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TÚ ERES MI HIJO, PÍDEME

1:Pedir es un mandato divino. Dios es tu padre y quiere que le pidas para poder
darte todo lo que tu corazón anhela.
Juan 14: 13-15 dice: Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para
que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Si me amáis, guardad mis mandamientos.

Jesús nos enseña a pedir todo. Antes de hablar de la obediencia a los


mandamientos,

a) habla de pedir. Cumple sus mandatos y pide para recibir sus promesas.

b)El gozo del Señor está en que recibas. Recuerda que eres tú quien necesita de
Él.

c) Acercarte a su presencia sin pedirle es como decir que no le necesitas. Cuídate


de no cometer ese acto de arrogancia.

2)QUE DEBO PEDIR PIDE TODO LO QUE QUIERAS


Juan 15:7-8 también nos habla: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen
en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi
Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis dis cípulos.

a)El Señor es glorificado cuando pides y recibes. Él quiere darte para que muestres
a todos lo maravilloso de su providencia.

b) Recuerda que por el pecado perdimos todo y fuimos destituidos de la gloria de


Dios. Al aceptar a Cristo como Señor y Salvador nacemos de nuevo y recuperamos
la vida eterna,

c) pero La herencia de gloria la recuperamos hasta que la pedimos de vuelta.

d) Contrario a lo que hemos aprendido, pedir no es de carnales o inmaduros. Pedir


es de cristianos confiados en la generosidad de su Padre.

3)La vida es un constante pedir. Siempre esperamos algo como consecuencia de


nuestras acciones.

a) El trabajador pide recursos y aumento de sueldo por su esfuerzo.

b) El patrono pide resultados por lo que paga.

c) Siembras para cosechar.


d) No me dirán los esposos que aman a su mujer sin esperar recibir nada de ella.
En tu matrimonio amas y eres fiel porque esperas lo mismo de tu pareja.

e) Nunca te niegas a lo que te dan porque lo esperas como resultado de lo que das.
Cuando me acerqué al Señor lo hice con el interés de que perdonara mis pecados y
me diera la vida eterna.

DIGA CON MIGO: prefiero ser un “interesado” en el cielo que un condenado al


infierno incapaz de pedir por mi salvación.

4: Mencionar esto no es malo, por el contrario, es aceptar con humildad nuestra


necesidad humana de recibir en la medida que damos. Debes ser honesto y
humilde. Reconoce que necesitas de tu Padre y pídele con confianza porque Él
quiere devolverte todo lo que has perdido por el pecado.

a) Es importante tener presente que los deseos del corazón deben estar libres de
mezquindad porque no podemos pedir para pecar.

b) No es problema que pidas porque tienes interés en algo, el problema es que


tengas intereses ocultos. No te equivoques, mientras tengas esas nubes oscuras y
falsas sobre ti no podrás pedir con corazón humilde y no recibirás la bendición que
Dios quiere darte.

En Salmo 139: 16-18 Lemos: Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban
escritas todas aquellas cosas. Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de
ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy
contigo.

Salmos 2: 7-8 dice: Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;
Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión
tuya los confines de la tierra.

Somos hijos adoptivos de Dios. Abba Padre quiere decir “papito”. El Señor quiere
que lo reconozcamos y le pidamos nuestra herencia de gloria. La Palabra es clara,
somos coherederos del Reino y debemos recuperar lo que perdimos.

Cuando nacemos lo primero que hacemos es pedir. Aún sin poder hablar y antes de
decir mamá o papá el bebé pide con llantos o “gemidos indecibles” por todas sus
necesidades. Las madres llegan a desarrollar el don de interpretación de lenguas y
son capaces de entender si el llanto es por comida, dolor o necesidad de descanso.
De igual forma, el Padre espera que todo nacido de nuevo le pida y nunca deje de
hacerlo como hijo suyo.

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