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El ADN del interior de cada cromosoma es una molécula única muy larga y desarrollada
que contiene secuencias lineales de genes. Éstos encierran a su vez instrucciones
codificadas para la construcción de las moléculas de proteínas y ARN necesarias para
producir una copia funcional de la célula.
1. Contener y guardar los cromosomas que transportan la información genética
(genes), sobre todo durante procesos de reproducción como la mitosis.
2. Organiza los genes en cromosomas específicos, lo cual permite la división celular y
facilita la labor de trascripción de su contenido.
3. Permite el transporte de moléculas entre el núcleo y el citoplasma, de manera
selectiva de acuerdo al tamaño de las mismas.
4. Produce el ARN mensajero (ARNm) a partir de la matriz del ADN, el cual transporta
la secuencia genética al citoplasma y sirve de matriz para la síntesis de las proteínas
que se lleva a cabo dentro de la célula.
5. Produce ribosomas indispensables para crear el ARN Ribosómico (ARNr).
El núcleo consta de tres partes definidas: La envoltura nuclear, La Cromatina
y El Nucléolo.
La envoltura nuclear se compone de membranas de naturaleza lipídica y
separa al núcleo del resto de los componentes celulares. Esta membrana
es doble y entre estas queda un pequeño espacio denominado espacio
perinuclear.
El sistema de membranas interno y externo forma una estructura
continua con el retículo endoplasmático
Este sistema de membranas está interrumpido por una serie de poros.
Estos canales nucleares permiten el intercambio de material con el
citoplasma por que el núcleo no está completamente aislado del resto de
los componentes.
Por medio de estos poros ocurre el intercambio de sustancias de dos formas:
pasiva, sin necesidad de gasto de energía; o activa, con gasto energético. De
manera pasiva pueden entrar y salir pequeñas moléculas como agua o sales,
menores a 9 nm o 30-40 kDa.
Los poros no son simplemente agujeros por los que transitan moléculas. Son
estructuras proteínas de un tamaño importante, que pueden contener 100 o
200 proteínas y se denominan “complejo del poro nuclear”. Estructuralmente,
se asemeja bastante a una cesta de basquetbol. Dichas proteínas se
denominan nucleoporinas.
Este complejo se ha encontrado en gran cantidad de organismos: desde las
levaduras hasta los humanos. Además de la función de transporte celular,
también está implicado en la regulación de expresión génica. Son una
estructura indispensable para los eucariotas.
En cuanto a su tamaño y número, el complejo puede llevar a un tamaño de
125 MDa en vertebrados, y un núcleo en este grupo animal puede poseer
unos 2000 poros. Estas características varían de acuerdo con el taxón
estudiado.
Es la forma en la que se presenta el ADN en el núcleo celular. Es la sustancia de base
de los cromosomas eucarióticos, que corresponde a la asociación de
ADN, ARN y proteínas que se encuentran en el núcleo interfásico de las células
eucariotas y que constituye el genoma de dichas células. Las proteínas son de dos
tipos: las histonas y las proteínas no histónicas.
Las unidades básicas de la cromatina son los nucleosomas. Estos se encuentran
formados por aproximadamente 146 pares de bases de longitud (el número depende
del organismo), asociados a un complejo específico de ocho histonas nucleosómicas
(octámero de histonas). Cada partícula tiene una forma de disco, con un diámetro de
11 nm y contiene dos copias de cada una de las cuatro histonas H3, H4, H2A y H2B.
Este octámero forma un núcleo proteico, alrededor del cual se enrolla la hélice de
ADN (de aproximadamente 1,8 vueltas). Entre cada una de las asociaciones de ADN e
histonas existe un ADN libre llamado ADN espaciador, de longitud variable entre 0 y
80 pares de nucleótidos que garantiza flexibilidad a la fibra de cromatina. Este tipo de
organización, permite un primer paso de compactación del material genético, y da
lugar a una estructura parecida a un "collar de perlas".
Se pueden distinguir dos tipos de cromatina: la heterocromatina y la
eucromatina. La primera se encuentra altamente condensada y se ubica en
la periferia del núcleo, por lo que la maquinaria de transcripción no tiene
acceso de estos genes. La eucromatina se organiza de manera más laxa.
La heterocromatina se divide en dos tipos: la heterocromatina constitutiva,
que nunca se expresa; y la heterocromatina facultativa, que no se
transcribe en algunas células y en otras sí.
El ejemplo más famoso de la heterocromatina como regulador de la
expresión génica es la condensación e inactivación del cromosoma X. En
mamíferos, las hembras poseen cromosomas sexuales XX, mientras que los
machos son XY.
Por cuestiones de dosificación génica, las hembras no pueden tener el
doble de genes en X que los machos. Para evitar este conflicto, un
cromosoma X se inactiva (convirtiéndose en heterocromatina) de manera
aleatoria en cada célula.
Es una región del núcleo que se considera una estructura supra-macromolecular,
que no posee membrana que lo limite. La función principal del nucléolo es la
transcripción del ARN ribosomal por la polimerasa I, y el posterior procesamiento y
ensamblaje de los pre-componentes que formarán los ribosomas.
La biogénesis del ribosoma es un proceso nucleolar muy dinámico, que involucra: la
síntesis y maduración de ARNr, sus interacciones transitorias con proteínas no-
ribosomales y RNP y también el ensamblaje con proteínas ribosomales.
Además, el nucléolo tiene roles en otras funciones celulares tales como la regulación
del ciclo celular, las respuestas de estrés celular, la actividad de la telomerasa y el
envejecimiento.
Estos hechos muestran la naturaleza multifuncional del nucléolo, que se refleja en la
complejidad de su composición de proteína y de ARN, y se refleja también en los
cambios dinámicos que su composición molecular presenta en respuesta a las
condiciones celulares variables. El tamaño de un nucléolo puede ser muy variable
entre especies animales y vegetales, pero un promedio global suele oscilar entre 1
micrómetro (µm) y 2µm. El tamaño nucleolar usualmente refleja su actividad
metabólica habitual dentro la célula, que es la biogénesis del ribosoma.
El retículo endoplásmico está íntimamente relacionado con el complejo de Golgi,
forman en conjunto el llamado sistema de endomembranas o sistema vacuolar
citoplasmático, que actúa como un sistema circulatorio intracelular por donde se
transportan diversas sustancias y se realizan algunas de las funciones vitales de las
células. El retículo endoplásmico se clasifica según tenga o no ribosomas adheridos a
sus membranas en: rugoso o granular y liso o agranular. El retículo endoplásmico
rugoso (RER) está constituido por un conjunto de cisternas aplanadas dispuestas
paralelamente o apiladas, cubiertas de ribosomas, cuya función fundamental es la
síntesis de proteínas de secreción o exportables. El retículo endoplásmico liso (REL)
está formado por una red tubular, sin ribosomas y sus funciones más importantes
están relacionadas con la síntesis de lípidos (compuestos del colesterol y hormonas
esteroideas), metabolismo de los glúcidos (glucogenólisis) y destoxificación de diversos
compuestos.
El retículo endoplasmático rugoso se encuentra unido a la membrana nuclear externa
mientras que el retículo endoplasmático liso es una prolongación del retículo
endoplasmático rugoso.