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Resumen

En pocas palabras, 3700 caracteres con espacios apenas , yo diría que vamos así: durante nuestros
últimos 200 años de vida nos hemos volcado a la tarea de construir un régimen republicano, la
república de la nueva granada, los estados unidos de Colombia, la república de Colombia, que
apunta de leyes y reformas de las leyes sea capaz de superar una sociedad estamental -colonial
,fundamentalista , desigual- mucho más dada a la caridad que a la solidaridad; nos hemos inventado
he impedido un estado que sea tan grande como nuestro abrupto e indomable mapa; nos hemos
dedicado a creernos una nación a sangre y fuego, como imponiéndonos los unos a los otros una
identidad o un dios o una verdad, en vez de reconocer esta ciudadanía como una suma de razas y
culturas y voces. pero aquí estamos.

El primer párrafo del primer número de la gaceta de Santafé de Bogotá ,


publicado el domingo 15 de agosto de 1819 por el “gobierno libre e
independiente de Cundinamarca” -y puesto en línea este miércoles, justo a
tiempo, por la biblioteca nacional de Colombia-, cuenta en carne viva y sin
aliento que “el ejército libertador conducido por el ilustre presidente de la
república de Venezuela apareció en la provincia de Tunja a principios del mes de
julio, y, después de tres gloriosos combates en que hizo desaparecer a los
opresores del país; entró triunfante en esta capital el 10 del corriente”. Anuncia
luego, como recobrando la respiración y la sobriedad y la cordura, que “su
excelencia trabaja con tesón en el arreglo y organización de las provincias en
todos sus ramos”. y en esas andamos. y hemos avanzado, sí, ya casi.

Solo falta todo: que la vida valga lo que vale, que las violencias no sustituyan la política, que la guerra
no sea una costumbre plagada de estadísticas escalofriantes e inútiles. pero siempre que nos hemos visto
con la sangre al cuello, en estas últimas décadas de historia que han parecido siglos, han salido a la
superficie una esperanzadora vocación a acordar la convivencia que tendría que ser más terca que
nuestro fanatismo. el pacto de Benidorm, los diálogos fallidos desde entonces, la negociación de paz
con el M-19, la de 1991 constitución y el acuerdo del teatro colón siguen siendo pruebas de que sabemos
que, de seguir esta barbarie, viviremos condenados a hallar esta nación en triunfos y en milagros -egan,
Shakira, James, juanes- pues una nación enserio es una suma de distintos que si pueden convivir.

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