La ciudad de Santiago se ubica en una zona ecol�gica
de tipo escler�filo conocida como matorral chileno, l
a cual ha sido fuertemente modificada debido a la uti lizaci�n de los suelos con fines agr�colas o de expans i�n urbana. Esto ha producido una r�pida degradaci�n de un proceso de desertificaci�n, agravado por la utilizaci �n de las aguas subterr�neas para el consumo humano, los incendios forestales y el secado de pantanos, entre otro s.54? A pesar de ello, a�n quedan algunos reductos de gran importancia para la biodiversidad, como la quebrada de la Plata o la quebrada de Ram�n,55? a lo que se suman las �rea s silvestres protegidas ubicadas en los sectores interiores de los Andes.
Dentro de la ciudad, en tanto, el n�mero de �reas verdes al
canzaba hacia 1992 una superficie de 2686 ha p�blicas y 262 5 privadas, equivalentes al 2,5 % del �rea urbana consolidad a. Considerando dichas cifras, el promedio por cada santiagui no era de 5,7 m� de �rea verde, por debajo de los 9 m� recome ndados por la OMS. Sin embargo, dicha cifra es mucho m�s baja en la actualidad: mientras la ciudad crece cerca de 1000 hec t�reas al a�o, s�lo 8 hect�reas de �reas verdes se crean. A e sto hay que sumar el hecho de que del n�mero de hect�reas espacios verdes, la mitad corresponde a cerros islas que pose en poca vegetaci�n o carecen de ella. As�, descontando zonas las cifras se acercar�an a 1,5 m� de �reas verdes por ha bitante. Las cifras, adem�s, presentan gran variaci�n dependie ndo de la zona de la ciudad: mientras en el sector oriente se llega a los 20 m� por habitante, en el sector sur apenas logran superar 1 m�.54?
Un grave problema medioambiental que sufre Santiago corresponde
a la contaminaci�n atmosf�rica existente. El enclaustramiento de la ciudad produce la acumulaci�n de una capa de esmog sobr e la ciudad desde las �ltimas d�cadas, lo que se ve agravado du rante los meses invernales debido a diversos fen�menos clim�tic os como la inversi�n t�rmica y la vaguada costera y la reducci�n de las masas de aire circulante en la cuenca. Esto, s umado al fr�o propio de la temporada, produce un aumento consid erable de las afecciones respiratorias, principalmente de infant es y adultos mayores, que llegan incluso a colapsar el sistema d e atenci�n de salud de Santiago.