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Resumen
Palabras clave: sociedad civil de hecho, concubinato, parejas del mismo sexo,
derechos patrimoniales.
Abstract
The aim of the paper is to analyze the rights of Civil Society Made Concubinary formed
by same-sex couples in Colombia. To do this, we designed a study of legal type
supported in exploration and systematization of the legal system and jurisprudence
issued by the Constitutional Court, the Supreme Court and the State Council. At first
figure of concubinage and civil societies in fact between cohabitants he is studied;
then jurisprudence related to civil societies in fact between domestic partners before
and after Law 54 of 1990 is explored; and finally, the law that regulates civil societies2
in fact between same-sex couples
based on the landmark ruling C-075 of 2007 the Constitutional Court discussed. The
results show an increasing recognition of rights to same-sex domestic partners from
the work done by the high courts in Colombia.
Introducción
La unión de hecho civil concubinaria entre parejas del mismo sexo se encuentra
totalmente excluida del principio de seguridad en la familia, y aún más grave, no se
encuentra reconocida como una familia, y por ende, tampoco dentro de los fines del
Estado, contrario sensu como lo está la unión marital de hecho. En efecto, la unión
marital de hecho se encuentra amparada constitucionalmente y reglamentada por la
Ley 54 de 1990 (Colombia, Congreso de la República, 1990, 28 de diciembre),
definiéndose de forma clara la naturaleza de la unión, el régimen patrimonial de los
compañeros y los lineamientos jurídicos de este figura.
Resulta necesario, en este orden de ideas, reconocer los derechos que tienen las
sociedades de hecho civil concubinaria constituidas por parejas del mismo sexo con el
fin de identificar los avances y los vacíos creados a nivel normativo y jurisprudencial en
Colombia. El estudio se encuentra justificado por varias razones. El primer motivo es
de naturaleza social. Al igual que ocurriera en su momento con la Unión Marital de
Hecho, la realidad social que hoy se desprende con las parejas del mismo sexo
conduce a que el Derecho sea reflexionado con el objetivo de dar respuesta a las
dinámicas y estructuras sociales que surgen. Los concubinos del mismo sexo se
manifiestan en la actualidad como actores que merecen ser protegidos por el Estado y
dicho sustento se encuentra en la Constitución Política de 1991. Como lo describe
Panero (2010, p. 94)
[…] hoy existe un movimiento social a favor de ese tipo de uniones, por la tendencia
a expandir la libertad del individuo hasta límites a menudo incompatibles, no ya con
la regulación jurídica del derecho de familia, sino de cualquier ámbito dentro del
derecho privado general.
Problema de investigación
Objetivo
Metodología
Plan de redacción
A comienzos del siglo XVI, en el Reino de Castilla, se expidieron las Leyes del
Toro. La Ley XI de estas consideraba a los hijos naturales a aquellos que provenían de
padres que al momento de la concepción y del nacimiento no eran casados:
[…] se digan ser los hijos naturales, cuando al tiempo que nascieran, o fueren
concebidos, sus padres podían casar con sus madres justamente sin
dispensación: con tanto, que el padre que le reconozca por su hijo, puesto que no
haya tenido la mujer de quien lo ovo en su casa, ni sea una sola […]. (Álvarez,
1796, p. 115)
La gran diferencia de esta Ley con la del Derecho de Partidas respecto a los hijos
naturales es que la misma extendió el beneficio de la naturalidad no sólo a los hijos de
la barragana sino a los otros hijos ilegítimos siempre que provinieran de padres que no
pudieran casarse (Ruíz, 1953, p. 37). En las Leyes del Toro no hubo ninguna
solemnidad estaba admitido el reconocimiento tácito y reconocimiento presunto en
cuanto al concubinato (García, 1954, p. 156).
Por su parte, Celis (2004) define el concubinato como una unión o un vínculo
creado entre un hombre y una mujer que no cuentan con lazo matrimonial. También
expone otros dos conceptos partiendo de la doctrina y la jurisprudencia. En la primero
indica que esta institución hace referencia a la unión de un hombre y una mujer que
mantienen relaciones sexuales y una vida en común, y en la segunda expresa que se
trata de una situación que tiene su origen en la vida en común constituida por dos
personas que no están vinculadas por el matrimonio. Se rescata de los aportes de este
autor que el concubinato genera una vida en común para las dos personas, lo cual
supera a todas luces las esporádicas relaciones sexuales, generando obligaciones
aunque estas no sean propias a las del matrimonio.
a) Sociedades de hecho entre concubinarios cuando hay unos aportes entre ambos
con fines de explotación y lucro, y con el propósito de repartir entre si las
utilidades.
b) Cuando entre los concubinarios de la explotación laboral satisfacen las
obligaciones familiares comunes como la crianza, la educación, y el
establecimiento de los hijos, para tal fin va implícito el propósito de repartirse los
remanentes si los hubiere.
El abordaje del tema de las sociedades en el contexto jurídico, implica una revisión de
lo que es una sociedad, una sociedad comercial, una sociedad civil, una sociedad de
derecho y una sociedad de hecho (Narváez, 1996, p. 25). Se entenderá por sociedad
como la asociación de dos o más personas que han decidido unirse en una relación
durable y organizada con fines hacia objetivos compartidos, configurando una relación
contractual.
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Desde el punto de vista mercantil, contexto en el que más se ha desarrollado la
materia, las sociedades se definen como la “reunión organizada de capital y trabajo
para facilitar el desenvolvimiento económico de las personas físicas, [convirtiéndose]
en el ropaje, la vestimenta jurídica de organizaciones destinadas a la producción de
bienes y servicios” (Gilberto, 1995, p. 24). Ahora bien, las sociedades comerciales y las
sociedades civiles se diferencian en la finalidad que persiguen. Las primeras tienen
como objetivo negocios mercantiles (producción y comercialización de bienes y
servicios), mientras que las sociedades civiles atañen a instituciones reguladas por la
Ley Civil. En cuanto a las sociedades de derecho, se entenderán estas como aquellas
que han sido creadas con el cumplimiento de todos los requisitos legales, mientras que
la sociedad de hecho no logra cumplir con cada una de las exigencias jurídicas.
Sin embargo, las normas antes mencionadas fueron derogadas por el artículo 242
de la Ley 222 de 1995 (Colombia, Congreso de la República, 1995, 20 de diciembre).
De este modo, se dispuso la aplicación de las normas comerciales a las sociedades
civiles de hecho, por lo que su existencia tiende a un manejo más de línea
jurisprudencial que legal. En el contexto del Código de Comercio Colombiano
(Colombia, Gobierno Nacional, 1971, 27 de marzo), el título IX aborda las sociedades
mercantiles de hecho. En su artículo 498 describe que una sociedad mercantil será de
hecho “cuando no se constituya por escritura pública”, pero que puede ser demostrada
su existencia por cualquiera de los medios probatorios establecidos en la Ley, como lo
señala el Código de Procedimiento Civil (Colombia, Gobierno Nacional, 1970, 6 de
agosto) en su artículo 175: “sirven como pruebas, la declaración de parte, el juramento,
el testimonio de terceros, el dictamen pericial, la inspección judicial, los documentos,
los indicios y cualesquiera otros medios que sean útiles para la formación del
convencimiento del juez”.
Siendo así las cosas, es posible afirmar que existe una desprotección de los
concubinos, quienes también han decidido mantener “condiciones de convivencia como
expresión de un proyecto de vida en común con solidaridad y apoyo mutuo” (Corte
Constitucional, 2007, 7 de febrero). Antes de la Ley 54 de 1990 se reconocía la
sociedad de hecho, y esta era reglamentada por la norma civil y por diversas
jurisprudencias de la Corte Suprema de Justicia.
[…] no puede alegarse que la sociedad es un contrato que no se forma sino por
manifestaciones recíprocas y concordantes de la voluntad de las partes y .que
este elemento fundamental no existe en esas denominadas sociedades creadas
de hecho: en éstas tal acuerdo no falta; lo que acontece es que se acredita por
medio de una presunción. (Corte Suprema de Justicia, 1935, 30 de noviembre)
Con a la Ley 54 de 1990 se buscó eliminar todo tipo de discriminación frente a las
familias conformadas por vínculos naturales. Y de la misma forma, en el marco de la
promulgación de la Carta Política de 1991, la Ley 100 de 1993 a través de los artículo
47 y 74 reguló el tema de la sustitución pensional, a fin de poner en “pie de igualdad al
cónyuge y a la compañera o compañero supérstite como posibles beneficiarios de la
pensión de sobrevivientes”, pero en este camino se han presentado inconvenientes por
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los diferentes regímenes que regulaban la materia, razón por la que la Corte
Constitucional ha debido analizar en diversas situaciones la inconstitucionalidad e
inadmisibilidad de estas normas a la luz del ordenamiento constitucional.
Es posible para una persona que tenga una sociedad conyugal que se encuentra
en liquidación, constituir otras sociedades con posterioridad. Así, lo importante es que
dos sociedades con bienes a título universal no coexistan. Para que se produzca
efectos civiles en aquellas comunidades que no se encuentran en legítimo matrimonio,
no basta con comprobar que hay un concubinato, pues es necesario demostrarse que
hubo una verdadera sociedad de hecho con los elementos o requisitos ya planteados
por la jurisprudencia.
El tema de las sociedades civiles de hecho concubinarias entre parejas del mismo sexo
han tenido un desarrollo jurisprudencial importante en el caso de las parejas del mismo
sexo. En el caso de las parejas concubinarias del mismo sexo, el desarrollo
jurisprudencial ha sido reciente y más escaso, aunque se evidencia que el
reconocimiento de derechos de estas parejas, al igual que las parejas del mismo sexo,
se ha venido realizando a través de vía jurisprudencial.
Por otro lado, la Corte Suprema de Justicia (2015, 14 de diciembre) explica que
las uniones maritales de hecho integrada por personas heterosexuales se encuentran
sustentadas en la institución de la familia como núcleo fundamental de la sociedad
conforme al artículo 42 de la Constitución Política de 1991 (Agudelo y Cárdenas 2015),
así como su protección integral, pero en el caso de las relaciones parejas del mismo
sexo el tratamiento resulta diferencial pues su trascendencia empieza a ser notoria con
posterioridad al año de 1991 y con ocasión de la jurisprudencia de la Corte
Constitucional que encuentra la necesidad de
[…] reconocer garantías individuales ya que todas las personas tienen derecho al
libre desarrollo de su personalidad sin más limitaciones que las que imponen los
derechos de los demás y el orden jurídico, lo que incluye la opción sexual (art. 16
ibídem), y, de otro, por la carencia de una regulación normativa, lo que para esa
época no era considerado discriminatorio en la medida en que el principio de
protección a la familia alude únicamente a las uniones conformadas por quienes
tienen distinto género.
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Lo que se observa es que las relaciones entre parejas del mismo sexo
han venido teniendo una regulación diferencial a las familias que han tenido su
origen en la denominada unión marital de hecho. Y ello se debe a la
imposibilidad de darle tratamiento equivalente a las parejas del mismo sexo
conforme a la figura de la familia nacidas bajo el concepto instaurado por la
Ley 54 de 1990. Para la Corte Suprema de Justicia (2015, 14 de diciembre) el
tema de las parejas del mismo sexo en cuanto a su situación patrimonial cobra
una relevancia significativa en la actualidad dadas las condiciones de
convivencia como expresión de un proyecto de vida en común fundamentados
en la solidaridad y el apoyo mutuo. También señala que no debe pasarse por
alto que hay una insuficiente regulación del tema a pesar de que las parejas
del mismo sexo tienen proyecciones y efectos en el ámbito patrimonial al igual
que las parejas heterosexuales, requiriendo de medidas de protección pues:
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
Libros y artículos
Agudelo Ospina, A. F., Cárdenas Zapata, Y. C., & Cuervo Tafur, H. (2015).
Acercamiento al hermafroditismo, intersexualismo y desorden del
desarrollo sexual desde una perspectiva conceptual y normativa. Revista
Academia & Derecho, 6(11), 95-122
Real Academia de la Historia (1807). Las siete Partidas del rey Don Alfonso
El Sabio. Madrid: Real Academia de la Historia.
Jurisprudencia