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Evaluación final

Curso: Seminario de Interpretación Constitucional


Profesor: Juan Manuel Sosa Sacio

Indicaciones

Sobre la base de las diversas herramientas aprendidas en el curso, analice el caso que le
ha sido asignado.

El formato del trabajo debe ser similar al de un artículo en el que se analiza casos. El
trabajo debe contener, cuando menos, la problematización del caso (identificación de los
problemas), el esclarecimiento de las herramientas conceptuales o metodológicas
pertinentes para resolver los problemas hallados, y la respuesta a los problemas.

La dimensión del trabajo debe ser de entre 8 a 10 páginas, en letra de tipo Calibri número
11 (o equivalentes) e incluir la bibliografía efectivamente empleada (citada en el texto).

Si en el trabajo existen plagios (como fue anunciado desde el primer día de clase) se
pondrá la nota de cero (00) y se avisará a las autoridades para que tomen las medidas
pertinentes.

Caso 1: Suspensión de congresista

Asignado a las(os) alumnas(os): Advíncula / Amaya / Apaza / Atay / Ayala / Blanco / Cama

El congresista Kenzo Aracataca, conocido abogado y congresista de la República, fue suspendido


en sus funciones como parlamentario. A él se le endilgó responsabilidad política por
supuestamente encontrarse involucrado en la falsificación de firmas que se produjo con la
intención de poder inscribir a su agrupación política. El Congreso aprobó la suspensión de
Aracataca, aunque no dispuso que las investigaciones sean remitidas al Ministerio Público.

El suspendido parlamentario duda de la constitucionalidad de la medida que se le impuso. En


primer lugar, señala que se contravino su derecho al procedimiento legalmente establecido. Al
respecto, sostiene que a su caso son aplicables los artículos 99 y 100 de la Constitución y, por
ende, que ninguno de los 22 congresistas que formaron parte de la Comisión permanente —que
es el órgano acusador en el procedimiento iniciado en su contra— debió formar parte de la
votación final sobre su sanción, tal cual indica expresamente la Constitución. A decir de
Aracataca, lo previsto por la Constitución es una norma del tipo “regla” (no está regulado con la
estructura de “principio”), no admite duda (es una “regla clara”) y no puede ser interpretado en
sentido restrictivo o limitativo de sus derechos. Frente a ello, el Congreso sostuvo en su
momento que quienes estaban prohibidos de votar en el pleno eran únicamente los 15
congresistas de la comisión permanente que participaron en la acusación de Aracataca, y ellos,
en efecto, no participaron en la votación final. Esto, según explicó, es lo que se desprende del
“principio de imparcialidad”, que es el que está detrás de la regla establecida por la Constitución,
y por ende se ha respetado la garantía de que “no castigue quien acusa”.
En segundo lugar, Aracataca sostiene que se le castigó sin que haya sido defendido ante el Pleno
por su abogado, tal como dispone de manera explícita la Constitución, pues él finalmente acudió
a realizar su defensa sin ninguna compañía. El Congreso ha indicado que finalmente el
suspendido congresista es abogado, por lo que podía sustentar su propia defensa técnica, y que
fue el mismo quien no llegó con asistencia letrada, por lo que no se le puede acusar al Congreso
de haber vulnerado su garantía de “contar con un abogado”, pues es un principio ampliamente
aceptado que “nadie puede sacar provecho de su propia negligencia”.

Finalmente, las disposiciones constitucionales invocadas por Kenzo Aracataca señalan lo


siguiente:

“Artículo 99.- Corresponde a la Comisión Permanente acusar ante el Congreso:


al Presidente de la República; a los representantes a Congreso; a los Ministros
de Estado; a los miembros del Tribunal Constitucional; a los miembros del
Consejo Nacional de la Magistratura; a los vocales de la Corte Suprema; a los
fiscales supremos; al Defensor del Pueblo y al Contralor General por infracción
de la Constitución y por todo delito que cometan en el ejercicio de sus funciones
y hasta cinco años después de que hayan cesado en éstas.

Artículo 100.- Corresponde al Congreso, sin participación de la Comisión


Permanente, suspender o no al funcionario acusado o inhabilitarlo para el
ejercicio de la función pública hasta por diez años, o destituirlo de su función sin
perjuicio de cualquiera otra responsabilidad.
El acusado tiene derecho, en este trámite, a la defensa por sí mismo y con
asistencia de abogado ante la Comisión Permanente y ante el Pleno del
Congreso.
En caso de resolución acusatoria de contenido penal, el Fiscal de la Nación
formula denuncia ante la Corte Suprema en el plazo de cinco días. El Vocal
Supremo Penal abre la instrucción correspondiente. La sentencia absolutoria de
la Corte Suprema devuelve al acusado sus derechos políticos. Los términos de la
denuncia fiscal y del auto apertorio de instrucción no pueden exceder ni reducir
los términos de la acusación del Congreso.”

Sobre la base de lo indicado, se consulta si la suspensión del congresista Aracataca es o no


compatible con la Constitución.

Caso 2: Prohibición de entrar con mascotas en locales donde se


expendan alimentos

Asignado a las(os) alumnas(os): Chambilla / Coronado / Delgado / Díaz / Gamboa / Gil /


Gonzales

Guillermina Otoya es una persona con discapacidad visual severa en ambos ojos y que se
moviliza con la ayuda de un perro-guía (o “lazarillo”). Su animal que cuenta con las
certificaciones pertinentes que lo acreditan como tal.

En una ocasión Guillermina acude a almorzar al restaurante Tayta y le impiden el ingreso. Le


explican que, conforme está anunciado en la entrada del local y en una zona visible, “Se
encuentra absolutamente prohibido el ingreso al establecimiento con perros, gatos y cualquier
tipo de mascotas en general”. Según le indican a Guillermina, el cartel no hace sino reproducir
lo que dispone la legislación sanitaria sobre la materia (Ley 89765, sobre sanidad en los locales
en los que se expendan alimentos).

Tras este penoso incidente, Guillermina constata que, en efecto, la citada regulación legal existe.
Constata, asimismo, que en el diario de debates relacionado con la aprobación de esta ley se ha
indicado que la mencionada restricción ha tenido como finalidad evitar la propagación de
enfermedades y la ocurrencia de reacciones alérgicas relacionadas con la presencia de mascotas
domésticas en los lugares en los que se vendan alimentos.

Otoya considera que la regulación no ha tenido en cuenta supuestos como el suyo y considera
que se está cometiendo una injusticia con ella, en la medida que no concibe su desenvolvimiento
de manera digna y autónoma si no fuera por el acompañamiento de su perro-guía.

Ella evalúa tomar acciones legales, pero no está plenamente segura de sus argumentos jurídicos,
y por ello consulta lo siguiente:

1. ¿La prohibición regulada se refiere al ingreso de todos los perros, o solo de aquellos que
deban ser considerados como “mascotas”? (Guillermina considera que su perro no
puede ser calificado como mascota, y por ende la prohibición no le es aplicable).

2. En cualquier caso, ¿no se encuentra acaso ella en un supuesto excepcional y,


básicamente por esa razón, se le debería permitir ingresar al restaurante en compañía
de su perro-guía?

3. ¿Existen derechos fundamentales involucrados en este caso? De ser así, ¿cómo podrían
incidir estos en lo que plantea Guillermina Otoya?

Caso 3: Castración química voluntaria y como medida alternativa

Asignado a las(os) alumnas(os): Guevara / Paravicino / Quispe Cano / Quispe Requena / Salas /
Zuñiga / Alvarado / Asencios

En una reciente ley, que se refiere a protección de la indemnidad sexual de niñas y niños (Ley
76543, que declara en emergencia y dispone medidas para proteger la indemnidad sexual), se
ha incluido una modificación al Código Penal se aprueba la “castración química” como sanción
alternativa para los casos de violación de menores de 14 años. Más precisamente, se la regula
como una medida que puede intercambiarse con la de prisión efectiva siempre y cuando: (1) la
pena de prisión efectiva inicialmente impuesta supera los 20 años, (2) existan exámenes médicos
que acreditan fehacientemente que el reo es pedófilo, y (3) exista consentimiento libre e
informado por parte del condenado.

Conforme a la mencionada Ley 76543, la castración química consiste en un tratamiento que se


administra a los reos por la vía intravenosa, a razón de una dosis por mes. Se establece,
asimismo, que el tratamiento deberá durar necesariamente el mismo tiempo establecido
inicialmente como pena de prisión efectiva en la sentencia condenatoria. De manera adicional,
se señala que, si por algún motivo injustificado, los sancionados abandonan el tratamiento, ellos
deberán cumplir el íntegro de la pena de prisión efectiva que había sido inicialmente impuesta.
A modo de ejemplo, se indica que una persona condenada a 25 años de prisión efectiva podría
intercambiarla por 25 años del tratamiento de castración química; pero si en algún momento
este fuera interrumpido, sin que medie alguna justificación atendible, el reo deberá volver de
inmediato a prisión para cumplir íntegramente los 25 años a los inicialmente había sido
condenado.

Los legisladores que propusieron el proyecto han explicado que la norma tendría como finalidad
proteger a los niños y niñas de eventuales agresiones sexuales, y que por ello no puede dudarse
de su constitucionalidad, pues se encuentra incluso amparada por el “principio de interés
superior de los niños y las niñas”. Asimismo, al necesitarse de la anuencia expresa por parte de
los propios condenados, consideran que no podría acusarse al Estado de instrumentalizar al
condenado o de brindarle un tratamiento humillante o degradante.

Por su parte, organización no gubernamental “Dignidad para todxs” ha cuestionado


públicamente la constitucionalidad de la regulación e informa que viene evaluando la posibilidad
de promover una demanda de inconstitucionalidad. Entre lo principal, sostiene que:
1. Una persona condenada a más de 20 años de pena privativa de libertad no va a expresar
su voluntad de manera realmente libre, pues hará todo lo posible por liberarse de la
cárcel.
2. El tomar exámenes destinados a conocer si el imputado es pedófilo en términos clínicos
no tiene que ver con la condena impuesta y es contrario al derecho a la intimidad.
3. La posibilidad de que, en caso el tratamiento de castración química sea suspendido
injustificadamente por responsabilidad del condenado, la pena de prisión efectiva
inicialmente impuesta deba ser cumplida en su totalidad, sin que pueda considerarse
para ningún efecto el tiempo en que se siguió el tratamiento, es contraria a la dignidad
de los reos (es forma de ensañamiento con el condenado) y al derecho a no ser
sancionado dos veces por los mismos hechos (ne bis in ídem).

Tomando en cuenta todo lo indicado, se hace la consulta de si la mencionada regulación sobre


la castración química es compatible o no con la Constitución.

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