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LA HERENCIA CONDICIONAL Y A TÉRMINO

Las disposiciones testamentarias, tanto a título universal como particular, podrán hacerse
bajo condición. Las condiciones impuestas a los herederos y legatarios, se regirán por las
reglas establecidas para las obligaciones condicionales.
Las condiciones imposibles y las contrarias a las leyes o a las buenas costumbres se tendrán
por no puestas y en nada perjudicarán al heredero o legatario, aun cuando el testador
disponga otra cosa. La condición absoluta de no contraer primero o ulterior matrimonio se
tendrá por no puesta, a menos que lo haya sido al viudo o viuda por su difunto consorte o
por los ascendientes o descendientes de éste. Podrá, sin embargo, legarse a cualquiera el
usufructo, uso o habitación, a una pensión o prestación personal, por el tiempo que
permanezca soltero o viudo.
Será nula la disposición hecha bajo condición de que el heredero o legatario haga en su
testamento alguna disposición en favor del testador o de otra persona. La condición
puramente potestativa impuesta al heredero o legatario ha de ser cumplida por éstos, una
vez enterados de ella, después de la muerte del testador. Excepto el caso en que la
condición, ya cumplida, no pueda reiterarse.
Cuando la condición fuere casual o mixta, bastará que se realice o cumpla en cualquier
tiempo, vivo o muerto el testador, si éste no hubiese dispuesto otra cosa. Si hubiese existido
o se hubiese cumplido al hacerse el testamento, y el testador lo ignoraba, se tendrá por
cumplida. Si lo sabía, sólo se tendrá por cumplida cuando fuere de tal naturaleza que no
pueda ya existir o cumplirse de nuevo. La expresión del objeto de la institución o legado, o
la aplicación que haya de darse a lo dejado por el testador, o la carga que él mismo
impusiere, no se entenderá como condición, a no ser que ésta fuera su voluntad.
Lo dejado de esta manera puede pedirse desde luego, y es transmisible a los herederos que
afiancen el cumplimiento de to mandado por el testador, además de la devolución de lo
percibido con sus frutos e intereses, si faltaren a esta obligación. Cuando, sin culpa o hecho
propio del heredero o legatario, no pueda tener efecto la institución o el legado en los
mismos términos que haya ordenado el testador, deberá cumplirse en otros, los más
análogos y conformes a su voluntad.
Cuando el interesado en que se cumpla, o no, impidiere su cumplimiento sin culpa o hecho
propio del heredero o legatario, se considerará cumplida la condición. La condición
suspensiva no impide al heredero o legatario adquirir sus respectivos derechos y transmitirlos
a sus herederos, aun antes de que se verifique su cumplimiento. Si la condición potestativa
impuesta al heredero o legatario fuere negativa, o de no hacer o no dar, cumplirá con
afianzar que no harán o que fue prohibido por el testador, y que, en caso de contravención,
devolución de los beneficios percibidos con sus frutos e intereses. Si el heredero fuere
instituido bajo condición suspensiva, se pondrán los bienes de la herencia en administración
hasta que la condición se realice o haya certeza de que no podrá cumplirse. Será válida la
designación de día o de tiempo en que haya de comenzar o cesar el efecto de la
institución de heredero o del legado. En ambos casos, hasta que llegue el término señalado,
o cuando éste concluya, se entenderá llamado el sucesor legítimo. Mas en el primer caso,
no entrará éste en posesión de los bienes sino después de prestar caución suficiente, con
intervención del instituido.
Herencia condicional
Se tipifica cuando: "Las disposiciones testamentarias se otorgan bajo condición, esto es,
haciendo depender su eficacia de la realización de un acontecimiento futuro e incierto."
(Artículo 993 primera parte del Código Civil).
Respecto a la herencia condicional, dispone el Código Civil, Decreto-Ley número 106, lo
siguiente:
a) "La condición de no enajenar o no gravar los bienes, sólo será válida hasta la mayoría
de edad y cinco años más de los herederos o legatarios. (Artículo 994).
b) "Se tendrá por no puesta la condición de no casarse; pero será válida la que se dirija a
impedir el matrimonio con persona determinada." (Artículo 995, primer párrafo).
c) "Pueda legarse al causahabiente, el usufructo, uso o habitación, o una pensión personal,
por el tiempo que permanezca soltero." (Artículo 995, segundo párrafo).
d) "Si el heredero o legatario fueren instituidos bajo condición suspensiva (aquélla de cuyo
acontecimiento dependa la efectividad de la disposición testamentaria), se pondrán en
administración los bienes que les correspondan, hasta que la condición se realice o haya
certeza de que no podrá cumplirse." (Artículo 996).
Herencia a término
Se tipifica cuando en el testamento se designa día o tiempo en que haya de comenzar o
cesar el efecto de la institución de heredero a legatario. Cuando el término se fija para que
comience el efecto de la institución de heredero o legatario, se le denomina. / Término
suspensivo o inicial. Cuando el término se fija para que cese dicho efecto, se le denomina
término resolutorio o final.
Los Artículos 999 a 1001 del Código Civil, Decreto-Ley número 106 regulan lo relativo a la
propiedad de los frutos de los bienes cuando la institución de heredero o legatario se hizo
a término. Los que se describen a continuación:
El Artículo 999 establece: "En la herencia o legado conferidos desde día determinado, los
frutos que produzcan los bienes hasta que llegue ese día, corresponderán a los herederos
legales, si el testador no hubiere dispuesto de ellos".
El Artículo 1000 regula: "Si el testador instituye heredero o legatario hasta cierto día o tiempo
determinado, no podrá el heredero retener los bienes hereditarios, ni hará suyos los frutos,
desde que pasen el día o tiempo señalados".
En el Artículo 1001 se establece: "Los bienes y frutos de que habla el Artículo anterior,
pertenecerán en adelante al heredero instituido, o a los herederos legales del testador."

OCTAVA SEMANA DE CLASES

LOS LEGADOS:
Se denomina legado o manda, al acto a través del cual una persona en su testamento,
decide repartir una parte muy concreta de sus bienes a otra persona determinada. Se
habla en todo caso de bienes individuales, y no de porciones del patrimonio. Legado es
una liberalidad hecha en un testamento y que se deja a cargo del heredero. Para la validez
de un legado son necesarias dos condiciones:
a) Es necesario que se haga en un testamento; b) es necesario que quede a cargo del
heredero instituido. El legado es una disposición testamentaria a título particular que
confiere derechos patrimoniales determinados que no atribuyen la calidad de heredero.
En la doctrina general se dice que el legado es a título singular cuando comprende uno o
varios objetos determinados; a título universal, cuando contiene un aparte alícuota de los
bienes de la herencia o todos los bienes de una clase determinada (mueble, inmueble o
semoviente).
El legado no puede en ningún caso perjudicar la porción legitimaria de los herederos. Sin
dar un concepto de legado, el Código Civil, Decreto-Ley número 106 dispone que: "El
testador puede disponer de una cosa o de una cantidad o del todo o de una parte de sus
bienes, a título de legado, a favor de una o más personas individuales o jurídicas", como se
regula en el Artículo 1002 del citado Código. Y que legatario es la persona a quien se da
algo por testamento, conforme el artículo anterior, aun sin instituirlo heredero. Son
disposiciones pertenecientes a los legados, los siguientes, de acuerdo a los Artículos del 1002
al 1025 del Código Civil:
a) Si toda la herencia se distribuye en legados, se prorratearán las deudas, gravámenes y
porciones alimenticias entre los legatarios, en proporción al valor de sus respectivos legados.
b) No tiene efecto el legado de una cosa en especie, si no se halla en el dominio del
testador al tiempo de su muerte.
c) En el legado de una cosa indeterminada, comprendida en un género o en una especie,
la elección corresponde al obligado a pagarlo.
d) El legado de un crédito contra tercero o el de perdón o liberación de una deuda del
legatario, sólo surtirá efecto en la parte del crédito o de la deuda subsistente al tiempo de
morir el testador. e) El legado hecho a un acreedor tendrá efecto sin perjuicio del pago de
su crédito.
f) Se acepta el legado expresamente, cuando se pide; y tácitamente, cuando se recibe la
cosa legada.
g) Si entre varios herederos ninguno ha sido encargado particularmente de pagar el
legado, cada uno debe hacerlo en proporción a la parte que le haya correspondido en la
herencia.
h) Si la obligación de pagar el legado se ha impuesto a uno de los herederos, él solo debe
hacerlo.
i) La cosa legada se entregará con sus accesorios y en el estado en que se encuentre el
día de la muerte del testador. Los gastos necesarios para la entrega del legado, serán a
cargo de la herencia.
j) En todo caso se cumplirá la disposición del testador en cuanto al modo, orden y tiempo
en que deban entregarse o pagarse los legados.
k) El legatario que muera antes que el testador, no adquiere derecho alguno al legado, ni
lo transmite a sus herederos, a no ser que éstos hubiesen sido llamados igualmente por el
testador.
NOVENA SEMANA DE CLASES:
LA ACEPTACION DE LA HERENCIA
La aceptación de la herencia se puede definir como aquella declaración de voluntad por
la que el llamado a la misma manifiesta su intención de aceptarla, adquiriendo con ello la
cualidad de heredero. Los efectos de esta declaración se retrotraen al momento de la
muerte del causante. Por medio de la aceptación el heredero se coloca en la misma
posición que el de cujus en las relaciones jurídicas que forman parte del caudal hereditario,
tanto activa como pasivamente, por lo que también asume la responsabilidad por las
deudas de la herencia. La aceptación de la herencia se encuentra regulada en los artículos
1026 a 1040 CC.
Es aquella declaración de voluntad por la cual el legatario confirma y hace irrevocable la
adquisición del legado ya operando ipso jure. El heredero, una vez realizado el
llamamiento, puede o aceptar la herencia, o renunciar a ella, es decir, repudiarla.
Tanto para aceptarla como para repudiarla es necesario tener la libre disposición de
sus bienes, es decir no tener limitada la capacidad de disponer.
En nuestro derecho no hay obligación de aceptar una herencia, sí lo había en
el derecho romano. Pueden darse 4 situaciones:
1) Aceptar la herencia pura y simplemente.
2) Aceptar la herencia bajo beneficio de inventario. (920 C. Ci)
3) Renunciar.
4) Silencio.
La declaración de voluntad que es la aceptación del legado supone la confirmación del
legatario terminado con la inseguridad jurídica que puede producir la renuncia.
La aceptación contiene las implicaciones doctrinarias siguientes: Puede hacerse en forma
expresa o tasita Artículo 1026 del código civil que literalmente dice: La aceptación de la
herencia puede ser ex presa o tasita.
Puede hacerse parcialmente si así lo desea o le conviene el testador Artículo 1030 nuestra
legislación no acepta artículo 1030 establece: La aceptación de la herencia no puede
hacerse condicionalmente o parcialmente.
.La aceptación se puede dar de dos maneras.
Expresa cuando el heredero acepta expresamente la herencia ante un juez o un Notario,
o pidiendo posesión de los bienes o usando el titulo o la calidad de heredero en instrumento
publico esto según el Artículo 1027 del Código Civil.
La tacita el heredero en Instrumento Publico esto según el Artículo 1028 del Código Civil: el
heredero acepta tácitamente entrando en la posesión de la herencia o
practicando otros actos para los cuales no tendría derecho sin ser heredero.

RENUNCIA DE LA HERENCIA
La repudiación o renuncia de la herencia, es un acto jurídico por el cual la persona llamada
a la herencia declara su voluntad de repudiarla. Por lo que es de suma importancia abarcar
el presente tema. “Las legislaciones que siguen la tradición romanista, han estipulado la
necesidad de su aceptación, las clases de la misma y la forma en que puede hacerse, a
contrario sensu de lo que sucede en el derecho germánico, en el que se produce una
aceptación ipso jure, es decir de pleno derecho, del haber hereditario; lo mismo sucede en
el caso de la renuncia de la institución indicada, la cual para que surta sus efectos es
necesaria su manifestación expresa y ha sido definida de muy diversas formas, algunos
doctrinarios definen la renuncia de la siguiente manera: “La repudiación de la herencia es
el acto por el cual el heredero testamentario o abintestato, renuncia a su calidad de tal y,
por consiguiente, a los derechos, bienes y obligaciones que se le transmiten.” El heredero
tiene todo el derecho a repudiar la herencia dentro de un determinado plazo y este
derecho es transmisible por herencia. La declaración de repudiación consecuentemente
lleva a la pérdida.
El plazo para renunciar a la herencia es el mismo que el de la aceptación (art. 1043 Código
Civil de Guatemala). El acreedor del heredero o legatario que renuncia, puede reclamar
la parte que cubra su crédito (art. 1036 Código Civil de Guatemala).
FORMA DE LA RENUNCIA
La renuncia no se presume; ésta debe ser expresa.
La aceptación no modifica el status del heredero, lo consolida; en cambio, la renuncia la
altera sustancialmente ya que le hace perder definitivamente sus derechos a la herencia.
Pero no sólo la renuncia debe ser expresa sino también debe ser formal.
Si, por ejemplo, la renuncia se hubiera hecho por instrumento privado, sería válida con
relación a los coherederos respecto de éstos, pero no de aquéllos. Es un absurdo. La calidad
de heredero es indivisible se es o no se es. A diferencia de la aceptación, que puede ser
expresa o táctica, la renuncia debe ser expresa y hacerse por escrito ante el juez o por
medio de escritura pública (art. 1034 Código Civil de Guatemala).
La renuncia tiene ciertas características que los civilistas hacen ver: “La renuncia tiene los
siguientes caracteres:
1) Es unilateral, porque su eficacia sólo depende de la expresión de la voluntad del
renunciante;
2) Es gratuita; en efecto, si se tratara de una renuncia onerosa habría en sustancia una
venta y el heredero se considera aceptante.
3) Es indivisible; la herencia no puede aceptarse o repudiarse en parte. Quien renuncia lo
hace por el todo y se reputa como si nunca hubiera sido heredero.
4) Es lisa y llana: no puede hacerse a término o bajo condición, ni en favor de determinadas
personas. Cabe advertir que, la renuncia puede ser condicional o bajo reservas. La nota
ilustra el pensamiento de Vélez: alude a la hipótesis de convenciones sobre la herencia, por
las cuales se renuncian parte de los derechos hereditarios. Como se ve, no se está en
presencia de repudio de la herencia, sino de un pacto que, por lo contrario, implica
aceptación. Desgraciadamente la terminología usada por el codificador en todo este título
es muy imprecisa.
5) Tiene efectos retroactivos: se juzga como si nunca hubiera sido heredero y la sucesión se
defiere como si él no hubiere existido.
6) Es expresa y formal.
LA RENUNCIA EN PREJUICIO DE LOS ACREEDORES Y LA ACEPTACION POR ESTOS
Dispone el artículo 1039 del Código Civil de Guatemala: “Si el heredero renuncia a la
herencia en perjuicio de sus acreedores pueden estos, siempre que sus créditos fueren
anteriores a la renuncia, pedir al juez que los autorice para aceptar en nombre de aquel.
En este caso, la aceptación solo aprovecharía a los acreedores hasta el momento de sus
créditos, correspondiendo el exceso, si lo hubiere, a los herederos que sean llamados por la
ley. El fundamento de este artículo se encuentra en la protección del interés de los
acreedores del llamado a la herencia, que con su renuncia se pueden ver amenazados sus
derechos, para cual se le concede la posibilidad de aceptarla en nombre de aquel.
REGLAS COMUNES A LA ACEPTACIÓN Y RENUNCIA DE LA HERENCIA
La aceptación y renuncia son actos jurídicos por los que el titular del derecho, manifiesta
su voluntad de aceptar o renunciar a la herencia que le ha sido otorgada. Y tienen los
siguientes caracteres:
1) Son actos unilaterales.
2) No son receptivos, en cuanto que la declaración de voluntad no ha de ser recibida por
ninguna persona que sea eficaz.
3) Indivisibles.
4) Han de ser actos puros, no sometidos a términos ni condición.
5) Son irrevocables.
6) Sus efectos se retrotraen al momento de la muerte del causante.
Es justo que así sea, pues, de lo contrario, ellos quedarían sujetos a las veleidades del
heredero. Se entiende como es natural, que la ley alude a los actos hechos regularmente
por el curador, dentro de sus facultades legales. Es evidente que de un acto tan
trascendental como la renuncia de la herencia surjan ciertos efectos los cuales se
consideran importantes mencionar, dado a las repercusiones que conlleva. Como efectos
de la renuncia encontramos que:
1) La sucesión se transfiere como si el renunciante no hubiera existido. La renuncia beneficia,
ya a los coherederos del mismo grado, cuando los haya, ya a los de grado siguiente.
2) El renunciante no está obligado a nada, pues no siendo heredero, es imposible imponerle
deberes.
3) Si antes de la renuncia ha ejercido actos de administración que no importan aceptación
tácita, debe rendir cuenta de ellos.
4) No hay compensación de sus deudas o sus créditos respecto de la sucesión, de la cual
resulta un extraño.
5) No está obligado responder por las deudas de la sucesión; lo que no excluye, desde
luego, el pago de los gastos funerarios, si el causante no hubiera dejado bienes y no
depende del carácter de heredero.
6) La renuncia no impide a los herederos del renunciante reemplazarlos en ejercicio del
derecho de representación.
Se han analizado todas las fases de adquisición de la herencia, desde su apertura y
aceptación hasta la renuncia de ella, al igual que las consecuencias de dicha repudiación.
Es claro que cada una de las fases de adquisición de la herencia es igual de importante
que la otra, pero también es evidente que la aceptación y renuncia son las más cruciales.
A continuación el capítulo VI contempla los distintos estados en que puede encontrarse la
herencia antes de que ésta pueda ser aceptada o renunciada.

DECIMA SEMANA DE CLASES


EL ALBACEA
Ocurre con frecuencia que los herederos del causante, cuyos intereses son contrapuestos
a los de los beneficiarios, suelen no cumplir las disposiciones o lo hacen de una forma
errónea, reduciendo su alcance o demorando su pago.
La experiencia ha demostrado que es conveniente que alguien de la confianza del
testador haga cumplir sin dilaciones ni retrasos su última voluntad. Es ahí donde surge la
figura del albacea. Es la persona designada por el testador para hacer cumplir sus
disposiciones de última voluntad, por ello se llama también ejecutor testamentario. Se ha
definido como el que tiene a su cargo cumplir y ejecutar lo que el autor ha ordenado en
su testamento. Otras veces la intervención del albacea es de árbitro, destinado a evitar
cuestiones entre coherederos; finalmente, puede ocurrir que no haya heredero en cuyo
caso su función radica en proceder a la liquidación de los bienes, tramitar el proceso
sucesorio y pagar deudas y legados.
DEFINICION DE ALBACEA
Ejecutor testamentario es la persona designada por el testador para que después de su
muerte ejecute las disposiciones de última voluntad
Plazo: Según el Artículo 914 del Código Civil de 1877 el plazo de dicho cargo expiraba en
un año a partir de la muerte del testador aunque las disposiciones todavía no estuvieren
ejecutadas no pudiendo prorrogarse ni por el testador en el mismo acto de otorgamiento,
ni por el juez. Esto hace suponer que el año era el término máximo del cargo, pero que
podía finalizar antes por la remoción o cumplimiento de las disposiciones estipuladas por el
causante antes del período de vencimiento. Pero esta deficiencia fue contrarrestada
cuando en el mismo Código se otorgaba la facultad al juez de nombrar un nuevo albacea,
únicamente a solicitud de los herederos cuando faltaba el que había nombrado el
testador. Esta modalidad en cuanto al plazo persistió hasta la promulgación del vigente
Código que lo convirtió en prorrogable tomando en cuenta las circunstancias especiales
de cada proceso de sucesión testamentaria.
Facultad de vender bienes: En la promulgación del primer Código Civil no se contemplaba
esta facultad en el ejercicio del albaceazgo, lo cual pone de manifiesto que el albacea
actuaba dentro de un marco muy restringido en cuanto a facultades se refiere. No fue sino
hasta la promulgación del Código de 1933 cuando se otorgó tal facultad bajo el supuesto
que si en la herencia no hubiere dinero suficiente para cubrir deudas y legados, se permitía
a éste la venta de bienes para hacer pago de los mencionados rubros teniendo prioridad
los muebles y en su caso no alcanzare, los inmuebles, pero con intervención de los
herederos. Esta facultad se ha mantenido vigente hasta el actual Código.
Capacidad para ser albacea: Este es el último aspecto que ha sufrido cambios a través de
la historia en la legislación, pues en la promulgación del primer Código Civil, para optar a
la calidad de albacea se necesitaban reunir cuatro requisitos:
a) Haber cumplido dieciocho años de edad;
b) Poder legalmente administrar bienes;
c) Ser capaz de adquirir bienes a título de herencia; y
d) No estar en actual servicio de las funciones de magistrado, fiscal o juez, salvo
determinadas excepciones.
CLASES DE ALBACEAS
De conformidad con la doctrina y la legislación podemos distinguir las siguientes clases:
UNIVERSALES:
Son aquellos que tienen por encargo el cumplimiento de todas las disposiciones
testamentarias.” Regularmente en la práctica la totalidad de albaceas son de esta clase
ya que cuando son nombrados en testamento el otorgante solo identifica a la persona que
desempeñará el cargo otorgándole algunas facultades que son complementadas con el
citado Código; y por otro lado cuando su nombramiento es de origen judicial le adjudican
las facultades contenidas en el Artículo 1050 del referido Código de cuyo texto se deduce
la universalidad del cargo. Especiales: “Son aquellos que tienen una función determinada
por disposición expresa del testador para cumplir una cierta disposición testamentaria
como por ejemplo: Hacer entrega de un bien a un legatario. siendo imprescindible dicha
institución en los procesos sucesorios testamentarios, cuando se hace uso de ella
generalmente es a título universal. Como nos podemos dar cuenta de la anterior exposición,
estas dos primeras clases de albaceas dependen de un denominador común como lo es
la extensión de las facultades que el causante haya otorgado a la persona que habrá que
desempeñar el cargo.
TESTAMENTARIO:
Son aquellos nombrados para desempeñar el cargo en el mismo documento donde consta
el testamento, lógicamente designados por el otorgante. En casi todas las legislaciones el
cargo de albacea proviene de un testamento, quizá debido a los principios que informan
a la institución como: Confianza, imparcialidad y utilidad; y en ese sentido su fuente es más
sólida pues es de suponer que el otorgante nombraría para este cargo a alguien que
conoce por sus cualidades personales o técnicas.
LEGITIMO:
El fundamento legal de esta clase de albacea lo encontramos en el Artículo 1045 del
mencionado Código, el cual establece que: “Incumbe a los herederos cumplir la voluntad
del testador cuando éste no hubiere nombrado albacea.” Es decir que al no haber
nombramiento de albacea a los herederos testador les corresponde ejecutar las
disposiciones de última voluntad del causante.
JUDICIAL:
Son aquellos designados en determinados supuestos por un juez de primera instancia a
solicitud de los herederos. Esta clase de albacea es dependiente, no existe por sí misma,
pues para que se materialice debe darse el supuesto que habiéndose nombrado albacea
por el testador, éste no pueda cumplir su función que se le encomendó por cualquier
circunstancia. El citado Código establece que se nombrará albacea judicial sólo en los
casos de renuncia, remoción o falta del que estaba nombrado en el testamento, cuando
así lo pidieren los herederos instituidos.
OBLIGACIONES DE LOS ALBACEAS
Obligaciones La legislación civil señala como obligaciones del albacea las siguientes:
a) Mientras no haya declaratoria de herederos, demandar y responder en juicio: La
legislación civil otorga al albacea una especie de representación judicial de la sucesión lo
cual en caso de no haber todavía declaratoria de herederos y prohibición judicial al
respecto se transforma en una obligación en cuyo caso muy bien se podría demandar a la
mortual por medio del albacea o a la inversa.
De lo expuesto se deduce que tal obligación desaparece cuando se encuentra firme el
auto de declaratoria de herederos ya que esta obligación corresponde desde ese
momento a ellos.
b) Cumplir el encargo en el tiempo fijado por el testador o juez:
El mencionado Código regula este aspecto, y establece que el cumplimiento de las
funciones del albacea deben realizarse en el término de un año si no se ha fijado plazo
para ello, el cual puede ser prorrogado, y si aún así no se hubiere cumplido todavía con la
voluntad del testador, el juez puede conceder otra por el tiempo que fuere necesario.
c) Obligaciones relativas al patrimonio familiar, Para que exista esta obligación es necesario
que el testador haya dispuesto que determinadas personas se beneficien en común por
determinado tiempo sobre la herencia o parte de la misma.
En este caso corresponde al albacea, de conformidad con el Artículo 1051 del referido
Código, hacer las gestiones pertinentes a efecto de que se constituya tal institución.
d) Asegurar a los herederos o legatarios la devolución de sus bienes si ellos lo solicitaren.
Esta medida de seguridad de entrega está regulada en el mencionado cuerpo legal, que
a diferencia de otras obligaciones puede no darse en el ejercicio del cargo, pero cuando
las personas llamadas a suceder al causante en sus bienes así lo solicitaren es a partir de
entonces un deber del albacea que no puede evadir por ningún motivo y que puede
cumplir de preferencia mediante un compromiso escrito.
e) Partición y adjudicación de los bienes entre los herederos y legatarios.
Al referirse al tema establece que: “A no dudar esta es la obligación más importante que
deberá cumplir el albacea pues todas las demás giran alrededor de ella y no existen por sí
solas, ya que si el causante otorgó testamento es lógico suponer que en él dispone la
partición y adjudicación de sus bienes, agregando a esto que si nombró albacea, éste
tendrá a su cargo el cumplimiento de su voluntad sea a título particular o universal.
f) Dar cuenta documentada a los interesados después de haber ejercido el cargo.
Esta es otra de las obligaciones que no pueden faltar en el ejercicio del albaceazgo y
aunque el testador lo dispensare de tal obligación el Artículo 1061 del citado Código la
impone, consideramos que en beneficio de ambas partes, ya que por un lado los herederos
o interesados son asegurados documentalmente de parte del albacea en cuanto a su
actividad y por otro lado la aceptación de la rendición de cuentas por parte de los
interesados deja a salvo la responsabilidad de la persona que ejerció tan importante cargo.
En todas las obligaciones anteriores hemos venido refiriéndonos de manera general a la
institución del albaceazgo pero es necesario para finalizar señalar que según el Artículo
1044 del mencionado Código existe una obligación que sólo opera para el albacea judicial
siendo esta la siguiente.
g) Prestar garantía cuando lo exigieren los herederos o el juez.
Del texto de dicho artículo se deduce que no opera para el albacea de origen
testamentario, lo cual creemos que se da en razón de los principios que informan al
albaceazgo especialmente el de confianza, pues cuando lo nombra el testador
generalmente no existe garantía porque conoce las cualidades de la persona a quien le
confiará el cargo, así como sus principios, cosa que no ocurre en el albaceazgo de origen
judicial que se da más en todo por cuestiones de oficio y en tal sentido se hace imperativo
que ante las posibles responsabilidades en el ejercicio de tal cargo éste si preste la suficiente
garantía a los herederos que puede ser fiduciaria, hipotecaria, prendaria o cualquier otra
forma.
ONCEAVA SEMANA DE CLASES
SUCESION INTESTADA O LEGAL
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Comenta Xavier O´Callaghan Muñoz que en el Derecho Romano predominó la
importancia de la sucesión testamentaria sobre la intestada, misma que fue objeto de
meticulosa regulación. La sucesión intestada por su parte quedó en segundo plano. En
cambio en el Derecho Germánico ocurre lo contrario, ya que en principio el destino de los
bienes del difunto estaba regulado y establecido en la ley, principalmente basándose en
el derecho de familia más que en el derecho de sucesiones como tal. Es por ello que en
este derecho la sucesión testamentaria fue la que tuvo poca importancia.22 Sin embargo,
tomando en cuenta que el origen de muchas instituciones del derecho guatemalteco tiene
su fuente en el Derecho Romano, se expone a continuación cuales son las principales
regulaciones que sobre el tema contiene este derecho.

PRINCIPIOS QUE RIGEN LA SUCESIÓN INTESTADA


1. Principio de División por Órdenes: Este principio según indica Córdoba-Levy-Solari-
Wagmaster establecen un sistema de llamamientos en el cual los llamados a suceder son
congregados en grupos que se denominan órdenes.
Este principio tiene mucha relación con el principio de proximidad de grado que se
desarrolla a continuación.
2 Principio de Proximidad de Grado: El principio de división por órdenes marca en términos
generales la forma de distribuir la herencia en la sucesión intestada.
Sin embargo, como indica Diego Espín Cánovas este principio no es suficiente para
determinar la forma de suceder, ya que algunos de estos órdenes pueden estar integrados
por numerosas personas, por lo que se hace necesario determinar dentro de todas ellas,
quienes son llamadas con preferencia, o en su caso si no existe dicha preferencia entre
ellas.
Para explicar este principio indica Rafael Rojina Villegas que “Dentro del parentesco por
consanguinidad que da derecho a heredar, se sigue esta regla: los parientes más próximos
excluyen a los más lejanos. Para determinar la proximidad en el parentesco se aplican las
reglas que establecen las líneas de parentesco y grados en cada una de esas líneas.
De manera que, dentro de un mismo orden, por ejemplo los descendientes, los hijos serán
llamados antes que los nietos a suceder, por el principio de proximidad de grado, misma
situación que ocurre en el caso de los ascendientes con los padres que son llamados antes
que los abuelos.
3 Principio de División Igualitaria: Este principio tiene relación con la forma de repartición,
que ocurre una vez determinados los llamamientos de acuerdo a los principios de división
por órdenes y proximidad de grado.
4. Principio de Indiferencia del Origen de los Bienes: Con base en este principio, en las
sucesiones no se considera el origen de los bienes que integran la herencia, ni su
procedencia o naturaleza.
Este principio se encuentra vigente en la mayoría de legislaciones, donde no se distingue la
procedencia o naturaleza de los bienes en la distribución de la herencia. Y es que regularlo
de otra manera implicaría anteponer intereses banales a elementos de orden familiar y
social que inspiran las legislaciones modernas.
5 Principio de Coexistencia entre la Sucesión Testada e Intestada: Este principio coincide
con la característica de coexistencia de ambas sucesiones desarrollada con antelación.
Solamente cabe agregar que su importancia radica en la marcada diferencia con el
Derecho Romano, donde nadie podía morir en parte testado y en parte intestado, como
En este derecho una clase de sucesión era excluyente de la otra. Actualmente en
contraposición ya no tiene aplicación la máxima romana “nemo pro parte testatus, nemo
pro parte intestatusdecederepotest” (nadie puede morir en parte testado y en parte
intestado) que enfatizaba precisamente esa incompatibilidad.
En el Derecho Romano, en el caso que el testador no dispusiera de todos sus bienes, el
patrimonio que restaba no se entregaba a los herederos ab intestado sino al heredero
instituido, es decir que el nombramiento de heredero era absoluto y abarcaba todos los
bienes del causante que le fueran asignados y se extendía a todos aquellos sobre los que
no hubiera dispuesto.
Formas de Suceder en la Legislación Guatemalteca
El artículo 932 establece que la forma de heredar por estirpes, refiriéndose al derecho de
representación. Indica dicha norma que en este caso él o los representantes heredarán en
conjunto la cuota que le hubiera correspondido a su representado si estuviera vivo.
CASOS DE PROCEDENCIA DE LA SUCESIÓN INTESTADA
El Código Civil vigente de Guatemala, Decreto Ley 106 del Congreso de la República regula
los casos de procedencia de la sucesión intestada de manera muy similar al Código Civil
de Guatemala de 1933, indica que procede esta sucesión en los siguientes casos: cuando
no hay testamento; cuando falta la condición puesta a la institución de heredero, o el
instituido muere antes que el testador, o es incapaz de heredar, o repudió la herencia; fuera
de los casos de sustitución, representación y acrecimiento; cuando en el testamento no hay
heredero instituido y el testador no ha dispuesto de todos sus bienes en legados y cuando
el testador ha dejado de disponer de alguno o algunos de sus bienes.

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