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Psicología, Ética y Derechos Humanos

Ética profesional: ética y deontología


Gabriela Z. Salomone

Las dos dimensiones de la Ética profesional:


ética y deontología

Gabriela Z. Salomone

Introducción
nales de la salud mental de Capital Federal, sus
Uno de los puntos de mayor complejidad en lo re- concepciones acerca de situaciones dilemáticas de
ferente a la Ética profesional de la prácticas en la práctica que están contempladas en las norma-
Salud Mental lo constituye el hecho de que involu- tivas de los códigos. Las respuestas obtenidas del
cra, por lo menos, dos cuestiones bien distintas, cuestionario resultaron muy interesantes justa-
dos campos diferenciados en cuanto a la lógica mente respecto de la posición de los profesionales
que los organiza, que los estructura. Por un lado, frente a la dimensión deontológica.
tenemos la dimensión del código, de las normas,
y por otro, la dimensión del sujeto. Estos dos En términos generales, podemos identificar dos
posiciones bien distintas:
campos conllevan modos diversos de abordar
cuestiones fundamentales tales como la noción de
 La posición de aquellos que toman como única
sujeto, la noción de norma, la noción de ley, –y
referencia la letra de los códigos;
fundamentalmente– la noción de responsabilidad,
entre otras. El punto a enfatizar es que la lógica  la posición –contraria a la anterior– de obviar
que estructura a cada uno de estos campos1 pro- por completo las normativas vigentes (en ge-
duce, conlleva, diferentes nociones. neral, en su lugar aparecieron argumentos de
índole clínica, como por ejemplo la mención de
Entonces, en una primera aproximación a la cues-
los aspectos pulsionales intervinientes, el aco-
tión de la ética profesional podríamos organizar su
tamiento pulsional, la cura en transferencia,
complejidad de la siguiente manera:
etc.)
ÉTICA PROFESIONAL
Es importante destacar dos cuestiones: por una
parte, que la mención a los códigos, ya sea para
CAMPO DIMENSIÓN ajustarse a ellos o para descartarlos como referen-
NORMATIVO DEL SUJETO cia, no siempre muestra en los entrevistados un
conocimiento cabal de las normativas.
- Deontología - Dimensión clínica
- Códigos - El caso singular En segundo término, resultó interesante verificar
deontológicos que los entrevistados suponen que tomar las no r-
- Estado del Arte mativas deontológicas como referencia para su a c-
ción significará la interrupción de su trabajo clínico
(Primer movimiento (Segundo movimiento
y un desplazamiento de su rol. En algunos casos
de la ética) de la ética)
deciden que esto es lo correcto, y en otros deciden
no hacerlo.
Nos detendremos en esta oportunidad en el análi-
Se verifica entonces en la mayoría de las respues-
sis del primero de estos campos, el campo norma-
tas la idea de una relación de exclusión entre el
tivo-deontológico. Sin embargo, no dejamos de
campo deontológico y la dimensión clínica de un
subrayar la importancia de tomar en cuenta la
tratamiento. Dicho en otros términos, se supone
complejidad de la ética profesional, ya que la con-
una relación imposible entre la llamada ética pro-
fluencia de ambas dimensiones da como resultado
fesional y la dimensión ética del sujeto. Esto se
la complejización de ambas partes.
puede comprobar no sólo en el abordaje teórico
En general cuando se aborda el tema de la é tica del problema sino también en la investigación de
profesional se toma alguno de estos dos elemen- campo en relación a las líneas de acción que los
tos dejando de lado al otro. La bibliografía espe- terapeutas piensan como posibles.
cializada aborda fundame ntalmente la dimensión
Ahora bien. Que las cuestiones de la ética profe-
deontológica; mientras que desde otras perspecti-
sional convoquen ambas dime nsiones, no debería
vas teóricas se suele hacer mayor hincapié en la
confundirnos y hacerlas coincidir. Es decir, debe-
dimensión clínica, del sujeto, la ética del deseo, la
mos distinguir el campo de la llamada “Ética Profe-
ética del acto, etc.
sional” en el sentido deontológico, de la perspecti-
Vemos entonces que esos dos campos son pensa- va ética en sentido estricto. El problema no sólo
teórico sino también clínico, es pensar su articula-
dos en disyunción. Pero no sólo el abordaje teóri-
co se verifica esa exclusión. También ha podido ción.
verificarse en una investigación de campo2. El ob-
Para ello, nos detendremos en esta ocasión a ana-
jetivo fue relevar, sobre una muestra de profesio
lizar los elementos distintivos del campo deontoló-

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gico para llegar, más adelante, a establecer su a r- desde la finalización de la terapia, (2) la naturale-
ticulación con la dimensión del sujeto. O dicho de za y duración de la terapia, (3) las circunstancias
otro modo, analizaremos las cuestiones relativas de finalización, (4) la historia personal del paciente
al primer movimiento de la ética para poder ubi- o cliente, (5) la condición mental actual del pacien-
car luego el segundo movimiento3. te o cliente, (6) la probabilidad de impacto negati-
vo sobre el paciente o cliente y s obre otros, y (7)
Como es sabido, la deontología refiere a los de- cualquier declaración o acción promovida por el te-
beres relativos a una práctica determinada, los rapeuta durante el curso de la terapia, sugiriendo
cuales, en su forma de enunciados normativos se o invitando a una posible relación sexual o amoro-
plasman en los llamados "códigos de ética". La sa con el paciente luego de finalizado el tratamien-
deontología se aboca al estudio de los deberes y to. (Ver también Norma 1.17, Relaciones Múlti-
obligaciones de los psicólogos, lo cual incluye el ples).
tratamiento de ciertas problemáticas propias del
campo deontológico, tales como, competencia, 3. Las normativas de los códigos encuentran una
idoneidad, integridad, capacitación, respeto por referencia jerárquicamente superior en las normas
los derechos y dignidad de las personas, respon- jurídicas.
sabilidad profesional y científica, ámbitos de in-
cumbencia. También se ocupa de los deberes y Por ejemplo, las cuestiones relativas al secreto
obligaciones de los psicólogos en lo referido a de- profesional en Argentina encuentran su referencia
claraciones públicas, publicaciones, actividades de en la Ley Nacional de Ejercicio profesional (23
investigación, supervisión, docencia, etc. 277), sancionada el 27/9/85 y promulgada el
6/11/85, cuyo artículo 8º dice:
Códigos deontológicos
Los profesionales que ejerzan la psicología están
Con respecto a los códigos de ética profesional4 obligados a:
debemos destacar algunos puntos importantes:
“(…) Guardar el más riguroso secreto profesional
1. Establecen una serie de pautas que regulan sobre cualquier prescripción o acto que realizare
nuestra práctica, funcionando como una referen- en cumplimiento de sus tareas especificas, así co-
cia anticipada a situaciones posibles y por venir. mo de los datos o hechos que se les comunicare
en razón de su actividad profesional sobre aspec-
2. Resumen el conocimiento alcanzado en el ca m- tos físicos, psicológicos o ideológicos de las pers o-
po profesional hasta cierto momento (Estado del nas.”
arte), lo cual funciona como fundamento de las
normativas. También en el artículo 156 del Código Penal:

Sólo como ejemplo tomaremos la siguiente no r- “Será reprimido con multa de… e inhabilitación
mativa del código de la American Psychological especial en su caso por seis meses a tres años el
Association (1992), la cual toma sus fundamentos que, teniendo noticia por razón de su estado, ofi-
especialmente de la noción de duelo y los tie mpos cio, empleo, profesión o arte, de un secreto cuya
de su resolución: divulgación pueda causar daño, lo revelare sin jus-
ta causa.”
4.07 Intim idad Sexual con Ex- Pacientes
A su vez, las normas jurídicas de los estados están
(a) Los psicólogos no se involucran sexualmente fuertemente afectadas por la legislación interna-
con un ex-paciente o cliente hasta por lo menos cional, por lo cual los lineamientos deontológicos
dos años después de la interrupción o finalización estarán influidos también por valores consensua-
de los servicios profesionales. dos internacionalmente.

(b) Debido a que habitualmente la intimidad Como ejemplo de este circuito, tomemos uno de
sexual con un ex-paciente o cliente es muy nociva los principios generales del código de la Asociación
para él, y a que tal intimidad socava la confianza de Psicólogos de Buenos Aires respecto de la Dis-
pública en la psicología como profesión, desalen- criminación:
tando al público de los servicios necesarios, los
psicólogos no se involucran sexualmente con ex- D. Respeto por los derechos y la dignidad de
clientes o pacientes aún después del intervalo de las personas
dos años, salvo circunstancias excepcionales. El
psicólogo que se involucra en tal situación des- Los psicólogos otorgan el debido respeto a los de-
pués de los dos años posteriores a la interrupción rechos fundamentales, la dignidad y el valor de to-
o finalización del tratamiento, se hace cargo de das las personas y no participan en prácticas dis-
demostrar que no ha sacado provecho, teniendo criminatorias.
en cuenta todos los factores relevantes, que in-
cluyen (1) el lapso de tiempo que ha transcurrido

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Respetan el derecho de los individuos a la privaci-  Funcionan como una referencia anticipada a si-
dad, confidencialidad, autodeterminación y auto- tuaciones eventuales
nomía.
 Tienden a la regulación de “todas” las situacio-
Los psicólogos son concientes de las diferencias nes posibles
culturales e individuales, incluyendo aquéllas
debidas a la edad, género, raza, etnicidad, origen Otro aspecto de la complejidad relativa al campo
nacional, religión, orientación sexual, incapacidad, deontológico-normativo es el referido al problema
lengua y condición socioeconómica. de la aplicabilidad del código.

El psicólogo, en el ejercicio de su profesión adhie-


re a la definición de sus responsabilidades, dere- 1. Normas de excepción a las normas
chos y deberes, de acuerdo a los principios esta-
En términos de los derechos protegidos, los cód i-
blecidos en la Declaración Universal de los Dere-
gos de ética profesional velan por los derechos a la
chos Humanos, aprobada el 10 de diciembre de
privacidad, a la confidencialidad, la autodetermi-
1948 por la Asamblea General de las Naciones
nación y la autonomía de las personas. Las dife-
Unidas (el subrayado es nuestro).
rentes normativas tomarán predominantemente
El circuito queda configurado entonces de la s i- unos u otros. De allí que las normas que especifi-
can los casos de excepción a otras normas del
guiente manera:
mismo código ponen sobre el tapete el problema
Práctica Profesional del conflicto entre los derechos protegidos.

↑ Por ejemplo, las normativas referidas al secreto


Normativa Deontológica profesional se asientan fundamentalmente en el
derecho a la privacidad y a la confidencialidad; a l-
↑ gunos autores destacan también el derecho a la
autodeterminación en el sentido del derecho a la
Ley Social
libertad de vivir la propia intimidad sin la intromi-
↑ sión de terceros. Por lo tanto, el deber de confi-
dencialidad tiende a proteger los derechos men-
Constitución Nacional
cionados.

Ahora bien, la deontología establece también las
Normativa Internacional
excepciones al deber de confidencialidad cuando
↑ existe justa causa; es decir, en la medida en que
pueda fundamentarse la existencia de un interés
Declaración Universal de los
superior a ser protegido. La noción de justa causa,
Derechos Humanos 5 lejos de resolver el problema, pone en evidencia la
dimensión dilemática que adquiere el secreto pro-
Es decir que los códigos de ética, al ser produci-
fesional.
dos en el seno de una comunidad que participa de
la comunidad mundial, resumen los valores con-
Motivos clínicos o terapéuticos pueden ser causa
sensuados y sostenidos por la comunidad en su legítima de suspensión del secre to profesional (ver
conjunto –no sólo la comunidad profesional–, y en puntos 1 y 2 de 5.05 Código de APA, 1992)6. Pero,
este sentido, condensan los valores morales de un al mismo tiempo, es inevitable señalar que, aun-
tiempo histórico determinado (campo de lo parti- que se puedan demostrar razones válidas para la
cular). Este hecho debe alertarnos sobre la posible
suspensión del secreto profesional, se suspenden
coexistencia en los códigos de valores consonan- los derechos protegidos.
tes con la condición humana (eje Universal-
Singular) junto a otros que tienden a su degrada- Otras razones de excepción al deber de confiden-
ción (efecto particularista). cialidad también instauran el conflicto. Por eje m-
plo, ciertas obligaciones legales bajo el argumento
Se tratará entonces de reflexionar sobre los pun- de “daño para sí mismo” (punto 3 de APA 5.05),
tos de encuentro y desencuentro entre la perspec- confrontan el principio de autonomía (que se te nd-
tiva ética referida al eje U-S y la dimensión moral
ía a proteger) al de beneficencia. Un conflicto de la
propia del campo particular. misma índole surge frente al argumento de “daño
para terceros” (misma normativa): en este caso
En suma, los códigos deontológicos:
aparece el conflicto entre el interés individual y el
 Resumen el Estado del arte de la disciplina bien común.

 Atravesados por valores morales de la época 2. La interpretación de la norma

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El campo normativo, afectado de la lógica de lo peuta cuenta con los medios para ubicar a la po-
particular, tiende a configurarse y a funcionar en tencial víctima. ¿Qué debería hacer el terapeuta
tanto universo7 (lo mismo podemos decir de la di- ante esto y por qué? 8
mensión moral en sentido amplio). Los códigos
(como las leyes y/o las normativas institucionales) Esta viñeta es un buen ejemplo de un recorte ge-
deben expedirse con respecto a todos los casos neral. Representa a un tipo de situaciones: se tra-
posibles, en todas las circunstancias posibles, pa- ta del caso de los pacientes que comunican que
ra todos los sujetos posibles. El campo normativo van a asesinar a una persona, ¿qué debería hacer
debe valer para todos. La norma ordena, pero la el terapeuta ante esto y por qué?
condición es que ordene más allá del cada uno;
hace homogéneos a los “cada uno” en un “todos”. Siempre desde la perspectiva del primer movi-
miento de la ética, la pregunta podría ser respon-
Es así entonces que, frente al caso, el campo dida desde las normativas deontológicas: un análi-
normativo muestra su inconsistencia. Si bien la sis de la situación nos llevaría a la conclusión de
norma tiende a alcanzar a todos los casos pos i- que según los códigos de ética profesional, este es
bles, la confrontación con un caso determinado un caso legítimo de excepción a la regla de confi-
nos obliga a analizar su pertine ncia. dencialidad bajo el argumento de daño para sí
mismo o para terceros. Frente a lo general del ca-
El argumento del daño para sí mismo o para ter- so contamos con las generales de la ley.
ceros, como excepción al deber de confidenciali-
dad, guarda cierta consistencia mientras no se lo Tomemos una segunda situación:
confronte con un caso. Pero, puestos a analizar
una situación en particular, deberemos reflexionar Un paciente adulto, enfermo de SIDA, relata en su
los alcances de la norma. Así, surgirán algunas psicoterapia que mantiene relaciones sexuales con
preguntas tales como: a qué llamamos “daño”, diferentes partenaires sin los cuidados necesarios y
qué tipo de “daño” justificaría la suspensión del sin informarles de su condición. ¿Qué debería hacer
deber de confidencialidad, en qué condiciones de- el terapeuta ante esto y por qué?
bería encontrarse ese tercero para justificar el le-
En primera instancia, esta situación se presenta del
vantamiento del secreto, cuáles son los límites de
la noción de peligrosidad, cuál sería una legítima mismo tipo que la anterior. En este caso como en el
otro podríamos evocar la normativa de excepción al
“justa causa”, ¿cómo juega en esta situación el
deber de confidencialidad establecido en otra deber de confidencialidad atendiendo al argumento
norma del mismo código? de daño para sí mismo y para terceros . Se verifica
efectivamente un “daño” para terceros.
Es decir entonces que la aplicación de la norma no
es automática. Frente al caso a analizar, debere- Sin embargo, ese tercero en riesgo reviste
condiciones y cualidades distintas en uno y otro
mos interpretarla, y además ponderarla en rela-
ción a otras normas. Muy probablemente para ello caso: en el primer caso, se trata de una víctima
inadvertida del daño potencial al que se ve
debamos tomar otros elementos del estado del a r-
te para arribar a una conclusión. sometida; en el segundo, ¿describiríamos la
situación exactamente de la misma manera? En este
segundo ejemplo, no podríamos obviar la mención a
EL MÉTODO
la responsabilidad del tercero, por ejemplo.
Vale aclarar que estamos analizando ese punto de
Es decir, en uno y otro caso la aplicación de la
inconsistencia radical que afecta al eje de lo parti-
norma se verá condicionada por diversas variables
cular, aunque éste último tienda a configurarse
propias de cada situación que se analiza , las cuales
como universo, negando o disimulando su incon-
nos conducirán a tomar en cuenta, a su vez,
sistencia. La consistencia del universo normativo
diversos aspectos del estado del arte
es ilusoria. Es decir, estamos analizando el campo
(considerandos).
deontológico desde el primer movimiento de la
ética. Hasta aquí, no nos hemos referido a lo sin- Por lo tanto, el análisis desde el primer movimiento
gular de un caso en tanto aquello que se sustrae a
de la ética no prescinde del caso, aunque no se trate
la lógica del uno. Sino que tal confrontación de la de lo singular de un caso.
norma con el caso bien podría tratarse de la pon-
deración de los alcances de la norma para lo ge- La perspectiva ética
neral del caso.
Aún tratándose del primer movimiento de la ética
Tomemos la siguiente situación: y de un recorte general del caso, el desafío es en-
sayar los fundamentos que la perspectiva del eje
Un paciente relata los pormenores de un plan pa-
Universal-Singular nos aporta. Es decir, se trata de
ra asesinar a una persona. El terapeuta advierte analizar la situación y su encuadre deontológico
que no se trata de una mera fantasía, sino de un desde la perspectiva ética. La posición moral, de
auténtico propósito a ser llevado a cabo. El tera-

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acatamiento automático respecto del código y de desde el primer movimiento de la ética deberá es-
la ley, nos conduciría por una parte, necesaria- tar sustentado en el eje universal-singular. Esta
mente a conclusiones morales y, por la otra, a posición es desarrollada por Freud bajo la noción
una posición moral respecto de un eventual traba- de Principio de Neutralidad10. Desde esta perspec-
jo clínico. Tendríamos que hablar allí de una posi- tiva será ineludible reflexionar sobre las implica n-
ción que intenta hacer consistir el campo normati- cias clínicas que la situación acarrea.
vo. No es posible tal aplicación automática de la
norma; y la consistencia de ese campo es ilusoria. Desde el primer movimiento de la ética, es decir,
abordando lo general de un caso y no lo singular
Con lo cual, la interpretación del estado del arte de un caso, sólo podremos aportar reflexiones teó-
en general y la implicación subjetiva concomitan- ricas que eventualmente funcionen como marco
te, son ineludibles. La perspectiva ética nos obliga para las decisiones clínicas. Por supuesto que un
a incluir esa dimensión singular excluida de lo caso tomado en su singularidad, atendiendo a sus
particular. Tal como mencionábamos anteriormen- peculiaridades únicas e irrepetibles, nos volverá a
te, en el campo normativo se trata de un sujeto confrontar a la inconsistencia radical. En ese pun-
anónimo; todos y a la vez ninguno, lo cual es ab- to, hará falta un segundo movimiento de la ética
solutamente coincidente con la idea de lo general. que suplemente el abordaje general.
El sujeto singular, no-anónimo, que debe respon-
der por sus actos, no está contemplado allí. Pero ensayemos ahora algunos elementos a cons i-
derar en relación a la primera viñeta planteada: un
Pero, el campo normativo rápidamente muestra paciente planea asesinar a una persona y el tera-
su inconsistencia. Tanto las normativas deonto ló- peuta se enfrenta al dilema de la suspensión o el
gicas como la ley social –también las normas ins- mantenimiento del secreto profesional.
titucionales– convocan a la interpretación. Es de-
cir que, si bien el sujeto es excluido de la lógica Si la decisión de suspender el secreto estuviera
de lo particular también es convocado desde su sustentada en la mera obediencia a la norma,
punto de inconsistencia. tendría la función de confrontar al sujeto –el pa-
ciente– meramente a la responsabilidad moral y
Serán entonces las posiciones subjetivas las que jurídica que le compete, lo cual ubicaría al profe-
hagan consistir al campo normativo afianzándose sional mismo en la posición del ciudadano11.
en una lógica del todo que excluye al sujeto; o
bien, las que soportando el punto de inconsisten- En cambio si la suspensión del secreto profesional
cia, soporten también la implicación en una deci- tuviera su fundamento en propiciar la intervención
sión. de la ley social, como un modo de instalar algo del
orden de la legalidad en ese punto de empuje pul-
Será necesario entonces pensar cuál va a ser la sional, entonces se trataría de una decisión clíni-
posición del psicólogo frente a esa referencia de- ca12.
ontológica. En términos generales podríamos de-
limitar dos posiciones bien distintas. Desde una u otra posición, la decisión de suspen-
der el secreto profesional conllevaría efectos bien
1) Por una parte, el posicionamiento moral, la po- distintos.
sición de mera obediencia, de acatamiento frente
a la referencia deontológica, lo cual resulta una Decíamos que el sujeto singular, no -anónimo, que
posición engañosa, pues el profesional podría a m- debe responder por sus actos, no está contempla-
pararse en la ilusión de que "sólo" obedeció. Co- do en la lógica de lo particular. A la vez, que la po-
mo si pudiera desimplicarse de su decisión, y co- sición ética nos conmina a propiciar el surgimiento
mo si no hubiera una implicación del sujeto en la de la singularidad. En este caso, suspender el se-
decisión de obedecer. creto profesional tendría el valor de propiciar la
posibilidad de que el sujeto pueda decir algo de su
2) Una posición bien distinta es la posición de res- implicación en la acción. Se trata de confrontar al
ponsabilidad (diferenciada de la posición de obe- sujeto a su responsabilidad (no fomentar su pos i-
diencia)9. En la posición de responsabilidad ningu- ción en la culpa).
na referencia funciona como determinación abso-
luta. Al contrario, el sujeto acepta ese punto de Tal decisión, lejos de constituirse en una posición
indeterminación radical que lo convoca a respon- dogmática deontológica, tendría el verdadero valor
der de un modo singular –no anónimo–, aún en el de una intervención clínica. Punto de cuestiona-
marco de la determinación. miento al sujeto en relación a su acción. En estos
términos, levantar el secreto profesional para darle
Ahora bien: ¿cuál será el horizonte que opere co- intervención a la ley social, tendría el valor de un
mo norte para interpretar la norma? Si bien no se acto que confronta al sujeto a la implicación en su
trata de la moral del campo normativo o la moral propio acto.
social, tampoco se tratará de la moral del tera-
peuta o del paciente. Por el contrario, el análisis

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 sinar a Tatiana. Los padres de la chica interpusieron una


Prof. Adjunta cátedra Psicología, Ética y Derechos
demanda por negligencia contra la Universidad de Cali-
Humanos. Facultad de Psicología, UBA.
1 fornia. Como consecuencia, la Corte Suprema de Califor-
Análogamente podemos pensar la diferencia entre la
nia, tras deliberar el caso durante catorce meses, se n-
lógica de lo Particular y la de lo Universal-Singular.
tenció que el médico o psicoterapeuta con razones para
2
Secreto profesional, explotación y conflicto de inte r- creer que un paciente pueda lesionar o matar a a lguien
eses en el ámbito clínico e institucional: estudio de valo- debe notificarlo a la víctima potencial, a parientes o am i-
res en 400 psicoterapeutas (UBACyT Programación gos de la víctima, o a las autoridades.
científica 2001-2002) y sus antecedentes Director: Prof. En 1982 el mismo Tribunal amplió la sentencia del caso
Juan Jorge Fariña. Tarasoff añadiendo al "deber de avisar", "el deber de
3 proteger".
Fariña, Juan Jorge. El doble movimiento de la Ética
contemporánea. La dialéctica de lo Particular y lo Uni- Si bien el caso sentó jurisprudencia y también precede n-
versal - Singular. C lase inaugural, en página web de la tes para los códigos de ética, también trajo aparejado
cátedra (sección Novedades). toda una serie de cuestiones sobre las que reflexionar,
4
tales como: los alcances del “deber de proteger”, los al-
Ver diversos códigos de ética profesional de los psicó- cances de la responsabilidad profesional, la antinomia
logos en IBIS 1.0 Ética en la Educación. seguridad pública – interés individual / intimidad perso-
5 nal. Las posibilidades reales del profesional de la salud
En general los “Derechos Humanos” son entendidos en
mental de predecir y prevenir eficazmente las situaciones
el sentido de un ideal normativo, pero no se tiene en
de peligro con respecto a sus pacientes, las consecuen-
cuenta que la declaración del ’48 no tiene fuerza de ley
cias sobre la confianza en la profesión del público en ge-
sino que la garantía de los derechos humanos depende
neral tal vez afectadas por las excepciones al secreto
del orden jurídico de los estados. En este sentido, nos
profesional, las internaciones involuntarias que puedan
interesa hacer mención a esta compleja relación entre
no estar justificadas pero promovidas por el temor del
derechos humanos y orden jurídico.
terapeuta frente a una supuesta peligrosidad del pacie n-
6
5.05 Revelaciones (Código American Psycholo- te.
gical Association, 1992) 9
La diferencia entre la posición de obediencia y la de
(a) Los psicólogos dan a conocer información confide n- responsabilidad, así como la diferencia entre culpa y re s-
cial sin el consentimiento del individuo, únicamente co- ponsabilidad se trabajan en detalle en el módulo V del
mo lo dicta la ley, o cuando es permitido por ella para programa de la materia.
fines valederos, tales como (1) proveer servicios profe- 10
Estos desarrollos conceptuales son ampliados en las
sionales necesarios al paciente o al cliente institucional o
clases teóricas del Módulo II de la materia. También, en
individual, (2) obtener consultas profesionales apropia-
Carlos E. Gutiérrez; Gabriela Z. Salomone: La responsa-
das, (3) proteger de daño al paciente o cliente u otros, o
bilidad profesional: entre la legislación y los principios
(4) obtener el pago de servicios, en cuyo caso la revela-
éticos. Revista La Nave. Septiembre 1997.
ción de información se limita al mínimo necesario para
lograr el objetivo. 11
Ver también: Gutiérrez & Salomone: La Responsabili-
(b) Los psicólogos también pueden revelar información dad Profesional: entre la legislación y los principios éti-
confidencial con el apropiado consentimiento del pacie n- cos. En revista La Nave, Septiembre, 1997.
te o del cliente institucional o individual (o de otra per- 12
La relación entre la ley social y la legalidad simbólica
sona autorizada legalmente en su nombre), a menos nos permite apostar a la eficacia simbólica de la ley so-
que esté prohibido por ley. cial. Tal relación ha sido trabajada más extensamente en
Salomone, G.: El Padre en función. La encrucijada de la
7
Ver Lewkowicz “Particular, Universal, Singular” en Éti- filiación: nuevas tecnologías reproductivas y apropiación
ca: un horizonte en quiebra. Eudeba. de niños. Buenos Aires, Editorial Lumen, 2000.
8
Esta viñeta se estableció a partir de un caso real que
tomó estado público en Estados Unidos en el año 1976.
Es conocido como el Caso Tarassoff y ha sentado juris-
prudencia. Un estudiante, y paciente ambulatorio de la
clínica de salud mental de la Universidad de California,
contó a su terapeuta que planeaba asesinar a una estu-
diante identificada como Tatiana Tarasoff. Dándose
cuenta de la gravedad del asunto, el terapeuta, con la
colaboración de un colega, indicó que el paciente debía
ser retenido bajo observación. Además notificó, verba l-
mente y por escrito, a la policía que el paciente era peli-
groso y debía ser detenido.
El supervisor del terapeuta, preocupado por la ruptura
de la confidencialidad, vetó la recomendación y ordenó
que todas las anotaciones relativas al tratamiento del
paciente fueran destruidas. La policía dejó en libertad al
paciente cuando éste aseguró que se mantendría aleja-
do de la chica, sin embargo dejó de acudir a la clínica al
enterarse por la policía de la acción de su terapeuta.
Dos meses más tarde, llevó a cabo su amenaza de ase-

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