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Prostatitis

La prostatitis es un grupo dispar de trastornos que se manifiestan con una combinación de


síntomas urinarios principalmente irritativos u obstructivos y dolor perineal. Algunos casos se
deben a una infección bacteriana de la próstata y otros, más frecuentes, a una combinación
poco comprendida de factores inflamatorios no infecciosos o espasmo de los músculos del
diafragma urogenital. El diagnóstico es clínico, junto con la observación microscópica y el
cultivo de muestras de orina obtenidas antes y después de un masaje prostático. El tratamiento
se realiza con antibióticos si la causa es bacteriana. Las causas no bacterianas se tratan con
baños de asiento tibios, relajantes musculares y fármacos antiinflamatorios o ansiolíticos.

Etiología

La prostatitis puede ser bacteriana o, más frecuentemente, no bacteriana. Sin embargo, la


diferenciación entre ambos casos puede ser difícil, en especial en la prostatitis crónica.

La prostatitis bacteriana puede ser aguda o crónica y suele estar causada por los patógenos
urinarios típicos (p. ej., Klebsiella, Proteus, Escherichia coli) y posiblemente por Chlamydia. Se
desconoce cómo estos patógenos entran en la próstata y la infectan. Las infecciones crónicas
pueden estar causadas por bacterias atrapadas que los antibióticos no han erradicado.

La prostatitis no bacteriana puede ser inflamatoria o no inflamatoria. Su mecanismo se


desconoce, pero puede involucrar la relajación incompleta del esfínter urinario y una micción
disinérgica. La presión urinaria elevada resultante puede causar reflujo de orina hacia la
próstata (lo que desencadena una respuesta inflamatoria) o un aumento de la actividad
autonómica de la pelvis que produce dolor crónico sin inflamación.

Clasificación

La prostatitis se clasifica en 4 categorías (ver Sistema de clasificación de consenso del NIH para
la prostatitis). Estas categorías se diferencian por las manifestaciones clínicas y por la presencia
o ausencia de signos de infección e inflamación en 2 muestras de orina. La primera muestra
corresponde al chorro medio de la micción. Luego se realiza un masaje prostático digital, y el
paciente orina inmediatamente; los primeros 10 mL de orina constituyen la segunda muestra.
La infección se define como el crecimiento bacteriano en el urocultivo; la inflamación se define
como la presencia de leucocitos en la orina. Se desaconseja el uso del término prostatodinia
para la prostatitis sin inflamación.

TABLA

Sistema de clasificación de consenso del NIH para la prostatitis

Signos y síntomas

Los síntomas varían en las distintas categorías, pero típicamente involucran algún grado de
irritación u obstrucción urinaria y dolor. La irritación se manifiesta con polaquiuria y tenesmo,
obstrucción, sensación de vaciamiento incompleto de la vejiga, necesidad de orinar
nuevamente poco después de haberlo hecho o nocturia. El dolor típico se presenta en el
periné, pero puede percibirse en el extremo del pene, la zona lumbar o los testículos. Algunos
pacientes informan sentir dolor durante la eyaculación.

La prostatitis bacteriana aguda a menudo causa síntomas sistémicos como fiebre, escalofríos,
malestar y mialgias. La próstata está extremadamente sensible al dolor y edematosa en forma
focal o difusa, pastosa, indurada, o una combinación. Puede producirse un síndrome de sepsis
generalizada, caracterizado por taquicardia, taquipnea y, a veces, hipotensión.

La prostatitis bacteriana crónica se manifiesta con episodios recurrentes de infección con o sin
resolución completa entre los brotes. Los signos y síntomas tienden a ser más leves que en la
prostatitis aguda.

La prostatitis crónica/síndrome de dolor pélvico crónico típicamente se manifiesta con dolor


como síntoma principal, a menudo incluyendo dolor durante la eyaculación. La incomodidad
puede ser muy importante, y a menudo interfiere con la calidad de vida del paciente. Pueden
presentarse síntomas de irritación u obstrucción urinaria. En el examen, la próstata puede ser
dolorosa, pero en general no se la nota pastosa ni edematosa. Clínicamente, los tipos
inflamatorio y no inflamatorio de la prostatitis crónica/síndrome de dolor pélvico crónico son
similares.

La prostatitis inflamatoria asintomática no produce síntomas y se descubre de manera


accidental durante la evaluación del paciente por otras enfermedades prostáticas, cuando se
presentan leucocitos en la orina.

Diagnóstico

 Análisis de orina

 Masaje prostático, excepto posiblemente en la prostatitis bacteriana aguda

El diagnóstico la prostatitis de tipo I, II o III se sospecha por la clínica. Síntomas similares


pueden estar causados por una uretritis, un absceso perirrectal o una IU. El examen es útil para
el diagnóstico sólo en la prostatitis bacteriana aguda.

Los pacientes febriles con signos y síntomas típicos de prostatitis bacteriana aguda en general
tienen leucocitos y bacterias en la muestra de orina inicial. El masaje prostático para la
obtención de una muestra de orina posterior se considera innecesario y posiblemente
peligroso en estos pacientes (aunque este riesgo aún no ha sido confirmado) ya que puede
inducirse una bacteriemia. Por el mismo motivo, el examen rectal debe realizase suavemente.
Deben obtenerse muestras para hemocultivo en los pacientes con fiebre y debilidad marcada,
confusión, desorientación, hipotensión o extremidades frías. Para los pacientes afebriles, las
muestras de orina obtenidas antes y después del masaje son adecuadas para el diagnóstico.

Los pacientes con prostatitis bacteriana aguda o crónica que no mejoran con los antibióticos
pueden requerir una ecografía transrectal y, a veces, una cistoscopia para descartar un absceso
prostático o la destrucción e inflamación de las vesículas seminales.
Para los pacientes con cuadros de tipo II, III y IV (prostatitis no aguda), los estudios adicionales
que pueden tenerse en cuenta son la cistoscopia y la citología urinaria (si además se presenta
hematuria), y las determinaciones urodinámicas (si se sospechan anomalías neurológicas o
falta de sinergia entre detrusor y esfínter).

Tratamiento

 El tratamiento varía significativamente con la etiología

Prostatitis bacteriana aguda

Los pacientes no tóxicos pueden tratarse en forma ambulatoria con antibióticos, reposo en la
cama, analgésicos, fármacos para ablandar las heces e hidratación. Por lo general, es eficaz la
terapia con una fluoroquinolona (p. ej., 500 mg orales de ciprofloxacina 2 veces al día, o 300
mg orales de ofloxacina 2 veces al día), y puede administrarse hasta que se conozcan los
resultados de los cultivos y las pruebas de sensibilidad. Si la respuesta clínica es satisfactoria, el
tratamiento se continúa durante unos 30 días para prevenir la prostatitis bacteriana crónica.

Si se sospecha una sepsis, el paciente es ingresado en el hospital y se le administran


antibióticos de amplio espectro por vía IV (p. ej., ampicilina más gentamicina). Los antibióticos
comienzan a administrarse después de obtenidas las muestras adecuadas para los cultivos, y se
continúan hasta conocer la sensibilidad de la bacteria. Si la respuesta clínica es adecuada, la
terapia IV se mantiene hasta que el paciente esté afebril durante 24 a 48 horas, y se continúa
con una terapia oral generalmente durante 4 semanas.

Las terapias adjuntas incluyen AINE y posiblemente bloqueantes alfa-adenérgicos (si el


vaciamiento de la vejiga es inadecuado), y medidas sintomáticas como baños de asiento. Rara
vez aparecen abscesos prostáticos que requieren drenaje quirúrgico.

Prostatitis bacteriana crónica

La prostatitis bacteriana crónica se trata con antibióticos orales como fluoroquinolonas durante
al menos 6 semanas. La terapia se guía con los resultados del cultivo; el tratamiento antibiótico
empírico para los pacientes con cultivos indefinidos o negativos tiene una tasa de éxito baja.
Otros tratamientos incluyen fármacos antiinflamatorios, relajantes musculares (como
ciclobenzaprina para aliviar los espasmos de los músculos pélvicos), bloqueantes alfa-
adrenérgicos y otras medidas sintomáticas, como los baños de asiento.

Prostatitis crónica/síndrome de dolor pélvico crónico

El tratamiento es difícil y a menudo tiene resultados insatisfactorios. Además de considerar


cualquiera de todos los tratamientos mencionados, se han intentado los ansiolíticos (ISRS,
benzodiazepinas), la estimulación de los nervios sacros, la biorretroalimentación, el masaje
prostático y los procedimientos mínimamente invasivos de la próstata (como la termoterapia
con microondas), con resultados variables.

Prostatitis inflamatoria asintomática

La prostatitis asintomática no requiere tratamiento.


BIBLIOGRAFIA

 Fisterra.com/Guías Clínicas/Prostatitis Aguda/ Prostatitis Crónica.

 Patologías benignas de la próstata: prostatitis e hiperplasia benigna. M. R. Rodriguez-


López, I. B. Baluja-Conde, S. Bermudez-Velasquez.Rev. Biomed 2007; 18:47-59.

 Guía terapeutica Sacyl, problemas de salud prevalentes en medicina familiar. Pag 525-
528.

 Medicina de urgencias y emergencias. Guía diagnóstica y protocolos de actuación. 4ª


Edición. Luis Jiménez Murillo y F. Javier Montero Pérez. (Córdoba).pag. 583-584.

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