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Cocrnacin Edin Nar Tost Ccomeccin: Maia Abjnda Seats ise: Sarena Meter (© Yanle Aver Natacha Bacola, ‘xa Bora Ruben Core, ‘Now Goa lace, Arana Kinga, Davo aco: Enique Mase, Azucona Nichol, Mana Pip, Gabe Rata, Gusto tint, (César Tesh, Esher Toca y nan bos Xe oom ‘Sacra ce Exersin, ‘nversicad Nacional det ie Sania Fe, Augen, 2008, ‘Quoda hecho el depo quo marca 11.728. eran dos bs ras. 9 co jlo 2509, 000, Sana Fe, Aen, te cz 4571104 (et, 108) orn ea ar ‘mum odu aed npraso on Agi Printed in gentra La invencién del peronismo en el interior del pais Dario Macor y César Teach (editores) El enigma peronista arto Macory Char Tech La politica argentina presume de inclasificable. Esta pre- suncién fue alimentada por sus propios protagonistas, y en especial, por el peronismo, Este habria sido un movimiento inico, original, extraordinario, rcacio a las clasificaciones y ‘marcos te6ricos de las ciencias sociales. Su sedicente singula- ridad distintiva hunde sus tafces en la narracién mitificada de ‘sus orfgenes, vinculados a la detencién de Perdn en octubte de 1943 y cuya descripcién esquemitica seria la siguiente: Pe- in fue liberado por su pueblo movilizado, yen especial, por los descamisads convocados por Evita: ast comenté wna nueva era marcada por la folicidad del pueblo y la grandeza de la nacin. Lejos deserinclasificable, este mito originario del peronismo repite de modo tiguroso todos los elementos de las construc ciones fundacionales del populismo. En tétminos elementa- les, un pueblo al que no se le reconocen clivajes de case y un lider taumatirgico que es portador de una promesa mitica. 1 Seha sefalado al respecto que ieda promesa debe i avelada por una doctin |. Pero esto 8s hojarasca, dorado de por. La docina justia ‘8 loda lo que sale dela boca de Parén, el pensariento de Mao se reinterrota _y maripula por Mao con plena autordad (.)¥ abi reside, procisamente, a tus del milo: como toda ereoncia no nacesta er coherent intelectual mente porque es por defnicin ineutabl. Aerez Junco, José: «Magia y ‘ica enlaetrcapaltica- en Alvarez Junco, José (comp): Paoulsm, cau- dij y ciscurso demagégico, Cairo de Investigaciones Sacialdgions, Ma big, 1987, p. 227. Ciertamente, el universo intelectual argentino disté de acompafiar al mito fundacional. En el rerreno literario, la versién mas radicalmente antiperonista fue expresada por Jonge Luis Borges, quien en octubre de 1955 —un mes des- pués del derrocamicnto de Perén— escribfa para la revista ‘Sur, Durante los afios de oprobio y de boberfa, los mé:o- dos de propaganda comercial y de la literiture pour concier- ges fucron aplicados al gobierno de la Republica. Hubo ast dos historias: una, de indole criminal, hecha de circeles,tor- turas, prostituciones, robos, muertes e incendios; otra, de caricter escénico, hecha de necedades y fabulas para consu- mo de patanes».” En la misma época, Ernesto Sabato ensa- vyaba en una reflexién més indulgente y no exenta de sesgo autocritico: «La mayor parte de los partidos y de la inteli- gentsia, cn vex de intentar una comprensién del problema nacional y de desentrafiar lo queen aquel movimiento con- faso habia de genuino, de inevitable y de justo, nos habfa- ‘mos entregado al escarnio, a la mofa, al bon mot de socie- dad, Subestimaci6n que en absoluto correspondia al hecho real, ya que sien el peronismo habfa mucho motivo de me- nosprecio o de burla, habia también mucho de hist6rico y de justiciero».’ sas reflexiones tan opuestas de los hombres de letras da- ban cuenta de un debate latenre que habria de crecer y pro- fandizarse en los afios siguientes organizado en torno de la pregunta sobre los significados del peronismo: de su emer- gencia y consolidacién en el proceso histérico argentino, a los diez afios de gobierno y del futuro de la Argentina luego del peronismos y més ain, sobre lo que el espejo del pero- nismo devolvia como imagen de la cultura politica argenti- 2. Borges, Jorge Luis: fe una scombinacién da fuze, persuasion y cortpcléns. Di Tella, Torcuso, 09. ct, p. 369, 20 ‘Toe, Juan GLa wea guar sindcal y Perén. op cit, pp. 86-102 los trabajadores, por lo que Perén debié revalidar su lideraz- go a través de una renegociacién constante de su autoridad sobre las masas obreras." Sien Germani o en Di Tella lo que primaba era una rela- ci6n altamente personalizada y carismatica entre Per6n y las smasas, en Murmis-Portanticro y Juan Carlos Torre a parti- cipacién de éstas es mediada de modo decisivo por los cana- les de las organizaciones sindicales. Mientras en las inter- pretaciones ortodoxas, a coincidencia del movimiento obte- roy Perdn se explicaba como el resultado de a divisién de la clase obreraentte vigjos y nuevos trabajadores, mas dispues- tosestostltimos a aceptar una direccién heter6noma por su falta de tradicién politica y su escasaintegraci6n en la socie- dad moderna; las nuevas interpretaciones destacaban més bien la unidad de la clase obrera en la consticucién del pero- nismo y la tacionalidad del acercamiento a Perén. Bl ¢je interpretativo se desplaza asf de la manipulacién a una auto- rnomia relativa ‘Assu ver, Juan Carlos Torre ha puesto el acento-en la nece- sidad de volver sobre el teritorio espectfico de la politica, tun registro no ignotado por cierto en los andlisis ortodoxos y que enla revisién de los ios setenta queds subordinado a ‘ras variables, Si atender el terreno de la lucha social es de viral importancia porque es alli donde se articula el interés de clase, recuperar el campo de la politica permite ampliar el horizonte dando cuenta de la importancia del «rcforza- iento de la cohesién y la solidaridad de las masas obreras (..) Desde este angulo la accién politica deviene, no un medio para aumentar las ventajas materiales de acuerdo con Jos intereses preexistentes, sino un fin en s{ mismo cual es la consolidacién de la identidad politica colectiva de los suje- tos implicados».” 21 td, p. 260. 22 Tere, Juan G: =hlorpctando (una vex més) os genes del percnis- tox en sar Ecandico, N° 112, 188, Buenos Aes, 198, 528. En dlaves metodolégicas distintas a través del uso inten- sivo de series estadisticas y técnicas de ecologfa clectoral— otros investigadores como Peter Smith y Eldon Kenworthy relativizaron el papel decisivo de los migrantes internos en los orfgenes del peronismo. Este tltimo ha sostenido que aun en el supuesto més oprimista para Germani —que todos los migrantes recientes (con una antigiiedad no mayor a 10 afios en la ciudad) hubieran pertenecido a la clase obrera~ sélo-un tetcio de la clase obtera del Gran Buenos Aires ha- bria estado compuesto por migrantes internos recientes en- tre 1945-47. En igual diteccién, se ha sostenido que la ma- yor parte de los migrantes internos provenientes de reas rurales no se inserté en actividades industriales manufactu- reras sino en los puestos poco calificados de la actividad cer- ciarias o que el pasaje migratorio del campo a la ciudad, sefialado en la versidn ortodoxa, disimula cadenas interme- dias de migracién entre el campo, los centros urbanos pe- quetios y medianos y las grandes ciudades.™ Si ello ¢5 as hhabrd que prestar més atencién al papel politico desempe- frado por una primera generacién de obreros argentinos, hi- jos de inmigrantes europeos radicados de larga daca en la ciudad de Buenos Aires. Interpreacionesextractnticas En distintas claves analiticas, las interpretaciones prece- lentes ~tanto las denominadas ortadoxas como las hetero- doxas~ contentan tres aspectos comunes: eran construccio- 23 Kenworthy, Eldan: sInerpretaciones ortodorasy revisionists del apoyo inicial del peroniemo-, op cit, p. 208. Véase también el trabajo de Smith Peter: oLas elecciones de 1940 las nereneses coldgasn, on Meray Araujo Manvel y Lorene, lgnaco: El voto perarista, op. ct, pp 185-189 24 Vet por ejb, las observaciones de Halperin Donghi los hipstesis de German, Halperin Donghi, Tilo: -Algunas ebservaciones sobre Gorman leurgimiente dol peronma y lol de os migrantes intros, en Dasara Econémico, NY 56, Ides, Buenos Ales, 1975, » res provenientes del campo della sociologia, tuvieron como principal unidad de andlisis a Buenos Aires y centraron su atencién con distintos matices~ en los efectos del proceso de industrializacién. Esas investigaciones, asumidas en se- gunda instancia por los historiadores profesionales, dieron lugar a macro interpretaciones en las que la realidad de la industrilizacién convercia al peronismo en una suerte de imagen mimética que era explicada como proyeccién social delaindustrializacién misma. Pero, ;eémo explicar el surgi- miento del peronismo en un universo econdmico y social {que aiin no ha sido marcado por la huella de la induseriali- zacién? {Cémo hacerlo cuando no es posible apelar a los predilectos caballitos de bacalla interpretativos, Ikimense vie~ jos obretos o migrantes recientes? En otras palabras: obmo explicar su exitosa viabilidad en la inmensa mayoria de las provincias argentinas? En las dos tiltimas décadas del siglo XX, reconstrucciones histéricas especificas en distintas provincias han permitido a los historiadores tomar la palabra. Estas investigaciones abren nuevas alternativas en el largo recorrido interpretati- vo del fendmeno de constitucién del peronismo. Del con- junto de esos trabajos se desprende que la emergencia y con- solidacién del peronismo en el interior del pafs tienen la marca de una doble diversidad: por las diferencias globales con las modalidades que asumié la constitucién del pero- nismo en las zonas de mayor densidad obreso-industral, y por los rasgos singulares de cada caso local en el procesa- miento de In conflicividad social y sus proyecciones en el uuniverso de la politica y de los partidos. Los trabajos rcunidos en esta obra ofrecen lecturas de di- ferentes casos provinciales con cierto nivel de detalle. Aqui sélo realizaremos tn breve recorrido por esas casos locales, tratando de presentar un mapa que, dando cuenta de sus rasgos mds significativos, nos permita avanzar en argumen- taciones més generales y conclusivas. Presentatemos prime- a | ro tres provincias marcadas por la fuerte presencia de la acti- vidad azucarera, aunque con importantes diferencias socia- les y politicas entre cada una de ellas: Jujuy, Salta y Tueu- man. Describiremos luego las principales caractersticas del caso mendocino, y los rasgos que pueden destacarse como comunes a los territorios federales patagdnicos. Para dete- netnos por tiltimo en los distrivos cordobes y santafesino. El jujefo es un caso donde esa marca de doble diversidad ~a la que hacfamos referencia hace un momento—se percibe con claridad. Como lo sefiala Adsiana Kindgard,” a diferen- cia de lo ocurrido en otros distttos, diversos Factores cont buyeron en la provincia nortefia ala constitucidn de un pri mer peronismo cohesionado y homogéneo. En especial por cl papel asumido en los tramos iniciales por Miguel Tanco, histérico caudillo del yrigoyenismo local Elliderazgo de'Tan- co en Ia constitucién del peronismo abrié las puertas a la incorporacidn de un elenco de dirigentes que, desde los afios "20, venia acompafiéndolo en su militancia partidaria y su préctica concreta de gobierno. De esta manera, esos cuadros lirigentes provenientes del radicalismo yeigoyenista y el fuerte liderazgo de Tanco que los constitufa en un actor colectivo, Je dieron una particular cohesién a ese peronismo norte. Es dificil exagerar la importancia de la produccién azuca- rera en la provincia de Salta. En la década del '40 esta pro- duccidn estaba monopolizada por dos figuras patricias: Ro- bustiano Patrén Costas, propietario del ingenio San Martin del Tabacal, y Lucio Cornejo, duefio del ingenio San Isidro en Campo Santo, departamento Giiemes. Este tiltimo se convirti6 en 1946 en el primer gobernador peronista de la provincia, Azucena Michel, Esther Torino y Rubén Correa recurten a un testimonio obrero de a época que lo retrataba 25 Kindgor, Aciana:-Ruplute paridaria, contruidad politica. Los terpra- os ongenes dal peronise jujfios,fcldo en esta obra también: Alanzas { enirentaniento en ls orfgenes del peraiso jo, Universidad Nacional ‘ey. San Salvador de ju, 2001 de cuerpo entero: «Todo ef departamento de Campo Santo es contrario ala familia que domina esa zona como feudo. En su ingenio, se han perseguido sisteméticamente a ls or- ganizaciones obrera, Las autoridades del sindicato han sido compradas con puestos y a los que no se doblaron, como Sosa, fue despedido por malos antecedentes después de seis afios de trabajo. Alli se paga el sueldo miserable de $3,50, se hhace trabajar 9 horas alos obreros y no se cumplié el decreto de aguinaldo y mejoras salariale». El 25 de enero de 1946 dl Partido Laborista de Salta organiz6 un acto de repudio contra Lucio Comejo a quien calificaba de enemigo oli- garca y candidato acucarero~ y amena26 con promover un pato general. Sin embargo, Perén hizo ofdos sordos al re- chazo obrero y ratified cl apoyo asu candidatura a goberna- dor de la provincia.” Para el caso tucumano, ls investigaciones de Gustavo Ru- binstein sobre el movimiento obrero, por un lado, y de Noe- smi Girbal-Blacha sobre la politica de ls instituciones banca- rias estatales con los grandes ingenios, por otro, han permiti- do reconstruir aspectos significativos de la constitucién del peronismo en esa provincia, en relacién con actores tan aleja- dos en la estructura social como decisivos en el terreno polt- tico, Rubinstein destacalaimportancia del movimiento obrero en el apoyo original a Perén y en la creacién del Partido La- borista.™ Situacidn que gener6 un primer conflicto cuando el mismo Perén limits los intentos de los ditigentes obreros 26 Michel, Azucena, Trina Esther y Correa, Rubén: «Crisis conservadora, ‘recta adicaly eurgimiento del peronisera en Salta (1843-1946), incuido en esta cbra 27 Cabe afacit que as guas cerrales de las principles tuerzas polticas de Sata (David Torn en radicalism, Lucio Gomejo on el peronismo y Palién Costas en el conservadorisr) pertenecian a mismo sector social ‘tan enatanantes yfornstin parte de patricia local 28 Pubinslein, Gustavo: «£1 Estado peronisia la snccalizacion de los tra bejadores azucareros,includo en esta obra 3 azucareros por monopolizar la representacién partidaria en los preparativos para las elecciones de 1946. Esa relacién se vuelve mds conflictiva una vez que Perén asume la presiden- cia dela nacién, y lleva la intervencién nacional del partido local en 1948, a fin de controlar el distrito para las elecciones legislativas de ese afo, En 1949, una larga huelga de los traba- jadores azucareros profundiz6 el enfrentamiento entre Perén ylos dirigentes de la FOTIA, que culminé con laintervencién ala Federacidn y el desplazamiento de sus dirigentes. El trabajo que realiza Noem{ Girbal a partir del andlisis de balances y memorias de instituciones bancarias estatales ‘lumina un cono de sombra generalmente desatendido: el significado politico del uso del erédito oficial durante el pe- Hiodo peronista.” Un camino poco habitual ain entre no- sotros, y que permite apreciar desde el frfo tertitorio de los inimeros las relaciones del Estado peronista con las clases propietarias. La documentacién reunida por la autora le per- ‘mitié constata la existencia de una linea de cxéditos prefe- renciales cuyos principales beneficiarios fueron los magna tes del aaicar. Esa politica de subsidios encubicrtos se rela- cionaba con la politica social del peronismo, es decir, las ‘mejoras salatiales obtenidas por los trabajadores de los inge- rnios no eran financiadas por los grandes propietarios azuca- eros sino por el propio Estado. En palabras de Girbal, mis alld del discurso que situaba en el centro de las crticas a la oligarquia, era el Estado dirigistay planificador quien se hacia cargo de los costos, auxiliando a los poderosos azucarcros nortefios que lideraban desde fines del siglo XIX importan- tes sociedades anénimas. En la reconsteuccién de la etapa formativa del peronis- mo en Mendoza, Yamile Alvarez resalta una doble y sig- 29. Gal lacha, Noemi: «Economia ezucarera ucumana, ompresari ycré ita an terns del Estado perrisa (1946-1965), ncuido en est volume +30 Alvarez Yale: En tomo alos orgenes del peronisme mendacin, in chido en esta ob - nificativa ausencia: el peronismo curyano no se sustenté en sus otigenes ni en los sectores obreros del Partido Laborista rien la experiencia populista previa del lencinismo. Su prin- cipal base de sustentacién fueron los sectores conversos del radicalismo yrigoyenista tradicional, que cenfa en el distti- to perfiles singulares como resultado del proceso de dife- renciacién del radicalismo lencinista vivido en las décadas anteriores. La debilidad de los sectores obretos en la consti- tucién inicial del peronismo en esa provincia tuvo como dato concluyente la renuncia del Partido Laborista a im- pulsar un candidato propio en las primeras elecciones de gobernador. Los laboristas locales fucron incapaces de con- seguir el apoyo de Perén, quien decidié respaldar en pleni- tud a los radicales conversos. Estos encontraban asf en el nuevo lider nacional la «férmula perdiday para un répido acceso al poder politico, superando su antiguo pleito con el lencinismo, su mAs fuerte competidor. El binomio propucs- to por el peronismo para las elecciones de gobernador y vice de 1946 fue, en consecuencia, de origen exclusivamen- te radical, con el empresario Faustino Picallo como candi- dato a gobernador. Los trabajos de Enrique Mases y Gabriel Rafare” y de Juan Vilaboa y Aixa Bona™ sobre los orfgenes del peronis- mo en los entonces territorios nacionales patagdnicos, ofte- ‘cen una primera interpretacién del fenémeno en regiones ade poblamiento recientes. Regiones caracterizadas por la ausencia de una clite con fuerte tradicién hist6rica, organi- zaciones gremiales inexistentes o endebles y escasa integra- cin al resto de la nacién. En definitiva, una sociedad civil débil con formas de articulacién social no consolidadas y S31. Mase, Erique y Ratan, Gabriel: oa patna peronista en laroxpatayoni: rotas sobre el igen del peranismo an Ro Negro y Neuauene, includ en sia obra. 132, Viaboa, Juan Bane, Axa: 1 eurgimiento del pororisma on Santa Cruz Inaluido en osta obra, s afectadas por las distancias, la baja densidad poblacional y las migraciones. A esto hay que agregar que la organizacién de los tertitorios nacionales privaba del pleno goce de los derechos polfticos a los habitantes, lo que trafa aparejadas tuna manifiesta debilidad en las identidades polfticas y en las estructuras partidarias, Esto les permite a los autores identi- ficar dos rasgos comunes alos distritos que los ocupan y que parccerian set distintivos de los territorios nacionales: el peso del movimiento social por encima de las estructuras parti- davias en la formaci6n de la identidad peronista, y la cons- truccidn de ese peronismo «desde arribay, desde el Estado nacional, a la pat de una mayor integracién del terricorio a Ja nacién. Por tiltimo, los casos de las provincias de Cérdoba y de Santa Fe conticnen en sus singularidades importantes lec- ciones comunes: sobre la participacién de sectores tradicio- nales en la emexgencia del peronismo; la conflictividad que atraviesa a los peronismos locales en los primeros aftos, tan- to en el orden interno como en relacién con el poder nacio- nal; y los procesos de transformacién institucional de los Estados provinciales. EI caso mediterréneo es una buena muestra del peso de los sectores ttadicionales en la formacién del peronismo. Las investigaciones que hemos realizado en esta direccién han permitido constatar que la mayor parte de los cuadros que integraron los bloques legislativos, elencos de gobierno y direcciones partidavias del peronismo cordobés durante la segunda mitad de la década del "40, proventa de los sectores tradicionales.”” Desde esta perspectiva de andlisis, destaca- ‘mos la importancia de tres vertientes constitutivas. En pri- mer lugar, a Accién Catdlica organismo que oper como verdadera vanguardia politica de la Tglesia—cuya postura se '33 Teach, César «Otreros rebeldes, sexo yrligin ene rian del paonis- ‘mo cordobs, cuido en esta obra. También: Sabatismo y Peronsm, Panidos polices en Cérdcba 1943-1085, Sudamericana, Buenes Ares, 1991 vinculaba a una taslacién mecinica dela situacién europea dde posguerra a la Argentina: «Si no se quiere la revolucién social, habré que practicar una mayor justicia social. Peor es que por resistirnos a ésta, nos veamos envueltos en aqué- lle». En segundo término, se comprobé la integracién al peronismo de un significativo sector del partido conserva- dor. De este modo, numerosos causillos ycaciques de pue- blos, educados y fogueados en los viejos modos de hacer politica, contribuyeron a incorporar a la emergente identi- dad colectiva de los argentinos una visién meramente ins- trumental de la formula organizativa partido, poco propen- saa la demoeracia interna y fuertemente permeabilizada por el clericalismo. El culto a valores absolutos tenfa como contrapartida una percepcién que tendia a equiparar alos partidos con faccio- nes desintegradoras de una esencial unidad orginica de la nacidn, La construccién de un partido moderno, democri- tico y avanzado era un tema ajeno a sus preocupaciones. En parecida sintonfa operé la restante gran vertiente consticuti- va del peronismo cordobés, que proventa de un sector na- cionalista de la Unién Civica Radical. No en vano, su prin- cipal figura ~el gobernador Argentino Auchter—ilustraba st critica al liberaismo politico con citas de Nicolis Berdiaeff. Durante el bicnio 1946-47, estos sectores derroraron ~en la lucha interna peronista~ alos dirigentes obreros orientados hacia la izquierda que integraban el Partido Laborista. El disttito santafesino confirma también la fuerte partici pacién de sectores social y politicamente tradicionales en la formacién del primer peronismo. En los trabajos que he- ‘mos dedicado al andlisis de la formacién del peronismo en la provincia, destacamos el papel clave desempefiado por sectores provenientes del nacionalismo y, en especial, del 14 Teach, César Sabatnsme y Peron, op. ci, pp 86-87: decaracén fechada er mayo de 1845 del deter cel Secretrad Arquioeesano E20 nico Sacil de Acct Caldia,Evique Fria tadicalismo yrigoyenista y de la milirancia catdlica.* Como puede observarse con claridad en este caso local, latradicién. catdlica le ofrecia a Perén una lectura antimarxista del cliva- jesocial que dl habia contribuido a exacerbar y que necesita- ba mantener si pretendia alcanzar la mayorfa electoral en las lecciones de 1946, Los grupos del radicalismo que se suma- ban al peronismo emergente le permitfan convocar a esa masa importante de la poblacién que era interpelable por la simbologfa yrigoyenista. Quienes se referenciaban en la tra- dicidn catdlica tenian para ofrecer al peronismo la capaci- dad de convocatoria a otros sectores, ajenos alas précticas y tradiciones partidarias aunque no necesariamente al mar- gen de la lucha politica e ideol6gica en Ia esfera piiblica. Sectores que habfan ingresado al tertitorio della politica desde Ja militancia catdlica en las décadas anteriores, en una clave que se presentaba como ajena y enfrentada a la politica t dicional. La imagen de externalidad al sistema politico con la que el peronisma se presentaba a sf mismo facilcaba la ingercién de estos grupos y terminé de forjar wn rasgo dis- tintivo de la identidad politica peronista que desde enton- ces habria de ser mantenida y recreada permanentemente, Enel procesamiento de estas diferentes tradiciones polit «2s, os primeros afios del peronismo santafesino fueron pat= ticularmente convulsionados.” Primero, por las particula- ridades que asumid la eleccidn del gobernador peronista en 1946, ante el suicidio del candidato ganador; luego, por los intentos frustrados del gobernador Waldino Suarez de cons- tmuir una fuerza politica y un programa de gobierno con relativa autonomia del poder nacional. 35 Maco, Dario: -Las tadiones palicas on los origenes. del peronisma ‘santalsing,includa en esta obra. También: Macor, Dario plesia, Eduar- o; Elperonsmo antes cel pevonismo, Merrie historia en fos exiganes oe peroismo santatesig, Universidad Nacional del Lora, Sania Fe, 197. 136, Véase Maco, Dao -Los orgenas del peraniswosantatsine», en: Maco, Dario ilies, Eduardo: B parenisme anies del perorism, op. 28 En este proceso, los casos santafesino y cordobés dejan otra leccién de importancia, como puede apreciarse en los trabajos de Natacha Bacolla”” y Marca Philp:* las caracte- risticas de las transformaciones insticucionales promovidas por el peronismo, sobre todo considerando Estados provin- ciales como el santafesino y el cordobés, de dimensiones im- portantes y con experiencias politicas muy significativas en Ja década anterior al peronismo. La transformacién del Es- tado provincial santafesino con el peronismo es més bien débil y su principal rasgo es la burocratizacién. Las dificul- tades para una reforma del Estado no surgieron de las fuer- zas politicas opositoras, ni del choque entre concepciones radicalmente diferentes del Estado y a politica, o como con- sccuencia de luchas sociales, sino de las friecione: de las filas peronistas. Como resultado, las sucesivas rees- tructuraciones institucionales en los diez afios de gobierno peronista en la provincia estin ecaracterizadas por el incre- mentalismo, esto es, la reforma por adiciones sucesivas a las escructuras ya existentes», lo que segmenta el aparato estatal en detrimento de su eficacia.” Para el caso cordabés, Philp destaca el ancecedente de los gobiernos radicales que precedieron al peronismo, y que lle- varon a cabo importantes acciones tendientes a consolidar Jas instituciones estatales. Esa herencia institucional seré la bandera de la oposicién radical en su enfrentamiento al mo- internas 37 Bacola, Natacha: -Pollica, acmiisracén y gestién en el peronisimo san taleino,1945-1055>, inckicoon asta cba. embién, Pali, adminitracién {ygestén on el pererismo hisbic, Un estudio de caso, SantaFe, 1916-1055» len Estudos Sanit, N2223, Universidad Nacional el Ltral.SantaFe, 2002, 38 hip, Merta: La invencin del Estado en et imaginariapolico pernista El caso cordobés» include en esta obra. También: En nombre de Céxlota Sabatnistas y peronistes: esvotgias polices on la constuccién det Esta, Forreyra Editor Cordoba, 1998, 39 Gecala, Natacha «Polen, adminstacién y gest en elperonismo san- talesino, 1946-1955, op. ci 2» delo estatal que construye el peronismo, caracterizado por el ptedominio de instituciones de origen nacional por sobre las de origen provincial. En este sentido, la revisidn de los procesos politico-insti- tucionales de Cérdoba y de Santa Fe viene ~como sefiala Philp en su analisis del caso medicerrineo~ a fortalecer una hipstesis de ya larga data. Aquella que, con respecto a los ‘mecanismos de intervencién estatal, destaca las lineas de con- tinuidad entre la década del treinta y Ia etapa peronista. Refleciones finales Por encima de las peculiaridadles de cada caso, estas recons- trucciones del peronismo periférico encierranlecciones comu- nes. En un universo donde la clase obrera era débil y el fend- meno inmigratorio nulo, el peso de los factores tradicionales fue central en la configuracién del peronismo otiginario. En tigor, en as elecciones de 1946 el nico lugar del pats donde el Partido Labotista pudo imponer su candidato a gobernador fue en la provincia de Buenos Aires, donde lo- gr nominar, no a un obrero, sino a un militar amigo de Perén, el coronel Domingo Mercante, Esta debilidad del laborismo en el interior del peronismo era un correlato de la debilidad de la clase obrera en la mayor parte de las provin- clas argentinas, Pero expresaba también una decisién estra- tégica de Perén: contar con el respaldo de actores politicos y sociales pocerosos que facilitasen su acceso a la presidencia dela nacién, Esa decisién suponfa, asimismo, eliminar los riesgos de cualquier suerte de autonomizacién politica de los trabajadores que lo apoyaban: en 1947 el Partido Labo- rista fue disuelto por el propio Perén Una de las consecuencias més duraderas de la emergencia del peronismo fue la instalacién de un modo de antagonis- ‘mo politico particularmente excluyente, queen el tetritorio de los imaginarios colectivos era alimentado por dos lugares comunes: para unos, el peronismo fue un movimiento po- 30 ular que cuvo en la oligarquéa su wenemigo naturals y en la clase obrera su «columna vertebral»; para otros, en cambio, fue el resultado de un lider demagégico dotado de un eficaz aparato de propaganda. ;Cudnto de verdad y de ficcidn exis- tid en estas percepciones que dividieron y enfrentaron a la sociedad argentina? En rigor el peronismo fue en sus orige- nes un movimiento populista y popular que contribuyé a ampliar la ciudadanfa social’ Su pervivencia como identi- dad fuerte ~pese a los renovados intentos por disolverla~ es tributaria de ese aporte. En ese registro no resulta extrafio que gran parte de los argentinos haya identificado en las tiltimas décadas al radicalismo con la lucha por el suftagio universal y la democracia politica, y al peronismo con los derechos sociales, De hecho, las interpretaciones académicas, que anclando| su éptica de analisis en los grandes centeos industrializados enfatizaron ~con justa razén— el papel de los obretos 0 mi- grantes recientes, tendieron a reforzar esa percepcién, Sin ‘embargo, la tibicza de fe del peronismo en las virtudes dela democracia politica no fue sélo el resultado del estilo de liderazgo ejercido por Perén. La viabilidad de ese estilo tuvo muicho que ver con el peso de los factores tradicionales que cstuvieron presentes en la génesis del peronismo: Ejercito, Iglesia Catélica en especial Accién: ‘Catélica-, caudillos con- servadores, ¢ inclusive Fracciones oligérquicas provineiales Su desprecia por los partidos, el sistema de partides y el pluralismo politico estaba en consonancia con las tradicio- nes previas de estos sectores que abrazaron, en tna primera instancia, al movimiento peronista como una férmula que les permitia conciliarse con el «pueblo», obtener nuevos ¢s- pacios de poder y ofrecer una respuesta conservadora a la crisis politico-ideol6gica de la época. 40_ Sobre i olasticidad on ol uso del émino poauismo, vbase Toes Bales: e108, Sagraro: 1 populismo, Un concopto escuicaor, en: Auatez Juco, José (comp): Populsmo, cauciaie yclcureo demaigica, cp. ct 31

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