía con desvalor y esta era una
visión desatinada, ya que lo que buscaba el codificador era proteger a los sujetos que se encontraban en una
situación o circunstancias que no gozaban de la plenitud de su voluntad, su voluntad no era libre, tampoco era
plena. Porque en alguna medida, los elementos internos de la voluntad que son: discernimiento, intención,
libertad, se veían afectados.
La regla en el Art. 1160 del Código de Vélez era: cualquiera de estas circunstancias generaban al pedido de
incapacidad o al pedido de declaración de incapacidad o declaración de inhabilidad según el caso.

Régimen en el Código Civil y Comercial Unificado


Con la sanción del nuevo CCyC se modifica sustancialmente el régimen de capacidad, por lo tanto es necesario
conocer el antes y el después. No solamente en materia de contratar sino que también a la regla de contratar
en general.
La regla ahora es que la declaración de incapacidad es la excepción, es decir, hay todo un régimen de
capacidad restringida donde la ley cree que no goza de voluntad plena, sujetos que reciben el nombre de
“asistentes” y “personas que asisten a estos sujetos” que se encuentran en estas particularidades para que
pueda preservar toda la autonomía que le fuere posible y de esa manera tomar las decisiones para
determinados actos, según la restricción de su capacidad pueda o no hacerlo. El nuevo régimen de capacidad
es distinto del que preveía el Código Civil de Vélez.

Art. 1001 CCyC: Inhabilidad para contratar. No pueden contratar, en interés propio o ajeno, según
sea el caso, los que están impedidos para hacerlo conforme a disposiciones especiales. Los contratos
cuya celebración está prohibida a determinados sujetos tampoco pueden ser otorgados por
interpósita persona.

Se refiere a que las personas con capacidad o incapacidad restringida no pueden contratar para ellos, ni para
sí, ni para otros. Tampoco pueden hacerlo aquellas personas que tienen determinadas incapacidades con
relación a las personas o las cosas.
La eliminación de la referencia a la noción de capacidad para contratar expone que la misma era
sobreabundante y que, por ende, corresponde la directa aplicación de las normas generales sobre capacidad y
acto jurídico, las que alcanzan para regular la materia. Se elimina también la referencia del religioso profeso y la
del comerciante fallido. En su lugar se unifica el criterio para remitir a los distintos supuestos especiales,
indicando la variable de que se alcanza tanto al caso del interés propio como el ajeno. Se extiende la cuestión a
los supuestos de interpósitas personas, tema que de todas formas, aun no estando reglado, en caso de ser
comprobado hubiera conllevado a dicho resultado.

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Art. 1002 CCyC: Inhabilidades especiales. No pueden contratar en interés propio:


a) los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o
han estado encargados;
b) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares,
respecto de bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido;
c) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que
intervienen o han intervenido;
d) los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes
de las testamentarias que estén a su cargo.

Comentario de la clase:
En el inciso a) ¿Pueden hacerlo por interpósita persona? Es una forma de burla o generar un fraude a la ley.
En el inciso c) ¿Qué significa bienes litigioso? Se trata de bienes que cuya titularidad o derechos que estén
discutida en juicio por lo cual no se trata simplemente de un juicio o proceso sino que se trata de un proceso
contencioso, donde hay una disputa de derechos; no entran aquí los procesos voluntarios, es decir, de los
cuales no se discute su titularidad. Acá se aplica la doctrina y la jurisprudencia previa.
En el inciso d) No se puede realizar donaciones entre esposo y esposa (ejemplo: donar un departamento, un
auto, joyas etc.) Decía el maestro Abraham, citando al maestro Eduardo Couture: el derecho es un triste
sucedáneo (triste: reemplazo o sustituto) que llega cuando el amor se ha ido. La norma busca ponerle un freno
al materialismo al vínculo sentimental

CONSENTIMIENTO

El consentimiento, junto al objeto y causa, es un elemento esencial del contrato: es el primer elemento o
requisito que se debe cumplir para celebrar un contrato, al cual luego se le irán agregando los demás.

Messineo: El consentimiento es un quid complejo, en el que el contrato no es una yuxtaposición de negocios


unilaterales, sino la resultante negocial unitaria de manifestaciones provenientes de dos o más partes.
Esas manifestaciones que emanan de dos o más partes, no sólo deben ser dirigidas a la contraparte, y por ello
se denominan recipticias, sino que además deben ser cruzadas o cambiadas entre sí, a los fines del mutuo
consentimiento.
Ruggiero: El consentimiento es el acuerdo de dos declaraciones de voluntades que, partiendo de distintos
sujetos diversos, se orientan a un fin integrándose.
Pacchioni: Es consentimiento es el contacto de dos corrientes distintas que genera la chispa contractual.
El consentimiento entonces es el acuerdo de voluntades de las partes tendientes a la celebración de un
contrato.

El Art. 1144 de CC indicaba que el consentimiento debía manifestarse por ofertas o propuestos de una de las
partes, y aceptarse por la otra. Debía evitarse caer en la tentación de interpretar que la aceptación lo era del
consentimiento dado por el oferente, sino que la aceptación lo era de la oferta y recién allí se formaba el
consentimiento. En cuanto a la forma de exteriorizar la voluntad de formar el consentimiento éste podía serlo
expreso o tácito. El Art 1145 del CC decía que era expreso cuando se manifestaba verbalmente, por escrito o
por signos inequívocos; en cambio, el tácito provenía de hechos o actos que lo presupongan o que autoricen a
presumirlo. A su vez, el Art. 1146 del CC buscaba precisar que la declaración tácita para formar el
consentimiento se producía cuando el sujeto entregaba y el otro recibía la cosa ofrecida o pedida, o cuando
una de las partes realizaba una conducta que resultaba opuesta a la esperada en caso de no aceptar la
propuesta u oferta.
En el Código Civil y Comercial el consentimiento se encuentra en el art. 971.

Art. 971 CCyC Formación del consentimiento. Los contratos se concluyen con la recepción de la
aceptación de una oferta o por una conducta de las partes que sea suficiente para demostrar la
existencia de un acuerdo.
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El artículo 971 del CCyC simplifica la explicación del tema en cuestión. Así lo explica el título sobre el que
versa la norma, formar el consentimiento, pero luego resalta que el objetivo de la oferta y aceptación es el de
concluir el contrato (se ratifica la función de estos institutos). En el Artículo se verifica la tan mentada
necesidad de incorporar en esta sección la teoría de la recepción como principio guía en la materia, al hacerse
expresa mención a dicho acto en el artículo.
Eliminando la casuística de los arts. 1445 y 1446, por la teoría de la recepción se pueden intuir los medios
expresos para declarar la voluntad, y con la referencia a la facta concludentia se pone de relieve que la
declaración tácita debe tener como principio rector de interpretación la ejecución de hechos tendientes a
permitir tener por concluido el contrato.

Voluntad Real y Voluntad Declarada

El acuerdo sobre una declaración de voluntad común importa una coincidencia o concordancia plena, no sólo
sobre los elementos del contrato, sino también sobre el significado o alcance del contrato.
Es importante precisar si el acuerdo es coincidencia o fusión de voluntades declaradas o de voluntades
reales. Si el ordenamiento jurídico se atiene, para la formación del consentimiento, a lo que en realidad quiso
el declarante o, en cambio, a lo que manifestó.
Es verdad que por lo general la voluntad psicológica concordará con la exteriorizada, pero puede que esto no
ocurra, ya sea la divergencia intencionada (como ocurre en las hipótesis de simulación relativa y de reserva
mental), o ya sea por inconsciente supuesto del error obstativo.
Estas situaciones de conflictos han sido analizadas por la doctrina y tienen un interés importante para que se
pueda manejar adecuadamente. Esto lo explica muy bien mosset:

¿Cuál debe prevalecer, la voluntad declarada o voluntad real?


Sobre el particular se han expuesto tres teorías:
 Teoría Clásica de la voluntad: Preconiza que la voluntad interna o real debe prevalecer sobre la que
ha sido efectivamente expresada. Savigny fue uno de sus principales expositores, dice que debe
prevalecer la voluntad interna o real sobre la declarada y tiende a proteger el elemento subjetivo.
Comentario del profesor: Pero también se presta a procederes de mala fe, ante la inconveniencia de
cumplir, una persona puede decir: “yo no quería esto, no fue lo que acordamos”. Obrar de mala fe no
es solamente obrar con mala intención, sino que es obrar sin cuidados y sin imprevisión.
 Teoría moderna de la declaración: Afirma que debe prevalecer el elemento externo, es decir, la
voluntad declarada y dice que hay que interpretar esa voluntad declarada como lo harían dos
personas razonables. Esta postura contribuye a una mayor seguridad jurídica. Exponente Danz, Von
Thur y Betti.
 Teoría armónica o mixta: Sostiene como regla general, que debe prevalecer la voluntad interna, real y
efectiva de las partes, pero que, excepcionalmente, debe prevalecer la declaración en dos casos
importantes:
1) Cuando la divergencia es imputable a culpa de quien emite la declaración, se justifica, en base a
esa responsabilidad por la malicia o negligencia en el comportamiento, y
2) Cuando la parte destinataria de la declaración haya procedido de buena fe y lo exija la seguridad
del comercio, tratándose de negocios onerosos. Predomina el criterio de proteger la confianza en
la apariencia, de manera que no resulte menoscabada la buena fe y la seguridad jurídica en
general.
La moderna doctrina coincide en afirmar que en las cuestiones prácticas se han aproximado sensiblemente
tanto en el mundo legislativo en las soluciones normativas como en el doctrinario, suavizando el rigor de los
principios. Exponente Mazeaud.

Los Términos del Consentimiento


Los términos del consentimiento son oferta y aceptación, para que esto surja es necesario que una oferta
haya sido aceptada. El consentimiento es el fruto del encuentro de la oferta y de la aceptación. El
consentimiento no es una suma de voluntades en plural sino que es la resultante negocial unitaria (voluntad
común).
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Regulaciones de los Términos del Consentimiento en el derecho positivo


Las distintas regulaciones que tiene el término consentimiento en nuestro derecho positivo, son: la regulación
del Código Civil de Vélez, del Código Civil y Comercial unificado y de la Ley del Consumidor.
Es importante tener una adecuada calificación jurídica, calificar jurídicamente un vínculo significa atribuir y
conocer su naturaleza y encuadrar esa naturaleza a instituciones o categorías jurídicas preexistentes, y así
poder determinar cuáles son sus efectos. La importancia superlativa es saber si estamos ante un contrato de
consumo, paritario o de contenido predispuesto porque distintas serán las consecuencias y los regímenes del
término del consentimiento según se trate de uno o de otras categorías.

Oferta y Aceptación en el Código Civil y Comercial

Art. 972 CCyC Oferta. La oferta es la manifestación dirigida a persona determinada o


determinable, con la intención de obligarse y con las precisiones necesarias para establecer los
efectos que debe producir de ser aceptada.

Art. 978 CCyC Aceptación. Para que el contrato se concluya, la aceptación debe expresar la
plena conformidad con la oferta. Cualquier modificación a la oferta que su destinatario hace al
manifestar su aceptación, no vale como tal, sino que importa la propuesta de un nuevo
contrato, pero las modificaciones pueden ser admitidas por el oferente si lo comunica de
inmediato al aceptante.

Comparación de los Términos del Consentimiento en las distintas regulaciones:

Término del Consentimiento: OFERTA

CÓDIGO CIVIL DE VÉLEZ LEY N° 24.240 CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL

Completa y Autosuficiente Completa y Autosuficiente Completa y Autosuficiente


Debe contener todos los Debe contener todos los Debe contener todos los
elementos y requisitos necesarios elementos y requisitos necesarios elementos y requisitos necesarios
del contrato que se quiere realizar. del contrato que se quiere realizar. del contrato que se quiere realizar.
Recepticia No Recepticia Recepticia
Dirigida a persona o personas Dirigida al público en general, es Dirigida a persona o personas
determinadas. Art. 1148 CC. decir, a un grupo indeterminado determinadas o determinables.
de personas. Art. 7 Ley 24.240 Art. 972 CCyC.
Revocable por regla Revocable por excepción Revocable por Regla
Puede dejarla sin efectos mientras La excepción es válida si se respeta Puede ser revocada si la
no haya sido aceptada; pero es el procedimiento establecido por comunicación de su retiro es
irrevocable en dos supuestos: el Art 7 de la Ley (segundo recibida por el destinatario antes o
a) Cuando el oferente hubiese párrafo). al mismo tiempo que la oferta.
renunciado a la facultad de Pero es irrevocable por regla. (Art 975 CCyC)
retirarlas. Es irrevocable por excepción.
b) Cuando se hubiese obligado a
mantenerla firme hasta una
época determinada.
(Art. 1150 CC)
No vinculante Vinculante Vinculante
No obliga al oferente hasta su Obliga desde su emisión. Obliga desde su emisión.
aceptación. (Art. 1150 CC) Arts. 7, 8 y 10bis. Art. 974 CCyC.

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Término del Consentimiento: ACEPTACIÓN

CÓDIGO CIVIL DE VÉLEZ LEY N° 24.240 CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL

Lisa, llana y Completa No es Lisa y llana (Acepta Es Lisa y llana por regla y por
Acepta sin reparos y coincide con reparos) excepción acepta reparos.
el contrato. Ha receptado la teoría de la Art. 978. Ha receptado la teoría de
Punktation o puntualización. la Punktation o puntualización.
Quiere decir que puede formularse Quiere decir que puede formularse
con observaciones y quedar con observaciones y quedar
concluidas. concluidas.
Recepticia. Recepticia. Recepticia.
Dirigidas a personas determinadas. Dirigidas a personas determinadas. Dirigidas a personas determinadas
o determinables.
Irrevocable Revocable Irrevocable por Regla y por
Sin excepciones. Únicamente en los supuestos de excepción es revocable
Art. 1552 CC. compraventas domiciliarias. Si la comunicación de su retiro es
Art. 32, 33, 34. recibida por el destinatario antes o
al mismo tiempo que ella.
Art. 981 CCyC.
Inmediata No es inmediata, es Inmediata
La demora implica un rechazo tempestiva La demora implica un rechazo.
Es decir, debe darse dentro del
plazo de vigencia.
Vinculante Vinculante Vinculante
El contrato se cierra con la (Art. 978)
aceptación.

Contratación entre Presentes y Ausentes


Se deben analizar las distintas regulaciones respecto a éste tema, tanto del Código Civil Velezano como del
Código Civil y Comercial unificado.

En el Código Civil de Vélez


Consentimiento entre presentes:
Según Mosset, las partes que concurren a prestar el consentimiento pueden encontrarse una frente a la otra,
en un mismo lugar, o al menos en situación que les permita el intercambio inmediato de oferta y aceptación,
como ocurre cuando hablan de persona a persona por teléfono; en tales hipótesis se dice que el
consentimiento se forma entre presentes.
En el Código Civil de Vélez alude al consentimiento entre presentes cuando se refiere a las declaraciones
hechas verbalmente (Art. 1151: “La oferta o propuesta hecha verbalmente no se juzgará aceptada si no lo
fuese inmediatamente; o si hubiese sido hecha por medio de un agente, y éste volviese sin una aceptación
expresa”).

Consentimiento entre ausentes:


Cuando las partes que concurren a formar un acuerdo sobre una declaración de voluntad común se hallan en
distintos lugares, imposibilitadas de intercambiar declaraciones sin que medie un espacio de tiempo
considerable, nos encontramos ante un consentimiento entre ausentes.

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Para intercambiar sus declaraciones las partes pueden recurrir a distintos medios, según el Art.1147 CC.

Art. 1147 CC: Entre personas ausentes el consentimiento puede manifestarse por medio de
agentes o correspondencia epistolar

a) Por agente, nuncio o mensajero.


El agente o intermediario, no es sino el nuncio o mensajero de otras legislaciones. Messineo señala, el
mensajero “es un instrumento material, un vehículo de la declaración ajena, desde que desarrolla una
actividad puramente de hecho que equivale a la carta, al telegrama, al fonógrafo, al disco fonográfico,
etc. Es el portavoz”
El consentimiento se entiende formado cuando el destinatario de la oferta manifiesta al agente su
aceptación.
b) Por correspondencia epistolar. Teorías.
Es con motivo del contrato celebrado entre personas ausentes, por medio de la correspondencia
epistolar que se han expuestos diversas teorías tendientes a resolver el problema básico del momento
en que se perfecciona el consentimiento. Las reglas que se predican son válidas para todas las
hipótesis de formación del contrato entre personas distantes o ex intervallum, cualquiera sea el medio
usado.
Cuatro son las Teorías o Sistemas fundamentales:
1) Teoría de la declaración o “agnición”: El consentimiento se forma cuando el destinatario de la
oferta la acepta, exteriorizando su voluntad en tal sentido. Ésta teoría no encuentra apoyo, por
cuanto deja al proponente en una peligrosa inseguridad, ignorante de la actitud del destinatario,
quien, por lo demás, puede volver atrás su decisión.
2) Teoría de la expedición, emisión o envío: El consentimiento se perfecciona cuando la declaración,
aceptando la oferta, es enviada al proponente. El aceptante se desprende de su declaración
basándose en hechos de muy fácil demostración: expedición de una pieza postal. Carta o
telegrama.
3) Teoría de la recepción: Exige para la formación del acuerdo que el oferente reciba, o esté a su
alcance recibir, el documento donde consta la aceptación ya declarada y remitida por el
aceptante. A favor de ésta teoría, a diferencia de lo que ocurre con la emisión, no queda en
manos del aceptante frustrar el conocimiento de su declaración. La recepción constituye en sí
mismo, un hecho de fácil demostración.
4) Teoría de la información o recognición (o conocimiento): Exige el efectivo y real conocimiento de
la aceptación por el oferente. Recién entonces, con el mutuo conocimiento de las declaraciones
emitidas, se forma el acuerdo de voluntades.

Sistema adoptado por el Código Civil de Vélez


Nuestro codificador, atento a las necesidades del tráfico jurídico más que a las purezas de las teorías,
adoptó un sistema mixto, sobre la base de la teoría de de la emisión; a la vez que moderó el rigor de
sus consecuencias con soluciones tomadas de la teoría de la información.
El núcleo del sistema lo constituye el Art 1154 CC: “La aceptación hace sólo perfecto el contrato desde
que ella se hubiese mandado al proponente”. Clara consagración del postulado central de la teoría de
la expedición, emisión o envío.
Sin embargo con motivo de la caducidad de la oferta por muerte o incapacidad del proponente (Art.
1149 CC: “La oferta quedará sin efecto alguno si una de las partes falleciere, o perdiere su capacidad
para contratar: el proponente, antes de haber sabido la aceptación, y la otra, antes de haber
aceptado”), se toma en cuenta el conocimiento de la aceptación. Esos eventos, muerte o incapacidad,
ocurridos antes de ese conocimiento, aun cuando sean posteriores a la emisión, hacen caducar la
oferta. Se acoge una consecuencia accesoria de la teoría de la información.
Y otro tanto ocurre con la retractación de la aceptación que puede efectuarse válidamente antes que
ella haya llegado a conocimiento del proponente (Art. 1155 CC: “El aceptante de la oferta sólo puede
retractar su aceptación antes que ella haya llegado al conocimiento del proponente. Si la retractare
después de haber llegado al conocimiento de la otra parte, debe satisfacer a ésta las pérdidas e
intereses que la retractación le causare, si el contrato no pudiese cumplirse de otra manera, estando
ya aceptada la oferta”). Consecuencia también de la teoría de la información.

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En el Código Civil y Comercial


La normativa en el nuevo Código se encuentra en el Art. 980.

Art. 980 CCyC: Perfeccionamiento. La aceptación perfecciona el contrato:


a) entre presentes, cuando es manifestada;
b) entre ausentes, si es recibida por el proponente durante el plazo de vigencia de la oferta.

Consentimiento entre presentes


CCyC Comentado: Con la redacción de la norma (Art. 980 CCyC) se viene a ratificar la regla de que entre
presentes el momento de la aceptación se produce de forma inmediata, a ello alude la referencia a que resulte
manifestada (incluye, como surge de los artículos sobre oferta, también los casos de medios tecnológicos
asimilables a la presencia física de los sujetos.

Consentimiento entre ausentes


CCyC Comentado: En cuanto a la situación entre ausentes (continuada en el tiempo, de allí la mención a que
corresponde la regla por el tiempo de vigencia de la oferta), el momento de la aceptación se regirá por la ya
citada teoría de la recepción.

Audio de clase: La solución es distinta al Código de Vélez en la contratación entre ausentes, porque recepta
soluciones postuladas por otras teorías Teoría de la recepción (y teoría de la declaración). Esto se ha dado sin
ninguna justificación de cambio.

Tanto en el Código Velezano como en el Código Unificado la regla en materia de contratación es la


contratación entre presentes, es decir, todas las normas que conforman la teoría general del contrato. Solo por
excepción existen algunas normas puntuales (régimen de excepción) que regulan la contratación entre
ausentes.

Audio: En el tiempo de la redacción del Código Civil de Vélez no existían los adelantos tecnológicos y de
transporte que existen en la actualidad. Entonces, se aplicaban criterios de tipo temporal por la distancia
geográfica que existía entre la oferta y aceptación. En la actualidad, ya no es más un obstáculo porque dos
personas que se encuentren muy distante pueden mantener una comunicación en tiempo real. EJEMPLO:
hablar por Skype desde General Pinedo con una persona que se encuentra en ese mismo instante en Moscú.
Esto es ¿presente o ausente? Si nos mantenemos al criterio de la temporalidad es: entre presente.

INFORMACIÓN Y PULICIDAD

La información y publicidad tienen finalidades distintas y merecían, según entendemos, un tratamiento


diferenciado. La información hace al conocimiento y contribuye a formar el consentimiento del consumidor.
La publicidad tiende a motivar la adquisición de un producto o servicio. (CCyC Comentado)

Información
Art 4 Ley 24.240: Información. “El proveedor está obligado a suministrar al consumidor en forma cierta, clara y
detallada todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que provee, y las
condiciones de su comercialización.
La información debe ser siempre gratuita para el consumidor y proporcionada con claridad necesaria que
permita su comprensión”.

En concordancia con esta normativa, el Código Civil y Comercial establece:


Art. 1100 CCyC: Información. El proveedor está obligado a suministrar información al consumidor en
forma cierta y detallada, respecto de todo lo relacionado con las características esenciales de los
bienes y servicios que provee, las condiciones de su comercialización y toda otra circunstancia
relevante para el contrato. La información debe ser siempre gratuita para el consumidor y
proporcionada con la claridad necesaria que permita su comprensión. 9
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S. Chamorro; F. Giraudo; F. Serrano

La información hace al conocimiento y contribuye a formar el consentimiento del consumidor.


La redacción del artículo 1100 del CCyC es, en algún aspecto, algo defectuosa en relación al Art 4 de la Ley de
Defensa del Consumidor, que fija el deber de brindar al consumidor información “en forma cierta, clara y
detallada”. Se dice defectuosa por cuanto se limita a exigir información “cierta y detallada”, eliminando el
calificativo de “claro” que el Art 4 en sus dos párrafos, ponderando la calidad como factor de entendimiento.
El deber de información ha de cumplirse en forma previa a entablarse la relación de consumo, como también
de manera concomitante a ésta. En el primer ámbito, permite elecciones de consumo fundadas y racionales (se
relacionan con la libre elección, aplicándose la idea del consentimiento informado) y en el segundo, permite
una utilización adecuada del producto o servicio contratado (se relaciona con el derecho a la salud y seguridad,
y con la protección de intereses patrimoniales).
La información es una obligación legal basada en el principio de la buena fe.
Se caracteriza la información necesaria como aquella que es:
- Veraz (sin contenidos engañosos o falsos, exacta, seria, objetiva, respaldada en pruebas)
- Suficiente (Apta para los fines previstos, comprensible, para que el consumidor pueda
conscientemente optar).
- Eficaz (En cuanto posibilite que el consumidor se involucre sin duda alguna en el acto que va a realizar,
con plena consciencia y conocimiento del mismo).
- Cierta (En todos los aspectos y condiciones que regirán la relación de consumo)
- Objetiva ((sin desvirtuar el sentido, los efectos y los alcances de la relación de consumo).
- Absoluta (comprensiva de todas las condiciones de la relación de consumo, sin restricción alguna)
- Oportuna (brindada en su justa medida, de modo directo y permanente, constante, ello a fin de
facilitar que el usuario o consumidor cuente con ella cuando lo necesite).
- Transparente (sin vericuetos, ocultamiento ni manifestaciones que tiendan a distorsionar el sentido
de la relación de consumo).
- Suministrada por escrito, legible y en idioma nacional y, sobre todo, gratuita a partir de la reforma de
2008, siempre conforme a la Ley 24.240.

Publicidad
Art 8 Ley 24.240: Efectos de la publicidad. “Las precisiones formuladas en la publicidad o en anuncios
prospectos, circulares u otros medios de difusión obligan al oferente y se tienen por incluidas en el contrato
con el consumidor.
En los casos en que las ofertas de bienes y servicios se realicen mediante el sistema de compras telefónicas, por
catálogos o por correos, publicados por cualquier medio de comunicación, deberá figurar el nombre, domicilio
y número de CUIT del oferente”.

En el nuevo Código Civil y Comercial dice:

Art. 1103 CCyC: Efectos de la publicidad. Las precisiones formuladas en la publicidad o en anuncios,
prospectos, circulares u otros medios de difusión se tienen por incluidas en el contrato con el
consumidor y obligan al oferente.
.
La publicidad tiende a motivar la adquisición de un producto o servicio.
Se mantiene la redacción (con distinto orden) de la norma de la ley 24.240. La expresión “precisiones”
entendemos debe comprenderse en sentido amplio, abarcativo de figuras, dibujos símbolos o ideogramas, que
contengan los anuncios, que de otra forma pueden no considerarse contenidos en el vocablo, pero que son
inescindibles de la idea o sensación que pretenda generar el mensaje publicitario. Deben incluirse, entonces,
las precisiones que persigan la formulación del asentamiento del consumidor, y por ende, su voluntad de
contratar.
En suma, las mentadas precisiones deben ser interpretadas conforme a la buena fe, y comprensivas de su
contenido tanto implícito como explícito.

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¿Qué incidencia tiene en el consentimiento la publicidad y la información?


Tanto la información como la publicidad inciden decisivamente en una correcta o adecuada toma de
decisiones.
El art. 1100 CCyC, confirma la obligatoriedad, para el proveedor, de informar al consumidor "toda...
circunstancia relevante para el contrato [de consumo]", en línea con el art. 4º de la Ley 24.240; y establece
ciertas pautas en materia de publicidad que puedan afectar la decisión consumeril (art. 1101 CCyC), ampliando
lo ya dispuesto en el art. 8º de la Ley 24.240. Esta normativa es aplicable tanto respecto del consumidor en
sentido propio cuanto del consumidor equiparado, por la sola circunstancia de ser "personas expuestas a las
prácticas comerciales" (art. 1096, CCyC)

El deber precontractual de información tiene en la actualidad una enorme trascendencia no solamente por la
forma en que la información general e impersonalizada es transmitida a través de las nuevas tecnologías de la
información sino también por la incidencia que ella tiene en la expresión del consentimiento para el
perfeccionamiento de múltiples negocios jurídicos. El deber de informar en la sociedad de la información tiene
gran entidad y comprende toda la información privada en poder del vendedor que pudiese afectar a la decisión
del comprador. De ahí, que la información ha de ser cierta, clara y detallada.
La obligación de información encuentra su fundamento en un desequilibrio de conocimientos entre los
contratantes, desequilibrio que se acentúa en materia de consumo. Por ello la información es el principal
instrumento con que cuentan los consumidores para hacer frente a las técnicas agresivas del comercio
moderno.
De una buena información depende un consentimiento libremente formado y exento de vicios. Inciden en
una adecuada formación del consentimiento contractual, tanto en los aspectos jurídicos como materiales del
negocio.
De una buena publicidad, que incluyan las precisiones del producto o servicio, depende la formulación del
asentamiento del consumidor, y por ende, su voluntad de contratar.

Comentario del profesor: La información y la publicidad son figuras que se encuentran estrechamente ligadas.
La información es un derecho constitucional que debe ser brindada por el proveedor de manera clara,
completa, detallada, gratuita y veraz. Además por una reforma del art.4 de la Ley del Consumidor, debe ser por
escrito.

OBJETO

Objeto, consentimiento y causa constituyen los elementos estructurales del contrato. Los tres se encuentran
íntimamente relacionados entre sí, a punto tal que el concepto que se tenga de uno de ellos condiciona a los
restantes.
Un contrato sin objeto es inconcebible. Siendo el acuerdo de voluntades expresión de un querer común, su
objeto está dado por “lo que se quiere”.
El objeto del contrato no puede identificarse con los efectos, así como tampoco es admisible sostener que el
contrato y la obligación tienen un mismo objeto.
El contrato es la fuente de relaciones jurídicas obligacionales; la obligación tiene por objeto la prestación de dar,
hacer o no hacer y la prestación, finalmente, tiene por objeto las cosas o servicios debidos.

Definición de objeto Según Jorge Mosset:


Pensamos, con los Mazeaud, que el objeto es la operación jurídica considerada, el contenido concreto e integral
del acuerdo, variable hasta el infinito gracias al principio consensualista.

Al decir que el objeto es la operación jurídica determinada identificamos el objeto con el contenido del
contrato.

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(Del apunte de obligaciones: El objeto del contrato es el contenido específico que buscaron las partes. Por
ejemplo, en un contrato de compraventa el objeto es la compraventa, del mismo pueden surgir innumerables
obligaciones; el objeto de las obligaciones son las prestaciones).
Principio consensualista. El consensualismo es un movimiento filosófico dentro del derecho contractual que
preconizaba la exaltación del consentimiento como esencial y único del contrato. Aparece en el siglo XVIII y XIX
como consecuencia de la obra de los posglosadores y busca poner en resalto al consentimiento como el
acuerdo de voluntades desde un aspecto central y determinante del contrato. Dejando a un lado a las formas
como existencia esencial de la validez del contrato. El consensualismo implica que las partes puedan
determinar el contenido y los efectos del contrato y esto está en línea con la tesis voluntarista del contrato.
También se dice que puede variar, y esto se da según la voluntad de las partes intervinientes.

El Objeto del Contrato en el Código de Velezano


El Art. 1167 del CC contenía una remisión expresa en la materia de objeto a las normas de ls actos jurídicos y
de las obligaciones. Así entonces el Art. 953 CC cobraba especial importancia, pues del mismo surgían los
requisitos del objeto del acto jurídico y, por ende, del contrato.

Art. 953 CC: El objeto de los actos jurídicos deben ser cosas que estén en el comercio, o que por
motivo especial no se hubiese prohibido que sean objeto de algún acto jurídico, o hechos que no sean
imposibles, ilícitos, contrarios a las buenas costumbres o prohibidos por las leyes, o que se opongan a
la libertad de las acciones o de la conciencia, o que perjudiquen los derechos de un tercero. Los actos
jurídicos que no sean conforme a esta disposición son nulos como si no tuviesen objeto.

Por. su parte el Art. 1169 del CC abría lugar a un importante y largo debate sobre si los contratos debían tener
contenido patrimonial en lo atinente a la prestación que de ellos se origina y respecto del interés de la o las
partes, o sólo sobre la prestación.

El Objeto del Contrato en el Código Civil y Comercial

Art. 1003 CCyC: Disposiciones generales. Se aplican al objeto del Contrato las disposiciones de la
Sección 1ra, Capítulo 5, Título IV del Libro Primero de este Código. Debe ser lícito, posible,
determinado o determinable, susceptible a valoración económica y corresponder a un interés de las
artes, aún cuando este no sea patrimonial.

En. el Art. 1003 CCyC simplifica la cuestión y pone fin a aquel debate originado en el Art 1169 del CC. Así
entonces se mantiene la referencia a la materia del acto jurídico, pero no en forma meramente general, sino
con indicación precisa (el Art. 279 resulta relevante). Asimismo, se establecen los requisitos del objeto en
forma amplia haciéndose mención de aquellos cuya incorporación no merecía reparos en doctrina y
jurisprudencia, como ser que sea lícito, posible, determinado o determinable (luego se completa la cuestión en
los artículos siguientes), pero principalmente pone fin a la ardua discusión sobre la patrimonialidad, primero
porque reconoce la composición en el objeto inmediato que es la obligación de sus dos componentes
(prestación e interés de la parte), para luego establecer que la exigencia de la valoración económica sólo debe
verificarse respecto de la prestación y sobre el interés.

Requisitos del Objeto

Requisitos del objeto según Jorge Mosset Iturraspe:


PATRIMONIALIDAD: Significa que las prestaciones comprometidas en ese contrato deben ser susceptible de
apreciación en dinero e independientemente del interés que lleva a las partes a realizar el contrato que puede
no ser económico que puede ser afectivo. Hubo una gran debate acerca de este tema en la normativa anterior,
art, 1169 del CC, si los contratos debían tener contenido patrimonial en lo atinente a la prestación que de ellos
se origina y respecto del interés de la o las partes, o sólo sobre la prestación. La doctrina mayoritaria, de la cual
compartía Mosset, decía: La prestación que constituye objeto de la obligación debe ser susceptible de
valoración económica y debe corresponder a un interés, aún cuando no sea patrimonial del acreedor”

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Ejemplo: Un señor puede querer regalarle a su esposa un diamante y utilizar su interés afectivo. Lo que se tiene
en cuenta aquí es que la prestación debe ser susceptible de apreciación económica.
(CCyC Comentado) El Código Civil y Comercial, pone fin a la discusión, ya que en su art. 1003 CCyC expresa
claramente que el objeto debe ser susceptible a valoración económica y corresponder a un interés de las artes,
aún cuando este no sea patrimonial, es decir, la exigencia de la valoración económica sólo debe verificarse
respecto de la prestación y sobre el interés.

LICITUD: El contrato no debe ser contrario a la ley (formal y material).


Mosset Iturraspe nos dice que, la operación jurídica que las partes quieren celebrar puede ser lícita o ilícita.
La ilicitud del negocio puede provenir de la actividad encaminada a disponer de esos benes (sangre, ojo) y por
lo tanto del contenido, la intención o la causa.
El contrato ilícito por razón del objeto comprende tres especies diferentes:
a) Contrato ilegal o contrario a las normas imperativas. No puede ser objeto de una operación jurídica
contractual cuando está vedado por la ley, sobre la base de normas imperativas. Por ejemplo: La
“herencia futura”.
Otro ejemplo (de la clase): “alquilo un inmueble para que una persona lo explote, y ésta persona lo
hace pero como un bar con servicio de acompañante, éste contrato es ilegal debido a que hay una ley
que prohíbe el establecimiento de lugares para el ejercicio de la prostitución, pero además afecta las
bases sociales.
b) El contrato prohibido o contrario al orden público. La violación del orden público no se halla
subordinada a la infracción de un texto legal en particular. La operación jurídica tenida en vista por las
partes puede contradecir “los principios fundamentales e intereses generales sobre los cuales
descansa el ordenamiento jurídico” (afecten las bases jurídicas, económicas y sociales de del Estado),
en tal caso es nula por ilicitud. El concepto de orden público es relativo, mutable de país a país y de
época a época, no sólo en lo político, sino también en lo social y económico.
c) El contrato inmoral o contrario a las buenas costumbres. Las buenas costumbres, cuya transgresión
vuelve inmoral el contrato, se identifican con la moral. Al igual que en el concepto de orden publico
campea aquí la relatividad.
A las buenas costumbres se referían fundamentalmente los artículos 21 y 953 del Código de Vélez.
La moralización del contrato, como el imperio del orden público, se lora más que con las reglas
destinadas a señalar uno a uno los objetos que contrarían aquella finalidad, con preceptos que, con el
art. 953 se limitaban a contener un estándar o prototipo de conducta. La moralización del contrato se
persigue también con la causa, entendida en sentido finalista y subjetivo.
Ejemplo: Un análisis nos muestra al contrato usurario como la figura más frecuente del contrato
inmoral. El contrato usurario s da no sólo cuando se pactan intereses excesivos sino también siempre
que se contrata en franco desequilibrio, con aprovechamiento de la necesidad, desconocimiento,
ligereza, etc.
Comentario del profesor: Se debe distinguir la noción de orden público con la noción de moral, porque hay
muchos tipos de moral. También con los usos y costumbres (Ej: el saludo es un uso social).
Ejemplo: Si 20 años atrás se alquilaba un inmueble a una persona cuya finalidad es la venta de productos
sexuales (sex shop), hubiese sido algo contrario a las buenas costumbres. ¿Quién podría decir hoy, que es
contrario a las buenas costumbres? Hoy, sólo mantienen ese pensamiento las personas muy conservadoras o
personas con moral religiosa.

En cuanto a los objetos prohibidos en el Código Civil y Comercial, el Art. 1004 CCyC, dice:

Art. 1004 CCyC: Objetos prohibidos. “No pueden ser objeto de los contratos los hechos que son
imposibles o están prohibidos por las leyes, son contrarios a la moral, al orden público, a la
dignidad humana, o lesivos de los derechos ajenos; ni los benes que por un motivo especial se
prohíben que lo sean. Cuando tengan por objeto derechos sobre el cuerpo humano se aplican los
artículos 17 y 56”.

Esta normativa mantiene el espíritu del Art 953 CC y sigue los lineamientos del Art 279 vigente, trayendo
como novedad en la terminología la mención concreta al orden público, la dignidad de la persona humana y la
mención
. más genérica de actos lesivos a los derechos ajenos (en lugar de la referencia del perjuicio a tercero).
Puntualmente se recuerda y deja aclarado lo dispuesto sobre el cuerpo humano en los arts. 17 (no tiene valor
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comercial y cualquier disposición debe tener otra clase de interés no económico) y 56 (la disposición no debe
producir una disminución definitiva en el cuerpo, salvo los supuestos en que se persiga el mejoramiento de la
salud).

DETERMINACIÓN: La determinación del objeto es de imprescindible necesidad en razón de la certeza y


posibilidad del mismo. Con el objeto indeterminado sería intentar realizar un contrato vacío.
(CCyC Comentado) El Art 1170 del CC indicaba que las cosas objeto de los contratos, debían ser determinadas
en cuanto a su especie, aunque no lo fueran en la cantidad, con tal que esta puedan determinarse. A su vez, el
Art. 1171 disponía que la cantidad se consideraba determinable cuando se delegaba la misma en un tercero.
El Código Civil y Comercial dispone:
Art. 1005 CCyC: Determinación. Cuando el objeto se refiere a bienes, éstos deben estar determinados
en su especie o género según sea el caso, aunque no lo estén en su cantidad, si ésta puede ser
determinada. Es determinable cuando se establecen los criterios suficientes para su individualización.
En
. lo atinente a la determinación mantiene el criterio de que alcanza con la mención de la especie y la
dispensa de indicar la cantidad si hay pautas para hacerlo, pero incorpora también, para reforzar y flexibilizar
su sentido, la opción de la indicación del género. Avanza el artículo en la definición del objeto determinable al
establecerse el criterio imperante en la doctrina, esto es, que se considerará como tal cuando no se cumpla con
lo dispuesto para el objeto determinado, pero se brinden los criterios suficientes para su individualización; se
elimina entonces el criterio anterior de unir la cantidad determinable al caso de fijación por tercero.

Ejemplo de clase: “No puedo hacer un contrato con una persona y que él se comprometa y haga lo que se le
ocurra y yo, a mi tiempo, hacer lo que se me ocurra y si quiero”. Es un contrato que carece de un mínimo de
determinación exigido como requisito del objeto. Si existiera un contrato así, sería inexistente por falta de
objeto, porque el objeto expuesto es absolutamente indeterminado y además porque no reúne el requisito de
determinabilidad.

POSIBILIDAD FÍSICO JURÍDICO: Tanto los bienes como los hechos prometidos en la obligación que el contrato
genera, además de determinados, deben ser posibles.
En el Código de Vélez, el requisito de la posibilidad se desprende del art. 953 CC: “El objeto de los actos
jurídicos deben ser cosas que estén en el comercio, o que por motivo especial no se hubiese prohibido que
sean objeto de algún acto jurídico, o hechos que no sean imposibles…”
Parte de la doctrina contempla la imposibilidad en un sentido puramente material; otra corriente, la que sigue
Mosset Iturraspe, insiste en el distingo entre imposibilidad legal e imposibilidad material.
En el nuevo CCyC la posibilidad del objeto versa expresamente en el artículo 1003 CCyC.

Posible significa que deba ser factible en términos materiales, físicos y además jurídicos.
Supuesto de imposibilidad física: Ejemplo: una persona fallecida no puede hacer movimientos de dinero; esto
trae aparejada otra cuestión, el mandato se extingue por el fallecimiento del mandante (la cuestión no sólo
sería imposible físicamente sino que también jurídicamente).
Supuesto de imposibilidad jurídica: Ejemplo: locación sobre bienes fungibles.
El objeto debe ser posible, física y jurídicamente. Toda prestación que sea contraria a la ley de la naturaleza y
de la física es imposible en términos físicos o materiales. Ejemplo de la clase: “que me comprometa con un
señor y él me pague una suma de dinero para que vuele por la vereda de su casa dos veces por semana. Estaría
estafándolo o comprometiendo una prestación que es contraria a las leyes de la física porque no puedo
levitar”. Otro ejemplo de imposibilidad jurídica: “prendar la casa (prendar es un gravamen que recae sobre
bienes muebles)”.

La ausencia de algunos de estos requisitos determina la falta del objeto, y por vía de consecuencia, la
inexistencia del contrato.

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Supuestos particulares del Objeto

Casos particulares de objeto: Esto nos lleva a preguntarnos:


1) ¿Se puede contratar sobre bienes ajenos?
2) ¿Se puede contratar sobre bienes futuros?
3) ¿Se puede contratar sobre bienes litigiosos? ¿Se puede contratar sobre bienes sujetos a gravámenes?
4) ¿Se puede contratar sobre la herencia futura?

1) BIENES AJENOS: Es posible la contratar sobre bienes ajenos, pero con una particularidad, establecida en el
art 1008 CCyC:

Art. 1008 CCyC: Bienes ajenos. “Los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos. Si el que
promete transmitirlos no ha garantizado el éxito de la promesa, sólo está obligado a emplear los
medios necesarios para que la prestación se realice y, si por su culpa, el bien no se transmite, debe
reparar los daños causados. Debe también indemnizarlos cuando ha garantizado la promesa y ésta
no se cumple.
El que ha contratado sobre bienes ajenos como propios es responsable de los daños si no hace
entrega de ellos.”

Dos cuestiones para aclarar:


. Si se contrata sobre bienes ajenos, hay que aclarar la situación de los mismos, el deber de obrar de
buena fe así lo impone, pero además, lo impone la necesidad de quedar fuera de la zona de riesgo que
genera el vender algo ajeno como propio, porque esto nos expone al riesgo de quedar encuadrado en
una figura penal que es el de la estafa y otras defraudaciones. El silencio respecto de dicho aspecto de
ajenidad de la cosa, por parte de quien nos la ofrece, puede ser interpretado como un acto de mala fe,
es decir, no se necesita una conducta positiva del sujeto tendiente a disimular la situación de ajenidad
del bien que ofrece, sino que es suficiente para quedar expuesto a una situación de responsabilidad
penal, la simple omisión.
 Si se contrata sobre bienes ajenos, hay que ver si garantizó la entrega de la misma o no, es decir, hay
que determinar en el caso concreto si la obligación asumida por el oferente es, (siguiendo la
tradicional clasificación del célebre jurista René del Mook en el Siglo XIX) de acuerdo a la clasificación:
respecto de las obligaciones de medio o de resultado.
Si no hubiese garantizado la entrega de la misma, se entiende que es una obligación de medio, es
decir, un simple compromiso de prudencia y de diligencia, y se exime de responsabilidad
demostrando que hizo todas las gestiones y diligencias tendientes a la entrega del bien, pero de todos
modos no fue posible, porque la decisión lo excedía.
Distinta es la situación si garantizó la entrega de la misma, se entiende que es una obligación de
resultado, ya que debe cumplir el mismo indefectiblemente (debe cumplir como fuese), sino se debe
reparar los daños y perjuicios que la no entrega de la cosa le generó al destinatario de la oferta.
Ejemplo de la clase: “Si una empresa de catering ofrece un servicio de comida para un evento, asume
una obligación de resultado, es decir el titular del catering no puede eximirse de responsabilidad
poniendo diferentes excusas, este bien tiene que estar o estar con todas las cosas, si no lo hace surge
el deber de indemnizar”.

2) BIENES EXISTENTES Y FUTUROS:

Art. 1007 CCyC: Bienes existentes futuros. “Los bienes futuros pueden ser objeto de los contratos.
La promesa de transmitirlos está subordinada a la condición de que lleguen a existir, excepto que
se trate de contratos aleatorios.”

La regla es que los bienes futuros pueden ser objeto de los contratos. Se entiende que estos tipos de
contratos están sujetos a la condición suspensiva de que llegasen a existir, es decir, si la cosa no llegase a
existir
. no hay contrato. (En el Código de Vélez la condición era una modalidad de las obligaciones, en la
actualidad debido a la sanción del CCyC es una modalidad de los actos jurídicos).
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3) BIENES LITIGIOSOS: Cosa litigiosa significa que la cosa sobre la cual se contrata está sujeta a una discusión
judicial o a una contienda judicial en la que se discuten derechos sobre la misma.

Art. 1009 CCyC: Bienes litigiosos, gravados, o sujetos a medidas cautelares. “Los bienes litigiosos,
gravados, o sujeto a medidas cautelares, pueden ser objeto de los contratos, sin perjuicio de los
derechos de terceros.
Quien de mala fe contrata sobre esos bienes como si estuviesen libres debe reparar los daños
causados a la otra parte si ésta ha obrado de buena fe”.

El bien sujeto a garantía, es aquel que esta prendado, hipotecado o se haya constituido anticresis sobre la
cosa, porque esos son derechos reales de garantía.
.
4) HERENCIA FUTURA: Distinta es la situación de la herencia futura, lo que el derecho reprueba por
considerarlo una inmoralidad que se esté especulando con el patrimonio de una persona aún no fallecida,
además es riesgoso permitir la realización de contratos sobre herencia futura. En el régimen del código de
Dalmacio Vélez Sarsfield no se permitía, ahora EN EL Código Ciil y Comercial existen excepciones.
Art. 1010 CCyC: Herencia futura. “La herencia futura no puede ser objeto de los contratos ni tampoco
pueden serlo los derechos hereditarios eventuales sobre objetos particulares, excepto lo dispuesto
en el párrafo siguiente u otra disposición legal expresa.
Los pactos relativos a una explotación productiva o a participaciones societarias de cualquier tipo,
con miras a la conservación de la unidad de la gestión empresaria o a la prevención o solución de
conflictos, pueden incluir disposiciones referidas a futuros derechos hereditarios y establecer
compensaciones en favor de otros legitimarios. Estos pactos son válidos, sean o no parte el futuro
causante y su cónyuge, si no afectan la legítima hereditaria, los derechos del cónyuge, ni los
derechos de terceros.”
La nueva norma genera un cambio sustancial en su composición; si bien mantiene las referencias del Art.
1175 CC, se fijan como una regla general (prohibición de que sea objeto la herencia futura o sobre los derechos
hereditarios eventuales de objetivos particulares), lo cual implica la incorporación en el segundo párrafo de
excepciones.
.
Análisis de la segunda parte del art 1010 CCyC
“Los pactos relativos a una explotación productiva o a participaciones societarias de cualquier tipo (1), con
miras a la conservación de la unidad de la gestión empresaria o a la prevención o solución de conflictos (2),
pueden incluir disposiciones referidas a futuros derechos hereditarios y establecer compensaciones en favor de
otros legitimarios. Estos pactos son válidos, sean o no parte el futuro causante y su cónyuge, si no afectan la
legítima hereditaria, los derechos del cónyuge, ni los derechos de terceros.(3)”

(1) El pacto tiene que estar vinculado a la explotación productiva o a participaciones societarias de
cualquier tipo (pueden ser de cualquier clase, lo que amplía los supuestos bajo tratamiento). Ejemplo:que
se trate de un establecimiento agropecuario, industrial o comercial.
(2) Se busca la conservación de la unidad de gestión empresaria, a través de este pacto, o la prevención o
solución de conflictos. Esta es la finalidad que necesariamente debe observar el pacto sobre herencia
futura.
(3) Establece la validez de este pacto, sino se afecta la legítima hereditaria, se debe entender legítima, a
la porción que necesariamente le corresponde a los herederos sobre el patrimonio del titular, en la
medida de que no afecte la legítima, los derechos del cónyuge, ni los derechos de terceros.

Comentario del profesor: Analizando la norma se encuentra al menos un aspecto criticable, esto es, que no se
le dé intervención al titular del patrimonio, es decir, que se establezca la validez de un pacto sobre herencia
futura encuadrándoselo en los supuestos que la norma prevé sin la necesaria intervención del titular del
patrimonio, en otras palabras, la norma consagra una seria afectación al derecho de propiedad del titular, esto
conlleva a que se realicen pactos sobre herencia futura y no se requiera la intervención necesaria del titular del
patrimonio. Esta norma podría ser declarada inconstitucional, por afectar el derecho de propiedad.

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