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intervenciones
del analista
agalma
LAS INTERVENCIONES
DEL ANALISTA
Isidoro Vegh
ssalsaf
Editorial agal ma
P ró lo g o .............................................................................................. 9
PARTE I .......................................................................................... 11
R eceptaría........................................................................................ 13
A, B, C ............................................................................................. 17
Ars dictaminis: una práctica del análisis entre verdad y real... 27
Acerca de una referencia clínica en el seminario
Del Otro al o tr o ........................................................................ 35
PARTE I I ........................................................................................ 45
Un whisky antes, un cigarrillo d esp u és..................................... 47
Posición del analista: entre el goce y el d e se o ...........................55
La transferencia en la cura psicoanalítica: una práctica
del desencuentro.......................................................................67
PARTE III....................................................................................... 83
Lo Real del P ad re.......................................................................... 85
Intervención en lo Real .............................................................. 91
La clínica hoy. Alcances y límites............................................... 97
Las intervenciones del an a lista.................................................. 101
PARTE I V ............. ...................................................................... 111
Los tiempos de la herejía. Una práctica del análisis............. 113
Los tiempos del acto analítico.........................:.........................121
La estructura del límite o la escritura del sujeto ...................127
El acto analítico y la lógica del tiempo. Contem poráneos.... 137
PARTE V ........................................................................................143
Sublimación del objeto, exhaustación del O tro ........................145
De un destino a un estilo ............................................................. 157
Actualidad y estructura en lostiempos del an á lisis................. 165
A près-Coup.................................................................................... 171
La práctica del psicoanálisis y sus interrogantes hacia
fin de sig lo .................................................................... . 179
PRÓLOGO
Isidoro Vegh
M arzo 1997
PARTE I
RECEPTARIA *
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
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Isidoro Vegh
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
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A, B ,C *
P ersentación
Esta presentación clínica tuvo su antecedente en una exposi
ción relacionada al estilo gongoreano y lo que de él se especifica
en nuestra práctica. En esa charla, que luego fue un trabajo
diferenciábamos la presentación de la casuística y del análisis de
control.
La casuística es la exposición que el analista hace del encuen-
tro que su práctica le otorga con lo real. En la tradición analítica
suele llamarse “el material” cuando no considera que “no hay
historia ni historial que no implique al historiador”. Manifiesta
de su encuentro con eso que la clínica le presenta más allá de su
saber, dej,1? tajttgggfl^acjóa, lo que le ofrece de lo real.
E l tmálisis de controhlo planteamos como una experiencia
que se juega en la transferencia entre el analista y quiea está en
función de control: es la_QportmiidatLpara el anal isla de expnnpr
de la dirección de una cura, aquellos elementos de su estructura
1? j f W lf P pl P-nrnentrn m n ln real
Puede comenzarse antes, durante o después del análisis del
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Reflexión
¿Cuál es la reflexión a la que ellas me invitan? Estos tres rela
tos, uno de los cuales terminó en un fracaso mientras los otros
davque_persistían en un ritornello que arriesgaba mayor grave
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Isidoro Vegh
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
B ibliografía
1 Vegh, Isidoro en Revista/mago N° 12, Lacan diez años después, “El
barroco arte del psicoanálisis”, Editorial Letra Viva, Buenos Aires,
1985, p. 47/57.
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ARS DICTAMINIS: UNA PRÁCTICA
DEL ANÁLISIS ENTRE VERDAD Y REAL
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
cada vez más irascible con su familia, su mujer y sus hijos; cada
vez más obsecuente en su trabajo y en una posición oscura. No
había alternativa que lo alejara de las marcas dichas y redichas
de su historia.
Desde el inicio su padre lo había confinado al lugar de testigo
de su ruina. El hombre, que había sido dueño de un pequeño ne
gocio en el que los días se deslizaban en la pesada maraña de su
indolencia, abrochó su obra de fracaso con la renuncia a su lugar
de amo para culminar como empleado. Había llegado hasta ahí
apoyado en una ética del reaseguro que prefería el sueldo garantido
al riesgo del negocio que hasta entonces había servido de prueba
a su cuestionada aptitud.
Los juegos significantes que una y otra vez reiteraban la iden
tificación de Federico S. a este personaje, y el goce en el que se
situabajetenido como objeto de desprecio para el Otro -prim ero
su ancestro, hoy su jefe de tumo o su analista, en la trasferencia-
acentuaban el mismo lugar.
Hasta que interrumpió su análisis. La excusa fue la imposibi
lidad de pagar los honorarios requeridos.
Sensación de fracaso del analista y recuerdos de frases de
Freud: “A estos pacientes ni habría que atenderlos; son misera
bles sin remedio, etc...”
Varios años después Federico S. requiere una entrevista.
Acude a ella con un aspecto totalmente diferente. Vestido con
un buen traje, muy elegante, reclama “una serie de entrevistas,
no más” para resolver un problema puntual: se le ofrece la posi
bilidad de tener su propia empresa. Profesional de esas prácticas
que se llaman liberales, había avanzado “por suerte” hasta un
nivel en el que le costaba reconocerse. Era consultado por las
principales empresas nacionales de su rubro y todo lo llevaba a
instalarse en su negocio para atender tantos reclamos. El negocio
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ACERCA DE UNA REFERENCIA CLÍNICA
EN EL SEMINARIO Del Otro al otro *
C lín ic a lacaniana
Hay una clínica psicoanalítica que se reparte en las diversas
prácticas que de ella se reclaman. Cuando situamos una clínica
lacaniana, es preferible el ejercicio de la prudencia. Si acepta
mos que nuestra disciplina no es una religión, seguramente ven
drá un tiempo de reflexión que, de ser productivo, también será
crítico.
Decir “clínica lacaniana” se justifica dentro del amplio capí
tulo de la clínica psicoanalítica; indica una práctica del psicoaná
lisis que acepta, elige ciertas posibilidades en relación a otras.
¿Qué especifica a esta clínica para que la nombremos con un
significante que la diferencia?
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
L o s hitos cruciales
Se trata -n o s dice Helene Deutsch- de un paciente que sufrió
durante años de fobia a las gallinas. El paciente se había criado y
vivía en el campo. Esta fobia signaba su vida con la desgracia
cotidiana.
Cuando llegó a la consulta de Helene Deutsch era un hombre
joven, tenía veinte años; venía por insistencia de su familia, que
enterada de su homosexualidad, le demandaba el intento de des
hacerse de su condición. El paciente no estaba de acuerdo cqd
este reclamo, él se encontraba bien, e incluso en la entrevista se
hizo cargo de enfatizar el agresivo elemento masculino en su re
lación con los hombres. Contaba que los objetos de su afección
eran hombres jovenes y elegantes, a la moda, los que pertenecían
-según é l- al mismo tipo físico suyo. Helene Deutsch subraya
que ejercía una elección de objeto preferentemente narcisista.
Rápidamente se descubre, en la primera etapa de su análisis,
que las raíces de su homosexualidad descansaban en la fijación a
un hermano diez años mayor.
El sujeto no tenía registro de haber estado enfermo en los pri
meros seis años de su vida. Fue en el_período de latencia que
aparecieron sus primeras dificultades neuróticas y la referencia a
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encontraba tan bien con su madre al poder ser para ella, si puedo
decirlo, una gallina más, una gallina de lujo, sino porque allí está
interesado el narcisismo» a sabec lajivalidadcon el hermano» el
pasaje a una relación de poder? El otro lo sostiene por el talle,
por las caderas, lo inmoviliza en tanto que él quiere mantenerse
en una cierta posición” . Acá el traductor pone un galicismo, “el
viramiento”, que no existe en castellano, habría que decir “el vi
rado”. Sigue Lacan: “Le yirement”. de un registro al otro, v no
digo ‘le virage’, está investido con una cierta significación. Allí
está el punto donde tropieza la función precedente y donde nace
lo q u e ja gallina)va a tom ar en lo sucesivo para él. a saber: una.
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D e 1 Otro al otro.
¿Qué viene a inscribir, qué nos propone? Que en la medida
que en .el cam po del Otro va emergiendo cada vez un significante
en. más* esta, progresión, este conteo, hace que precipite como
límite del Otro un agujero. A llí es donde se instala el objeto. La
novedad que aparece subrayada es que se lo encuentra como pre
sencia cuyo anudamiento requiere lo Imaginario. He aquí lo que
a m í entender podría tener de ejemplar este relato de Helene
Deutsch, con consecuencias en las intervenciones del analista.
Al sujeto se le presentifica el objeto que es para el Otro cuando.
advierte en la escena con el semejante el lugar al que persiste
encadenado.
Implica hasta el extremo la enigmática afirmación de Lacan
cuando dijo: “Prefiero un discurso sin palabras” . ¿Qué quiere
decir esa preferencia, es prescindente de la articulación signifi-
cante? E n el esquem a que acabo de escribir no está ausente, tan
soloi^ue donde no alcanza la intervención en la dimensión sim
bólica se requiere una incidencia desde el registro de lo Imagina
rio para hacer presente lo real del objeto. Si en un primer tiempo
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sías eróticas. Ella dice que no es lo común, pero que en este caso
ha sido así.
Bibliografía
1 Versión castellana. Traducción Silvia Jabif. Biblioteca E.F.B.A.
2 Julien, Philippe. Le Retour à Freud de Jacques Lacan. Toulouse,
1986, p. 239.
3 Lacan, Jacques. Seminario de un Otro a un otro. Clase del 7 de
Mayo de 1969.
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PARTE 11
UN WHISKY ANTES,
UN CIGARRILLO DESPUÉS *
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¿Por qué Marilyn fue tan atractiva para estos hombres que
supuestamente podían acceder a cuanta mujer quisieran? No va
mos a creer que era tan bella, más que todas las mujeres.
Un dramaturgo nos invita a pensar que el encuentro amoroso
se asemeja al preparativo para ir a una escena. Es que la escena
qo representa la vida: muestra que la vida que nos implica discu-
rre en^éscena. El acto sexual, o el analítico, que tienen bastante
poco de natural -tendem os a hacer una equivalencia de lo habi
tual con lo natural- también se ofrecen en escena.
Escena, ese lugar que los estoicos no naturalizaban, lugar que
junto al significado, el vacío y el tiempo forma parte de los
incorporales. Todo para despegamos de la tendencia a confundir
el tiempo co n elielo j y el espacio con nuestro M a t a t cotidiano-
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uno lo interrumpe para pedirle que asocie con un fallido tal vez
lo hace, aunque con una mueca de fastidio. Viene con una cuota
de reproche: “La vez pasada ¿por qué cortó la sesión ahí?, yo
tenía otras cosas para decirle”; “Otros analistas trabajan cincuenta
minutos, me saca diez, quince ¿por qué, no le gusto, no me quie
re?”; “Me enteré que mi amiga también vino a verlo, y estuvo
más tiempo”; “Ah, me aumenta ¿Por qué, me quiere castigar?”;
“Hoy no le voy a pagar porque le presté plata a una amiga que me
pidió”; “No estoy nada de acuerdo con lo que dijo la vez pasada,
además lo odio”.
Generalmente el analista siente -hago una caricatura- el an
helo de enfilar hacia otros horizontes, como anotarse en un coro,
que supone el consuelo de la comunión de la voz, todos cantamos
juntos; a otros se les ocurre que mejor sería ir a un taller de pin
tura, y nunca faltan los que sueñan con un poco de campo. Es un
típico fantasma neurótico, supone que cuando se va al campo la
pulsión queda en la ciudad. Uno necesita creer que hay otro espa-
cio. otra escena donde la pulsión no golpea.
Que el analizante avance en el análisis no es brindarle la ilu
sión de ese enunciado, es más bien ayudarlo a que adviertaLquéia
pulsión golpea, guste o no y que podría ser mejor hacer caso a su
llamado. En vez de ser culpables del Otro -n o sería más que que
dar sometidos a eso que se llama superyó-, aceptémonos ex-pues-
tos a lo Real. Reconozcamos que somos la intersección de un
cuerpo con la palabra que nos hace de una sustancia especial que
se ofrece en las especies del objeto de la pulsión, intervalos de
goce que están en la causa de alguien que pide un análisis, en la
razón que lo hacfc_sufrir. ___
El concepto freudiano de fijación quiere decir(fijaciónjajun
goce. Como Marilyn, a quien la búsqueda desespera3aclela mi
rada era lo único que la sostenía. El neurótico, aunque no tenga
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historias tan lamentables, también cree que sin ese goce que bus
ca desesperado o al cual está prendido tan fervorosamente como
M arilyn. no podrá vivir. Por é
síntomas y angustia que lo confinan a un destino.
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POSICIÓN DEL ANALISTA:
ENTRE EL GOCE Y EL DESEO *
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
E 1 lugar
N osvam os acercando a la pregunta acerca de un lugar: el del
analista. En la historia post-freudiana hubo analistas que tuvie
ron dificultad para reencontrar el ámbito centrífugo del cual el
practicante es continuamente expelido; tendieron a ritualizarlo
en ceremonias que, en su rigidez, denunciaban el válido anhelo
de preservar las coordenadas que Freud indicó para un lugar im
posible.
En un libro que colecciona anécdotas de la práctica de Lacan *,
leía que un paciente le dijo: -H em os cambiado las posiciones, has
ta ahora fui yo quien tuvo que venir, le propongo que la próxima
sesión usted acuda a mi casa. Lacan aceptó. ¿No sabía lo que hacía
o nos muestra que el lugar del analista no se iguala al sillón?
[58J
Isidoro Vegh
Alguien solía decir que en Buenos Aires hay más sillones que
analistas. No sé si es verdad, pero nos recuerda que entre ellos no
hay relación biunívoca.
Unos tres siglos antes de nuestra era los estoicos descubrie
ron lo que redescubrió Saussure a principios de éste: que la pala
bra se divide en significante y significado. Séneca lo enseñaba de
esta manera: si digo “Ahí viene Catón”, por un lado está el perso
naje que camina, que tiene consistencia física, material, por otro
la frase, que no se iguala a lo que evoca. Ellos la llamaban lekton,
significado, que es uno de los cuatro incorporales. La distinción
nos advierte sobre la distancia del referente empírico.
Hay un síntoma social al que sin duda contribuimos: la tarea
imposible del análisis no se aprende en la facultad de Medicina
ni en la de Psicología: más cercanas a nosotros se encuentran la
poesía y los poetas. Son los que mejor entienden que “nomina
non sunt consequentia rerum”.
A Borges le gustaba contar esta historia:
“Un ejército se encuentra rodeado por un batallón enemigo;
el general del ejército sitiado les dice a sus soldados: -N o teman,
encontré la solución. Les muestra enormes jaulas con animales
feroces. Explica: -S on leones. Cuando los soldados enemigos se
acerquen, abriremos las jaulas. Cuando se aterroricen y huyan,
los mataremos y ganaremos la batalla.
Cuando el ejército enemigo se acerca sueltan los leones. Los
soldados del ejército atacante le preguntan a su general: -¿Q ué
son esos animales que se aproximan?
-S o n perros, con unos palos los mataremos. Efectivamente
los golpearon, los mataron y tomaron la ciudadela.”
Borges concluye: “¿Se da cuenta la diferencia entre llamarlos
perros o llamarlos leones?”
Junto al incorporal significado, los estoicos reconocían otros,
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Isidoro Vegh
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$: Sujeto (Sujet)
A: Otro (Autre)
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(
escribir la supuesta letra del Otro, los sesos frescos metaforizan
el deseo de una idea fresca, una que pertenezca al sujeto.
jLugar de discurso
;.Cómo avanzar en esta referencia en la cual el Otro e stá
sistemáticamente implicado? En cada una de las instancias.psí
quicas freudianas -e l Yo. el Ello, el Supervó. el fantasma, la
pulsión, el síntom a- Lacan introdujo como lugar fundante al Otro.
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agente----- ►otro
verdad <-----producción
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
$4------a
2
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LAS INTERVENCIONES D ELANAUSTA
a ----- ►$
S j— S,
Discurso del analista
Bibliografía
1 Allouch Jean, 132 Bons Mots Avec Jacques Lacan, Littoral Editions
Erès, Paris, 1988.
2 Primer ejemplo de olvido de nombres propios en “Psicopatologia
de la Vida Cotidiana” (1901). Freud, Sigmund, Obras completas,
AmorTortu Editores, Buenos Aires, 1980, p. 10.
3 Para ampliar la referencia ver el seminario "L'envers de la
psychanalyse", 1969-1970, Jacques Lacan, Éditions du Seuil, Pa
ns, 1991. También Éditions du Seuil 1975.
4 “Le Banquet” Platon, OEuvres complètes l, Éditions Gallimard, Fran
cia 1950, p. 172.
[68]
LA TRANSFERENCIA EN LA CURA
PSICOANALÍTICA: UNA PRÁCTICA DEL
DESENCUENTRO *
O- Un relato
“Una práctica del desencuentro”: entre la repetición de lo
mismo y la diferencia que lo dice. Anticipa una divisoria de aguas.
¿Quién no ha leído acerca de la llamada transferencia positiva,
entendida com o alianza entre analista y analizante? ¿Cómo se
sitúa la transferencia desde esta perspectiva, que intenta armoni
zarse con otra difícil de medir en su alcance, el análisis como
experiencia de un discurso sin palabras?
Un relato de la tradición Zen: “Un samurai, guerrero de la
época medieval japonesa, se presentó delante del maestro zen
Iacuín y le preguntó:
-¿Existen realmente el infierno y el paraíso?
Respuesta del Maestro:
-¿Q uién eres tú?
-S o y el samurai.
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Isidoro Vegh
1- L a estructura
Voy a desplegar la estructura de cada uno de nosotros en el
modo como se propone desde la última escritura de la obra de
Lacan, el nudo borromeo.
En realidad no es un nudo sino una cadena que anuda tres
eslabones.
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Ir El buen orden
Si bien al presentamos estos tres registros como equivalentes
-p u ed o correr cualquiera de estas letras R.S.I. a cualquiera de los
tres anillos-, Lacan deshace una afirmación del primer tiempo de
su enseñanza, cuando hablaba de la primacía de lo Simbólico, el
que estén anudados nos indica que, sin embargo, es lo Real, lo
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sino parlétre:
palabra.
Entre los tres registros hay un orden que es un buen orden y
otro que no lo es. En la perspectiva que nos situamos, que no es
de soñar.
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s
Su metáfora podría ser Edipo, horrorizado por sus propios ojos
arrancados. Inhibición, síntoma, angustia. En cada una de estas
inmixiones hemos seguido exactamente el orden opuesto: lo Sim
bólico entrando en lo Real, lo Real en lo Imaginario y lo Imagi
nario en lo Simbólico. S, R, I es el orden opuesto a R. S. I.
3- L a transferencia
Necesitábamos exponer la estructura para deplegar el objeto
de nuestra operación, aquello que con Freud ubicamos como su
resorte principal: la transferencia como motor fundamental de la
pura.
;.Qué es lo que produce esta alteración del orden de los regis
tros? ¿Qué es lo que lleva a un sujeto -s i efectivamente acude
movido por su angustia, su inhibición o su síntom a- ajuna .de
manda de análisis? Nos es preciso incorporar una letra, la letra-a,
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nuestro campo tiene algo que ver con la cientificidad ¿no es razo
nable que se nos demanden los argumentos que nos llevan a ha
cer tal o cual intervención? Mi propuesta es que el analista inter
viene desde lo Imaginario, desde lo Simbólico v desde lo Real.
La cuestión es descifrar la lógica implícita para situar mejor los
tiempos en que cada intervención puede ser más adecuada.
Desde la llamada de alguien a un analista, éste interviene;es
lo qpe denominamos entrevistas: si es un analista, no va a a inter
venir para hacer una historia clínica al modo de un psiquiatra.
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5- F in a l
El final del análisis no es el sujeto realizado sino el sujeto
advertido de lo que le impide su realización. El final del análisis
es el comienzo de su realización. No es más que una apuesta. Tal
vez se produzca, tal vez no. A llí el analista tendrá que aceptar
que el analizante se vava. soporta la incertidumbre de.lo Que siga.
La única certeza es que él va no está en ese lugar.
Hay una similitud entre lo que le pasa a Lacan, lo que le pasa
a Freud, y lo que le pasa a cualquier analista cuando sostiene esta
práctica imposible durante una cantidad de años. Si puede sopor
tarlo, los años le harán presente la cantidad de veces que fracasó.
Entonces, como Freud, se verá urgido a dar un cauce a eso que su
práctica le presenta, tal vez escriba algo parecido a “Más allá del
Principio del Placer”. Lacan escribió algo parecido a la lógica
[83]
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Bibliografía
1 Ejemplo del historial freudiano del Hombre de las Ratas, (1909).
Freud, Sigmund, Obras Completas, volumen X, Amorrortu Editores,
Buenos Aires, 1980, p. 127.
[8 4 ]
PARTE III
LO REAL DEL PADRE *
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Bibliografía
1 Lacan, Jacques. L’insu que sait de l ’une-bévue s ’aile à mourre. Se
minario inédito, versión de circulación interna.
2 Vegh, Isidoro. Matices del Psicoanálisis, Editorial Agalma, Buenos
Aires, 1991, p. 61.
3 Freud, Sigmund. “Pegan a un niño” (1919), Obras Completas, volu
men XVII, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1979, p. 173.
[91]
INTERVENCIÓN EN LO REAL *
R S
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Y agrega:
“Es necesario que nosotros hagamos en alguna parte el nudo,
el nudo'de lo Im aginario y del saber inconciente, que hagamos
en alguna parte un empalme” - empalme entre Imaginario y Sim
bólico para producir el efecto de sentido en lo R eal-, “Todo
eso para obtener un sentido, lo cual es el objeto de la respuesta
del analista a lo expuesto por el analizante a lo largo de su
síntom a” -efecto de sentido, respuesta del analista al enigma
[95]
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Bibliografía
1 Lacan, Jacques, R.S.1.11 Fevrier 1975, Clase 5. “El efecto de senti
do exigible, el efecto de sentido exigible del discurso analítico no es
Imaginario. No es tampoco Simbólico. Es preciso que sea Real.”
2 Lacan, Jacques, Le Sinthdme, Clase del 13 de enero de 1976. “Es de
sutura y de empalme que se trata en el análisis”. Seminario inédito.
[98]
LA CLÍNICA HO Y. ALCANCES Y LÍMITES *
[99]
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prueba de una falla estructural, algo que nos habita que la metá
fora paterna no resuelve, un lugar de la red simbólica que tiene la
consistencia de Otro. Sólo por un trabajo de recreación que alter
na en lo Real -aquello que lo Simbólico no otorga- el sujeto
podrá seguir pasando.
No alcanza con que el sujeto modifique su relación al goce.
Una vez más Freud tenía razón: un final de análisis requiere que
el sujeto cambie su relación al goce, pero una falla estructural
demanda una creación que se reitere.
Bibliografía
1 Lacan, Jacques. L e S é m in a i r e , Livre XI, “Les Quatre Concepts
Fondamentaux de la Psychanalyse”. Paris, Éditions du Seuil, 1973,
p. 245.
[1 1 3 ]
PARTE IV
- , »
LOS TIEMPOS DE LA HEREJÍA
UNA PRÁCTICA DEL ANÁLISIS *
s ( S 1, S 2...S")
U171
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1
1) Ligadura de lo Imaginario
y lo Simbólico
2) Ligadura de lo Simbólico y lo Real
o de lo Simbólico y el síntoma
[119]
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nudo trébol
[120]
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Bibliografía
1 Lacan, Jacques, “Proposition du 9 octobre 1967 sur le psychanaliste
de l’Ecole”, Scilicet.l. Paris, Éditions du Seuil, 1968, p. 19
2 Lacan, Jacques, Le Séminaire, livre XI. “Les Quatre Concepts
Fondamentaux de la Psychanalyse”, Pans, Éditions du Seuil, 1964,
p. 245.
3 Lacan, Jacques, Le S in th ô m e , Año 1975/6, clase del día 13 de enero
de 1976.
4 Freud, Sigmund, “El motivo de la elección del cofre” (1913), O b r a s
C o m p le ta s , Vol. XII (1911-13), Buenos Aires, Amorrortu Editores,
p. 303.
LOS TIEMPOS DEL ACTO ANALITICO *
D D. demandas
d: deseo
I: Identificación
T: punto T de la transferencia
X: punto inicial
[125]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
tp
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El futuro anterior “habrá sido” indica que sólo por lo que si
gue se llegará a reconocer, entre lo que el analizante dice en la
¿serie de sus demandas; cuáles son Jos hitos que marcan el horde
del goce Que lo retiene.
Primer tiempo, donde es condición que se haya situado, en el
lugar del analista, el efecto de estructura que llamamos Sujeto
supuesto Saber (S.s.S.), transferencia simbólica que inaugura el
movimiento de un análisis.
El tiempo que nombramoipiTñtualidád def anuncioj-un punto
[1 2 7 ]
I
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[1 2 8 ]
Isidoro Vegh
[129]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
Bibliografía
1 Suskind, Patrick, “E l P e r fu m e . H is to r ia d e u n A s e s in o ”, Seix Barral,
Barcelona, 1985.
2 Steiner, George, “P r e s e n c ia s R e a l e s ”, Editorial Espasa Calpe, Bue
nos Aires, 1993.
[1 3 0 ]
l a e s t r u c t u r a d e l l im it e o
l a e s c r it u r a d e l s u j e t o *
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[132]
Isidoro Vegh
A=1
- = 1,618
a
A partir de estos segmentos armónicos, de esta relación del Otro
como uno del goce con el objeto a, establece una diferencia allí
donde nuestra intuición querría ignorarla. Para nuestra intuición el
infinito que se puede establecer haciendo series llevaría a exten
derse, si fuera desde el número 1 en adelante, desde 1 al infinito *.
a 1
(l-a ) = a2 (l+ a) =
a
1
( 2 a -1) = a3 (2+a) = a2
1
(2 - 3a) = a4 (3+2a) = a3
1
(5a-3) = a5 (5+3a) = a4
(5 - 8a) = a6 (8+5a) = 7
1+a 1°°
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
A E D C
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Isidoro Vegh
Qm
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
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Isidoro Vegh
R: Real
S: Simbólico
I: Imaginario
s J<J>: Goce Fálico
JA: Goce del Otro
a: objeto a
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[1 3 8 ]
Isidoro Vegh
Bibliografía
1 Suppes, Patrick. Teoría Axiomática de Conjuntos, “Números racio
nales y números reales”, Editorial Norma, Colombia, 1968, p. 116.
2 Maupassantt, Guy de. "El Horla ”, Editorial Argonauta, Buenos Ai
res, 1988, p. 73.
[1 3 9]
'V • * t
EL ACTO ANALÍTICO Y LA LÓGICA
DEL TIEMPO. CONTEMPORÁNEOS
[1 4 1 ]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[1 4 2 ]
Isidoro Vegh
decimos que el ser del objeto llama desde lo Real como presen
cia, y a ella se presta el analista.
El analista sostiene como presencia -cubierta imaginaria de
un pedazo de real- la ex-posición del lugar que retiene al sujeto
para lograr, con sus intervenciones, el cambio de un destino por
un estilo.
[1 4 3 ]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[1 4 4 ]
Isidoro Vegh
Bibliografía
1 Lacan, Jacques, Écrits. “Le temps logique et l’assertion de certitude
anticipée”, Éditions Du Seuil, Paris 1966, p. 197
2 Lacan, Jacques, Le Séminaire, Les quatre concepts fondamentaux
de la psychanalyse ( 1964), “Tuché et Automation”, Éditions Du Seuil,
Paris, 1973, p. 53.
3 Freud, Sigmund, Obras Completas, volumen XII. “Recordar, repe
tir y reelaborar” (1914), Editorial Amorrortu, Argentina, 1976, p.
145.
4 Freud, Sigmund, Obras Completas, volumen XVIII. “Más allá del
principio del placer” (1920), Editorial Amorrortu, Argentina, 1976,
p.2
5 Lacan, Jacques, Écrits. Le séminaire sur “La lettre volée”, Éditions
Du Seuil, Paris, 1966, p. 11.
6 Lacan, Jacques, Écrits. Le séminaire sur “La lettre volée”, Éditions
Du Seuil, Paris, 1966, p. 11.
7 Lacan, Jacques, Seminario “L’angoisse” del 22 de mayo de 1963.
8 Freud, Sigmund, Obras Completas, volumen XXIII, “Análisis
terminable e interminable” (1937) Editorial Amorrortu, Argentina,
1976, p. 212.
[1 4 5 ]
PARTE V
* ** \
SUBLIMACIÓN DEL OBJETO,
EXHAUSTACIÓNDEL OTRO *
A lg u n a s citas
Hay un efecto de sentido en lo real que el analista propicia
cuando el sujeto puede crear. En la teoría psicoanalítica tiene un
nombre que considero insuficiente: sublimación. Algunas citas
mínimas tal vez nos ayuden a interrogar este concepto hasta el
encuentro de su límite.
Del Vocabulaire de la Psychanalyse ', una definición clásica
de Freud, de sus “Nuevas Conferencias” del año 1932: “Desig
namos como sublimación una cierta suerte de modificación del
fin (Ziel) y del cambio del objeto en el cual entra en su conside
ración nuestra evaluación social” (p. 465). Cambio del fin y del
objeto de la pulsión sexual que pone en juego la consideración
social; es una de las tesis freudianas clásicas. En el texto sobre
“La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna”, de 1908,
dice: “Las fuerzas utilizables para el trabajo cultural provienen
así en gran parte de la represión de esto que se llama los elemen
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
Je ne pense pos
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Isidoro Vegh
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
jFantasm as de la neurosis
Si la sublimación es requerida, responde a un efecto de es
tructura.
El neurótico tiende inexorablemente al doble efecto que mar
ca la pulsación del Inconciente, rutiniza su mundo cristalizando
sentidos, sueña con los lugares donde ese sentido podría dejar
una mínima abertura que traiga algo de aire fresco.
Tres fantasmas clásicos del neurótico obedecen a la recomen
dación del gobernante “del trabajo a casa, y de casa al trabajo” .
Cualquier gobernante que diga “la casa está en orden” nos pro
pone un circuito ordenado. Si lo logra, paradójicamente obtiene
muchos votos, porque hay algo del neurótico que lo anhela. Pero
también hay algo que va más allá: en la casa, donde la dama cum
ple con sus deberes conyugales, el neurótico sueña con la prosti
tuta; en el trabajo, sueña con el mendigo, aquel que supone en el
desasimiento del orden simbólico laboral; y en el camino que va
desde la casa al trabajo el neurótico sueña con el loco, a quien le
atribuye la libertad de volar. Son tres fantasmas típicos de un
neurótico que jam ás en su vida habló con un loco, una prostituta,
o un mendigo.
L a dignidad de la cosa
Lacan cuenta un breve ejemplo de su amigo Jacques Prévert.
Al ir a visitarlo, en la época de la ocupación nazi, en una ciudad
del sur de Francia, encontró en su casa una colección de cajitas
de fósforos levemente entreabiertas, como para advertir que es
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[153]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
nos acerca -desde Freud hemos leído que Leonardo estaba espe
cialmente dispuesto para registrarlo- fuera algo que no se dice
pero que se sabe: que una madre desea, y lo que desea es el sexo?
¿No es, después de todo, la tesis freudiana? En el cuadro del ar
tista, como efecto de sentido en lo real, se ofrece en enigma que
atrapa la mirada. ¿No podría ser ésa la razón que sostiene a este
cuadro en el lugar que le otorga la cultura?
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Isidoro Vegh
[155]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[1 5 6 ]
Isidoro Vegh
£ /n a herejía
Una herejía: si decimos que la sublimación implica esta refe
[1 5 7 ]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
Bibliografía
1 Laplanche, Jean et Pontalis, J.B. “Vocabulaire de la Psychanalyse”.
Presses Universitaires de France, París, 1968.
2 Lacan, Jacques. “L’ethique de la psychanalyse”, 1959-1960. En Le
Séminaire, París, Editions du Seuil, 1986. Livre Vil, p. 118.
3 Alain Didier-Weill, Viviana Dreidemie, Roberto Juarroz, Catherine
Millot, Isidoro Vegh. “El Objeto del Arte, incidencias freudianas”.
Editorial Nueva Visión.
[1 5 8 ]
Isidoro Vegh
[1 5 9 ]
DE UN DESTINO A UN ESTILO
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LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[1 6 2 ]
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[163]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[1 6 4 ]
Isidoro Vegh
A sí de manera fiel
Conté la historia hasta el fin;
la historia de Caín
Que sigue matando a Abel.” 2
[1 6 5 ]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[1 6 6 ]
Isidoro Vegh
[167]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
B ibliografía
1 Freud, Sigmund, O b r a s C o m p le ta s , Tomo XXII. “Sobre la conquis
ta del fuego”. Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 1976, p. 175
2 Borges, Jorge Luis, O b r a s C o m p le ta s , “Para las seis cuerdas”, Mi
longa de dos hermanos, p. 955/956.
3 Biblia de Jerusalem, Asuri Ediciones, Bilbao, 1975, p. 17
4 Barylko, Jaime “E l M i d r a s h ”, Capítulo 1, Ediciones ABA, Buenos
Aires, 1990, p. 26.
[1 6 8 ]
ACTUALIDAD Y ESTRUCTURA EN
LOS TIEMPOS DEL ANÁLISIS
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[171j
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APRÈS-COUP *
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A= Otro
x= punto de proyección
C= cuerpo
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s
4o) En “Moment de Conclure” 5 se resuelve apelando al trébol
(una banda de Moebius con triple torsión) sobre un toro. Este
trébol, equivalente a un nudo de tres anillos, puede desplegarse
como una trenza de tres hebras.
[177]
LAS INTER VENCIONES DEL ANALISTA
[1 7 8 ]
Isidoro Vegh
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*** “Serás lo que debas ser, o si no no serás nada”. Así decía San Martín
a su hija Merceditas, según cuenta la historia hecha leyenda.
[1 8 0 ]
Isidoro Vegh
Bibliografía
1 Lacan, Jacques, Écrits, “Le stade du miroir comme formateur de la
fonction du Je telle qu’elle nous est révélée dans l’expérience
psychanalytique”. Édiciones Seuil, Paris, 1966, p. 93.
2 Lacan, Jacques, Écrits, “Remarque sur le rapport de Daniel Lagache:
“Psychanalyse et structure de la personnalité”. Édiciones Seuil, Paris,
1966, p. 674
.
3 Lacan, Jacques en Scilicet, “L ’Etourdit”. Édiciones Seuil, Paris,
1973, p. 26.
4 Lacan, Jacques en las Actas de la Escuela Freudiana de Paris, “La
Tercera”, Ediciones Petrel, España, 1980, p. 182.
[1 8 1 ]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[1 8 2 ]
LA PRACTICA DEL PSICOANÁLISIS Y SUS
INTERROGANTES HACIA FIN DE SIGLO *
[1 8 3 ]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[1 8 4 ]
Isidoro Vegh
[1 8 5 ]
LAS INTERVENCIONES DEL ANALISTA
[ 186]
Isidoro Vegh
cambia. Aún vale una ética que nos invita a una práctica centrada
en el acto. Anudado a una ética, nos otorga libertad para las inter
venciones diferentes que también nos reclama.
Si algo distancia a este análisis de fin de siglo del análisis de
los inicios es que no sólo interviene en el registro de lo Simbóli
co, no sólo por el lado de la palabra, es una práctica del acto
donde el analista es invitado a intervenir también desde los otros
registros: el Imaginario y el Real.
Es la ética escéptica que se encuentra en la propuesta de Freud
y en la de Lacan. No estamos en el umbral del Apocalipsis; en la
historia de la humanidad hubo otros momentos en los cuales una
cultura avanzó por el tobogán del goce creyendo que podía
desanudarlo del amor y del deseo. ¿No es acaso la historia de la
decadencia del imperio romano y el comienzo del cristianismo,
propuesta ascética que tendía a suspender un goce que no encon
traba anclaje en relación al deseo y al amor?
Ética escéptica, acepta que nada asegura el resultado antes de
que se juegue la partida. Eso, a mí, no me desalienta, más bien
m e da entusiasmo. Si así no fuera, ¿qué otra razón hubieran teni
do estas letras que acaban de leer?
Bibliografía
1 Lacan, Jacques,E c r i t s , “L’instance de la lettre dans l’inconscient ou
la raison depuis Freud”, Éditions du Seuil, Paris, 1966, p. 493/528.
2 Lacan, Jacques, Séminaire XI, “Les quatre concepts fondamentaux
de la psychanalyse”, “Le sujet el l’Autre: L’Aphanisis”, Éditions du
Seuil, Paris, 1973, p. 202.
3 Descartes, " E l d i s c u r s o d e l M é t o d o ”, Editorial Losada, Buenos Ai
res, 1976, p. 30.
4 Freud, Sigmund, T o te m u n d T a b ú . E i n ig e U b e r e in s tim m u n g e n im
S e e l e n l e b e n d e r W ild e n u n d d e r N e u r o tik e r . Editorial Hugo Heller
and Cie. Leipzig und Wien, I. Bauernmarkt 3,1913.
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