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Título: ¿Qué es lo que ven en tu rostro?

Texto: Éxodo 34:27-35

Objetivo general:
 Enseñar al creyente a que debe vivir en comunión con Dios

Objetivos específicos:
 Motivar al creyente a que lea la Palabra de Dios
 Enseñar al creyente a vivir disciplinas espirituales como la oración y el ayuno
 Instruir al creyente para que hable de Dios

Oración transicional:
¿Puede un creyente verse como cristiano sin estar en la presencia de Dios?
Introducción:
Todo persona que cree en Dios, debe reflejar a Dios, desde que Adán y Eva pecaron, se
perdió la comunión con Dios y esa comunión solo es restaurada mediante Jesucristo, así
que todo aquel que pone su fe en Cristo debe reflejar la gloria del cielo, debe mostrarse
diferente a los demás, esteban cuando fue apedreado, aquellos que presenciaron ese trágico
evento, escribieron lo siguiente: Hch 6:15 Entonces todos los que estaban sentados en el
concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel. A esteban lo
llevaron preso y nadie podía resistir sus palabras y la gente veía su rostro. Como rostro de
ángel.

Toda creyente debe cambiar su forma de vivir terrenal y comenzar a vivir con las normas
divinas, esto hará que nuestra vida sea diferente, que incluso nuestro rostro cambie, el
Señor ha puesto alegría en nuestro corazón, debemos reflejar eso, hoy quiero mostrar que es
lo que hace que nuestra vida cambie y la gente te vea diferente. Por eso te pregunto:

¿Qué es lo que ven en tu rostro?


¿Por qué me he enfocado en esto?, después que leamos el texto, usted se dará cuenta.

Moisés y las tablas de la ley


Éxo 34:27-35 27Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a
estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel. 28Y él estuvo allí con Jehová cuarenta
días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del
pacto, los diez mandamientos. 29Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con
las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la
piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios. 30Y Aarón y todos los
hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y
tuvieron miedo de acercarse a él. 31Entonces Moisés los llamó; y Aarón y todos los
príncipes de la congregación volvieron a él, y Moisés les habló. 32Después se acercaron
todos los hijos de Israel, a los cuales mandó todo lo que Jehová le había dicho en el monte
Sinaí. 33Y cuando acabó Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro.
34
Cuando venía Moisés delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que
salía; y saliendo, decía a los hijos de Israel lo que le era mandado. 35Y al mirar los hijos de
Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro era resplandeciente; y volvía
Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con Dios.

¿De qué trata la historia?


¿Qué es lo que hace que el rostro de Moisés cambie?
1. La gracia de Dios
Éxo 33:11-17 Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su
compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca
se apartaba de en medio del tabernáculo. 12Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a mí:
Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú
dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos. 13Ahora,
pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que
te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo. 14Y él dijo: Mi
presencia irá contigo, y te daré descanso. 15Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir
conmigo, no nos saques de aquí. 16¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus
ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos
apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra? 17Y Jehová dijo a
Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te
he conocido por tu nombre.

El texto nos muestra que Moisés había hallado gracia (favor de Dios) delante de Dios, por
estar en su presencia, usted y yo mi amado cuando hallemos gracia delante de Dios
preocúpese por dirigir bien sus palabras a Dios, porque si pide bien a Dios, Dios le dará
respuesta.

Éxo 34:9-10 Y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en
medio de nosotros; porque es un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y
nuestro pecado, y tómanos por tu heredad. 10Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante
de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación
alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será
cosa tremenda la que yo haré contigo.

La gracia de Dios y el favor de Dios en nosotros debe ser utilizado para el servicio de
los demás, no para beneficio nuestro, aquel que ha hallado gracia delante de Dios,
dispone esa gracia en favor de aquellos que la necesitan, intercede por ellos, porque cuando
usted ha recibido la gracia de Dios, son tremendas las cosas que Dios hace por medio de
usted, pero no se infle su corazón, conserve siempre la humildad.

Hasta aquí no ha brillado el rostro de Moisés aún, pero sin duda el primer paso es hallar
gracia delante de Dios.
2. Pasar tiempo con Dios

Después de hallar gracia, sin duda alguna que estar en la presencia de Dios (pasar tiempo
con Dios) nos cambia definitivamente, usted y yo si no cambiamos estando en la presencia
de Dios, me temo que no estemos en ella, nunca alguien que está en la presencia del Señor
vuelve a ser igual, debemos ser transformados por la presencia de Dios y el mundo
tiene que darse cuenta.
Hay cosas que nos hacen cambiar.

2.1 Debemos pasar tiempo con Dios en oración y ayuno.


Éxo 34:28 Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni
bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.

Si queremos ser transformados nuestra comunión con él es vital, a veces nos olvidamos de
las disciplinas espirituales como la oración y el ayuno, pero debemos tener en cuenta el
motivo por el cual lo hacemos, porque a veces queremos es ir y pedir a Dios, pedir, pedir,
pedir, no digo que eso este mal, pero Moisés nos enseña que debemos estar allí con Jehová,
que Él nos hable. Y estuvo allí con jehová… ¿Qué significa estuvo allí con Jehová?

Es estar en la más íntima relación con Dios para poder ser transformado, esto quiere decir
que había pasado tiempo con Dios y la presencia de Dios hizo impacto en la vida de él
(Jueces 3:10  Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y
Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra
Cusan-risataim) que para aquel que se acerca a Dios es algo normal, pero para aquellos que
no lo hacen ven la transformación.
Moisés no se había dado cuenta que había sido transformado.

2.2 No jactarnos de ser espirituales


Éxo 34:29 Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del
testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro
resplandecía, después que hubo hablado con Dios.

Hay gente que se llena de orgullo porque dice que paso tantos días ayunando, tantos días
orando, aquel que verdaderamente está en la presencia de Dios no hace alarde de eso.

Moisés ni se había dado cuenta que su rostro brillaba, ¿Por qué? Porque no era la primera
vez que estaba con Dios (Exodo 24:18), ya él había estado antes con Dios los mismos días
y las mismas noches y su rostro no cambio, solo la búsqueda con constancia de Dios nos
transforma el rostro, es decir la vida, pero no debemos orgullecernos de eso, recuerde las
palabras de Cristo.

Mat 6:5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en
las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres;(B) de cierto
os digo que ya tienen su recompensa.
Mat 6:16 Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan
sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa.

La gente no tiene que saber cuándo usted ora o cuando ayuna, es decir la gente no se
dará cuenta a qué hora lo hace, excepto la familia de uno, pero si se darán cuenta de su
transformación, y eso no debe ser causa de orgullo, porque todo aquel que se acerca a
Dios, es normal que sea transformado por él, nunca seremos los mismos.

Dicho todo esto: después de hallar gracia y estar tiempo con Dios, nuestro rostro cambiará
para aquellos que nos ven y ¿Qué debemos hacer?

3. Enseñar las palabras de Dios


Éxodo 34:31-32 Entonces Moisés los llamó; y Aarón y todos los príncipes de la
congregación volvieron a él, y Moisés les habló. 32Después se acercaron todos los hijos de
Israel, a los cuales mandó todo lo que Jehová le había dicho en el monte Sinaí.

Usted y yo debemos buscar diligentemente las palabras que Dios tiene para hablar a su
pueblo y esas palabras solo saldrán en la intimidad con Dios, usted jamás podrá conocer la
necesidad de otras personas y lo que Dios tiene que decirles a otros por medio de usted si
usted no pasa tiempo con Dios.

Éxo 34:34-35 Cuando venía Moisés delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el
velo hasta que salía; y saliendo, decía a los hijos de Israel lo que le era mandado. 35Y al
mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro era
resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a
hablar con Dios.

Cada vez que Moisés iba a la presencia de Dios traía palabras al pueblo, así que no es solo
ayunar, orar, sino también meditar en la palabra de Dios y deleitarnos en las palabras del
Señor a nuestra vida, ahora no es que Dios le va a decir cosas diferentes a las que ya dejo
por medio de su Palabra, no hay palabra profética más segura que las que están escritas
en la Biblia.
¿Cuál es la finalidad de ser transformados por Dios? Ser semejantes a su Hijo
Jesucristo.

Efe 4:11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, 12a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo, 13hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y
del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo; 14para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de
todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia
las artimañas del error, 15sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel
que es la cabeza, esto es, Cristo, 16de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí
por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada
miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. Busque ser como Cristo y la
gente vera su transformación.

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