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Muy temprano empezó a escribir poesía y narrativa, convirtiéndose en una de las revelaciones
de la poesía joven
española. Fue merecedora de una beca de creación otorgada por el Ayuntamiento de Madrid.
En 1998, obtuvo el primer puesto en el II Premio de Poesía Dolores Mañas. En 1999, su libro,
"Las moras agraces",
fue proclamado ganador único por unanimidad, del XIV Premio de Poesía Hiperión.
Su poesía ha sido catalogada como "una voz de amplio registro y sorprendentes hallazgos,
inscrita en el corazón
de la tradición". ©
De "Concupiscencia":
7. Nada
1
Otros poemas:
Amor y psique
Divertimento erótico
Femmes damnées
Fatiga
Oremos
Pastoral
Retrato gongorino
2
De "Concupiscencia":
**
3
2. Me pregunto si es cosa de la edad...
***
4
3. No comprendo. La sed del agua fría...
5
De "El ciclo satánico":
espejo de la alberca,
***
6
2. La soledad, no el ocio como dicen...
***
7
3. Hoy viene a verme. Él, Él en persona...
***
8
4. ¿Cómo pude dudar? ¿Cómo he podido...
***
9
5. Cuando una tiene sangre de ramera...
***
10
6. Tampoco es esto lo que yo buscaba...
***
11
7. Nada
Ni Uno ni Otro.
12
Otros poemas
Amor y psique
apenas alcanzado;
como perdida.
a Afrodita la hermosa.
13
de lo indefenso y lo recién nacido,
no logra mantenerlo,
al margen de Afrodita,
14
Divertimento erótico
15
¡Estériles! ¿Para qué lloras?
aún en agraz.
Déjate estar.
te saciarán.
16
Es frío y crual.
¿O es el castigo?
17
Fatiga
y nunca se termina,
Femmes damnées
cínica contradanza.
18
Oremos
19
Pastoral
Miguel Hernández
20
Retrato gongorino
a hemisferio dormido,
a párpados bajados
dulcemente inmadura,
21
en el cuerpo yacente
de riquísimo aroma,
la barbilla perfecta,
se mueve y despereza
22
con tan dulce bostezo,
y el águila recuerda
y vacía de calma.
23
Señores, yo sé bien de los venenos...
de la literatura:
a su mirada oscura.
24
CONCUPISCENCIA, III
25
Ha desencarnado una poeta de raza: “Que lo que quiero es quedarme tranquila,/ dormir mis
nueve horas cada noche/ y que nadie repare en mi existencia”, es lo que decía Carmen Jodra
Davó (Madrid, 1980), quien gustaba de citar a Wilde : “Los elegidos son aquellos para quienes
las cosas bellas sólo significan belleza”. Y es que Carmen tenía las cosas muy claras respecto a
la poesía, solo hay que leerla y no solo en Las moras agraces (Hiperión, 1999), que también, y
Rincones sucios (La Bella Varsovia, 2004 y 2011) y diversas antologías, como Aldea Poética II
(Opera Prima, 2000), en la que me sentí feliz de aparecer: pues uno se siente feliz de ser
contemporáneo de Carmen Jodra Davó y leerla, y Veinticinco poetas españoles jóvenes
(Hiperión, 2003), entre otras muchas antologías.
Hay que leer esta poesía sencilla, transparente, casi franciscana, con un lenguaje culto: se
formó en Clásicas. Su poesía es mitología de ayer para hoy y quien como Shakespeare , ambos
privilegiados, Jodra Davó supo crear y plasmar aquella belleza generada por la tensión creativa
de la poesía, que enfrentada al espejo de su propia existencia, nos ofrecía y ofrece como poeta
una muestra magnífica del genio humano.
Ha sido una poeta poco común, reivindicaba el realismo y no los ideales inaccesibles, de y en
nuestras letras, ya que leía y leía y sabía leer: voraz lectora a decir de todos los que la
conocieron, y se notan en sus versos esas sus lecturas. Versos que asumen en el poema la
tradición literaria que nos precede, pero que una vez conocida le servía para experimentar
desde la socarronería más castiza: hastío incluido, ante esta vida que le toco en suerte, ese
“cristal que cantaron los poetas”.
Siempre creí que esta poeta estaba marcada por el signo de Caín , dotada de una sensibilidad
especial para las artes, las letras en este caso, pues dominaba el lenguaje, sus poemas
conmovedores son un pulso al mismo lenguaje, son un batirse el cobre en cada poema. E
inteligente ella, sabía aprovechar todos sus recursos y sin duda alguna, fue la gran amante de
la literatura universal: melancolía, hastío de juventud, soledad, incomprensión, abandono,
muerte, estar al margen de la soledad y todo en y con unas estructuras tradicionales,
encofrado poético; y lo que más me llamaba la atención eran esos guiños a las formas y gestos
clásicos habidos y por haber. Qué poderío de imágenes, de metáforas, de romanticismo, de
paisajes y qué plasticidad. Lo sé bien desde la tristeza del momento. Posiblemente la poeta
más grande de nuestros días, dotada de una asombrosa capacidad de expresión. Una riqueza
espontánea de imágenes: “Desolada la niña que perdió su violeta,/ no la consuelan cintas,
lápices de colores”.
No me queda más, en estos apresurados apuntes, que dar las gracias a esta poeta, Carmen
Jodra Davó por escribir y esperar que sus versos sean leídos por doquier, pues como ya he
dicho muchas veces, más de las que quisiera recordar, no creo que exista mejor homenaje que
leer: y leer sus versos: por una vez, y aunque solo fuese por una vez, los y las jóvenes poetas
deberían leer a esta otra poeta: “-La tierra está mojada y huele a tierra/ bajo su peso. Han roto
los cristales/ en su sangre, violado los umbrales/ del templo y saqueado cuanto encierra”.
(Ayer fue Jordi Royo hoy Carmen Jodra Davó, los poetas no se van solos).
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En verano me gusta leer libros en préstamo de la biblioteca pública, la mayoría de ellos son de
poesía.
Acabo de terminar el libro de la joven poeta, Carmen Jodra Davó (Madrid, 1980), Las moras
agraces (Premio Hiperión, 1999), y me ha dejado una sensación de melancolía no fingida, sino
verdadera. El hastío de la juventud, la soledad, la incomprensión por este mundo, el
abandono, la muerte, el sentirse al margen de la sociedad, un ser escindido son los motivos
que recorren este poemario, con un continente cuidado, en un guiño a las formas clásicas
(sonetos, silvas, etc.), con una rima muy trabajada, pero que no rechina, referencias literarias
de nuestra tradición y de la extranjera.
Hasta mí vienen imágenes del romanticismo pictórico (Turner, Friedrich), de la soledad de los
personajes en el paisaje.
Carmen Jodrá ofrece sus versos descubiertos, su llamada sin contestar, su lamento sin fin. Ahí,
retomaría los versos de la poeta García Faet: "Lo mejor sin duda es quejarse temprano, / teñir
de oscuro todo, fingir ser depresiva / así como se escribe poesía, así es como / se triunfa. Así es
como te acercas / al absurdo, así es como se vuelve". Para estas poetas el sinsentido triunfa
sobre la vida, el cansancio y la tristeza sobre el optimismo.
Es, por esto, por lo que quería traer hasta aquí tres poemas conmovedores de Carmen Jodrá
que soportan y transmiten toda esta melancolía hasta sus últimos extremos:
HASTÍO
Si pudiera, lo haría
y con él a mí misma.
es tu culpa, y no mía.
criatura se suicida.
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FATIGA
y nunca se termina,
DEFINITIVAMENTE PESIMISTA
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MOMENTO CRÍTICO
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EL HORIMENTO BAJO EL FIRMAZONTE
firmazonte...
(Vicente Huidobro)
[*] La Jitanjáfora consiste en alterar la morfología de las palabras dislocando sus morfemas y
pasándolos a otras palabras adyacentes.
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Que estoy cansada y triste no es una novedad,
Como fan de Carmen Jodra Davó (que no Jodrá Davo), llevaba queriendo leer su segundo libro,
Rincones sucios, desde que leí (¡hace ya siete años!) la reseña elogiosa de García Martín en El
Cultural. Lo publicó el Ayuntamiento de Talavera de la Reina, sin duda porque ganó un accésit
del Premio Joaquín Benito de Lucas del 2003, que convocan allí. Con lo que el libro debió de
moverse poco, tirando a nada (lo que siempre es más que otro que yo me sé...). Lo busqué en
su día en la Casa del Libro de Madrid y no hubo manera. Por suerte, hoy tenemos Iberlibro.
El volumen es breve (62 páginas), pero bien proporcionado. A mí me gusta más que el primero,
y el primero me encantó. Como ya no es menor (antes tampoco), la autora se desnuda
oportunamente, sin darle importancia, pero sin tapujos. Nos enteramos así que, además de la
poesía griega, le gustan las chicas, los barbitúricos y las epíforas y que cita sin citarlo a Pavese
(que no a Celan). Vaya la prueba como muestra, aunque los poemas que se podrían traer, por
sabrosos y bien hilados, son muchos:
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CUMPLEAÑOS FELIZ
Muerte
Publicaciones
Poesía:
Antologías:
32
Ni Ariadnas ni Penélopes. Quince escritoras españolas para el siglo veintiuno (2002)
Premios
Fuentes
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El verano no es un gran tema poético pero sirve de hermoso decorado para poetizar otras
cosas. Carmen Jodra (Madrid-1980) sin embargo, lo canta, exaltada de gozo, como una mora
que se saborea en el cálido remanso nocturno:
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DÍAS DE TREINTA GRADOS
de un bello adolescente.
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