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Una cultura neomatrística como respuesta a la crisis económica y

ambiental con una perspectiva de género

Arely Jaime Mota

Parto hablando de la homologación que hay entre mujer y naturaleza porque se


me hace importante dilucidar ambos conceptos para abordar la problemática
ambiental que hoy se presenta de manera global. Si bien desde la antropología
se ha tomado como necesaria la dicotomía naturaleza/cultura para abordar su
objeto de estudio, considero que los estudios transdisciplinarios pueden aportar
amplios parámetros para la construcción de un conocimiento más holístico,
humanista y ecológicamente responsable.

Después explico un poco de qué se trata la cultura matrística, sin embargo es un


concepto que se conforma a partir de muchas evidencias arqueológicas muy
interesantes y se conjugan con una teoría social y cognitiva muy rica, que no me
da tiempo abordar, sólo planteo lo que se me hace pertinente a los fines de este
ensayo, los cuales giran en torno a una reflexión acerca de la forma de hacer
investigación sociocultural a través de la teoría de género.

Se me hace revante incluir la perspectiva económica debido a que estoy


tratando que hacer una investigación de campo para la EE de Grupos e
Instituciones, en la cual mis sujetas de estudio son todas mujeres y se
encuentran en la fase de planeación de un proyecto económico, por eso quiero
tener una perspectiva más completa de lo que implica el esfuerzo que están
haciendo por mantener y reproducir los medios necesarios para su subsistencia.

Naturaleza y mujer.

En el artículo Bajo los ojos de occidente. Academia feminista y discurso


colonial1 se cita la reseña de Beverly Brown (1983, citado por Mohanty, 2008:
15) del libro Nature, Culture and Gender (Strathern y McCormack, 1980, citado
por Mohanty, 2008: 15) en donde, según Mohanty (2008: 15-16), se dice que las
categorías femenino y masculino, así como las de naturaleza y cultura, suelen
considerarse universales, pero una cosa es que configuren un universo de un
sistema de representaciones determinado, pues de hecho así es, y otra que se
intenten aplicar a cualquier sistema sociohistórico de la misma manera, además,
la teoría y la realidad empírica, nos dice, deben diferenciarse una de otra, lo
cual no se hace en muchos discursos feministas. Mohanty (2008: 16) dice que
esto borra la distinción entre "Mujer" y "Mujeres", lo cual quiere decir que
conceptos tales como estos sólo son útiles si se hacen desde un análisis local y
contextual (Elfhom, Harry y Young, 1977, citado por Mohanty, 2008: 15).

Lo que yo entiendo, a partir de esto, es que lo que se considera "natural" va a


variar de una sociedad a otra, así mismo entre las sociedades va a variar aquel
papel que se considera "natural" en la mujer. Gayle Rubin (citada por Marcos,
2014: 19) se refiere a esto como género, al papel que se atribuye socialmente a
cada uno de los sexos (mujer/varón).

Marcela Lagarde (2003) en su libro Los Cautiverios de las mujeres:


madresposas, monjas, putas, presas y locas dice que Franca Basaglia (1983:
35, citada por Lagarde, 2003: 25) plantea el problema de la homologación de la
mujer con la naturaleza, problema que sugiere el anclamiento de la mujer por
medio de su cuerpo a ciertos procesos que se consideran naturales y que si no
cumple resultaría ser una mujer contra "natura"(Basaglia, 1983: 30, citada por
Lagarde, 2003: 25-26). Por ejemplo, el ser madre, aún en mi sociedad, muchas
veces es visto como una obligación de la mujer, basta con prestar atención a
comentarios como "¿y tú para cuando?", que conforman una presión hacía
aquellas a quienes se les pregunta, va acompañado de una serie de
presupuestos que dicen que si una mujer no se embaraza puede enfermar o que
es la forma de mantener y/o consumar un matrimonio; lo curioso es que muchas
veces ciertos presupuestos coinciden con la realidad pero no tiene por qué ser la
norma para todas.

Así se podría explicar el caracter de la teoría feminista, la cual según Sylvia


Marcos (2014), se corporariza, se "encarna" en los cuerpos porque es vivida,
sentida, no sólo pensada y también se arraiga a la materia, la cual "forma un
conjunto inestable y fluido con la naturaleza y con todos los seres que la
integran".

1Utilizo la versión de la traducción de María Vinós.

Epistemología

En relación a lo anterior, la lógica dicotómica hace que una categoría se


entienda y tome sentido con respecto a su opuesto y se representan como
mutuamente excluyentes, en el caso de cultura/naturaleza y masculino/femenino
la primera categoría de cada una de estas díadas se atribuye privilegios sobre
la segunda (Blazquez, 2010: 24).

Economía

Es interesante observar que los modelos económicos imperantes se basan en


un modelo de producción en el cual se ve a la naturaleza como un simple
recurso, donde se deja de lado reconocer la ecodependencia de todo sistema
socioeconómico, adoptando así una postura androcéntrica y abusiva con el
medio ambiente; del mismo modo se considera a lo femenino como irrelevante
para el funcionamiento económico y se le otorgan papeles arbitrarios dentro del
sistema, que conllevan ,muchas veces, a considerar a lo femenino como meros
recursos y que no es necesario reconocer su aporte al motor socioeconómico.
Este es un ejemplo de como la cultura se impone a la naturaleza, y de como lo
masculino se impone a lo femenino por medio de la teocracia mercantil y el
estrabismo productivista. (Pérez Orozco, 2014).

Cultura Matrística

El concepto de cultura matrística parte del haberse percaptado de la existencia


de sociedades en la antiguedad, precedentes a aquellas de una cultura
patricarcal como la que estamos viviendo, en la que había una valorización
mayor del papel de lo femenino en el desenvolvimiento de la vida en todos los
ámbitos, esto incluye una apreciación mayor de las emociones, del cuidado y de
la naturaleza (Maturana y Verden Zoller, 1993, citado por Espinosa Chamorro,
2007).

Marcos Arruda (2004) argumenta que esta cultura es necesaria para la


implementación de una economía solidaria que pueda hacerle frente a la crisis
económica, pues esto permitiría poner ateción en los lazos de cooperación entre
diferentes instancias motivados por valores que buscan reeplantear las bases de
los sistemas económicos actuales debido alfracaso del Sistma Capital y del
Estatismo en la sostenibilidad en general. Cuando dicha cultura se adapta a los
requerimientos actuales, se trata de cultura neomatrística

Conclusiones

El cuerpo forma parte importante en el feminismo porque es mediante este que


se tiene contacto con la realidad empírica, no se trata solamente de teoría, sino
que en esta se atraviezan las emociones, las sensaciones y los procesos
biológicos que el cuerpo porta y conlleva. Al hablar de emociones, me remito a
lo que la cultura matrística propone, el darles su justa dimensión, su justa
importancia y cuidado, del mismo modo, cuidar de aquello de lo que somos
dependientes: la naturaleza, sin tomar en cuenta su sostenibilidad, es imposible
implementar un sistema económico capaz de mantenerse y mantener la vida de
todo tipo.

Los alcances de una epistemología injusta, me parece, que llegan a instaurarse


en la ideología económica. Creo que esta es una razón más para reestructurar
los postulados epistemológicos en miras a una vida más sostenible y equitativa.
Sería interesante esclarecer mediante una investigacion en la realidad empírica
como dicha epistemología se traspola a la práctica económica.

La cultura neomatrística tiene fuertes fundamentos que se anclan en el pasado y


ofrecen respuestas al presente, pienso que su explicación es una herramienta
de peso para proponer mejores alternativas no sólo en el ámbito económico,
sino en muchos otros aspectos sociales. Profundizar en el tema se me hace una
aventura muy interesante y esperanzadora.

Fuentes

Arruda, Marcos (2004). ¿ Qué es la Economía Solidaria? El renacimiento de una


sociedad humana matrística. Ecología política, (27), 71-75.

Blazquez Graf, Norma (2010). "Epistemología feminista: temas centrales" en:


Blazquez Graf, Norma, Fátima Flores Palacios y Maribel Ríos Everardo
(coordinadoras) Investigación feminista. Epistemología, Metodología y
representaciones sociales. México: Universidad Nacional Autónoma de México,
pp. 21-38.

Espinosa Chamorro, María Concepción (2007). Recuperando el gusto de lo


fecundo. Ensayo sobre la pérdida de poder de la mujer en el embarazo y parto .
Xalapa, México: Universidad Veracruzana. Facultad de Antropología.

Lagarde, Marcela (2003). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas,


putas, presas, locas. México:UNAM.

Marcos, Sylvia (2014). "Feminismos en camino descolonial". En M. Millán


(coordinador). Más allá del feminismo: caminos para andar (15-34). México: Red
de Feminismos Descoloniales.

Mohanty, Chandra (2008). “Bajo los ojos de occidente. Academia Feminista y


discurso colonial”. En Suárez, L. y Aída Hernández (editores). Decolonizando el
feminismo: Teorías y prácticas desde los Márgenes (112-161). Madrid: Cátedra.

Pérez Orosco, Amaia. (2014). Subversión feminista de la economía. Aportes


para un debate sobre el conflicto capital-vida. Madrid: Traficante de sueños.

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