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LA PASIÓN DE POLICARPA

PEDRO BADRÁN
GRIJALBO, 2010
Reseña elaborada por Irene Vasco
Noviembre, 2010

ACERCA DE PEDRO BADRÁN

Este multifacético escritor colombiano nacido en 1960 en Magangué, ha desarrollado su


trabajo en distintos frentes. Ha sido profesor universitario, traductor y periodista (Cromos,
La Prensa, Credencial, El Espectador), además de investigador y autor de cuentos, novelas
y compendios históricos. Desde su juventud ha ganado distinciones literarias como el
Premio Nacional de Novela Breve Ciudad de Bogotá con El día de la mudanza (2000), y la
Residencia Artística en París (2003), galardones otorgados por el Ministerio de Cultura. Por
otra parte, algunos de sus cuentos han sido traducidos a diversos idiomas e incluidos en
antologías internacionales.

Uno de los más conocidos títulos de este autor caribeño es Todos los futbolistas van al cielo
(Norma, 2002). Este relato transcurre en un pueblo de la costa Atlántica y, tanto personajes
como situaciones, dan cuenta de la vida en la región. El humor con que el autor se acerca a
una historia de fútbol ofrece un especial encanto a los jóvenes lectores, quienes esperan
nuevas obras dirigidas a ellos.

Otros títulos para públicos más formados, como Hotel Bellavista y otros cuentos del mar
(Norma, 2001) y El día de la mudanza (Babel, 2007), se destacan por la fluidez y
naturalidad con que están narrados. La novela Un cadáver en la mesa es mala educación
(Norma, 2002), demuestra la solidez literaria de Pedro Badrán.

Una faceta diferente, la de investigador histórico, aparece en Crónicas y relatos de la


Independencia (Ediciones B, 2009) y La pasión de Policarpa (Grijalbo, 2010). En estos
libros se revela un Pedro Badrán meticuloso, crítico y perseverante, que pasa de la
recopilación de crónicas escritas por otros a su propia creación, que discurre entre la
historia y la ficción.
LA PASIÓN DE POLICARPA GRIJALBO, 2010
ISBN 978-958-861821-0
La historia de Policarpa Salavarrieta, La Pola, uno de los más sugestivos personajes de la
Independencia de Colombia, ha sido recreada por artistas plásticos, cantores, escritores,
investigadores y hasta productores de telenovelas. Pedro Badrán, después de años de
investigación, nos cuenta su propia versión sobre la dramática vida de esta heroína,
enfocándose en la exaltada relación sostenida con Alejo Zabaraín, el joven enamorado
fusilado a su lado en 1817.

El relato inicia con el indulto del criollo Zabaraín minutos antes de su ejecución. La
condena había sido por rebeldía. Entre alucinaciones y reminiscencias de un lejano
encuentro con Policarpa, el soldado patriota duda entre su deber de casarse con una
heredera de sangre limpia o su pasión por la fogosa patriota que jamás será aceptada por su
familia. El encuentro de La Pola y Zabaraín no se hace esperar. Sus mutuos delirios se ven
satisfechos de manera clandestina, con la complicidad de amigos, mientras las autoridades
sospechan de sus actividades políticas contrarias al rey de España. El final, es decir el
fusilamiento de Policarpa y de Zabaraín, muchas veces reconstruido por historiadores y
cronistas, es bellamente descrito por Badrán, quien no se limita a referir un hecho bien
conocido. Va mucho más allá, deteniéndose en detalles sobre la época en la que transcurren
los hechos, la Nueva Granada de principios del siglo XVIII, fielmente reflejada en la
novela: protocolos sociales, administrativos y militares, con el sabor de las maquinaciones
de los criollos. Estas referencias validan la verosimilitud del relato.

Unas pocas frases tomadas del relato dan muestra de la tonalidad de autor:

El oficial mojó la pluma en el tintero. Dejó que escurriera un poco. Estaba solo en el
cuarto de banderas y había extendido sobre la mesa los pliegos que contenían el
estado de fuerza de la Tercera División del Ejército Expedicionario. Ahora se
disponía a copiarlos. Había encendido una vela de sebo y recostado una silla contra
la puerta de dos hojas que carecía de cerrojo y que daba al pasillo del colegio. El
capitán Buenaventura Molinos y muchos otros oficiales del batallón del Tambo
sabían que el escribiente acostumbraba a trasnochar y sólo apagaba la candela con el
canto de los primeros gallos. Antes de dibujar la primera letra, Arcos se levantó del
escritorio y miró, a través de las rejillas de madera, el patio empedrado y casi
desierto del colegio.

Monólogos interiores, en una primera persona que sueña y reflexiona, contrastan con la
tercera persona que narra los sucesos. Este cambio de ritmo airea y ofrece un toque poético
a la obra.

La mula sale del río. Inclina su cabeza para olerme los pies. Me los huele, me los
lame, siento un cosquilleo húmedo en mis plantas. Más arriba, sobre mis muslos,
extraño las manos de Alejito. Comunera se aparta y empieza a trotar por los
caminos que se pierden en los cerros. El viento, siempre el viento, me acaricia el
rostro.

Comunera, oigo que dice mi padre, y la mula va galopando en el aire que trae el
olor de sus cerdas. Yo me acerco a la mula para ver la Z que mi padre le marcó. Y
allí está herrada la Z, la misma que aquella noche tocó Alejito.

Alejito, Alejito.

Pero él ya no está conmigo y yo tampoco puedo tomar su mano y llevarla hacia el


herraje. Comunera, Comunera.

Tensión, intriga, deslealtad, se van entrelazando de manera tan eficaz que la trama no decae
a lo largo de las páginas. Personajes como Simón Bolívar, José Hilario López, Andrea
Ricaurte de Lozano, Antonio Nariño, Hermógenes Maza, entre muchos héroes y antihéroes
familiares a los colombianos hacen parte de las confabulaciones que llevaron a la
Independencia y que en este relato de Pedro Badrán adquieren vida propia, dejando de ser
datos y fechas. Los lectores pueden asomarse a su cotidianidad, a sus vidas íntimas a
medida que las acciones se suceden.

Había pensado que las calles estarían colmadas de patriotas o al menos de curiosos
y que tal vez podría descubrir entre el gentío, el rostro de María Ignacia Valencia,
como después del triunfo de Calibío cuando las tropas del ejército del sur entraron
victoriosas a Popayán. En esa ciudad, por arbitrio del general, permanecieron dos
meses. El coronel Cabal era partidario de continuar las operaciones hacia San Juan
de Pasto, desguarnecida de realistas. Don Antonio Nariño, sin embargo, se dedicó a
organizar el gobierno, a nombrar alcaldes y gobernadores interinos, desperdiciando
la ocasión de concluir la lucida campñana. Era cierto que la tropa no comía y las
enfermedades y el hambre causaban más bajas que el enemigo. Pero un último
esfuerzo habría bastado para tomar San Juan de Pasto. Si don Antonio Nariño
hubiera seguido el consejo del coronel, él no habría caído prisionero en la Cuchilla
del Tambo. Los oficiales se relajaron y fue entonces cuando José Hilario López los
convidó a casa de María Ignacia Valencia. Ahora la muchacha, su madre y su
hermana María Josefa vivían en Santafé y él las buscaba en algún recodo de la
plaza.

¿Dónde se encierra la verdad? ¿Cuándo comienza la ficción? Estas son preguntas


recurrentes que el lector se hace a lo largo de las 402 páginas de la novela. Los hechos que
como investigador escrupuloso Pedro Badrán extrajo de crónicas y documentos de la época
de la Independencia y de viajes a Guaduas, la tierra donde vivió la protagonista, se mezclan
con maestría con historias de amor que bien pudieron haber sucedido pero que no están
registradas en ningún archivo. Los diálogos sobre la vida y la muerte, sobre los dilemas de
los patriotas, sobre las lealtades y las traiciones, logran que los personajes, adquieran
renovado peso.

LIBROS DE PEDRO BADRÁN


El lugar difícil. Bogotá, Ediciones En tono menor y sociedad de la imaginación,
1985.
Lecciones de Vértigo. Bogotá, Editorial Planeta, 1994
Simulacros de amor. Bogotá, Editorial Magisterio, 1996
Hotel Bellavista y otros cuentos del mar. Bogotá, Editorial Norma, 2002
Todos los futbolistas van al cielo. Bogotá, Editorial Norma, 2002
Un cadáver en la mesa es mala educación. Bogotá, Editorial Norma, 2002
El día de la mudanza. Bogotá, Babel Libros, 2007
Crónicas y relatos de la Independencia. Bogotá, Ediciones B, 2009
La pasión de Policarpa. Bogotá, Editorial Grijalbo, 2010

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