Cada fotógrafo está en la capacidad de contar una historia y conceptualizar el
mundo que lo rodea a través de una fotografía. Muchas veces podemos pasar por desapercibido todos los elementos que nos rodean, pero si nos detenemos a ver el mismo objeto en una fotografía por el que tantas veces hemos pasado y no hemos detallado, podremos apreciar la verdadera esencia y el arte no solo del objeto, si no de la fotografía en sí, que permite destacar algo que antes no era tan relevante para nosotros. La fotografía como arte, debe hacernos cuestionarnos sobre un tema o una idea. De lo contrario, esta fotografía no será más que una excelente y bien lograda imagen. No se trata de buscar un elemento en específico para ser destacado, es simplemente encontrar algo que te atrae, algo que al estar sumergido en un recuadro puede transportarte a un momento o un lugar mágico y generar algún tipo de sensación. La fotografía tiene la habilidad para captar la realidad, para transformar la imagen en un testimonio veraz e incluso, para sustentar la información y la vivencia como un elemento testimonial. Cada decisión artística, conceptual y simbólica que toma el fotógrafo al captar una imagen, crean una concepción única sobre la realidad. De esta forma la fotografía no refleja únicamente lo que ve el fotógrafo, sino cómo lo mira. En este trabajo se puede evidenciar lo mencionado anteriormente, en la forma en como se destaca cada elemento que normalmente puede pasar por desapercibido para la mayoría de las personas. En cada lugar se pueden generar contrastes por color, forma, tamaño, etc, y crear así composiciones armónicas, aportando otro contexto al objeto en sí, otra perspectiva que lo haga ver único o simplemente mostrar a los demás la manera en como las personas ven el mundo que lo rodean. Cuando estas tomando fotografías, te sensibilizas un poco más ante todo lo que hay a nuestro alrededor y en las cosas más mínimas podemos hallar detalles que lo hacen algo perfecto y armonioso. Todo fotógrafo reflexiona sobre la realidad desde su particular punto de vista, la transforma para crear una visión sobre el entorno y sobre todo, para construir una expresión válida sobre lo que considera que es una idea determinante en su trabajo. Por esta razón, las imágenes que tomamos son la esencia de quiénes somos, de lo que vemos y lo que podemos percibir. Cada fotografía es una combinación profunda de ideas y percepciones de la realidad, que construyen un código visual coherente y, sobre todo, trascendente. La imagen es una mezcla de ideas y percepciones que elaboran un lenguaje concreto, a medida que se relaciona con la realidad, pero principalmente, es la percepción que el fotógrafo tiene sobre las cualidades de la imagen para reflejar su entorno. Toda fotografía debe ser única, pero ante todo debe ser una fotografía significativa.