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Presentado por: Hugo Jesús Barroso Pérez

LA EMOCIÓN DE LA FELICIDAD
“La naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno, pero la sociedad lo deprava y lo
hace miserable”
- Jean Jacques Rousseau
A comparación de todos los seres vivos en este planeta, los seres humanos somos
los únicos a comparación del resto, que cuenta con la facultad de razonar, por ende,
somos curiosos por naturaleza y a todo fenómeno por muy extraño o insignificante
que sea le tratamos de buscar una explicación razonable y coherente; desde hace
mucho tiempo el ser humano se vio en la necesidad de explicar el significado de
ciertas palabras o términos como lo es la felicidad; esta palabra remonta su origen
del latín felix, felicis ‘fértil’, ‘fecundo’.
Esta palabra tiene su origen en el mundo agrícola. Los poetas romanos hablaban
de “arbor felix” para referirse a un árbol que daba muchos frutos. Plinio decía que
los árboles que no daban frutos se llamaban “infelices”. La felicidad es un
sentimiento que nos acerca a estados de bienestar. Es un conjunto de emociones
que, mantenidas en el tiempo, producen cambios en el cuerpo y en la mente y se
asocia con vivir plenamente y en buen estado de salud. Pero si profundizamos más,
la felicidad no es solo una palabra, nada nuevo, pero lo que cada uno se imagina o
siente cuando dice o escucha esa palabra es la verdadera felicidad. Con esto quiero
decir que la felicidad es un concepto abstracto, que si les preguntamos a 20
personas la definición de felicidad, obtendremos 20 definiciones diferentes. Más allá
de saber qué es la felicidad, tenemos que tomar consciencia de esto, porque nos
ayudará a comprender por qué algunas personas son felices con menos que otras,
por qué algunas personas son felices haciendo daño y otras haciendo caridad.

Según la filósofa María Carolina Guzmán Gonzales, ella dice en su artículo “El arte
de la felicidad” que el tema de la felicidad, ha estado siempre presente en los
discursos a lo largo de la historia de la humanidad, ya sea como una preocupación
ética o existencial, o simplemente como un tema de conversación para romper el
hielo, ahora bien, nuestro cuerpo habla y las enfermedades nos recuerdan, como
una alarma ante una forma de vida, que necesitamos atención, los niños lloran
porque no entienden, los adultos nos enfermamos como otra forma de pedir ayuda.
Cuando se está enfermo se puede recordar lo vulnerable que somos,
inmediatamente reaccionamos buscando alivio en pastillas y quejas, sin embargo
nos olvidamos de lo que nos ha llevado a estar enfermos. Nos preocupamos por
una solución y en ocasiones es el único detonante que nos hace reflexionar y
cambiar nuestro comportamiento y forma de vida, viendo todo de otra forma.

Nos pasamos la vida buscando rellenar caprichos basados en el confort externo y


entretenemos nuestra mente para despistarnos y no tener que profundizar en lo que
nos empuja a ser como somos, en entender el motivo por el cual reaccionamos de
distintas formas y en saber porque nos pasa lo que nos pasa.
Presentado por: Hugo Jesús Barroso Pérez

Pero, ¿es la felicidad una emoción, un sentimiento, o algo más?, actualmente, el


papel de las emociones en la sociedad, está dependiendo de la supremacía
económica capitalista y del bienestar. Para muchas personas, la felicidad se trata
de tener el mejor teléfono, darse las mejores vacaciones, tener el auto soñado,
mientras más dinero se gastó en estos bienes o servicios, mayor felicidad y
satisfacción emocional tendrá esta persona.

Tocando el tema de las parejas, se está dejando a un lado la importancia emocional,


siempre tratando de buscar complacer con regalos caros, viajes caros, etc, y se deja
de lado que con una simple rosa, dedicar una canción, o pasear en el parque a
comer helado, en fin, un montón de estos ejemplos existen para poder complacer a
una persona emocionalmente.

Como sociedad, hemos venido creciendo movidos por los intereses capitalistas y
nos ha transformado en máquinas. Con el paso del tiempo, hemos tenido la errónea
idea materialista, donde el rico es el más feliz, y el pobre el más desgraciado,
cuando realmente las cosas no son así, entonces, ¿cómo podemos cambiar esta
idea errónea materialista y priorizar los sentimientos ante todo lujo material?, yo
pienso que primero que todo, debemos alejarnos de persona tóxicas, con tóxicas
me refiero a esas “amistades” que solo te buscan a ratos por alguna necesidad,
segundo, aislarse de todo y ser uno mismo, dejar de aparentar al momento de
relacionarse con las demás personas (familia, amigos, compañeros, etc). Tercero,
no relacionar el bienestar con el dinero, no creer en la posibilidad de comprar la
felicidad y no esperar que el amor se gane a golpe de talonario. Todos podemos
cambiar esta nueva jerarquía emocional y convertirnos en personas, desarrollar
nuestra empatía y la originalidad y empezar a creer en un mundo más sensible y
emocionante.

Cito nuevamente a la filósofa María Carolina Guzmán Gonzales, que nos dice en su
artículo, “la sociedad de las emociones”, un párrafo que me llamó mucho la atención,
el cuál dice: nuestras emociones cuentan, nos mueven, así como a los gobernantes
y futbolistas y no vienen de la nada ni son asuntos irracionales como alguna vez se
pensó, no, las emociones en la sociedad contemporánea determinan el rumbo
moral, legal y económico de diferentes países, por eso es importante promover
aquellas emociones que nos impulsan hacia aspiraciones loables y develar o
censurar las que son perjudiciales para las relaciones sociales, estoy muy de
acuerdo con ese párrafo, ya que si vamos poco a poco promoviendo esto y dando
pequeños aportes significativos a alguien en específico, y esta se lo dice a alguien
más, podremos construir la sociedad tan anhelada que siempre soñamos aunque
sea algo utópico debido al capitalismo. Ya para finalizar, cito la siguiente frase “Haz
lo que tú creas que te haga feliz, mientras no dañes, física y verbalmente a los
demás”, la felicidad está compuesta de esos pequeños momentos irrepetibles y
únicos en familia, amigos, compañeros, o hasta estando uno solo, en mi caso, un
juego de vóley, resolver un largo problema que lleve cálculos y que tu respuesta sea
igual a la del solucionario, sentarte a charlar horas con alguien en algún andén de
la calle, en fin, un montón de estos pequeños momentos nos llenan y nos hacen
sentir bien con uno mismo.
Presentado por: Hugo Jesús Barroso Pérez

TALLER DE DILEMÁS ÉTICOS

1. Trabaja ud en un banco como asistente de recursos humanos, hay un cajero


que ha trabajado por más de 2 años en este puesto y siempre ha mantenido
un excelente rendimiento.
Existe una vacante en uno de los puestos de caja, y como el banco tiene
urgencia de llenar este cargo, el gerente de recursos humanos le pide a ud
que contrate a una persona pagándole un sueldo mayor que el que reciben
los otros cajeros que tienen más años en el puesto.
¿Qué haría usted si contrata a una persona con un sueldo mayor, ocasionaría
graves conflictos con los demás compañeros? ¿Propondría al cajero de más
de 2 años para que ocupe ese puesto? ¿Obedecería sin reparos el mandato
del gerente?

 Realice un cuadro con los valores en conflicto, mínimo 4.

Justicia Honestidad Respeto Equidad Responsabilidad

 Luego escribe en orden qué valor define tu respuesta ante el


dilema 1.
Justicia

Equidad

Honestidad

Responsabilidad

Respeto

 ¿Qué haría usted frente a esta situación?

Pues propondría al cajero que lleva más de 2 años en la empresa, ya


que además de tener un excelente desempeño en su labor, este
cuenta con la experiencia necesaria para el puesto, así se garantizan
excelentes resultados para el banco, y si se hiciera caso omiso a lo
que corresponde, se estaría entrando en conflicto con los demás
empleados, ya que se evidenciaría un caso de desigualdad frente a la
situación porque no sería justo que personas que no lleven un tiempo
prudente en la empresa, ni tampoco tengan la experiencia en esta,
tengan un sueldo mayor a quienes sí cumplen con los requisitos, aun
así cumpliendo con las mismas funciones sería una falta de ética
Presentado por: Hugo Jesús Barroso Pérez

profesional y respeto con los demás empleados, también se vería en


juego mi honestidad hacia los demás, la verdad, no obedecería al
gerente, en cambio le propondría otras soluciones política y
moralmente correctas.

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