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MÁS ALLÁ DE L DO LO R FÍS I CO : DE SO RDE N DE TE NS IÓ N P OS T- TRAUMÁTI C A

Al be rto M. G ol dwas e r, M.D .

El D e s orde n de Te n si on Pos t- Trau mati ca (PTS D ), au me n ta l a proporci on de l D añ o.

Muchos reconocen el dolor físico después de un accidente con heridas,


Pero solo algunos pocos se dan cuenta que lo que está pasando en la
mente de un individuo puede ser tanto o más devastador.

Un choque de carro. Una desgracia en el trabajo. Una caída. Las heridas


físicas son evidentes: una espalda en mala condicion, un cuello
adolorido... pero hay algo más. Hay un componente mental. Si esto es
manejado efectivamente, las personas se recuperaran de las dos partes,
física y mentalmente.

Yo relaciono esto a "Humpty Dumpty." El se sentó en una pared, cayó al


piso y nadie pudo volver a unir todas sus partes.

Para entender la dimensión completa del trauma psicológico y físico de su


cliente, un abogado puede estar bien armado para manejar los factores
legales. El Desorden de Tension Post-traumatico (o PTSD), extiende la
visión de los daños.

Esto; que frecuentemente es un repentino asalto al sentido de integridad,


puede interrumpir el bienestar de una persona.

El Desorden de Tensión Post-Traumatico no es comunmente reconocido,


pero es casi siempre simultáneo con daños personales. A menudo los
pacientes son sometidos a examen tras examen e ingieren medicaciones
que no mejora sus condiciones.

Estas personas algunas veces incluso son sometidas a cirugías que no


curan sus dolores. Eventualmente muchos con PTSD, se comienzan a
sentir descuidados por los doctores, incluso sus abogados no saben que
hacer con ellos.

Síntomas de ansiedad y depression son parte de PTSD. El accidente


estimula un ciclo y seguidamente la mente de las personas llega a estar
totalmente inmersa en sus desgracias y dolores. No hay más orden en sus
vidas. Las personas cambian seguido su estado de ánimo, se vuelven
irritables, dependientes de otros, miedosas, desorientadas.
No todas las personas que experimentan trauma necesitan tratamiento.
Con la ayuda de familia y amigos, muchos encuentran que pueden mejorar
y continuar la vida. Otros sin embargo necesitan ayuda profesional para
recobrarse y proseguir en una direccion positiva.

No es la severidad del accidente lo que determina si una persona


desarrolla PTSD; sino el significado que a la persona la une con la
experiencia. Es imposible determinar quien absorbera los efectos
psicológicos del trauma y continuará con su vida.

Muchos pacientes de PTSD tienen dificultad para hablar acerca del


trauma, lo cual hace difícil su detección. Las personas que lo sufren,
también tienen repetidos episodios en los cuales ellos vuelven a
experimentar el evento traumático. Estas personas pueden tener
problemas concentrándose, pueden perder el interés en actividades y
pueden tornarce solitarios y aislados.

Muchos pacientes con PTSD evitan situaciones de la vida cotidiana que les
recuerda el accidente. Irritabilidad, transtornos del sueño e intranquilidad
son también parte de este desorden.

Los abogados refieren sus clientes a neurólogos y ortopedistas.


Raramente vemos una referencia para una consulta psiquiátrica y para
tratamiento, si está indicado.

A pesar de la severidad de la condición, ésta es tratable. Los resultados


son mejores si estos síntomas son tratados temprano por expertos
psiquiatras.

La meta es ayudar al paciente a recobrar el nivel premórbido de


funcionamiento a travéz de trabajar con los efectos del trauma y del
dolor, y para resolver la pena que esto conlleva.

La psicoterapia se enfoca en ayudar a los pacientes a examinar sus estilos


particulares de tratar situaciones de tension y cómo el evento traumático
presente no se los ha permitido. Nosotros tambien trabajamos para
construir un autoestima y control, para restorar la integridad y el orgullo.
Medicación tambien puede ser necesaria para controlar y aliviar síntomas.
El tratamiento ayuda a asistir al paciente a encontrar nuevas y adaptables
soluciones a la aflicción.

Encontramos también que hay un reto colosal para los doctores,


parientes, y compañeros de trabajo en cuanto a entender el dolor crónico
(neuropático), de la persona perjudicada, por ejemplo en los daños a la
espina dorsal. Este dolor debe ser aliviado para ayudar al paciente ir a
través del proceso curativo.

La enorme diferencia entre la intensidad del dolor que se siente (el


síntoma) y el hallazgo visible (un signo, como lo es la fiebre, el
desfiguramiento o el sangrar). comunmente ensancha más la distancia
entre el dolor que se sufre y aquél que observa este dolor. Si el dolor es
intenso y agudo, conlleva temor, y si es prolongado, depresión. El
paciente puede incluso perder el deseo de vivir.

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