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La construcción indiciaria

del dolo en el lavado de activos

Godofredo André GARCÍA LEÓN (*)

INTRODUCCIÓN: PROBLEMAS Y NECESIDADES


El delito de lavado de activos tiene tres rasgos que lo distinguen de otros delitos en
los ordenamientos jurídicos, uno de orden fenomenológico, que viene a ser su
complejidad y articulación con las nuevas formas de criminalidad; otra de orden
sustantivo, pues requiere la conexión entre un hecho previo de origen delictivo con un
complejo proceso de modalidades para la configuración del delito; y uno de orden
procesal, en razón de que la forma como se realiza este delito imposibilita que se llegue a
acreditar por prueba directa, y hace necesario el uso de la prueba indiciaria.
El uso de la prueba indiciaria en nuestro país trae consigo una serie de problemas,
uno de ellos es lo dificultoso que es encontrar en la jurisprudencia un modelo de
construcción o de elaboración de prueba indiciaria para resolver casos judiciales, otro
problema es lo poco sencillo de encontrar una motivación clara y completa en fallos
judiciales de la utilización de la prueba indiciaria, cuestión que tiene su correlato en la
doctrina, donde si bien es cierto existen magníficas obras, investigaciones y monografías
que nos delimitan a la perfección los tópicos conceptuales necesarios sobre prueba
indiciaria, las mismas no desarrollan constructos lógico-jurídicos inferenciales de
prueba indiciaria.
El delito de lavado de activos, donde es imperiosamente necesaria la aplicación de
prueba indiciaria, tiene, por ende, como necesidad la elaboración o delimitación abierta
o general de constructos, métodos o modelos inferencias indiciarias. Un problema que
agrava esta necesidad, es la discusión del entendimiento o no del delito fuente o el
origen ilícito de los activos como elemento del tipo objetivo del lavado de activos, pues
de la consideración de una u otra postura se determinará el tipo de indicios necesarios
para construir su prueba indiciaria, esto es, buscar indicios de la relación concreta de los
actos de lavado con un delito del que provienen los activos ilícitos o buscar indicios de la
relación abstracta o genérica de los actos de lavado con un delito del que proceden los
activos ilícitos.
Si bien es cierto, recientemente la Corte Suprema de Justicia de la República ha
emitido la Sentencia Plenaria Casatoria N°1-2017/CJ-433, señalando entre otras cosas
como doctrina legal, que el origen del activo debe corresponder necesariamente a
actividades criminales que tengan la capacidad de generar ganancias ilícitas, no siendo
necesario la existencia concreta y específica de un precedente delictivo de determinada
naturaleza, cronología, intervención o roles de agentes delictivos individualizados y
objeto1, aun es discutible el carácter vinculante de esta “doctrina legal2” establecida, así
como sus propios fundamentos3.

* Abogado con estudios de maestría en Derecho Penal por la escuela de Post- Grado de la Universidad Nacional de
Trujillo. Director del área penal en EP Consultores Legales & Contables. Ha sido Consultor del Programa de Seguridad
Humana de las Naciones Unidas y Docente en Derecho Penal y Derecho Procesal Penal en la Universidad Nacional de
Santa y Universidad Privada de Trujillo. Ponente en diversos certámenes académicos a nivel nacional e internacional.
Y esto nos lleva a otro problema, respecto a qué debe conocer o qué es lo mínimo
que debe saber el agente para imputarle a título de dolo la comisión de lavado de
activos, cuáles son los indicios que deben operar o con los que se puede elaborar
proposiciones inferenciales de imputación dolosa, máxime si en la actualidad han
aparecido figuras como la ceguera o la ignorancia deliberada, que hablan ya no de
conocimiento y voluntad de realizar una conducta ilícita, sino de un buscar no conocer
o la posibilidad de conocer.
Estos tópicos nos llevan a la necesidad de delimitar cuáles serían los elementos con
los que se debe partir a nivel indiciario y a nivel del tipo subjetivo para intentar un
acercamiento a la construcción indiciaria del dolo en el delito de lavado de activos.
I. LA CONSTRUCCIÓN DEL DOLO
Uno de los presupuestos para imputar responsabilidad penal es la culpabilidad, que
como principio parte del aforismo nulla poena sine culpa (no hay pena sin culpa), entre
las consecuencias del principio de culpabilidad está la responsabilidad penal por dolo o
culpa, en contraposición a la responsabilidad objetiva y/o al aforismo versari in re illicita
(el que quiere la causa quiere el resultado). Este principio tiene respaldo legislativo en
nuestro país, toda vez que el artículo VII del Título Preliminar del Código Penal señala:
“La pena requiere de la responsabilidad penal del autor. Queda proscrita toda forma de
responsabilidad objetiva”.
El principio de responsabilidad penal por dolo o culpa tiene sustrato normativo en
el artículo 11 del CP, cuando se señala que “son delitos las acciones u omisiones dolosas o
culposas penadas por ley”. Asimismo, por regla general, el legislador considera que las

1Sentencia Plenaria Casatoria N°1, 2017/CIJ-433, 11 de octubre, 2017. I Pleno Jurisdiccional Casatorio de las Salas
Penales Permanente y Transitorias. Corte Suprema de Justicia de la República. Fj.29 pp.20-21
2 El Magistrado Supremo Dr. Cesar José Hinostroza Pariachi, en voto discordante adicional a la Sentencia Plenaria

Casatoria N°1-2017/CIJ-433, 11 de octubre, 2017. I Pleno Jurisdiccional Casatorio de Las Salas Penales Permanente y
Transitorias. Corte Suprema de Justicia de la República. Fundamento jurídico N°11, señaló que ésta es
inconstitucional, por no haber cumplido los requisitos de forma para su convocatoria, elegir los puntos de
discusión y dejar sin efecto vinculante la Casación N°92-2017-Arequipa, 08 de agosto, 2017, Segunda Sala Penal
Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República. Vid. GARCÍA LEÓN, Godofredo André ¿Es doctrina
legal lo resuelto por la Sentencia Plenaria Casatoria sobre lavado de activos? En: Legis.pe [En Línea] 22 de
noviembre, 2017. [Consulta el 18 de diciembre, 2017] Disponible en: http://legis.pe/doctrina-legal-lo-resuelto-la-
sentencia-plenaria-casatoria-lavado-activos/
3 Posturas contrarias a la Sentencia Plenaria Casatoria, encontramos en destacados juristas del país: GARCÍA

CAVERO, Percy “La discusión jurisprudencial sobre el delito fuente como elemento normativo del tipo del delito
de lavado de activos” En: Actualidad Penal. Lima. Instituto Pacífico. Tomo 40. Octubre, 2017. “En puridad, el
elemento normativo del tipo no es el delito fuente, sino la procedencia delictiva… A nivel fáctico se requiere probar,
por lo tanto, un hecho concreto que ha generado los activos que son lavados. No es posible aludir simplemente a
una genérica actividad criminal” p.50-51. ABANTO VÁSQUEZ, Manuel “Comentarios a la sentencia de la Corte
Suprema: Casación N°92-2017- Arequipa. En: Actualidad Penal. Lima. Instituto Pacífico. Tomo 40. Octubre, 2017.
“Para condenar por lavado de activos no sería necesaria probar el “delito fuente”; mejor dicho y de manera más
exacta: probar la existencia de un injusto penal punible” p.25. LLAMACPONCCA MENDOZA, Fidel “El delito de
lavado de activos” Lima. Instituto Pacífico, 2017. “Es indispensable acreditar- con una mínima actividad probatoria
basada en prueba indiciaria- el origen ilícito de contenido delictivo (la categoría del delito fuente) de los activos…
no se requiere por ello, la identificación de un concreto delito fuente, con sus últimos detalles, cuando tampoco su
puntual calificación jurídica” p.25 CARO CORIA, Dino Carlos “El Tipo Básico de Lavado de Activos” En: “Derecho
Penal Económico y de la Empresa” Francisco R. Heidegger & Jhuliana C. Atahuamán P. (Coord.) Lima. Idemsa,
2013. “No existen dudas en torno a que la fuente de los bienes corresponde a la comisión de delitos...el delito
precedente debe ser en esencia doloso… en cuánto al grado de realización del delito previo, se exige por lo menos la
tentativa, también se aceptan los actos preparatorios punibles, siempre en la medida que de ellos deriven bienes
idóneos para ser objeto de blanqueo” pp.594-595. PARIONA PASTRANA, Josué “El Delito Precedente en el Delito
de Lavado de Activos” Lima. Instituto Pacífico, 2017. “El delito precedente es considerado un elemento objetivo del
tipo penal del lavado de activos…para conocer un origen ilícito es necesario conocer el delito por lo que se expresa
claramente que deberá existir un delito precedente… si consideramos al delito precedente como un elemento
objetivo del tipo, este deberá encontrarse abarcado por el dolo” pp. 139, 140 y 142.
penas establecidas por ley se aplican siempre al agente de infracción dolosa, y solo en los
casos expresamente establecidos en la ley, por infracción culposa4.
El dolo ocupa un espacio en el primer elemento de la estructura tripartita del delito,
esto es, en la conducta típica, antijurídica y culpable; el dolo se ubica en el tipo, el mismo
que se compone de un lado objetivo (denominado tipo o tipicidad objetiva) y uno
subjetivo (denominado tipo o tipicidad subjetiva). Esta ubicación no solo tiene respaldo
histórico-doctrinario, sino que se desprende de la propia ley penal, en cuanto el artículo
14 del CP excluye responsabilidad penal cuando exista error invencible sobre un
elemento del tipo penal, es decir, se reconoce el error que es propiamente un defecto
cognitivo en el ámbito del tipo penal.
El dolo es entendido como “la voluntad realizadora del tipo” a partir del
conocimiento efectivo de los elementos del tipo objetivo5, y tiene dos elementos, un
elemento intelectivo o cognoscitivo y un elemento volitivo o conativo.
El elemento cognoscitivo está integrado por el conocimiento, este “conocimiento
debe referirse a los elementos del tipo que residen tanto en el pasado como en el
presente, debiendo el autor de prever que el resultado exigido por el tipo sucederá o
podrá suceder, debiendo reconocer en sus rasgos esenciales la forma en la que su acción
origina dicho resultado”6.
Los elementos del tipo objetivo lo integran: el sujeto agente, el sujeto pasivo, el
objeto material del delito, el resultado y el nexo de imputación objetiva. La doctrina
señala, a su vez, que el objeto del dolo típico se integra de elementos descriptivos y
normativos7. Por elementos descriptivos se entiende a todos aquellos que son posibles de
ser captados sensorialmente y, por ende, son de posible aprehensión al denominador
común de personas, como lo sería el causar la muerte o lesión en los delitos contra la
vida, el cuerpo o la salud, o daños materiales; en cambio, los elementos normativos son
aquellos que requieren de una valoración, como lo son, por ejemplo: los efectos o
caudales públicos en el delito de peculado.
El elemento volitivo o conativo del dolo consiste en “la resolución dirigida a la
realización de la acción típica y en la ejecución de tal decisión; esta voluntad debe existir
al momento del hecho, por lo que no hay espacio para la existencia de un dolo
precedente o posterior”8. En síntesis, actúa dolosamente, según doctrina mayoritaria, “el
sujeto que realiza el acto con consciencia y voluntad de realizar el tipo objetivo, es decir,
el sujeto sabe lo que hace y lo que quiere hacer”9.

4 Artículo 12 del CP.

5 ZAFFARONI, Eugenio Raúl; ALAGIA, Alejandro y SLOKAR, Alejandro. Manual de Derecho Penal. Parte general. 2ª edición,
Ediar, Buenos Aires, 2002, p. 403.

6 JESCHECK, Hans-Heinrich y WEIGEND, Thomas. Tratado de Derecho Penal. Parte general. Traducción de Miguel
Olmedo Cardenete. Tomo I, Instituto Pacífico, Lima, 2014, p. 434.

7 MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Parte general. 7ª edición, B de F. Montevideo, 2004, p. 263.

8 JESCHECK, Hans-Heinrich y WEIGEND, Thomas. Ob. cit., p. 434.

9 MIR PUIG, Santiago. Ob. cit., p. 261, margen 69. En nuestro país BRAMONT ARIAS-TORRES, Luis Alberto. Ob. cit., pp.
205-206. VILLA STEIN, Javier. Derecho Penal. Parte general. 2ª edición, San Marcos, Lima, 2001, p. 245. VILLAVICENCIO
TERREROS, Felipe. Derecho Penal. Parte general. Grijley, Lima, 2006, p. 315. HURTADO POZO, José. Manual de Derecho
Penal. Parte general. 3ª edición, Grijley, Lima, 2006, p. 447.
Pero no solo el dolo y la culpa son los únicos componentes subjetivos del injusto,
sino también existen otros elementos subjetivos, denominados elementos subjetivos
distintos al dolo, llamados también delitos de intención o delitos de tendencia.
Los delitos de tendencia interna trascendente o sobrante son aquellos que requieren
en el agente una ultrafinalidad, esto es, una finalidad que trasciende la realización del
hecho típico10. Encontramos aquí los delitos de resultado cortado, que se dan cuando “el
agente tenga una ultrafinalidad que después de consumado el delito se produzca cierto
hecho sin su intervención” (cohecho activo) y los delitos mutilados o incompletos de dos
actos, cuando “la ultrafinalidad es la realización de una segunda acción por el propio
agente, como es el caso del asesinato para facilitar u ocultar otro delito11.
Ahora bien, en los delitos de tendencia interna intensificada, “la acción es dominada
por la dirección de la voluntad del autor, que es la que confiere su verdadero carácter o la
especial peligrosidad para el bien jurídico protegido”12. Como ejemplos de este tipo de
delitos tenemos el asesinato por placer, con alevosía, con gran crueldad, etc.
En la actualidad se ha puesto en tela de juicio el elemento volitivo del dolo13, puesto
que se considera que la voluntad sería un elemento psicologizante del dolo, que pone en
manos del agente la determinación de si su actuar fue doloso o no. La voluntad sería así
un dato que generaría inseguridad jurídica, y mantenerlo generaría injusticia e
impunidad, pues se beneficiaría al agente irracionalmente optimista o confiado.
Los partidarios en razón a estas críticas parten de la idea de que el dolo debe ser
entendido como el conocimiento del riesgo típico o el conocimiento de la aptitud lesiva
que comprende el actuar con base en dicha comprensión y conocimiento14, con lo que ya
no sería necesario adicionar o exigir que el sujeto haya querido, se haya propuesto, se
haya resuelto, procurado o decidido cometer el hecho ilícito, sino que esta voluntad de
realización estaría ínsita en la comprensión de la idoneidad del riesgo lesivo que tiene el
agente al exteriorizar su conducta sobre la base de su conocimiento.
Por ello es que los autores prefieren no llamar prueba o acreditación del dolo, sino,
más bien, imputación al dolo15, esto es, partir de ciertos datos o parámetros normativos
que permitirán inferir si el agente contó con el conocimiento de la aptitud lesiva de su
actuar al momento de exteriorizar su conducta.
La construcción del dolo en el presente trabajo partirá de estos criterios normativos,
que dotarán de una cuota de razonabilidad a la determinación del tipo subjetivo16.

10 MIR PUIG, Santiago. Ob. cit., p. 281.

11 ZAFFARONI, Eugenio Raúl; ALAGIA, Alejandro y SLOKAR, Alejandro. Ob. cit., p. 405.

12 JESCHECK, Hans-Heinrich y WEIGEND, Thomas. Ob. cit., p. 471.

13 FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. El dolo eventual. Centro de Investigación en Filosofía del Derecho de la Universidad
Externado de Colombia, Bogotá, 2002, p. 87. En este sentido LAURENZO COPELLO, Patricia. Dolo y conocimiento. Tirant
lo Blanch, Valencia, 1999, pp. 111-113. La misma autora. “Los componentes del dolo. Respuestas desde una teoría del
conocimiento”. En: Revista Peruana de Ciencias Penales. Tomo 12, Idemsa, 2002, pp. 321-334.

14 FRISCH, Wolfgang. Comportamiento típico e imputación de resultado. Traducción de la edición alemana por Joaquín
Cuello Contreras y José Luis González De Mourillo. Marcial Pons, Madrid, 2004, p. 261 y ss.

15 RAGUÉS I VALLÈS, Ramón. El dolo y su prueba en el proceso penal. José María Bosch, Barcelona, 1999, p. 333.

16 BUJÁN PÉREZ, Carlos. Derecho Penal económico y de la empresa. Parte general. 2ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia,
2007, pp. 347-349.
Una figura que es analizada en el tipo subjetivo es la ceguera, la misma que puede
entenderse como una indiferencia de parte del sujeto agente de conocer los hechos con
la finalidad de eludir responsabilidad. Un ejemplo de ello sería aquella persona que
recibe ocasionalmente una maleta en un aeropuerto con el encargo de transportarla a su
lugar de viaje, o una persona que a la espera de una llamada telefónica para atender a un
familiar apaga su celular.
Un sector importante de la doctrina considera que el autor de estos hechos, esto es,
el indiferente, el que actúa con ceguera, deberá responder como si su actuar fuese
doloso, es así que se señala ¿acaso no debería propugnarse que en estos casos la indiferencia
tampoco pueda provocar una descarga de responsabilidad?17, pues “la falta de conocimiento
de datos irrelevantes para la decisión desde una perspectiva subjetiva se convierte en un
fundamento de indulgencia”18, y esto se plantea a partir de que un entendimiento natural
de las cosas abogaría por que quien actúa bajo “ceguera” no tiene un conocimiento real,
actual, puesto que su actuar busca colocarse precisamente en estado de no conocimiento
y más cercana su imputación se tildaría de error grave, imprudencia o negligencia grave.
Así también, a la par de la ceguera se ha desarrollado la figura de la ignorancia
deliberada, en la que concurren tres elementos fundamentales: a) el sujeto tiene una
sospecha justificada sobre la competencia de su actuar en la actividad; b) disponibilidad
de información que pudiera aclarar el conocimiento del agente; y c) intención de
mantenimiento del estado de ignorancia para protegerse de un eventual descubrimiento
del delito o sanción19. Un ejemplo de esta situación sería los integrantes de una familia
que aceptan ser los directivos de algunas empresas de su nuevo vecino, quien les ha
ofrecido un monto mensual cuantioso por dicha labor. O también podría darse el caso de
la dueña de una casa de cambio que no tiene problemas en cambiarle una fuerte suma de
dinero en dólares por una desventajosa suma de dinero en soles a una persona
desconocida.
En estos casos de ignorancia deliberada se parte de un conocimiento mínimo de la
aptitud lesiva del actuar o del continuar actuando de parte del agente, pues si bien es
cierto que el agente no tiene un conocimiento certero y claro de los hechos, su conducta
de buscar desconocer o evitar conocer genera más bien un riesgo y ello debe imputársele
dolosamente.
II. LA CONSTRUCCIÓN DE LA PRUEBA INDICIARIA
1. Indicio
Para construir la prueba indiciaria debemos conocer, en principio, sus elementos,
sus líneas básicas conceptuales, sus presupuestos, y sus dictados legales y
jurisprudenciales. A continuación desarrollaremos brevemente:
Indicio, en sentido puro, es todo hecho, acontecimiento, actitud, objeto20 o
circunstancia verdadera o cierta. Así, un indicio será, por ejemplo, para delitos que

17 JAKOBS, Günther. “La indiferencia como dolo directo”. Traducción de Carlos Pérez del Valle. En: Dogmática y ley penal.
Libro Homenaje a Enrique Bacigalupo. Jacobo López Barja de Quiroga y José Miguel Zugaldía Espinar (coordinadores).
Tomo I, Marcial Pons, Madrid, 2004, p. 347.

18 Ibídem, p. 349.

19 CALLEGARI, André Luis y WEBER, Ariel Barazetti. “Lavado de dinero y teoría de la ignorancia deliberada”. En: Bases para
un Derecho Penal latinoamericano. Allan del Castillo Merma, Bill; Puelles Álvarez, Ramiro y Benites Tito, Alex Javier
(directores). Ara Editores, Lima, 2015, pp. 94-95.

20 GARCÍA CAVERO, Percy. La prueba por indicios en el proceso penal. Reforma, Lima, 2010, p. 47.
tienen que ver con ganancias económicas, el abrupto cambio de posición económica
(signos exteriores de riqueza) de una persona de condiciones precarias.
En sentido conectivo o relacional, indicio es un hecho cierto del que se va inferir
otro dato “aún por descubrir”21 y en sentido procedimental, indicio vendría a ser un
hecho cierto plenamente acreditado que por sí solo o con la concurrencia de otros
(indicios) a partir de una operación lógica se inferirá un nuevo hecho.
Se señala así que el indicio, para ser tal, debe ser un dato comprobado,
“inequívoco e indivisible”, ningún dato de carácter dubitativo o incierto, ni otro medio
probatorio incompleto o disminuido puede ser considerado como dato indiciario,
pues considerar estos como indicio es desnaturalizar el concepto, por tanto, la prueba
indiciaria 22.
Se señala a su vez que el indicio es “el primer supraconcepto, el primer componente,
del concepto de prueba indiciaria”, pues si bien es cierto que constituye fuente de
prueba, todavía no es medio de prueba, pues para llegar a ello “es necesario que sea
sometido a un raciocinio inferencial, que permita llegar a una conclusión y que ella
aporte conocimientos sobre el objeto de la prueba”23.
2. Prueba indiciaria
A su turno, la prueba indiciaria es aquella que busca “probar directamente hechos
mediatos para deducir de estos aquellos que tienen una significación inmediata para la
causa”24, de allí que se afirme que a través de este tipo de prueba se busca probar un
“hecho inicial - indicio”, que no es el que se quiere probar en definitiva, sino que se trata
de acreditar la existencia del “hecho final - delito” a partir de una relación de causalidad
“inferencia lógica”25, por ello es que el objeto de esta prueba no es directamente el hecho
constitutivo del delito, tal y como está regulado en la ley penal, sino otro hecho
intermedio que permite llegar al primero por medio de un razonamiento basado en el
nexo causal y lógico existente entre los hechos probados y los que se tratan de probar26.
La doctrina señala que en la prueba indiciaria concurren tres elementos: un indicio
o un hecho base indirecto, una conclusión que se basa en indicios y un nexo causal que
liga a ambos elementos27.

21 MIXAN MASS, Florencio. Prueba indiciaria. BLG, Trujillo. 1995, p. 25. GARCÍA CAVERO, Percy. La prueba por indicios en
el proceso penal. Ob. cit., p. 47. “Indicio cualquier elemento capaz de dar información sobre otro hecho con el que se
encuentra vinculado por una relación de necesidad derivada de la naturaleza de las cosas”.

22 CUBAS VILLANUEVA, Víctor. “La prueba indiciaria en la a Fujimori”. En: “El caso de Alberto Fujimori. La sentencia. Pérez
Arroyo, Miguel (director) y Velásquez Delgado, Percy (coordinador). Colección Jurisprudencia Penal y Procesal Penal 2.
Fondo Editorial del Instituto Peruano de Criminología y Ciencias Penales (INPECCP), Lima, 2009, p. 226.

23 ROSAS YATACO, Jorge. “Prueba indiciaria: doctrina y jurisprudencia nacional”. En: Anuario de Derecho Penal 2004. La
reforma del proceso penal peruano. Hurtado Pozo, José (director), San Martín Castro, César (coordinador). Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2004, pp. 290-291.

24 Mittermaier en: ROSAS CASTAÑEDA, Juan Antonio. La prueba en el delito de lavado de activos. Gaceta Jurídica, Lima,
2015, p. 321.

25 Exp. N° 00728-2008-PHC/TC. Lima. Caso Giuliana Flor de María Llamoja Hilares, f. j. 24.

26 Recurso de Nulidad N° 1912-2005-Lima. Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, f. j. 4.

27 ASENCIO MELLADO, José María. “El Estado terrorista: análisis probatorio de la sentencia de Alberto Fujimori. En: El
caso de Alberto Fujimori. La sentencia. Pérez Arroyo, Miguel (director) y Velásquez Delgado, Percy (coordinador).
Colección Jurisprudencia Penal y Procesal Penal 2. Fondo Editorial del Instituto Peruano de Criminología y Ciencias
Penales (INPECCP), Lima, 2009, p. 40.
La lógica de la prueba indiciaria parte de la existencia de un hecho, circunstancia o
dato que es propiamente el indicio, el mismo que, en la mayoría de casos, con la
concurrencia de otros indicios y la aplicación de las reglas de la lógica, la ciencia o las
máximas de la experiencia, nos conducirán a acreditar un hecho. Dicho con un ejemplo,
si se tiene el dato (indicio) de una mujer cuyo esposo ha sido condenado por tráfico
ilícito de drogas, este indicio junto con otros indicios como el que la mujer no contaba
durante su matrimonio con un trabajo o negocio conocido, además, realiza diversos
viajes al exterior y administra una red de supermercados en el norte del país, dichos
datos, a partir de las máximas de la experiencia: viajes al exterior (operaciones extrañas o
de tráfico ilícito de drogas), no contar en el matrimonio con trabajos o negocios
conocidos (el dinero obtenido como capital era del tráfico ilícito de drogas) y la
administración de una red de supermercados (actos de ensombrecimiento del dinero
ilícito), nos conducen a un inferir un hecho, que la señora ha cometido el delito de
lavado de activos.
La prueba indiciaria es muy importante en nuestros días, sobre todo en la praxis
judicial, toda vez que a través de ella “se van descubriendo los hechos en las
investigaciones criminales con auxilio de una criminalística más de avanzada”28.
a) Requisitos de la prueba indiciaria
Los requisitos legales de la prueba indiciaria son, según el artículo 158.3 del Código
Procesal Penal de 200429: a) que el indicio esté probado; b) que la inferencia esté basada
en las reglas de la lógica, la ciencia o la experiencia; c) que cuando se trate de indicios
contingentes, estos sean plurales, concordantes y convergentes, así como que no se
presenten contraindicios consistentes.
Los alcances complementarios de los requisitos de la prueba indiciaria del artículo
158.3 del CPP los encontramos en el Recurso de Nulidad N° 1912-2005-Lima, la STC Exp.
N° 00728-2008-PHC/TC. Lima, caso Giuliana Flor de María Llamoja Hilares y el Acuerdo
Plenario N° 3-2010/CJ-116.
Así, se tiene que, en cuanto al primer requisito, se señala que el indicio debe estar
plenamente probado por los diversos medios de prueba que autoriza la ley, pues, de lo
contrario, sería una mera sospecha sin sustento real alguno30.
En cuanto al segundo requisito de la prueba indiciaria, esto es, a la inferencia, esta
operación basada en las reglas de la lógica, la ciencia o la experiencia debe darnos una
conclusión razonable, “de suerte que de los indicios surja el hecho consecuencia y que
entre ambos exista un enlace preciso y directo”31.
Ahora bien, respecto al tercer requisito de la prueba indiciaria, se añade que los
indicios deben ser plurales “pues su variedad permitirá controlar en mayor medida la
seguridad de la relación de causalidad entre el hecho conocido y el hecho desconocido”32,
pueden ser únicos pero de una singular fuerza o potencia acreditativa, también
concomitantes al hecho que se trata de probar. Los indicios deben ser periféricos

28 ROSAS YATACO, Jorge. Ob. cit., p. 293.

29 En adelante, CPP.

30 Recurso de Nulidad N° 1912-2005-Lima. Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, f. j. 4.

31 Ídem.

32 Exp. N° 00728-2008-PHC/TC. Lima. Caso Giuliana Flor de María Llamoja Hilares, f. j. 26.
respecto al dato fáctico a probar y deben estar interrelacionados cuando sean varios, de
modo que se refuercen entre sí y que no excluyan el hecho consecuencia33.
Finalmente, un dato complementario importante a los requisitos de la prueba
indiciaria que aportan estos instrumentos jurídicos son los relativos a la motivación
judicial del razonamiento indiciario. Así, se señala que el razonamiento debe ser claro,
estar “debidamente explicitado y reseñado en la sentencia, pues ello supone
mínimamente que de su lectura debe verse cuál o cuáles son los indicios que se estiman
probados y cuál o cuáles son los hechos a probar, por tanto se exige que se haya
explicitado qué regla de la lógica, máxima de la experiencia o qué conocimiento
científico han sido utilizados, y si hubieran varios de estos, por qué se ha escogido a uno
de ellos”34, para ello deberá “sustentar un discurso lógico inductivo de enlace y valoración
de los indicios, que aun cuando sucinto o escueto es imprescindible para posibilitar el
control impugnativo de la racional de la inferencia”35.
La importancia de la motivación en el caso de la prueba indiciaria reside en la
imperiosidad de determinar “si nos encontramos ante una verdadera prueba de cargo,
aunque sea indiciaria, o ante un simple conjunto de sospechas o posibilidades, que no
pueden desvirtuar la presunción de inocencia” 36.
En este sentido, se señala que “[l]a prueba indiciaria será válida para sustentar una
sentencia condenatoria, y por tanto podrá enervar la presunción de inocencia cuando
cumpla con las exigencias que comporta el derecho a la debida motivación de las
resoluciones judiciales previsto en el artículo 139, inciso 5 de la Constitución”37.
Que el indicio sea probado importa que el hecho, circunstancia o dato esté
plenamente acreditado con los medios de prueba lícitos que hay en nuestro
ordenamiento jurídico, por ejemplo, los medios de prueba documental, testimonial,
pericial, etc. Este requisito tiene sentido en la afirmación de que “no cabe construir
certezas sobre la base de simples probabilidades”38.
Los indicios contingentes son aquellos que pueden dar lugar o no al hecho
inferido, se dice por ello que estos indicios son, por lo general, débiles, en la medida que
por sí mismos no son suficientes para probar la existencia del hecho penalmente
relevante39.
La pluralidad de indicios importa que existan dos o más indicios que busquen,
por medio de su confluencia, probar un hecho fin. En este punto se señala que al ser
plurales los indicios deben ser independientes entre sí, de manera que se evite que un
único hecho indiciario, acreditado por distintas formas de prueba, sea tenido como una
pluralidad de indicios40. Por ejemplo, si un indicio lo constituyen los extraños

33 Recurso de Nulidad N° 1912-2005-Lima. Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, f. j. 4.

34 Exp. N° 00728-2008-PHC/TC. Lima. Caso Giuliana Flor de María Llamoja Hilares, f. j. 27.

35 Acuerdo Plenario N° 3-2010/CJ-116. VI Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanentes y Transitorias. Corte
Suprema de Justicia de la República, f. j. 33, p. 17.

36 ROSAS YATACO, Jorge. Ob. cit., p. 297.

37 HERRERA GUERRERO, Mercedes Rosemarie. “La prueba indiciaria”. En: Revista de la Universidad de Piura: Ita ius Esto.
Año III, N° 9, diciembre, Piura, 2012, p. 146.

38 ROSAS YATACO, Jorge. Ob. cit., p. 296.

39 GARCÍA CAVERO, Percy. La prueba por indicios en el proceso penal. Ob. cit., p. 96.

40 Ibídem, p. 98.
movimientos bancarios de un sujeto, no constituirán como indicios independientes los
movimientos bancarios en el Banco Sudameris, los movimientos bancarios en el Banco
del Ahorro, los movimientos bancarios en el Banco CitiBank, etc.
Los indicios son concordantes o concomitantes cuando no pueden ser excluidos
entre sí, por ejemplo, si se tiene como indicio que una persona posee un capital de
dinero mayor al que obtendría por un periodo de tiempo en su negocio habitual, porque
se presume que tiene dinero procedente de actividades delictivas de extorsión, no sería
concordante con otro indicio de que esta persona no ha pagado los impuestos que
realmente debería pagar o mantiene una cuantiosa deuda a sus empleados, lo que haría
presumir también de estos hechos el posible capital de dinero mayor al que obtendría
normalmente.
Los indicios deben ser convergentes, significa que todos los indicios deben
coincidir, confluir y llevar a una conclusión, por ejemplo, indicios convergentes serían: 1)
se ha encontrado en el domicilio de un funcionario público una agenda con datos de
empresarios contratistas con montos de dinero escritos al pie de cada nombre; 2) se ha
encontrado, asimismo, en su domicilio maletas con dinero; 3) hay denuncias contra el
funcionario por favorecer a empresarios contratistas en las licitaciones de la entidad en
que él labora; 4) hay fotografías de reuniones sociales en las que participó este
funcionario con estos contratistas; 5) estos contratistas son los únicos que se adjudican
las licitaciones de la entidad en la que labora este funcionario. Todos estos indicios
convergen en una conclusión que es la existencia de un favorecimiento indebido o una
concertación clandestina entre el funcionario y los contratistas, lo que puede dar lugar a
un delito contra la Administración Pública.
La no presencia de contraindicios consistentes, “se evalúa en función de su
capacidad para probar una hipótesis invalidante del indicio de cargo, lo que le resta
fuerza de convicción a este último para la realización del hecho penalmente
relevante”41. Un ejemplo de un contraindicio consistente sería que se tiene como
indicios 1) una señorita tiene un vínculo sentimental con un conocido traficante de
terrenos; 2) la señorita tiene un incremento patrimonial inusual desde que inició la
relación sentimental con el traficante de terrenos, pero se tiene como contraindicio
que la señorita adquirió una lujosa propiedad por donación de sus padres, la misma
que vendió meses antes de vincularse sentimentalmente con el traficante de terrenos,
cuestión que también puede explicar sus signos exteriores de riqueza y no
necesariamente que estos devengan del dinero compartido con el traficante de
terrenos.
Cuando se señala que los indicios deben estar interrelacionados, se parte de la
idea de que todos estos indicios son parte de un engranaje ordenado y sistemático de
indicios. Es decir que aquí los indicios son parte de un sistema cohesionado, armónico,
sistematizado, programático y secuencializado. Por ejemplo: se tienen indicios de la
presencia del sospechoso en el lugar de los hechos, último contacto con la víctima el día
de los hechos, rencillas anteriores con la víctima al día de los hechos, retorno del lugar
de los hechos, fuga ante la presencia policial, etc. Todos estos indicios, al ser
organizados, ordenados y secuencializados, forman parte de un sistema, de un engranaje
global de indicios que se relacionan entre sí.
Que la inferencia esté basada en las reglas de la lógica, la ciencia o la
experiencia implica que la inferencia debe partir de “reglas del criterio humano que se

41 Ibídem, p. 102.
construyan sobre la base de las diversas relaciones entre las cosas (relaciones de
semejanza de diferencia, de causalidad o de simple sucesión, de coexistencia, de
finalidad) y en el caso de hechos únicos por relaciones de tiempo y lugar”42. Un ejemplo
de reglas de la lógica por semejanza se daría en el caso en que una sola empresa se
adjudique todas las licitaciones de una determinada entidad pública, máxime si los
requisitos técnicos de las bases de dichas contrataciones solo los podría cumplir dicha
empresa, cuestión de la que se puede inferir que hay un favorecimiento ilícito.
Las máximas de la experiencia son regularidades referidas a un acontecimiento que
se obtienen a través de observaciones de la experiencia común, se trata de juicios
hipotéticos de contenido general que proceden de la experiencia y que pretenden validez
para otros casos similares a aquel del cual se ha inducido una máxima correspondiente43.
Por ejemplo, una máxima de la experiencia nos dice que las reuniones previas o
intercambio de presentes entre los miembros del comité especial de licitaciones de una
municipalidad y el gerente de una empresa postora no son simples cumplidos o actos de
natural cordialidad.
La inferencia lógica debe producir concretamente un enlace preciso y directo entre
el hecho base (indicio) y el hecho consecuencia (existencia de un delito)44. El enlace será
preciso si la deducción desemboca en una única conclusión posible, ya que la existencia
de muchas conclusiones alternas desvirtúa el valor de la prueba indiciaria, por tanto, la
inferencia debe ser inequívoca, esto es, que no se encuentre abierta a otras posibles
conclusiones igualmente lógicas en sentido exculpatorio45. El carácter directo del enlace
implica que la conclusión directamente inferida debe ser la existencia del delito, de
manera que no resulte admisible que sea simplemente un dato a partir del cual puede
suponerse, a su vez, la existencia del delito46.
Finalmente, en cuanto a la motivación de la prueba indiciaria, resulta importante
citar lo resuelto últimamente por la Corte Suprema de Justicia de la República en el
Recurso de Casación N° 628-2015-Lima, del 5 de mayo de 2016, que señala en su
considerando 5 de los fundamentos de derecho lo siguiente: “En materia indiciaria, para
que la conclusión incriminatoria pueda ser válida es preciso: 4.- Que cuente con una
motivación suficiente, en cuya virtud el órgano jurisdiccional deberá expresar en la
motivación los grandes hitos o líneas que lo condujeron a la deducción conforme al
artículo 158 apartado 3 del Nuevo Código Procesal Penal- tiene que exteriorizar los
hechos que están acreditados, o indicios, y sobretodo que explicite el razonamiento o
engarce lógico entre el hecho base y el hecho consecuencia y, finalmente, que este
razonamiento esté asentado en las reglas del criterio humano o en las reglas de la
experiencia común o en una comprensión razonable de la realidad normalmente vivida y
apreciada conforme a los criterios colectivos vigentes (…). Al fin de cuentas, la deducción
realizada por el tribunal sentenciador debe implicar un raciocinio lógico e inteligible que
a través de varios indicios objetivos sobre hechos no delictivos –datos objetivos fiables–,
permite llegar al hecho consecuencia ya conculcador del precepto penal”.

42 Ibídem, p. 66.

43 Ibídem, p. 103.

44 Ibídem, p. 67.

45 ROSAS CASTAÑEDA, Juan Antonio. Ob. cit., pp. 344 y 351.

46 GARCÍA CAVERO, Percy. La prueba por indicios en el proceso penal. Ob. cit., p. 69.
En este sentido, la sentencia, al revisar la validez del razonamiento de la sentencia
de primera instancia, señala en su considerando 14: “Que, en consecuencia, los indicios
no son lo plural y convergentes para dar por acreditados los cargos objeto de
acusación, delimitados en la sentencia de primera instancia, y las máximas de la
experiencia utilizadas no son las que debían aplicarse en los supuestos de actividades
financieras y del sector construcción. Existen, además contraindicios no tenidos en
cuenta y hechos que en segunda instancia se dieron por probados cuando en primera
instancia se excluyeron por falta de pruebas. Todo ello hace que el juicio de reglas de
prueba penal en relación a los elementos del tipo legal de negociación incompatible. La
motivación no es suficiente y en el juicio de razonabilidad en orden a la inferencia no
supera el baremo de lo constitucionalmente exigible para justificar que, en efecto, se
enervó la presunción constitucional de inocencia”.
Este recurso de casación da cuenta de la importancia de la motivación del
razonamiento realizado en la prueba indiciaria, lo que a nuestro criterio es un valedero a
nivel de los operadores jurídicos.
III. LA CONSTRUCCIÓN INDICIARIA DEL DOLO EN EL LAVADO DE ACTIVOS
1. Punto de partida: dolo y origen ilícito del objeto material del lavado de
activos
Para construir la prueba indiciaria del dolo en el lavado de activos, se tiene que
tomar postura en dos tópicos esenciales: a) qué entendemos por dolo; y b) cómo
determinar el origen ilícito del objeto material del lavado de activos.
El primer tópico (qué entendemos por dolo) nos permitirá conocer los alcances y
límites de la fórmula indiciaria para poder imputar como dolo un actuar que se
desprende de indicios específicos.
El segundo tópico de (cómo determinar el origen ilícito del objeto material del
lavado de activos), en virtud de que el dolo implica el conocimiento de los elementos del
tipo objetivo, en este caso del delito de lavado de activos, el origen ilícito del objeto
material del delito es un elemento fundamental en el tipo objetivo, por tanto, es
necesario saber qué es lo mínimo que debe conocer el agente para que su conducta
desplegada se le impute a título de dolo.
Nosotros entendemos por dolo la decisión del autor de lesionar el bien jurídico, a
partir de la comprensión intelectiva47 de los elementos del tipo objetivo (en el ámbito de
la conducta típica objetiva: la aptitud, idoneidad lesiva de su accionar48). El dolo llevaría
en el conocimiento y comprensión del riesgo o la aptitud de lesiva de su accionar
implícito la voluntad de realizar el hecho típico, para decirlo en palabras de un destacado
jurista español, “[d]olo es voluntad consciente resultante, sin más de sumar el
conocimiento a la voluntariedad básica de todo comportamiento humano, y que dicho
dolo implica ‘querer’ en el sentido, por lo menos, de aceptar”49.
Ahora bien, el objeto material del delito de lavado de activos comprende el dinero,
bienes, efectos o ganancias de origen ilícito de procedencia delictiva.
El origen ilícito de los bienes ha sido entendida en la Ley penal contra el lavado de
activos - Ley N° 27765; el Decreto Legislativo de lucha eficaz contra el Lavado de Activos

47 FRISCH, Wolfgang. Comportamiento típico e imputación de resultado. Ob. cit., p. 622

48 FRISCH, Wolfgang. Tipo penal e imputación objetiva. Colex, Madrid, 1995, p. 35.

49 MIR PUIG, Santiago. Ob. cit., p. 263


y otros delitos relacionados a la Minería ilegal y crimen organizado - Decreto Legislativo
N° 1106, que derogó la Ley N° 27765; y el Decreto Legislativo N° 1249, que modifica en
algunos artículo al Decreto Legislativo N° 1106, a través de la fórmula legal de que el
conocimiento de este origen ilícito que tiene o que debía presumir el agente que comete
el delito de lavado de activos corresponde a actividades criminales graves (delitos de
minería ilegal, el tráfico ilícito de drogas, el terrorismo, los delitos contra la
Administración Pública, el secuestro, el proxenetismo, la trata de personas, el tráfico
ilícito de armas, el tráfico ilícito de migrantes, los delitos tributarios, la extorsión, el
robo, los delitos aduaneros o cualquier otro con capacidad de generar ganancias ilegales,
con excepción de los actos contemplados en el artículo 194 del Código Penal).
En este sentido, el Acuerdo Plenario N° 3-2010/CJ-116, en materia de lavado de
activos, señaló en su fundamento jurídico 30° que: “El delito de lavado de activos
requiere que previamente se haya cometido otro delito, cuya realización haya generado
una ganancia ilegal, que es precisamente lo que el agente pretende integrar a la
economía, y, en su caso, al sistema financiero. Los ‘delitos fuente’ han sido precisados
relativamente (…)”, lo que se vuelve a constatar en el fundamento 32, cuando señala: “El
delito fuente, empero, es un elemento del tipo legal –como tal debe ser abarcado por el
dolo– y su prueba condición asimismo de tipicidad”.
Sin embargo la Sentencia Plenaria Casatoria N°1, 2017/CIJ-433, declaró sin efecto
vinculante la Casación N°92-2017- Arequipa, que declaró con carácter de efecto
vinculante los fundamentos que esbozó a título de doctrina jurisprudencial cuando
refiere que el delito fuente sigue siendo elemento del tipo objetivo del delito de
lavado de activos, así como que para que un delito, pueda considerarse delito fuente
deberá no sólo tener la capacidad de generar ganancias ilegales sino también tener la
cualidad de grave, siguiendo la línea de las actividades descritas en el artículo 10° del
Decreto Legislativo N°124950.
Al declararse sin efecto vinculante entre otros fundamentos, el extremo de que el
delito fuente sea elemento del tipo objetivo del delito de lavado de activos, la
Sentencia Plenaria Casatoria N°1, 2017/CIJ-433, consideró que elemento objetivo del tipo
objetivo era más bien la vinculación abstracta o genérica de las ganancias con actividad
criminal, en base a una interpretación convencional, una interpretación teleológica del
artículo 10° del Decreto Legislativo N°1249 y un reconocimiento jurisprudencial51.

50 GARCÍA LEÓN, Godofredo André ¿Qué determinó la Sentencia Plenaria Casatoria sobre Lavado de Activos? En:
El Terno no hace al Abogado. [En Línea] 4 de diciembre, 2017. [Consulta el 18 de diciembre, 2017] Disponible en:
http://www.el-terno.com/colaboradores/Andre-Garcia/sentencia-plenaria-casatoria-sobre-lavado-de-activos.html.
p.2.
51 Los argumentos de la Sentencia Plenaria Casatoria N°1, 2017/CIJ-433 son: a) El artículo 6° del Reglamento Modelo

sobre Delitos de Lavado de Activos Relacionados con el Tráfico Ilícito de Drogas y Delitos Conexos, de la Comisión
Interamericana para el Control del Abuso de Drogas, de la Organización de Estados Americanos de 1992 que
prescribe la autonomía del delito de lavado de activos, b) La explicación de la exposición de Motivos del artículo 10°
del Decreto Legislativo 1249 descartaría que el término “actividades criminales” en este artículo conduzca al
reconocimiento del delito fuente como elemento del tipo penal del lavado de activos y c) El reconocimiento
jurisprudencial de la autonomía del delito de lavado de activos en el Recurso de Nulidad 2868-2014 y el Recurso de
Nulidad 4003-2011, cuando señalan que para la existencia del lavado sólo basta una vinculación razonable entre los
activos materia de lavado con el delito previo. GARCÍA LEÓN, Godofredo André ¿Qué determinó la Sentencia
Plenaria Casatoria sobre Lavado de Activos? En: El Terno no hace al Abogado. [En Línea] 4 de diciembre, 2017.
[Consulta el 18 de diciembre, 2017] Disponible en: http://www.el-terno.com/colaboradores/Andre-
Garcia/sentencia-plenaria-casatoria-sobre-lavado-de-activos.html. p.4.
Con esto la Sentencia Plenaria Casatoria N°1, 2017/CIJ-433, respalda las ideas de un
sector importante de la doctrina52 que postula la “autonomía sustantiva” del lavado de
activos basándose en las expresiones “cuyo origen ilícito conoce o debía presumir”53 que da
cuenta el Decreto Legislativo N° 1106 y el Decreto Legislativo N° 1249, y en algunos pasajes
del Acuerdo Plenario N° 3-2010/CJ-116, pero en especial cuando el legislador en el artículo
10 (D. Leg. N° 1249) señala que “[e]l lavado de activos es un delito autónomo por lo que
para su investigación, procesamiento y sanción no es necesario que las actividades
criminales que produjeron el dinero, los bienes, efectos o ganancias, hayan sido
descubiertas, se encuentren sometidas a investigación, proceso judicial o hayan sido
previamente objeto de prueba o condena”.
Esta postura tuvo un importante antecedente en el Oficio Circular N° 024-2013-MP-
FN-SEGFIN, de la Fiscalía de la Nación, que entre otras cosas señaló lo siguiente:
“[C]onforme a lo establecido en el artículo 10 del Decreto Legislativo N° 1106 (…), el
lavado de activos es un delito autónomo, y no tiene delito fuente. (...) se sirvan instruir a
los señores Fiscales a cargo de las investigaciones sobre lavado de activos de cada uno de
sus Distritos Fiscales, con la finalidad que se dé estricto cumplimiento a lo dispuesto por
dicha norma, bajo responsabilidad de comunicar a las Fiscalías Desconcentradas de
Control Interno la no observancia de la misma (...)”.
De allí que la postura institucional del Ministerio Público en el I Pleno Jurisdiccional
Casatorio de Las Salas Penales Permanente y Transitorias. Corte Suprema de Justicia de
la República, fue la de considerar que sólo se requiere acreditar que las ganancias ilícitas
se vinculen en forma genérica o abstracta con un delito (origen ilícito, procedencia
delictiva de los bienes), basta que el sujeto agente conozca que el dinero con el que hace
transacciones económicas proviene de una actividad criminal no exigiéndose que sepa
datos temporales, espaciales o subjetivos (autores o partícipes) del delito o saber con
exactitud de que delito se trata.
Sin embargo, esta postura no es aceptada por la doctrina nacional quienes señalan que, si
es necesario acreditar un vínculo, relación o procedencia concreta entre un delito y el
dinero, ganancias o efectos ilícitos, pues como se podría saber si ese dinero tiene origen
ilícito, pues para que sea ilícito tendrá que necesariamente provenir de un delito y no por
ejemplo de un ilícito administrativo, para hablarse de delito, este debe al menos estar
situado en el estadio del iter criminis en actos ejecutivos, tendrá asimismo que tener la
entidad de injusto54, es decir, que sea típico y antijurídico.
Así se señala que “el activo que constituye el objeto material del delito debe tener un
origen ilícito (…) en consecuencia, el delito de lavado de activos debe considerarse un
delito de conexión que exige un delito previo o fuente55, así también en doctrina
comparada se ha señalado que “la principal peculiaridad del delito de blanqueo es la
exigencia de la previa comisión de un hecho delictivo en el cual tienen su origen los

52 De esta postura destacan: PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Criminalidad organizada. Parte especial. Instituto Pacífico,
Lima, 2016, p. 309 y ss. GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás Aladino. El delito de lavado de activos. Instituto Pacífico, Lima, 2014, p.
151 y ss.

53 Así: PÁUCAR CHAPA, Marcial Eloy. La investigación del delito de lavado de activos. Ara, Lima, 2013, p. 62. PÁUCAR
CHAPA, Marcial Eloy. “El delito precedente en el lavado de activos. Comentarios a la luz del Oficio Circular N° 024-2013-
MP-FN-SEGFIN”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 49, Gaceta Jurídica, Lima, julio 2013, p. 177.

54 ABANTO VÁSQUEZ, Manuel “El delito de Lavado de Activos. Análisis Crítico” Lima. Grijley, 2017. pp.147-148-149.
55 GARCÍA CAVERO, Percy. “El objeto material del delito de lavado de activos”. En: Estudios sobre el delito de lavado de
activos. García Cavero, Percy y Pérez Bejarano, Alfredo (directores). Triskel editores, Trujillo, 2014, pp. 70-71.
bienes a blanquear, siendo este requisito esencial de forma que, no cabe hablar de
blanqueo”56.
Consideramos que es necesario mantener la fórmula de la conexión entre un delito
fuente o previo generador con el dinero, bienes, efectos o ganancias de origen ilícito, en
razón de una interpretación sistemática y convencional de la normativa del delito de
lavado de activos57, así como expresión de garantías de orden constitucional como lo
constituyen el principio de imputación concreta58, el principio de legalidad y el principio
de seguridad jurídica59.
Es necesario por tanto que este conocimiento sea integrado por el agente para
imputárselo a título de dolo, conociendo además algunos aspectos esenciales y racionales
de espacialidad y temporalidad del delito fuente a efectos de que el agente pueda
presumir que precisamente ese dinero o bienes sobre los que se está realizando actos de
lavado: conversión, transferencia, transporte u ocultamiento, proceden en realidad de un
delito y por tanto esos efectos son ilícitos.
2. Regla indiciaria del delito de lavado de activos
La regla indiciaria en el delito de lavado de activos partirá de presupuestos formales
y materiales. Los presupuestos formales tienen que ver con la fórmula indiciaria a nivel
general, que es la siguiente:
i) El indicio debe estar probado por medios de prueba que autoriza la ley.
ii) La inferencia debe estar basada en las reglas de la lógica, la ciencia o la
experiencia, que lleve a una conclusión razonable del hecho inferido a través de
un enlace directo y preciso.
iii) Cuando se trate de indicios únicos, deben tener una singular potencia
acreditativa; si son contingentes, estos deben ser plurales, concordantes o
concomitantes, convergentes e interrelacionados de modo que acrediten los
datos periféricos y no excluyan el hecho a inferir. Inexistencia de contraindicios
consistentes.
Para determinar los presupuestos materiales de la prueba indiciaria para el lavado
de activos, tendremos en cuenta los presupuestos indiciarios de la Sentencia del Tribunal
Supremo Español 755/1997, consistentes en:

56 DEL CARPIO DELGADO, Juana. “Principales aspectos del delito de blanqueo de capitales en la legislación española”. En:
Política criminal y dogmática de los delitos de blanqueo de capitales. Urquizo Olaechea, José y Salazar Sánchez, Nelson
(coordinadores). Idemsa, Lima, 2012, p. 75.

57 En este sentido: MENDOZA LLAMAPONCCA, Fidel Nicolás. “El delito fuente en el lavado de activos”. En: Anuario de
Derecho Penal 2013-2014. Temas de Derecho Penal económico y compliance. Hurtado Pozo, José (Director) y Mendoza
Llamaponcca, Fidel Nicolás (coordinador). Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2016, p.
312 y ss. MENDOZA LLAMAPONCCA, Fidel Nicolás. “Aspectos penales de la reforma del delito de lavado de activos
dispuesta por el Decreto Legislativo N° 1249”. En: Actualidad Penal. Tomo 32, Instituto Pacífico, Lima, febrero 2017, pp. 45-
46. PARIONA ARANA, Raúl. “Consideraciones críticas sobre la llamada ‘autonomía’ del delito de lavado de activos”. En:
Anuario de Derecho Penal 2013-2014. Temas de Derecho Penal económico y compliance. Hurtado Pozo, José (director) y
Mendoza Llamaponcca, Fidel Nicolás (coordinador). Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima,
2016, p. 366 y ss. PARIONA ARANA, Raúl. “La ilusión de la autonomía del delito de lavado de activos”. En: Gaceta Penal &
Procesal Penal. Tomo 90, Gaceta Jurídica, Lima, diciembre 2016, p. 12 y ss.

58 Así: VÍLCHEZ LIMAY, Roberto Carlos. “El principio de imputación necesaria en el delito de lavado de activos. A propósito
del Decreto Legislativo N° 1249”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 90, Gaceta Jurídica, Lima, diciembre 2016, p. 45
y ss.

59 No es objeto de este trabajo desarrollar el debate acerca de la autonomía o la determinación del objeto material del delito
de lavado de activos, por lo que nos limitamos a citar en la notas de pie bibliografía especializada.
i) Incremento inusual del patrimonio o el manejo de cantidades de dinero que,
por su elevada cantidad, dinámica de las transmisiones y tratarse de efectivo,
pongan de manifiesto operaciones extrañas a las prácticas ordinarias.
ii) La inexistencia de negocios lícitos que justifiquen el incremento patrimonial o
las transmisiones dinerarias.
iii) Constatación de algún vínculo o conexión con actividades de tráfico de
estupefacientes o con personas o grupos relacionados con las mismas.
A estos presupuestos indiciarios cabe complementarlos con los señalados por el
Acuerdo Plenario N° 3-2010/CJ-11660, asimismo, con la lista de indicios comunes en los
delitos de lavado de activos que ha señalado un sector de la doctrina61.
Entre los aportes complementarios que encontramos para construir las reglas de
prueba indiciaria en el lavado de activos tendremos en cuenta lo que señala el Acuerdo
Plenario N° 3-2010/CJ-116, en cuanto a “la ausencia de una explicación razonable del
imputado sobre sus adquisiciones y que el vínculo o conexión con actividades delictivas
ha de estar en función con un hecho punible en el que los bienes deben tener su origen,
acompañada del aumento de patrimonio en el periodo de la vinculación”.
Partiendo de estos aportes la regla indiciaria para el delito de lavado de activos lo
podríamos formular de la siguiente manera:
i) Incremento inusual del patrimonio o el manejo de cantidades de dinero que
pongan de manifiesto operaciones extrañas sin explicación razonable.
ii) Inexistencia de negocios lícitos, actividades económicas o situaciones que
justifiquen el incremento patrimonial o las transmisiones dinerarias.
iii) Constatación de vínculo o conexión con actividades delictivas en función del
hecho punible en el que los bienes deben tener su origen, acompañada de
aumento de patrimonio en el periodo de la vinculación.
Asimismo, nos permitimos señalar qué indicios serían comunes a cada presupuesto:
i) Incremento inusual del patrimonio o el manejo de cantidades de dinero que
pongan de manifiesto operaciones extrañas sin explicación razonable: a)

60 Acuerdo Plenario N° 3-2010/CJ-116. VI Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanentes y Transitorias. Corte
Suprema de Justicia de la República, f. j. 33, p. 18, señala como presupuestos indiciarios del delito de lavado de activos los
siguientes: A) Es de rigor examinar todos los indicios relativos a un incremento inusual de patrimonio del imputado. B) Se
han de examinar aquellos indicios relativos al manejo de cantidades de dinero que por su elevada cantidad, dinámica de
las transmisiones, utilización de testaferro, depósitos o apertura de cuentas en países distintos del de residencia de su
titular, o por tratarse de efectivo pongan de manifiesto operaciones extrañas a las prácticas comerciales ordinarias.
C) La concurrencia, como indicio añadido, de inexistencia o notable insuficiencia de negocios lícitos que justifiquen el
incremento patrimonial o las transmisiones dinerarias. D) La ausencia de una explicación razonable del imputado sobre
sus adquisiciones y el destino que pensaba darles o sobre las anómalas operaciones detectadas. La existencia de los
indicios referidos a las adquisiciones y destino de operaciones anómalas, hace necesaria una explicación exculpatoria que
elimine o disminuya el efecto intimidatorio de tales indicios. E) La constatación de algún vínculo o conexión con
actividades delictivas previas o con personas o grupos relacionados con las mismas.

61 LAMAS PUCCIO, Luis. La prueba indiciaria en el delito de lavado de activos. Instituto Pacífico, Lima, 2017, pp. 171 a 178. El
autor menciona los siguientes indicios: 1) incremento patrimonial inusual o injustificado de un investigado o imputado; 2)
garantías de préstamo; 3) compra de bienes; 4) transferencias electrónicas; 5) carta de crédito; 6) seguros ficticios; 7)
fideicomisos; 8) transferencias entre matriz y filial; 9) importaciones y exportaciones ficticias; 10) venta fraudulenta de
bienes inmuebles; 11) venta de obras de arte; 12) compra de empresas con dificultades; 13) contrabando de dinero en
efectivo; 14) casinos, apuestas y juegos de azar; 15) compra de loterías; 16) fundaciones ficticias;
17) mercado “negro” de divisas; 18) presencia de paraísos financieros o de lugares o países reticentes en proporcionar
información sobre manejo financiero; 19) utilización de sociedades comerciales meramente instrumentales; 20)
inexistencia de negocios que justifiquen gastos; 21) presencia reiterada en jurisdicciones que se caracterizan por brindar
servicios en materia de confidencialidad.
compra de bienes inmuebles al contado en lugares exclusivos; b) adquisición
de acciones en empresas importantes; c) compra de bienes de lujo inusuales:
autos deportivos, motocicletas, prendas de oro, plata, diamante; d) inyección
de capitales en equipos deportivos, educación (universidades, institutos); e)
constantes viajes a lugares paradisíacos; f) crecimiento rápido e inhabitual de
negocios, transformándose en empresas con filiales y supermercados; g)
importantes transacciones bancarias a nivel nacional e internacional; h)
utilización de empresas offshore y testaferros para la transferencia de dinero en
paraísos fiscales.
ii) Inexistencia de negocios lícitos u actividades económicas o situaciones que
justifiquen el incremento patrimonial o las transmisiones dinerarias: a)
inexistencia de obtención de bienes por herencia, loterías, donaciones; b)
actividades económicas que no le generen fuertes sumas de dinero o capital
mensual, semestral o anualmente; c) ausencia de cuentas de ahorro a plazo fijo
con ingentes sumas de dinero; d) negocios con inusitado crecimiento
económico pese a lo declarado tributariamente; e) ausencia de ganancias por
acciones, divisas, bonos de alguna gestión o actividad extra que permita
movilizar fuertes sumas de dinero; f) el agente justifica la movilidad o
incremento patrimonial con justificaciones inverosímiles: préstamos de dinero
de un familiar, empresario, político o funcionario público; negocios al riesgo
con empresarios de éxito, herencias, donaciones, loterías, ahorros desde la
época de juventud o niñez, venta de obras de arte, bibliotecas, colecciones, por
sumas millonarias.
iii) Constatación de vínculo o conexión con actividades delictivas en función del
hecho punible en el que los bienes deben tener su origen, acompañada de
aumento de patrimonio en el periodo de la vinculación: a) el agente ha sido
investigado, procesado, condenado o absuelto por pertenecer a una
organización criminal; b) el agente tiene un vínculo sentimental con una
persona vinculada al tráfico ilícito de drogas, extorsión, trata de personas,
corrupción de funcionarios, etc.; c) el agente es o era socio comercial con una
persona vinculada al tráfico ilícito de drogas, extorsión, trata de personas,
corrupción de funcionarios, etc.; d) el agente ha sido asesor económico o
financiero de confianza de una persona vinculada al tráfico ilícito de drogas,
extorsión, trata de personas, corrupción de funcionarios, etc.; e) el agente ha
sido testaferro de una persona vinculada al tráfico ilícito de drogas, extorsión,
trata de personas, corrupción de funcionarios, etc.; f) el agente ha acumulado
una fortuna en el tiempo que era socio comercial, testaferro, asesor de
confianza, o tuvo vínculos sentimentales, con una persona vinculada al tráfico
ilícito de drogas, extorsión, trata de personas, corrupción de funcionarios, etc.;
g) el agente ha incrementado su patrimonio cuando estuvo vinculado a una
persona relacionada con la comisión de hechos delictivos, pese a que sus
ganancias o sueldos no le permitirían tener dichos capitales.
3. Regla indiciaria del dolo en el lavado de activos
Una vez formulados los presupuestos formales y materiales de las reglas indiciarias
para el delito de lavado de activos, se debe incorporar en dicha formulación la
imputación al dolo.
La Sentencia del Tribunal Supremo Español N° 1012/2006, 19 de octubre, ha señalado
que “[b]asta con la conciencia de la anormalidad de la operación a realizar y la razonable
inferencia de que procede de un delito” para imputar el dolo en el delito de lavado de
activos.
Esta formulación tiene incidencia en dictados internacionales, pues el artículo 2
inciso 5 del Reglamento Modelo sobre delitos de Lavado de Activos relacionados con el
Tráfico Ilícito de Drogas, y otros delitos graves señala: “El conocimiento, la intención o la
finalidad requeridos como elementos de cualesquiera de los delitos previstos en este
artículo podrán inferirse de las circunstancias objetivas del caso”.
Asimismo, una formulación muy parecida la encontramos en el artículo 3 de la
Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y
Sustancias Sicotrópicas, 1988, el cual refiere que: “El conocimiento, la intención o la
finalidad requeridos como elementos de cualquiera de los delitos enunciados en el
párrafo 1 del presente artículo podrán inferirse de las circunstancias objetivas del
caso”.
En este sentido, tanto la Ley N° 27765, el Decreto Legislativo N° 1106 y el Decreto
Legislativo N° 1249 han regulado en expresiones similares la imputación del dolo en el
lavado de activos. Así, se tiene que el artículo 6 de la Ley N° 27765 señalaba: “El origen
ilícito que conoce o puede presumir el agente del delito podrá inferirse de los indicios
concurrentes en cada caso”, con los mismos términos el apartado in fine del segundo
párrafo del Decreto Legislativo N° 1106: “El origen ilícito que conoce o debía presumir el
agente del delito podrá inferirse de los indicios concurrentes en cada caso”, expresión
que no ha cambiado en el Decreto Legislativo N° 1249.
Cuestión que ha tenido eco jurisprudencial en la ejecutoria suprema recaída en el
R.N. N° 1881-2014, Lima, donde el fundamento sétimo de esta ejecutoria ha señalado: “El
agente no necesita conocer con todo detalle la infracción precedente; basta con la
conciencia de la anormalidad de la operación a realizar y la razonable inferencia de que
procede de un delito grave (STSE 1113/2004, del nueve de octubre). Es suficiente la
certidumbre sobre su origen, el conocimiento de la existencia de una infracción grave, de
manera general. Incluso se admite el dolo eventual (STSE 1450/2004, del dos de
diciembre), y la ignorancia delictiva (STSE 157/2003, del cinco de febrero)”.
Así también, la doctrina nacional se ha pronunciado en este sentido afirmando que:
“El delito de lavado de activos se configura si el autor realiza la conducta de conversión,
transferencia, ocultación, o tenencia conociendo la aptitud concreta de su acción para
dificultar la eventual identificación del origen, incautación y decomiso de los activos”62.
En este orden de ideas, la regla indiciaria de la imputación del dolo en el delito de
lavado de activos contará con los siguientes elementos: 1) el agente comprenda la
anormalidad de la operación a realizar (conocimiento del riesgo); y 2) el agente pueda
inferir que la procedencia de los bienes deriva de un delito grave y/o con capacidad de
generar ganancias ilícitas (conocimiento de la aptitud lesiva de su actuar).
Siendo así, se postulará como indicios de estos dos elementos los siguientes:
1. El agente comprenda la anormalidad de la operación a realizar: a) al agente se
le va a pagar una cuantiosa suma de dinero por abrir una cuenta bancaria que
será administrada por un tercero; b) al agente se le va a pagar mensualmente
por ser el titular contribuyente de una o más empresas de un tercero; c) al

62 GARCÍA CAVERO, Percy. Derecho Penal económico. Parte especial. Grijley, Lima, 2007, pp. 510-511. En contra de la
admisión del dolo cognitivo y la ignorancia deliberada, pese a la influencia de estos conceptos de la propia jurisprudencia
española. CASTRO MORENO, Abraham. “El delito de lavado de activos en España: análisis de los criterios de imputación
subjetiva”. En: Política criminal y dogmática de los delitos de blanqueo de capitales. Urquizo Olaechea, José y Salazar
Sánchez, Nelson (coordinadores). Idemsa, Lima, 2012, pp. 53-54.
agente se le comprará sus deudas o las acciones de una empresa en quiebra por
un tercero; d) al agente se le comprará los bienes de su propiedad al doble o
triple del precio pactado, consignando en documentos el valor real del costo
del bien; e) al agente se le pagará sus honorarios como abogado, asesor
financiero o económico de confianza, con sumas cuantiosas que no constarán
en documentación regular.
2. El agente pueda inferir que las procedencia de los bienes derivan de un delito
grave y/o con capacidad de generar ganancias ilícitas: a) el agente tiene
conocimiento de que la persona con la que va a realizar una operación
económica o financiera es un funcionario asociado a vínculos con la corrupción;
b) el agente tiene conocimiento de que la persona con la que va hacer negocios
tiene vínculos con el tráfico de terrenos, la extorsión o el tráfico ilícito de drogas;
c) el agente tiene conocimiento de que la persona con la que convive es socio
comercial, asesor, testaferro o colaborador, tiene vínculos con delitos como
minería ilegal, trata de personas, tráfico ilícito de drogas; d) el agente no tiene un
conocimiento claro o preciso de que la persona de quien es socio comercial,
asesor, testaferro o colaborador tiene vínculos con actividades criminales, pero le
es difícil explicar que la persona tenga tanto dinero sin un motivo razonable.
Ahora bien, estos datos deberán ser integrados a nuestra regla indiciaria de la
siguiente manera:
i) Incremento inusual del patrimonio o el manejo de cantidades de dinero que
pongan de manifiesto operaciones extrañas sin explicación razonable.
ii) Inexistencia de negocios lícitos, actividades económicas o situaciones que
justifiquen el incremento patrimonial o las transmisiones dinerarias.
iii) Constatación de vínculo o conexión con actividades delictivas en función del
hecho punible en el que los bienes deben tener su origen, acompañada de
aumento de patrimonio en el periodo de la vinculación.
iv) Comprensión de la anormalidad de las operaciones a realizar o realizadas que
permitan inferir que la procedencia de los bienes, ganancias o dinero de estas
operaciones derivan de un delito grave y/o con capacidad de generar ganancias
ilícitas
Ahora bien, esta fórmula será integrada al análisis del tipo base del delito de lavado de
activos.
“Artículo 1.- Decreto Legislativo N° 1106
El que convierte o transfiere dinero, bienes, efectos o ganancias cuyo origen
conoce origen ilícito conoce o puede presumir, con la finalidad de evitar la
identificación de su origen, su incautación o decomiso (…)”.
La imputación al dolo se dará aquí, a partir de las reglas indiciarias, cuando el
agente convierte o transfiere dinero, bienes, efectos o ganancias, comprendiendo que
estos actos de conversión o transferencia) evitar la identificación de su origen, la
incautación o decomiso de estos bienes de procedencia delictuosa.
Este supuesto es muy particular, puesto que muchas veces quien convierte o
transfiere dinero, o participa de estos actos en la mayoría de ocasiones son los agentes
directamente vinculados a las actividades criminales, por lo que es posible que opere
aquí en primer orden el dolo directo, no descartándose casos de dolo eventual.
“Artículo 2.- Decreto Legislativo N° 1249
El que adquiere, utiliza, guarda, administra, custodia, recibe, oculta o mantiene
en su poder dinero, bienes, efectos o ganancias, cuyo origen conoce o debía
presumir con a la finalidad de evitar la identificación de su origen, su
incautación o decomiso (…)”.
La imputación a título de dolo se dará en este supuesto cuando el agente utiliza,
guarda, administra, custodia, recibe, oculta o mantiene en su poder dinero, bienes,
efectos o ganancias de una persona que tiene un incremento de patrimonio inusual no
justificado razonablemente que le permita inferir que el dinero, bienes, efectos o
ganancias provienen de actividades criminales graves, y que las operaciones que está
realizando en su favor (utilizar, guardar, administrar, custodiar, recibir, ocultar) tendrían
por finalidad evitar la identificación de su origen, su incautación o decomiso.
“Artículo 3.- Decreto Legislativo N° 1106
El que transporta o traslada consigo o por cualquier medio dentro del territorio
nacional dinero en efectivo o instrumentos financieros negociables emitidos “al
portador” cuyo origen ilícito conoce o debía presumir, con la finalidad de evitar
la identificación de su origen, su incautación o decomiso (…)”.
La imputación a título de dolo se dará en este supuesto cuando el que transporta o
traslada consigo o por cualquier medio dentro del territorio nacional dinero en efectivo o
instrumentos financieros negociables emitidos “al portador”, conoce que la operación de
trasladar o transportar estos instrumentos financieros en el caso concreto es anómala,
extraña, sospechosa, poco común (cuantiosas sumas de dinero, continuidad e
informalidad de traslado, utilización de diversas personas para convenir el traslado, etc).
Sobre la base de esta comprensión el agente que traslada o transporta puede inferir que
estas extrañas operaciones buscarían evitar la identificación de su origen, su incautación
o decomiso.
“El que hace ingresar o salir del país consigo o por cualquier medio tales bienes,
cuyo origen ilícito conoce o debía presumir, con la finalidad de evitar la
identificación de su origen (…)”63.
Este supuesto se imputará a título de dolo cuando el agente comprende que la
operación consistente en ingresar o salir del país consigo o por cualquier medio dinero
en efectivo o instrumentos financieros negociables es extraña o sospechosa, en razón de
otras circunstancias del caso concreto como la regularidad de las operaciones, la
confidencialidad de las operaciones, la contraprestación económicamente alta por las
operaciones, las elevadas sumas que comprenden las operaciones, entre otros, todos
estos supuestos hacen inferir razonablemente que la operación sospechosa buscará evitar
la identificación o decomiso del dinero.
CONCLUSIONES
a) La construcción del dolo partirá del entendimiento de la decisión del autor que
comprende la aptitud lesiva de su actuar para exteriorizar su actuar. El elemento
conativo o volitivo del dolo se encontrará ínsito o implícito en la decisión que
realiza el autor sobre la base de la comprensión de la lesividad de su actuar contra el
bien jurídico.
b) La construcción de la prueba indiciaria tendrá los siguientes elementos: i) incremento
inusual del patrimonio o el manejo de cantidades de dinero que pongan de
manifiesto operaciones extrañas sin explicación razonable; ii) inexistencia de

63 Artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1106.


negocios lícitos, actividades económicas o situaciones que justifiquen el incremento
patrimonial o las transmisiones dinerarias; iii) constatación de vínculo o conexión
con actividades delictivas en función del hecho punible en el que los bienes deben
tener su origen, acompañada de aumento de patrimonio en el periodo de la
vinculación.
c) La construcción de la prueba indiciaria del dolo en el lavado de activos contará con
los siguientes presupuestos: i) incremento inusual del patrimonio o el manejo de
cantidades de dinero que pongan de manifiesto operaciones extrañas sin explicación
razonable; ii) inexistencia de negocios lícitos, actividades económicas o situaciones
que justifiquen el incremento patrimonial o las transmisiones dinerarias; iii)
constatación de vínculo o conexión con actividades delictivas en función del hecho
punible en el que los bienes deben tener su origen, acompañada de aumento de
patrimonio en el periodo de la vinculación; iv) comprensión de la anormalidad de
las operaciones a realizar o realizadas que permitan inferir que la procedencia de los
bienes, ganancias o dinero de estas operaciones derivan de un delito grave y/o con
capacidad de generar ganancias ilícitas

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