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UNIVERSIDAD DEL ATLANTICO

DEPARTAMENTO DE QUIMICA Y FARMACIA


COORDINACION DE FARMACIA

Ética de las esculas filosóficas

José David Pérez Navarro,

Profesor. Frank Brady Morales Romero 18/09/2019 Ética de las escuelas filosóficas .Universidad Del Atlántico,
Barranquilla.

TABLA DE CONTENIDO.

 Ética eudemonista
 Epicureísmo
 Escepticismo
 Neoplatonismo
 Cinismo

Introducción.

La humanidad desde sus inicio se vio forzada a contemplar el comportamiento de los seres humanos
consigo mismo y con los demás y son los filósofos de la antigüedad griega los que generaron
diferentes conceptos éticos y morales para explicar las diferentes concepciones que permitirían
explicar cada uno de los hechos de la practica social de los individuos orientada por la sabiduría
explicaba actuar positivamente o negativamente ,lo bueno y lo malo y la posibilidad de formar
parte de los gobernantes.

1. La virtud como el centro de la posibilidad del actuar de los individuos, donde los rasgos internos de
cada persona es el centro fundamental para calificar el comportamiento humano y que permite la
interiorización de sus decisiones y la evaluación de sus comportamientos individuales y
colectivos dentro de la sociedad ; es así como la ética de virtudes es identificada en los
humanos como la capacidad moral que tiene para identificar y juzgar de forma ética una acción por
lo que en su interior y las virtudes que a él conforman como individuo.
2. “El placer es el bien primero. Es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión. Es la ausencia
del dolor en el cuerpo y la inquietud en el alma.” EPICURO DE SAMOS
Epicuro en una de sus frases célebres deja reflejado una posición sentada frente a la sociedad lo que
para el componía la satisfacción y tranquilidad total del ser humano. Su hipótesis menciona a la
ética se como la posibilidad de todo hombre de sentirse satisfecho y en paz con su cuerpo, mente y su
espíritu a través de sus actos y basándose en el placer como el eje fundamental de todo.
La ética del placer se caracteriza por buscar y reconocer el placer y todo lo que produce placer
como un generador de felicidad, bondad y tranquilidad; es por esto que lo “bueno” está en el placer y la
búsqueda de esté de una forma moderada y racional. La ética del placer considera malo es todo
aquello que le produce dolor al ser humano. Son las cosas que nos hacen o nos afectan en el sentido
espiritual y corporal, Epicuro señaló que el placer no tiene que ser necesariamente un placer sexual,
sino también algo que nos produzca placer el hacerlo, como: respira tranquilamente en el
campo o tomar helado, pero sobre todo los placeres espirituales como la música de calidad o un
buen libro también clásico. la lucha por conseguir el dominio de uno mismo y la libertad moral es una
característica que expresaba cada seguidor de la ética estoica ; se ocupaban de entender
las pasiones y los estados de ánimo como la tristeza, la depresión, el deseo y el miedo como un
centro fundamental para los seres humanos.
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Todo hombre es un ser social por naturaleza Para el estoicismo y la razón es la naturaleza esencial que es
común a todos los hombres. El ideal ético estoico se consigue cuando logramos amar a toda la humanidad
como a nosotros mismos somos capaces de juzgar acciones y compartimientos nuestros y de la sociedad.
Para el estoicismo como se enfoca en fundamento casi divino nada es casual y cada ente es necesariamente
producido de la única manera que debía ser, y se dirige necesariamente hacia el cumplimiento de lo que le
ha sido asignado.

La verdadera libertad del hombre sabio es conformar su propio deseo al Hecho divino, o sea desear lo que el
Hecho quiere, lo que le es dado.

Ética eudemonista.

¨sin amigos no se puede alcanzar la eudaimonia que en griego significa felicidad ¨

Fue Aristóteles, filósofo griego del siglo IV antes de Cristo -discípulo de Platón y luego fundador de El Liceo-
uno de los más grandes pensadores de todos los tiempos, quien le dio a la ética su expresión más clásica y
definitiva. La ética de Aristóteles es el Eudemonismo, viene del término griego Eudaimonia que significa felicidad.
Aristóteles parte del hecho de que el ser humano en todas nuestras acciones aspiramos a un fin último y
supremo, afirma que este fin último que constituye la máxima aspiración del hombre, es la felicidad. Todas las
demás cosas que deseamos (la salud, la amistad, el placer, una casa bonita, la aceptación de los demás etc.),
las deseamos justamente para ser felices, son medios para conseguir un fin último y supremo .

EN QUÉ CONSISTE LA FELICIDA. Sobre la naturaleza de la felicidad, sin embargo, no existe opinión unánime,
pues unos la ponen en los placeres, otros en los honores, riquezas, fama, éxito, etc.

¿Cuál es, pues, la naturaleza de la felicidad? ¿En qué consiste? Siendo la felicidad la perfecta realización
de las potencias, cada ser es feliz realizando la actividad que le es propia y peculiar. En efecto, cada ser tiende a
realizar determinada actividad y el ejercicio de ella trae consigo la satisfacción de la tendencia y, con ello, la
plenitud (naturalismo). Pero la actividad más propia del hombre, aquella que más corresponde a su naturaleza
específica porque le distingue de los demás seres, es, sin duda, la actividad intelectual. En consecuencia, la
forma más perfecta de felicidad para el hombre es la actividad contemplativa, el puro conocimiento. Puesto que
la felicidad (o placer) es aquello que acompaña a la realización del fin propio de cada ser vivo, la felicidad que le
corresponde al hombre es la que le sobreviene cuando realiza la actividad que le es más propia y cuando la
realiza de un modo perfecto; es más propio del hombre el alma que el cuerpo por lo que la felicidad humana
tendrá que ver más con la actividad del alma que con la del cuerpo; y de las actividades del alma con aquella
que corresponde a la parte más típicamente humana, el alma intelectiva o racional. Como en el alma intelectiva
encontramos el entendimiento o intelecto y la voluntad, y llamamos virtud a la perfección de una disposición
natural, la felicidad más humana es la que corresponde a la vida teorética o de conocimiento (por ello el hombre
más feliz es el filósofo, y lo es cuando su razón se dirige al conocimiento de la realidad más perfecta, Dios), y a
la vida virtuosa. Finalmente, y desde un punto de vista más realista, Aristóteles también acepta que para ser feliz
es necesaria una cantidad moderada de bienes exteriores y afectos humanos, En resumen, Aristóteles hace
consistir la felicidad en la adquisición de la excelencia (virtud) del carácter y de las facultades intelectivas.
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Epicureísmo.

En el período helenístico surgen con gran fuerza tres escuelas de filosofía: la epicúrea, la estoica y la escéptica.
Entre ellas hay más coincidencias de lo que en general se cree, aunque, ciertamente, el hilo conductor que las
une radica en el afán por asegurar al hombre la serenidad y tranquilidad de ánimo, difíciles de conseguir en un
mundo tan sumamente complejo y turbulento como el que sigue a la conquista del Oriente por parte de
Alejandro. Sería un error sostener que la filosofía helenística en conjunto ocupa una situación secundaria
respecto de los grandes sistemas de Platón y Aristóteles, aunque es cierto que el pensamiento espiritualista
sufre un duro golpe con los epicúreos y los escépticos.

La doctrina más conocida, pero asimismo más discutida por los modernos tratadistas del epicureísmo es que el
placer constituye el bien supremo y la meta más importante de la vida. Se prefieren los placeres intelectuales a
los sensuales, que tienden a perturbar la paz del espíritu. La verdadera felicidad, según enseñó Epicuro, consiste
en la serenidad que resulta del dominio del miedo, es decir, de los dioses, de la muerte y de la vida futura. El fin
último de toda la especulación epicúrea sobre la naturaleza es eliminar esos temores.

Lo que importa en la ética de Epicuro es el placer vivido no sólo de modo individual; esto es, se ha de buscar el
placer de los demás y, sobre todo, la amistad. El epicureísmo arranca desde sus orígenes como una moral con
vocación universalista, católica, portadora de un nuevo evangelio que algunos estudiosos, como De Witt en su
obra Epicuro y San Pablo, creen que influyó de modo decisivo en las primeras comunidades cristianas (los
ágapes, el proselitismo de los escritos de San Pablo, muy cercano al epicúreo, la parresia, confesión, etc.).
Diógenes de Oenoanda se dirige a todos, incluso a los que no han nacido «porque también ellos son nuestros».
La filosofía de Epicuro trata de ayudar también a los extranjeros aunque nadie es realmente extranjero porque
«existe una sola patria: la tierra entera, y un solo hogar: este mundo» La llamada a la felicidad se dirige a todos,
griegos y bárbaros, igualmente invitados a una vida mejor Diógenes habla de la «filantropía universal» del
epicureísmo. En realidad la unidad del género humano ya había contado con partidarios entre los sofistas un
siglo antes. Hipías fue, según Cicerón el que acuño la fórmula «ciudadano del mundo». También Antifonte había
proclamado que «por naturaleza nosotros somos en todo semejantes, griegos y bárbaros». Demócrito había
sostenido que «el alma buena tiene como patria el mundo entero.

ESECPTISISMO

¨ Los escépticos basaban su filosofía en la práctica de la epojé suspensión del juicio estar atento a las cosas
pero no opinar nada parece un poco contradictorio pero lo discutiremos con el profesor Frank Brady llaqué la
filosofía es implicarse en la realidad¨ José Pérez

El campo de la ética, entendida esta como la disciplina filosófica que reflexiona sobre la práctica, tiene según
Cullen dos límites. Más allá de los cuales no se puede establecer una reflexión crítica, en tanto pensamiento que
permite reflexionar sobre las acciones. Un límite está marcado por el dogmatismo o el fundamentalismo y el otro
por el escepticismo. Estos bordes en cuanto a la reflexión ética, como crítica de las morales, no siempre son muy
claros y nítidos, por eso hay muchas posturas filosóficas que podríamos llamar filosofías de frontera. Intentaré
centrarme en estos planteos, que si bien se ubican dentro del campo de la reflexión ética, se encuentran cerca
del borde, más allá del cual la reflexión crítica se torna difícil sino imposible. El escepticismo como concepto tiene
distintas acepciones y a lo largo de la historia cobro muchas formas. Dice Hegel: “Este escepticismo se
manifiesta hoy en la vida, haciéndose valer como esta negatividad general. El escepticismo antiguo, no duda,
sino que está cierto de la inexistencia de la verdad, siendo indiferente tanto ante lo uno como ante lo otro; no
vaga extraviado de aquí para allá con pensamientos que dejan abierta la posibilidad de que sean falsos, sino que
prueban con toda certeza la falta de verdad en todo.” Existen momentos escépticos dentro de muchos planteos
filosóficos, pero solamente como momentos de negación que permiten seguir avanzando, en cambio, existe otro
escepticismo paralizante que no permite la reflexión crítica, porque esta no importa. El escepticismo luego de su
desarrollo inicial con Pirrón, cambió su forma de pensarse y de manifestarse, acompañando los distintos
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problemas de la filosofía. La posición o el momento escéptico entendido como momento de duda, y no en


sentido fuerte, es parte necesaria de cualquier postura no dogmática. En este sentido es que tomaré el concepto
y el área de análisis. Luego de la filosofía alejandrina y según Hegel, existen dos corrientes, el dogmatismo, que
es tomado por dos filosofías, la estoica y la epicúrea; y la otra corriente, el escepticismo, que aparece
representada en la Nueva Academia. Las posturas escépticas antiguas: Para los antiguos, el hombre era un ser
que formaba parte de la naturaleza, por lo tanto era importante para el ámbito ético conocer la naturaleza misma
de este hombre y esto permitiría conocer cuál debe ser su modo de actuar. Pero según Lledó, “No basta sólo
mirar lo que los hombres hacen; para construir una supuesta teoría ética, hay que analizar también el lenguaje
en el que se expresa ese hacer, y contrastarlo con lo que hicieron, de ese lenguaje, los que pensaron. Antes”. La
relación entre epistemología, ética y política era estrecha, y estaba intrínsecamente ligado a este presupuesto
del hombre como ser natural y al entendimiento del vínculo social como una forma de vinculación natural. En
aquella época los sofistas sacudían fuertemente las concepciones filosóficas con sus cuestionamientos
ontológicos. Y el escepticismo sofístico tenía fuertes implicancias morales y éticas, más allá de los aspectos
físicos, ya que el cuestionamiento era fundamentalmente a la posibilidad de conocer, ya que según ellos sólo
tenemos apariencias, que percibimos a través de los sentidos.

Ética Neoplatónica.

La ética Neoplatónica. afirmaba “El fin supremo del hombre y su felicidad CONSISTE en que su alma se vuela
a unir con lo divino, el lugar de donde este ha salido.” ; los seguidores de esta corriente neoplatónica entendían
la capacidad de juzgar y racionar ante la ética como el resultado de un proceso de impregnación con
Dios y la luz de la naturaleza , una transmisión de fuerzas hacia cada uno de nosotros
dándole así la capacidad al hombre de concepción o emanación ideas pertenecientes al alma de cada
ser humano . Plotino , lleva la ética a un lado místico la oportunidad de los hombres de enriquecer con
sabiduría su alma , haciendo que este camino espiritual encuentre la contemplación de la verdad de una forma
suprema e intelectual.

Cinismo.

El cinismo no es fácil de historias. Empezando por el hecho de que sus figuras más celebres, Diógenes de
Sinope y Crates de Tebas, no dejaron escritos. En cuanto a sus biografías, están cubiertas por una espesa nube
de misterio; sus vidas nos son conocidas casi exclusivamente a través de anécdotas, la mayoría de ellas de
procedencias inciertas, por no decir cuestionables. Ante este panorama: ¿qué se puede decir de los cínicos?

Cuando se piensa en la filosofía cínica, viene inmediatamente a la mente el nombre de Diógenes de Sinope,
quien llevó sus principios hasta su forma más extrema. Fue el autor de famosas “travesuras” como recorrer con
una linterna en plena luz del día las calles de Atenas en “búsqueda de un hombre”,
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