Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Estudiante de Sociología
Julio de 2019
El feminismo ilustrado tiene sus orígenes en la europa del siglo XVIII en el contexto
de la revolución francesa, siendo ésta un punto de inflexión desde el cual se
empezó a dar forma orgánica a los debates que se venían planteando con
anterioridad, debido a las inquietudes e inconformidades a causa del régimen
monárquico. Es así que la reconfiguración de un nuevo orden en términos políticos,
sociales y culturales, se ve materializado, entre otras cosas, en la Declaración de los
derechos del hombre y el ciudadano.
Es así como los derechos humanos sirven de piso teórico para las exigencias del
feminismo ilustrado, como la búsqueda de principios de universalidad, libertad e
igualdad ante la figura de Estado-nación, exigencias que tendrán continuidad con el
feminismo liberal.
En el ámbito educativo las demandas también fueron una constante, de hecho Mary
Wollstonecraft, en la primera parte de Vindicación de los derechos de la mujer tiene
un debate con Rousseau por sus planteamientos frente a la diferencia de educación
que debe recibir el niño y la niña, expuestos en El Emilio, donde el libro cinco va
dedicado a Sofía o la mujer, refiriendo v.gr, que la mujer debe estar sujeta desde
muy pequeña, ya que tiene dos grandes vicios, que si adquiere son difíciles dejar,
esto es, la ociosidad y la insumisión. Dicha lectura es un acierto a medias, siendo
cierto que cuando la mujer prueba las mieles de la insumisión, enfrentándose a los
órdenes hegemónicos opresivos, es difícil retornar a un estado de comodidad.
“Celia Amorós distingue entre dos tipos de discursos sobre las mujeres: por
un lado, el memorial de agravios, que son relatos que recogen las protestas
de mujeres ante su situación pero que no cuestionan las relaciones de poder
entre mujeres y hombres y, por otra parte, el discurso de la vindicación, que
es el que da lugar, en palabras de Cristina Sánchez, “a la construcción de un
ideal programático emancipatorio”” 1
La esfera pública y privada son parte de la nueva configuración social que alimenta
la diferenciación sexual en tanto deberes, responsabilidades y lugares de agencia,
por lo que constituye un plano de análisis que es interesante desarrollar; en el siglo
XIX dicha dicotomía se remarca en tanto hogar y trabajo son opuestos. El discurso
de mujer moralmente superior, compasiva y afectiva -proveniente en su mayoría del
romanticismo- somete a las mujeres a las ideas románticas del amor, en el cual la
maternidad es prácticamente una obligación y los maltratos conyugales son parte
del quehacer de las esposas. En ese sentido, la mujer queda relegada a la esfera
privada, donde su relación con el Estado es por medio de su tutor, sea este padre,
hermano o esposo.
1
Aguilera, S. (2008). Una aproximación a las teorías feministas. Revista De Filosofía, Derecho Y
Política, 9, pie de página, pp 47.
Retrieved from http://universitas.idhbc.es/n09/09-05.pdf
Declaración de los Sentimientos es considerada el documento fundacional del
feminismo estadounidense.2
Por otro lado, en latitudes europeas, quizá el más sólido de los movimientos
sufragistas fue el inglés, que consolida varios frentes de lucha; en el ámbito
intelectual, la obra de Harriet Taylor Mill y John Stuart Mill El sometimiento de la
mujer (1869) marca un precedente en el contexto del debate sufragista. Este texto
se basa en las posturas liberales de Mill, en el que asegura la capacidad moral e
intelectual de toda la humanidad sin distinción alguna, es decir, que las mujeres
debían tener la posibilidad de educarse y sufragar. Además, para Mill un limitante
para el progreso económico de la sociedad, era supeditar a la mitad de la
humanidad a las labores del hogar. Además de sus aportes académicos, Mill usó su
posición en el parlamento para defender el sufragio de las mujeres.
Por su parte, Emily Davison también militante sufragista, es recordada por morir
atropellada por un caballo del rey Jorge V, mientras alzaba una bandera del
movimiento frente a este, durante el Derby de Epsom.
2
Ibid. pp.52.
esposas con toda la responsabilidad del hogar sobre sus cuerpos. Reclamando de
maneras distintas un lugar político y social.
Bibliografía: