Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
de 11
La toma de conciencia
Es preciso darse cuenta, a través de la percepción y observación, de los
acontecimientos que ocurren tanto en el propio sujeto como fuera de él. Al sentir y vivir
el cuerpo, a través de las experiencias de tipo corporal, se toma conciencia de él y se
adquiere un mejor conocimiento de sus posibilidades. Pero la experiencia o vivencia
de las situaciones no es suficiente para tener un conocimiento de ellas. Es necesario
interiorizarlas a través del pensamiento y el lenguaje, verbal, gráfico, plástico...
Espontaneidad
Implica naturalidad o libre voluntad con que se realiza una acción. Si bien hay una
espontaneidad primaria que responde a impulsos naturales y no está sujeta a control,
como ocurre en los primeros años de vida, en el tratamiento de la expresión corporal se
debe buscar una espontaneidad vivida de forma natural y en la que estén implicados
los valores y actitudes adquiridos en el proceso cultural. Esta espontaneidad implicaría
el manejo de ciertas reglas, pero v ividas con coherencia y nunca impuestas
rígidamente. El aprendizaje en esta materia se iría dando paulatinamente, permitiendo
la expresión libre en un primer momento, para ir educando a partir de lo expresado.
Creatividad
Es un aspecto de una importante relevancia. El niño se expresa de forma libre
ofreciendo lo genuino y único de ser persona. Pone en juego su capacidad para
imaginar y, si es convenientemente estimulado y ayudado, se nos presenta como un ser
eminentemente creativo.
Toda expresión implica una relación a través de los otros y de los objetos, en estos
intercambios el niño va logrando una conciencia de sí mismo a través de la relación
con los otros y los objetos.
El papel del educador en la Escuela Infantil será estimular este tipo de expresión para
desarrollarlo al máximo, facilitando o preparando un ambiente de libertad en el que
se respete la expresión de cada niño, alentando, sugiriendo y, en ocasiones,
ofreciéndose como modelo. Pero además deberá estar atento y observar las
manifestaciones personales, para intervenir en caso necesario, ayudando en posibles
conflictos.
El gesto y el movimiento
El gesto
MAESTRO – INFANTIL – La expresión corporal: gesto y movimiento © Juan Ramón Alegre, 2002 exp-corporal 5
de 11
El movimiento
El movimiento con intención comunicativa y realizado a través del cuerpo es
denominado indistintamente como cinesia, cinesis, kinesia o kinésica. Estos movimientos
se pueden estudiar o descomponer en distintos elementos, atendiendo a las diversas
partes del cuerpo. De esta manera se pueden observar: la cabeza, rostro, cuello,
tronco, hombros, brazos, muñecas, manos y dedos, caderas, piernas, tobillos y pies.
representar algo (un objeto, una acción, una situación...) por medio de un
significante o símbolo (palabra, imagen...). Eso permite actuar sobre la realidad de
manera mediata y no directamente sobre ella.
§ Esta función simbólica se manifiesta a través de las imágenes mentales, el lenguaje, el
dibujo y, en lo relativo a la acción corporal, por medio de la imitación diferida y el
juego simbólico.
La imitación diferida supone una forma simple de juego simbólico. Al principio el niño
realiza una imitación del modelo cuando este está presente, para pasar después a
reproducirlo sin su presencia.
El juego simbólico
Debe entenderse como una forma de expresión libre, que irá evolucionando desde
formas simples y muy ligadas a las necesidades del niño, a otras formas más elaboradas,
con la participación de otros niños, reparto de papeles, asunción de reglas...
§ Aquí el niño reproduce o representa situaciones que ha visto, pero adaptadas a sus
necesidades y deseos. El instrumento básico para la realización de este juego será su
propio cuerpo.
§ Utiliza los objetos como si fueran otra cosa diferente a lo que son: así, un aro puede
representar la casa o el volante de un coche, el palo puede conv ertirse en un
magnífico caballo o una hermosa espada...
§ Pero también él puede interpretar distintos personajes, como la madre, el padre, un
animal...
A través del juego simbólico el niño explora y conoce las posibilidades de los objetos y
de su propio cuerpo, a través de la acción. Esto le permite una mejor adaptación a la
realidad, al tiempo que va conociendo y pone en juego las normas, valores y
relaciones sociales.
• Al ser una actividad libre o espontánea, el niño expresa sus necesidades, miedos,
fantasías... Es entonces cuando el juego simbólico funciona como mecanismo de
regulación emocional, ya que en este juego el niño puede dominar sus miedos (se
transforma, pues, en un guerrero invencible, o juega risueño a que le persigue el
"lobo"...).
• Al ser el juego simbólico una actividad libre y espontánea del niño, no necesitará, en
principio, de la intervención del adulto. No obstante, esta actividad deberá ser
observada por el educador para ayudar al niño a canalizar sus descubrimientos, sus
necesidades, sus conflictos, que expresa libremente. También el educador deberá
disponer de unos recursos tales como los espacios, los materiales... que ayuden a la
realización de estos juegos (diversidad de materiales, amplios espacios...).
Después de realizar estos juegos, es conveniente reflexionar con los niños sobre qué se
ha hecho. A través de la verbalización el niño toma conciencia de los
descubrimientos en el plano intelectual y puede ir interiorizando la experiencia vivida
de forma lúdica. Para ello se puede proponer, al final de la actividad, la realización
de un corro para hablar de las cosas que se han hecho, o bien se puede hacer un
dibujo sobre el juego realizado (siempre que el nivel de desarrollo de los niños lo
permita).
El juego dramático
MAESTRO – INFANTIL – La expresión corporal: gesto y movimiento © Juan Ramón Alegre, 2002 exp-corporal 8
de 11
de aquél, como los decorados, luces... Se procurará que sea el propio niño quien
elabore estos elementos, lo que facilitará el desarrollo estético y creativo.
§ Rítmico-musical: la incorporación de sonidos rítmicos realizados con el propio cuerpo
(palmas, canto...), la utilización de instrumentos musicales sencillos y la introducción
de algunas piezas musicales de la discografía, pueden aportar gran fuerza expresiva
a la dramatización.
El desarrollo de la dramatización
A la hora de poner en marcha una dramatización, conviene seguir unas pautas para
que la actividad resulte provechosa y gratificante para todos.
§ En primer lugar, habrá que tener en cuenta las características de los niños a quienes
va dirigida, su nivel de atención, desarrollo del lenguaje, dominio o control corporal,
grado de socialización... Se seleccionará un texto adecuado a la edad e interesante
para los niños.
§ Antes de pasar a dramatizar la historia se hablará con los niños sobre el argumento,
los personajes... Los niños elegirán el personaje que quieran representar. Se
determinará la ubicación del espacio o los espacios.
§ Se buscarán los recursos expresivos, tanto verbales, como plásticos (vestimenta,
decorado, objetos precisos..) y musicales.
§ Para concluir, el educador deberá intervenir a modo de planificador, organizador y
conductor en los momentos que sea preciso.
La pantomima
Es un modo de expresión que utiliza únicamente, como vehículo, el gesto corporal. A
través del cuerpo, el mimo manifiesta sus emociones, sentimientos, ideas..., sin servirse
de la palabra. Es necesario el conocimiento de las técnicas de expresión corporal para
poder realizar una pantomima (ver el epígrafe correspondiente a gesto y movimiento).
El cuerpo ha de vivirse como globalidad y los ojos tienen una enorme fuerza expresiva.
No suele ser una actividad propia para niños
La máscara y el maquillaje
La máscara, elemento usado desde las representaciones teatrales en la antigua
Grecia, tiene un gran valor expresivo. Puede ayudar a desinhibirse a aquellos niños que
resulten más tímidos y no se atrevan a representar. Permite interpretar una gran
variedad de personajes, especialmente algunos difíciles de caracterizar. Las máscaras
pueden ser realizadas por los niños con material simple, como papel, cartulina, bolsas
de papel...
• El maquillaje tiene una función muy similar a la de la máscara, y el color utilizado
puede acentuar las características y proporcionar mayor fuerza expresiva a los
personajes. Así, parece ser que la soberbia se representa de amarillo, la simpleza de
colorado suave, la avaricia de cetrino, la prudencia en blanco rosado...
Teatro de sombras
Consiste en la manipulación de siluetas de objetos puestos detrás de una pantalla y
sobre los que se proyecta un foco de luz. Por tanto, encontramos tres elementos: el
foco de luz, la silueta y la pantalla.
§ El foco de luz se puede conseguir con un proyector o lámpara orientada hacia una
pantalla, que será donde se proyecte la figura que interese.
§ La silueta la puede formar.
ü El propio cuerpo del niño, que adopta posiciones estáticas o en movimiento.
ü Un muñeco, al cual se le adapta un mango para poder manipularlo.
ü Objetos del entorno.
ü Objetos de cartón.
ü Objetos de alambre.
ü Objetos de papel de celofán.
ü Las manos (sombras chinescas). Es muy importante que el objeto se sitúe muy
cerca de la pantalla para que se observe la silueta con nitidez.
§ La pantalla, será de un tamaño adecuado al objeto.
BIBLIOGRAFÍA
MOTOS TERUEL, T.: Iniciación a la expresión corporal. Ed. Humanitas. Madrid, 1983.
MOTOS, T, y GARCÍA, M.: expresión corporal. Ed. Humanitas. Madrid, 1990.
SANTIAGO, P.: De la expresión corporal a la comunicación interpersonal. Ed. Narcea. Barcelona, 1990.
CERVERA, J.: Cómo practicar la dramatización con niños de 4 a 14 años. Ed. Cincel-Kapelusz. Madrid. 1985.
CASSANELLI, F.: Gesticulando. Ed. Aliorna. Madrid.
GONZÁLEZ RAMOS, J. y PASSANS GUELL, J. Máscaras, caretas y antifaces. Ed. Graó. Barcelona, 1990.
Diseño Curricular Base en Educación Infantil. Ministerio de Educación y Ciencia.
DAVIS, F.: El lenguaje de los gestos. Ed. Emecé. Buenos Aires, 1985.
FAURE, G. y LASCAR, S.: El juego dramático en la escuela. Ed. Cincel. Madrid, 1984.
STOKOE, P. y HARF, R.: La expresión corporal en el jardín de infantes. Ed. Paidós. Buenos Aires, 1987.