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SOBRE EL ORO
Con referencia a la última objeción, que se basa en. el argumento de que los alquimistas
fabrican oro, podemos formular la opinión de Santo Tomás, cuando estudia el poder del
demonio y cómo actúa. Aunque determinadas formas que tienen sustancia pueden
producirse por el arte y el poder de un agente natural, como por ejemplo la forma del
fuego es producida por el arte empleado en la madera, ello no puede hacerse siempre,
porque el arte no siempre puede encontrar o mezclar los agentes adecuados en la
proporción conveniente para producir algo similar. Y de tal manera los alquimistas crean
algo parecido al oro, es decir, en lo que se refiere a los accidentes exteriores, pero no
hacen verdadero oro, porque la sustancia de éste no se encuentra formada por el calor del
fuego que emplean los alquimistas, sino .por el del sol, que actúa y reacciona, sobre cierto
punto en que se concentra y amasa el calor mineral, y por lo tanto ese oro es de la misma
semejanza, pero no de la misma especie que el natural.
TIPOS DE MAGIA
Existen catorce tipos de magia, que nacen de las tres clases de Adivinación. La primera
de las tres es la invocación franca de los demonios. La segunda no es más que una
configuración silenciosa de la disposición y movimiento de alguna cosa, como de los
astros, o de los días, o las horas, o algo por el estilo. La tercera es la' consideración de
algún acto humano con el fin de encontrar algo oculto, y se llama con el nombre de
Sortilegio: Y las especies de la primera forma de Adivinación, es decir, la franca
invocación de los demonios, son las siguientes: Hechicería, Oniromancia, Nigromancia,
Horáculos, Geomancia, Hidromancia, Aeromancia, Piromancia y Augurio. Las Especies
del segundo tipo son la Horoscopía; el trabajo de los Arúspices, Presagios, Observación
de señales, Quiromancia y Espatulomancia.
Magos son los que el vulgo llama maléficos por la multitud de sus crímenes. Estos
trastornan los elementos, turban la mente de los hombres y, sin veneno alguno, matan
solamente por la violencia de sus versos.
Donde Lucano dice (6, 457): Mens hausti mulla sanie polluta veneni Incantata
perit. (Perece la mente hechizada sin haber tomado veneno.) Invocado los demonios, se
atreven a enseñar la manera de matar con malas artes a sus enemigos. Los magos emplean
sangre y víctimas y muchas veces tocan los cuerpos de los muertos.
De la vanidad en las artes mágicas del conocimiento de cosas futuras y evocación del
infierno prevaleció durante muchos siglos en toda la tierra por inspiración de los ángeles
malos; de ellos provienen los aruspicios, augurios, oráculos y nigromancía.
Nigromantes son aquellos que evocan y hacen aparecer a los muertos, que adivinan las
cosas ocultas y responden a las preguntas. Nekros en griego significa muerto
y manteia significa adivinación; emplean para resucitarlos la sangre, porque dicen que
los demonios aman la sangre. Y, por tanto, en la nigromancía se suele emplear sangre
mezclada con agua para evocarlos más fácilmente con el color de la sangre.
Arúspices, que quiere decir inspectores de las horas, pues ellos observan las horas para
hacer los negocios y qué es lo que se debe hacer en cada uno de los tiempos. Inspeccionan
también las entrañas de los animales, para por ellas deducir el futuro.
Augures: los que por el vuelo de las aves y sus graznidos auguran las cosas que han de
ocurrir a los hombres. Se llaman también auspices, pues auspicia se llaman las cosas que
han de observar los caminantes.
Este nombre de auspicio viene de la inspección del vuelo de las aves, como si
dijera avium aspicia; y augurio es quasi avium garria, graznido de las aves; también se
llama augurio, que es como avigerium, es decir, que llevan aves.
Hidromantes: se llaman de este modo porque emplean el agua. Es, pues, hidromancia
evocar, por la inspección del agua, la sombra de los demonios, ver sus imágenes o sus
fantasmas, oírlos y, empleando la sangre, hacer preguntas al infierno.
Este género de adivinación dice Varrón que fue introducido por los persas. Cuatro son
los géneros de la adivinación: por tierra, por agua, por aire y por fuego, y de ahí sus
nombres: geomancía, hidromancía, aeromancía y piromancía.
Adivinos, que quiere decir llenos de Dios; simulan que están llenos de Dios y con
astucia fraudulenta predicen a los hombres el futuro. Dos son los géneros de adivinación:
el arte y el furor.
Horóscopos, dichos así porque especulan las horas de la natividad de los hombres con
hados diversos.
Sortílegos son los que, bajo apariencia de religión, hacen profesión de adivinación,
echan suertes invocando a los santos o, por el examen de algún escrito, prometen adivinar
el porvenir.
Salisatores, supersticiosos, que por el movimiento inesperado de algunos miembros
predicen si les va a seguir algo próspero o adverso.
A éstos pertenecen también los que emplean medicamentos de cosas execrables que
condena el arte médico, ya consista en hechizos, en caracteres o en cosas que se han de
llevar pendientes o atadas.
Mercurio se dice que fue el primero que inventó el prestigio, y se
llama prestigio porque engaña la vista (praestingit aciem oculorum).