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04/05/2014

3 DIMINGO DE PASCUAL
Domingo del camino y del dialogo

El Evangelio, nos presenta una escena en la cual nosotros que no hemos conocido
personalmente a Jesús entremos en la dinámica de la fe y así experimentemos nuestro
encuentro con Él.

Hoy tenemos 3 puntos centrales que nos pueden ayudar a reflexionar y abrirnos a esa
experiencia de encuentro con el Resucitado:

La comunidad: de la cual hacen parte los dos que iban hablando, desilusionados, por
todo lo que había pasado. Ellos dos que después de un largo camino logran descubrir a
Jesús como compañero de viaje, alegres, vuelven a compartir con los once su experiencia
que única y con un profundo sentido de no dejar sólo para sí, si no compartirla con miles y
dentro de esos miles de la comunidad estamos hacemos parte nosotros hoy. E ahí el valor
de la comunidad. Una comunidad unida, es una comunidad resucitada.

Sagradas Escrituras: Jesús como buen Maestro, les explica las Escrituras a sus
discípulos (los cuales Él escogió, diferente de la tradición que el discípulo escogía a su
maestro para que lo instruyera) y eso les hace crear un dialogo que después se les torna
una experiencia como de fuego “ardía nuestro corazón”.

El dialogo con Jesús desde la Sagradas Escrituras, nos permiten alimentarnos de su


Palabra transformadora, educadora y vivificadora para luego alimentarnos de su Cuerpo y
Sangre, alimento que nos impulsa para ser anunciadores de las grandezas de Dios en
nuestra sociedad.

El compartir del pan: es propio de la cultura de Jesús compartir el alimento. Por ello sus
discípulos lo reconocen de los mismos en ese sencillo pero significativo gesto.

Compartir el pan, es reconocer al otro como parte de mi vida. Es saber que el otro también
humano como yo tiene la necesidad de compartir.

El partir y competir el pan es poder ver que alrededor de la mesa no solamente se habla
de negocios, problemas de papás e hijos, problemas de parejas o de los vecinos, es más
para compartir la vida de familia, la vida de comunidad.

Nosotros en unos pocos minutos viviremos la experiencia de compartir la vida alrededor


del Banquete eucarístico. La experiencia que vivieron los dos discípulos “reconocerle al
partir el pan”. Esta experiencia nos debe motivar para ser evangelizadores, es decir para ir
y transmitir a los demás como reconocemos al Señor en la Eucaristía, en donde Él se nos
da sin límites, en donde Él se sigue compartiendo como alimento a nosotros que somos
una comunidad creyente y resucitada.

Con tu Palabra Señor,


ilumina el camino de mi vida
y que la Eucaristía compartir de amor
me lleven a ser evangelizador con alegría.

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