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EDUCACIÓN Y DISCAPACIDAD
I. Antecedentes y Contexto
Hoy en día la relación entre Educación y Discapacidad es ampliamente conocida, con distintos
matices y perspectivas, la mayoría (si no todos) están de acuerdo en aceptar que la educación
de personas con discapacidad es vital para el desarrollo de sus potencialidades.
Sin embargo, al analizar aspectos más específicos como, por ejemplo, la manera más equitativa
de asegurar el derecho a una educación de calidad, o qué se entiende por educación de calidad,
o quiénes son los actores que participan en ésta, etc. surgen distintas orientaciones y modelos
educativos.
Posteriormente, en la Declaración de los Derechos del Niño en 1959, se determina que todo
niño física o mentalmente impedido tiene derecho a tratamiento, educación y cuidados de
acuerdo a su caso particular, así como, todo niño tiene derecho a la educación en igualdad de
oportunidades (ONU, 2008b). De este modo, se establecen las bases para considerar la
educación de las personas con discapacidad desde una perspectiva de derechos.
Ya en 1990, este enfoque se materializa en la Conferencia Mundial sobre Educación Para Todos,
celebrada en Jomtien, Tailandia, (OEI, 1990) revisada en 1992 en el Informe a la UNESCO de la
Comisión Internacional para la Educación del Siglo XXI (Delors, 1992) y ratificada el 2000 en el
Foro Mundial Sobre la Educación celebrado en Senegal, Dakar (UNESCO, 2000). Estas grandes
conferencias son los pilares del movimiento Educación para Todos, donde se plantea una
educación centrada en los procesos de aprendizaje del estudiante que acepta y valora la
diversidad.
Una año más tarde en la Declaración de Salamanca, se propone un Marco de Acción para las
Necesidades Educativas Especiales, en el cual se privilegia como enfoque, la educación de
personas con Discapacidad en contextos integrados, es decir, en la escuela regular con los
apoyos que se requiera para satisfacer las necesidades educativas especiales (ONU y Ministerio
de Educación y ciencia de España, 1994)
Recientemente, en el año 2007 se proclama una Convención sobre los Derechos de las personas
con Discapacidad (ONU, 2007), en la cual se insta a los Estados para resguardar las condiciones
que permitan el goce pleno de los derechos humanos y las libertades fundamentales a todas
las personas con Discapacidad. En esta convención, el enfoque educativo propuesto
explícitamente es el de una Educación Inclusiva, a lo largo de toda la vida.
a) Escuelas Especiales:
La educación especial surge alrededor de los años 1904 como una alternativa educacional para
personas que, debido a su discapacidad, eran excluidas del sistema educacional formal. Se
organizó como un sistema orientado a compensar los déficit que eran diagnosticados
principalmente por médicos y psicólogos (Godoy, Meza y Salazar, 2004).
Se crearon así Escuelas Especiales específicas para cada categoría diagnóstica, cuyos planes
curriculares son distintos entre si, en función de la población que atienden y, además, están
desvinculados del marco curricular diseñado para la mayoría de estudiantes que no presenta
un diagnóstico de discapacidad. Sin embargo, como consecuencia de movimientos iniciados
por familiares de personas con discapacidad que exigían igualdad de derechos, este modelo
tuvo un quiebre alrededor de los años 60 el cual se acentúa tras el informe Warnock en 1978,
donde se propone y especifica el concepto de Necesidad Educativa Especial (NEE), a partir del
cual se inserta la noción de que la discapacidad ya no es un “problema” del individuo que la
posee, si no que, es un desafío y/o una demanda para las personas que son responsables de su
educación (Blanco y Duk, 2000; Zondek, Zepeda, y Valladares, 2001; FONADIS, TELEDUC y
MINEDUC, 2004).
Por otra parte, la eficacia de las Escuelas Especiales comienza a verse cuestionada frente a
la evidencia de que el progreso de estudiantes con discapacidad es igual o mejor en las aulas
regulares que en las aulas especiales (Blanco, 1999); al mismo tiempo, las interminables
nomenclaturas diagnósticas llevan a confusión respecto al límite entre lo normal y la
discapacidad; junto con esto, el avance propio de la pedagogía y la didáctica, hace que las
metodologías de enseñanza puedan responder a las diferencias individuales dentro de un
grupo (FONADIS, TELEDUC y MINEDUC, 2004). Surge así un nuevo modelo: integración
escolar.
b) Integración Escolar:
De este modo, se incorpora al sistema educativo la noción de que las personas con
discapacidad deben compartir los mismos espacios que el resto de la comunidad y, a su vez,
se acepta el hecho de que la convivencia involucra cambios no sólo en las minorías
afectadas sino que también en su entorno.
Es posible afirmar que, diferentes definiciones de NEE coinciden al colocar el acento en los
recursos extraordinarios que demandan los estudiantes a sus educadores, ya sea de forma
transitoria o permanente y no, en las deficiencias o en los trastornos (Blanco y Duk, 2000;
Zondek, Zepeda, y Valladares, M, 2001; FONADIS, TELEDUC y MINEDUC, 2004). Bajo esta
perspectiva, la equiparación de oportunidades educativas se materializa a través de elementos
de acceso al currículum común, principalmente (FONADIS, TELEDUC y MINEDUC, 2004):
recursos educativos de apoyo: materiales y humanos
adecuaciones de los componentes del currículum: objetivos, contenidos,
metodologías y actividades.
Ambos elementos suponen modificaciones de las prácticas pedagógicas dentro y fuera del aula,
que permitirían brindar una educación de calidad considerando las características especiales
de los estudiantes.
Sin embargo, el movimiento de integración escolar trajo consigo prácticas educativas que no
apuntan precisamente a modificaciones de estructura o funcionamiento de las escuelas, sino
más bien, se realizó una especie de traslado del modelo de la Educación Especial hacia el interior
de los Centros Educativos, en donde la responsabilidad de los aprendizajes de los estudiantes
con discapacidad era habitualmente atribuida de forma exclusiva a los profesionales de apoyo
(Blanco, 1999; 2005).
Contemporáneo a este fenómeno, comienza a tomar fuerza la idea de Educación Para Todos
(EPT) tratada en las grandes convenciones sobre educación: Jomtiem, 1990; Delors, 1992 y
Dakar, 2000 (OEI, 1990; Delors, 1992; UNESCO, 2000). En el marco de EPT, la igualdad de
oportunidades para las personas con discapacidad se anida en las estrategias mundiales de
calidad y equidad, que ponen en relieve las necesidades de otros grupos que también han sido
tradicionalmente excluidos. Comienza así, el modelo de Educación Inclusiva.
c) Educación Inclusiva
Una escuela Inclusiva, sería aquella que reconoce y valora la diversidad como un elemento
constituyente de su realidad y, por lo tanto, opera bajo un modelo de convivencia que
tiende a minimizar las barreras de participación.
El apoyo inclusivo puede definirse como: “todas aquellas actividades que aumentan la
capacidad del personal del centro educativo para responder a la diversidad de los alumnos,
mejorando así la calidad de la enseñanza y el desarrollo mismo de la institución educativa”
(Blanco, 2005, p. 74).
Estas condiciones no deben entenderse como requisitos previos a la Inclusión, sino más bien
como orientaciones para la construcción gradual de una Educación Inclusiva, lo cual no sólo
favorece a la integración escolar de personas con discapacidad, sino que promueve una
educación de calidad en una comunidad diversa.
REFERENCIAS
Blanco, R. (1999). Hacia una escuela para todos y con todos. Proyecto Principal de Educación
en América Latina y el Caribe, Boletín 48, 55-72. Santiago: OREALC.
Blanco, R. y Duk, C. (2000). Hacia el desarrollo de escuelas inclusivas. UNICEF, UNESCO,
HINENI.
Blanco, R. (2005). Seminario Internacional: inclusión social, discapacidad y políticas
públicas. Santiago: UNICEF, MINEDUC.
FONADIS, MINEDUC y TELEDUC. (2004). La integración en la educación regular (2ª ed.).
Santiago: FONADIS
Marchesi. A. (1999). Del lenguaje de las deficiencias a las escuelas inclusivas. En A. Marchesi
y C. Coll (compiladores), Desarrollo Psicológico y Educación, Nº 3 Trastornos del
Desarrollo y Necesidades Educativas Especiales (2ª edición). Madrid: Alianza.
OEI. (1990). Declaración mundial sobre educación para todos. Satisfacción de las
necesidades básicas de aprendizaje. Jomtien: OEI.
ONU. (1993). Normas Uniformes sobre la Igualdad de Oportunidades para Personas con
Discapacidad. Extraída de sitio web www.fonadis.cl/tools/resources.php?id=106.
ONU. (2007). Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad.
ONU. (2008a). Declaración Universal de los Derechos Humanos. Extraída de sitio web
http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm, el 10 de Junio de 20011
ONU. (2008b). Declaración de los Derechos del Niño. Extraída de sitio web
http://daccessdds.un.org/doc/RESOLUTION/GEN/NR0/145/78/IMG/NR014578.p
df?OpenElement, el 10 de Junio de 2011.
ONU y Ministerio de Educación y ciencia de España. (1994). Declaracion de salamanca y
marco de accion para las necesidades educativas especiales.
UNESCO. (2000). Marco de acción de Dakar. Educación para todos: cumplir con nuestros
compromisos comunes. Adoptado del Foro Mundial Sobre la Educación. Dakar,
Senegal: UNESCO.
Zondek, A., Zepeda, M., y Valladares, M.A. (2001). Texto de apoyo para un proceso de
integración educativa. Chile: FONADIS.