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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA

IMPUNIDAD”

Tema:
• “El control constitucional como mecanismo de defensa de la supremacía
constitucional”
Estudiante:
• Sussan Aphril Espinoza Cunya
Docente:
• Jorge Luis Noriega Albán
Asignatura:
• Derecho Constitucional General
Facultad:
• Derecho y Ciencias Políticas
Ciclo Académico:
• III-A

2019
“El control constitucional como mecanismo de defensa de la supremacía

constitucional”

Introducción

Perú es un país que se ha caracterizado por la poca duración de sus textos constitucionales

desde los inicios de vida republicana, lo cual se ve reflejado en la cantidad Constituciones

a lo largo de su historia. Son el total once las Constituciones que han existido a lo largo

del devenir político y jurídico en la historia peruana, siendo la de 1993 la que está vigente

en la actualidad. Este número de Constituciones nos hace reflexionar acerca de nuestra

propia cultura constitucional ya que sustituir una carta fundamental por otra supone

inestabilidad e inseguridad. Ciertamente esto se debió, en parte, a que las constituciones

políticas de años atrás sirvieron como marco político en lugar de uno jurídico,

considerando más importante las leyes dadas por el poder legislativo y las normas con

rango de ley del ejecutivo que lo contenido en el propio texto constitucional. Todo esto

cambió a lo largo de los últimos años en donde la Constitución Política pasó de ser un

simple referente “político” a ser una “norma jurídica” en sí misma, esto es, que su

observancia, cumplimiento y respeto es vital para un Estado Constitucional de Derecho.

Es así que lo dispuesto por la Constitución empezó a jugar un rol determinante en el

control político y jurídico de la Nación.

El presente artículo tiene como objetivo brindar una aproximación a los diversos controles

de constitucionalidad contenidos en el vigente texto constitucional peruano. En esta

ocasión, nos centraremos en el control relativo a la defensa del principio de supremacía

constitucional respecto de las demás normas que conforman el sistema jurídico peruano.

A manera de sinopsis, abordaremos lo referido a los sistemas de control de


constitucionalidad existentes. Luego, explicaremos los sistemas de control contenidos en

la Constitución Política peruana. Por último, tocaremos un tipo de control no muy usado

pero que constituye una herramienta de control más nos que ofrece el sistema jurídico

peruano.

II. Sistemas-modelo de control de la constitucionalidad

Podemos señalar que existen, a nivel mundial, dos grandes sistema de control

constitucional, entre ellos: el europeo o de Justicia Constitucional concentrada,

generalizado a partir de la constitución austríaca de 1920 y de la obra de Hans Kelsen, en

el que un órgano autónomo especializado y constitucionalmente designado para ello tiene

la potestad de revisar la constitucionalidad de las normas legales y los actos de poder,

estableciendo al respecto, declaraciones generales ERGA OMNES de plenos efectos

derogatorios. El segundo sistema es el americano o de control difuso (también

denominado de la Judicial Review), permite que sea el mismo órgano jurisdiccional

ordinario el que desarrolle la función de control de la constitucionalidad inaplicando una

norma que contraviene la constitución para el caso en concreto, manteniendo la norma en

cuestión en el ordenamiento.

Podemos observar que el primer sistema nos ofrece un control más efectivo a efectos que

la norma cuestionada puede ser retirada del ordenamiento jurídico previa pronunciación

del órgano colegiado respectivo, teniendo efectos generales. En cambio, el segundo

sistema nos ofrece una forma de control distinta ya que cabe la posibilidad de inaplicarse

una norma de inferior nivel alegándose su inconstitucionalidad para el caso en concreto,

es decir, en la causa vista por el juez y sólo para ella, siendo los efectos vinculantes sólo

para las partes

Es así que el ordenamiento jurídico peruano en materia de control constitucional nos

ofrece un sistema dual o mixto debido a que ambas formas han sido recogidas. En materia
de control concentrado tenemos al Tribunal Constitucional que es un órgano colegiado

reconocido constitucionalmente, encargado de analizar la constitucionalidad de las

diversas normas legales. Por otro lado, tenemos también al control difuso el cual es

ejercido tanto por los órganos judiciales como los administrativos.

III.Control concentrado

El texto constitucional peruano establece en su artículo 201 que el Tribunal

Constitucional es el órgano de control de control de la constitución, siendo considerado -

en la práctica- como el máximo intérprete de la misma debido a la intensa labor que viene

desarrollando en la actualidad dirimiendo controversias en las cuales estén en juegos

derechos fundamentales o pronunciándose sobre la constitucionalidad de normas legales

de inferior rango como leyes ordinarias, decretos legislativos, decretos, reglamentos,

entre otros.

Es así que su labor se ve precisada en el artículo siguiente donde se contempla que

resuelve en instancia única la acción de inconstitucionalidad, función que nos importa en

el presente caso. Debido a que la acción de inconstitucionalidad implica cuestionar

seriamente la constitucionalidad de una norma legal y su consecuente retiro del

ordenamiento jurídico, la facultad para iniciar la mencionada acción está limitada por la

propia Constitución, es decir, sólo podrán hacerlo los facultados por la Carta misma. El

Tribunal no actúa de oficio a manera de vigilante de la constitucionalidad, sólo actúa

cuando los órganos y sujetos expresamente indicados en el artículo 203 de la Constitución

inician un proceso ante este órgano colegiado.

El Tribunal Constitucional emite una sentencia, la cual no tiene efectos retroactivos, lo

cual supone que los efectos generados por la norma son válidos en el período de tiempo

que estuvo vigente, desde su publicación hasta la sentencia que declara su

inconstitucionalidad. Dicha sentencia es publicada en el Diario Oficial de la nación (en


este caso el diario El Peruano), haciendo que la norma quede sin efecto al día siguiente

de la publicación. La excepción a la irretroactividad de las sentencias del Tribunal

Constitucional es lo referido a la materia tributaria. Según lo dispuesto por el artículo 74

de la Carta fundamental, no surten efectos las normas tributarias dictadas en violación de

lo que establece dicho artículo. De esta manera, de acuerdo al artículo 81 del Código

Procesal Constitucional: “cuando se declare la inconstitucionalidad de normas tributarias

por violación del Artículo 74 de la Constitución, el Tribunal debe determinar de manera

expresa en la sentencia los efectos de su decisión en el tiempo. Asimismo, resuelve lo

pertinente respecto de las situaciones jurídicas producidas mientras estuvo en vigencia”.

Es así que en materia tributaria, de declararse la inconstitucionalidad de una norma, la

retroactividad surge como una posibilidad.

De acuerdo a lo expresado, podemos concluir que el control concentrado está reconocido

y regulado por la misma Constitución Política del Perú. Adicionalmente, en el año 2004

se dictó una ley que significó una codificación a las normas destinadas a iniciar procesos

ante el Tribunal Constitucional. La Ley 28237 o Código Procesal Constitucional contiene

todo lo referente al aspecto procesal (competencia, legitimidad, prescripción, etc.) de la

justicia constitucional concentrada en materia de garantías constitucionales, tanto las

referidas a la defensa de los derechos fundamentales como a la defensa del principio de

supremacía constitucional.

IV.Control difuso

El texto constitucional peruano reconoce en su artículo 138 la segunda forma de control

constitucional, donde se señala que: “En todo proceso, de existir incompatibilidad entre

una norma constitucional y una norma legal, los jueces prefieren la primera. Igualmente,

prefieren la norma legal sobre toda otra norma de rango inferior”.


A diferencia del anterior sistema, este nos ofrece más acceso a la justicia constitucional

debido a que un ciudadano no estaría limitado por el artículo 203 de la Constitución. En

este sentido, si un particular inicia un proceso judicial y considera que una norma

contraviene lo dispuesto en la constitución, podrá solicitar que se inaplique la norma. De

igual forma, el juez puede optar por inaplicarla sin la solicitud de alguna de las partes, lo

cual quiere decir que el control difuso en sede judicial es a pedido de parte o de oficio.

El control difuso en sede judicial tiene su propio procedimiento debido a que las

sentencias expedidas por los jueces pueden ser elevadas en consulta para su respectiva

observación ante la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema para que se

pronuncie sobre el tema. Todo esto se encuentra contenido en la Ley Orgánica del Poder

Judicial.

Adicionalmente al control difuso en sede judicial, podría hablarse de control difuso en

sede administrativa de acuerdo a lo que dispuso el Tribunal Constitucional en la sentencia

recaída en el expediente No 3741-2004-AA/TC, que constituye un precedente de

observancia obligatoria. En esta sentencia, el Tribunal constitucional establece que si bien

es cierto que la Administración Pública está sometida al principio de legalidad, ésta tiene

la facultad y el deber de preferir la Constitución e inaplicar una disposición

infraconstitucional que la vulnera manifiestamente. En este sentido, el ejercicio del

control administrativo difuso se realiza a pedido de parte y de oficio cuando se trate de la

aplicación de una disposición que vaya en contra de la interpretación que de ella haya

realizado el propio Tribunal Constitucional.

El argumento ofrecido por el Tribunal Constitucional para sustentar la aplicación del

control difuso en sede administrativa (Tribunales administrativos u órganos colegiados

que dirimen controversias) se basa en la redacción del artículo 138 del texto

constitucional. Dado que no existe una prohibición explícita ni otra norma que disponga
lo contrario, es razonable reconocer esta facultad a la Administración Pública cuando

ejerce función jurisdiccional dentro de su propio ámbito. Dicha interpretación contribuye

también a que el Tribunal Constitucional pueda también hacer uso del control difuso

cuando resuelve en última instancia procesos constitucionales (Hábeas Corpus, amparo,

entre otros).

Podemos concluir que el control difuso en el Perú, al igual que el control concentrado,

está reconocido en la Constitución Política. Dado que su reconocimiento no establece

prohibición alguna, el Tribunal Constitucional, como máximo intérprete de la

Constitución, estableció en el año 2006 que la Administración Pública tiene el deber de

observar y cumplir lo dispuesto en la Carta Magna. De esta forma, se reconoce también

la aplicación del control difuso en sede administrativa.

V. Control legislativo

Este tipo de control de la constitucionalidad es distinto a los comentados anteriormente.

Ciertamente, este tipo constituye más un procedimiento o formalismo vinculado a la

dación de normas legales que a un tipo diseñado específicamente para analizar la

constitucionalidad de una norma.

Este procedimiento de control está recogido en los artículos 90 y 91 del Reglamento del

Congreso de la República donde se contemplan procedimientos de control sobre la

legislación delegada (cuando se trata de decretos legislativos) y sobre decretos de

urgencia respectivamente.

Como bien sabemos, los decretos legislativos son una forma distinta de dictarse normas

con rango de ley. Lo característico de esta forma es que el propio Congreso de la

República dicta una ley autoritativa en donde establece un marco de delegación de

facultades para el Poder Ejecutivo. Es con dichas facultades determinadas por ley, que el
Ejecutivo puede dictar normas con fuerza de ley sobre materias que competen

exclusivamente al Congreso de la República. De igual forma, la constitución reconoce en

su artículo 118 inciso 19 que es facultad del Presidente de la República el dictar medidas

extraordinarias, mediante Decretos de Urgencia (los cuales tienen fuerza de ley), en

materia económica y financiera cuando así lo requiera el interés nacional.

Ambas formas de dictar normas están subordinadas a que se dé cuenta al Congreso de la

República para su evaluación. Una vez realizado el informe por parte del Ejecutivo, éste

es evaluado por la Comisión de Constitución y Reglamento, la cual emitirá un dictamen

o un informe al pleno sobre la constitucionalidad de los mencionados decretos, sugiriendo

su derogación o modificación por el Congreso de la República.

Ciertamente, y a manera de comentario adicional, este tipo de control procedimental no

es del todo efectivo debido -en gran parte- al sistema de gobierno peruano y al parlamento

mismo. Como bien sabemos, son tres los sistemas de gobierno reconocidos en el Derecho

Comparado: el régimen presidencial, el parlamentario y el semipresencial. Cada uno de

ellos tiene sus especiales características, encuentra su origen y funciona en determinadas

realidades. En el Perú, si bien rige un régimen presidencialista, este está marcado de

figuras propias de el régimen parlamentarista, llegando a la conclusión que nuestro

régimen es uno presidencial con rasgos de parlamentarismo. A esto debemos añadir que

nuestra la historia peruana enseña que el caudillismo y el militarismo han marcado

profundamente la cultura política peruana. En este sentido, si bien existen instituciones

como los ministros, el voto de confianza, voto de censura, refrendo ministerial, etc., no

es un control determinante al poder presidencial. Un ejemplo sencillo de esto es el

refrendo presidencial ya que la oposición de un ministro no significa que el presidente

vea impedido su actuar pues puede destituir al ministro de turno y sustituirlo por uno que

comparta su visión política.


En resumen, el presidente de la República –en el Perú- tiene mucho poder, sumado a esto,

está el hecho de ser líder político de su partido. Otro ejemplo sencillo que contribuye a

esto es la propia Constitución Política vigente, debido a que en su capítulo IV donde

regula lo respectivo al Poder Ejecutivo, desarrollado en su articulado lo referido “sólo” al

Presidente de la República.

Otro hecho importante es que en tiempos de elecciones, los partidos políticos buscan

ganar escaños a efectos de ser mayoría en el Congreso. Supongamos que el partido

político del Presidente elegido gana una gran cantidad de escaños, esto significará que el

Presidente tendrá un respaldo en el Congreso ya que sus colegas del partido apoyarán su

visión política mediante la delegación de facultades. Cabe la posibilidad que el panorama

sea contradictorio y que el partido no gane muchos escaños, de igual forma se buscará

tener alianzas parlamentarias con el objetivo de apoyar al Presidente.

Estadísticamente, se sabe que el Poder Ejecutivo es el que más legisla en el Perú,

curiosamente esto se da mediante Decretos Legislativos y Decretos de Urgencia. El

monopolio legislativo del Congreso ha dejado de ser tal, pasando a desempeñar una

función de control en lugar de una legislativa. Empero, teniendo en cuenta todo lo

mencionado, no es posible hablar de un control en todo el sentido de la palabra debido al

enorme poder político que posee el Presidente de la República. Hablar de control

parlamentario o legislativo es utópico puesto que si se cuenta con el apoyo de muchos

congresistas, el mencionado control no prosperará. Sin embargo, jurídicamente hablando,

esto constituye una herramienta de control de la constitucionalidad más recogida en

nuestro ordenamiento, es una salida más plasmada en nuestras normas. Determinar su

efectividad, depende en el fondo, de la situación política que viva el país.


VI.Conclusión

Podemos señalar que en materia de control constitucional el Perú el ordenamiento jurídico

peruano nos ofrece tres formas bien definidas, cada una con sus ventajas y desventajas

pero que, en definitiva, buscan defender la supremacía de la Constitución frente a posibles

normas que contravengan lo dispuesto por ella sea por la forma o por el fondo.

El ordenamiento peruano combina extraordinariamente los dos sistemas más importantes

del mundo occidental contemporáneo. Sumado a esto, se encuentra otra herramienta

jurídica que en el fondo es más un procedimiento regular y obligatorio que un sistema

bien definido. De igual forma cumple una función similar a los sistemas comprendidos

en la Constitución.

En conclusión, podemos afirmar que el sistema de justicia constitucional o de control de

la constitucionalidad es uno de los más perfectos posibles. No obstante, esta afirmación

se circunscribe a nuestra realidad debido a que funciona y es efectivo en nuestra realidad

jurídica.
Referencias Bibliográficas:

 http://erp.uladech.edu.pe/bibliotecavirtual/?ejemplar=00000041198
 https://www.google.com/search?q=El+control+constitucional+como+meca
nismo+de+defensa+de+la+supremac%C3%ADa+constitucional%E2%80
%9D&rlz=1C1PRFE_enPE755PE755&oq=el+con&aqs=chrome.0.69i59j6
9i57j69i60l3j46.3786j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8
 https://gradoceroprensa.wordpress.com/2017/05/30/control-de-la-
constitucionalidad/
 http://eduarrubiobarboza.blogspot.com/2011/02/supremacia-constitucional-
control.html

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