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Facultad de Ciencias Veterinarias

-UNCPBA-

Manejo de urgencias en aves

Dolz, Martín Miguel; Mouly, Javier; Fernández, Héctor

Agosto, 2017

Tandil
Manejo de urgencias en aves

Tesina de la Orientación Sanidad Animal, presentada como parte de los requisitos


para optar al grado de Veterinario del estudiante: Dolz, Martín Miguel.

Tutor: MV, Mouly Javier.

Director: MV, Fernandez Héctor.

Evaluador: Dr. Moscuzza Carlos Hernán.


Resumen

La tenencia de aves silvestres o provenientes de criadero es un hecho común hoy


en día con el que el profesional veterinario debe enfrentarse en la clínica diaria,
por esto es necesario comprender las diferencias anatómicas, fisiológicas y
etológicas que hay con las mascotas convencionales que se encuentran en el
hogar y entre las especies aviares entre sí para poder abordar al paciente
correctamente. El manejo del paciente aviar descompensado en la consulta
necesita ser rápido y eficiente, teniendo a mano el instrumental adecuado. Debe
tenerse en cuenta su procedencia, ya sea para considerarlo un posible transmisor
de enfermedades zoonóticas, como para evaluar su posible reinserción a la
naturaleza si se trata de un ave silvestre. Para esto es necesario actuar con un
protocolo de atención simple que le permita al profesional veterinario abordar las
urgencias más comunes que se puedan presentar a la consulta y asegurar su
correcta recuperación con conocimientos de terapia de soporte aplicados al
paciente aviar. En estos casos el rol del profesional veterinario va más allá de la
parte médica, actuando también como educador y capacitando a la población de
los inconvenientes que puede generar tener un ave silvestre como mascota, tanto
para su entorno como para el ecosistema por ausencia de la misma.

Palabras clave: Aves, protocolo de urgencias, manejo, tratamientos.


Índice

Introducción ............................................................................................................. 1
Objetivos ................................................................................................................. 2
Antecedentes .......................................................................................................... 2
Aspectos anatómicos y fisiológicos ......................................................................... 3
Manejo de aves en la consulta .............................................................................. 16
Analgesia............................................................................................................... 25
Anestesia............................................................................................................... 26
Protocolo de urgencias .......................................................................................... 32
Terapia de soporte ................................................................................................ 36
Urgencias y tratamientos ....................................................................................... 42
Hemorragias ...................................................................................................... 42
Fracturas ............................................................................................................ 44
Intoxicaciones .................................................................................................... 47
Psitacosis ........................................................................................................... 48
Tricomoniasis ..................................................................................................... 50
Urgencias anestésicas ....................................................................................... 51
Osteopatía metabólica ....................................................................................... 51
Shock ................................................................................................................. 53
Falla cardíaca .................................................................................................... 53
Disnea ................................................................................................................ 54
Ruptura de saco aéreo....................................................................................... 55
Prolapso cloacal ................................................................................................. 55
Retención de huevos ......................................................................................... 56
Trauma craneoencefálico ................................................................................... 59
Convulsiones ..................................................................................................... 59
Coma ................................................................................................................. 60
Mordedura de animales ..................................................................................... 61
Quemaduras ...................................................................................................... 61
Trauma de pico, uñas y plumas ......................................................................... 62
Hipertermia ........................................................................................................ 63
Conclusión............................................................................................................. 64
Bibliografía ............................................................................................................ 65
Introducción

Hoy en día los conceptos básicos de emergencias en pequeños animales pueden


aplicarse en aves, sin embargo, la terapia de mantenimiento en aves de compañía
es asignatura pendiente en el profesional veterinario. (Branson et al, 1994)

Los conocimientos de anatomía, fisiopatología y etología aviar son necesarios


para el accionar con el paciente aviar durante la consulta. (Branson et al, 1994)

En la actualidad, debido a la falta de educación de la población y el creciente


tráfico de animales silvestres, dentro de las especies de aves que pueden llegar a
la consulta se ve una gran variedad tales como: Federal (Amblyramphus
holosericeus), Frutero azul (Stephanohorus diadematus), Fueguero (Piranga
flava), Reinamora grande (Cyanocompsa brissonii), Pepitero (Saltator
aurantiirostris), Boyero negro (Cacicus solitarus), Corbatitas dominó (Sporophila
collaris) y común (Sporophila caerulescens), Jilguero dorado (Sicalis flaveola),
Cabecita negra (Carduelis magellanica), Zorzales sp, Naranjero (Pipraeidea
bonariensis), Sietevestidos (Poospiza nigrorufa), Celestino (Thraupis sayaca),
lechuzas sp. (en especial el Lechuzón orejudo), psitácidos sp. (Narosky y Yzurieta,
2010)

Otras especies de mayor tamaño que se utilizan en el control biológico de plagas


son: Gavilán mixto (Parabuteo unicinctus), Taguató común (Buteo magnirostris),
Halcón peregrino (Falco peregrinus), Aguilucho colorado (Buteogallus
meridionalis), Águila mora (Geranoaetus melanoleucus) y Águila viuda (Spizaetus
melanoleucus). (Narosky y Yzurieta, 2010)

La tenencia de especies silvestres es considerada delito de acuerdo a la ley


nacional 22.421
1
En el presente trabajo se realizará un breve resumen de características
anatómicas y fisiológicas del paciente aviar a tener en cuenta, métodos de
sujeción durante la consulta, así como las urgencias más comunes que se pueden
presentar y su respectivo tratamiento.

Objetivos

Los objetivos del presente trabajo consisten en: a) realizar una reseña bibliográfica
sobre el tema Manejo de Urgencias en Aves de Compañía; b) comprender las
diferencias anatómicas y fisiológicas en relación a animales domésticos y el
manejo que se debe implementar en la consulta veterinaria; c) establecer un
protocolo de urgencias al que pueda recurrir el profesional veterinario ante las
diferentes urgencias que se le presenten en la consulta.

Antecedentes

En la época medieval, la posesión de halcones se veía como símbolo de autoridad


y eran usados para recreación y caza.
Entre los siglos XVIII y XIX, el rápido crecimiento de las ciudades europeas,
llevaron a las familias ricas a querer asimilar sus propiedades a campos naturales,
por esto se comenzaron a recolectar aves, especialmente patos y establecieron
mini jardines zoológicos.
El colonialismo y la incursión a nuevos continentes dieron la oportunidad a las
grandes ciudades europeas a construir aviarios para especies no nativas. Con
esto surgió la comercialización de aves para exhibiciones, de huevos y de plumas,
en especial los egretes (plumas de la nuca) de las garzas que lucían las mujeres
en sus sombreros y llevaron casi a la extinción a esa especie.
2
A mediados del siglo XIX se comenzaron a contratar cuidadores para las largas
colecciones de aves, los estudios de estos llevaron a la creación de la ornitología
como una rama de la biología.
Hoy en día el gran interés en aves silvestres ofrece al profesional veterinario la
oportunidad de participar en su curación, rehabilitación, así como también en la
educación del público en general con el propósito de entender el rol de éstas en la
naturaleza y el por qué no deben permanecer en cautiverio.
La avicultura fomenta la conservación de aves realizando programas de cría en
cautiverio, de esta forma se disminuye el intento de importar aves silvestres y
también la presión que se ejerce en el medio ambiente para su captura. A través
de estos programas se genera información que permite a biólogos realizar
diferentes estudios. El rol del profesional veterinario es unir la labor de quienes
hacen avicultura en conjunto con los profesionales de la biología para realizar un
trabajo interdisciplinario y una generación de información constante.

Aspectos anatómicos y fisiológicos

En esencia, las aves son vertebrados con el cuerpo recubierto de plumas cuyo
efecto aislante evita las pérdidas de calor. (Mattiello, 1995)

La tasa metabólica es sumamente alta, más que en el resto de los vertebrados.


Presentan temperatura interna constante (endotermia, homeotermia) y elevada (40
ºC +/- 1,5 ºC), esta temperatura permite un aceleramiento metabólico
indispensable para el vuelo. (Mattiello, 1995)

Tienen extremidades anteriores modificadas en alas, marcha bípeda, mandíbulas


desprovistas de dientes y recubiertas por un pico córneo y reproducción ovípara.
(Mattiello, 1995)

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Las diferencias de tamaño y forma son muy notorias y se deben a la gran
diversidad de ambientes a los que se han adaptado, así como también a las
variadas dietas y la forma de alimentación. (Mattiello, 1995)

Son capaces de realizar notables desplazamientos (migraciones) y escapar de las


adversas condiciones de un medio, para establecerse en otro de condiciones
adecuadas para su subsistencia y reproducción. (Mattiello, 1995)

En el sistema músculo-esquelético de las aves tres características repercuten en


la configuración de su esqueleto: la adaptación al vuelo, la marcha bípeda y la
gran longitud y movimiento del cuello. Además, dicho esqueleto se desarrolla con
mayor rapidez que en los mamíferos y sus partes cartilaginosas se osifican más
tempranamente. (Mattiello, 1995)

Las aves adultas no poseen más cartílagos que los articulares, otro rasgo peculiar
es la neumatización de muchos de sus huesos por divertículos, conectados con
los sacos aéreos, lo que los hace mucho más livianos. (Mattiello, 1995)

Los mamíferos domésticos también poseen huesos neumatizados, pero esta


particularidad queda reservada sólo a los huesos de la cabeza. (Mattiello, 1995)

Las aves tienen neumatizados todos los huesos, excepto los distales al húmero y
al fémur, que presentan abundante médula ósea. Los huesos son muy sólidos y
ricos en sales inorgánicas (84 %), lo que los hace quebradizos y poco elásticos.
(Mattiello, 1995)

Entre las particularidades que ofrece la musculatura de las aves se destacan la


mayor densidad de las fibras y la estructura más compacta de los músculos, ya
que éstos se hallan separados por escaso tejido conectivo. El grosor de las fibras
musculares es un carácter propio de la especie y depende también de la edad y
del sexo. (Mattiello, 1995)

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Los músculos se diferencian, en parte, por su color, hay dos tipos de fibras
musculares: rojas y blancas. Las fibras rojas contienen grandes cantidades de
mioglobina, siendo ésta la causa del color rojo, además contienen gran cantidad
de mitocondrias, alto contenido de vacuolas lipídicas y mayor aporte sanguíneo,
utilizan mejor las grasas en vez del glucógeno como fuente de energía (a
considerar en la formulación de dietas para aves rapaces) y esto las hace más
eficientes que las fibras blancas, ya que las grasas liberan más energía que los
carbohidratos. Por todas estas características es que las fibras rojas están mejor
adaptadas que las blancas a esfuerzos sostenidos. (Mattiello, 1995)

La mayoría de los músculos de las aves contienen una mezcla de fibras rojas y
blancas; la proporción dependerá de cuán prolongada sea la actividad que ese
músculo vaya a realizar. En los músculos pectorales de las fuertes voladoras,
como palomas o aves migratorias, predominan las fibras rojas. Éstas incluso
pueden ser el único tipo de fibra muscular en los pectorales de picaflores, que son
quizás los músculos esqueléticos más activos y eficientes que se conozcan entre
los vertebrados. (Mattiello, 1995)

Las fibras blancas están menos irrigadas y suelen permitir contracciones rápidas,
pero no muy sostenidas y se encuentran por ejemplo, en los pectorales de pollos
parrilleros. (Mattiello, 1995)

El sistema digestivo de las aves consiste en orofaringe, esófago, estómago,


duodeno, yeyuno, íleon, un par de ciegos y colon; este último finaliza en la cloaca,
compartida con el sistema urogenital. (Mattiello, 1995)

La pared ventral del esófago se dilata a la entrada del tórax formando el buche,
donde los alimentos sufren una maceración. Su capacidad es variable según la
especie, pequeño en paseriformes, pero muy desarrollado en columbiformes y en
algunas aves necrófagas, donde puede llegar a almacenar hasta un kilo de

5
alimento. El esófago cervical y el buche, ambos de pared fina, son subcutáneos y
pueden palparse, de modo que están en situación ideal para hacer actos
quirúrgicos (en caso de cuerpos extraños o impacción), pero son vulnerables a la
laceración. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

El buche almacena alimentos por breves períodos, cuando el estómago muscular


está lleno. La comida almacenada en el buche sufre ablandamiento y maceración,
no digestión química, es más bien corto, con poco volumen que guardar, para
mantener la premisa de reducción del peso corporal para el vuelo. (Caldera
Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

A continuación del esófago se encuentra el estómago, que está dividido en dos


partes. La anterior tiene una consistencia suave y posee glándulas que secretan
las enzimas digestivas, en particular la pepsina. La parte posterior, llamada
molleja, es predominante en las aves que se alimentan de granos, moluscos o
crustáceos que, como no tienen dientes, requieren un estómago triturador. En las
paredes se produce una secreción queratinosa, el material de las escamas, que se
endurece formando placas, que ayudan a triturar los alimentos. (Ares, 2013)

Comen poca cantidad muy seguido, aprovechando al máximo los nutrientes de


cada ingesta. Conforme a ello, la cantidad de excreciones, en comparación con el
volumen de alimento ingerido, es pequeña. De presentar el ave deposiciones
voluminosas, en función del volumen de su alimento, es para sospechar que se
está en presencia de algún problema. (Mattiello, 1995)

El sistema respiratorio de las aves difiere significativamente del de los mamíferos


en su mecanismo y flujo de aire. (Vargas, 2008)

La inspiración y espiración son procesos activos; las aves no poseen diafragma


funcional en la cavidad celómica. La glotis se localiza en la base de la lengua,

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visualizándose fácilmente y no se encuentra cubierta por la epiglotis como en los
mamíferos. (Vargas 2008)

La laringe está compuesta de cartílagos osificados y se localiza entre la glotis y la


tráquea. En comparación con mamíferos de peso similar, la glotis y la tráquea
tienen un diámetro mayor, siendo esta última de mayor longitud, considerándose
como adaptaciones fisiológicas de las aves. (Vargas 2008)

El aumento en la longitud de la tráquea incrementa la resistencia del aire, por lo


que hay un mayor espacio muerto que es compensado con una baja frecuencia
respiratoria. Los anillos cartilaginosos traqueales son completos. (Vargas 2008)

La siringe, localizada en la bifurcación de la tráquea, es el órgano de vocalización;


formada por los anillos traqueales y bronquiales, que se ensanchan para formar
una caja de resonancia. Hay músculos externos que dilatan o reducen la apertura
del tubo para regular el paso del aire. En la parte interna hay uno o dos pares de
membranas vibrátiles, las membranas timpánicas. Según el grosor y la apertura,
vibran de forma diferente y producen distintos sonidos. (Ares, 2013)

La tráquea se bifurca en dos bronquios primarios, cada uno de los cuales cursa
hacia un pulmón. De los bronquios primarios se originan los bronquios
secundarios y de éstos los parabronquios, que se ramifican y anastomosan
libremente; son continuos y forman una malla de capilares aéreos interconectados
a la que se yuxtaponen los capilares sanguíneos, creando un eficaz sistema de
intercambio de oxígeno merced a la gran cantidad de espacio existente. El sistema
aumenta la eficacia de intercambio de gas en el pulmón, gracias al mecanismo de
contracorriente que existe entre el sentido de circulación del aire y el de la sangre,
que son opuestos. (Caldera Domínguez y Gonzalo Cordero, 1993)

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El pulmón de las aves está fijo en su posición y no se expande durante la
inspiración, lo que hace difícil o casi imposible diagnosticar patologías pulmonares
por auscultación. (Mattiello, 1995)

Los sacos aéreos son bolsas muy finas que, generalmente en número de nueve,
ocupan la cavidad torácica y abdominal. Algunos establecen contacto con los
huesos neumáticos del esqueleto, al tiempo que se comunican con los pulmones
mediante bronquios primarios y parabronquios. No son estructuras indispensables
para la respiración, pero su falta reduce la ventilación pulmonar. Sus principales
funciones son humedecer el aire inspirado, actuar como termorregulador del
organismo e influyen en la flotabilidad de aves que se sumergen. (Caldera
Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

En el sistema cardiovascular de las aves el corazón se halla en la línea media,


ventral a los pulmones que no lo rodean y ventral al hígado que está sobre el
borde dorso-caudal del corazón. (Mattiello, 1995)

Éste es hasta dos veces más grande que el de un mamífero del mismo tamaño y
tiene una capacidad de volumen de salida hasta siete veces mayor que el de un
hombre o un perro. La disposición y el tamaño cardíaco les confieren al corazón y
al hígado una silueta en “reloj de arena” en las radiografías ventro-dorsales, sobre
todo en animales de hígado grande, como los psitácidos. (Mattiello, 1995)

La frecuencia cardíaca normal es de 300-500 latidos por minuto y aumenta


durante la captura y la sujeción del paciente, su determinación es poco fiable. La
información realmente útil que puede obtenerse con la auscultación cardíaca es el
descubrimiento de murmullos o arritmias que son frecuentes en las aves viejas. Su
hallazgo, va acompañado generalmente de una intolerancia al ejercicio o a
dificultades para mantener el vuelo. (Mattiello, 1995)

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El arco aórtico en las aves, se desarrolla hacia la derecha, las arterias son más
rígidas que en el resto de los animales, merced al colágeno de las adventicias,
esto ayuda a mantener una presión y un flujo sanguíneos más altos que en los
mamíferos, lo que contribuye a la notable resistencia y capacidad de ejercicio de
las aves. Como contraparte, este detalle predispone a la arteriosclerosis en
animales añosos u obesos (como en humanos y primates), lo que conlleva a
desarrollar hipertensión arterial, que puede culminar en ruptura aórtica. (Harrison,
1994)

La vena yugular derecha es más prominente que la izquierda, en algunas aves


esta última es casi inexistente, debido a una anastomosis entre yugulares
cercanas al pico, que permite un bypass de sangre de la yugular izquierda a la
derecha. (Dyce, 1996)

Las aves tienen un sistema porta renal con capacidad de filtrar sangre de la región
pelviana, antes de pasarla a circulación general y el tradicional sistema porta
hepático. (Dyce, 1996)

La vena mesentérica coccígea (ubicada a la altura de la mesentérica caudal),


conecta los sistemas porta renal, porta hepático y la vena cava caudal. En este
vaso, la sangre puede recorrer ambas direcciones según sea la necesidad del
organismo, usualmente durante un momento de estrés, las venas del sistema
porta renal que tienen esfínter muscular, se cierran bajo el efecto de la adrenalina
y pasan la sangre directamente al hígado o a veces incluso, directamente a la
vena cava. (Dyce, 1996)

El sistema linfático no alcanza un desarrollo importante en aves. Sólo los patos


tienen nódulos linfáticos; un par en la entrada del tórax y un par cerca de los
riñones. Los vasos linfáticos son menos numerosos que en los mamíferos, poseen
válvulas y desembocan en las venas. (Ares, 2013)

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El sistema inmunitario está compuesto por órganos primarios: timo y bolsa de
Fabricio, sitios de maduración de los linfocitos T y B respectivamente. Involucionan
al llegar el ave a la madurez sexual. (Matiello, 1995)

Los órganos secundarios son el bazo y tejido linfático difuso diseminados en las
mucosas de los tractos digestivo, respiratorio, urinario y reproductor. El bazo no
actúa como reservorio de sangre, la diferenciación entre pulpa roja y blanca no es
tan clara como en los mamíferos; en él se destruyen los eritrocitos envejecidos y
se produce linfopoyesis. (Matiello, 1995)

El aparato urinario se diferencia del de los mamíferos por la presencia de unos


riñones alargados y lobulados, adheridos fuertemente a la pared dorsal del cuerpo
en depresiones óseas del sinsacro, denominadas fosas renales. (Caldera
Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

Los riñones se hallan atravesados por los plexos nerviosos lumbar y sacro (y los
vasos que los acompañan), por lo que la manipulación quirúrgica o el daño
intrarrenal afectará seriamente la función nerviosa de otras estructuras (por
ejemplo, una nefropatía puede causar claudicación severa). (Matiello, 1995)

No presentan división entre corteza y médula y no hay pelvis renal. La mayor parte
del parénquima es de tejido cortical y existe un pequeño cono de tejido medular,
en el cual sólo hay asas de Henle, conductos tributarios y vasos capilares rectos.
(Matiello, 1995)

La mayoría de las nefronas (90%) son de tipo cortical, carentes de asa de Henle
(tipo reptil); excretan ácido úrico en los túbulos contorneados. En cambio, las
nefronas medulares (tipo mamífero) poseen asa de Henle, que es la responsable
de concentrar la orina. (Matiello, 1995)

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El riego sanguíneo proviene de dos ramas: la arterial, de la arteria renal, rama de
la aorta (desde ésta se produce la filtración glomerular) y la venosa, de la vena
ilíaca externa, que forma la vena ilíaca común por un lado y el sistema porto renal,
que recoge sangre de los miembros posteriores, pelvis, última porción del intestino
y aparato reproductor. (Matiello, 1995)

El sistema porto renal tiene la ventaja de hacer más eficientes la secreción y


reabsorción tubular, así como también tiene la desventaja de que sustancias
tóxicas, fármacos o infecciones producidas en la parte posterior del ave, alcancen
por lo general los túbulos renales antes de entrar a la circulación general. Esto es
de suma importancia en caso de existir infecciones en los miembros o de inyectar
fármacos en ellos. (Matiello, 1995)

No poseen vejiga urinaria ni uretra. La orina deja el uréter y entra en el urodeo de


la cloaca. Ésta es luego movida por retroperistalsis hacia el coprodeo y recto,
donde se almacena hasta la defecación. Durante el almacenamiento hay
oportunidad de reabsorber agua y sales. (Matiello, 1995)

Las aves poseen glándulas nasales excretoras de sal, cuya estructura histológica
semeja un riñón, que son eficientes excretoras de sodio y osmorreguladoras,
están muy desarrolladas en especies marinas. (Matiello, 1995)

Son uricotélicas, esto significa que producen ácido úrico como producto final del
metabolismo del nitrógeno (60% del desecho del metabolismo nitrogenado). Éste
es excretado como una pasta espesa y es menos tóxico que la urea,
presentándose en una forma concentrada, característica de los animales ovíparos.
El ácido úrico es producido por el hígado, transportado por la sangre y excretado
por los riñones a través de filtración glomerular (10%) y secreción tubular (90%).
(Matiello, 1995)

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El ciclo reproductivo de las aves es controlado por factores medioambientales. En
los climas templados el principal factor disparador es el aumento de los períodos
de luz, mientras que en los climas áridos lo es el período de lluvias, que aumenta
la disponibilidad de alimento, esto estimula el desarrollo gonadal. (Matiello, 1995)

Al contrario de lo que sucede en los mamíferos, en las aves las hembras son
heterogaméticas, poseen cromosomas Z y W. En los machos, los cromosomas
sexuales son iguales ZZ. De esto se deduce que es la hembra la que fija el sexo
del embrión ulterior y que éste queda ya determinado en el momento de la
ovulación. (Matiello, 1995)

El sistema reproductor del macho consiste en un par de testículos, epidídimos y


conductos deferentes. Las aves carecen de glándulas sexuales accesorias, y
solamente unas pocas especies poseen una estructura peniforme (falo), en el piso
de la cloaca. (Matiello, 1995)

En su mayoría las aves de jaula no presentan falo, por lo que la cópula se realiza
por eversión de la pared de la cloaca que contiene la papila del conducto
deferente, el que transfiere el semen al orificio evertido del oviducto de la hembra.
(Matiello, 1995)

El falo es diferente del pene de los mamíferos en dos aspectos: su mecanismo de


erección es linfático, no vascular, y tiene una función exclusivamente reproductiva.
La presencia de gónadas intraabdominales y la ausencia de falo en aves de jaula
hacen que sea imposible determinar el sexo por las características externas.
(Matiello, 1995)

En algunas especies puede haber diferencias en la coloración del plumaje entre


sexos, pero la mayoría de las aves de jaula son monomórficas. (Matiello, 1995)

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El sistema reproductor de la hembra está formado por ovario y oviducto.
Normalmente, sólo se desarrollan el ovario y el oviducto izquierdos. Las hormonas
sexuales endógenas, producidas por el aparato genital a edad temprana, inhiben
el desarrollo de sus homólogos derechos, de los cuales sólo quedan en el animal
adulto esbozos rudimentarios. (Matiello, 1995)

Algunas especies tienen los dos ovarios y, más raramente, los dos oviductos
desarrollados (algunas rapaces y ciertas estirpes genéticas de gallinas). (Matiello,
1995)

En el sistema nervioso de las aves el cerebro es pequeño con escaso desarrollo


de los hemisferios. Utilizan menos el aprendizaje y la memoria que el instinto y el
comportamiento estereotipado. (Matiello, 1995)

Las aves más inteligentes, como los loros, tienen un mayor desarrollo de los
hemisferios cerebrales, tienen muy bien desarrollados el cerebelo y los centros
ópticos. (Matiello, 1995)

Al igual que los mamíferos, tienen 12 pares de nervios craneales. La médula


espinal es similar a la de los mamíferos, salvo que la misma es completa en toda
la extensión sin cauda equina ni filum terminal. (Matiello, 1995)

La médula presenta engrosamientos a la altura del plexo braquial y lumbosacro,


desarrollándose uno más que el otro según que el ave sea voladora o corredora.
(Matiello, 1995)

El plexo lumbosacro perfora los riñones, atravesándolos en su espesor para llegar


a sus zonas de inervación periférica. Tiene las tres meninges conocidas. (Matiello,
1995)

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Las aves son animales “visuales” por excelencia. Las especies diurnas tienen una
agudeza visual superior a la de los mamíferos, con ojos extremadamente grandes
en relación con el resto de la cabeza. (Matiello, 1995)

Generalmente, tienen los ojos ubicados a los costados de la cabeza, para poder
obtener un mayor ángulo de visión, evitando ser atrapadas por sus predadores,
son la excepción las rapaces que tienen los ojos hacia adelante,
proporcionándoles visión binocular para ubicar a sus presas. (Matiello, 1995)

El globo ocular es asimétrico en su forma; consiste en una pequeña región anterior


cubierta por la córnea, una región posterior casi hemisférica, mucho más grande,
cubierta por la esclerótica; y una región intermedia, de forma variable, que
contiene los huesos del ojo (exclusivos de las aves), que unen las otras dos
regiones. (Matiello, 1995)

Hay de 10 a 18 huesos esclerales que se solapan levemente unos sobre otros


para formar un anillo que circunscribe la córnea. Estos huesos refuerzan el globo
ocular y previenen su deformación cuando los músculos ciliares se contraen.
(Matiello, 1995)

La retina de las aves es más gruesa que la de los mamíferos y no presenta vasos
sanguíneos. Las aves tienen más conos en la retina que los mamíferos,
justificando su gran agudeza visual. (Matiello, 1995)

La decusación del nervio óptico es completa, de ahí que no exista respuesta


pupilar consensuada. Tienen tres párpados funcionales. El párpado superior y el
inferior, que se mueven verticalmente, y la membrana nictitante o tercer párpado,
que lo hace horizontalmente. (Matiello, 1995)

El movimiento ocular en las aves es generalmente limitado, pues el ojo llena casi
completamente la órbita. Esto está compensado, sin embargo, por la gran

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movilidad de la cabeza y el cuello. A diferencia de los mamíferos, el reflejo pupilar
es casi independiente. (Matiello, 1995)

El oído de las aves consiste en tres porciones: externa, media e interna. El oído
externo es un conducto relativamente corto que se extiende ventral y caudalmente
desde el meato acústico externo hasta la membrana timpánica. (Matiello, 1995)

El meato acústico externo es una abertura circular cubierta por plumas


especializadas, que se encuentra por debajo y detrás del ojo. No presenta
pabellón auricular. Las infecciones del oído externo son raras en las aves.
(Matiello, 1995)

El oído medio es una cavidad llena de aire, ubicada entre la membrana timpánica
y el oído interno. A diferencia de los mamíferos, la membrana timpánica protruye
hacia afuera en vez de hacerlo hacia adentro. Las vibraciones de la membrana
timpánica son llevadas al oído interno por el cartílago extracolumellar, el que se
halla en contacto con la columella ósea; ésta tiene forma de bastón y se extiende
medialmente hacia la ventana vestibular del oído interno. Es el único hueso del
oído medio, a diferencia de los mamíferos que tienen tres: martillo, yunque y
estribo. Conectando la cavidad del oído medio con la faringe se encuentra la
trompa de Eustaquio, que equilibra las presiones de aire a ambos lados de la
membrana timpánica. (Matiello, 1995)

El oído interno consiste en el laberinto óseo y el membranoso. El laberinto óseo


comprende el vestíbulo, los canales semicirculares y la cóclea, que encierran al
laberinto membranoso. El utrículo, el sáculo y los canales semicirculares están
involucrados en el registro de movimientos y en el mantenimiento de la orientación
espacial (equilibrio); mientras que el conducto coclear está relacionado con la
audición. El conducto coclear es corto y levemente curvado. (Matiello, 1995)

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La performance auditiva de las aves difiere de la de los mamíferos en varias
formas. La capacidad para el análisis de frecuencias es buena y similar al
humano. A pesar de esto, dentro del rango de audición, las aves son menos
sensibles que el hombre a los tonos altos y bajos. La resolución temporal del oído
de las aves es aproximadamente 10 veces más rápida que la del hombre. En otras
palabras, las aves pueden oír cosas que tendrían que ser 10 veces más lentas
para que el oído humano pudiera resolver todos los detalles del sonido. (Matiello,
1995)

Manejo de aves en la consulta

Generalmente, los médicos veterinarios no se sienten cómodos manejando aves,


por lo cual tampoco son conscientes de los conocimientos actuales en diagnóstico
y tratamiento de patologías aviares. (Mattiello, 1995)

Aunque un canario es una mascota tan corriente como un gato o un perro,


psicológicamente hay una mayor cercanía comparativa visual (orgánica y de
procedimientos) de la medicina de mamíferos con la práctica médica humana que
con la medicina aviar. (Mattiello, 1995)

Las aves presentan estructuras anatómicas diferentes, tasas metabólicas


elevadas, tamaños y pesos reducidos y los procedimientos a aplicar en ellas
requieren instrumental y entrenamiento particular. (Mattiello, 1995)

Cuando el ave llega a consulta debe ser recibida, en lo posible, en una habitación
tranquila y suavemente iluminada. Nunca está demás explicar este punto ya que la
presencia de perros ladrando en la sala de espera o en contacto visual con gatos
que se relamen y maúllan al verla o que es dejada al lado de alguna especie aviar
incompatible y agresiva, pueden generar un estrés excesivo, que conlleva a la
muerte del paciente aviar en el consultorio. (Mattiello, 1995)

16
A la hora de hacer la reseña y anamnesis es necesario establecer si es un "ave
nueva” aquella que ha sido recién adquirida (de captura, en un comercio de venta,
decomiso por autoridades, silvestre rescatada, estación de cuarentena o criadero)
y si estuvo expuesta últimamente a otras aves. (Mattiello, 1995)

Los problemas potenciales en éstas pueden ir desde parasitosis e infecciones


microbianas, hasta traumas físicos o psíquicos, malnutrición y estrés o un “ave
establecida" que es definida como aquella que ha estado sola en una casa
particular por más de dos años, sin exposición a otras aves durante ese tiempo.
(Mattiello, 1995)

Aquí puede encontrarse un sinnúmero de nuevas situaciones, muchas de las


cuales están vinculadas a malnutrición crónica (por deficiencia o exceso):
obesidad, lipidosis hepática, sobrecrecimiento del pico y de las uñas, insuficiencia
cardíaca congestiva, problemas del plumaje, neoplasias, problemas de conducta,
autopicaje, quistes de plumas, etc. (Mattiello, 1995)

A su vez, se puede hacer una segunda división en aves jóvenes y aves adultas.
Las jóvenes son más susceptibles a presentar ciertas entidades (psitacosis,
circovirosis, poliomavirosis, infecciones bacterianas, candidiasis digestiva). Las
adultas presentan con mayor frecuencia enfermedades degenerativas,
metabólicas y/o neoplásicas. (Mattiello, 1995)

Otros ítems que deben ser tenidos en cuenta y constar siempre en la historia
clínica son: nombre, especie, edad aproximada, sexo (si se conoce), tiempo bajo
el cuidado del dueño, qué experiencia tiene el dueño con aves, si alguien en la
familia fuma, si algún miembro de la familia estuvo últimamente enfermo, a qué
plantas tiene acceso, si está expuesta a aerosoles, si hubo cambios en el entorno,
si hay ventilación, cuantas horas de luz recibe. (Harrison, 1994)

17
La jaula/alojamiento que se utiliza también es importante, en qué lugar de la casa
se ubica, tiene las medidas necesarias, están los posaderos a la altura correcta,
tiene superficies pintadas, hay juguetes o accesorios atóxicos. (Harrison, 1994)

La dieta del paciente aviar es uno de los puntos más importantes, consume
semillas, balanceado, alimentos frescos, un ave que no come durante un día y
elimina escasa materia fecal es un ave seriamente enferma. (Harrison, 1994)

Es necesario considerar qué libertades tiene el ave y qué relación tiene con el o
los dueños, vuela libremente por la casa, está suelta con los dueños ausentes o
presentes, comparten comidas con el ave. (Harrison, 1994)

Al observar al ave en su jaula, es recomendable sentarse y esperar un tiempo


mirando a distancia, mientras se realiza la reseña y anamnesis. Esta
recomendación tiene dos motivos: en primer lugar, muchas aves se esforzarán por
actuar acorde al fenómeno de enmascaramiento ante un extraño; permaneciendo
a distancia, ayuda a que el ave no perciba una actitud de amenaza, distinta a la de
un extraño con la cara sobre la jaula; además, en ese tiempo de espera el ave
comienza a relajarse y hay más posibilidades de que empiece a mostrar su
verdadero estado mórbido. (Harrison, 1994)

Una vez el ave tranquila, se debe observar y valorar su actitud, posición, actividad
y aspecto general. (Bengoa, 2016)

Algunos de los signos que debemos considerar como reflejo de una alteración
son: actitud letárgica, ojos cerrados o semicerrados, parpadeos frecuentes, ocultar
la cabeza bajo el ala, plumaje en mal estado, respiración dificultosa, respiración
con la boca abierta, alas descolgadas, alteraciones en las patas, inflamaciones en
distintas partes del cuerpo, etc. También se debe prestar atención a posibles
sonidos respiratorios. (Bengoa, 2016)

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Respiración: Golpeteo de cola, jadeo, boqueo o cualquier silbido, estornudo o
chasquido evidente. (Harrison, 1994)

Deyecciones: El tipo de deposiciones del animal aporta bastante información


acerca de su estado de salud. El promedio en un periquito es de 30-40
deposiciones por día y para un guacamayo de 8-15 por día, una disminución en su
número puede indicarnos una disminución del apetito, así como del tránsito
gastrointestinal o una obstrucción. (Harrison, 1994)

La ausencia de egagrópilas en aves rapaces indica alguna alteración del tracto


digestivo superior. (Harrison, 1994)

La porción fecal suele ser de color verde a marrón, una porción de uratos blanca
(ácido úrico) y una pequeña cantidad de orina clara. Las heces de un ave sana (y
limpia) no presentan olor. La porción fecal de las deposiciones debe ser bien
formada, con estriaciones de uratos de consistencia pastosa sobre ellas.
(Harrison, 1994)

El estrés y la excitación del viaje hacia el consultorio producen que las


evacuaciones más recientes sean acuosas y menos formadas, por lo cual la
muestra de deposiciones debe ser previa al traslado. (Harrison, 1994)

Cuando hablamos de sujeción debemos tener en cuenta que al manipular un ave


débil o enferma puede padecer de un shock por la contención física; es un riesgo
que tanto el veterinario como el dueño deben asumir si se pretende llegar a un
diagnóstico correcto. (Harrison, 1994)

En el manejo de aves hay que tener siempre presente dos normas básicas: evitar
el daño mutuo ave-veterinario y reducir al mínimo el tiempo de manejo para poder
llevar a cabo el examen físico, la extracción de muestras y la administración de
fármacos. (Harrison, 1994)

19
Si el ave está en muy mal estado, no soporta maniobras y fue traída en una caja o
aún en la mano, rápido, aunque cuidadosamente, se la puede colocar en una
unidad de cuidado o recipiente de plástico transparente mientras se la oxigena y
se la observa, a través de él. (Isaza, 2016)

El mejor complemento en el procedimiento de captura y sujeción de aves es la


toalla: grande o pequeña, más o menos gruesa, según el tamaño del ave a
manejar. (Isaza, 2016)

Utilizada con paciencia y cierta destreza, permite realizar la captura dentro de la


jaula sin persecuciones estresantes y agotadoras, pérdidas o daño en plumas,
fracturas o golpes involuntarios y picotazos. (Isaza, 2016)

También se pueden utilizar guantes de fieltro grueso o cuero, aunque éstos no son
muy aconsejables, ya que entorpecen los movimientos finos de la mano, lo que
enmascarará la presión que hagamos, provocando más fácilmente daño al ave.
Además, la predisponen a tener aversión a las manos del dueño o cuidador.
(Isaza, 2016)

Durante los procedimientos de captura y sujeción hay que tener preparados todos
los elementos que se van a utilizar, tener las ventanas y puertas cerradas,
ventiladores y/o estufas apagados, disminuir al mínimo el número de personas
presentes; voces, música y otros ruidos extraños ya que pueden provocar un
incremento del estrés y el paciente estará más alerta contra lo que pueda suceder.
(Isaza, 2016)

Reducir la luz del consultorio, si es posible, o apagarla inmediatamente, previo a la


captura, esto relaja al paciente, proporcionando el elemento sorpresa, pudiéndose
realizar la sujeción sin mucha resistencia. (Isaza, 2016)

20
Es conveniente retirar de la jaula los posaderos, bebederos y resto del ¨mobiliario¨
que puedan interferir en la captura. Es necesario tener siempre presente la
primera regla en el manejo de aves: sujetar rápidamente la parte del ave que nos
pueda dañar más, que suele ser el pico y/o las garras. (Isaza, 2016)

Dependiendo con las especies que se trabaje hay que tener ciertas
consideraciones durante la sujeción. En paseriformes (aves pequeñas o
medianas) la captura se realizará a mano desnuda o con guantes de látex o
polietileno muy livianos. (Isaza, 2016)

Se debe arrinconar al ave en un ángulo de la jaula, realizando movimientos lentos


y seguros, sujetar la cabeza entre los dedos índices y mayor y con el pulgar y el
meñique los miembros posteriores, punta de alas y cola. Luego retirar suavemente
al ave de la jaula. Nunca se debe tironear al ave fuera de la jaula, porque podría
fracturarle los dedos o uñas y producir una hemorragia grave. (Harrison, 1994)

En columbiformes (palomas) la captura se realiza a mano desnuda o con guantes


de látex, o polietileno muy liviano. Entre el pulgar y el índice de una mano, se
sujeta la cola y las puntas de las alas, y entre el índice y el mayor, las patas. El
vientre del ave descansa sobre la palma de la misma mano. (Harrison, 1994)

En psitácidos, los más pequeños, pueden ser fácilmente capturados si se apagan


las luces para facilitar la ubicación de la mano lentamente sobre el pájaro. (Aguilar
et al; 2010)

Los psitácidos más grandes pueden cubrirse con delicadeza con una toalla
mientras están sobre una percha, también se pueden sujetar sus pies por medio
de una toalla mientras el ave está posada en la mano del asistente, con la otra
mano, el asistente desliza lentamente la toalla alrededor del ave y luego lo sujeta
por el cuello. (Aguilar et al; 2010)

21
Para los psitácidos difíciles de manejar, se coloca una mano cubierta con una
toalla en la entrada de la jaula o transporte y se espera que ésta agarre el costado
del transportador, cuando utilice su pico para apoyarse sobre la jaula, se lo sujeta
suavemente, pero con firmeza, del cuello, después se controlan las alas y los pies.
(Aguilar et al; 2010)

Para la sujeción de tucanes hay que tener varios recaudos. Idealmente en tucanes
grandes se requieren dos personas, usar toalla y tener una porción de cinta
adhesiva lista. Tomar al ave con la toalla, capturándola como en forma de red;
delicadamente deslizar el toallón al pico y resto del cuerpo, aislar el pico mientras
todo el cuerpo es sostenido con cuidado dentro del toallón; retirar la toalla de la
primera porción del pico y vendarlo con la cinta adhesiva (sin taparle las narinas).
(Harrison, 1994)

El/La asistente sujetará el ave mientras se realiza la inspección; con una mano se
sujeta la cabeza y con la otra, las patas, punta de alas y cola. Jamás permitir que
se tome al tucán sólo del cuello o del pico. (Harrison, 1994)

Las aves rapaces poseen garras extremadamente fuertes y peligrosas. El pico de


la mayoría de los rapaces es muy fuerte, pero unas pocas tienden a picar (águilas,
caranchos). (Isaza, 2016)

La captura debe realizarse bajo condiciones de oscuridad para evitar debatidas del
animal. Es recomendable arrojarle una toalla amplia por encima y envolverle con
la misma, manteniendo las dos alas fijas al cuerpo. La oscuridad le tranquilizará, y
con las alas sujetas evitaremos autolesiones. (Caldera Dominguez y Gonzalo
Cordero, 1993)

En tanto se realiza una primera exploración, el pico y las garras pueden


mantenerse cerrados si se envuelven con varias vueltas de esparadrapo o celofán.
(Caldera Domínguez y Gonzalo Cordero, 1993)

22
En animales de talla mediana o pequeña, nuestras dos manos se sujetan
firmemente al paciente con la espalda dirigida hacia nosotros, manteniendo
envuelta también la cabeza en la tela. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero,
1993)

Las aves de gran tamaño se sujetan mejor si las encajamos en nuestra región
axilar, entre brazo y tronco, al tiempo que una de nuestras manos traba sus dos
patas y la otra su cuello y cabeza. (Caldera Domínguez y Gonzalo Cordero, 1993)

Aves con alas fuertes como gansos o cisnes se deben sujetar del cuello con una
mano y luego aprisionar las alas entre el otro brazo y el cuerpo del manipulador.
Gallos de gran porte que pueden estar acostumbrados al manoseo, son
potencialmente peligrosos, por esto se recomienda el mismo estilo de sujeción que
se utiliza en gansos y cisnes. (Harrison, 1994)

Ya con el ave sujeta, se procede a realizar el examen físico completo,


comenzando desde cabeza hasta patas. (Bengoa, 2016)

La cabeza debe ser simétrica respecto a los ojos y éstos deben estar limpios y
brillantes. Debe evaluarse la presencia de inflamación en los senos y alteraciones
oculares (lesiones, secreciones, masas, etc.). También debe revisarse el reflejo
palpebral. (Bengoa, 2016)

El pico debe tener una superficie suave y uniforme. Debe ser examinado en busca
de posibles fracturas, sobrecrecimientos, etc. Las narinas deben ser simétricas y
estar limpias. Cualquier grado de humedad en ellas debe considerarse anormal.
La secreción nasal puede ser unilateral o bilateral. La mucosa oral debe
explorarse con ayuda de un abre picos para determinar su color (variable entre
especies) y la presencia de erosiones, abscesos, placas, etc. (Bengoa, 2016)

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Durante el examen del cuerpo deben observarse detenidamente las plumas y la
piel del ave, aunque en una primera inspección debería haberse observado el
aspecto general del plumaje. Hay que prestar especial atención a la zona
submandibular del cuello. Palpando con detenimiento el esófago y buche, pueden
apreciarse dilataciones, gas, cuerpos extraños, retención de alimentos, etc.
(Bengoa, 2016)

La relación entre el esternón y la musculatura pectoral ayuda a valorar el estado


general del ave (debe apreciarse una pequeña depresión). No obstante, es
fundamental que el animal sea pesado cada vez que visite la clínica. (Bengoa,
2016)

Los órganos abdominales son difíciles de palpar, aunque en algunas aves


pequeñas puede examinarse mediante transiluminación. Debe determinarse si
existen masas intraabdominales, ascites, hernias, etc. Durante la exploración,
también debe confirmarse la presencia de hematomas, heridas, etc. (Bengoa,
2016)

En el área de la cloaca, debe observarse si las plumas están manchadas con


materia fecal, lo que puede ser indicativo de enteritis o poliuria. También debe
identificarse si hay inflamación, impactación o prolapso. Determinar la presencia
de huevos retenidos es importante. (Bengoa, 2016)

Las extremidades se evalúan primero sin tomar el animal, se evalúa la posición,


simetría de las alas, capacidad de percharse, etc. Una vez con el ave en mano,
deben buscarse fracturas, hematomas, mutilaciones, etc. (Bengoa, 2016)

Al evaluar las patas, deben comprobarse la uniformidad de su color, presencia de


anillas y en caso de que estén presentes, el grado de constricción que generan.
(Bengoa, 2016)

24
Los dedos deben rodear la percha y no presentar ni deformaciones ni fracturas.
Las uñas de las aves deben desgastarse de forma natural; esto se consigue
poniendo en la jaula palos de madera (preferiblemente ramas naturales que tienen
un diámetro variable) de un tamaño adecuado. (Bengoa, 2016)

Analgesia

Históricamente, se considera que las aves tienen una capacidad remarcable para
lidiar con el dolor, aunque el reconocimiento del dolor en sí es dificultoso.
(Harrison, 1994)

Las aves tienen un sentido al tacto al cual reaccionan vocalizando y retirando el


miembro ante cualquier estímulo potencialmente doloroso. (Harrison, 1994)

La respuesta a opioides en aves difiere de la respuesta en mamíferos debido a la


mayor cantidad de receptores kappa que receptores mu, por esto la utilización de
butorfanol es más efectiva que utilizar morfina, buprenorfina o fentanilo. (Harrison,
1994, 2006)

El tramadol más allá de ser un agonista mu se puede utilizar para producir


analgesia aunque con precaución ya que en dosis elevadas puede producir íleo
paralitico en aves. (Isaza, 2016)

En el siguiente cuadro pueden apreciarse los diferentes analgésicos y respectivas


dosis para las especies más comunes

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Fármaco Dosis Observaciones
Tiletamina/ 4-25 mg/kg IM Dosis utilizada en la mayoría
Zolazepam de las especies
Butorfanol 1-2 mg/kg IM Psitácidos
Ketoprofeno 1-5 mg/kg IM c/12 hs Rapaces
2,5 mg/kg IM c/24 hs Psitácidos
12 mg/kg IM Gallinas
Meloxicam 0,1-0,2 mg/kg IM PO c/24 hs Psitácidos y Rapaces
0,5 mg/kg EV Gallinas, Avestruces, Patos,
Pavos y Palomas
Karprofeno 1-2 mg/kg PO IM EV c/12-24 hs Mayoría de especies
(Carpenter, 2013)

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) más comúnmente usados en


medicina aviar son karprofeno, ketoprofeno y meloxicam. Los efectos colaterales
que se observan en mamíferos como ulceración gastrointestinal y sangrado por
inhibición de síntesis de prostaglandinas también se ven en aves, por esto su uso
debe ser con cuidado, no transpolar dosis utilizada en mamíferos a aves y
asegurarse que el paciente aviar esté correctamente hidratado. (Murphy y
Fialkowski, 2001)

Anestesia

La actitud refractaria de aves a métodos de sujeción leves hace que la utilización


de anestésicos locales o tranquilizantes no sea de uso cotidiano. Sin embargo, la
anestesia general permite al clínico realizar distintos procedimientos como
administración de fluidos, técnicas de emergencia, toma de muestra, placas
radiográficas o cirugías invasivas. (Harrison, 1994)
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Cuando se administran anestésicos inhalatorios, hay diferencias que hay que
tener en cuenta entre el sistema respiratorio de mamíferos y aves. La diferencia
más destacada radica en el pulmón del ave, que carece de alveolo como unidad
funcional, tiene capilares aéreos donde ocurre el intercambio gaseoso. (Harrison,
1994)

Otra diferencia es la carencia de diafragma, tanto la inspiración como la espiración


dependen de movimientos coordinados del coracoides, costillas y esternón, por
esto no debe haber ningún elemento que comprima al ave durante la anestesia
inhalatoria. (Harrison, 1994)

El isoflurano es el anestésico de elección para trabajar con aves. Tiene efectos


depresores dosis dependiente sobre el sistema respiratorio y el sistema
cardiovascular, sin embargo, hay un intervalo prolongado entre el paro respiratorio
y paro cardiaco, que permite actuar y revertir la situación rápidamente. (Harrison,
1994)

El isoflurano se metaboliza en un 0,3% por lo que el daño hepático es mínimo. La


solubilidad del isoflurano en sangre es muy baja, por lo que no se disuelve y
produce una rápida inducción y rápida recuperación. (Harrison, 1994)

La inducción debe realizarse al 5% y el mantenimiento no debe superar el 2-3%.


En caso de que el ave entre en apnea, debe ser intubada y realizar ventilación
positiva. Se recomienda, antes de inducir la anestesia, calcular y preparar dosis de
drogas de emergencia estándar y drogas de respaldo o de soporte como
epinefrina, doxapram y atropina. (Harrison, 1994)

La recuperación rápida de la anestesia es más conveniente para las aves, ya que


tienden a estar muy desorientadas y tienden a batir sus alas, torcer su cabeza y
cuello. El mantener al paciente en una envoltura ligera de toalla o envolverlo en un

27
diario flojo provee una limitación moderada para prevenir movimientos caóticos del
cuerpo, también ayuda a una suave recuperación el mantener al ave en un lugar
tibio, silencioso y oscuro. (Harrison, 1994)

El uso de anestésicos inyectables en aves tiene las mismas desventajas que en


mamíferos. Hay una gran variabilidad en dosis terapéuticas y efectos fisiológicos,
tanto a nivel especie como individuo, tampoco proveen un adecuado plano
anestésico y pueden llegar a niveles en los tejidos que comprometan la vida del
paciente aviar. (Harrison, 1994)

La mayor desventaja de los anestésicos inyectables es la variación que se da


entre individuos y entre especies en relación a la dosis de la droga y la respuesta
a una droga específica. La eliminación de una droga inyectada depende de su
distribución, su biotransformación y su excreción. Si bien se reconocen diferencias
por especie entre los animales domésticos y se ajustan drogas y dosis acorde, se
tiende a tratar a las aves como si todas ellas pertenecieran a un solo género o
especie. (Murphy y Fialkowski, 2001)

Es importante que la condición clínica general del ave sea considerada durante la
selección de un protocolo de anestesia. El peso corporal preciso, en gramos, es
esencial para la dosificación correcta. Cuando se usan anestésicos inyectables
para aves es difícil mantener un plano quirúrgico de anestesia. El riesgo de
depresión cardiopulmonar es alto y requiere un monitoreo cuidadoso durante un
procedimiento anestésico. (Murphy y Fialkowski, 2001)

La intubación orotraqueal del paciente anestesiado permite la aplicación de


oxígeno suplementario y ventilación con presión positiva en caso de ser requerida.
Una velocidad de ventilación de 2 respiraciones por minuto ayuda al ave que está
ventilando espontáneamente. Cuando las aves están apneicas, la velocidad
ventilatoria debe ser de 10 - 15 respiraciones por minuto. (Murphy y Fialkowski,
2001)

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Los anestésicos inyectables usados en aves incluyen barbitúricos,
benzodiazepinas, disociativos, agonistas alfa-2 adrenérgicos, y propofol. (Murphy
y Fialkowski, 2001)

El diazepam y midazolam pueden reducir la ansiedad durante la inducción de la


anestesia y su recuperación. Estos sedantes trabajan mejor si se administran 10 -
20 min antes de manipulaciones posteriores. (Murphy y Fialkowski, 2001)

El comportamiento del ave frecuentemente no refleja la sedación pre-anestésica,


pero las aves parecen forcejear menos durante la contención. Esto es muy
ventajoso con aves peligrosas como grandes rapaces. El efecto sedante de estas
drogas es evidente durante la recuperación, que es lenta y suave. (Murphy y
Fialkowski, 2001)

Las benzodiazepinas causan relajación muscular cuando se usan conjuntamente


con ketamina, y reduce el nivel de isoflurano necesario para anestesia. El
flumazenil administrado IV ayuda a revertir la sedación inducida por
benzodiazepinas, y restablece el estado de alerta tan pronto como haya pasado
suficiente tiempo para que el anestésico adicional ya no sea efectivo. (Murphy y
Fialkowski, 2001)

La ketamina raramente se usa sola porque se asocia con escasa relajación


muscular, tremores musculares, contracciones miotónicas, opistótonos y
recuperaciones violentas. (Harrison, 1994)

Cuando la ketamina es efectiva, la anestesia ocurre entre los 5 - 10 minutos


posteriores a la inyección intramuscular, y puede durar 5 - 20 min dependiendo de
la dosis y el tamaño del ave. (Harrison, 1994)

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La recuperación de la anestesia por ketamina, hasta que el ave es capaz de
perchar o sostenerse en pie, puede tomar desde 40 minutos a 1 hora,
dependiendo de la dosis, la temperatura corporal, la salud metabólica y el tamaño
del ave. (Harrison, 1994)

Es recomendable que la ketamina no se use sola, sino que se combine con


benzodiazepinas o con agonistas alfa2-adrenérgicos para mejorar la relajación y la
profundidad de la anestesia. (Harrison, 1994)

La xilazina, detomidina y medetomidina frecuentemente se usan en combinación


con la ketamina. Los agonistas alfa2-adrenérgicos proporcionan relajación
muscular, analgesia y sedación con inducciones y recuperaciones suaves. La
mayor ventaja de este grupo de fármacos es la disponibilidad de antagonistas
específicos para revertir su efecto, permitiendo así la recuperación rápida y suave.
(Murphy y Fialkowski, 2001)

El atipamezol se recomienda para revertir a la medetomidina y a la detomidina, y


también revertirá los efectos de la xilacina. La yohimbina se usa en aves rapaces y
psitácidos para revertir los efectos de la xilacina, tanto sola como en combinación
con ketamina. Cuando el ave se encuentra muy estresada, los agonistas alfa2-
adrenérgicos son una pobre opción como anestésicos, solos o en combinación. La
excitación general puede sobrepasar los efectos sedantes de los agonistas alfa2-
adrenérgicos. (Murphy y Fialkowski, 2001)

Cuando se utilicen fármacos agonistas alfa2-adrenérgicos hay que acercarse al


ave lentamente, inyectarla y devolverla a un ambiente familiar tranquilo y con luz
tenue mientras se espera a que el fármaco haga su efecto. El período de
inducción es de 5 - 10 minutos, dependiendo de la dosis y el tamaño del animal.
(Murphy y Fialkowski, 2001)

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El propofol es un anestésico de administración intravenosa de acción rápida,
inducción suave, efecto de corta duración y recuperación rápida y suave. Los
catéteres intravenosos están muy recomendados para su administración debido a
que el fármaco debe ser administrado lentamente para la inducción, y
proporcionado repetidamente para mantener la anestesia. (Murphy y Fialkowski,
2001)

La administración de medicamentos se realiza por vía intramuscular (IM) en los


músculos pectorales; las inyecciones intravenosas (IV) pueden realizarse en la
vena yugular derecha o la metatarsal. La cateterización intraósea (IO) se realiza
cuando el acceso venoso ha sido imposible o se requiere acceso inmediato, el
catéter puede ubicarse en el cúbito distal y en tibiotarso proximal. (Vargas, 2008)

Fármaco Dosis Observaciones


Isoflurano 3-5 % inducción. Mayoría de las especies
1,5-2,5 % mantenimiento
Ketamina (K)/ (K) 5-30 mg/kg IM + (D) Mayoría de lase species
Diazepam (D) 0,5-2 mg/kg IM IV
Ketamina (K)/ (K) 10-40 mg/kg + (Mi) 0,2- Mayoría de las especies,
Midazolam (Mi) 2 mg/kg SC IM incluyendo psitácidos
Ketamina (K)/ (K) 4,4 mg/kg + (X) 2,2 Psitácidos y Rapaces
Xilacina (X) mg/kg EV
(K) 10-15 mg/kg + (X) 2 Búhos y Lechuzas
mg/kg IM
Ketamina (K)/ (K) 10-25 mg/kg + (A) 0.5- Mayoría de las especies.
Acepromacina 1 mg/kg IM
(A)
Propofol 1-5 mg/kg IV Mayoría de las especies. Aplicar
despacio para minimizar apnea
(Carpenter, 2013)

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Protocolo de urgencias

Cuando un ave llega a consulta en estado grave reúne algunas de las siguientes
características (o todas ellas): estrés (transporte, manipulación); deshidratación
(pérdida de sangre, falta de ingesta de agua); consunción (falta de ingesta de
alimentos); hipoglucemia e hipotermia. (Isaza, 2016)

Antes de realizar cualquier maniobra es necesario tener todos los elementos que
se vayan a utilizar entre paso y paso para disminuir el tiempo de sujeción del ave y
de esa forma disminuir el estrés que padecerá. (Isaza, 2016)

Deben tenerse a mano: redes de captura de diferente tamaño, toallas limpias de


distintos tamaños y grosores, guantes de tela y cuero. Jeringas de diversas
medidas, sobretodo de 1 ml, alcohol, algodón, vendas tipo cambric y
autoadhesivas, bajalenguas, espéculos orales, balanza con escala en gramos (lo
más exacta posible), estetoscopio de membrana y en embudo neonatológico,
sondas metálicas curvas de punta atraumática para alimentación forzada,
instrumental dental, anticoagulantes sanguíneos, instrumental quirúrgico y
traumatológico, equipo de anestesia inhalatoria, etc. (Isaza, 2016)

El protocolo de actuación puede llevarse a cabo en seis pasos. Primero se debe


realizar un examen visual, es necesario poner el ave en un lugar oscuro, rico en
oxígeno para que se recupere. Durante la observación se debe determinar el
evento sucedido, cuándo paso (curso agudo o crónico), signos clínicos visibles,
qué especie es (síndromes más comunes y grado de susceptibilidad al estrés),
observar posturas anómalas o si respira con pico abierto. (Isaza, 2016)

En segundo lugar, se realiza la sujeción del ave que en caso de tratar con rapaces
o grandes psitácidos debe trabajarse con otra persona y nunca solo. El examen
físico debe ser rápido y sistémico (no más de cinco minutos) y deben tenerse

32
todos los materiales y medicamentos preparados si se van a utilizar. (Cubas,
2014)

Es necesario tener presente el concepto de ¨soltar ave¨: si hay signos de asfixia,


con taquipnea/disnea debe disminuirse la presión y soltar la cabeza, si no intenta
picotear, soltar el ave. Ofrecer algo para que el ave se agarre con los pies, si la
fuerza no es suficiente o no agarra el objeto, soltar el ave. Si permanece con los
ojos cerrados durante la sujeción, soltar el ave. (Cubas, 2014)

Se deben buscar hemorragias, palpar huesos en busca de fracturas, auscultar,


observar si hay descargas. Debe realizarse un examen neurológico y ocular para
determinar las fascies neurológicas en base a movimiento de alas y patas, en aves
rapaces observar el fondo de ojo ya que la presencia de hemorragias o
alteraciones de la retina son indicativos de trauma craneoencefálico. En búhos y
lechuzas debe observarse el oído interno ya que ahí puede visualizarse la parte
posterior del ojo. (Isaza, 2016)

Se debe establecer la condición corporal palpando la quilla y obtener el peso


exacto con una balanza para la posterior administración de medicamentos. (Isaza,
2016)

Se debe evaluar el estado de deshidratación del ave observando las mucosas


secas, ojos hundidos, córnea seca, pliegue inguinal plegado y descolorido. (Isaza,
2016)

Para evaluar un posible estado de shock del ave se pueden observar las venas de
las patas determinando su turgencia y visibilidad. Debe evaluarse también la
temperatura corporal, en lo posible evitar el uso de termómetros ya que son
invasivos y pueden aumentar el estrés del ave, se puede determinar una
temperatura elevada o baja tocando el pico y patas. (Isaza, 2016)

33
En caso de haber focos de dolor, se administra la medicación correspondiente en
este paso y si es por una fractura se la estabiliza con vendajes. Por último, en este
paso se toma una muestra rápida de sangre para evaluar proteínas totales,
glucemia y hematocrito. Una vez realizado el examen físico se debe depositar el
ave nuevamente en un lugar oscuro y tranquilo para preparar los elementos
próximos a utilizar y dejar que los medicamentos administrados actúen. (Isaza,
2016)

En tercer lugar, se realiza un examen más específico para llegar a un diagnóstico


final. Gran parte del manejo que se realiza con el ave en este paso requiere
anestesia, preferiblemente inhalatoria con isoflurano ya que reduce el stress en
gran medida y se puede controlar la respiración con el ave entubada. (Isaza, 2016)

Los traqueotubos utilizados no deben tener balón en lo posible ya que al ser


completos los anillos traqueales en aves, el balón produce una compresión que
genera isquemia, necrosis y una posterior estenosis traqueal. (Isaza, 2016)

En aves pequeñas se puede utilizar un catéter modificado como traqueotubo. Al


realizar las placas radiográficas se debe realizar una de cuerpo entero y otra del
área de interés (por ejemplo, si se está evaluando una fractura). En este paso
también se realiza el toilet de las heridas si es que las hay. Ya realizadas las
maniobras se deja descansar y recuperarse de la anestesia al ave en su jaula o
una incubadora para determinar las siguientes maniobras. (Isaza, 2016)

En cuarto lugar, debe evaluarse si el ave necesita cuidados intensivos y la


implementación de terapias más agresivas. En caso de obstrucción de vías
respiratorias superiores se puede canalizar el saco aéreo caudal y administrar
oxígeno por este medio. (Isaza, 2016)

En casos en los que se necesite un acceso venoso estable para la administración


de fármacos para tratamiento de shock se puede utilizar la vena metatarsiana

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dorsal que es de fácil acceso y fijación, la vena yugular derecha también se utiliza
y la vena braquial en el lado interno del ala que es de fácil acceso, pero difícil de
estabilizar debido a su cercanía a la articulación del codo. (Isaza, 2016)

El acceso intraóseo se utiliza comúnmente en la ulna a nivel de la articulación


carpo-metacarpo debido a su buena absorción, pero no es recomendable su uso
en aves rapaces que se van a liberar debido a que puede producir artritis en la
articulación y dificultar el vuelo. (Isaza, 2016)

Otra de las terapias que se puede utilizar en caso de que el ave esté levemente
deshidratada es la fluidoterapia subcutánea que es de absorción lenta, las áreas
que se utilizan son la axila e ingle. La administración intracelómica no se usa
debido al daño que se puede causar a los sacos aéreos. Deben utilizarse fluidos
isotónicos a temperatura corporal con agujas pequeñas. (Isaza, 2016)

El soporte nutricional durante cuidados intensivos es fundamental debido a la


elevada tasa metabólica que tienen las aves, un ave pequeña que no coma en un
día puede colapsar y morir, un ave rapaz debe embucharse si no come por su
cuenta, se pueden utilizar menudos de pollo o el ala entera trozada con yema de
huevo y un poco de agua para facilitar el pasaje por el esófago. La administración
forzada se debe realizar por último debido a que puede producir regurgitación
durante otros procedimientos. (Isaza, 2016)

El suplemento de temperatura también es un factor a tener en cuenta, en caso de


no poseer una incubadora se puede utilizar un transportador de animales
pequeños, cubrirlo con toallones y usar calor de lámpara que además proporciona
un entorno oscuro para que el ave se relaje. (Isaza, 2016)

En caso de una glucemia baja (menos de 200 mg/dl) se puede suplementar


dextrosa a 1-2 mg/dl por vía IV, no se debe utilizar en forma subcutánea ya que
deshidrata al ave. (Isaza, 2016)

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Si el ave supera los cuidados intensivos se procede a realizar el quinto paso que
es el tratamiento definitivo. En caso de fracturas se realiza corrección quirúrgica
con fijación externa o amputación, cirugía oftalmológica, manejo más agresivo de
heridas con utilización de drenajes o reducción de heridas extensas, terapia
antibiótica especifica en caso de infecciones por trichomona o clamidia y terapia
de quelación de plomo en caso de intoxicación. (Isaza, 2016)

Todos estos tratamientos específicos no se pueden realizar con el ave débil, por
eso es necesario que se realicen los pasos previos para lograr una correcta
estabilización del paciente aviar. (Isaza, 2016)

El último paso es la rehabilitación del ave en caso de que se libere, ésta no puede
realizarse en el consultorio u hospital. Para evitar infecciones intrahospitalarias
debe enviarse el ave a un centro de rehabilitación. (Isaza, 2016)

Terapia de soporte

Durante la terapia de soporte es necesario proveer oxígeno, calor, fluidos,


alimento al paciente aviar y un ambiente libre de estrés. (Harrison, 1994)

Los pacientes críticos se beneficiarán si se les realiza una oxigenoterapia previa,


sobre todo los disneicos. La forma menos estresante de oxigenar un ave es
colocándola en una cámara de oxígeno al 40% de saturación. (Harrison, 1994)

De ser posible, el ave debería permanecer en el transporte en el que fue traída. La


administración de oxígeno vía máscara facial a razón de 50 ml/kg/min equivale a
un 40% de saturación de O2. (Harrison, 1994)

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La administración de O2 no será útil en aquellos pacientes con una anemia severa
o en shock hipovolémico; estos pacientes se van a beneficiar cuando se les
expanda adecuadamente el volumen sanguíneo y/o se le realicen transfusiones,
con el fin de mejorar la oxigenación de los tejidos. (Harrison, 1994)

Las nebulizaciones, con aporte de O2 o sin él, son eficientes en pacientes que
cursan con afecciones respiratorias. Esta vía puede utilizarse también para
suministrar antibióticos u otros medicamentos. Las partículas de 3 a 7 micras se
depositan en la mucosa traqueal y la de los bronquios primarios, secundarios y
sacos aéreos; las menores de 3 micras atraviesan la luz de los parabronquios y se
depositan en el parénquima pulmonar. (Harrison, 1994)

Antes de tratar afecciones pulmonares y de sacos aéreos, debe verificarse el


diámetro de partícula que emite el nebulizador. Las sesiones de nebulizaciones
durarán de 10 a 30 minutos cada 4 horas. En caso de disnea severa por
obstrucción de las vías aéreas (tráquea, siringe) o durante cirugías de cabeza, se
hace necesario canular los sacos aéreos caudales (abdominales, torácicos
caudales), para poder ventilar y oxigenar al ave por esta vía. (Harrison, 1994)

La canulación de los sacos aéreos no es de utilidad en afecciones que afecten


bronquios, parénquima pulmonar y/o sacos aéreos, o en caso de afecciones
respiratorias secundarias como ascites u organomegalia. La técnica de abordaje a
los sacos aéreos es similar a la utilizada para exámenes laparoscópicos. Para
realizar la canulación del saco aéreo abdominal se toman como referencia el
borde caudal de la última costilla, el pubis y el músculo flexor crurismedial,
formándose un triángulo en el cual se realiza una incisión y se perfora el saco
aéreo, se introduce el catéter y fija en piel. (Harrison, 1994)

El diámetro de la cánula debe ser similar al de la tráquea del paciente. Para


corroborar que la cánula esté bien colocada es útil acercar a su abertura un

37
plumón o hilo fino de algodón; éstos se deben mover al compás de los
movimientos respiratorios del ave. (Harrison, 1994)

La temperatura corporal normal de las aves varía de 38 a 42,5 °C. Una


temperatura corporal menor de 35 °C es crítica. Una condición corporal pobre
influye directamente en la retención del calor. Las aves enfermas a menudo se
hallan hipotérmicas y deberían ser colocadas en una unidad de cuidado o
incubadora. (Harrison, 1994)

La mayoría de las aves logran bienestar a una temperatura ambiente de 21-29 ºC


y 60-70% de Hº. Esta temperatura puede ser focal o ambiental (unidad de
cuidado, incubadora). Una temperatura focal adecuada puede lograrse con una
manta térmica debajo del piso de la jaula, una lámpara de cerámica, infrarroja o
incandescente. (Harrison, 1994)

Debe controlarse la temperatura alcanzada utilizando termómetros ambientales.


Es necesario tener precaución con el sobre acaloramiento, las aves en muy mal
estado no siempre pueden alejarse de la fuente de calor si éste es excesivo.
(Harrison, 1994)

La fuente de calor debe estar ubicada en tal forma que permita un gradiente de
temperatura en el recinto del ave, para que ésta pueda escoger el lugar más
confortable. De no contar con una incubadora, el nivel de humedad puede
conseguirse por medio de un recipiente con agua, dentro de un receptáculo
calefaccionado. También sirve una toalla humedecida colocada en el fondo de
éste que evapora agua a medida que se seca por el calor. (Harrison, 1994)

Cuando se habla de fluidoterapia debemos tener en cuenta que el volumen total


de agua de un ave adulta es de aproximadamente el 60% del peso corporal,
siendo este porcentaje aún mayor en aves jóvenes. (Harrison, 1994)

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El requerimiento diario de fluidos es de 50 ml/kg/día, (5% peso corporal/día). El
objetivo de la fluidoterapia es corregir el desbalance de líquidos y electrolitos que
presente el paciente. Al planear una fluidoterapia se debe considerar el
funcionamiento de los sistemas cardiovascular y renal. La fluidoterapia está
indicada cuando hay disminución de la ingesta de líquidos (anorexia); aumento de
su pérdida (vómito, diarrea o poliuria); traumas o quemaduras; intoxicaciones;
ascites y durante los actos quirúrgicos. (Harrison, 1994)

Antes de restablecer el porcentaje de líquido perdido, es necesario valorar el nivel


de deshidratación mediante la valoración de los signos clínicos asociados a la
deshidratación: < 5 %( no detectable), 5-10 %( pérdida sutil de la elasticidad de la
piel, pérdida del brillo y turbidez de los ojos, membranas mucosas resecas), 10-12
%( pérdida manifiesta de la elasticidad de la piel, pérdida del brillo y turbidez de
los ojos, membranas mucosas resecas, extremidades frías, depresión, frecuencia
cardíaca incrementada), 12-15 %( depresión extrema, shock, coma). (Isaza, 2016)

Se asume que un ave con signos de enfermedad presenta aproximadamente un


10% de deshidratación; por lo tanto, para calcular el déficit de fluido (en ml) a
suministrar dentro de las 48-72 horas se tendrá en cuenta: el peso del ave (g) y
por ende su requerimiento de mantenimiento más el porcentaje de deshidratación
(en ml). (Isaza, 2016)

Cálculo y reemplazo de fluidos:


- Requerimientos de mantenimiento diario (ml) = 40-60 ml/kg/día
- Déficit estimado (ml) = peso vivo (g) x % deshidratación (ml) ٪ 100.

Ejemplo: ave de 250 g con 10% de deshidratación:


- peso: 250 g
- mantenimiento diario: 12,5 ml
- 10% deshidratación: 25 ml

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Protocolo de rehidratación:
1er día: 100 % del mantenimiento + 50 % del déficit = (12,5 + 12,5) = 25 ml/día.
2do día: 100 % del mantenimiento + 25 % del déficit = (12,5 + 6,25) = 19 ml/día.
3er día: 100 % del mantenimiento + 25 % del déficit = (12,5 + 6,25) = 19 ml/día.

Luego se continúa con las dosis de mantenimiento, hasta tanto el ave se hidrate
por sí sola. (Isaza, 2016)

Las vías de administración que se pueden utilizar son: vía intravenosa (IV) o
intraósea (IO). Los puntos de venopunción son la vena yugular derecha, la vena
braquial, y la vena metatarsal. (Harrison, 1994)

La canulación intraósea se realiza en la ulna distal o del tibiotarso proximal. Está


indicada en casos de shock o deshidratación severa. Esta vía permite expandir el
volumen circulatorio y realizar rápidamente una perfusión de los riñones. También
es de utilidad para mantener un flujo de fluidos hacia el lecho sanguíneo en
procedimientos largos, como reparaciones ortopédicas. En estos casos la vía IO
se coloca cuando el paciente ha sido anestesiado, evitando el dolor y el estrés que
conlleva esta maniobra. (Harrison, 1994)

La frecuencia de administración por esta vía es por infusión: 10 ml/kg/h durante las
primeras 2 horas, luego pasar a 5-8 ml/kg/h por bolo lento: cada 8-12 horas. La
desventaja de los bolos es que pueden causar una hipervolemia transitoria que
llevará a una poliuria con menor retención de líquidos. Es necesario evaluar la
utilización de la vía intraosea en aves rapaces ya que puede causar artritis y
dificultar el vuelo. (Harrison, 1994)

Vía subcutánea (SC): se administra en el pliegue inguinal o axilar. Se utiliza en


casos de deshidratación leve y para la administración de fluidos de mantenimiento.
La división y suministro de la dosis total en diferentes puntos de inoculación facilita
mucho la absorción del fluido. (Harrison, 1994)

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Vía oral (PO): se administra por la técnica de sondaje en buche. Es efectiva sólo
en casos de deshidratación leve o durante el manejo de lotes grandes de aves en
centros de rehabilitación (ej.: aves acuáticas empetroladas), o aves grandes
difíciles de manejar. Está contraindicada en casos de estasis digestivo, aves
deprimidas o con convulsiones. No es efectiva en casos de shock. A manera de
dosis orientativa, suministrar 30 ml/kg cada 6-8 horas. Los tipos de fluidos que se
pueden utilizar por vía enteral son solución ringer lactato, dextrosa 5%, solución
fisiológica (ideal la mitad con suero ringer Lactato y la otra mitad con suero
glucosado al 5%). (Harrison, 1994)

Para mantenimiento oral se puede utilizar gatorade, seven up (sin gas). En aves
rapaces se puede utilizar una mezcla de 40 ml de agua, una cucharada de miel y
una cucharada de gatorade, en caso de no haber regurgitación se agrega una
yema de huevo a la mezcla y se divide su administración en 2 o 3 tomas. (Isaza,
2016)

La suplementación de glucosa es un pilar en el tratamiento de sostén. Las aves


malnutridas, sépticas y con hepatopatías suelen presentar hipoglucemia. Esto es
frecuentemente visto en neonatos de todas las especies paseriformes, rara vez en
psitácidos y ocasionalmente en rapaces. Los casos graves deben ser tratados de
inmediato, ya que pueden disparar convulsiones, debilidad y depresión. (Harrison,
1994)

En pacientes hipoglucémicos críticos el tratamiento de emergencia consiste en el


suministro de dextrosa al 25% IV de 1-2 ml/kg lentamente hasta efecto. Si el
paciente se halla muy deshidratado, el uso único de dextrosa está contraindicado,
debiéndose asociar a solución ringer lactato o solución fisiológica. (Harrison, 1994)

La suplementación nutricional es utilizada para aumentar el peso corporal durante


la enfermedad o convalecencia, en casos de anorexia o de aves desnutridas. La

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técnica utilizada para realizarla es vía alimentación forzada por intubación del
buche o proventrículo (en aquellas aves que no presenten el primero). (Harrison,
1994)

La alimentación manual en la boca por medio de jeringa sólo es útil en aquellas


aves (psitácidos), que presenten una reversión a su conducta de pichón y que
muestren un buen reflejo de deglución. Antes de administrar alimento de manera
forzada, el ave debe tener corregido su estado de hidratación. (Harrison, 1994)

Cuando se alimenta a un ave adulta enferma hay que tener en cuenta que come
proporcionalmente mucho menos que un pichón. Un loro pichón puede acomodar
en su buche hasta un 10% de su peso corporal, porque su buche es muy elástico
y el tránsito de comida en ellos es muy rápido. El adulto ha perdido esa
elasticidad; sólo le queda el 3% de aquella y el tránsito de alimento es más lento,
más todavía en aves muy enfermas, que a su vez toleran mal contenidos aun
moderados de alimento, por lo que deberá tenerse extremo cuidado de no causar
regurgitación. (Harrison, 1994)

Para aves rapaces se debe administrar pollo trozado (con hueso), yema de huevo
y un poco de agua para facilitar la deglución, para aves pequeñas se puede utilizar
una mezcla de alimento para gatos (Premium), ensure, miel, banana y agua, todo
procesado y colado para que no genere oclusión en la sonda. (Isaza, 2016)

Urgencias y tratamientos

Hemorragias

Las hemorragias son causantes de un elevado número de fallecimientos en aves


heridas hospitalizadas. Aparecen con más frecuencia que en los mamíferos por
dos razones principales: los vasos sanguíneos son muy frágiles, ligeros cortes o
heridas punzantes producen copiosas salidas de sangre; la tensión arterial es más
42
alta que la de los mamíferos y, por tanto, la salida de sangre es más rápida.
(Harrison, 1994)

En las fracturas óseas de los huesos largos, los extremos fracturados actúan a
modo de cuchillo cuando se mueven violentamente, cortando y lacerando
músculos, nervios, vasos y piel, y desarrollándose una hemorragia tras otra.
(Harrison, 1994)

Los pacientes que sufren hemorragias copiosas pueden evolucionar hacia el


estado de shock hipovolémico. Si bajo esta situación se administran
vasodilatadores o hipotensores (la mayoría de los tranquilizantes y anestésicos
poseen este efecto en una u otra medida), las posibilidades de fallecimiento
aumentan. (Harrison, 1994)

El tratamiento consiste en realizar hemostasia e identificar el origen de la


hemorragia, se debe tener en cuenta que la presión sanguínea de un ave puede
sufrir un aumento de hasta el 300% en respuesta a estímulos dolorosos. En caso
de poder controlar el sangrado no es recomendable seguir con la exploración
física hasta que el paciente se estabilice ya que repetidas manipulaciones pueden
reiniciar el sangrado. (Harrison, 1994)

Si el sangrado persiste puede ser necesario realizar cauterización quirúrgica o


vendaje compresivo. Reemplazar volumen de fluidos perdidos (IV, IO); administrar
hierro dextrano (10 mg/kg IM), Vit. B12 (0,25-0,5 mg/kg IM), Vit. K1 (0,025-2,5
mg/kg IM), Vit. D3 (3300 U/kg IM) y antibióticos si se sospecha de sepsis.
(Carpenter, 2013)

La transfusión de sangre también es una opción, debe realizarse si el Hto. es <


20%, los mejores resultados se obtienen de transfusiones de dadores del mismo
género y especie; se puede transfundir del 10 al 20% del volumen de sangre
estimado del paciente. (Isaza, 2016
43
Fracturas

Las fracturas en aves se pueden dar por causas predisponentes como


osteomielitis en infecciones locales, mala alimentación sobre todo deficiencias en
niveles de calcio o en relación calcio/fósforo (frecuente en pichones de aves
rapaces que son alimentados con vísceras o carne vacuna), fatigas musculares: la
acidosis del agotamiento facilita la descalcificación y, por tanto, la aparición de
fracturas. Edad, especie, sexo y estado hormonal: durante la puesta, las hembras
padecen una mayor predisposición a las fracturas, ya que el calcio de los huesos
está siendo movilizado para la formación del huevo. (Caldera Dominguez y
Gonzalo Cordero, 1993)

Otras causas de fracturas son locales como la propia forma del hueso, por ejemplo
el húmero que tiene forma de ¨S¨ y posibilita fracturas ante determinados
movimientos, tumoraciones óseas, compresiones permanentes de lazos y
argollas. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

Hechos determinantes como traumatismos externos son la causa más frecuente


de fracturas en aves salvajes. El mayor porcentaje de casos está originado por
disparos, choques contra tendidos eléctricos o alambrados, caídas del nido de
pichones y atropellos (sobre todo en rapaces nocturnas). (Caldera Dominguez y
Gonzalo Cordero, 1993)

La inmovilización externa puede ser utilizada sin otro tipo de intervención


quirúrgica para el tratamiento de las fracturas sin desplazamiento y cuyos
extremos óseos se encuentran perfectamente alineados. (Caldera Dominguez y
Gonzalo Cordero, 1993)

Uno de los problemas que se presentan para la inmovilización adecuada del


miembro torácico es el que se deriva del movimiento sincronizado de las alas,
puesto que durante el vuelo ambas extremidades suben y bajan al mismo tiempo,
como una unidad funcional. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)
44
Cuando el paciente presenta una lesión ósea en un ala que precisa inmovilización,
si se otorga libertad de movimientos al homólogo sano, se entorpece la adecuada
formación del callo óseo, sobre todo si la fractura se halla localizada en el primer
hueso del ala (húmero), puesto que el ala sana se moverá, influyendo
negativamente sobre la que permanece inmovilizada. (Caldera Dominguez y
Gonzalo Cordero, 1993)

Para solucionar este problema es necesario inmovilizar también la extremidad


torácica sana. Si se hace rodeando al tronco con cinta adhesiva formando un
bloque en el que quedan también incluidas las dos alas, se presentarán problemas
para mantenerse en la estación, sobre todo por los intentos que realizará el
paciente al intentar liberarse de sus ataduras (suele terminar por trabarse las
garras y los dedos con la cinta en la región de la quilla). (Caldera Dominguez y
Gonzalo Cordero, 1993)

Para evitar éste y otros inconvenientes, se recomiendan varios tipos de


inmovilización, según el tramo óseo afectado: tipo 1 ¨en hamaca¨, para fracturas
de húmero o cualquier otro hueso de la extremidad, e incluso para fracturas en el
miembro pélvico. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

Se inmoviliza el animal con una o dos vueltas de cinta adhesiva alrededor del
cuerpo, incluyendo ambos miembros torácicos y se le introduce en la denominada
hamaca, de forma que quede colgado e inmerso en una hamaca que le permitirá
apoyar las patas a voluntad. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

La inmovilización conseguida con este sistema es buena, pero presenta el


inconveniente de tener que embuchar a diario a algunos de los pacientes.
(Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

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Tipo 2 ¨en yugo¨, para fracturas de ulna, radio y tramos finales del ala. Se
inmovilizan ambas extremidades mediante cinta adhesiva, pasándola sobre el
dorso y la parte lateral del ala que comprenden el brazo y antebrazo. La cinta
vuelve luego por la cara ventral de ambas alas, sin pasar por la región de la quilla.
(Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

Para inmovilizar los segmentos distales del miembro torácico se puede utilizar un
pequeño trozo de película radiográfica como férula, curvándola sobre el borde de
ataque del ala, o incluso suturar o inmovilizar los cañones de las rémiges primarias
debido a la fuerte inserción que poseen estas plumas en los huesos del carpo.
(Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

Utilizando una cinta adhesiva y dos piezas de cartón o material similar como
elemento estabilizador, se pueden inmovilizar algunos tipos de fracturas óseas en
las aves. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

En las fracturas del miembro pélvico puede utilizarse la inmovilización Tipo I, para
facilitar el apoyo del cuerpo sobre la hamaca y no recargar el peso sobre la
extremidad afectada. Además de esta inmovilización, será necesaria una de la
propia extremidad, que puede ser llevada a cabo, al igual que en mamíferos
(articulación superior e inferior al foco de fractura inmovilizada) con materiales
rígidos. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

En aves de pequeño tamaño son de elección materiales ligeros, pudiéndose


combinar elementos plásticos, placas radiográficas, etc., y esparadrapo para
formar un molde compacto. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)

Si la técnica de osteosíntesis elegida fueron los fijadores externos, el conjunto


actuará ya como sistema inmovilizador en la zona. Para las fracturas de los dedos
en el miembro pélvico se obtienen buenos resultados inmovilizando todos los
dedos en posición abierta sobre una esfera construida con algodón y gasa. La

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estructura se fija a su vez con venda por la región superior. (Caldera Dominguez y
Gonzalo Cordero, 1993)

Intoxicaciones

La intoxicación por metales pesados, en particular plomo y zinc, es bastante


común en psitácidos. La causa inicial suele ser la ingesta de partículas que
contienen plomo o zinc (pinturas a base de plomo, alambre galvanizado, grapas).
(Harrison, 1994)

Los signos clínicos que se pueden apreciar son depresión, debilidad, anorexia,
regurgitación, diarrea, poliuria, parálisis, ataxia, convulsiones y muerte. (Harrison,
1994)

Las radiografías pueden revelar partículas de densidad de metales pesados dentro


del tracto gastrointestinal. (Harrison, 1994)

El tratamiento para la intoxicación por metales pesados incluye fluidoterapia con


cristaloides y quelación con CaEDTA (35mg/kg IM o SC cada 12 hs) durante 5
días, a los que debe seguir un descanso de 3 días. Este protocolo puede luego
repetirse, según sea necesario. (Harrison, 1994)

El tratamiento oral con quelantes está contraindicado si hay partículas de metales


en el tracto gastrointestinal, debido a que aumenta la absorción del metal tóxico.
Las partículas metálicas pequeñas se pueden limpiar del tracto gastrointestinal
con sulfato de magnesio y mantequilla de maní. Las partículas grandes pueden
eliminarse a través de lavado ventricular (por ej. Endoscopio), si el paciente es un
buen candidato para la anestesia. Puede ser apropiada la administración de
antibióticos de amplio espectro debido a los efectos inmunosupresores del plomo.
También pueden indicarse protectores gastrointestinales, si hay partículas en el
ventrículo. (Harrison, 1994)
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Psitacosis

La Clamidiosis Aviar se conoce como Psitacosis o Fiebre de los loros en aves del
orden Psitaciformes y en el hombre; y Ornitosis cuando afecta al resto de las aves.
(Harrison, 1994)

El agente causal es la Chlamydophila psittaci (antes Chlamydia psittaci),


responsable de una enfermedad altamente contagiosa entre las aves y que
además es una zoonosis. (Harrison, 1994)

El microorganismo es un parásito intracelular obligado, posee ADN y ARN, es


capaz de sintetizar sus propios sistemas enzimáticos y posee dos fases de
desarrollo bien diferenciadas: la de cuerpos elementales (CE) toxo-infecciosos y la
de cuerpos reticulares (CR) forma reproductiva, que se multiplican por fisión
binaria en la célula, convirtiéndose luego en CE. (Harrison, 1994)

La lisis de la célula huésped, libera un gran número de CE infecciosos, 10 días


antes de presentar el ave signos clínicos de enfermedad. Todos los miembros del
género comparten un antígeno común asociado a la pared celular que se halla
presente durante todo el ciclo de desarrollo; éste es de naturaleza glucolipídica y
su detección es utilizada por la mayoría de las pruebas diagnósticas. (Harrison,
1994)

Los CE pueden sobrevivir fuera del huésped (protegidos por material proteico) y
dentro de las células del huésped por varias semanas. La flora bacteriana
saprofita puede inducir la destrucción de los CE así como también la presencia de
materia fecal que inactiva al CE. (Harrison, 1994)

La principal forma de transmisión es horizontal, de un pájaro infectado a otro. Los


microorganismos clamidiales se diseminan de manera intermitente en las heces,

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orina y secreciones orales, nasales y lagrimales de los pájaros infectados.
(Aguilar, 2010)

La transmisión vertical de clamidias se ha descrito en periquitos y puede


producirse en otras especies. Cuando se inhalan cepas virulentas de clamidias, la
propagación primaria se produce dentro de las células epiteliales de los pulmones
y sacos aéreos. (Aguilar, 2010)

Los signos clínicos pueden ser agudos, subagudos o crónicos. Las presentaciones
dependen de la especie y edad del pájaro, estado inmune, virulencia de la cepa,
dosis infecciosa y vía de exposición. (Aguilar, 2010)

Las manifestaciones clínicas son variables y comprenden desde estados de


portador asintomático hasta infecciones graves con mortalidad alta en aviarios.
Los signos generales son inespecíficos y similares a los de muchas otras
enfermedades infecciosas. (Aguilar, 2010)

Es común observar depresión, anorexia y plumas erizadas. Los signos pueden ser
de tipo respiratorio (rinitis, sinusitis, disnea, crepitaciones), digestivos (diarrea,
biliverdinuria), ocular (conjuntivitis) y neurológico (convulsiones, temblores,
inclinación cefálica y parálisis posterior), de acuerdo al órgano que este infectado.
(Aguilar, 2010)

El tratamiento es prolongado debido al ciclo bifásico que genera latencia en


macrófagos ya que no posee pared celular. La droga de elección para el
tratamiento de clamidias es la doxiciclina, puede ser suministrada en alimento o en
agua de bebida ya que tiene una absorción del 90-100%. (Aguilar, 2010)

Para mantener y mejorar el estado general del ave es aconsejable hidratarla con
suero ringer-lactato IV o SC, suministrar vitaminas del complejo B, vitamina A y
alimentación forzada. (Isaza, 2016)

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Esta terapia se prolongará todo el tiempo que sea necesario. Es aconsejable
monitorear frecuentemente el peso del ave y se intentará en todo momento reducir
el estrés, cuidando al máximo el manejo, la temperatura, las condiciones
ambientales y la calidad de la dieta. Es asimismo recomendable la administración
de probióticos dado que, bajo antibioticoterapia prolongada, son frecuentes las
disbacteriosis y/o candidiasis digestivas por alteración de la flora intestinal. (Isaza,
2016)

Esta enfermedad es de denuncia obligatoria de acuerdo a la ley nacional 15.465.

Tricomoniasis

Trichomonas gallinae es uno de los protozoos más importantes en aves rapaces.


Ocurre comúnmente en halcones, aunque a veces también en águilas y búhos.
(Cooper, 2002)

El ciclo de vida es simple, el trofozoito se divide por fisión binaria sin formar quiste.
La paloma es el reservorio natural de T. gallinae y en ella la infección se pasa a
través de la leche de buche que los adultos les dan a los pichones para
alimentarlos. (Cooper, 2002)

Los signos clínicos que se pueden observar son regurgitación, anorexia, disnea y
debilidad, si se abre el pico y realiza una inspección se pueden observar placas o
masas blanco amarillentas o necróticas en la mucosa oral o esofágica. (Cooper,
2002)

El diagnostico se realiza por examen directo de hisopados de lesiones orales o de


buche en solución fisiológica. (Cooper, 2002)

50
Los trofozoitos son móviles y piriformes, presentan un solo núcleo, un flagelo polar
y una membrana ondulante. Las tricomonas tienen un movimiento espasmódico
característico. (Aguilar, 2010)

El tratamiento se realiza con metronidazol (25-50 mg/kg PO c/12-24 hs por 5 a 10


dias). (Aguilar, 2010)

Urgencias anestésicas

Como cualquier animal que está anestesiado, las aves deben vigilarse
regularmente durante toda la anestesia. (Harrison, 1994)

Actualmente se considera al isoflurano el anestésico más seguro para aves. En


caso de depresión respiratoria hay que disminuir el nivel de anestesia o
desconectar el gas anestésico, intubar el ave si no fue previamente hecho, infundir
oxígeno hasta que el ave se recupere, no sobreventilar, ya que esto puede lavar el
CO2 e inhibir a los quimiorreceptores que estimulan la ventilación. (Harrison,
1994)

En caso de paro respiratorio inflar el tórax con inhalaciones suaves a través de


una sonda endotraqueal o administrar O2 mediante ventilación con presión
positiva, si no se reinicia la respiración, administrar doxapram (20 mg/kg IM, IV,
IO), seguir monitorizando hasta que el ave se recupere. (Harrison, 1994)

Osteopatía metabólica

En aves, las osteopatías metabólicas más frecuentes son las que se producen
como resultado de los trastornos de la mineralización, y esto generalmente se
debe a desequilibrios en la dieta. (Harrison, 1994)
51
La causa más frecuente de disminución de disponibilidad de calcio para
depositarse en los huesos es la deficiencia simple de calcio en la dieta. Todas las
especies de ave son susceptibles, aunque tienen mayor riesgo de deficiencia de
calcio las que crecen más de prisa y se crían en forma artificial. (Harrison, 1994)

Esto se observa en aves carnívoras jóvenes que se han alimentado con dietas que
no tienen huesos. La radiografía es muy útil para confirmar el diagnóstico y
evaluar la gravedad de las lesiones. Puede producirse una desmineralización
considerable antes de que pueda detectarse cualquier cambio mediante
radiografías. En los casos relativamente leves, puede apreciarse adelgazamiento
de las cortezas y un patrón trabecular más pronunciado. Pueden observarse
fracturas patológicas y depósitos subperiósticos de hueso nuevo. (Harrison, 1994)

Los signos clínicos dependen de la especie, la edad, la duración de la causa


predisponente y otros factores. Una debilidad gradual del esqueleto en un adulto,
o el fracaso de la mineralización del esqueleto durante el crecimiento, pueden
hacerse evidentes de forma repentina cuando se producen fracturas patológicas.
(Harrison, 1994)

Las aves con osteopatía metabólica grave muestran cojera y dificultad para
moverse, pero incluso las anomalías esqueléticas graves a veces se pasan por
alto en las crías de las aves, y una disminución del apetito puede ser el motivo de
la presentación inicial. Puede producirse distorsión del pico, curvas en la línea del
esternón y, si existen fracturas patológicas, pueden ser evidentes las
deformidades macroscópicas de las extremidades. (Harrison, 1994)
Los casos relativamente leves de osteopatías metabólicas causadas por
desequilibrios o deficiencias de la dieta y en los que no hay otra causa subyacente
responden bien y rápidamente si se corrige la dieta y puede ser posible corregir
las deformidades leves de los huesos de las extremidades con férulas. Si el

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trastorno es grave, con múltiples fracturas patológicas, está indicada la eutanasia.
(Harrison, 1994)

Shock

El estado de shock es difícil de determinar en el paciente aviar. Los signos clínicos


pueden incluir debilidad, palidez de mucosas y pobre perfusión periférica.
(Harrison, 1994)

El grado de perfusión vascular puede ser estimado ocluyendo la vena braquial en


proximal a la cara medial del ala, evaluando la turgencia y el llenado de la misma.
Una turgencia decreciente y un tiempo de llenado mayor a 0.5 segundos son
indicativos de un volumen circulatorio reducido. (Harrison, 1994)

La terapia para tratar el shock incluye administración de fluidos para expandir el


volumen circulatorio (colocar un catéter IV o IO; calcular grado de deshidratación y
requerimientos de fluidos) y corticoide de acción rápida (dexametasona 2-4 mg/kg
IM, IV). (Harrison, 1994)

En caso de shock, puede estar presente un estado de acidosis metabólica


(suministrar bicarbonato de sodio 1 mEq/l cada 15-30 min), complejo Vit. B (10
mg/Kg tiamina), oxígeno, calor y soporte nutricional; monitorear parámetros
sanguíneos y peso corporal hasta que el ave se alimente por sí sola; proveer un
ambiente libre de estrés. El uso de antibióticos bactericidas se contempla en caso
de sospecha de infección. (Harrison, 1994)

Falla cardíaca

Raramente diagnosticada antemorten en aves. Los signos clínicos que se pueden


observar incluyen debilidad, anorexia, taquipnea, disnea, tos y distensión
abdominal debida a hepatomegalia y ascitis. (Harrison, 1994)
53
El diagnostico presuntivo puede realizarse encontrando arritmia o murmullo a la
auscultación, con placas radiográficas se puede observar cardiomegalia,
hepatomegalia y ascitis. El tratamiento primario consiste en establecer una vía
aérea permeable, ventilar cada 4-5 segundos, masaje cardiaco, utilizar atropina
(0,5 mg/kg IM, IV, IO), epinefrina (0,5-1 ml/kg IM, IV, IO), doxapram (20 mg/kg IM,
IV, IO). (Harrison, 1994)

Disnea

En aves se caracteriza por respiración a boca abierta, contracciones abdominales


y movimientos de cola en cada respiración. (Harrison, 1994)

Antes de realizar cualquier tipo de sujeción es importante observar


cuidadosamente en búsqueda de inflamaciones en senos paranasales,
conjuntivitis o descargas nasales, es conveniente poner el ave en un ambiente rico
en oxígeno (ambiente enriquecido con un 40-50% de O2) mientras se la observa.
(Harrison, 1994)

Cuando se sospecha de un bloqueo de las vías aéreas superiores, es necesario


poner una cánula en el saco aéreo caudal para brindar oxígeno, las diferentes
causas de bloqueo de vías aéreas superiores pueden ser: inhalación de toxinas,
obstrucción de tráquea por desprendimiento de placa infecciosa a nivel de las
coanas, inhalación de cuerpo extraño como semillas. (Harrison, 1994)

Ya canalizado el saco aéreo se procede a anestesiar el ave con isoflurano y


realizar un examen endoscópico. En caso de aves pequeñas se puede utilizar la
transiluminación con una lámpara para buscar cuerpos extraños en tráquea.
(Harrison, 1994)

54
Para realizar la remoción de cuerpos extraños desde tráquea en las aves
medianas puede usarse catéteres tipo tom cat para extraer por succión el material
extraño de la tráquea o en algunos casos es necesario realizar una traqueotomía
entre los anillos traqueales, distal al cuerpo extraño y tratamiento de soporte
(calor, fluidos, alimentación forzada). (Harrison, 1994)

Ruptura de saco aéreo

La ruptura de saco aéreo muchas veces resulta en un aspecto de la piel como si


fuera un globo que se infla y desinfla. Mientras que la apariencia clínica puede
parecer alarmante para el propietario, rara vez se considera una emergencia.
(Harrison, 1994)

En aves pequeñas el saco aéreo que suele romperse más comúnmente es el


cervical, la ruptura es aguda pero en pocas ocasiones es progresiva. (Harrison,
1994)

Al examen físico se puede palpar una inflamación suave llena de aire, que
involucra cabeza y cuello. Para confirmar el diagnóstico se puede utilizar una
aguja pequeña con jeringa para succionar un poco de aire. (Harrison, 1994)

El tratamiento consiste en realizar una fístula percutánea que facilite el drenaje


continuo del aire permitiendo la curación. La técnica que se utiliza es simple, se
debe realizar una incisiónde 2 cm en una zona avascular de la piel inflamada
causando una rápida deflación. (Harrison, 1994)

Prolapso cloacal

El prolapso de la mucosa cloacal está asociado a la presencia de masas en la


cloaca, problemas neurogénicos o condiciones que causen tenesmo (enteritis,
55
cloacitis, retención de huevos). Una cloaca prolapsada puede no ser vista al corto
plazo por el dueño. (Harrison, 1994)

Durante el examen clínico es necesario realizar palpación abdominal en búsqueda


de masas, prolapso de útero o uréteres. Tumores cloacales como
adenocarcinomas, son pequeños y simples con aspecto de frambuesa lo que
sugiere papilomatosis cloacal. (Harrison, 1994)

El diagnóstico y tratamiento debe realizarse bajo anestesia preferiblemente con


isoflurano. Deben realizarse placas de cuerpo entero, en caso de sospechar de
papilomatosis realizar una biopsia para obtener una muestra. (Harrison, 1994)

En casos crónicos y con el ave visiblemente debilitada debe realizarse terapia


para shock con fluidoterapia parenteral y uso de antibióticos de amplio espectro.
La mucosa prolapsada debe ser protegida de la desecación lavándola con
solución salina y cubriéndola con lubricante estéril. Si es necesario, se realiza una
sutura de retención (jareta), ésta no debe interferir en la evacuación, en caso de
que el prolapso se torne crónico debe evaluarse realizar una cloacopexia.
(Harrison, 1994)

Retención de huevos

La retención de huevos es muy común en gallinas con deficiencias dietarías,


ponedoras primerizas. Es más común y severo en especies más pequeñas como
psitácidos (cotorras, periquitos, cacatúas), la mayoría de las especies de
psitácidos ponen huevos cada 48 hs. (Harrison, 1994)

La puesta de huevos tiene una gran demanda metabólica, requiere elevados


porcentajes de proteína, calcio y grasas. La falta de éstos, vitamina E o minerales
traza como selenio predisponen a una mala formación de la cáscara, siendo ésta

56
blanda y produciendo atonía uterina. La hipovitaminosis A también produce
alteraciones en la integridad de la mucosa. (Harrison, 1994)

Los signos clínicos que se observan en la retención de huevos incluyen anorexia,


depresión, disnea, alas caídas en algunas especies, postura de base ancha,
esfuerzo, meneo de cola, parálisis o paresia de las patas, partes blandas del
huevo aparecen en la entrada del útero dentro de la cloaca. El propietario puede
observar diarrea muy húmeda, esto debido a la relajación cloacal que se da por la
postura. En algunas aves se produce retención fecal por la interferencia del huevo.
(Harrison, 1994)

Durante el examen físico se puede observar debilidad y quietud, la taquipnea es


común debido a la presión ejercida por el huevo dentro de la cavidad celómica que
repercute en los pulmones. Hay paresia uni o bilateral de patas debido a la presión
que ejerce el huevo sobre el nervio isquiático que recorre la región pelviana.
(Harrison, 1994)

En la mayoría de los casos un huevo es palpable en el abdomen, si el huevo tiene


una calcificación deficiente puede no palparse, pero la región abdominal se puede
encontrar algo inflamada. (Harrison, 1994)

Para confirmar el diagnóstico se deben hacer radiografías de cuerpo completo. En


algunos casos, la falta de calcificación del huevo dificulta su distinción en la
radiografía, en estos casos se puede realizar una radiografía contrastada con
bario. (Harrison, 1994)

La terapia de soporte para la retención de huevos por lo general es efectiva y


siempre se la debe tener en cuenta antes de realizar una terapia más agresiva.
Inclusive con paresia en una pata, es preferible hacer un tratamiento de soporte ya
que la paresia resuelve una vez que el huevo pasó. (Harrison, 1994)

57
La verdadera emergencia en la retención de huevos es la presión excesiva que
ejerce en las estructuras internas que se encuentran en la pelvis como el polo
caudal de los riñones, donde se puede producir isquemia y necrosis renal.
(Harrison, 1994)

La terapia de soporte incluye suplementación de fluidos, lubricación de la cloaca,


suplemento de calor y administración de gluconato de calcio (5-10 mg/kg SC, IM),
vit. A (20.000 U/kg IM y vit. D3 (3300 U/kg IM). Si el ave está anoréctica se puede
administrar dextrosa oral o una mezcla que consiste en: una cucharada de
gatorade (manzana), una cucharada de miel, yema de huevo y agua tibia.
(Harrison, 1994)

Después de una o dos dosis de calcio, una inyección de oxitocina (5 UI/kg IM,
repetir a los 30 min) pude promover el pasaje de huevos. El uso de prostaglandina
E2 (0,2 mg/kg intracloacal en el esfínter uterovaginal) es más efectivo que la
oxitocina. Si el huevo no pasó en 24 horas, o si el ave se debilitó aún más, se
pueden utilizar 2 técnicas no quirúrgicas. (Harrison, 1994)

La primera funciona mejor para huevos localizados en el bajo abdomen. Ya


anestesiada con isoflurano el ave y lograda una buena relajación, se empuja el
huevo hasta que se hace visible a través del útero en la entrada de la cloaca, se
drena el contenido del huevo y los remanentes de cáscara se sustraen con una
pinza hemostática. La segunda técnica es aspiración transabdominal del contenido
del huevo usando una aguja larga, se lleva el huevo manualmente hacia la pared
ventral y se aspira el contenido, se implosiona aliviando la presión en la zona
pélvica. La terapia de soporte y calcio persisten hasta que el ave elimine los restos
de cáscara por su cuenta. (Harrison, 1994)

58
Trauma craneoencefálico

Al consultorio llegan aves de compañía con traumatismos en la cabeza causados


por volar hacia ventiladores de techo, espejos, ventanas y paredes. Aves
silvestres por chocar contra paredes, autos, tendidos eléctricos. (Harrison, 1994)

El examen físico debe incluir una evaluación minuciosa de ojos (reflejos y


respuesta de amenaza), observar si hay signología neurológica, examinar cráneo,
narinas, orejas en busca de fracturas o hematomas. (Harrison, 1994)

Si el trauma es reciente, el tratamiento consiste en administración de corticoides


de acción rápida (dexametasona 2-6 mg/kg IM, IV), poner el ave en un lugar
oscuro y con temperatura cálida, ya que esto favorece la vasodilatación
intracraneal. Si el ave está en shock los fluidos intravenosos se dan a un tercio del
volumen para no producir una sobre hidratación y edema cerebral. (Harrison,
1994)

El uso de manitol (0,2-2 mg/kg IV lento) y furosemida (0,1-2 mg/kg PO, SC, IV, IM)
pueden ser beneficiosos si el ave no responde a una terapia inicial. El monitoreo a
corto plazo consiste en evaluar reflejos y medir glucosa en sangre. (Harrison,
1994)

Convulsiones

Las causas de convulsiones en aves incluyen alteraciones del sistema nervioso


central por traumas, hipertermia, accidentes vasculares, infecciones o neoplasias;
y problemas metabólicos como hipocalcemia, hipoglucemia, encefalopatía
hepática, exposición a toxinas, metales pesados, embolias de tejido graso.
(Harrison, 1994)

59
Si el ave se presenta a la consulta convulsivando o comienzan durante el examen
clínico, la primera meta es parar las convulsiones con diazepam (0,5-1 mg/kg IM,
IV). (Harrison, 1994)

Las convulsiones se caracterizan por desorientación, ataxia, incapacidad para


percharse, vocalización, fuertes aleteos y pérdida de conciencia. (Harrison, 1994)

En caso de hipoglucemia, ésta debe ser corregida con dextrosa al 50% (50-100
mg/kg IV lento hasta efecto), es común en rapaces jóvenes. Convulsiones
asociadas a hipocalcemia son frecuentes en psitácidos con dietas deficientes. En
la radiografía se puede observar una densidad ósea disminuida, como también
fracturas patológicas. (Harrison, 1994)

El tratamiento consiste en gluconato de calcio (50-100 mg/kg IM diluido, IV lento),


vitamina D3 (3300 U/kg IM) y terapia de soporte (ambiente cálido, humedad,
fluidoterapia según lo que corresponda). (Harrison, 1994)

Coma

Puede resultar de trauma craneano, ingestión de toxinas, hipertermia, infecciones


o neoplasias del sistema nervioso central, isquemia cerebral debido a accidentes
vasculares, enfermedades metabólicas como encefalopatía hepática o acidosis
metabólica con uricemia. (Harrison, 1994)

El tratamiento inicial consiste en asegurar una vía aérea y una adecuada


ventilación, ya sea con tubo endotraqueal o un tubo en saco aéreo, debe situarse
el ave en un ambiente rico en oxígeno. En caso de hipoglucemia debe
administrarse dextrosa 50% (50-100 mg/kg IV). La fluidoterapia debe ser a bajos
volúmenes para evitar edema cerebral, deben utilizarse corticoides de acción
rápida (dexametasona 2-4 mg IM, IV). (Harrison, 1994)

60
Se recomienda el uso de antibióticos bactericidas y doxiciclina en caso de que se
sospeche de clamidiosis. La prognosis depende de la evolución del ave en las
primeras 2 horas. Otros cuidados incluyen lubricación de ojos y cambiar el ave de
posición si es necesario. (Harrison, 1994)

Mordedura de animales

Las heridas producidas por mordeduras se producen por aplastamiento o


desgarro, por lo general necesitando reparación quirúrgica y desbridamiento de
tejido muerto. (Harrison, 1994)

El tratamiento consiste en retirar plumas suavemente, limpiar la herida (lavar con


dextrosa al 50 % por tener propiedades bactericidas), proteger la herida con
apósito absorbente no adherente y vendaje de soporte. (Harrison, 1994)

En caso de mordedura de gatos, además de realizar el manejo básico de la


herida, es indispensable suministrar un antibiótico parenteral de amplio espectro.
Pasteurella sp. es habitante normal de la flora bucal de los felinos, pero son letales
para las aves, pudiendo producirles la muerte por septicemia aguda en 24-72
horas. (Harrison, 1994)

Quemaduras

Las quemaduras más comunes en aves se producen en patas y dedos. Éstas son
el resultado del vuelo libre dentro de la casa que termina con el ave apoyada en
aceite caliente, hornallas, agua caliente. (Harrison, 1994)

61
En pichones, la causa más frecuente es la administración de papillas demasiado
calientes; la complicación más común de éstas son las fístulas de esófago y/o
buche, que requieren tratamiento quirúrgico. (Harrison, 1994)

Las quemaduras de la mucosa oral suelen ocurrir por picar cables. Más grave aún
es el caso de shock eléctrico, que ocurre comúnmente en aves silvestres cuando
entran en contacto directo con un cable de alta tensión. (Harrison, 1994)

Los signos clínicos que se pueden observar son inconsciencia, depresión, parálisis
completa o parcial, quemaduras características en garras y alas y shock. El
tratamiento consiste en una terapia tópica con cremas hidrosolubles como
sulfadiazina argéntica para prevenir una infección mientras las heridas sanan. El
uso de corticoides y antibióticos deben evitarse en la terapia inicial ya que pueden
predisponer a una inmunosupresión y resultar en infecciones intrahospitalarias.
(Harrison, 1994)

El área afectada debe ser bien lavada con solución salina, deben retirarse las
plumas que rodean el área para tener una correcta aireación. Si la herida no está
infectada se puede realizar un vendaje con apósito absorbente no adherente para
prevenir pérdida de agua y promover el tejido de granulación, las heridas deben
lavarse dos veces al día y desbridarse una vez al día. (Harrison, 1994)

Trauma de pico, uñas y plumas

La punta del pico superior se puede romper sin signos visibles de sangrado ni
desplazamiento del fragmento rostral. El ave puede presentar signos de
inapetencia, escaso acicalado y actividad de trepado. (Harrison, 1994)

Puede indagarse por historia de caídas o traumas. Cuando se aplique presión


digital a la punta del pico el fragmento distal dañado se desplazará. Como método

62
correctivo puede utilizarse un torno manual para limar completamente la porción
fracturada; este procedimiento debe realizarse bajo un plano suave de anestesia.
De haber sangrado, el mismo calor de la piedra esmeril lo cauterizará. De no ser
así, debe realizarse hemostasia. En los primeros días post tratamiento, suministrar
comida blanda. (Harrison, 1994)

La fractura de las uñas es una preocupación cuando sangran copiosamente.


Realizar la remoción de la porción distal de la uña fracturada y la hemostasia de la
proximal. La aplicación de azúcar impalpable o aun harina puede ser un primer
auxilio hasta la llegada del veterinario. Una manera útil de trasportar al paciente a
la clínica es una caja de zapatos con harina en el fondo: al disminuir el estrés, su
presión arterial no aumentará y por lo tanto sangrará menos. (Harrison, 1994)

Las plumas sangrantes y rotas se manejan de manera similar al pico o uñas; los
fragmentos distales y proximales deben ser removidos, y de permanecer un
sangrado activo se realizará hemostasia en el folículo plumoso, sin cauterizarlo. El
arrancado incorrecto de la pluma puede dañar al folículo plumoso, dando como
resultado ulterior un quiste de pluma o pluma malformada. (Harrison, 1994)

Hipertermia

El jadeo, mantenimiento de las alas alejadas del cuerpo, pico y patas calientes
indican hipertermia en aves. (Harrison, 1994)

Las aves no tienen glándulas sudoríparas por lo que no disipan el calor en forma
eficiente. Si la hipertermia persiste, puede terminar en ataxia, convulsiones y
coma. (Harrison, 1994)

El primer objetivo en la terapia de emergencia es reducir la temperatura corporal,


poniendo los pies en agua fría, mojar las plumas hasta la piel con agua o alcohol.

63
Si el ave está con una temperatura muy elevada, se puede infundir agua fría en la
cloaca. (Harrison, 1994)

Conclusión

En el presente trabajo entendemos que la clínica de pequeños animales ya no


aplica solo a caninos y felinos. Las mascotas no convencionales, ya sea anfibios,
pequeños mamíferos, reptiles, pero en mayor medida aves, obligan al profesional
veterinario a capacitarse para poder dar una atención adecuada y suplir las
necesidades del propietario.

A su vez, tenemos el deber de concientizar a la población sobre los riesgos


sanitarios, de sufrir accidentes y de la ilegalidad que conlleva adquirir un ave
silvestre como mascota. De esta forma contribuimos al cuidado de nuestra fauna
autóctona, generando un mensaje positivo en la población.

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