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Introducción

El término psicomotricidad se utiliza con un doble sentido en


los tratados sobre la misma. Por un lado, se utiliza cuando se
habla del desarrollo psicológico en las primeras etapas de la
vida, insistiendo más profundamente en las conductas
motrices. Por otro lado, el concepto de psicomotricidad se
refiere a una técnica educativa o reeducativa.

A partir del análisis de los dos componentes de esta palabra


podríamos decir que “psico” hace referencia a la actividad
psíquica en la que se incluye lo afectivo lo cognitivo,
“motricidad” se relaciona con la función o actividad motriz y se
manifiesta a través del movimiento. Así pues, relacionando
las dos componentes de la palabra, cabe afirmar que la
psicomotricidad es el movimiento en relación íntima con el
psiquismo, constituyendo ambas una unidad psicomotora.

Por otra parte, Picq y Vayer entienden la psicomotricidad


como una acción pedagógica y psicológica que utiliza los
medios de la educación física con el fin de normalizar o al
menos mejorar el comportamiento del niño.

El cuerpo se utiliza en psicomotricidad como forma de


expresión, como un lenguaje que a partir del movimiento
ayudará a tomar conciencia de su propia individualidad, del
mundo de los objetos y del mundo de los demás. Así, se ha
de emplear esta técnica pedagógica y psicológica en la
escuela infantil si se quiere dar al niño una educación integral.
¿Qué es Psicomotricidad?

Este término se divide en dos: psicología (psico) y motriz


(motricidad). Por tanto, cuando se hable de psicomotricidad o
psicomotriz se están refiriendo a todo lo relacionado con la
psicología y la motricidad, así como todas las complejas
relaciones que existen entre estos dos campos, que son
muchas. Cuando se habla de psicología del niño se refiere
a todo lo relacionado con su personalidad, autoestima,
conocerse él mismo, relaciones, emociones. Y cuando se
habla de motricidad se refiere al conocimiento, conciencia de
su cuerpo, moverse, manipular objetos, equilibrio, contacto.
El progreso de un niño en su psicomotricidad le permite que
sea capaz de controlar mejor sus movimientos e impulsos
emocionales, así como una mejor adaptación al medio social,
familiar y escolar. El desarrollo de la psicomotricidad lo
podemos desglosar en tres partes:
 A nivel motor: permite al niño dominar el movimiento
corporal
 A nivel cognitivo: permite mejorar la memoria,
atención, concentración y creatividad
 A nivel social y afectivo: permite a los niños conocerse
mejor ellos mismos, afrontar sus miedos y relacionarse con
los demás.
Esta técnica o disciplina nace porque a principios del siglo XX
el neurólogo Ernest Dupré descubrió que había una relación
entre varias anomalías mentales y psíquicas con las motrices.
Este descubrimiento dio lugar al nacimiento de la
psicomotricidad que es usada para desarrollar determinadas
habilidades en cualquier edad, desde niños hasta ancianos,
aunque generalmente la conocemos por aplicarse al
desarrollo infantil.
Breve Historia de la Psicomotricidad:

Hay un largo recorrido desde los primeros momentos (siglo


XIX), en los que se encuentra una conexión significativa entre
un trastorno motor y su equivalencia con una manera de ser y
comportarse, expresada a través del lenguaje no verbal. La
Psicomotricidad se ha consolidado como una disciplina que
permite aunar dichos términos y llegar a formar un todo
común.

Desde ahí al actual concepto hay una densa, aunque joven,


historia. La identidad de la Psicomotricidad y el
psicomotricista no se cuestiona en muchos países. En otros,
como España, deben aún hacer un mayor esfuerzo en
delimitar su especificidad y señalar su ámbito de competencia
profesional.

En filosofía y psicología el estudio del cuerpo como


centro espiritual en Henry Bergson y como fenómeno en
Husserl o centro de percepción en Merleau-Ponty han
impulsado las investigaciones en distintas disciplinas.

El concepto de Psicomotricidad apareció a comienzos del


siglo XX con los descubrimientos básicos
de neuropsiquiatría. Autores como Wernicke, Dupré,
Sherrington y otros fueron quienes trascendieron el
pensamiento dualista, demostrando la imbricación y estrecha
relación entre los trastornos motores y mentales.
Por otra parte, y como segundo elemento a tener en cuenta,
señalar los interesantes trabajos de la psicología evolutiva:
Piaget, Gessel, Wallon..., que aportan una descripción y
comprensión del desarrollo psicomotor.
Como tercer ingrediente de esta conjunción de elementos,
mencionar los trabajos de Freud y todo el desarrollo
psicoanalítico posterior, que vienen a aportar las bases y el
funcionamiento dinámico de las personas, en esta línea DW
Winnicott es fundamental por la consideración del
desarrollo sensorio motor como eje transversal en la
formación de la personalidad. Desde otra perspectiva distinta
a la freudiana es necesario considerar también los aportes de
Jung y sus seguidores/as acerca de la importancia del cuerpo
en el desarrollo simbólico que se manifiesta a través del mito
del cuento o del arte.
Por último, el cuarto elemento a tener en cuenta durante esta
primera mitad de siglo XX, es la aparición de métodos de
grandes pedagogos como Montessori, Decroly, Freinet,
Deligny...
Sin embargo, es Julián de Ajuriaguerra y sus
colaboradores (como los profesores Dr. J. Richard, Dr.
Guimón), quienes van a completar las bases de la noción de
Psicomotricidad; integrando los aportes de la
neuropsiquiatría, la psicología del desarrollo, el psicoanálisis
y las corrientes de la pedagogía moderna.
objetivos generales y específicos

Los objetivos principales que pretendemos alcanzar con


estas sesiones son los siguientes:
- Conocer el cuerpo y sus progresivas capacidades motrices.
- Favorecer y fomentar la capacidad de comunicación y
relación con los demás.
- Desarrollar la expresión de sensaciones, fantasías deseos.
- Iniciar en el conocimiento de algunas características
personales, ya sean físicas o psíquicas.
- Favorecer y promover el acceso al pensamiento simbólico y
a la representación mental.

Los niños a través de sus acciones corporales como jugar,


saltar, manipular objetos, etc.… consiguen situarse en el
mundo y adquieren intuitivamente los aprendizajes
necesarios para desarrollarse.
De esta forma lúdica y casi sin enterarse trabajan conceptos
relativos a la orientación espacial (arriba y abajo, encima y
debajo...) al tiempo (rápido, lento), además de desarrollar su
equilibrio y coordinación, dentro como siempre, de un
ambiente lúdico, motivador y agradable.
Objetivos Específicos:

 Conocer objetos y percibir sus cualidades por medio de


los sentidos.
 Conocer y dominar su propio cuerpo, global y
segmentariamente.
 Controlar conscientemente los centros motores de su
cuerpo (muñecas, codos, hombros, rodillas, tobillos, cuello,
tronco).
 Desarrollar la imaginación y creatividad, jugando con los
objetos y su propio cuerpo (expresión corporal, ritmo,
marionetas).
 Adquirir conciencia del espacio en que se mueve
ocupándolo, y desplazándose por él de diversas formas.
 Habituarse al orden en la distribución de un espacio
limitado (dentro, fuera, arriba, abajo, izquierda, derecha, etc.).
 Experimentar el tiempo, duración media del ritmo y del
movimiento (rápido, lento, largo, corto).
 Adquirir hábitos y concienciarse del tiempo como
sucesión a través de vivencias temporales personales
(mañana-tarde, día-noche, etc.).
 Controlar el movimiento y llegar a la relajación.
Propuesta de actividades para estimular la motricidad fina de los niños:

 Coger tapones de corcho y ponerlos dentro de un bote.

 Preparar un bote y hacer agujeros en la tapa y que los niños se


entretengan en poner dentro bastoncillos de las orejas.

 Dibujar con el dedo sobre una superficie llena de chocolate.

 Preparar una bandeja con nueces y unas pinzas y hacerles pasar el fruto
seco en una bandeja para hacer cubitos o en una huevera sin que se
caigan.

 Hacerles poner dentro de los agujeros de un colador o un recipiente con


agujeros pajitas de colores o hacerles pasar macarrones por un cordel y
hacer un collar.

Propuesta de actividades para estimular la motricidad gruesa de los niños:

 Coger unos cojines grandes y duros y en forma de cuadrado para que los
niños intenten subir y bajar. Esto les ayudará a coger tono muscular y
fortalecer las piernas.

 Conseguir unas ruedas de coche (que podemos pintar para que sean más
divertidas) y ponerlas en forma de camino para que cada uno a su nivel
intente subir o entrar y salir.

 Saltar al ritmo de alguna canción divertida que anime a los niños.

 Subir y bajar escaleras.

 Aprovechar el buen tiempo para hacer actividades acuáticas como nadar,


chapotear, jugar con un churro, etc.
Conclusión

La Psicomotricidad favorece la salud física y psíquica del


niño. Se trata de una técnica que le ayuda a dominar de una
forma sana su movimiento corporal, mejorando su relación y
comunicación con los demás.
La psicomotricidad ocupa un lugar importante en la educación
infantil, ya que está totalmente demostrado que sobre todo en
la primera infancia hay una gran interdependencia en los
desarrollos motores, afectivas e intelectuales.
Los ejercicios de la psicomotricidad permiten al niño explorar
e investigar. Superar y transformar situaciones de conflictos,
enfrentarse a las limitaciones, relacionarse con los demás,
conocer y oponerse a sus miedos, proyectar sus fantasías,
vivir sus sueños, desarrollar su iniciativa propia, asumir roles,
disfrutar del juego en grupo y expresar con libertad.

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