Vous êtes sur la page 1sur 3

UNIVERSIDAD ANTONIO RUIZ DE MONTOYA

RELIGIONES COMPARADAS

Nombre: Luis Sebastián Zúñiga Acurio.


Fecha: lunes 2 de septiembre de 2019.
Texto: La India antes de Gautama Buda: del sacrificio cósmico a la suprema identidad
Atman-Brahman

Desarrollo:

En un inicio, el culto védico no se desarrollaba en templos sino que tenían lugar en la


casa del sacrificador; las ofrendas eran sencillas (leche, manteca, etc.) y se sacrificaban
animales como cabras, vacas, toros, carneros y caballos.

Estos se sacrificios pueden clasificarse en dos categorías:

 Domésticos (grihya): oficiados por el dueño de la casa (grihapati) y justificados


por la tradición (smriti)
 Solemnes (srauta): celebrados por los oficiantes, su autoridad está fundada en
la revelación directa de la verdad eterna. Constituyen sistemas litúrgicos de una
gran complejidad.

Dentro de los ritos privados, los más importantes son los sacramentos o consagraciones,
y dentro de ellos, el más importante es el upanayama. Este rito es semejante a las
iniciaciones relacionadas con la pubertad. Dos fuentes, el Atharvaveda y el Satapatha
Brahmana, nos muestran que este rito tiene un carácter de transición, en la primera
fuente se menciona una etapa embrionaria de tres días, y en la segunda, sobre el renacer
en la condición de brahmán. Este renacer es de orden sobrenatural; en esta
cosmovisión, es considerado como verdadero padre aquel que instruye al joven con
todo lo relacionado con el Brahman y, el verdadero nacimiento es aquel que es para la
inmortalidad.

Hay también ritos relacionados con los ritmos cósmicos, pero los sacrificios esenciales
son los del soma (específicos del culto védico), en las operaciones preliminares prima la
diksa (renacimiento del oficiante). Algunos sacrificios del soma duran menos de un día
pero otros se pueden prolongar incluso hasta dos años. Al soma se asociaron ciertos
sistemas rituales como el mahavrata y el vajapeya, que incluyen música, danzas,
escenas, diálogos obscenos y un drama mítico-ritual, respectivamente. El fin último de
este rito es asegurar el renacimiento del soberano.

El rito védico más importante es el asvamedha (sacrificio del caballo) que purificaba y
aseguraba la prosperidad a todo el país; antes del sacrificio principal se inmolan
numerosos animales domésticos. El caballo se identifica con el cosmos (Prajapati) y su
sacrificio simboliza el acto de la creación, es decir, regenera la totalidad del cosmos; todo
brahmán debe saber sobre el asvamedha. El purusamedha es semejante al rito
mencionado pero constituye un “sacrificio del hombre”, y aseguraba la obtención de
todo lo que no se podía conseguir mediante el asvamedha.

Los ritos de iniciación implican la muerte y el renacer: nacimiento a un modo de ser


superior. La consagración tiene un carácter embriológico, pues los sacerdotes
transforman en “embrión” a quien confieren la diksa (consagración): el sujeto entra en
una estancia especial (matriz) y es revestido. Es allí cuando el individuo nace realmente
en el mundo celeste, pero este “nacimiento verdadero” implica una muerte, y aquella
es condición indispensable para acercarse a los dioses y así obtener una existencia plena
en el mundo. El rajasuya (coronación del rey indio) consistía en una recopilación de
ceremonias anuales destinadas a restaurar el universo.

Figuran también las cosmogonías (relatos, teorías que tratan el origen del universo); en
el mundo védico se desarrollaron cuatro tipos de cosmogonía:

1. Creación mediante la fecundación de las aguas primordiales


2. Creación mediante el desmembramiento de un gigante primordial
3. Creación a partir de una unidad-totalidad a la vez ser y no ser
4. Creación mediante la separación del cielo y la tierra

Además, el Purusasukta es el punto de partida y justificación doctrinal de la teoría del


sacrificio elaborada en los Brahmanas. El Prajapati es la unidad-totalidad no manifiesta,
con una triple identificación: con el universo, con el tiempo cíclico, con el altar del fuego.
Él crea mediante “recalentamiento” pues la ascesis y la sexualidad están íntimamente
unidas en el pensamiento religioso indio. El sacrificio restaura a Prajapati, asegura la
perpetuidad del mundo y crea un ser espiritual e indestructible: el atman. El sacrificio a
más de lo ya mencionado posibilita la consecución de un nuevo modo de ser. Se dice
que Prajapati (brahmán) y atman son idénticos porque resultan de la reconstrucción. El
brahmán (sacerdote) se identifica con brahmán porque conoce la estructura y origen
del universo, el nacimiento del brahmán es una encarnación eterna del dharma.

El término tapas hace alusión al recalentamiento ritual, mediante este calor interno es
posible el “renacer” -renacer contemplativo-, purifica. Además, se afirma que los dioses
consiguieron la inmortalidad también con la ascesis. Ciertas formas de ascesis son
consideradas incluso superiores al mismo sacrificio, pues tienen frutos más valiosos. El
sacrificio es asimilado a la ascesis pero en un momento determinado, prima la
inteligencia del principio que justifica tales asimilaciones. Algunos ascetas vivían al
margen de la sociedad aria. Este abandono de la vida social es signo de una crisis
profunda de religiosidad tradicional.

Los rishis (sabios) trataban de captar al ser primordial, ilimitado y eterno, “creador” del
mundo, ellos empiezan a ventilar ideas importantes. Algunos lo identificaban con el
universo, mientras que otros lo buscaban en la persona; uno de sus nombres era
Brahman. Esta captación supone una experiencia de “luz interior”. A esto se añade la
tendencia a ver en el Espíritu y la Naturaleza, que son dos maneras de ver/entender el
cosmos y la vida. La coexistencia de estas dos visiones permite dar un sentido a la
existencia humana y además hace posible la liberación

Comentario crítico:

El eje transversal de estos ritos es el nacimiento a una nueva vida, el renacer es clave en
la mentalidad hindú; para ello se valen de sacrificios y una dinámica de preparación
extensa y meticulosa. Hay una cantidad grande de sacrificios que se podría creer que
ellos mismos son fines, pero existe conocimiento filosófico, técnicas y prácticas de
meditación y purificación que permitirán al hombre elevarse más allá de sí mismo, es
decir, la trascendencia.

Si bien estos ritos demandan una preparación y colaboración conjunta, terminan siendo
de índole personal pues el fin último es el renacimiento individual; aquello rompe con
mi esquema cristiano-católico pero a la vez permite ampliar el horizonte y buscar la
riqueza en otro sistema religioso. En resumen, podría afirmarse que el hinduismo (a
partir del texto) tiene como fin la armonía, conexión y equilibrio entre el hombre y algo
más grande que él: el cosmos, además de él mismo; pues solo a través de ese
renacimiento, el hombre puede superarse a sí mismo e ir disminuyendo la brecha que
lo separa de la perfección.

Vous aimerez peut-être aussi