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EL ESTADO MILITAR AUTORITARIO

Víctor-jacinto Flecha

1. Remarque teórico

Desde la "revolución" febrerista (1936) hasta nuestro días, el estamento militar ha sido el
propietario del poder político en el Paraguay. Las FF.AA. paraguayas fueron unas de las pocas, por
no decir la única, que han logrado mantenerse en el poder por espacio de más medio siglo y sobre
todo, obtenido el éxito en la búsqueda de un moldeado autoritario y verticalista de la sociedad,
réplica de la propia corporación castrense. La última dictadura militar, encabezada por el Gral.
Alfredo Stroessner, no fue sino la culminación de dicho modelo autoritario y la de su
permanencia durante 35 años evidencia éxito.

En efecto, en el Paraguay, el estamento militar ha poseído a la sociedad civil, unas veces, con el
consentimiento de ésta y otras, con violencia. Aunque en esta posesión ambos elementos jugaron
siempre en forma combinada y superpuesta. Se podría hablar de un desaforamiento de las FF.AA.,
de haber ido más allá de sus funciones específicas sobre la sociedad civil, pero en ese caso sería útil
recordar lo Tocqueville decía: "no es en el ejército en donde debe buscarse el remedio a los vicios
del ejército sino en el país" (La Democracia en América), en tanto que las FF.AA., llamadas tal a
todos los aparatos de la represión legítima del Estado, no existen en el aire sino que tiene una
relación de intensidad con el Estado. Son como su síntesis. Y el Estado tiene una relación de
intensidad con la sociedad, es la condensación de las relaciones sociales de producción, en cierto
sentido, también, es su síntesis. Desde esta perspectiva las FF.AA. se halla entrelazada con la
problemática del Estado. Su práctica y su accionar devienen de la característica que asume el
Estado como forma política y esta forma también tiene relación con los procesos sociales que le dio
vida. Entonces el Estado y la forma en que éste emerge y se manifiesta, son resultados de un
proceso social históricamente determinado.

De ahí la pertinencia cuando nos referimos al sistema político implementado por los militares en el
Paraguay contemporáneo se hace necesario referirse al fenómeno de succión de la sociedad por el
Estado. Por ende se debiera buscar los niveles de aproximación al fenómeno Estado en forma
general para luego hacerlo con el régimen militar autoritario propiamente dicho.

Pero antes dejemos explícito en forma somera, aunque no sea más que como elemento fáctico para
pensar y formular este capítulo, lo que entendemos por la coyunda sociedad civil/Estado: la primera
como una estructura de clases, pero no sólo eso, sino también como un conjunto de
determinaciones sociales que transcienden lo meramente clasista, y la segunda, como un esquema
de poder de la fracción social dominante sobre toda la colectividad.

Esta definición, en cuanto se refiere a una estructura de clases sociales, reconoce, implícitamente,
relaciones entre la economía y la sociedad, cuya articulación nos remitiría a la existencia de
determinados grupos sociales cuyos intereses se hallan en permanentes conflictos. Pero al mismo
tiempo implican otras relaciones sociales, cuyas determinaciones también hacen a la substancia de
la sociedad. El Estado vendría a ser, entonces, un resultado de esos procesos sociales, y a la vez no
sería un elemento neutro dentro de los mismos, es parte integrante. Es decir que el Estado como
esquema de dominación no es ajeno al propio proceso de su conformación. Entonces la coyunda
sociedad civil/Estado es una relación interactuante, cuyos polos se intervienen y se determinan
mutuamente, siendo el Estado no sólo un aparato sino una relación social en sí misma.

En cuanto a la problemática del análisis del Estado y a los niveles de sus determinaciones, Nikos
Poulantzas aportó, hacia la década de los 70, interesantes observaciones que pueden servirnos como
puerta de entrada para nuestra reflexión. El nos remite a tres posibles niveles de abstracción para el
análisis del Estado capitalista.

a) Primer nivel: Tipo de estado: Este sería el plano más alto de generalidad (abstracción) en el que
pueden darse como determinaciones fundamentales las relaciones sociales de producción. Es decir
que existe una relación constitutiva, entre el modo de producción y las formas de dominación, o sea
que en las mismas características de un modo de producción, está implícita la necesidad de cierta
forma de dominación. Así se pueden diferenciar dominación feudal, capitalista, etc.

b) Segundo nivel: Forma de estado. Este nivel de análisis, permitiría una mayor concreción desde el
momento que tiene en cuenta, no solo las determinaciones generales sino una infinidad de
determinaciones históricas, culturales, políticas, geográficas, etc. Aquí lo que importa, son las
distintas modalidades que adopta el pacto estatal de dominación, dentro de un modo de producción
dado.

c) Tercer nivel: Régimen Político: Este sería el de mayor concreción empírica, porque releva en
primer plano, las determinaciones concretas que distinguen y especifican la forma política en que se
realiza el pacto de dominación, que no sólo incluye la presencia de las clases dominantes, sino
también la de las dominadas (subalternas) que sin duda hacen parte constitutiva de un régimen
político.

Nuestro análisis sobre el "Estado militar autoritario" en el Paraguay se referirá a este último nivel
como, así mismo, cuando nos referiremos al sistema político de Alfredo Stroessner (1954-1989)
también se hará en la misma perspectiva.

Partimos de la base de que el modelo autoritario militar emerge poco después de la guerra del
Chaco con Bolivia (1932 - 1935) y tiene vigencia hasta el golpe de estado que derroca al General
Alfredo Stroessner, después de ejercer la jefatura del Estado paraguayo por espacio de 35 años. La
propia transición, que será, el tema del próximo capítulo será pergeñada por el poder militar.
Este capítulo tendrá por sujeto la emergencia, la construcción y la permanencia del autoritarismo
militar en el largo lapso histórico comprendido entre la "revolución febrerista" de 1936 y el
derrocamiento del General Alfredo Stroessner en 1989.

2. La Guerra del Chaco. Sus consecuencias sociales.

La guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia (1932 -1935) conmocionó raigalmente a la sociedad
paraguaya. Al término de la misma se produce una crisis socio-política que generó la
descomposición de la forma estatal anterior (oligáquico-liberal) y el reemplazo por otra forma de
Estado (autoritario-militar).

La amplia movilización de los habitantes del país durante la guerra, para cubrir no sólo el frente
bélico sino todo el conjunto de aparatos destinados a satisfacer las perentorias necesidades de la
defensa nacional, elevó de una manera inusitada el nivel de participación e integración de la
sociedad paraguaya. Por primera vez desde hacía 60 años, el pueblo paraguayo se volvió a sentir
actor del quehacer nacional.

La misma movilización y la vital experiencia de la guerra trajeron consigo una interrupción de la


cotidianidad social, si convenimos que la misma consiste en la "distribución de la vida de millones
de personas de acuerdo con un ritmo regular y reiterado de trabajo, de actor de vida"1. Este proceso
cotidiano sufre una ruptura cuando un gran sector social es arrancado de ese ritmo; cuando una
sociedad es modificada abruptamente por un acontecimiento, como una guerra. Y la interrupción de
la cotidianidad se manifiesta conflictiva siempre. La Guerra del Chaco significó la alteración de la
cotidianidad en dos momentos, en el inicia y al término de la misma. La primera alteración, aunque
haya sido problemática, no se manifestó, por lo menos al comienzo de la guerra como un problema
agudo, ya que contaba con un amplio respaldo consensual del pueblo, a pesar de que ciertos
sectores minoritarios pero organizados: organizaciones sindicales y el Partido Comunista se
manifestaron en contra de ella.2 La segunda alteración se presentó tan desgarradora como la
mortandad en la guerra. Se trataba de intentar reencontrarse con la vida anterior, como si la guerra
nunca hubiera tenido lugar.

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Para una mejor comprensión del espacio donde se encuba y se inicia todo el proceso posterior a
estudiar, se hace imprescindible anotar alguno punto fundamentales entre los múltiples factores a
analizar para una real aprehensión del fenómeno social al termino de la guerra3.

a) (individuo/sociedad) Cuando un individuo es extrañado de su medio "natural" y se instalado en


otro, en el cual su cotidianidad radica en enfrentarse con la muerte, se altera su propia sensibilidad.
En el caso de la guerra, el esfuerzo sobrehumano por sobrevivir transtoca su percepción de la vida
que al final resulta en la conformación y consolidación de grupos con visiones e ideas comunes. En
situaciones excepcionales, la formación de estos grupos va mucho más allá de la pertenencia
clasista, más importa la experiencia común en la lucha por la supervivencia que otros valores.

Esta situación se pudo comprobar cuando la guerra del Chaco, que a raíz de esta experiencia se
conformó una solidaridad muy especial entre ex-combatientes paraguayos cuya nucleación será,
posteriormente, la base social organizada de la "Revolución" de febrero de 1936.

b) En el plano social, la guerra en sí proporcionó a sus participantes nuevas responsabilidades y


expectativas. Se sabe que dicho fenómeno al ser internalizadas por el individuo o por los grupos
sociales, éstas se convirtieron rápidamente en actitudes y comportamientos nuevos, diferentes.

En el caso de la Guerra del Chaco, en que la mayoría de los movilizados que llegaron a escalafones
de oficiales no eran de carrera sino movilizados civiles. Sumados a ello que los mismos, eran de
origen campesinos. Al término de la guerra, cuando éstos debieron volver a su opaca situación
anterior un sentido de frustración de apoderó de estos sectores de acuerdo a testimonios de la
época.4 Esta situación indudablemente influyó a deshacer su inmunidad ante la transmisión de
nuevas experiencias ideológicas para un cambio radical, total.

c) En el plano económico, los desajustes que inevitablemente acarrea una guerra acrecentaron la
miseria de las masas. Aquí se debe tener en cuenta que la economía paraguaya estaba sufriendo un
doble impacto, el de la guerra, por un lado, y por el otro, el de la crisis capitalista de 1929-1932.
Como consecuencia, al finalizar la contienda, se produce un ascenso caótico de los precios de
consumo interno5 en condiciones de creciente desocupación, debido al enorme contingente
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desmovilizado.

Durante la guerra, el poder adquisitivo de los salarios descendió en un 50 %, lo que hizo que en
plena guerra se dieran huelgas obreras -hasta los propios trabajadores de la Intendencia de Guerra-.
Al término de la conflagración, la situación se dramatizó aún más desde el punto de vista del sector
obrero debido al alza generalizada de los alimentos, por un lado, y por el otro, la escasez de puestos
de trabajo.

e) En el plano político, el estado se sintió presionado por todos los problemas coyunturales y
estructurales. Debía responder o perecer si no se atenía a los reclamos de los nuevos grupos
emergentes. Un campesinado con anhelo de cambios, capas medias como profesionales, empleados,
artesanos, así como una clase obrera y un empresariado industrial en proceso de conformación
presionaban por una modernización de las estructuras estatales. Este debía despojarse de sus
atributos corporativos a favor de la oligarquía y "universal sus funciones" , es decir debía recoger
los intereses del conjunto de los sectores dominantes y lograr articularlos con las aspiraciones de las
clases dominadas.

Se podría decir que al término de la guerra confluyeron distintos procesos coyunturales, algunos ya
evocados, cuyas determinaciones en lo político , en lo social, en lo económico e incluso en lo
estrictamente militar crean un espacio "sobredeterminado", en el sentido althusseriano de la palabra
pero la base de toda la crisis estaba asentada sobre la crisis estructural, que suponía la existencia por
un lado, en la contradicción del minifundio encerrado entre el latifundio y las grandes empresas
exportadoras y propietarias del sistema financiero y, por el otro, en el dominio del capital extranjero
en los sectores más dinámicos de la estructura económica, lo que imposibilitada la acumulación del
capital en el país. En ese espacio se incubó el proceso revolucionario de 1936.

2.1. La revolución de febrero de 1936.Irrupción militar en las estructuras del poder.

El profundo descontento social que se manifestó al término de la guerrA es aprovechado por el


"ejército victorioso" para hacerse del poder a través de un golpe de estado. El movimiento
revolucionario de 1936 (emergencia de los militares en el poder) en nada se diferenció de los
múltiples golpes de estado que se habían dado en los últimos 60 años, un levantamiento de
unidades del ejército por reivindicaciones puntuales, en esta caso, el envío al exilio de un héroe de
la reciente guerra.

Sin embargo, éste será fundamentalmente diferente de los precedentes, porque por primera vez no
se trató de un "arreglo de cuentas" entre sectores del poder sino de una agitación que respondía a
profundas expectativas populares.

Si las consignas enarboladas por las sublevaciones anteriores eran las de la defensa de los preceptos
de la Constitución Nacional (1870), supuesta o realmente violadas por el grupo en el gobierno, en
ésta, el objetivo fundamental era la derogación de esa Constitución, hacer tabla rasa con ella e
instaurar, a través del ejército, un nuevo sistema político-social.

El "ejército en armas", según la Proclama del Ejército Libertador del 17 de febrero, se


constituía en el "portavoz" y en el "vehículo de las transformaciones anheladas por las masas
populares". Esta "autoconstitución" de las FF.AA., como ente político y gestor de la "vida misma
de la Patria", les daba el "legítimo derecho" de "estatuirse" en nombre del pueblo en poder
plebiscitario, constituyente y , por ende, legislativo.

Pero la unidad de los distintos sectores sociales políticos y sociales, emergentes en este proceso, no
estaba soldada por un programa común mínimo, sobre todo teniendo en cuenta que formaban un
vasto abanico de intereses sociales de clase. El rechazo común a los "políticos de levita" , si bien
fue un elemento aglutinador entre los diferentes grupos mientras se trataba de destruir ese poder, no
podía ser un elemento suficiente para crear un espacio político diferente y una nueva forma de
estado consensual.

Muestra de esta falta de unidad son la conformación de tendencias y las rencillas internas dentro del
propio gabinete, que no pudo lograr ni tan siquiera un programa mínimo de gobierno. Las
ideologías dispares,que iban desde el marxismo, pasando por el humanismo, el liberalismo, hasta el
fascismo, dificultaron la construcción de un proyecto político coherente.

Entre febrero a mayo se sucedieron los días más altos del proceso de lucha entre los sectores
emergentes por impulsar cada uno su propio modelo.6 Finalmente, uno de los sectores,
conformados por los integrantes, años antes, de "La Liga Nacional Independiente", quedaron en el
gobierno con los militares. El 13 de Agosto de 1937 el gobierno fue nuevamente derrocado por otro
golpe militar.

2.2. Consideraciones sobre el Estado surgido en 1936.

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El Estado, con la revolución de febrero de 1936, emergió como el actor fundamental de dirección y
organización de la sociedad paraguaya. Pasada la euforia "revolucionaria", reprimió al movimiento
obrero e intentó, desde arriba crear una central de trabajadores adicta a las directivas estatales.
Fundó el Departamento del Trabajo, estableciendo las garantías y obligaciones correspondientes a
obreros y patrones, con el propósito de lograr una "solución a los conflictos obrero-patronales".
Dictó una Ley de Reforma Agraria, que sin embargo,. no llegó a perjudicar los intereses
latifundistas. Al fin intentó organizar un partido político pudiera responder a los intereses del
germen del nuevo Estado pero no logró movilizar a las masas.

La matriz de la forma estatal autoritaria militar tuvo inicio con el decreto-Ley N. 152 de 1936 de
Defensa de la Paz Pública. Según dicho decreto la "Revolución libertadora se declara
identificada con el Estado" y como tal "...moviliza (...) a (...) todos los ciudadanos (...) para
realizar integralmente sus objetivos permanentes directamente a través del organismo
estatal". Toda actividad de carácter político, de organizaciones partidistas, sindicales (...) que
no emane explícitamente del Estado, será prohibida..." 7

Con este decreto de corte totalitario se dará el inicio de todo el proceso del "Estado Militar". Las
tendencias posteriores que germinaron con la instauración del régimen revolucionario de 1936 se
desarrollarán durante toda la etapa militarista posterior hasta llegar a su máximo desarrollo con la
dictadura del Gral. Stroessner. Sin intentar ser riguroso se podría citar algunas de estas tendencias:

- Autoritarismo, por un lado y mediadas populistas, por el otro.(Reforma Agraria,


Departamento del Trabajo, etc.).

- Utilización de una organización política civil como instrumento del militarismo estatal
(Asociación de ex-combatientes,(1936), Partido Liberal (1937/1940), Tiempistas (1940/1943) y
finalmente al Partido Colorado, desde 1943)

- Nacionalismo a ultranza.

- Anticomunismo primario.

- Persecución política a todos los que no comulguen con la ideología oficial.

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- Digitación por parte del Estado de movimientos sociales y sindicales.

- Intervención estatal en la economía y creación de empresas públicas en todos los sectores que el
capital privado no tuviera interés y se consideraran prioritarios.

- Disposición favorable a la inversión extranjera en el país.8

En Conclusión, la Guerra del Chaco, con el sacudimiento que significó todo acontecimiento social
de este naturaleza, apresuró el reemplazo de la antigua forma estatal, sin los actores hayan
visualizado un enfoque claro de la sociedad con la que iban a reemplazar la de entonces. Por esos
terrenos habría que buscar el germen de la emergencia del sector militar en la vida política nacional
y de la instauración de un estado fortalecido cuyo fin último será a la larga moldear una sociedad
con la misma disciplina verticalista de la corporación castrense. La falta de una imagen
democrática-consensual de estado por parte de los organizaciones populares, por un lado, y por el
otro, la incapacidad de los sectores de derecha de constituir, por sí sola, una organización civil
capaz de garantizar la estabilidad sin la participación militar. Esto explica de algún modo el
posterior proceso, el longevo sistema dictatorial-militar en el Paraguay contemporáneo.

En el aspecto legal esta tendencia hallara su más acabada forma en la Constitución de 1940,
impuesta, también, por un decreto del General José Félix Estigarribia, Presidente de la República en
aquél entonces (1939-1940).

En esta "Carta política" la dictadura del poder ejecutivo era trasvestido por la figura de la división
de poderes. Si bien esta figura , por ser base esencial del sistema republicano, permaneció en la
Constitución como equilibrio del poder, en la realidad de la estructura legal el Ejecutivo era la única
fuente de poder. El Presidente de la República y el Comandante en Jefe de las FF.AA. debía ser la
misma persona y éste tenía facultades para disolver el Poder Legislativo y dictar decretos-leyes
durante el obligado receso de éste. Además no se podía realizar contra él un "Juicio Político". Por
otro lado, el presidente del Ejecutivo tenía la facultad de nombrar a los miembros del Poder
Judicial.

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3. Déficit de Hegemonía y Autoritarismo militar. El empate catastrófico y la guerra civil de
1947.

3.1. El "Empate catastrófico"

Sectores económicos oligárquicos atizará las contradicciones militares en el proceso de 1936 para
desembocar a un golpe de estado, en agosto de 1937. La oligarquía que por primera vez se sintió
apartada del poder político, buscó influenciar a través de elementos militares para retomar el poder,
pero al fin pagará, en el largo tiempo, pagará muy caro por este servicio, su retirada gradual del
poder político.

Los militares, al derrocar a Franco, eligen como Presidente de la República al Dr. Dr. Félix Paiva.
Este había sido Presidente del Senado, Presidente de la Corte Suprema de Justicia, y ahora vivía
retirado de la política y ejercía el decanato de la Facultad de Derecho. Al asumir éste se restituyó la
Constitución de 1870, derogada por el Decreto N. 1 del 17 de febrero de 1936.

La crisis social post-guerrera, no solo no fue solucionada por el proceso del 36 sino, al contrario, la
potencializa con las expectativas de las promesas gubernamentales no cumplidas. Consignas como
"La tierra para quien la trabaja" y otros slogan populistas.

Desde 1937 hasta 1941, se observa un proceso muy dinámico de luchas sociales. Se trata de un
enfrentamiento directo entre varios sectores sociales, una serie de conflictos que tienden a una
nueva ruptura revolucionaria y con posibilidades más radicales dada la experiencia reciente.
Además, se trata de toda una gama de sectores sociales, potencialmente capases de articular un
proyecto común: la clase obrera, el campesinado y la pequeña burguesía urbana por un lado y, por
el otro, al mismo tiempo, violentas represiones desde lo alto, de manera que ninguno de sectores era
capaz de capturar el poder. El Estado de Sitio vigente se hacía sentir durante y todos los sectores
políticos, inclusive algunos grupos del propio partido liberal, eran perseguidos con ensañamiento.

Varios intentos de golpes de estados militares en distintos puntos del país fracasaron. Estos intentos
de exigencias, levantamientos, movilizaciones vendrían a confirmar que la decisión política se
hallaba ya en manos de los militares. Por otro lado, todos los sectores políticos buscaron ganar la
voluntad de los mismos. No pretendieron ninguna forma de entendimiento civil como para
fortalecerse frente a los militares o buscar, con este fin, la organización de sus propias bases. Por el
contrario le urgían contar con sectores del ejército, ganar a los jefes que pudieran aportar "un voto"
en las decisiones concernientes a la vida política nacional.
Pero los militares tampoco eran un todo compacto corporativo. Al término de la guerra, se
mostraron profundamente impactados por las diversas ideologías de la época,y, consecuente
adcrisptos o en acuerdo con determinadas organizaciones políticas. La primera de las diferentes
corrientes políticas dentro del ejército era el "franquismo"9 que seguía siendo fuerte entre la
oficialidad media, a pesar de las constantes purgas efectuadas para su erradicación. Otra corriente
con suficiente fuerza dentro del ejército, y fuera de él, era el "Frente de Guerra" de orientación
ideológica netamente fascista. A pesar de dentro del conjunto militar se respiraba un anti-
liberalismo militante, todavía quedaban jefes simpatizantes de ese partido en los puntos claves, tal
como el Jefe de la Policía, El Cnel Arturo Bray. Inclusive, según testimonios,10 el Partido
Comunista contaba con algunos jefes de tropa que respondían a esa ideología.

Dada esta diversidad ideológicamente, queda clara que el gobierno de "profesionales" tuvo que
enfrentarse cotidianamente a exigencias y reclamos por parte de los militares "opositores". Estos
enfrentamientos entre sectores y armas de las FF.AA. volvieron sumamente vulnerables al poder
central. El nuevo gobierno carecía de consensus de la sociedad civil, pero como hecho más graves,
tampoco contaba con el consenso en el seno del grupo social del que emergía: los militares.

La "crisis política permanente" después de la guerra del Chaco, pudiera ser el resultado de que
ninguno de los sectores sociales pudo imponer definitivamente su hegemonía. De hecho, tampoco
existía un sector que estuviera construyendo más que otro el consenso en la sociedad para aspirar a
una toma del poder por medios civiles. Los sectores políticos existentes se presentaban más bien
como una especie de franco tiradores, tratando de capturar al estado desde esa posición. Pero el
propio estado se encontraba, al mismo tiempo, demasiado presionado y defendido por otros
sectores, hecho que imposibilitada la toma del poder por cualquiera de ellos: una especie de
"empate catastrófico" que expresaba "la situación en la cual las fuerzas en lucha se equilibran de
una manera tal que la continuación de la lucha no puede menos que concluir con la destrucción
recíproca"11. Pero con la diferencia de que no se trataba, in situ, de clases constituidas.

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3.2. La solución dictatorial. José Félix Estigarribia o el providencialismo trunco.

La crisis política se agudizó en mucho, hacia 1939, cuando se abre las perspectivas de "elecciones
presidenciales". Ante el "empate catastrófico" y un militarismo que no consiguió consenso a pesar
de su alianza con el partido mayoritario de entonces, el liberal, ciertos sectores del ejército
levantaron la figura "mítica" de José Félix Estigarribia, el "General de la Victoria", embajador
paraguayo en los EE.UU. de Norteamérica, en ese momento, como posible candidato militar. El
liberalismo como el coloradismo intentaron cada uno por su lado ganar a Estigarribia mientras que
la mayoría del pueblo paraguayo esperaba una "Gobierno Nacional". Al final el Partido Liberal
logra que Estigarribia sea su candidato. Frente a esas circunstancias el Partido Colorado y los demás
grupos no tuvieron otra alternativa que no participar en las elecciones. Por ende, el llamado a
elecciones coincide con un clima inestable y de grandes contradicciones sociales y políticas.

Es legítimo afirmar que Estigarribia puso haber sido, cumpliendo profundas expectativas populares,
el articulador de todas las fuerzas nacionales en busca de la construcción de un Paraguay, donde la
unidad descanse en la pluralidad de los enfoques, el respeto mutuo. Una democracia basada en un
desarrollo que beneficie a las amplias mayorías populares. Su mítica figura y el hecho mismo de
haber dirigido "a toda la nación" en la Guerra del Chaco le acordaban el prestigio necesario para
ello.

Pero, para que Estigarribia, el "vencedor del Chaco", fuera la figura unificadora por excelencia,
debía vencerse a sí mismo, ya que él no era libre de la clase cuyos intereses respondía el Estado que
hubiera tenido la necesidad de negar. Con justeza se dice que "...la razón del estado persigue a los
hombres hasta la muerte, incluso cuando ellos han querido huir de ella, porque ésta es la
manifestación final de la relación entre las clases, habida cuenta de que, es tal relación la que
permite a cada clase ser ella misma"12. En el sentido que la decisión del individuo Estigarribia de
ser candidateado por los liberales, no era ajeno a su propia práctica y relacionamiento con los
hombres políticos del poder, en la que él mismo estaba inmerso.

Estigarribia asumió el poder el 15 de agosto de 1939, con un gabinete cívico-militar. Este hecho de
por sí no logró, sin embargo, restituir la "paz pública". Los movimientos y partidos políticos
continuaron con sus movilizaciones. Dentro del ejército, la cada vez más agresiva posición de los
fascistas y las purgas contínuas seguían alimentando la inestabilidad.13. Frente a este hecho,

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materializando quizás el sentimiento de necesidad de constituir un gobierno nacional, el Gral. José
Félix Estigarribia, por decreto asume "la plenitud de todos los poderes políticos del gobierno de la
República..."14 pero traicionando las expectativas de unidad en la democracia de amplios sectores
sociales.

El decreto del 18 de febrero de 1940 ponía en receso, asimismo, a los partidos políticos y dio a
conocer un nuevo plan de gobierno en la que se aspiraba "llevar la acción civilizadora del Estado a
todas las capas sociales" (parte política I), "asegurar el interés de la Nación sobre el interés
individual' (parte política II), " fortalecer (...) al Estado (Parte política III); y "evitar la influencia de
las empresas industriales y comerciales en la política; prohibir a los funcionarios ejercer la
representación de empresas..." (parte política IV).

El mismo día, Estigarribia nombró un nuevo gabinete cívico-militar, en el cual incluyó a "título
personal" a colorados, liberales y militares. El Decreto-ley del 18 de febrero de 1940 era, desde ya,
el prolegómeno de lo que sería la Constitución posterior. El Estado aparecía, a igual de 1936, como
el único gestor de toda la sociedad. Desde la economía hasta el conjunto de instituciones, inclusive
religiosas y artísticas. Pocos meses después, el 10 de julio, mediante un plebiscito, Estigarribia
impuso por decreto una nueva "Constitución" de carácter autoritario, ya que establecía que el poder
residía fundamentalmente en el ejecutivo. El Presidente de la República era al mismo tiempo
Comandante de las FF.AA., además de tener facultades para disolver el Poder Legislativo y para
nombrar a los miembros del Poder Judicial.

A su muerte, en un accidente de aviación, el 7 de setiembre, ya las bases de un autoritarismo están


sólidamente asentadas. El poder militar decide, en reunión de comandos, nombrar al Ministro de
Defensa Nacional, General Higinio Morínígo, Presidente del Paraguay.

Morínigo dotado de un instrumental legal constitucional así como aprovechando las críticas
circunstancias provocadas por la Segunda Guerra Mundial, en el plano externo, y de "una crisis
catastrófica de equilibrio" en lo interno, impone una férrea dictadura.

"Pueblo y ejército actuarán desde ahora bajo la dirección del mando único. Con la ayuda
de Dios ejerceré inflexiblemente para orientar de una vez la Revolución Paraguaya"15

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Con este autoritario mensaje -30 de noviembre de 1940- anuncia lo que será su gobierno. El
eslogan de su gobierno "Orden, disciplina y Jerarquía" de alguna manera manifestaba el
pensamiento subyacente la de intentar encuadrar cuarteleramente a la sociedad civil. Al mismo
tiempo descubre cierto parentesco con las dictaduras fascistas de la época en Europa y con ciertos
autoritarismos populistas en América Latina.

Con mayor razón que en los casos de otros gobiernos latinoamericanos de la época, el régimen de
Morínigo fue calificado de fascistas por la opinión democrática dentro y fuera del país.16 Esta
caracterización, políticamente correcta en el contexto de la segunda Guerra Mundial, no definía sin
embargo la naturaleza del nuevo Estado creado por los militares. Tampoco dilucidaríamos hoy,
esta cuestión imputándole a la institución armada el papel de mero instrumento de la oligarquía
tradicional, temporalmente separada de la conducción estatal, ni presentándola como capaz de una
acción completamente independiente, ajena a cualquier interés de clase, sino más bien a la
existencia de un aluvión de clases semi-diferenciadas, no constituidas en sí mismas debido
fundamentalmente al chato desarrollo del capitalismo en el país. En estas circunstancias la
"autonomía relativo" del ejército era derivada del catastrófico déficit de hegemonía generado por la
Guerra del Chaco, en momentos cuando el modelo liberal oligárquico se había agotado, verbi
gracia, no realizado aún sus posibilidades, y por lo tanto creado las premisas para su reemplazo por
un nuevo proyecto de dominación.

Así el empate entre las distintas fuerzas sociales aparecía más como el resultado de su inmadurez y
desintegración: que como un verdadero equilibrio entre sectores relativamente homogéneo y
cohesionados. Al no integrarse una tendencia pequeño burguesa o burguesa hegemónica, el brutal
aplastamiento del movimiento democrático popular no devolvió el poder a los representantes
orgánicos de la amorfa oligarquía terrateniente-burguesía comercial, simplemente garantizó un
nuevo tipo de superioridad del Estado, reducido a su más simple expresión de coacción y violencia,
sobre el conjunto de la sociedad.

La Revolución Nacionalista Paraguaya, como lo llamaba Morínigo a su régimen, expulsó de su


seno a todos los liberales, luego declarará a ese partido, fuera de la Ley. En diciembre de 1940, los
dirigentes liberales fueron apresados y confinados en apartados lugares del interior del país. Otros
fueron al exilio. Al mismo tiempo organizó una fuerte purga en el seno de las FF. AA., sobre todo,
para deshacerse de militares de tendencia liberal.

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Esta dictadura impuso la pena de muerte por cuestiones política, prohibió asambleas, mitines,
publicación y difusión de documentos, de artículos críticos hacia las "autoridades nacionales".
Asimismo decretó un receso sindical y la movilización militar de todo obrero que se declarase en
huelga17. Si impuso la censura de previa de Prensa y Propaganda, encargada de exaltar las virtudes
de la "Revolución Nacionalista".

3.3. La frágil y ambigua democracia

Los resultados de la segunda guerra mundial, en el plano internacional, fortaleció a los sectores
democráticos en el plano nacional. Aún cuando el empate entre las distintas tendencias dentro del
ejército, la nueva situación internacional forzó a la dictadura de Morínigo a retirar al núcleo militar
de extrema derecha. El desplazamiento de este núcleo de poder armado pro-nazi derivó en una
apertura política. La constitución de un gobierno de coalición entre febreristas, colorados y
militares.

El proceso de liberalización comenzó en un ambiente en que el concepto mismo de la democracia


tenía distintos valores y prácticas diferentes para cada uno de los sectores involucrados en el
gobierno. Para Natalicio González, líder del sector guión rojo del Partido Colorado, ideológica y
prácticamente más cercano al Dictador, el proceso democrático significaba la posibilidad de una
"paz social" controlada por y desde el estado. Una apertura desde arriba y envuelta en un magma
ideológico nacionalista autoritario, cuyo propósito sería la domesticación de la sociedad por el
estado. Los febreristas buscaban en primer lugar, borrar y cambiar de raíz al régimen dictatorial
desplazando a los hombres que fueron sus sostenedores, a fin de imponer su propia hegemonía.

La relación Morínigo-Concertación Febrerista fue traumática, por cuanto Morínigo pensaba que
esta apertura democrática le posibilitaría, en cierta medida, su permanencia en el poder. Los
febreristas, que contaban, todavía, con sólida reservas en el ejército, en cambio, intentaban
desplazarlo a aquél del gobierno, movilizando a sus bases a fin de profundizar y ampliar el proceso
democrático. Pretendía ser la articuladora de fuerzas sociales y políticas hacia el logro democrático.
En Partido Colorado convivían dos tendencias contradictorias, la primera, el sector "democrática o
chavista, por su principal líder, Federico Chavez, estaba profundamente impactado por la derrota
fascista y no tenía mayores reticencias a una co-participación en el proceso de profundización
democrática. El otro, el guión rojo, sector que desde 1943, venía trabajando dentro del seno del

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gobierno, populistas de derecha, muy cercano al dictador. Su líder, Natalicio González desde el
Ministerio de Hacienda, fue fortificando un grupo de choque, parecido a las"camisas negras"
italianas. El Partido Comunista, a pesar de haber sido la fuerza más reprimida durante la etapa
moriniguista, tenía su principal reserva en la fuerza obrera organizada. Por primera vez, obtuvo
legalidad para sus actividades y se dedicó fundamentalmente en buscar la unidad de las fuerzas
opositoras contra el peligro de una nueva dictadura y a movilizar a ese efecto a sus bases. El Partido
Liberal, sobre quien pesó un decreto institucional de disolución dictado por Morínigo, planteaba la
afirmación y ampliación del proceso democrático. Y con razón, puesto que siendo el partido
mayoritario de la época, estaba excluido del Gabinete que instauraba la ambigua democracia.
Dentro de esta amplia gama de intereses políticos, todos reclamaban el llamado a elecciones
generales, para elegir una Asamblea Nacional Constituyente para elaborar una nueva Constitución
de "carácter auténticamente democrático".

3.4. La Guerra Civil de 1947. El desempate. Sus consecuencias políticas y sociales.

Pero "el amanecer democrático" no desembocó a un entendimiento democrático de las fuerzas en


pugna, sino al contrario avivó la llama faccional. Un sordo trabajo subterráneo de enfrentamientos
entre los dos partidos coaligados se originó. Cada uno buscaba reforzar su posición apoyándose en
sectores del ejército, sin descontar tampoco las actividades desplegadas por los otros partidos
políticos, con el mismo fin. Ganar el estado por el camino militar. Es decir que las propias prácticas
partidarias estuvieron coayuvando para el posterior fortalecimiento de la unidad militar-cívica en
los poderes del estado.

El sector guión rojo del Partido Colorado, desde posiciones claves en el gobierno, a través de los
Ministerio de Hacienda y del Interior . conformó verdaderas milicias para-militares. Las actividades
de estas milicias tenían como objetivo la creación de un clima político en la que se buscaba una
salida de definición militar dictatorial.

Algunos sectores militares en vista de que las contradicciones políticas entre los dos partidos de
gobierno pudieran arrastrar al propio estamento militar buscaron una salida pactada en que se
retiren del gobierno ambos partidos y que éste quedara en manos militares con el compromiso de
unas elecciones generales próximas, con la participación de todos los partidos políticos, con el
objetivo de elaborar una nueva Constitución y posteriormente las elecciones generales para la
elección presidencial.

El 12 de enero de 1947 se definió finalmente, en una reunión comandos militares y representantes


de los dos partidos en el gobierno en la que se decide por esta salida. El jefe de Estado, el Gral.
Higinio Morínigo, viendo que esta salida pudiera alejarlo del poder en las nuevas elecciones dio,
conjuntamente con el Partido Colorado, un autogolpe. De esa forma se clausuró el proceso de
democratización. Nuevamente las persecuciones políticas y sociales se reiniciaron. Ahora ya
apoyada por los elementos parapoliciales del guión rojo.

La apertura liberalizadora llegaba así a su ocaso sin que las organizaciones sociales y políticas
hayan podido construir dentro de la sociedad civil un modelo de alternativo a la dictadura militar de
la que emergió. Quedó claro para todos los sectores que la única definición posible era la de un
enfrentamiento armado capaz de imponer por la fuerza una hegemonía.

El 6 de marzo, con el atraco a la policía por parte de jóvenes febreristas se dio inicio a una de las
guerras civiles más sangrienta que recuerda la historia paraguaya. El 7 de marzo se rebeló la
comandancia de la III región militar en la ciudad de Concepción, poco tiempo después se le suman
todas las unidades del Chaco. "...Nuestro fin es salvar la dignidad y el honor de las FF.AA. ,
manchado el 12 de enero..."18. "Este movimiento no responde a fines partidarios estrechos sino por
normalizar el país (...) y terminar de una vez con el régimen de persecuciones, de ilegalidad y el
trastorno constante en las FF.AA.19

El programa que proponía este movimiento del sector "institucionalista" del ejército era "libertad e
acción de los partidos políticos; elecciones libres' medidas urgentes contra el alza del costo de
vida..." y otros pronunciamientos de contenido democrático e institucional. A ese sector del ejército
se le unen todas las organizaciones políticas excluidas del poder: Concertación Febrerista, Liberal y
Comunista.

El desenlace de la Guerra Civil marcó el momento de la definición y el rompimiento del


"empate catastrófico" iniciado diez años atrás y el inicio de una nueva etapa dentro de la
organización del Estado autoritario militar. Grosso modo se pudiera evaluar el impacto de esta
definición de la siguiente manera:

a) La derrota de los rebeldes, constituyó el fin de la idea de un ejército institucional. Aquí fue
derrotado, en realidad, el ejército, como corpus, por masas armadas de civiles. Con ello se inició
posteriormente la estructuración de un ejército ostentosamente colorado.

En este contexto habría que tener en cuenta que el sector institucionalista rebelde, a pesar de contar

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el apoyo de partidos políticos, tenía la idea de una "guerra exclusivamente militar". Como tal no
movilizó a la población civil con miras a engrosar sus filas. Dentro de su cosmovisión de combate
no trató de organizar a la población civil en grupos armados para ostigamiento en los poblados bajo
la hegemonía del gobierno y ni siquiera para una autodefensa armada. Confiaron exclusivamente en
sus fuerzas militares, de hecho el 80 por ciento de las FF.AA. estaban sublevadas y sólo un 20 por
ciento de ellas respondían al gobierno.

En cambio los sectores gubernamentales, ante un escaso número de contingentes, logró movilizar a
los militantes del Partido Colorado, para ser partícipe de la guerra. Los movimientos paramilitares
del guión rojo tuvieron una activa y primerísimo papel en este guerra. Al término de la misma, con
la derrota de los insurgentes, el ejército fue reorganizado con estos elementos. Habría que anotar,
además, que la gran mayoría de ellos tuvieron participación en la guerra del Chaco, por ende, tenían
experiencia guerrera y eran casi todos militares retirados. El gobierno volvió a reinsertarlos dentro
de las FF. AA.. Con ello se sellaba la unidad entre FF.AA. y Partido Colorado.

b) El sector guión rojo del Partido Colorado, fundando en 1941, como una logia secreta con la
intención de llevar al poder, por cualquier medio al Partido Colorado, era una organización de
tendencia ultra-nacionalista-fascistoide que desplegaba banderas populistas. La respuesta masiva
civil campesina para alistarse a la campaña guerrera fue una forma de asumir y movilizarse por sus
viejas postergaciones sociales. El sector guión rojo con una propaganda de reivindicación social,
por un lado y por el otro, reivindicación social selectiva, en el sentido de que solo aquellos
militantes participativos de la cruzada colorada gozarían de esas reivindicaciones movilizó el
enorme contingente civil para la guerra. Podría plantearse, entonces, que la guerra civil fue,
también, como una autodeterminación popular por la vía reaccionaria. El triunfo de la fuerza
política más retardataria en el sentido de la democracia política será una de las causas
fundamentales que posibilitaría posteriormente la permanencia en el poder, por la tan largo período,
del General Alfredo Stroessner.

c) El terror como forma generadora del inmovilismo social democrático. La historia paraguaya tuvo
muchas guerras civiles pero nunca se persiguió con tanta saña no solo a los combatientes vencidos,
sino a toda la población civil que no respondiera a los ideales del Partido Colorado como en esta
guerra civil y después de ella. La consigna lanzada por uno de los personeros del régimen "el que no
está con nosotros está contra nosotros" se cumplió con todo el rigor del odio desatado. Esta
violencia, desenfrenada en los primeros tiempos más selectiva posteriormente, fue una condición
para anular las profundas erupciones sociales que conoció el país luego de la Guerra del Chaco. La
derroca de los insurgentes, fue sólo un incidente, de la necesidad de derrotar a la propia sociedad
civil conmocionada. Dentro de este marco, el terror se manifestó como necesidad del nuevo orden
impuesto por los vencedores. Con esta violencia el desempate debía ser raigal. Un arreglo de
cuentas de la fuerza contra el consenso. Los militares chilenos repetirían la experiencia décadas
después. Y también como en Chile, en el Paraguay se exilió casi un tercio de la población,
desarticulándose los partidos políticos y las organizaciones sindicales. El trauma del terror de este
proceso marcará a sangre y fuego la memoria colectiva del pueblo paraguayo, sólo comparable,
quizás, con lo que sucedió con el pueblo español, después de su guerra civil.
4. La dictadura de Alfredo Stroessner

La longeva dictadura (1954- 1989) del General Alfredo Stroessner releva en cierto sentido, la
supervivencia de la última de las dictaduras de viejo cuño y de la primera de las modernizadas de la
década de los años 70. Surgida, a través de un golpe de estado, en mayo de 1954, ha sabido
permanecer en el poder, mediante la combinación de múltiples formas, hasta la madrugada del 3 de
febrero de 1989, fecha en que es también desplazada por un golpe de estado.

Si bien Stroessner se ha revestido de la "representatividad" formal del poder, y a pesar de su


autocratismo, el poder -substancia represiva de todo estado- a fin de cuentas se hallaba en manos de
los militares. Pero fue Stroessner, que desde el gobierno, ha tenido éxito en lograr la conjunción,
intentada ya por sus antecesores militares, como hemos visto, entre las FF.AA. y un soporte
político de masas. En este caso supo aprovechar las condiciones políticas existentes, en los años
previos, para conformar una triada permanente entre las FF.AA./ Gobierno/Partido Colorado
quedando como punto de esa unidad, su propia persona, como Jefe del Ejecutivo, Comandante en
Jefe de las FF.AA. y Presidente Honorario del Partido Colorado.

La construcción de este sistema político no hubiera sido posible de no mediar dos acontecimientos
históricos anteriores, que ha hemos visto. Uno la "Revolución febrerista" en 1936, en que las
FF.AA. emergen en el poder político y se constituye el germen del autoritarismo militar y el otro la
"guerra civil" de 1947, en que el 80 % del ejército es derrotado por organizaciones civiles
militarizadas del Partido Colorado, con lo que éste logra la dirección del gobierno de la República y
la conformación de unas FF.AA. exclusivamente colorada.

Tampoco el golpe de estado de 1954 y la ascensión a la presidencia de la República del General


Alfredo Stroessner supone la implementación del modelo político mencionado; ello se irá
construyendo a través de un proceso en que Stroessner con hábiles movimientos fue vaciando las
FF.AA. y al partido colorado de toda posible oposición a su persona. El paso de un estado
autoritario y dictatorial a un estado totalitario sostenida por la triada evocada más arriba será el tema
relevamente de este capítulo.

Desde el punto de vista del proceso de este tránsito de un poder dictatorial a un poder "onnivoro" se
pudiera dividir el periódico histórico de todo el sistema (1954 - 1989) en 4 etapas, en donde cada
una de ellas tiene elementos propios que hacen a la construcción, permanencia y éxito del sistema,
aunque muchos de dichos elementos se entrecruzan en toda la extensión del periodo en su conjunto.
La primera (1954 - 1962) la del afinazamiento de la dictadura. La segunda (1963 - 1975) en que se
construye el sistema y se fortalece el poder. La tercera (1975 - 1986) la del máximo desarrollo del
sistema totalitario y por último la cuarta (1986 - 1989) el ocaso.
4.1. Antecedentes de la dictadura de Stroessner: Intolerancia política e inestabilidad
política de los civiles.

La consecuencia política más neta de la guerra civil de 1947 fue la exclusiva entronización de la
intolerancia frente a los que pudieran tener una idea diferente. Esto no solo fue exclusivo del
nuevo poder civil-colorado contra sus opositores sino dentro del mismo partido de gobierno.
Los colorados después de derrotar a sus "enemigos" externos y ya solos en el poder iniciaron una
sorda y violenta lucha interna. Los complots y los levantamientos cívicos-militares estuvieron en el
orden del día. Entre 1947 al 1949 se sucedieron seis Presidente de la República. Si todos los
levantamientos de la época respondían a algún sector de la Junta de Gobierno del Partido Colorado,
el juego final se resolvían en los cuarteles. El 3 de junio de 1948 fue derrocado Higinio Morínigo,
quien debería haber entregar el poder a Natalicio González el 15 de agosto, le sucede en forma
provisoria hasta esa fecha, Juan Manuel Frutos. El 15 de agosto asume finalmente Natalicio
González, quien es derrocadoel 29 de enero de año siguiente y suplantado por el General Raimundo
Rolón que a su vez fue derrocado y suplantado por Felipe Molas López a los pocos días de su
mandato, en febrero del mismo año (1949). Molas López también fue derrocado y asumió Federico
Chávez, el 11 de setiembre de 1949. Estos sucesivos y abruptos cambios presidenciales finaliza con
el golpe de estado que lleva a la presidencia a Federico Chavez. Este finalmente es derrocado por el
golpe de Estado comandado el por el General Alfredo Stroessner, el 4 de mayo de 1954, después de
permancer como Presidente de la República por 4 años.

La Asociación Nacional República (Partido Colorado) debido a sus divisiones internas no pudo
aprovechar su victoria sobre el poder militar, en 1947 para construir un orden civil hasta que al final
los militares, a través de Stroessner, los vuelve a vencer y ésta vez para dejarlos fuera del poder.

5. Primera Etapa: Del Golpe de Estado a la afirmación de la dictadura. (1954 - 1962)

La emergencia al poder gubernamental del General Alfredo Stroessner, el 4 de mayo de 1954, "no
fue un rayo en cielo sereno" sino resultado de un largo proceso de crisis política no resuelta, tanto
estructural como coyuntural. Desde el punto de vista estructural la incapacidad de los civiles de
constuir un orden político estable, debido a sus rencillas internas caudillezcas, por un lado y por el
otro, la construcción, desde la comandancia del ejército, de un creciente sentido de corpus en las
FF. AA. Mientras los civiles no encontraban un punto de unidad los militares iban reaciendo su
organización militar después de su derrota.

Desde el punto de vista coyuntural, la crisis manifiesta dentro de la estructura gubernamental-


partido colorado es hábilemente aprovechada por Stroessner para dar su golpe. En efecto en enero
de 1954 es defenestrado del gabinete el propio presidente de la Junta de Gobierno del Partido
Colorado y Ministro de hacienda, Dr. Guillermo Enciso, quien al parecer era el único consciente de
los movimientos anti-partidarios dentro del ejército, Arq. Tomás Romero Pereira, Ministro del
Interior y un líder importante del coloradismo de entonces, Epifanio Méndez Fleitas, Presidente del
Banco Central y carismático hombre público que lideraba una corriente populista dentro del
oficialismo y otros. Con estas nuevas purgas dentro del oficialismo se crea una vacío de poder en la
Junta de Gobierno del Partido Colorado, verdadero núcleo del poder real, debido a un "empate
catastrífico" entre todos los sectores y ésto es aprovechado por Stroessner para dar su golpe e
imponerse como Presidente de la República.

El 4 de mayo de 1954 un levantamiento militar obliga a Federico Chávez a renunciar de la


Presidencia de la República. El golpe de estado, dirigido por el Comandante de las FF. AA. , el
Gral. Alfredo Stroessner, crea un grave problema a la debilitada Junta de Gobierno del Partido
Colorado, ya que supuestamente ésta debía elegir al sucesor de Chávez. Desde la guerra civil de
1947, el partido colorado había tenido preeminencia sobre los militares y tenía sobre todo un
aparataje para-militar y todavía en sus deposites existían armas.

Sin embargo, debido a su debilitamiento apenas puede convencer a Stroessner de que sea designado
a un colorado, Arq. Tomás Romero Pereira, como presidente provisorio hasta que éste "sea elegido"
por votación popular.20 Estas elecciones fueron realizadas el 11 de julio con el estado de sitio
vigente y con la sola candidatura de Stroessner. Asumiendo éste formalmente el poder, el 15 de
agosto de 1954. De esta forma, el General coranaba, su larga trayectoria conspirativa en busca del
poder.

En efecto, el Gral. Alfredo Stroessner, desde 1947 estuvo presente en todas y cada una de las
conspiraciones contra los presidentes colorados.21 Al Principio de la década del 40 fue miembro del
"Frente de Guerra", una organización fascista militar-civil. Por esa época comienza su relación
con los brasileños, en cuya Academia Militar hizo un curso de Estado Mayor. Un poco antes de la
Guerra Civil de 1947, Stroessner todavía no era colorado, si bien participó al lado de los defensores
de la dictadura de Morínigo. Con el triunfo del coloradismo comienza su rápido ascenso, gracias a
su participación en las facciones coloradas que iban a dar el golpe de estado, recurso de los
sucesivos ascenso. 22 El fracaso de uno de esos golpes lo llevó al exilio, en 1948, para luego, a
instancias de Epifanio Méndez, ingresara al país para participar en la conjura contra el General
Raimundo Rolón, presidente de la República en ese momento. Federico Chávez lo nombra, durante
su gobierno, Comandante en jefe de las FF.AA., lo cual no le impide seguir su labor conspiraticia,
aprovechando hábilmente las contradicciones dentro del partido colorado. Al final, éste no tuvo otra
salida que aceptar su instauración en el poder.

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4.3. La construcción de un sistema político.

Entonces la comprensión del modelo político imperante durante el régimen de Stroessner y la del
proceso posterior a su caída obliga a un análisis de las causas históricas que permitieron tal modelo,
su construcción y su funcionamiento.

Era indudable que para que Stroessner pudiera mantenerse en el poder tenía que lograr un consenso
dentro del Partido Colorado y la FF.AA. Pero sobre todo en lograr el consenso y la unidad entre
aquellos líderes colorados que tenían preeminencia dentro del ejército, como el caso de Méndez
Fleitas, que no sólo contaba con jefes militares de grandes agrupaciones armadas, como la policía y
la caballería sino también con organizaciones civiles como el movimiento obrero organizado, el
sector empresarial industrial, a quien benefició con créditos desde su cargo en el Banco Central.
Stroessner pudiera beneficiarse con las posiciones de estos líderes civiles pero también esos éstos
buscaban beneficiarse de esta alianza para llegar ellos mismos al poder, es decir éstos buscaban la
alinaza militar para poder hacerse de poder, debido sobre todo a ese empate mencionado más arriba.
Si bien stroessner pudiera gobernar sin el apoyo colorado, eso le restaría un apoyo de masas, que en
esa coyuntura, le era imprescindible. Tampoco podudiera gobernar con el apoyo de un solo sector
del coloradismo, sea éste el guionismo, el mendezfleitismo o el chavismo sin apeligrar la
estabilidad por parte de los cuarteles. Las FF.AA. aún cuando por obra de Stroessner, hubieron
recuperado de alguna forma su sentido de corpus todavía quedaban una cantidad apreciable de jefes
militares que respondían a los distintos sectores del coloradismo.

4.4. El vaciamiento del Partido

En ese escenario político es que apenas elevado Alfredo Stroessner a la Presidencia de la República
llamó a todos los dirigentes colorados defenestrado por Federico Chávez, quien no hizo otra cosa
que asumir exigencias en ese sentido del propio Stroessner.

El 20 de mayo de 1954 Stroessner declaraba públicamente en un mensaje al Partido Colorado


"...que pondrá todo su empeño, para arribar a un punto de confluencia que logre unificar todas las
fuerzas políticas del partido, para que esa fuerza sea una sola, sin disidencia interna y sin más ideal
que el afán patriótico de lograr un gobierno estable de firme autoridad sobre la ancha base de un
veredicto popular..."23

El 27 de octubre se produjo la "Convención del reencuentro " del Partido Colorado, en la que
participaron "natalicistas guión rojo", algunos "democráticos", y representantes de otras tendencias.

Sin embargo, esta unidad significaba de hecho el fortalecimiento del coloradismo, con una clara
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conciencia de arribar a un proceso de institucionalización del país, que al final de cuentas podría
apeligrar la estabilidad de Stroessner, sobre todo cuando algunos dirigentes colorados todavía
contaban, como se ha visto, con excelentes amigos dentro de las FF.AA.

Era indudable que el líder de mayor peso dentro del partido era Epifanio Méndez Fleitas, quien con
el gobierno de Stroessner volvió a ocupara la Presidencia del Banco Central y desde su puesto
seguía con un plan de sustitución de importaciones, por un lado y por el otro, en lo político, un
populismo a lo peronista. Su lucha en contra de la oligarquía ganadera le reportaba enemistad de un
podoroso grupo económico. Estos tenían dentro del partido de gobierno fuertes aliados quienes
comenzaron con una propaganda de que Méndez Fleitas era comunista.

Por otro lado, según documentaciones provenientes del Departamento de Estado de los EE. UU. de
Norteamerica, el gobierno de los EE. UU., de acuerdo a su política de la guerra fría, Méndez no era
una persona grata para los intereses del país del norte.24 Sin embargo, Stroessner no podía alejarlo
por cuanto éste pudiera reaccionar apeligrando su propio poder. Un acontecimiento internacional
debilitó enormemente el poder de Méndez. El derrocamiento del General Juan Domingo Perón, en
la Argentina. Stroessner aprovechó dicha circunstancia para desembararse de Méndez y con ello ir
pergeñando el partido que responda a sus intereses.

La primera reacción de un cambio en cadena, sobrevendría en la noche del 20 al 21 de diciembre de


1995, en que oficiales de la División de Caballería, instigados por Stroessner, se sublevaron contra
su Jefe, el Mayor Virgilio Candia, amigo de Méndez. Era sabido que este Jefe respondía, en última
instancia, a la autoridad de la Junta de Gobierno del Partido Colorado y no de la Comandancia en
Jefe. De hecho constituía un golpe no solo contra Méndez sino contra el Partido Colorado, que de
esa forma estaba siendo desplazado del poder real para ir transformándose en lo que sería después:
una maquinaria de propaganda y organización masiva del poder militar.

En marzo de 1956, la nueva convención del Partido, expulsa de su seno a Epifanio Méndez Fleitas
y a todo el sector partidario que respondiera a él. Esta depuración se articulaba en todos los
estamentos civiles y militares. Fue el primero de los golpes contra el partido colorado por parte de
Stroessner, con el propósito claro de ir conformando el "coloradismo con Stroessner".

El General se aprovechó hábilmente de las contradicciones generacionales e ideológicas en el


coloradismo; utilizando ciertas figuras históricas serviles, fue imponiendo testaferros suyos en la
propia dirección partidaria. Los ejemplos más cabales de este domesticación son los del Arq.
Tomás Romero Pereira y Juan Ramón Chávez, éste estuvo más de un cuarto de siglo como
presidente del Partido colorado-stronista. En 1987 fue desalojado de esa cargo por las huestes
militantes del stronismo, ya cuando no necesitó de él.

4.5. La conformación de unas nuevas FF.AA.

En su "empeño de lograr un punto de confluencia" no sólo instrumentó al partido, sino al mismo


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tiempo a los propios militares. La eliminación progresiva de antiguos y prestigiosos jefes del
ejército, por un lado, y por el otro, la redistribución geográfica de cuerpos y regimientos con el
propósito de dificultar cualquier posible golpe. Dentro de este proceso de depuración militar; el
fracaso y los descubrimientos de supuestos y reales complots militares le permitieron ir
consolidando, desde 1954 hasta principios de la década del 60, un ejército adicto a su persona. El
ejército, por su parte, logra privilegios materiales excepcionales, antes nunca visto,l a través del
proceso generalizado de corrupción.

4.6. Disenso y copamiento de las organizaciones sociales

Por la época de su primera "reelección" (1958) la dictadura ya férrea, todavía no conseguía, sin
embargo, quebrar a la sociedad civil, en el sentido de copar las organizaciones sociales para que las
mismas pasen a ser controladas por el estado. En efecto, si observábamos a la sociedad paraguaya
en su totalidad, existe un desaforamiento dictatorial y una no tan callada resistencia popular que no
acaba de ser vencida. Stroessner impone su segunda candidatura a un partido colorado que un año
antes, había nuevamente manifestado, por presión de los jóvenes, la necesidad de llegar a una salida
democrática. Este partido, a pesar de los golpes recibidos, todavía mantenía la idea de los antiguos
"democráticos" de que una dictadura militar pudiera ser la excepción, pero nunca la regla.

4.6.1. El movimiento obrero: Huelga General de 1958

El movimiento obrero clasista fue totalmente descabezado durante la Guerra Civil de 1947 y la
represión posterior a la misma. Los "guionistas" intentaron conformar un "nuevo tipo" de
movimiento obrero como para contrarrestar la tradición independiente del mismo. Fue así creada,
desde el gobierno, la "organización Republicana Obrera" (O.R.O.). Durante la presidencia de
Federico Chávez (1949/1954) se reorganizó la antigua "Confederación Paraguaya de Trabajadores"
(C.P.T.). Ésta, si bien fue organizada por el partido colorado, logró sin embargo, mantener cierta
relativa independencia, como resultado de la resistencia de las bases. Muestras de ello, son las
manifestaciones del primero de mayo de 1955 y las movilizaciones por aumentos salariales en
1956.

El 1o. de mayo de 1958, ante la próxima "asunción al mando" por segunda vez consecutiva de
Alfredo Stroessner, la Confederación General de Trabajadores pidió públicamente "el
levantamiento del Estado de Sitio", la "declaración de amnistía general" y la "convocación de una
Asamblea constituyente" con miras a elaborar una constitución democrática. El control policial
creció alrededor de los dirigentes obreros, hasta que en agosto de ese año, son apresados conocidos
líderes del Partido Comunista, Antonio Maidana, Alfredo Alcorta, Julio Rojaz25 y otros.

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El 27 de agosto fue declarada la huelga general,26 con la participación de la casi totalidad de los
gremios organizados, reivindicando aumento de salarios y la libertad para los múltiples presos por
razones sindicales. La misma fue ferozmente reprimida por la policía y el ejército, siendo hechos
prisioneros más de cien dirigentes, quienes fueron enviados a las cárceles militares del interior del
país y a la cárcel Pública de Asunción. El movimiento obrero, con esta derrota, quedó totalmente
descabezado y sus sindicatos clausurados o intervenidos. Posteriormente, la reorganización de los
sindicatos quedaron al arbitrio del estado. Stroessner será declarado por la "nueva" C.P.T., el
"primer trabajador de la República" y miembro honorario de esa central obrera. El servilismo de
esta C.P.T. se podía comprobar en la Guía Telefónica: allí figuraba (sigue figurando en la misma
forma en la transición) como una dependencia del Ministerio de Justicia y Trabajo.

4.6.2. Exigencia colorada por la democracia. El movimiento Estudiantil.

A principios de 1959, no será ya solamente el movimiento obrero que reclamaba el levantamiento


del Estado Sitio, la amnistía general, la libertad de prensa, sino un grupo importante del Partido
Colorado, exigiendo lo que la "Partido" había resuelto en 1957. La Junta de Gobierno del Partido
aprobó el documento. Stroessner, ante la posibilidad de que se profundizara la crisis, se mostró
rápidamente dispuesto a realizar algunas concesiones. Así en su discurso del 1o. de abril ante el
Parlamento, anunció el próximo levantamiento del Estado de Sitio "residuo de la dictadura liberal".

En efecto, el 28 de abril, se suprimió el Estado de Sitio, pero los colorados exigían mucho más allá
y la crisis latente continuaba, a pesar de que Stroessner en todos sus discursos de la época recalcaba
el retorno democrático del país27.

El 28 de mayo la crisis explota a través del movimiento estudiantil. Este estamento social,
históricamente había jugado un papel preponderante en la lucha por la democracia y la
transformación social, era uno de los espacios todavía no controlado por el poder central. a pesar de
que, desde 1947, la universidad estaba intervenida, los centros estudiantiles aun no estaban
intervenida, los centros estudiantiles aún estaban en manos de la oposición. En 1956, las
movilizaciones contra la nueva "Ley Universitaria" demostraron a las claras la resistencia
estudiantil a la domesticación. desde el poder central se planificaba el ingreso masivo de partidarios
suyo en la Universidad; el despoblamiento de los antiguos profesores universitarios y reemplazados
por minúsculos agentes dictatoriales., con el fin de contrarrestar la acción opositora de los jóvenes.
Pero hasta la época, el sector dictatorial "estudiantil" no lograba grandes progresos, sobre todo
teniendo en cuenta el impacto profundo de la Revolución Cubana, en los medios estudiantiles de
entonces. El triunfo de jóvenes barbudos idealistas que había derrotado a una de las dictaduras
oprobiosas del continente, alimentaba la rebeldía estudiantil.

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Un aumento del precio del pasaje en los transporte públicos, en un momento de profunda crisis
económica, fue la chispa que incendió la rebeldía juvenil. Una manifestación de estudiantes,
autorizada por la policía, fue brutamente reprimida el 28 de mayo. Las movilizaciones estudiantiles
y las prepresiones continuaron por el resto del año 1959.

La cámara de Representantes (parlamento), de absoluta composición colorada, frente a este hecho


decretó el juicio político del Jefe de Policía, Gral. Ramón Duarte Vera, quien ordenó la violenta
represión a la manifestación estudiantil y a quién se acusaba asimismo de actos de tortura.

El 30 de agosto, Stroessner, frente a esta rebeldía colorada, disolvió el Parlamento, a la Junta de


Gobierno del Partido Colorado y decretó nuevamente el "Estado de Sitio". Centenares de colorado,
incluidos el 80 % de la dirigencia partidaria, altos funcionarios de estado como asimismo a los
miembros de la Cámara de Representantes fueron perseguidos. Algunos fueron apresados, otros
ganaron la frontera o las embajadas. Centenares de estudiantes conocieron, en esa coyuntura, la
prisión, la tortura y el destierro.

4.6.7. La resistencia armada de los partido opositores.

La abrupta clausura a las "esperanzas" aperturistas del régimen obligó a los partidos de la oposición
a la búsqueda de un cambio en su concepción táctica en pos del derrocamiento dictatorial, Teniendo
en cuenta que la crisis en las relaciones partido colorado/gobierno pudiera aislar a Stroessner de las
masas se buscó la conformación de frentes de luchas armadas. Así, en 1959, se conformó la "Unión
Nacional Paraguaya", resultado de la unidad de acción de los partidos febreristas y liberal.
Sectores juveniles más radicalizados de estos dos partidos conformaron , un tiempo después, el
Movimiento Revolucionario paraguayo (M.R.P. 14 de Mayo), organización de carácter
guerrillero. A su vez el Partido Comunista Paraguayo organizó y sostuvo el Frente de Liberación
Nacional (FULNA). La Argentina, país que desde la caída de Perón, había observado una actitud
diferente para con la dictadura paraguaya permitió que los dos movimientos guerrilleros se
conformaran y se prepararan en su territorio.

En noviembre de 1959 se realizaron las primeras acciones del MRP, 14 de mayo. La operación anti-
guerrillera del gobierno, a cargo de un desequilibrado mental, el General Patricio Colmán, se
organizó con un despliegue de fuerzas, armas y equipos extremadamente sofisticados, muy
superiores a los de los guerrilleros. La represión anti-subversiva fue de una extremada violencia y
no sólo en la zona afectada y a contra los guerrilleros sino en distintas zonas del país y la capital y
alcanzó a miembros de la oposición en general.

Cuando en abril de 1960, el FULNA se internó, con una columna, en territorio paraguayo, ya el
grupo guerrillero 14 de mayo había sido neutralizado. También como el anterior Movimiento, el
FULNA fue brutamente reprimido. Fue lugar común, en la época, de fotos en los diarios
rioplatenses de cadáveres destrozados flotando en el río Paraná.28
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La derrota de estos dos movimientos, diferenciados entre sí por sus objetivos finales, superó el
objetivo inmediato. El clima de terror irradió ampliamente a todos los sectores sociales, tanto en el
campo como en la ciudad.

Con la liquidación de los movimientos guerrilleros constituyó, por un lado, la culminación del
proceso de afirmación del bloque estatal estronista-neocolorado-militar al destruir a las cuatro
fuerzas opositoras. al histórico Partido Colorado, al Movimiento Obrero, a las organizaciones
estudiantiles y a las actividades armadas de los partidos opositores y por el otro, al internalizar el
terror como método de represión a los contestatarios al régimen, desmovilizó a toda la población.

5. Segunda etapa: Afirmación del absolutismo y la búsqueda del consenso

De los reveses de la lucha democrático-popular, emerge el estado como único gestor y articulador
del proceso social. El Ejército, por fin, después de una sucia y silenciosa guerra represiva parece
haber llegado a obtener que la sociedad se vea reflejada en el espejo militar: Disciplina, Jerarquía y
Obediencia absoluta.

Un patriotismo nacido en las raíces de la sociedad es capturado por el estado, que lo transforma en
una ideología ultra-nacionalista, para luego ser impuesta a la sociedad civil, con efectos
distorcionantes y condicionadores. La historia nacional fue modificada y acomodada a las
necesidades del Estado y, sobre todo a las necesidades de la cabeza visible de ese estado totalitario:
el General Alfredo Stroessner.29.

"El segundo reconstructor" , el providencial ángel tutelar de la patria, en el que convergen todas las
grandes virtudes de los héroes históricos. La idea de la libertad como bien supremo del hombre es
trastrocada por el militarismo en la idea del "progreso" material. Y en nombre de este "progreso"
(entendida desde la perspectiva del totalitarismo estatal) se atropella y se reprime todo lo que esta
fuera de su propia óptica.

Una vez afianzado el estado militar totalitario a través de la dominación de las cuatro instancias
señaladas, llegó el momento de buscar "legitimidad" del régimen militar. Ello respondía, además, a
las exigencias para beneficiarse del plan de la "Alianza para el Progreso" impuesta por los EE. UU.

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de Norteamérica.

5.1. El proceso de la "Democratización por etapas"

Con una oposición desarticulada, no le fue difícil al dictador simular una mínima "apertura" a través
de una farsa parlamentaria digitada por el régimen. La dictadura logró así atraer a un grupo de
liberales, el "Movimiento Renovación", a su juego. Este grupo se apropió del nombre del histórico
"Partido Liberal" y participó en las elecciones de 1962. Con esta mascarada democrática el estado
paraguayo negoció con los EE.UU. la "preciada ayuda". Posteriormente, sin que las condiciones
políticas de prepotencia y absolutismo se hayan modificado, el Partido Revolucionario Febrerista
ingresó al "proceso democrático por etapas", en 1966. Por último, el gobierno logró la participación
del mayoritario sector del histórico Partido Liberal , con el objetivo claro de lograr cierta
legitimación en su proyecto de eternizar la forma estatal imperante. En efecto, en 1967, se realiza
una "Asamblea constituyente" con la participación de todos estos partidos. La nueva constitución,
siempre de carácter autoritario y presidencialista, permitió a Alfredo Stroessner " reelegirse" por
cuatro veces consecutiva. Otros partidos y movimientos jamás obtuvieron su legalización, tal es el
caso del Partido Demócrata Cristiano, fundado en 1961, del Movimiento Popular Colorado,
conformado en el exterior por los exiliados colorados de 1959, del Partido Comunista Paraguayo y,
de la "Junta de Resistencia y del Exilio", liderada por Epifanio Méndez.

Pero al mismo tiempo que se iniciaba el "proceso de democratización por etapas" el estado buscaba
internalizarse en la sociedad. Con la idea del "progreso" tuvo su respaldo con la creación de una
infraestructura, financiada desde el exterior; las rutas lograron la integración de grandes zonas del
país al aparato central y permitieron a la dictadura un control político-económico más riguroso a
nivel nacional. Además esas rutas posibilitaron al gobierno llegar mucho más fácilmente con su
propaganda a todos los rincones de la patria. En ese sentido, el partido colorado, copado por el
stronismo, se convirtió en una agencia central de propaganda del estado militar y a la vez en un
auxiliar eficaz de control policial.
"Paralelamente el aparato estatal registra un crecimiento excepcional, advertible en el crecimiento
de su participación en el consumo global, en la expansión de sus actividades productivas y en la
ampliación de sus gastos de remuneración de fuerza de trabajo empleada"30. La afiliación
obligatoria al partido gobernante de todo trabajador en empresas públicas, escuelas, colegios,
universidades y hasta en los sectores privados dominados por el capital de personeros del régimen,
hace posible el aumento extraordinario del caudal del coloradismo. Esta medida afectó también a
los miembros del ejército desde su ingreso en la Escuela Militar. La antigua fórmula de juramento,
bajo Morínigo, de no pertenecer al Partido Libera, se convirtió bajo Stroessner en la obligación de
pertenecer al Partido Colorado,. La simbiosis expúrea gobierno-partido colorado-FF.AA. esta
consolidado.

En cuanto a la búsqueda consensual campesina -mayoría, en aquél entonces, de la población, se


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implementó una política que buscara instrumentar una demagógica "Reforma Agraria", como
medio para premiar a los partidarios del oficialismo y ampliar, al mismo tiempo, su red de
militancia. Al mismo tiempo, la Reforma Agraria, cumplía además el rol de desarticulador de
conflictos en zonas donde la relación latifundio-minifundio estaban exacerbadas, tal como la zona
central del país. Si bien es cierto, los resultados posteriores de la "Reforma Agraria" (finales de la
década del 70) serán la ampliación de la frontera agrícola, pero ello será ya bajo circunstancias y
procesos distintos.

Junto a todos estos procesos, en búsqueda de la "interiorización" del Estado en la sociedad civil, su
consenso real estuvo basado en la prebenda. Esta fue la base de la base de relación entre los
miembros del poder y la necesaria contaminación como sistema de complicidad. De este proceso
surgirá la llamada "burguesía fraudulenta", una nueva oligarquía nacida bajo los faldones del
Estado. La corrupción se fue generalizando, en este proceso, hasta llegar a las bases mismas de la
sociedad. La dictadura logró un consenso activo de importancia en los funcionarios públicos
medios, presidentes y miembros directivos de organizaciones intermedias y de base del Partido
Colorado, por el beneficio económico que reportaba tal consenso, ya que se beneficiaban con la
corrupción reinante.

5.2. La articulación del disenso

Si bien los juegos de la "democracia por etapas" eran espacios habilitados por el Estado, los mismos
tuvieron una contrapartida diálectica que permitieron el surgimiento de organizaciones y/o
instituciones con una creciente acción contra el sistema . Dentro de la etapa analizada, la Iglesia
católica, influenciada por el concilio Vaticano II y las resoluciones de Medellín, dejó de lado su
histórico sostenimiento a los poderes constituidos para jugar un papel fundamental dentro del
espectro anti-dictatorial.

Desde esta nueva óptica, de "compromiso con los desposeídos", la Iglesia católica alentará ciertos
gérmenes espontáneos de organizaciones campesinas, surgidas en varios puntos del país. Estas
fueron las semillas del Movimiento campesino conocido como de las "Ligas Agrarias del
Paraguay". Movimiento de auto-gestión surgida a inicios de la década de los sesenta para
transformarse posteriormente en una de las organizaciones democráticas de masas más importante
de la historia política del país. Su estructuración práctica permitió una democracia interna, jamás
vista en Paraguay, hasta entonces, por un lado, y por el otro, un salto cualitativo en la conciencia
campesina paraguaya, al desalojar de su seno, la artificial división partidista (liberal-colorado) y
darle un contenido superior de pertenencia clasista. El movimiento fue extendiéndose durante más
de quince años, por casi toda la zona agrícola del país, no ajena por cierto de contradicciones. La
profundización del movimiento y el cuestionamiento al orden constituido lo llevó a enfrentarse,
inclusive, con la propia jerarquía de la Iglesia, quien temía que el Movimiento fuera mucho más
allá de lo que ella esperaba. La relación iglesia-movimiento, fue en cierto sentido traumática,
porque siendo cristianos los miembros del movimiento, la jerarquía eclesiástica en muchos casos
calló la represión que sufrían las ligas.31

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La búsqueda de soluciones estructurales al problema campesino lo llevó a un enfrentamiento
violento con las estructuras totalitarias de poder, defensora de los intereses latifundistas. La propia
represión estatal les fue obligando a profundizar la conciencia del movimiento y a una cada vez más
decidida acción en defensa de sus intereses, hasta llegar a la decisión de la lucha armada, por parte
de sus sectores mas radicalizados, hacia mediados de 1975, cuando ya la represión había destruido
las bases organizativas.

A otro nivel y con alcance más reducido, surgirá en la capital el Movimiento Universitario
Independiente, que ejercerá posteriormente, una apreciable influencia en el mundo político, al
remover la dirigencia y los liderazgos. Este movimiento surgido en los primeros años de 1960
influirá en la concepción de toda una generación de estudiantes e intelectuales en su lucha anti-
dictatorial. Buscará construir opciones propias a partir de experiencias históricas acumuladas no
sólo a nivel nacional sino internacional. Esta generación de estudiantes se manifestará a través de
revistas, como Criterio, con contenidos críticos a la realidad imperante. Este movimiento será por
mucho tiempo el nervio impulsor y aglutinador de todas las luchas estudiantiles del país. En lo
político, la primera experiencia de esta generación será en 1969, cuando, aprovechando consignas
anti-imperialistas, a raíz de la visita del Vice-Presidente norteamericano de entonces, Nelson
Rockefeller,32 los estudiantes se volcaron a las calles de Asunción, con quemas de banderas
norteamericanas, iniciando de este forma un nuevo tipo de cuestionamientos al régimen dictatorial
y a su principal apoyo extranjero.

Estas movilizaciones, coincidieron en tiempo y espacio, con el fuerte conflicto Iglesia/Estado, cuyo
punto crítico fueron los años 1969/1973. Desde el momento que la Iglesia dejó de ser un sostén del
poder -su opción por los pobres- su enfrentamiento con el poder estatal no se hizo esperar. La
Iglesia católica paraguaya, fue la única institución, fuera del partido oficialista que tenía real alcance
orgánico en todo el país. Con centenares de movimientos católicos organizados en todos los
pueblos y parroquias, como asimismo innumerables instituciones educativas, desde la enseñanza
primaria hasta la universitaria, les brindaba la necesaria información y capacidad de influencia.
Asimismo tenía a movimientos sociales, como los sindicatos obreros católicos, las ligas agrarias, le
daba un gran predicamento confesional y político a nivel de la población general del país. La
posición abiertamente crítica del periódico Comunidad, órgano oficial de la Confederación
Episcopal Paraguaya, reforzó el conflicto de la Iglesia con el Estado. En 1968, el periódico sufrió el
primer secuestro policial de una de sus números para luego clausurarse definitivamente, por el
Gobierno, un año después. La Iglesia fue perseguida por parte de la dictadura, varios de sus
sacerdotes conoció la tortura, la prisión, la expulsión del país y el exilio. La Iglesia, por su parte,
decretó en varias oportunidades la ex-comunión a varios personeros del régimen como al Ministro
del Interior, el Jefe de Policía, de Investigaciones y otros.

Si bien los partidos políticos que ingresaron en el "proceso democrático por etapas" tuvieron un
espacio sumamente vulnerable para organizar sus propias bases, éstos aprovecharon, en alguna
medida, su participación en el Parlamento para denunciar públicamente la situación de corrupción
reinante y la violación constante a los Derechos Humanos.
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Todo este proceso de fortalecimiento de las organizaciones anti-dictatoriales llegará a eclosionar


hacia fines de la década de los sesenta y principios de los setenta, coincidiendo con una crítica
situación económica33. La articulación prosesual de los movimientos contestatarios -Iglesia
Católica, Ligas Agrarias, Movimiento estudiantil independiente, partidos políticos- se procesó a lo
largo de los años siguientes.

El Tratado paraguayo-brasileño para la construcción de la gigantesca represa hidroeléctrica de


ITAIPU (la más grande del mundo) exacerbó los ánimos de sectores dirigentes de la población por
el carácter colonialista de dicho Tratado. Desde hacía décadas que un problema nacional no era
discutido públicamente con tanto ahínco. Por esta época el diario ABC Color inició sus
cuestionamientos al sistema y dio mayor cabida, en sus páginas, a sectores de opinión contraria al
régimen. Era como si de pronto la sociedad civil volviera a tener conciencia de si misma e intentase
reconstruirse, en alguna medida, fuera de las estructuras del estado. Sin embargo, esta será una
coyuntura precisa. Las represiones posteriores y el "milagro económico" de la etapa de Itaipú
beneficiará nuevamente a la permanencia del régimen.

En noviembre de 1974, la policía descubrió a un grupo clandestino que supuestamente se


organizaba para un atentado contra Stroessner. La policía declaró que sus integrantes no
sobrepasaban la veintena, sin embargo, la represión alcanzó a amplios sectores. A partir de ese
incidente, magnificado por el gobierno, se inició un proceso represivo sumamente duro por espacio
de tres años, con el objeto indudable de cortar de raíz el proceso evocado de fortalecimiento de la
sociedad civil y las organizaciones que se dedicaban a ello. Dentro de esta espiral represiva, en
febrero de 1975, se inició una ofensiva intensa contra las Ligas Agrarias. Las comunidades fueron
perseguidas por el ejército y desarticuladas todas las comunidades de las Ligas Agrarias, que según
algunas fuentes llegaban a 800. El caso más conocido, por ser la mejor organizada, fue la de la
Colonia Jejuí. Fue un castigo ejemplar para una comunidad de base ejemplar: campesinos muertos,
heridos, presos, torturados, además de ser saqueada su comunidad. En este operativo fue herido y
luego apresado y torturado el cura párroco de la localidad, Miguel Maciel. Este represión fue
acompañada con una campaña de intimidación a través de la prensa radial, escrita, televisiva.
A fines de noviembre del mismo año, una nueva oleada represiva fue desatada contra el clandestino
partido comunista. Fueron apresados y torturados más de dos centenares de ciudadanos de distintas
ideologías. Fueron asesinados en la tortura varios de los miembros del partido comunista, entre
ellos, Miguel Angel Soler, secretario general de dicho partido y Derlis Villagra, dirigente de la
juventud comunista.

En abril de 1976, la policía revela la existencia de un movimiento político-militar O.P.M. La


represión alcanza el nivel más alto de toda esta espiral. Son asesinados por la policía, Juan Carlos

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Da Costa y el líder campesino Martino Rolón Centurión, en sus propias viviendas y en la tortura
Mario Shaerer Prono. La capital del país se transformó, en esos días, en una ciudad situada por las
fuerzas militar-policial. La represión abarcó extensas regiones del interior del país, sobre todo,
poblaciones campesinas. La violencia manifestada en esos meses no conoció otro antecedente que
los meses que siguen al fin de la Guerra Civil de 1947.

Después de estas masivas represiones la misma cambiará de carácter. Dejó de tener la característica
de la improvisación para tener un carácter más profesional. La prueba de ello es que la represión no
decreció sino que se volvió más sutil, rebuscada y perversa. Se utilizó el sistema de hostigamientos
y apresamientos repetidos, constantes, sucesivos, alternados hasta conseguir reducir al elemento
disidente: personas u organizaciones. Esto duró casi hasta el final de la dictadura.

6. Tercera etapa: El esplendor del totalitarismo

A mediados de la década de los años 70, con el inicio de la construcción de la represa de Itaipú, se
conformó la alianza entre el capital financiero internacional y la "burguesía fraudulenta" paraguaya
cuyo articulador será el estado totalitario.

La universalización de las relaciones mercantiles como base de los demás cambios influirán sobre
la cosmovisión general del paraguayo y se producirá una crisis de la sociedad tradicional. Proceso
de por sí contradictorio, puesto que marcha hacia una nueva concepción de la colectividad y la
visión que ella misma tiene de sí.

Las luchas sociales de esta etapa, no son ajenas al descongelamiento social que significa los
cambios procesuales que se gestan en el interior. La masividad y violencia del auge represivo, en
forma horizontal y vertical de los años ochenta, muestra por un lado , la incapacidad del poder
central a amoldarse a las nuevas circunstancias sociales, y por el otro, logra en cierta medida
debilitar y frenar el proceso de fortalecimiento de todas las organizaciones, independientemente de
sus opciones ideológicas. Pero el debilitamiento de las organizaciones políticas, apresuró en cierta
medida el proceso unitario antidictatorial que se venía gestando.

Así en 1979 se conformó el "Acuerdo Nacional" integrado por cuatro partidos de la oposición,
Liberal Radical Auténtico, Revolucionario Febrerista (miembro de la internacional socialista),
Demócrata Cristiano y el Movimiento Popular Colorado. Este acuerdo que si bien tenía una
estructura abierta y en la que cada partido era independiente de implementar su estrategia,
coincidían plenamente en las reivindicaciones democráticas a nivel político, como el levantamiento
del estado de sitio, la amnistía general, desmantelamiento del aparato represivo.

También a principios de los ochenta surgen nuevos grupos de presión, los periódicos
independientes, el empresariado y las organizaciones sociales independientes del estado.
/2

Esta nueva Constitución fue elaborada, por el partido de gobierno, el colorado, por una necesidad
política del Jefe del Ejecutivo, el Gral. Alfredo Stroessner, ya que de acuerdo a la Constitución de
1940, el Presidente de la República no podía ser reelecto más que una vez. Stroessner se hizo elegir
-golpe de estado de por medio- como candidato único en 1954 siendo reelecto posteriormente, en
1959, también con su sola candidatura. Es decir, después de completar éste cumplía sus dos
períodos legales. Pero 1962, los analistas del régimen plantearon que Stroessner, en su primer
período sólo había completado el período presidencial del derrocado Pte. Federico Chavez y
entonces aún le estaba permitido un tercer, ya sería, según estos analistas, el segundo período
propiamente dicho de Stroessner. Entonces en 1967, era impostergable cambiar la Constitución
para que Stroessner pudiera ser reelegido, ya que estábamos ante una nueva carta magna y por ende,
los anteriores períodos ya no contaban. Los partidos políticos de la oposición después de tantos
décadas de persecuciones se encontraban sumamente raleados y debilitados. Estos creyeron en el
eslogan del gobierno de la "Democratización por etapas" y que al participar en la confección de la
nueva Constitución y "legalizarse" pudieran prepararse para un enfrentamiento electoral con el
partido oficialista. Una década después cayeron en cuenta que su presencia en el Poder Legislativo
no era más la legalización de la propia dictadura y fueron retirándose del proceso. La Constitución
de 1967 fue nuevamente modificada en 1977, es decir cumplido los dos períodos presidenciales que
permitía a un ciudadano ocupara el cargo según la Carta Magna, para ser reelegido Stroessner. Esta
vez el cambio de un solo artículo, el referido a la reelección presidencial. Ahora el cargo de
Presidente de la República podía ser ocupado por una misma persona, por tiempo indeterminado,
siempre y cuando fuera reelecto cada 5 años.

Por el hecho mismo de que el partido gubernamental Colorado haya obtenido siempre la aplastante
mayoría pueden darse muchas explicaciones, desde que en el Paraguay existía un sistema de
"partido hegemónico autoritario en que se relega a los partidos secundarios secundarios a un
/2

segundo nivel y que además se trata de limitar al mínimo la cantidad de partidos plausibles
de ser partícipes de esa vida en el segundo nivel"i hasta la negación total de todo sistema por la
condición de permanente perversión de las leyesii y el uso del derecho como la concesión de una
gracia.iii

Todas estas apreciaciones contienen, desde distintos ángulos, parte de la verdad pero habría que
anotar que el Partido Colorado no solo es un "partido de gobierno" sino que la existencia y el
funcionamiento están directamente relacionados con la estructura misma del estado totalitarios.

"Afiliación obligatoria de toda la Administración pública, de las Fuerzas Armadas y


Policiales. Las funciones de las Seccionales partidarias (coloradas) son las siguientes:
promoción, control y represión. Hay una dictadura interna dentro del propio partido:
autoritarismo y verticalismo y se proclama una unidad granítica entre el gobierno, partido y
ejército (...)

Asimismo ejerce el monopolio de los principales medios de comunicación: TV, radioemisoras,


campañas periodísticas violentas y agresivas, presión sobre los periódicos independientes.

La Administración Pública efectúa descuentos de sueldos en beneficio del Partido de


Gobierno"iv

En este sentido describir, por ejemplo, el sistema de fraude electoral es absolutamente gratuito. El
fraude era total, desde la inscripciones en los padrones electorales hasta el acto mismo de la
votación. Pero la serie de fraudes no servía para los resultados electorales, en el sentido de buscar
disminuir los porcentajes de los otros partidos ya que ellos estaban prefijados de antemano, sino
más bien demostrar que la fuerza del poder es omnipotente. Cada presidente de mesa, en los actos
electorales, debía de ser colorado por ser éste el partido mayoritario y éste a su vez recibía los
resultados finales de su mesa, antes del inicio del acto comicial, para anotar en el acta de escrutinio
final. Es decir que el fraude servía más bien para crear en los propios colorados -que por serlos eran
considerados "ciudadanos de primera categoría" y podían manejarse por su criterio fuera de los
patrones legales- la ilusión de que eran parte del poder.

Por otro lado, fuera ya de lo estrictamente electoral, el "estado militar autoritario y totalitario" había
creado, en lo previo, un sistema político que discutir su hegemonía era imposible en las luchas
electorales. La sociedad civil paraguaya era una sociedad cautiva por su estado a través de
mecanismos económicos y políticos pero sobretodo ideológico. Había creado, a través de su
práctica de dominación, en el alma del pueblo la certeza de que oponerse a la ideología dominante
era exponerse a un castigo ejemplar. Las muertes masivas en las represiones campesinas (en el
Paraguay, por tradición no se lleva a cabo la contabilidad de estos muertos) por parte del aparato
represivo o los centenares de muertos en torturas o los prisioneros políticos o los exiliados durante
todo el espacio que duró la dictadura hablan claramente sobre esto. En estas condiciones, aún si no
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hubiera existido el fraude electoral, el resultado de los votos hubiera favorecido, aunque no en la
desproporción que nos querían hacer creer, a Stroessner.

Por ello quizás los verdaderos partidos de la oposición fueron retirándose y absteniéndose a
participar de los actos electorales. Así vemos que desde 1973 va disminuyendo los partidos
políticos para que desde 1983 solo quedaran aquella oposición creada por el propio estado que
algunos llamaban oposición stronista.
nuevos afialiados. En cambio el Partido Colorado, que cuando asume el poder en 1947, contaba con
142 mil adherentes, en 1967 500 mil, en 1984 alcanza 1,2 millones y en 1986 1,3 millones de
afiliados en una población total del país, en 1950: 1.382.42 habitantes y 1982 la cifra de 3.029.830,v
fue absorbiendo a la sociedad civil con menos del 10% en sus inicios hasta lograr capturar a más
del treinta por ciento de la población total.vi Es decir que este partido fue construido desde el poder.
Y es tradición dentro del sistema político paraguayo que quien tenga el poder gane elecciones.
(basta observar las luchas internas del Partido Colorado durante los últimos cuarenta años para
corroborar esta aseveración).
política misma. El marco legal mismo (Ley 832/1980, que establece la "Organización General de
las Fuerzas Armadas de la Nación") define las misiones asignadas a los comandos territoriales:

"a. Defensa Territorial, contra acciones externas o perturbaciones internas;

b. Movilización;

c. Equipamiento del territorio a los fines militares;

d. Funcionamiento de los Servicios Territoriales, necesarios a la vida de las


diferentes regiones del país."vii

La amplitud y generalidad de las funciones de los comandos territoriales que van desde la "defensa
territorial (...) contra perturbaciones internas" hasta el "funcionamiento de los Servicios territoriales
necesarios a la vida de las diferentes regiones del país (subrayado nuestro) hacen, en la práctica,
que el control total del país estén en manos militares. La superposición de tareas civiles con las
militares conllevan en la vida cotidiana que las autoridades civiles estén supeditados, allá en la raíz
, al poder militar. Entonces no era "nada anormal" que las represiones campesinas estuvieran bajo el
mando militar.

Por otro lado, la relación militar/estado corrobora esta situación. La gran mayoría de los entes
descentralizados y los servicios básicos están bajo la dirección de militares en servicio o en
situación de retiro. Asimismo, en el gobierno son militares, como casi en toda la época del estado
militar, el ministro del Interior, el de Defensa Nacional,el de Obras Públicas y Comunicaciones
como el Jefe de la Policía de la Capital. Son dependencias del Ministerio de Defensa Nacional,
además de las propiamente llamadas tareas militares, cuestiones civiles que van desde el "Instituto
nacional del Indígena" hasta una "Dirección de Enseñanza de Inglés" para alumnos civiles, pasando
por la Dirección Nacional de Aeropuertos Civil, Siderúrgica Paraguaya (SIDEPAR), y otras.
/2

Constatamos, de esta forma, el amplio espectro de ocupación geográfica e institucional, todavía en


esta etapa, por los militares.
En la historia paraguaya los militares han sido una constante en la influencia en la estructuración
del poder político. La práctica del poder generó una cultura autoritaria que dió sustento a un
esquema verticalista, excluyente, intolerante y personalista en el ejercicio de la autoridad.

La longeva dictadura del Gral. Alfredo Stroessner (1954-1989) es la última de las dictaduras
militares y coronación de todo un proceso que tendía a cautivar a la sociedad civil por parte del
Estado. En ese sentido, dos ejes fundamentales sustentaron al proceso: la ideología nacionalista-
autoritaria oficial y el esquema de represión. Dos instituciones sirvieron a estos propósitos: el
Ejército como núcleo de poder y responsable de los aparatos represivos y el Partido Colorado,
oficialista, como generador de consensus dentro de la sociedad civil. De hecho este partido era una
cuña del Estado dentro de la comunidad.

Este régimen político operó dentro de un marco institucional pergeñado para lograr el objetivo de la
cautividad social. La Constitución Nacional (1940) que, en esencia, daba amplios poderes al
Ejecutivo, volviendo, de hecho, a la figura de la división de poderes en una ficción. Posteriormente
la Constitución de 1967 perfeccionó este sistema llegando a consagrar, inclusive, la reelección
indefinida del presidente de la República.

En el plano más concreto, el régimen dispuso de recursos legales como los de la Ley 294/55 de
"Defensa de la Paz Pública y la Libertad de las Personas" y la Ley 209/70 de "Defensa de la
Democracia" que limitaban de forma exacerbada la libertad de pensamiento y de expresión, el
derecho de reunión y todo lo concerniente a los derechos políticos. La ausencia de precisión, en
estas leyes, en la calificación de las conductas punibles otorgó a las autoridades judiciales,
dependientes del Poder Ejecutivo, una amplia discrecionalidad en su aplicación.

Además de estas leyes el Gobierno estableció el Estado de Sitio, que reconocía la Constitución
nacional como una figura jurídica de "estado de excepción". Este artículo suprimía el ejercicio de
todos los derechos ciudadanos garantizados por la Constitución. El mismo fue utilizado por el
régimen para controlar represivametne a la población. Por ello este recurso excepcional era
renovado cada 90 días, adquiriendo de esa forma, un carácter permanente. Se dieron casos de
presos políticos que permanecieron en prisión por espacio de 20 o 25 años sin ser juzgados como
también otros que fueron juzgados por dichas leyes y al cumplir su sentencia continuaron en prisión
merced al imperio de esta disposición.

el párrafo anterior debe ser suprimido y reemplazado por lo siguiente:

Además de esta leyes represivas, la Constitución Nacional contemplaba una figura jurídica, la
del "Estado de Sitio" que podría "ser aplicado en caso de conflicto o guerra internacional, de
invasión exterior, de conmoción interior, o de amenaza grave de uno de estos hechos" (...)
"La declaración del Estado de Sitio será por tiempo limitado y responderá en todos los casos
a los fines de su institución" (art. 79 ). Esta figura de "estado de excepción" constitucional
suprimía el ejercicio de todos los derechos garantizados por esa misma Constitución. El
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Poder ejecutivo utilizó este recurso constitucional para contralar represivamente a la


población y para ello, este recurso excepcional era renovado cada 90 días, adquiriéndo de esa
forma, un carácter permanente. Se dieron casos de presos políticos que permanecieron en
prisión por espacio de 20 o 25 años sin ser juzgados como también otros que fueron juzgados
por dichas leyes y al cumplir su sentencia continuaron en prisión merced al imperio de esta
disposición.

Durante la vigencia del sistema apañado detrás del Estado de Sitio, (1954-1987) el Ejecutivo
dispuso de poderes discrecionales para detener, torturar, expulsar o incluso hacer desaparecer a las
personas. Después de esta última fecha hasta 1989 no fue decretado el Estado de Excepción, sin
embargo, el sistema descrito no varió mucho.

Dentro de este marco la libertad académica no pasaba de ser una utopía. En lo fundamental la
concepción educativa respondía al modelo descrito. El contenido del sistema buscaba la
despersonalización del educando a través de textos donde la ideología oficial era la única admitida
con métodos de enseñanza repetitivos, absolutamente acríticos. En cuanto a su ejecución se exigió a
los Docentes la afiliación al Partido oficialista como primer requisito a su admisión en las
Instituciones Educativas Públicas, desde la primaria hasta la universitaria. El Ministerio de
Educación monopolizó la formación, capacitación y actualización de los docentes. En el plano
universitario los cargos y las becas eran controladas por el Partido oficialista. Por lógica
consecuencia la educación paraguaya en su conjunto se vio afectada en su niveles de excelencia
como consecuencia de la mediocridad de sus programas académicos.

En febrero de 1989 se produjo un golpe de estado por parte de un sector de las FF.AA. liderado por
el General Andrés Rodríguez. Tres meses después fue electo Presidente Constitucional en un
ambiente de libertades públicas. El cambio generó en la población civil amplias expectativas sobre
la redefinición de la democracia.

Particularmente el nuevo régimen emprendió una serie de acciones conducentes a mejorar la


imagen del país a nivel internacional, mediante, por ejemplo, de la firma y ratificación de los
Acuerdos y Convenios supranacionales relativos a los Derechos Humanos. Prueba de ello lo
constituye la reciente ratificación (Abril 1992) al Pacto internacional de los Derechos Civiles y
Políticos adoptado por la ONU hace 25 años.

Sin embargo, a nivel interno, a lo largo de estos tres años del nuevo régimen, el proceso hacia la
democracia tropieza con una serie de dificultades propias a las peculiaridades históricas del país.

La transición a la democracia en el Paraguay no supone recuperación de la democracia substraída


por poderes fácticos, como en la mayoría de los países del área, sino que se trata de una verdadera
instuaración de ella. El hecho mismo de que la transición nació desde las entrañas mismas del viejo
poder dificulta aún más este proceso en tanto que el mismo es percibido por las FF.AA. como
productora y gestora de la misma y que las libertades hoy imperantes en el país fueron donadas a la
sociedad civil por ellas. Sin embargo, éstas libertades y a pesar de los mismos poderes fácticos
pueden avanzar hacia la modificación de pautas establecidas de una sociedad cerrada y
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conservadora.

En el plano educacional el cambio ha avanzado muy poco. Hasta el momento no se ha podido


implementar la Reforma Educativa por factores estructurales. Las universidades son las más
alejadas al cambio. En este sentido, si bien existen condiciones políticas que pudieran abrir las
compuertas para una libertad académica, la misma se ve frenada por las propias estructuras del
sistema anterior, aún vigentes, dentro del Ministerio de Educación y las universidades.
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