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1. Desinfección
El cloro es el desinfectante más usado para reducir o eliminar los microorganismos, tales
como bacterias y virus, que pueden estar presentes en el agua. La adición de cloro en el
agua potable ha reducido en gran medida el riesgo de enfermedades transmitidas a través de
ella, como la difteria, la fiebre tifoidea y el cólera.
La cloración desinfecta el agua, pero no la purifica por completo.
Las normas mexicanas establecen que hay que alcanzar una concentración de cloro libre
residual de 0.5 a 1.5 mg/l.
4. Suavización
Se recomienda suavizar el agua cuando se va a osmotizar y su dureza es mayor a 170 mg/L
. También se recomienda cuando no se va a osmotizar y su valor es tal que causa un sabor
desagradable o que causa incrustación en los equipos subsiguientes. El que un agua sea
incrustante depende de índices, como el de Langelier, cuyo valor es función de la dureza, el
pH, los sólidos disueltos totales, la alcalinidad total y la temperatura.
La dureza total del agua es la suma de la concentración de varios iones metálicos divalentes
en el agua, capaces de formar incrustaciones. Normalmente está formada casi en su
totalidad por Ca+2 y Mg+2. Para fines prácticos se consideran solo estos dos cationes.
Para suavizar se utiliza una resina de intercambio iónico, cargada negativamente
(catiónica). Se trata de esferas sintéticas con matriz polimérica, capaces de intercambiar
iones en un líquido, de acuerdo con su carga y la intensidad de la misma. Para el proceso de
suavización se utiliza resina cationica fuerte.
Cuando el agua pasa a través de la resina, los iones de Ca+2 y Mg+2 con una carga positiva
fuerte, remplazan a los iones de Na+ que tienen menor carga. De esta manera, los iones que
provocan dureza quedan retenidos en las esferas de resina.
Las resinas de intercambio iónico tienen una capacidad de intercambio determinada que
normalmente se mide en granos por pie cúbico (gr/ft3). Cuando se alcanza este límite, debe
regenerarse la resina. El regenerante es una solución de cloruro de sodio (NaCl) al 10%.
Cabe mencionar que la dureza no es un problema que afecte a la salud humana.
6. Ozono
En este punto de un tren de tratamiento, el agua ya está purificada y es apta para beber. Sin
embargo es necesario utilizar métodos de desinfección para proteger el agua contra
contaminación bacteriana por fuentes externas posteriores a la OI.
El proceso generación de ozono parte de oxígeno molecular (O2), que pasa a través de una
cámara especial en el que se expone a una carga eléctrica con el voltaje suficiente para
romper el enlace covalente del O2 y recombinar en moléculas triatómicas de oxígeno
(O3, Ozono). Este tipo de generación de ozono se conoce como “de descarga de corona”.
El O3 se inyecta en forma de burbujeo a un tanque de residencia o mediante succión con
ayuda de un ventury, directo a la tubería del agua producto para hacerla llegar al tanque de
almacenamiento de agua tratada.
La ozonización deja un residual que es útil cuando el agua se envasa en garrafones
reciclables que pueden haber quedado con alguna contaminación bacteriana después del
proceso de lavado.