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Pedro Aguirre

Presentación
Introducción
III. Sistema político
1. Régimen constitucional
1.1. Antecedentes históricos
1.2. Constitución de 1993
2. Poder Ejecutivo
3. Parlamento
4. Poder Judicial
5. Federalismo en Rusia
III. Sistema electoral
III. Sistema de partidos
1. Principales partidos políticos
Anexo estadístico
Bibliografía

Presentación
Uno de los hechos sobresalientes del final del siglo xx es, sin duda, la preeminencia de la
democracia sobre el autoritarismo. La extensión y el arraigo de los valores, las instituciones y las
prácticas democráticas en el mundo de hoy constituyen, en efecto, un proceso global que, al
parecer, se dirige hacia su consolidación. La derrota de los totalitarismos de derecha en la
Segunda Guerra Mundial; las transiciones a la democracia en el sur de Europa, en América Latina
y en el sudeste asiático a lo largo de los años setenta y ochenta, y el derrumbe de los regímenes
totalitarios de Europa del Este, conocidos como ​socialismo real,​ durante el segundo lustro de los
ochenta, apuntalaron a las grandes democracias e impulsaron la emergencia de nuevas
democracias, transformando de manera radical el mapa geopolítico mundial. Pero sobre todo,
apoyado en la globalización de los medios de comunicación, dicho proceso ha significado un
profundo cambio en los valores y las percepciones de las sociedades contemporáneas en favor
de los derechos y las libertades fundamentales de la persona, sustento y fin del
constitucionalismo democrático.
El éxito de ese proceso de universalización de la democracia no implica, sin embargo, un triunfo
definitivo sobre el autoritarismo, ni mucho menos que los retos actuales y los desafíos futuros de
las democracias en particular hayan sido resueltos. Los riesgos de involución hacia formas
autoritarias de gobierno, en especial en las democracias más recientes y frágiles; las dificultades
para emprender o consolidar transiciones democráticas frente a los autoritarismos persistentes y
los viejos o nuevos problemas institucionales de las democracias exigen cada día más
imaginación y responsabilidad, más conocimientos y participación, más y mejor formación de
ciudadanos libres y responsables. Exigen, en suma, una más amplia y sólida cultura democrática.
Es evidente que no hay mejor garantía para la consolidación de la democracia que la formación
de una sociedad que conozca y aprecie sus valores, sus instituciones y sus prácticas y que, al
mismo tiempo, a través de sus ciudadanas y ciudadanos, de sus diversas organizaciones, de sus
partidos políticos y de su gobierno, participe efectivamente en el debate y en la formulación de
propuestas frente a los asuntos de interés público propios de la vida democrática. Una sociedad,
pues, comprometida con la democracia y su desarrollo.
En ese sentido, el objetivo de la colección ​Sistemas Políticos y Electorales Contemporáneos es
contribuir a la divulgación de la cultura democrática en la sociedad mexicana, mediante el
conocimiento de las democracias de nuestro tiempo. Con esta colección, el Instituto Federal
Electoral busca poner al alcance del público en general, en especial de los jóvenes que cursan
sus estudios de educación media superior y superior, la información y los elementos de análisis
necesarios para el conocimiento de los sistemas políticos y electorales de las diversas
democracias que existen en el mundo, su diseño constitucional y su forma de gobierno, los
principios y los procedimientos que rigen sus elecciones, y su sistema de partidos.
Con ese fin, la colección ha sido diseñada de tal modo que permita un estudio comparativo de los
sistemas políticos y electorales considerados. Para ello, cada una de las monografías tiene la
misma estructura: a manera de introducción se presenta un marco conceptual básico para
facilitar la comprensión de las nociones de sistema político, sistema electoral y sistema de
partidos, que son, a su vez, temas tratados en capítulos aparte. Igualmente, las monografías
contienen un anexo estadístico con datos generales de los países, los resultados electorales y la
composición de los órganos de representación popular, así como una cronología electoral del
país de que se trate.
Instituto Federal Electoral

Introducción
Para el estudio de los sistemas políticos y electorales contemporáneos se requiere del
conocimiento previo de su definición como conceptos y de una explicación sobre su significado.
En términos generales se puede decir que el fenómeno político y, en particular, su manifestación
en cada comunidad constituye un proceso complejo mediante el cual se toman las decisiones
imperativas que la rigen. Pero, ¿cuáles son los elementos que intervienen en ese proceso?; ¿qué
relación tienen entre sí?; ¿quiénes toman esas decisiones y con qué atribuciones?; ¿cómo se
toman las decisiones imperativas?; ¿qué efectos producen y sobre quiénes? Éstas son, entre
otras, las cuestiones que corresponden al estudio de los sistemas políticos y electorales, y en
cada caso su respuesta explica o trata de explicar la manera en la que una comunidad específica
las ha resuelto o busca resolverlas.
La noción de sistema político se refiere al conjunto de instituciones, organizaciones y procesos
políticos que, caracterizados por un cierto grado de interdependencia, rigen y conforman la vida
política de una determinada comunidad. En este sentido, el estudio ​sistémico del fenómeno
político en cualquier agrupación supone, entre otras exigencias metodológicas, determinar el
ámbito del sistema, es decir, señalar sus límites, y comprender los elementos o las partes que lo
integran así como las relaciones recíprocas que guardan entre sí. En otras palabras, determinar si
los confines del sistema se identifican, por ejemplo, con los del Estado-nación, que es el caso de
nuestro tiempo; o si los elementos que lo integran, también como ejemplo, son una Constitución
escrita, un Parlamento y partidos políticos.
Para saber cuál es el sistema político de un país se debe considerar si éste tiene un orden
constitucional que garantice derechos y libertades a las personas o si se trata de un régimen
autoritario; si siendo un Estado constitucional de derecho su forma de gobierno es presidencial o
parlamentaria; si sus procedimientos electorales responden al principio de elección por mayoría
o al principio de elección proporcional; si existen pocos o muchos partidos y cuál es la fuerza o la
representatividad de cada uno de ellos, entre otros rasgos característicos. Si se responden estas
cuestiones, aunque sea en forma básica, se puede decir que se conocen los elementos que
conforman un determinado sistema político y las relaciones que dichos elementos guardan entre
sí.
A partir del sistema político, y conforme a la metodología ​sistémica, los sistemas electorales y de
partidos pueden ser considerados como subsistemas del primero. Esto significa que si bien su
estudio puede tener un mayor o menor grado de autonomía, ésta no es total en la medida en que
sus relaciones con el conjunto del sistema político _con los principios constitucionales
fundamentales o con la forma de gobierno, por ejemplo_ suponen la existencia de factores
externos al subsistema que producen distintos efectos sobre ellos. No obstante esa
consideración, es evidente que los sistemas electorales y de partidos constituyen en sí mismos
un objeto de estudio.
La noción de sistema electoral tiene dos acepciones: en sentido amplio, como sinónimo de
derecho electoral o régimen electoral, es decir, el conjunto de normas, instituciones y
procedimientos que regulan la organización de las elecciones, la integración de los órganos de
representación popular y, generalmente, a los partidos políticos; y en sentido estricto, como los
principios y los métodos utilizados para convertir los votos en escaños, es decir, como el
procedimiento técnico de la elección por medio del cual la voluntad de los ciudadanos
manifestada en las urnas se traduce en representación política en un Parlamento.
Por su parte, la noción de sistema de partidos se refiere a la forma en la que las organizaciones
partidistas interactúan entre sí o, en su caso, a la forma en la que un solo partido actúa dentro de
un régimen representativo. En este sentido, se puede hablar de un sistema de partidos
competitivo, de un sistema de partido hegemónico, o de un sistema bipartidista o multipartidista,
por citar las características más relevantes.
Como se ha señalado, la colección ​Sistemas Políticos y Electorales Contemporáneos se ocupará
de las democracias de nuestro tiempo y, por lo tanto, hará referencia a países organizados bajo
un régimen constitucional democrático. ¿Qué significa esto?; ¿qué es el constitucionalismo?;
¿qué formas de gobierno han sido adoptadas dentro del constitucionalismo?; ¿cuáles son los
distintos principios electorales para la integración de los órganos de representación popular en
las democracias representativas?
Con el propósito de ofrecer los elementos necesarios para la mejor comprensión de cada uno de
los sistemas políticos y electorales incluidos en este esfuerzo editorial, a continuación se tratará
de dar respuesta en forma breve y sencilla a estos cuestionamientos a través de una serie de
definiciones básicas.
El constitucionalismo es el producto político y jurídico del triunfo del pensamiento liberal frente al
absolutismo y los autoritarismos. En ese sentido, el constitucionalismo tiene como razón de ser y
como fin la limitación del poder público y la garantía de los derechos fundamentales de las
personas, a través de la subordinación del poder a la ley. De allí que sus principios más
importantes sean la división del poder político, para crear un sistema de controles y contrapesos
entre los distintos órganos del Estado, y el control sobre la constitucionalidad de los actos de la
autoridad, para garantizar los derechos fundamentales, establecidos en la Constitución, de las
personas frente al poder público.
El constitucionalismo democrático es, en consecuencia, un régimen político y jurídico en el que,
además de establecer límites al poder público y garantías para los derechos de las personas, los
órganos de gobierno deben ser populares, es decir, deben expresar el principio de ​gobierno del
pueblo conforme al significado etimológico de la democracia. Ahora bien, en la medida en que las
sociedades modernas, por su dimensión y complejidad, no permiten el ideal clásico del gobierno
directo del pueblo, la democracia moderna ha sido ​representativa​, es decir, gobierno del pueblo a
través de sus representantes, cuestión que veremos en seguida. Pero, en síntesis, el
constitucionalismo democrático puede definirse hoy como un sistema político con división de
poderes, garantías individuales y órganos de gobierno de representación popular.
Ahora bien, un régimen constitucional democrático puede adoptar distintas formas o sistemas de
gobierno. Los dos más importantes son el presidencial y el parlamentario, y si bien dentro de
ellos existen diversas modalidades e incluso un sistema híbrido o mixto que toma elementos de
ambos _es el caso del semipresidencialismo francés_, lo cierto es que cada uno tiene elementos
característicos, los cuales se pueden resumir en los siguientes términos:
En un sistema presidencial:
• El presidente es, a la vez, jefe de Estado y jefe de gobierno.
• La elección del presidente es directa o semidirecta (es el caso de Estados Unidos).
• El jefe de gobierno y su gabinete no son designados o removidos por el órgano parlamentario
sino por el propio presidente.
• Los poderes Ejecutivo y Legislativo están claramente separados.
En un sistema parlamentario:
• El jefe de Estado y el jefe de gobierno son personas distintas (en las monarquías parlamentarias,
como Gran Bretaña, el rey es el jefe de Estado).
• Los miembros del Parlamento son elegidos por el voto popular.
• El jefe de gobierno y el gabinete son designados y pueden ser removidos por el Parlamento.
• Los poderes Ejecutivo y Legislativo no están separados; por el contrario, se comparten.
En los dos sistemas hay un proceso de elección popular para la integración de los poderes
públicos. Dicha elección se realiza y se convierte en representación política mediante un sistema
electoral; cabe recordar, en este punto, que la noción de sistema electoral, en sentido estricto, se
refiere a los principios y a los métodos utilizados para convertir los votos en escaños, es decir,
para traducir la voluntad ciudadana en representación política. Existen dos grandes sistemas
electorales, el de mayoría y el proporcional, cada uno de ellos con diversas modalidades y
fórmulas de asignación de escaños, así como un sistema mixto que combina los principios de
ambos. En términos generales, dichos sistemas se pueden describir de la siguiente manera:
En los sistemas de mayoría:
• Se busca formar una mayoría en los órganos de representación popular que garantice
estabilidad y gobernabilidad, aun a riesgo de fomentar sobre o subrepresentación en el
Parlamento; por ejemplo, que un partido político obtenga un porcentaje de escaños o curules
sensiblemente mayor o menor al porcentaje de la votación que haya obtenido. En este caso se
privilegia la gobernabilidad sobre la representatividad.
• El ganador de la elección en el ámbito territorial-poblacional donde se realice la elección se
queda con toda la representación, es decir, gana todo; por ejemplo, en un distrito electoral se
elige a un solo diputado.
• Los partidos presentan candidatos individuales y el elector sólo tiene una opción.
En los sistemas proporcionales:
• Se busca que los órganos de representación popular sean lo más representativos posible de la
voluntad ciudadana, es decir, de los porcentajes de votación obtenidos por cada partido, aun a
riesgo de generar una fragmentación en la composición del Parlamento que dificulte la
estabilidad y la gobernabilidad; por ejemplo, que un Parlamento, al reflejar con exactitud los
porcentajes de la votación obtenidos por los distintos partidos políticos, se fragmente de tal
modo que la formación de una mayoría que legisle o integre el gobierno (en el caso de un sistema
parlamentario), resulte imposible; en este caso se privilegia la representatividad sobre la
gobernabilidad.
• Se elige a dos o más representantes en el ámbito territorial-poblacional en el que se realice la
elección y, por lo tanto, el triunfo es compartido según los porcentajes de la votación; por
ejemplo, de una circunscripción electoral pueden surgir diez diputados.
• Las candidaturas de los partidos no son individuales sino que se presentan en listas.
Antes de concluir es importante señalar que el carácter general de los contenidos de esta
introducción sirve, como se apuntó, para ofrecer los elementos básicos que permitan una mejor
comprensión de los sistemas políticos y electorales específicos que constituyen el objeto de la
colección. En cada caso se tratarán en detalle las características y las modalidades de los
distintos países considerados.

I. Sistema político
I. Régimen constitucional
1.1. ​Antecedentes históricos
Rusia ha sido protagonista de uno de los fenómenos políticos más trascendentales del fin de
siglo, al pasar de ser un Estado totalitario y estrictamente ideologizado _en la entonces Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (urss), bajo el control de un partido único_, a conformar un
sistema competitivo con numerosos grupos y formaciones políticas que se disputan el poder en
las urnas. Desde luego, este tránsito a la democracia aún requiere de tiempo para consolidarse.
La recurrente crisis financiera, la violencia política y la inestabilidad gubernamental todavía
amenazan con desembocar en el eventual retorno del régimen autoritario. Sin embargo, pese a
los grandes desafíos económicos y políticos que aún quedan por vencer, en la actualidad
funciona una Constitución que prevé un régimen democrático y las autoridades son electas en
comicios razonablemente imparciales y justos.
La Unión Soviética, fundada por Vladimir Ilich Lenin tras la Revolución de 1917, mantuvo un
régimen guiado por la doctrina marxista-leninista, que prescribía el establecimiento de una
dictadura del proletariado como vía para arribar al comunismo. Sin embargo, este "paraíso de los
trabajadores" muy pronto se convirtió en un mecanismo asfixiante y represivo que demostró su
inviabilidad económica y su fracaso como sistema político, el cual sólo tuvo éxito en la tarea de
convertir a la Unión Soviética en una potencia militar de primer orden.
Tras la muerte de Lenin en 1924, José Stalin arribó al poder tras una cruenta lucha con Trotsky.
Con Stalin, los rasgos más autoritarios del sistema se agudizaron (purgas políticas,
colectivización forzada en el campo, industrialización a ultranza, acoso a las minorías, etc.), pero
el país salió avante del reto que supuso para su existencia la invasión nazi. Stalin murió en 1953
y, tras un breve ​interregnum​, fue sustituido por Nikita Kruschov, quien intentó, vagamente, una
liberalización política. Destituido de manera súbita en 1964, fue relevado por Leonid Brezhnev,
con cuyo gobierno la Unión Soviética comenzó un largo periodo de anquilosamiento económico y
social.
Al morir Brezhnev, en noviembre de 1982, la Unión Soviética sufría un estancamiento
generalizado. A la principal superpotencia que competía con Estados Unidos en los planos militar
e ideológico urgía revitalizar sus sectores clave en la industria y la agricultura. El sucesor de
Brezhnev en la jefatura de Estado y en la secretaría general del Partido Comunista de la Unión
Soviética fue Yuri Andropov, quien para muchos tenía un claro perfil reformista que consistía en
tratar de vigorizar la economía, pero sin hacer grandes cambios en la política ni poner en duda el
monopolio del poder que ejercía el pcus. Sin embargo, el nuevo líder falleció víctima de un cáncer
en febrero de 1984. Konstantin Chernenko asumió el mando de la urss, pero efímeramente, ya que
murió a los 13 meses de ser electo para el cargo por el Politburó, la máxima instancia decisoria al
interior del pcus.
En marzo de 1985 ascendió al poder Mijail Gorbachov, quien a la sazón era el miembro más joven
del Politburó y que destacaba por ser partidario de iniciar un proceso de reformas. Durante los
siguientes dos años, el nuevo secretario general del pcus fue capaz de retirar a la mayor parte de
los integrantes del Politburó y reemplazarlos con políticos de corte reformista afines a él. Tras
consolidar su poder, Gorbachov inició una campaña con el objetivo de transformar la sociedad
soviética. Sus planes incluían una ​glasnost (en ruso, "apertura") que proveería al país de mayores
grados de libertades públicas y de posibilidades de crítica a los ciudadanos soviéticos y a los
medios de información, y una ​perestroika (en ruso, "reestructuración") que buscaba la
modernización de la economía nacional.
En el Congreso del pcus celebrado a finales de junio de 1988, Gorbachov propuso una serie de
reformas constitucionales diseñadas para trasladar el poder de Estado soviético, que desde la
Revolución Bolchevique había estado exclusivamente en manos del Partido Comunista, a un
Parlamento electo mediante sufragio universal y directo, y para crear el puesto de "presidente de
la Unión Soviética", que contaría con considerables atribuciones. Asimismo, propuso
modificaciones legales en materia económica, reduciendo el papel de la burocracia en la gestión
de la economía.
En marzo de 1989 los ciudadanos de las 15 repúblicas soviéticas votaron en las primeras
elecciones libres celebradas desde 1917 y eligieron un nuevo Congreso de Diputados del Pueblo
de la Unión Soviética, el cual designó por mayoría de los votos de sus integrantes a Gorbachov
como presidente para un mandato por cinco años.
Las políticas reformistas tuvieron trascendentales repercusiones internacionales. En abril de 1988
la urss arribó a un acuerdo con Estados Unidos para retirar sus tropas de Afganistán. En octubre
del año siguiente, los dirigentes soviéticos reconocieron que la intervención en ese país había
"violado normas de comportamiento civilizado". Entre 1985 y 1991 Gorbachov celebró varias
reuniones cumbre con los presidentes estadounidenses Ronald Reagan y George Bush. En el
encuentro con Reagan en octubre de 1986, en Reykjavik, Islandia, los dos jefes de Estado
intercambiaron audaces propuestas de reducción de armas, pero las negociaciones se rompieron
a causa de la demanda soviética de la limitación de las investigaciones y pruebas de la Iniciativa
de Defensa Estratégica, o ​Star Wars​, como era conocido popularmente este proyecto. Los dos
presidentes firmaron un acuerdo en diciembre de 1987 para la eliminación de los misiles de
alcance medio y algunos de alcance corto. En mayo de 1990 Gorbachov y Bush firmaron un
tratado para poner fin a la producción de armas químicas y reducir los arsenales de este tipo de
armas. En julio de 1991 ambos mandatarios volvieron a firmar otro acuerdo para reducir
sustancialmente las armas nucleares estratégicas. La Guerra Fría llegaba a su fin.
Las iniciativas de Gorbachov en otros aspectos de política internacional fueron igualmente
sorprendentes. A fines de 1988 anunció en la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas (onu) la reducción unilateral de armas convencionales, en especial de las
estacionadas en Europa del Este y en la frontera de la urss con China. Durante su visita a Pekín
en mayo de 1989, China y la urss acordaron reanudar relaciones normales tras 30 años de pugna.
En un encuentro con el papa Juan Pablo II, celebrado en el Vaticano, Gorbachov prometió
garantizar la irrestricta libertad de cultos en la urss. Las relaciones con Israel también mejoraron
notablemente, al flexibilizar las restricciones de migración a los judíos rusos. Contra todo lo
esperado, la urss promovió un deslumbrante y vertiginoso proceso de liberalización en Europa
del Este, que concluyó con la reunificación alemana y la democratización de los países que
habían formado el bloque soviético. Asimismo, la urss apoyó a la coalición multinacional que
puso fin a la ocupación militar iraquí de Kuwait en 1990.
Lamentablemente, en el plano interno las dificultades que debía enfrentar la ​Perestroika eran
mayúsculas y crecientes. Lejos de modernizarse y progresar, la economía se deterioró
aceleradamente. La situación empezó a ser tan difícil que cundió el descontento contra
Gorbachov. En las repúblicas reaparecieron con fuerza las aspiraciones independentistas. En la
Federación Rusa se celebraron elecciones para un nuevo Congreso de los Diputados locales, en
marzo de 1990, y al año siguiente un referéndum para aprobar la celebración de elecciones
presidenciales directas para elegir al presidente de la Federación Rusa, mismas que se llevaron a
cabo en junio y en las que resultó triunfador Boris Yeltsin, un conspicuo rival político de
Gorbachov.
En marzo de 1991 se celebró en toda la Unión Soviética un referéndum para aprobar la
reorganización de la urss de acuerdo con los planes de Gorbachov, los cuales fueron ratificados
en la mayoría de las repúblicas. Sin embargo, en agosto, los sectores más conservadores del
Partido Comunista y de la burocracia política intentaron dar un golpe de Estado. Gorbachov
permaneció unas horas bajo arresto domiciliario mientras los golpistas intentaban, vanamente,
reinstaurar un control comunista centralizado. Los sectores reformistas, encabezados por Yeltsin,
no tardaron en organizarse: detuvieron el golpe y aceleraron el desmantelamiento definitivo del
poder del pcus sobre el Estado.
Con la urss al borde del colapso, el Congreso de Diputados del Pueblo acordó el cinco de
septiembre establecer un gobierno provisional en el que un Consejo de Estado, encabezado por
Gorbachov y compuesto por los presidentes de las repúblicas participantes, ejercería poderes de
emergencia. Al día siguiente, el Consejo reconoció la independencia de Lituania, Estonia y
Letonia. El incontenible prestigio e influencia de Yeltsin aniquiló políticamente a Gorbachov. El 21
de diciembre de 1991 la urss dejó formalmente de existir. Once de las doce repúblicas que
quedaban: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguizistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán,
Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán acordaron crear la llamada Comunidad de Estados
Independientes. Gorbachov dimitió a la presidencia el 25 de diciembre y al día siguiente el
Parlamento soviético proclamó la disolución de la urss.

1.2.​ Constitución de 1993


A pesar de que Rusia fue la república más grande y rica de las 15 que integraron a la urss, y de
que fueron rusos la inmensa mayoría de los integrantes de la élite gobernante soviética
(​nomenklatura​), esta república padeció un rezago institucional respecto al resto de las entidades.
Fue el de Rusia el último régimen político que se estableció entre las repúblicas de la antigua
urss. El territorio de Rusia se fijó, en un principio, durante el periodo soviético, sin contar con las
instituciones administrativas y culturales que existían en las demás repúblicas. Sólo en los
últimos años de supervivencia de la urss se instauraron algunas instituciones. El primer
Congreso de los Diputados fue electo en 1990. Poco antes se había fundado el Partido Comunista
de la Federación Rusa. El poder real fue siempre ejercido férreamente por las autoridades
centrales del pcus, hasta la disolución de la urss. Además, las relaciones de poder entre las
instituciones gubernamentales no estuvieron claramente definidas durante el periodo soviético.
Por ejemplo, no estaban claramente delimitadas en la Constitución soviética de 1978 cuáles eran,
específicamente, las atribuciones de la Federación y cuáles las del gobierno local.
Al recuperar su independencia, era obvio que todos estos vacíos institucionales afectarían al
desarrollo político de la Federación Rusa. Los enfrentamientos entre el Congreso de los
Diputados, donde una mayoría de legisladores eran de tendencia conservadora, y el presidente
Yeltsin no se hicieron esperar, y se agravaron por las indefiniciones que contenía la Constitución
heredada de la urss. En septiembre de 1993, el Parlamento fue violentamente disuelto, con lo que
concluyó la pugna entre poderes. De inmediato se procedió a la redacción de una nueva
Constitución, que fue ratificada vía referéndum por los ciudadanos, y a la elección de un nuevo
Parlamento.
La Constitución de 1993 estableció un régimen semipresidencial con un presidente de la
República electo por los ciudadanos en comicios directos y un primer ministro y un gobierno
responsables ante el Parlamento. El Parlamento es bicameral y el presidente tiene el poder de
disolver la Duma (o Cámara baja), pero sólo en determinadas circunstancias. Con la aprobación
de esta nueva Constitución, el primer ministro pasó a ser segundo en funciones, para asumir las
obligaciones de la Presidencia en caso de que se produjera la muerte o discapacitación del titular
para el ejercicio de su cargo.
La Constitución establece, en su primer capítulo, que la Federación Rusa es un Estado
democrático y federal sustentado en el imperio de la ley y con una forma republicana de gobierno.
Asimismo, garantiza la vigencia del pluralismo ideológico y del sistema multipartidista, así como
los derechos individuales básicos de los ciudadanos y el derecho a la propiedad privada.
Para que una reforma a la Constitución sea aprobada, es necesaria una mayoría calificada de las
tres cuartas partes del número total de miembros del Consejo Federal y de dos tercios del total de
diputados de la Duma.

2. Poder Ejecutivo
El ruso es un régimen semipresidencial, en el sentido en el que algunos especialistas han
definido al sistema donde existe un presidente de la República electo directamente por el pueblo
y que, por lo tanto, goza de legitimidad democrática y cuenta con posibi​li​dades reales de ejercer
poderes de gobierno, pero también hay un primer ministro y un gabinete responsables ante el
Parlamento. Se debe destacar que en el caso de Rusia existe un gran número de disposiciones
constitucionales que hacen del presidente ruso un mandatario con mayor influencia que el
presidente de Francia, el otro gran ejemplo de régimen semipresidencial en el mundo. De hecho,
en la actualidad se analiza la posibilidad de reducir las atribuciones constitucionales de la
Presidencia rusa, en virtud del mal estado de salud que presenta Yeltsin y de la grave crisis
económica por la que atraviesa el país.
De acuerdo con la Constitución, el presidente es jefe de Estado, guardián de la Constitución y de
los derechos civiles y humanos, y define las líneas básicas de las políticas internacional y
doméstica, representa a Rusia ante el mundo y es cabeza indiscutible de las relaciones
exteriores. Está obligado a tomar medidas de acuerdo con la ley para proteger la soberanía,
integridad e independencia del Estado y asegurar el funcionamiento concertado de los distintos
órganos de gobierno. Es el comandante supremo de las fuerzas armadas y presidente del
Consejo de Seguridad, organismo encargado de la toma de decisiones relativas a temas de
defensa y seguridad nacional. Junto con el ministro de Defensa, el presidente tiene el control de
los códigos para el lanzamiento de armamento nuclear.
Asimismo, designa al primer ministro, con el consentimiento de la Duma, y puede destituirlo
cuando lo considere necesario sin mayor trámite. Somete a la aprobación de la Duma el
nombramiento del gobernador del Banco Central y la propuesta de su eventual sustitución.
Nombra con plena libertad a los viceprimeros ministros y a los ministros federales. Designa al
procurador general de Justicia, con el consentimiento del Consejo de la Federación. Tiene la
capacidad de convocar a referéndum, presentar iniciativas de ley al Parlamento, imponer el
estado de emergencia y firmar decretos y órdenes ejecutivas, siempre y cuando éstas no
contravengan la Constitución.
El gobierno es exclusivamente responsable ante la Duma, que lo puede obligar a dimitir mediante
la aprobación de un "voto de no confianza", que es el mecanismo mediante el cual un Parlamento
puede destituir al gobierno en un régimen parlamentario. En Rusia, si una mayoría simple de
miembros de la Duma aprueba una censura contra el primer ministro, éste se ve obligado a
dimitir, procediéndose entonces al nombramiento de un nuevo jefe de gobierno y gabinete.
Asimismo, la Duma debe confirmar el nombramiento presidencial del gobernador del Banco
Central.
Sin embargo, el presidente puede disolver la Duma y convocar a nuevas elecciones si el
nombramiento presidencial de un primer ministro es rechazado en tres ocasiones consecutivas
por los diputados, o si la Duma presenta dos votos de no confianza para obligar a dimitir al
gobierno en un lapso menor a tres meses. En caso de que el presidente esté incapacitado
temporalmente para ejercer su cargo, el primer ministro asumirá como jefe de Estado "en
funciones", aunque no podrá convocar a referéndum, disolver la Duma o proponer reformas a la
Constitución.
El presidente de Rusia es electo para un mandato de cuatro años en votación universal y directa a
dos vueltas, teniendo derecho a una sola reelección consecutiva. Para ser presidente de la
Federación Rusa se requiere ser ciudadano ruso que haya cumplido los 35 años y contar con, por
lo menos, diez de residencia en el país, previos a la fecha de la elección.
La administración del país es responsabilidad de un primer ministro (o presidente del gobierno),
de los viceprimeros ministros (o vicepresidentes de gobierno) y de los ministros federales. La
propuesta que el presidente hace a la Duma para nombrar a un primer ministro debe efectuarse
dentro de las dos primeras semanas tras su toma de posesión, o durante este mismo lapso luego
de la renuncia de un premier, o menos de una semana después de que la Duma haya rechazado a
algún candidato propuesto por el jefe de Estado.
El primer ministro sugiere formalmente al presidente los nombramientos de los viceprimeros
ministros y de los ministros federales, pero al contrario de lo que sucede en otros sistemas
parlamentarios, donde esta sugerencia es más bien un mandato, en Rusia el presidente tiene
efectivamente la última palabra en lo que se refiere a la designación y destitución de los
miembros del gobierno.
La joven e inestable democracia rusa cruza por un periodo de crisis que muchos imputan al
sistema constitucional que, según los críticos, concede demasiados poderes al presidente. Se ha
propuesto que Rusia procure parecerse más al semipresidencialismo francés, en donde la
iniciativa política pasa indiscutiblemente al primer ministro en caso de que el presidente y su
partido sean derrotados en las elecciones intermedias, o bien que se acerque a sistemas como el
polaco o el portugués, en los que el presidente, pese a ser electo en forma directa, ejerce en la
práctica pocos poderes. Sin embargo, la fragilidad estructural de la democracia rusa no se
encuentra tanto en el diseño constitucional, sino en la debilidad de su sistema de partidos. Un
régimen democrático carente de partidos fuertes y verdaderamente representativos difícilmente
se consolidará, por muy "perfectos" que, aparentemente, sean sus diseños constitucionales.
3. Parlamento
La Asamblea Federal (​Federalnoe Sobranie)​ es bicameral. La Duma estatal (​Gosudarstvennaya
Duma​) tiene 450 miembros electos para un periodo de cuatro años aunque, por excepción, los
diputados electos en 1993 lo fueron por únicamente dos años. 225 diputados son electos en
distritos uninominales de mayoría relativa y 225 mediante un mecanismo proporcional. El
Consejo Federal (​Soviet Federatsii)​ tiene 178 miembros, dos delegados por cada una de las 89
distintas entidades federativas que conforman al país, uno de los cuales es nombrado por la rama
ejecutiva del gobierno local y el otro por la rama legislativa. La conformación del Consejo de los
estados se lleva a cabo al mismo tiempo que se celebra una elección para erigir a la Duma.
Como sucede con las cámaras altas de casi todos los Estados federales en el mundo, el Consejo
Federal atiende primordialmente todos los temas que atañen a las entidades federativas, como
son los cambios de fronteras y de estatus entre éstas. Asimismo, tiene las siguientes facultades
exclusivas: aprobar los decretos presidenciales de imposición de estado de emergencia, decidir
sobre el uso de fuerzas armadas en el exterior, convocar a la celebración de elecciones
presidenciales cada cuatro años, tomar una decisión final en caso de un juicio político
(​impeachment)​ contra el presidente, y dar su aprobación a los nombramientos que hace el
presidente de los jueces del Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo, Tribunal Superior de
Arbitraje y procurador general de la República. El Consejo Federal no está sujeto a disolución
adelantada. El gobierno no es responsable ante este cuerpo legislativo.
Todas las iniciativas de ley deben ser presentadas a la Duma, como cámara originaria y, de ser
aprobadas, pasar al Consejo Federal, como cámara revisora. En caso de que alguna iniciativa
aprobada por la Duma sea rechazada en el Consejo Federal, la Cámara baja procederá a realizar
una segunda votación, y si la legislación en cuestión es nuevamente aprobada con una mayoría
calificada de al menos dos terceras partes del total de diputados, dicha iniciativa se convierte en
ley. Asimismo, el presidente tiene derecho a vetar la legislación que emana de la Asamblea
Federal. Dicho veto puede ser derrotado sólo si en una segunda votación recibe el voto favorable
de dos tercios del total de los diputados de la Duma y de dos tercios del total de los
representantes del Consejo Federal.
La Duma debe celebrar su primera sesión, como límite máximo, al mes de haberse realizado su
elección. Para poder ser miembro de la Duma se necesita ser ciudadano ruso en pleno goce de
sus derechos políticos y tener 21 años el día de la elección.
Tienen capacidad para presentar iniciativas de ley, además del presidente, los miembros del
Consejo Federal, los diputados de la Duma, el gobierno federal y los cuerpos legislativos de las
entidades federativas. La Corte Constitucional, la Suprema Corte y el Tribunal Supremo de
Arbitraje también tienen capacidad de iniciativa, pero únicamente en las áreas de su competencia.
El presidente tiene severas restricciones en su capacidad para disolver a la Duma. La disolución
únicamente procede si los diputados se rehusan a aprobar, en tres ocasiones consecutivas, a los
candidatos presentados por el presidente para ocupar el cargo de primer ministro, y si la Cámara
baja vota dos mociones de censura en menos de tres meses; esta última condición no procede
durante el primer año de sesiones de una legislatura. Igualmente, la Duma no podrá ser disuelta
bajo ninguna circunstancia si está en curso un juicio político contra el presidente o si tiene
vigencia un estado de emergencia, ni durante los últimos seis meses del mandato presidencial.
4. Poder Judicial
La justicia es administrada exclusivamente a través de los procedimientos constitucionales,
civiles, administrativos y criminales previstos por la ley. Para ser juez en Rusia, la Constitución
demanda una edad mínima de 25 años, poseer un título de abogado y tener por lo menos cinco
años de ejercicio profesional. Los jueces son independientes, irremovibles e inviolables.
La máxima instancia responsable de revisar la constitucionalidad de las leyes y actos
gubernamentales es la Corte Constitucional, integrada por 19 jueces nombrados por el presidente
y ratificados por el Consejo Federal. La Corte Constitucional fue creada en octubre de 1991 por el
Congreso de los Diputados, en ese entonces la principal instancia legislativa. Sin embargo,
Yeltsin suspendió sus actividades tras los sangrientos acontecimientos de 1993. En abril de 1994,
la Duma, electa el año previo, reestructuró a la Corte y le dio nueva vida. Los jueces de la Corte
Constitucional son elegidos para periodos de doce años y tienen la obligación legal de actuar de
forma no partidista.
La máxima instancia judicial en materia civil, penal y administrativa es la Suprema Corte de
Justicia, y en los rubros económico y mercantil lo es la Corte Suprema de Arbitraje. Como en el
caso de la Corte Constitucional, los jueces de estas dos instancias son nombrados por el
presidente y ratificados por el Consejo Federal.

5. Federalismo en Rusia
La Federación Rusa está integrada por 89 distintas entidades: 21 repúblicas, una región
autónoma, 49 regiones (​oblast)​ , seis territorios (​krays​), dos ciudades autónomas y 10 distritos
(​okrugs)​ . De acuerdo con la ley, los gobiernos autónomos deben erigirse conforme a los
principios básicos contenidos en la Constitución y a los fundamentos generales sobre la
organización de los poderes Legislativo y Ejecutivo que tienen vigencia a nivel federal. Es así que
cada división tiene su propia Ley Fundamental, gobierno y Parlamento.
De las 89 entidades que conforman la Federación Rusa, las repúblicas, la región autónoma (con
mayoría de habitantes judíos) y los distritos atienden a criterios étnicos, mientras que las 49
regiones, los seis territorios y las dos ciudades autónomas (Moscú y San Petersburgo) obedecen
a criterios administrativos. Las entidades federativas varían sensiblemente tanto en magnitud
territorial como demográfica. Oscilan desde la República de Yakutia, con una superficie total de
más de 3.1 millones de km​2​, hasta la República de Adiguesia, con apenas 7,655 km​2​, y de la región
de Moscú, con casi 6.6 millones de habitantes, al distrito de Evenk, con sólo 20,000 habitantes.
Las repúblicas, regiones y circunscripciones nacionales autónomas están étnicamente
constituidas sobre la base de las unidades políticas creadas al comienzo de la urss, con la sola
excepción de las repúblicas de Chechenia e Ingushetia, que constituyeron una sola entidad
durante el periodo soviético y ahora subsisten separadas. No obstante, la Federación ha
cambiado en forma considerable. Durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial, la
República Soviética Socialista de la Federación Rusa estaba compuesta por 16 repúblicas
autónomas, cinco ​oblast​autónomos y 10 ​okrugs también autónomos. A mediados de 1991, cuatro
de los cinco ​oblast autónomos pasaron a ser repúblicas y únicamente el ​oblast autónomo judío
de Yevreyskaya, situado a orillas del río Amur, en la región más oriental del país, mantuvo su
mismo estatus, mientras que la región administrativa de Yakutia cobró el rango de república en
1994.
Aunque estas entidades federativas están constituidas por grupos étnicos no rusos, estos
últimos constituyen una considerable proporción de la población de cada una de las repúblicas.
Son la mayoría en nueve de ellas, mientras que los no rusos forman una clara mayoría en sólo
cinco.
Tras la disolución de la urss, las repúblicas consiguieron una mayor autonomía dentro de Rusia.
En marzo de 1992 se firmó un acuerdo de cooperación entre el gobierno federal y las repúblicas,
en el que se señalaban los derechos y responsabilidades de ambos niveles de gobierno. Sólo dos
repúblicas no firmaron el acuerdo: la de Tatarstán y la de Chechenia, que reivindicaron una total
independencia de Rusia. Sin embargo, la aprobación de la Constitución de 1993 invalidó dicho
acuerdo y reconoció a las repúblicas derechos como la posibilidad de adoptar su propia
Constitución, himno y bandera.
Para aceptar a algún nuevo integrante de la Federación Rusa, acordar un cambio de estatus y
admitir una secesión, es necesaria la promulgación de una reforma a la Constitución y, por lo
tanto, cumplir en el Parlamento con las condiciones para que una modificación de esta naturaleza
surta efecto. Los cambios de fronteras entre las entidades federativas pueden ejecutarse
únicamente con el consenso de las divisiones administrativas involucradas. Aunque la lengua
oficial de la Federación es el ruso, la Constitución permite la utilización, defensa y propagación
de las diferentes lenguas utilizadas en las distintas regiones.
La Federación Rusa sigue la norma de que todas aquellas atribuciones no explícitamente
otorgadas a la Federación o que estén contempladas en el ámbito de las facultades concurrentes,
recaen en la jurisdicción exclusiva de las entidades. Es importante señalar que durante la época
soviética el federalismo era casi únicamente una ficción, en virtud de que, en la práctica, el poder
del centro era incontrastable, situación que, en buena medida, se mantiene en la actualidad,
aunque han proliferado tensiones de carácter étnico y varias repúblicas demandan mayores
posibilidades reales de autogobierno, cuando no son abiertamente independentistas.
En efecto, uno de los retos de Rusia es mantener intacta la integridad de la Federación. Son
varias las repúblicas donde corren barruntos de secesión, siendo el caso más grave el de
Chechenia, donde Yeltsin decidió intervenir militarmente en diciembre de 1994, desencadenando
una cruenta guerra. La enconada resistencia de los rebeldes chechenios puso en evidencia la
ineficacia del aparato militar ruso, que no pudo hacerse del control de las principales ciudades de
la pequeña república sino hasta mediados de 1995, ni limitar las actividades de los guerrilleros
chechenios que actuaron incluso en territorio ruso. A mediados de 1996 se iniciaron
conversaciones de paz que permitieron aliviar la situación y establecer un alto al fuego. Estas
conversaciones concluyeron con la firma de un tratado de paz en mayo de 1997, en el que ambas
partes se comprometieron a mantener relaciones conforme a las "normas del derecho
internacional", lo que supone en la práctica el reconocimiento de Chechenia como nación
soberana.

II. Sistema electoral


Las elecciones presidenciales en Rusia son universales y directas. Para la elección de 1991 la ley
exigía que quienes aspiraran a registrarse como candidatos presidenciales fueran avalados con,
por lo menos, las firmas de 100,000 ciudadanos, y que el máximo de firmas recabadas en una sola
división administrativa del país no rebasara el 7% del total. Para 1996, el número de firmas exigido
por la ley se elevó a un millón. El mecanismo establece que si ningún candidato obtuvo la
mayoría absoluta en una primera ronda, se proceda a la celebración de la segunda vuelta con los
dos primeros lugares. El mandato presidencial es por cuatro años, con la posibilidad de una
única reelección consecutiva.
Las elecciones presidenciales se llevan a cabo en años distintos a las legislativas, tal como
sucede en Francia y en el resto de los regímenes semipresidenciales. Es importante señalar que
muchos analistas han argumentado que esta falta de concurrencia ha coadyuvado al escenario de
ingobernabilidad que actualmente acosa a la nación más grande del mundo, ya que dificulta la
formación de mayorías parlamentarias favorables al presidente y también colabora a mantener la
aguda fragilidad que presenta el sistema político ruso, al evitar que los partidos se beneficien de
la identificación entre candidatos presidenciales y partidos, como suele ocurrir, en buena medida,
en las naciones que celebran sus elecciones presidenciales y parlamentarias de forma
simultánea.
El sistema electoral para la integración de la Duma fue impuesto por decreto presidencial de
Yeltsin poco después de la disolución del Congreso de los Diputados en septiembre de 1993, y
fue incluido en el texto de la nueva Constitución. El sistema electoral ruso puede ser tipificado
como un clásico ejemplo de un mecanismo mixto paralelo. Del total de 450 diputados, la mitad
(225) son electos por mayoría relativa en distritos uninominales, y los otros 225 a través del
mecanismo proporcional conocido como resto mayor, considerando a cada una de las 89
divisiones administrativas del país como una circunscripción plurinominal en las que cada
partido presenta una lista de candidatos cerrada y bloqueada. Es decir, el elector no tiene
ninguna posibilidad de alterar el orden en que están enlistados los candidatos y debe votar en
bloque por todos los candidatos presentados en la lista. Para que un partido tenga acceso a la
repartición proporcional debe obtener, como mínimo, el 5% de la votación nacional.
Al contrario de lo que sucede con el sistema mixto vigente en Alemania, donde la repartición
proporcional se hace bajo la lógica de castigar a los partidos sobrerrepresentados en los distritos
uninominales y compensar a los subrepresentados, en Rusia ambas reparticiones corren de
forma paralela, es decir, son completamente independientes entre sí. En nada afecta a la
repartición proporcional que un partido haya salido sobre o subrepresentado en los distritos
uninominales, porque se efectúa a partir de cero.
La idea de imponer el requisito del 5% sí se copió de Alemania, con la intención de tratar de evitar
la proliferación de partidos en el Parlamento y propiciar que los mismos tuvieran una auténtica
presencia nacional. Sin embargo, una serie de anomalías ha caracterizado las elecciones en
Rusia, lo cual es prueba de que calcar modelos institucionales de poco sirve si no se toman en
consideración las características políticas y antecedentes históricos del régimen donde
pretenden funcionar.
En 1995 únicamente cuatro partidos cruzaron el umbral del 5%, pero pudieron acceder al
Parlamento alrededor de una veintena. Esto se dio porque muchos partidos con fuerza regional,
incapaces de obtener el 5% a nivel nacional, tuvieron la posibilidad de imponerse en algunos de
los distritos uninominales que corresponden a las divisiones administrativas donde tienen
presencia. Ello trajo como consecuencia que formaciones que obtuvieron un porcentaje más o
menos significativo en el país, pero menor al 5%, se tuvieran que conformar con un puñado de
diputados, o incluso con ninguno, mientras que partidos con escasa votación (alrededor,
digamos, del uno o dos por ciento) llegaran a ganar hasta ​casi una decena de diputados gracias a
su relativamente buena aceptación regional.
Más grave aún resulta el inusual número de candidatos independientes que lograron triunfar en
los comicios y hacerse de un escaño. En 1995 fueron electos 77 diputados independientes, 17.3%
del total. Una excesiva cantidad de legisladores sin partido puebla la Duma lo que, obviamente, en
muy poco contribuye a la gobernabilidad, dada su falta de coherencia y disciplina. Por cierto, en
las elecciones de 1993 el número de independientes electos fue aún más escandaloso: 141, que
representaban ni más ni menos que el 31.3% del total de diputados de la Duma, en lo que sin
duda representó todo un récord para un Parlamento moderno.
Quienes diseñaron el sistema electoral olvidaron el contundente hecho de que los partidos rusos,
con excepción del Comunista, carecen de una verdadera implantación a nivel nacional, y que
proliferan caciques y personajes carismáticos y populares con presencia local capaces de
imponerse con facilidad en las elecciones como independientes o como candidatos de partidos
regionalistas.
Para que una elección presidencial o parlamentaria pueda ser declarada válida debe contar con la
participación de, por lo menos, el 25% del padrón de electores.

III. Sistema de partidos


La rígida hegemonía que durante décadas impuso el Partido Comunista de la Unión Soviética fue
reemplazada por la competencia que protagonizan decenas de partidos, movimientos y grupos
que forman un amplio espectro político que se extiende desde los monárquicos, añorantes de la
Rusia de los Romanov, hasta los comunistas. En el escenario figuran desde las organizaciones
que cuentan con unos pocos miembros hasta las que tienen más de medio millón de afiliados. Sin
embargo, al sistema de partidos lo caracteriza su fragilidad institucional. Con la notable
excepción del Partido Comunista de la Federación Rusa, que heredó la organizada estructura del
pcus, única con verdadera presencia a nivel nacional, los partidos rusos son, en el mejor de los
casos, organizaciones de cuadros mal estructurados, cuando no instrumentos personalistas de
ciertos líderes o formaciones de carácter meramente regional. La vida de algunos de los grupos
políticos pequeños, como es el caso de las facciones de cooperación parlamentaria, suele ser
muy corta. Las alianzas entre los grupos más grandes son igualmente inestables. Colabora de
forma dinámica a esta fragilidad la existencia de un número extraordinario de diputados
independientes.
Casi inmediatamente después de la disolución de la urss en 1991 surgió la lucha por el poder
entre las fuerzas conservadoras y reformistas. El presidente Boris Yeltsin, electo en junio de 1991
por sufragio popular, recibió poderes absolutos que le concedió el Congreso de los Diputados,
instancia legislativa prevista por la Constitución soviética de 1978, pero que no había sido
implantada. El presidente utilizó sus poderes para iniciar un programa de reformas económicas y
para tratar de someter a las asambleas legislativas locales, dominadas por los comunistas. Los
conservadores, dirigidos por el presidente del Parlamento, Ruslan Jasbulatov, intentaron minar
los poderes de Yeltsin y evitar a como diera lugar las reformas económicas. En diciembre de
1992, el primer ministro en funciones, Yegor Gaidar, que había sido el arquitecto de las reformas,
fue sustituido por Víctor Chernomirdin. El Congreso de los Diputados también rescindió algunos
de los poderes otorgados a Yeltsin, entre los que se encontraba el control sobre los
administradores locales. Asimismo, el Tribunal Constitucional desautorizó la prohibición del pcus
decretada por Yeltsin en 1991 tras la intentona golpista de los conservadores.
Pese a las crecientes tensiones, el presidente acordó con el Congreso de los Diputados la
celebración de elecciones que permitieran elegir a un Parlamento encargado de elaborar una
nueva Constitución. Poco más tarde, en marzo de 1993, Yeltsin formó un gobierno de emergencia
y convocó a la celebración de un referéndum para preguntar a la población si aprobaba la gestión
presidencial. Esta intención fue rechazada por el presidente del Tribunal Constitucional, Valeri
Zorkin, por Jasbulatov y por el vicepresidente Aleksander Rutskoi. En la consulta, Yeltsin
consiguió una abrumadora victoria, pero dicho triunfo no resolvió el problema de la lucha por el
poder. En septiembre de 1993, Yeltsin expulsó a Rutskoi de la Vicepresidencia por escándalos de
corrupción, a pesar de las protestas del Parlamento. En ese mismo mes, el presidente decretó la
disolución del Parlamento debido a la resistencia de los diputados conservadores a trabajar en la
formación de una Asamblea Constituyente. El Parlamento respondió denunciando las acciones de
Yeltsin como anticonstitucionales y declaró presidente a Rutskoi. Cerca de 100 diputados y otros
tantos seguidores armados dirigidos por Jasbulatov y Rutskoi ocuparon el edificio del
Parlamento. El estancamiento de las negociaciones entre el gobierno y los rebeldes duró varios
días, aunque quedó roto cuando éstos últimos consiguieron asaltar el ayuntamiento de Moscú y
el edificio central de la estación de televisión. El gobierno respondió entonces con el bombardeo
del edificio del Parlamento, arrestando a sus ocupantes. Cerca de 140 personas murieron en
aquella rebelión.
Las elecciones para la Duma se celebraron en diciembre de 1993, el mismo día en que fue
ratificada la nueva Constitución vía referéndum. El resultado no fue del todo halagüeño para el
gobierno, ya que ganaron espacios fuerzas que se han caracterizado por su intransigente
oposición a las reformas de tipo liberal que ha efectuado el presidente Yeltsin, sobre todo el
Partido Comunista, liderado por Gyennadi Ziuganov, y los ultranacionalistas, que en los últimos
años han demandado el restablecimiento de Rusia, a como de lugar, como una potencia mundial
"de primer orden". También resultó electo un inusitado número de diputados independientes, lo
que amenazaba con hacer ingobernable a la Duma.
A la elección de 1993 siguieron dos años difíciles, por las dificultades económicas y la guerra en
Chechenia, que dominaban la preocupación pública. En diciembre de 1995 se celebraron
nuevamente elecciones para renovar la Cámara baja del Parlamento. Una disposición
constitucional transitoria estipulaba que la primera Duma durara tan sólo dos años, y a partir de
la segunda las legislaturas tendrían un mandato de cuatro años. El Partido Comunista salió
fortalecido de estos comicios, al lograr conformar la fracción parlamentaria más numerosa,
mientras que las organizaciones ultranacionalistas mantuvieron una presencia importante. Por su
parte, los partidos reformistas y liberales vieron reducido su número de diputados.
En las elecciones de 1995 sólo cuatro partidos lograron rebasar el requisito del 5% de la votación:
el Comunista (22.3%), el Liberal Democrático (11.1%), Nuestra Casa es Rusia (9.9%) y Yabloko
(6.9%). No obstante, en los distritos uninominales lograron triunfar los candidatos de más de una
decena de partidos adicionales, aparte de 77 candidatos independientes, haciendo de la Duma un
cuerpo más heterodoxo. En estas condiciones, es muy difícil que un Parlamento pueda trabajar
con efectividad.
Yeltsin se presentó a las elecciones presidenciales de junio de 1996 teniendo como principales
oponentes al candidato comunista Gyennadi Ziuganov y a Alexander Lebed, resultando triunfador
tras superar en la segunda vuelta a Ziuganov. En enero de 1997 tuvo que presentarse ante la
Duma para evitar su destitución, propuesta por la oposición, alegando para ello motivos de salud.
Dos meses más tarde realizó una profunda reorganización del Consejo de Ministros,
introduciendo como viceprimeros ministros a Anatoli Chubáis, encargado de impulsar una nueva
reforma económica, y a Boris Nemtsov, aunque mantuvo a Chernomirdin como primer ministro.
En abril de 1998, con su salud notablemente resquebrajada, Yeltsin volvió a sorprender al mundo
cuando despidió a Chernomirdin y nombró como relevo al joven tecnócrata Sergei Kiriyenko,
hombre leal al presidente pero con escasa experiencia política. La debacle financiera que afectó a
Rusia en agosto de 1998, con repercusiones internacionales ("el efecto vodka"), obligó a Yeltsin a
destituir a Kiriyenko y a nombrar como nuevo premier al hasta ese momento ministro de
Relaciones Exteriores, Yevgeni Primakov, no sin antes efectuar difíciles negociaciones con el
Parlamento.
Rusia atraviesa actualmente por angustiosas encrucijadas: ¿verdaderamente el país más extenso
del mundo avanza hacia la instauración de una democracia estable? ¿Podrán los rusos superar la
crisis que afecta a su economía y tener éxito en la construcción de un sistema eficaz de libre
mercado? ¿Qué augura para Rusia y para el mundo el resurgimiento del ultranacionalismo
eslavófilo? Las respuestas a estas preguntas incumben a absolutamente todos los habitantes del
planeta, considerando que se trata de la segunda potencia nuclear del mundo.

1. Principales partidos políticos


Básicamente, el complicado escenario partidista ruso puede dividirse en dos campos: los
partidos "reformistas", más o menos adeptos a los programas económicos aplicados por el
régimen del presidente Yeltsin, o incluso más liberales en sus posturas económicas; y los
comunistas, conservadores y ultranacionalistas, opuestos en la forma y el fondo a dichas
políticas. Evidentemente, existen importantes matices que diferencian entre sí tanto a los partidos
reformistas como a los conservadores, el principal de los cuales reside en las rivalidades
personales que han surgido durante los últimos años entre los líderes de los distintos grupos
involucrados.
Dentro de los reformistas destaca el partido Nuestra Casa es Rusia, fundado en la primavera de
1995 y presidido por el ex primer ministro Víctor Chernomirdin, quien se ha convertido en uno de
los favoritos de todos los sectores beneficiados por las reformas y quien indudablemente contará
con los suficientes recursos para efectuar una campaña nacional intensa si es que decide
presentarse como candidato en las elecciones presidenciales del año 2000. Chernomirdin
conserva buenas relaciones con Occidente, debido a que cuando fue jefe de gobierno intentó
moderar, en la medida de lo posible, las posiciones de Yeltsin tanto en lo concerniente a la
política interior como en su trato con el exterior.
Otra importante organización pro reforma es el bloque Yabloko, creado en 1993 y dirigido por el
economista radical Grigory Yavlinsky. Se trata de un grupo distanciado del presidente Yeltsin, al
que acusan de haber "frenado" la reforma. Yabloko favorece la instauración de una economía
social de mercado que se preocupe más por los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
La alianza conocida como Opción Democrática Rusa/Demócratas Unidos reúne a varios
connotados grupos: Opción Rusa, del ex premier Yegor Gaidar, el primer promotor del
neoliberalismo "a la rusa", y organización que sugiere emprender una mayor descentralización en
el país; Partido Socialdemócrata, dirigido por Alexander Yakolev, considerado el "padre
intelectual" de la ​perestroika​; Partido Campesino de Rusia, encabezado por Yuri Chernichenkol,
que demanda la inmediata individualización de la tenencia de la tierra; Partido Liberal de Rusia,
popular entre sectores de profesionistas y empresarios, y el Movimiento Democrático Ruso, cuya
principal líder, Galina Staravoitova, fue asesinada en San Petersburgo a fines de 1998.
Otras organizaciones democráticas y reformistas son: Mujeres por Rusia, partido exclusivamente
formado por mujeres. De orientación centrista, por lo general ha apoyado las políticas del
gobierno, aunque su posición suele ser bastante ambigua, y ¡Rusia Adelante!, de Boris Fedorov,
un político reconocido por su buena reputación.
Todos estos grupos apoyan en mayor o en menor medida la idea de impulsar en Rusia una
economía de mercado, mantener un sistema democrático de gobierno y establecer estrechos
vínculos de colaboración tanto con Occidente como con los países vecinos.
En el sector antirreformista figura el Partido Comunista de la Federación Rusa, que en buena
medida heredó la estructura e implantación nacional del pcus y, por lo tanto, es la formación
política mejor organizada a nivel nacional y la menos dependiente de personalidades. Su principal
dirigente es Gyennadi Ziuganov, considerado como uno de los favoritos para imponerse en las
elecciones presidenciales del año 2000. El Partido Comunista dice respetar, en principio, la
propiedad privada y la democracia liberal, pero postula la necesidad de volver a "lo mejor del
pasado" y se presenta como el único verdadero defensor de la justicia social. Pueden distinguirse
dentro del partido tres corrientes: la "nacional comunista", dirigida por el propio Ziuganov y que
promueve políticas de corte populista; los que pretenden transformar al partido en una
organización de corte socialdemócrata, y los marxistas-leninistas ortodoxos.
El Partido Agrario, muy popular entre los campesinos por su tenaz oposición a la reforma agraria
radical promovida por el gobierno, es un cercano aliado de los comunistas y cuenta con
importantes organizaciones regionales en varias zonas de la Federación. En alguna medida,
también es heredero de la estructura del pcus.
Poder para el Pueblo es una organización liderada por Nikolai Ryzhkov, ex primer ministro en la
era Gorbachov, un nostálgico de la ​perestroika,​ a quien le gustaría refundar la Unión Soviética y
es considerado incluso más intransigente con el gobierno que los comunistas.
El ex general Alexander Lebed tiene su sustento político en el Congreso de Comunidades Rusas.
Lebed es una figura carismática que ha dado mucho de que hablar en Rusia desde hace varios
años. Sin duda, es otro de los favoritos para los comicios presidenciales del 2000. Esta
organización no tiene una plataforma política verdaderamente coherente. Se basa en la
popularidad de su líder y en ciertas generalidades, como sostener la necesidad de un gobierno
firme e, incluso, en el deseo de reinstaurar el imperio ruso. Es muy proteccionista en lo
económico y demanda reforzar las políticas de defensa del país.
A la extrema derecha se ubica el ultranacionalismo, donde se encuentran el ex vicepresidente
Alexander Rutskoi, jefe del Partido Gran Poder, y Vladimir Zhirinovsky, con su Partido Liberal
Democrático, formaciones caracterizadas por su mesianismo, su "antioccidentalismo", su
rechazo irracional a las "fórmulas extranjeras", su odio a las minorías y su pretensión de devolver
a Rusia el estatus de "gran potencia", aunque en los últimos años se ha logrado percibir cierto
pragmatismo en el Partido Liberal Democrático, que ha visto reducir su popularidad e influencia
electoral.
La mayoría de los partidos rusos gravitan en torno al carisma de su principal dirigente, poseen
una estructura laxa y carecen de una verdadera organización nacional. En efecto, el sistema de
partidos ruso es sumamente débil y está caracterizado por contar con formaciones políticas
exageradamente descentralizadas e indisciplinadas, muchas veces incluso carentes de
programas de gobierno realmente coherentes.

IV Anexo estadístico*
Geografía

Área 17,075,400 km​2​ (rango mundial, 1er. lugar).

Capital Moscú (8,664,000 habitantes).


Otras San Petersburgo (4,200,000), Nizhny Novgorod (1,673,000), Novosibirsk
ciudades (1,400,000), Yekaterinburg (1,300,000), Samara (1,200,000), Omsk (1,200,000),
importantes Kazan (1,200,000).

División Integran la Federación Rusa 21 repúblicas Adygeya, Altay, Bashkortostan,


política Buryatia, Chechenia, Chuvashia, Dagestan, Ingushetia, Osetia del Norte,
Kabardino-Balkaria, Kalmykia, Khakasia, Karachay-Cherkesia, Karelia, Komi,
Mari El, Mordovia, Yakutia, Tatarstan, Tuva y Udmurt; 49 regiones (​oblast)​
Amur, Arkhangelsk, Astrakhan, Belgorod, Bryansk, Vladimir, Volgograd,
Vologda, Voronezh, Ivanovo, Irkutsk, Kaliningrad, Kaluga, Kamchatka,
Kemerovo, Kirov, Kostroma, Kurgan, Kursk, Leningrad, Lipetsk, Magadan,
Moscow, Murmansk, Nizhny Novgorod, Novgorod, Novosibirsk, Omsk,
Orenburg, Oryol, Penza, Perm, Pskov, Rostov, Ryazan, Samara, Saratov,
Sakhalin, Sverdlovsk, Smolensk, Tambov, Tver, Tomsk, Tula, Tyumen,
Ulyanovsk, Chelyabinsk, Chita y Yaroslav; una región autónoma Yevreyskaya;
seis territorios (​krays​) Krasnodar, Krasnoyarsk, Primorye, Stavropol,
Khabarovsk y Altay; dos ciudades autónomas Moscú y San Petersburgo; y diez
distritos autónomos (​okrugs)​ Aginsky Buryat, Komi-Permya, Koryak, Nenets,
Taimyr, Ust-Ordynsky Buryat, Khanty-Mansi, Chukchi, Evenk y Yamal-Nenets.
* Fuente: ​Encyclopaedia Britannica, Book of the Year.​ 1998.

Demografía y sociedad

Población (1997) 147,231,000 (rango mundial, 6° lugar).

Densidad 8.6 habitantes por km​2​.

Población urbana 73.2%.

Población rural 26.8%.

Distribución hombres 46.94%, mujeres 53.06%


demográfica por sexo

Distribución menos de 15 años, 21.0%; 15-29, 20.8%; 30-44, 24.5%; 45-59,


demográfica por edades 17.0%; 60-74, 12.9%; y más de 74, 3.8%.

Tasa anual de natalidad 9.3 nacimientos por cada 1,000 habitantes.

Tasa anual de 15 defunciones por cada 1,000 habitantes.


mortalidad

Esperanza de vida hombres 58.3 años; mujeres 71.7 años.

Índice de fecundidad 1.3 hijos por mujer.

Proyección demográfica año 2000 145,750,000 habitantes; año 2010 140,579,000 habitantes.
Religión ortodoxos (17%), musulmanes (10%), cristianos no ortodoxos
(1.3%), judíos (0.7%), no religiosos (72%).

Idioma oficial ruso.

Número de habitantes 220.


por médico

Economía

Moneda rublo (Rbl) = 100 kopecs.

Producto 2,240 dólares.


Nacional Bruto
(pnb) per cápita
(1995)

Inflación (1997) 11%.

Población 73,140,000 personas.


económicamente
activa

pnb (1996) 332,000,000,000 dólares.

Crecimiento anual 0.4%.


del Producto
Interno Bruto
(pib) (1996)

Balanza ​exportaciones 84,387,000,000 millones de dólares; ​importaciones


comercial (1996) 45,438,000,000 millones de dólares.

Principales ​exportaciones Alemania 8.2%; China 5.7%; Estados Unidos 5.6%; Italia
socios 5.0%; Suiza 4.8%; Holanda 4.1%; Reino Unido 3.8%. ​Importaciones
comerciales Alemania 11.8%; Italia 5.3%; Estados Unidos 5.2%; Finlandia 3.8%;
(1996) Francia 2.9%; Reino Unido 2.6%.

Instituciones políticas

Forma de gobierno Rusia es una república federal semipresidencial.

Fecha de 1993.
promulgación de la
Constitución
vigente
Fiesta nacional 24 de agosto, Día de la Independencia.

Fuerzas armadas Total de efectivos 1,240,000 (ejército de tierra 71.8%, marina 17.7%,
(1997) fuerza aérea 10.5%).

Gastos militares 11.4%.


como total del pnb

Principales onu, Fondo Monetario Internacional y Grupo de los Ocho.


organismos
internacionales en
los que participa

Principales Nuestra Casa es Rusia, Partido Comunista de la Federación Rusa,


partidos políticos Yabloko, Partido Liberal Democrático, Partido Agrario, Opción
Demócratica Rusa, Congreso de Comunidades Rusas, Mujeres por
Rusia y ¡Rusia Adelante!.

Resultados de las elecciones presidenciales de 1991

Aman Geldy Tuleev 42.8%

Vladimir Zhirinovsky 5.8%

Nikolai Ryzhkov 12.6%

Boris Yeltsin 42.8%


Fuente: Stephen White, Richard Rose y Ian McAllister, ​How Russia Votes​, Chatham House, Nueva
Jersey, 1997.

Resultados de las elecciones presidenciales de 1996


Primera Vuelta

Vladimir Zhirinovski 5.8%

Boris Yeltsin 35.8%

Grigori Yablinski 7.5%

Gennady Zyuganov 35.2%

Alexander Lebed 14.7%

Gennady Zyuganov 35.2%

Segunda Vuelta
Boris Yeltsin 53.8%
Fuente: Stephen White, Richard Rose y Ian McAllister, ​How Russia Votes​, Chatham House, Nueva
Jersey, 1997.

Gobernantes de Rusia desde 1991


Presidente
Boris Nikolayevich Yeltsin 1991-
Primeros Ministros
Ivan Silayev 1991-1992
Yegor Gaidar 1992
Víctor Chernomirdin 1992-1998
Sergei Kiriyenko 1998
Yevgeni Primakov 1998-1999
Sergei Stepashin 1999-

Cronología Electoral de la URSS/Federación Rusa desde 1989


1989 ​Marzo.​ Se celebran en toda la Unión Soviética las primeras elecciones competitivas en la
historia del país para renovar al Soviet Supremo.
1990 ​Marzo.​ Primeras elecciones competitivas para elegir al Congreso de los Diputados de la
Federación Rusa.
1991 ​Marzo.​ Se celebran simultáneamente dos referéndums: uno para decidir sobre la
reorganización de la Unión Soviética (76.4% a favor), y otro para instaurar elecciones directas
para presidente de la Federación Rusa (69.9% a favor).
Junio.​ Primeras elecciones directas y competitivas para elegir al presidente de la Federación
Rusa. Boris Yeltsin es el triunfador.
Agosto​. Fracasa un intento de golpe de Estado perpetrado por elementos conservadores del
Partido Comunista de la Unión Soviética. La Federación Rusa declara su independencia.
Diciembre.​ Es disuelta la urss.
1993 ​Abril.​ Referéndum para renovar la confianza en el presidente Yeltsin (58.7% a favor) y
adelantar elecciones presidenciales (49.5 a favor) y parlamentarias (67.2% a favor).
Septiembre:​ Yeltsin disuelve a sangre y fuego al Congreso de los Diputados.
Diciembre:​ Referéndum para ratificar la Constitución (58.4% a favor).
Diciembre:​ Primeras elecciones para elegir a la Duma de la Federación Rusa como país
independiente. Los partidos pro reforma sólo consiguen el 25% de los votos, mientras que los
ultranacionalistas del Partido Liberal Democrático ganan casi el 23% y los comunistas el 12.4%.
1995 ​Diciembre:​ segundas elecciones para la Duma. El Partido Comunista se convierte en el
dueño de la mayor representación parlamentaria.
1996 ​Julio.​ Elección presidencial. Boris Yeltsin es reelecto como jefe de Estado.

Bibliografía
Boldin, Valery, ​Ten Years than Shook the World,​ Basic Books, Nueva York, 1994.
Hough, Jerry F., Evelyn Davidheiser y Susan Goodrich, ​The 1996 Russian Presidential Election,​
Brookings Occasional Papers, Washington, D.C., 1996.
McAllister, Ian y Stephen White, ​Democracy, Parties and Party Formation in Postcommunist
Russia,​ Party Politics, Nueva York, 1995, pp. 49-72.
White, Stephen, Richard Rose y Ian McAllister, ​How Russia Votes​, Chatham House, Nueva Jersey,
1997.
Yeltsin, Boris, ​The Struggle for Rus

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