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Un aditivo alimentario es toda sustancia que, sin constituir por sí misma un alimento ni
poseer valor nutritivo, se agrega intencionadamente a los alimentos y bebidas en
cantidades mínimas con objetivo de modificar sus caracteres organolépticos o facilitar o
mejorar su proceso de elaboración o conservación.
Las razones por las que se emplean los aditivos en la industria alimentaria son
básicamente de tipo económico y social.
El uso de ciertos aditivos permite que los alimentos duren más tiempo lo que hace que
exista mayor aprovechamiento de los mismos y por tanto se puedan bajar los precios y
que exista un reparto más homogéneo de los mismos. Por ejemplo, al añadir al tomate
en lata sustancias que permitan disminuir el pH, la duración del mismo se prolonga en
el tiempo, pudiendo ser consumido en épocas donde la producción de tomate
disminuye.
Si bien dice el dicho "todo entra por los ojos", en cuanto a los alimentos, este dicho se
cumple. Cuando un alimento presenta mal aspecto, mal olor o alguna de sus
propiedades organolépticas no se ve con las características que se conoce el producto
usualmente, este producto tiende a rechazarse.
Si por ejemplo, si una mermelada de fresa no tuviese colorantes, su color sería pardo
en lugar de rojo. Además si no tuviera conservantes, su vida útil sería menor.
Tipos de aditivos
Aromatizantes
Colorantes
Conservantes
Antioxidantes
Acidulantes
Edulcorantes
Espesantes
Derivados del almidón. Tienen como base para su elaboración el almidón.
Saborizantes
Emulsionantes
Nata ácida
Pasta seca
Arroz (no el de cocción rápida)
Kéfir sin fruta
Cereales
Yogur natural
Frutos secos
Huevos
Semillas
Patatas frescas
Aceite vegetal virgen
Hortalizas frescas
Miel
Fruta fresca (sin encerar)
Agua mineral y de manantial
Setas frescas
Café en polvo
Legumbres
Alimentos ecológicos, orgánicos o biológicos
Otros aditivos, entre los que se incluyen los acidulantes y correctores de acidez,
distintas sustancias minerales, antiaglutinantes, antiespumantes, sustancias para el
tratamiento de harinas , etc.
Los aromas son un grupo con características especiales, tanto por el gran número de
sustancias presentes en este grupo como por las peculiaridades de la legislación que
les afecta. También tienen gran interés los enzimas, cada vez más utilizados por la
industria alimentaria en diferentes aspectos del procesado, aunque no sean
propiamente aditivos
Las diversas investigaciones dedicadas a encontrar una posible relación entre los
aditivos y determinadas enfermedades han llegado a la conclusión de que un 35% de
todos los tipos de cáncer están vinculados con la alimentación. Sin embargo, los
productos más sospechosos son los llamados «naturales», tales como la carne
ahumada y el alcohol. No se tiene constancia de que los aditivos puedan contribuir a la
incidencia de las enfermedades cancerosas. Al contrario, los conservantes que evitan
la formación de moho sirven incluso para prevenir el cáncer, ya que el moho en sí se
ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar un cáncer estomacal o en el
esófago. Asimismo, es posible que los antioxidantes intervengan en la prevención de
otros tipos de cáncer.
Algunas veces se considera que los aditivos comunes, tales como la tartracina amarilla,
son los responsables de causar hiperactividad en algunos niños. Realmente parece ser
que ciertos niños desarrollan determinadas reacciones alérgicas a los aditivos, los
cuales, ocasionalmente, llegan a alterar notablemente su conducta. No obstante, en la
mayoría de casos de hiperactividad infantil no se ha podido comprobar que realmente
exista una relación entre los aditivos alimentarios y la conducta.
Referencias
1. ↑ Norma general del Codex para los aditivos alimentarios. FAO. CODEX
STAN 192-1995, Rev.7-2006.
2. ↑ Real Decreto 3177/1983, de 16 de noviembre, por el que se aprueba la
Reglamentación técnico-sanitaria de aditivos alimentarios. Presidencia del
Gobierno. 1983. Boletín Oficial del Estado nº 310: 34692 - 34696.
3. ↑ Guidance on submissions for food additive evaluations by the Scientific
Committee on Food. Scientific Committee on Food. 2001. Opinion expressed on
11 July 2001. Health & Consumer Protection Directorate-General. European
Commission. Brussel - Belgium
4. ↑ Chemical interactions between additives in foodstuffs: a review. Scotter
MJ y Castle. 2004. Food Additives and Contaminants 21(2):93-124.
5. ↑ Directiva 89/107/CEE del Consejo de 21 de diciembre de 1988 relativa a
la aproximación de las legislaciones de los Estados Miembros sobre los aditivos
alimentarios autorizados en los productos alimenticios destinados al consumo
humano. Diario Oficial de la Comunidad Europea n° L 040: 0027-0033
Bibliografía
Cabal, Estean (1999), Guía de aditivos usados en alimentación, Mandala
Ediciones. ISBN 978-84-95052-32-2
Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación. Aditivos alimenticios.
Uno de los temas que más preocupa actualmente a los consumidores es todo lo
relacionado con los aditivos alimentarios, pero también es verdad que hoy por hoy
siguen siendo “los grandes desconocidos”.
Aunque se asocian a los tiempos modernos, los aditivos alimentarios llevan siglos
utilizándose. Se emplean desde que el hombre aprendió a conservar los alimentos
de la cosecha para el año siguiente y a conservar la carne y el pescado con
técnicas de salazón y ahumado. Los egipcios utilizaban colorantes y aromas para
realzar el atractivo de algunos alimentos, y los romanos empleaban salmuera
(nitrato potásico), especias y colorantes para conservar y mejorar la apariencia de
los alimentos.
Todos los aditivos alimentarios deben tener un propósito útil demostrado y han de
someterse a una valoración científica rigurosa y completa para garantizar su
seguridad, antes de que se autorice su uso. El comité que se encarga de evaluar la
seguridad de los aditivos en Europa es el Comité Científico para la Alimentación
Humana de la Unión Europea. Además a nivel internacional, hay un Comité
Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) que trabaja bajo los
auspicios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sus valoraciones se basan en la revisión de todos los datos toxicológicos
disponibles, incluidos los resultados de las pruebas efectuadas en humanos y
animales. A partir del análisis de los datos de los que disponen, se determina un
nivel dietético máximo del aditivo, que no tenga efectos tóxicos demostrables.
Dicho contenido es denominado el “nivel sin efecto adverso observado” o NOAEL y
se emplea para determinar la cantidad de “ingesta diaria admisible” (IDA) para
cada aditivo. La IDA, que se calcula con un amplio margen de seguridad ( superior
a 100 veces), es la cantidad de un aditivo alimentario que puede ser consumida en
la dieta diariamente, durante toda la vida, sin que represente un riesgo para la
salud.
Un número E indica que un aditivo ha sido aprobado por la UE. Para que pueda
adjudicarse un número E, el Comité Científico tiene que evaluar si el aditivo es
seguro. El sistema de números E se utiliza además como una manera práctica de
etiquetar los aditivos permitidos en todos los idiomas de la Unión Europea.
Los aditivos también se utilizan para conferir ciertas características a los alimentos,
que mejoran su textura y facilitan su procesamiento. Algunos ejemplos son:
COLORANTES
Comentarios finales
Gracias al control riguroso y los estudios exhaustivos que se realizan, los aditivos
alimentarios, se pueden considerar ingredientes seguros de nuestra dieta, que
contribuyen a la rápida evolución del abastecimiento de alimentos en Europa y en
todo el mundo.