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• Los vientos históricos de aquel 25 de Mayo agitan hoy el paño de nuestra bandera.
Para presidir este acto, recibimos con un fuerte aplauso a la bandera de ceremonia.
• Fue en ese mismo contexto que señalábamos que imbuidos de las mismas ideas
de libertad y lucha que se escribe el Himno Nacional. Entonemos con respeto y
entusiasmo, las estrofas del Himno Nacional Argentino.
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PALABRAS ALUSIVAS
Imaginemos un día nublado y medio lluvioso, de esos que son tan frecuentes en el
otoño. Ese día fue el 25 de Mayo de 1810. Un día como hoy, pero 202 años atrás, un
grupo de idealistas se reunía en el Cabildo de Buenos Aires para deponer a un
representante del rey Fernando VII y reemplazarlo por un cuerpo colegiado.
Se buscaba dejar de ser una colonia española y comenzar a ser un país libre, con
su propio gobierno y, sobre todo, la posibilidad de crear una patria grande.
Estos hombres, tenían grandes sueños y esos sueños eran, en primer lugar,
constituir una Nación, un país nuevo, independiente, sin ninguna clase de vínculos
con la antigua España ni con ninguna otra. En segundo lugar, la idea era hacer una
sociedad más justa, mediante dos principios fundamentales: el de que la autoridad
venía del pueblo, no ya del rey, y el de que debía construirse una sociedad más
igualitaria, aboliendo el régimen de castas que había existido durante la dominación
española. Estas eran las ilusiones de los hombres de Mayo.
Este primer gobierno patrio fue sólo el primer paso hacia el desarrollo de una
Argentina libre e independiente.
Sin embargo, en estos días de economías globalizadas, estos ideales se han ido
diluyendo, aquellos ideales que en el nacimiento de la Patria movilizaron tantos
sueños y tantos esfuerzos, fueron perdiendo su significado y hoy su sentido es un
poco difuso.
¿Podemos afirmar hoy en día que somos una patria libre de toda dominación
extranjera?, cuando nuestra economía depende de las naciones más poderosas.
Tal vez nos toque a nosotros volver a retomar aquellos ideales y formular un nuevo
significado de la palabra Revolución. Un significado que abarque el derecho de cada
argentino para trabajar y ganarse su pan, sin debérselo a nadie sino a su propio
esfuerzo. La independencia de nuestro país de decidir según sus propios intereses.
La posibilidad de que cada persona que viva en nuestro país, tenga derecho a tener
su techo, educar a sus hijos y poder prometerles un futuro mejor.
La Revolución Argentina de hoy debe ser la que sea capaz de dar a su pueblo más
educación y los instrumentos culturales que le permitan enfrentarse en pie de
igualdad a este mundo globalizado, que insiste en dejarnos de lado. Tal vez nos
toque a nosotros ser los idealistas que llevemos a cabo esta Revolución. Y que
podamos decir otra vez que “surge a la faz de la tierra una nueva y gloriosa nación”.