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“El arca de Dios permaneció en la casa de Obed-edom por

tres meses, y el Señor bendijo a los de la casa de Obed-edom y


todo lo que él poseía.” — 1 Cr. 13:14 (NTV)

Si leemos el contexto de este pasaje, realmente vemos un


contexto muy triste y aterrador. David acababa de convertirse
en rey de Israel (1 Cr. 11) y ya tenía un ejército formándose (1
Cr. 12). Saúl apenas había muerto e inmediatamente el
propósito principal de David era traer el arca de Dios de
regreso a Jerusalén. Entendían que la misma presencia de
Dios habitaba en ese cofre. Sabían que si esta arca iba con ellos
en medio de la guerra y en cualquier otro asunto, tendrían la
victoria asegurada. No era por su buena habilidad para
manejar el escudo y la espada, sino por la compañía de Dios en
medio de ellos. Lamentablemente, transportaron el arca a
Jerusalén en una forma en la que Dios no había indicado (Éx.
37:1–9; 1 Cr. 13:7–9), y Uza tuvo la audacia para querer tocar
con sus propias manos el lugar de reposo de Dios. Cualquier
forma de servicio que no este de acuerdo a lo que Dios ya
estableció, esta destinado a fracasar. ¿Cuál fue el resultado de
esta situación? La muerte de Uza, profundo temor y gran
confusión en todo el pueblo. Es verdad que estamos en un
tiempo de gracia y libertad, pero los lineamientos de Dios no
han cambiado.

Por el otro lado, vemos que David no transportó el arca con él


a Jerusalén, sino que decidió dejarla hospedada en casa de
Obed-Edom por un lapso de tres meses. Aquí es donde nuestro
panorama de Dios se completa. Un solo versículo es suficiente
para mostrarnos la gloria de la gracia de Dios. Leemos que
mientras el arca de Dios estuvo reposando en la casa de Obed-
Edom, el Señor bendijo esa casa. ¿Qué hizo Obed-Edom para
experimentar tan grande bendición? ¡Nada! ¡Absolutamente
nada! Solo recibió el arca y la colocó en algún lugar especial de
su casa. Es lo mismo con nosotros. ¿Cómo experimentamos la
maravillosa gracia y la dulce presencia de Dios? Solo
recibiéndola por fe. ¿La merecemos? No, para nada. No somos
dignos de que el Señor mismo habite en esta morada terrenal,
que es nuestro cuerpo. Pero, a Él le ha placido hacerlo así. Él
nos ha entregado al Espíritu Santo por el simple hecho de
creer en la obra de Dios por medio de Cristo Jesús. Dios aún
habita en vasijas de barro. En hombres y mujeres débiles y sin
nada que ofrecer, pero rendidos y dispuestos a recibir todo lo
que proviene de Él.

Más no todo termina allí. Dice el texto que “el Señor


bendijo…todo lo que él poseía”. Aquí encontramos una
grandiosa verdad: todo lugar en donde habite la presencia de
Dios, tiene que prosperar. Nuestro Dios no esta limitado a un
lugar, tiempo, ni grupo de personas. Todo lo que su gracia
alcanza, es transformado. Todo aquel que toca, aún el borde de
su manto, conoce el poder salvador que fluye de Él.
Probablemente muchos somos como David, que
preguntan: “¿Cómo he de traer a mi casa el arca de Dios?” (1
Cr. 13:12). La respuesta es sencilla: vuelve a lo básico y
esencial, y profundiza en eso.

- Abre tu Biblia y léela para contemplar al Dios de gloria, al


Cristo que murió por nuestros pecados, y al Espíritu Santo que
guía y hace entender todos los misterios del cielos.
- Ora ferviente y constantemente. Que tu oración sea con
fe, para que todo lo que pidas en oración, lo recibas. Y así como
recibes de gracia, dirige con gracia a otros que desean conocer
más a Dios.
- Congrégate regularmente. Ten comunión con otros
hermanos. Adora junto con ellos la grandeza de Dios. Escucha
la palabra de Dios a través de los pastores que Él ha puesto
sobre ti, para el cuidado de tu alma.
- Vive para servir. De la misma manera en que el Señor
sirve a tu vida con su presencia, sirve tu a otros. En esto
demostramos que nuestro amor por Dios es verdadero.
- Lucha contra el pecado y confiésalo. El pecado nos
aleja de la comunión con Dios. Fue lo que echó a Adán y Eva
del jardín más placentero del mundo. ¿Quieres tu ser
desechado de una relación tan gloriosa? Mata tu pecado,
confiésalo y fortalécete en Dios. Y cuando sea algo más
complicado para ti, pláticalo con alguien más maduro que tu
para recibir gracia de parte de Dios. Te aseguro que en tu
debilidad experimentarás la gracia de Dios a perfección (Stg.
5:16; 2 Cor. 12:9).

Por último, te dejo con el pensamiento del día: mientras


que, la desobediencia a Dios nos destituye de su
gloria y comunión, una fe sencilla en su gracia nos
hace recipientes de su presencia. Seamos como Obed-
edom: buenos hospedadores de la gloriosa presencia
de Dios.

QUE HIZO OBED EDON …………… NADAAAAAA

Y para Obed-edom la puerta del sur, y a sus hijos la casa de provisiones del templo (1
Crónicas 26:15).
¿¿Cómo?? ¿Obed-edom entre los levitas? El sólo nombre lo ubica fuera del pueblo de Dios,
significa «siervo de Edom» y Edom, por cierto, pueblo descendiente de Esaú, fue uno de los
acérrimos enemigos de Israel, de esos que parecían pasarse la vida encontrando maneras de
perjudicar a Israel. ¿Cómo entonces se coló entre los siervos de Dios? ¿Qué hizo Obed-
edom?
La Biblia dice que cuidó el Arca de Dios cuando todos se asustaron y la dejaron casi
abandonada. ¿Conoces la historia?
David trasladó equivocadamente el arca de Dios al estilo filisteo, con irreverencia y falta de
respeto, lo cual costó la vida a un hombre llamado Uza por tocar profanando el Arca. Así que
David decidió no llevarla a su casa, escogiendo en su lugar dejarla en casa del arrimado
Obed… total, era medio israelita nada más.
Pero Obed-edom juntamente con su familia cuidaron el Arca con gran dedicación…como si
fueran anfitriones de Dios; y lo eran. Ante tal muestra de devoción, Dios bendijo su casa tan
extraordinariamente que en sólo tres meses se corrió la voz de su prosperidad. Rico en 90
días. Lógicamente, el rey David ni tardo ni perezoso fue por el Arca para llevar la bendición a
su casa… unhmm perdón, la Presencia de Dios a su casa (¿no lo harías tu?).
¿Qué hizo Obed?
¡Maletas! Él, junto con toda su casa dejó sus bienes y se fue tras el Arca de Dios a Jerusalén.
Prefirió la Presencia de Dios a su bendición. Así entró en la lista de sus siervos y alcanzó
renombre en Israel. Mejor siervo cuidando las cosas de Dios en su Presencia que señor en
una tierra sin Dios. Y tú, ¿a qué te dedicas? ¿Qué persigues con tu vida? ¡Ve tras el Arca!
¡Sigue a Dios! No es el lugar ni el trabajo, los bienes ni la bendición, no es nada de lo que
pueda hallarse bajo el cielo; lo que en verdad llenará tu vida es Dios.
Ah, lo olvidaba: Obed-edom siguió siendo gloriosamente bendecido todos los días de su vida;
Dios no será deudor de nadie.

La Palabra de Dios nos dice que donde está su presencia, la vida de las
personas cambia. Como ejemplo, podemos ver que en tres meses que
estuvo el arca del pacto (representaba la presencia de Dios) en la casa
de Obed-edom recibió bendiciones que él nunca esperaba. El tema es el
corazón de las personas receptoras de la presencia de Dios. Veamos
qué más nos dice la Biblia al respecto.

2 Samuel 6:11-12 Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom


geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su
casa. 12 Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la
casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios.
Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-
edom a la ciudad de David.

La Biblia nos dice que el arca del pacto representaba la presencia de


Dios en medio de su pueblo y, que a través de ella, Dios les hablaba. De
manera que cuando el arca del pacto llegó a la casa de Obed-edom, era
la misma presencia de Dios visitando su casa. Donde está la presencia
de Dios, la vida del hombre cambia. En tres meses que estuvo el arca del
pacto en su casa; Obed-edom recibió bendiciones que él nunca
esperaba.

El tema es el corazón de las personas receptoras de la presencia de


Dios, recuerde la parábola del sembrador: hay 4 tipos de corazones.

1. Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, si no hay un


deseo intenso de tomar la Palabra, entonces viene el Maligno y roba
lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del
camino o sobre el camino (el Diablo es ladrón y sabe cómo
neutralizar la Palabra).
2. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la
acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante,
y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra,
sucumbe (hacerse de piedra, robar a otros la tierra).
3. Lo sembrado que cae entre zarzas significa el que escucha la
palabra; pero las afanes, preocupaciones y la seducción de las
riquezas la ahogan y se queda estéril (en un mundo donde las zarzas
ahogan al trigo).
4. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la
guarda en su corazón como un tesoro; ése dará fruto y producirá
ciento o 60 o 30 por uno.
¿Porque entre algunas personas el Arca del Pacto fue de maldición y en
Obed Edom fue tremenda bendición? Sencillamente por su corazón
entregado a Dios. ¡Por algo Jesús nos pide que nos hagamos como
niños en cuanto a la humildad en el aprendizaje y la obediencia!

La santa envidia

2 Samuel 6:12 Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha


bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca
de Dios. Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa
de Obed-edom a la ciudad de David.

La envidia es aquel sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o


desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea en bienes,
cualidades superiores u otra clase de cosas tangibles e intangibles.

Cuando es envidia negativa lleva a la persona a hacer actos terribles,


pero cuando la persona ve algo que las otras personas han logrado y
esto le lleva a desafiarse y decir “si otros lo han logrado, yo también lo
quiero lograr”, se encauza para lo positivo, entonces es productivo.

¡En lo espiritual también puede ocurrir lo mismo! Hay personas que odian
a los que tienen la presencia de Dios y hablan toda clase de mal,
difaman, calumnian etc. Al ver que Obed-edom era bendecido por el arca
de Dios, David toma conciencia de que podía tener esa misma bendición
y traerlo a Jerusalén. Probablemente dijo:” Me estoy perdiendo mis
bendiciones. Yo también quiero ser bendecido. Yo también quiero la
presencia de Dios en mi casa”. En realidad fue positivo porque debía
llevarle a Jerusalén para poder bendecir a toda la congregación. Pero
debió aprender a moverse con la Palabra de Dios debió leer los escritos
de Moisés para poder trasladar el Arca del Pacto. ¡Esto es importante! El
arca habla de un Dios que quiere una relación estrecha con su pueblo.

Hay personas que tienen una actitud positiva en cuanto a la presencia de


Dios, dicen “yo quiero obtener lo que otros han obtenido de parte de
Dios” y piden y buscan y golpean, y el que pide recibe, el que busca halla
y a llama se le abrirá. ¡Cuando se trata de la presencia de Dios es bueno
anhelar los mejores dones de Dios! Muchos cristianos pecan por
desinteresados. O sea son tibios, no anhelan crecer espiritualmente ni
hacer algún esfuerzo para recibir, algunos generan aun excusas, pero
hago una pregunta: ¿lo quieres al don o no tienes ganas de
comprometerte y hay temor de perder tu comodidad?

Obed edom tenía un corazón de siervo.

En 15 ocasiones se menciona este nombre en la Biblia. La mayoría de


las veces se trata del mismo personaje o de sus descendientes. Vivía
cómodamente pero un día, por mandato del Rey, su casa fue elegida
para hospedar un cofre de más de un 1 metro de largo y de 1/2 metro de
alto. Sabia de las plagas que atacaron a las ciudades de Asdod, Gat y
Ecrón mientras aquel cofre estuvo con ellos. También debió saber acerca
de la mortandad que había asolado a Bet-semes a causa de su
curiosidad, pues habían abierto la tapa para mirar dentro y debió conocer
que Uza había muerto por tan sólo tocarlo. Por eso, Obed-Edom recibió
el Arca del Pacto con temor y la guardó y cuidó con mucho esmero. (2
Samuel 6:11).

Este hombre supo que cuando se sirve a Dios con devoción y temor
reverente, Dios nos bendice. De esta manera, Obed-Edom fue un
ejemplo para todo el pueblo de Israel y en especial para el Rey David.
Luego de que este último recibió la noticia de las bendiciones que le
estaban llegando a Obed-Edom y toda su familia, sintió gozo en su
corazón y decidió volver a esforzarse por trasladar el arca hasta
Jerusalén. Es así como, por medio de su ejemplo, Obed-Edom llamó al
rey David al arrepentimiento.
Guía del pueblo de Dios

De todos modos, ahora que Obed-Edom sabía lo que sucedía cuando se


sirve a Dios con esmero, sintió que en adelante no quería hacer otra
cosa sino servirlo a Él. En 1ra Crónicas 15:1-28 se lee la algarabía con la
que fue trasladada el arca del pacto. En los versos 17-18 vemos que
entre los cantores y músicos levitas que dirigían el traslado se hallaba
Obed-Edom. Ahora no sólo era un rey el que era guiado por Obed-Edom,
sino todo el pueblo de Israel. (1 Crónicas 15:21)

Allí no quedan las cosas. Al parecer, Obed-Edom, luego de ver las


bendiciones que reciben quienes sirven a Dios de corazón, hizo suyas
las palabras del salmista que dice: “Escogería antes estar a la puerta de
la casa de mi Dios que habitar donde reside la maldad.” (Salmo 84:10b)

Elegido Custodio de la puerta del Templo

El rey David decidió dejar a Obed-Edom y sus hermanos como guardias


de las puertas del Templo. (1 Crónicas 16:38). Y Dios volvió a bendecir a
Obed-Edom con 8 hijos. (1 Crónicas 26:4-5).

En 1 Crónicas 26:4-7 vemos que la bendición de Dios estuvo con sus


hijos aún hasta la tercera generación ¡pues sus nietos siguieron sirviendo
a Dios en el templo de Jerusalén!

Además, Obed-Edom tuvo un puesto privilegiado entre los porteros del


templo. En 1 Crónicas 26:15 dice que cuando se echó suertes para ver
cuál puerta la correspondía a cada familia, a la suya le toco la del sur, es
decir la más importante pues conectaba al templo con el palacio real.

Sus hijos fueron comisionados para administrar las provisiones del


templo (1Crónicas 26:15). Finalmente, según 2 Crónicas 25:24, alrededor
de 2 siglos más tarde, su familia seguía estando a cargo de las
provisiones del templo.

Resumiendo: Sirvió con diligencia al Señor, fue ejemplo de todo el pueblo


así como de todo el pueblo, Fue bendecido en su familia: tuvo ocho hijos,
lo que para los antiguos era una bendición. Fue bendecido en su
descendencia: aún dos siglos más tarde sus descendientes seguían al
servicio del templo. Fue bendecido en su trabajo: Dios lo puso en las
mejores posiciones laborales de su tiempo y empleo.
Que tengas una semana de bendición y victoria!

Pastor Guillermo Decena Centro Familiar Cristiano Eldorado.

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