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R E V I S T A D E E S T U D I O S I N T E R N A C I O N A L E S

El árbol y el bosque en el
Uruguay de la recesión.
Sociedad, estado, política y corporaciones:
necesidades y posibilidades
Gerardo Caetano

La coyuntura recesiva que afecta al Uruguay desde hace cuatro años ha gol-
peado duramente el tejido social del pais. Han crecido las vulnerabilidades
sociales y económicas, y la inestabilidad de sus socios más cercanos, junto a
muchos otros fenómenos que todos recordamos, ha impactado negativamente
sobre nuestra sociedad. No basta el crecimiento económico para generar una
mejora del escenario social. Hay múltiples ejemplos y muy cercanos de países
cuyas economías crecieron sin que mejoraran sus niveles de igualdad social.
Sin embargo, a poco de que se profundiza en el análisis de esta coyuntura de
recesión, este nos ayuda a visualizar algunos problemas más estructurales en
la sociedad uruguaya. En ese sentido, cabe advertir que no es hacia fines de
1998 cuando comienza a insinuarse la caída de la actividad económica, sino
desde bastante tiempo atrás, que Uruguay presenta problemas estructurales ya
instalados, con una hondura mayor de lo que se cree y una potencialidad de
conflictividad elevada.

EL ESCENARIO SOCIAL DEL URUGUAY triz de igualdad de oportunidades que lo


DE LOS ÚLTIMOS AÑOS había caracterizado como una “sociedad
hiperintegrada”. Existe un evidente y

U ruguay se está alejando desde hace


ya bastante tiempo de la vieja ma-
constatable avance de la segmentación,
fragmentación y desacoplamiento de las

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Gerardo Caetano

poblaciones que pertenecen a los quintiles menor capacidad de respuesta a coyuntu-


medios y más ricos con respecto a aque- ras favorables. De ese modo, la igualdad
llas del quintil más pobre, con el agra- de oportunidades se quiebra desde la base.
vante de que más de la mitad de todos los La evolución de muchos de estos fenó-
niños uruguayos entre cero y cinco años menos no depende sólo de lo que hagan o
de edad está en este último quintil y ape- no los gobiernos de turno. Ante proble-
nas un 4% en el primero o más rico1. mas estructurales de esta envergadura, el
Junto a esta marcada infantilización éxito o el fracaso en contrarrestar estas
de la pobreza, que resulta escandalosa y tendencias es un problema que debe ser
que hipoteca el futuro, se han verificado asumido por la sociedad en su conjunto.
avances preocupantes de la segmentación Y debemos advertir que de lo que esta-
en los ámbitos de la educación, la salud y mos hablando es del futuro, de que estas
hasta en los espacios de radicación terri- tendencias no se transformen en destino.
torial de los distintos estratos sociales.
Como han revelado estudios recientes,
desarrollados por investigadores probada-
El nivel socioeconómico de la escuela
mente rigurosos, aproximadamente la y el barrio se están homogeneizando.
mitad de los niños entre 0 y 5 años y el
40% entre 6 y 13 años viven por debajo A estos problemas se suman otros que
del umbral de pobreza, aún reconociendo se combinan y agravan la situación social
y recalcando que la línea de pobreza en de los sectores más desfavorecidos. La
Uruguay es exigente y define a una po- precarización del mercado laboral, la ines-
blación pobre que está en su mayoría bien tabilidad creciente de los marcos familia-
lejos de la indigencia o la miseria. Ahora res y el distanciamiento cada vez mayor
bien, los trabajos del IPES, de la UCUDAL entre las personas pertenecientes a estra-
revelan que a esta infantilización aguda de tos sociales diferentes afecta antes que
la pobreza se le suman fenómenos tam- nada a los más pobres. Es cada vez más
bién graves, como la consolidación de visible que en los barrios montevideanos
bolsones de pobreza dura y marginal, so- no interactúan personas de distintos es-
bre los que las políticas sociales pueden tratos sociales. Esa interacción tampoco
hacer menos y desde donde existe una se produce en aquellos ámbitos tradicio-
1
Éstas y otras evidencias y apreciaciones sobre el escenario social, la pobreza y la desigualdad se
basan sobre todo en las investigaciones desarrolladas por Rubén Kaztman y Fernando Filgueira desde el
programa de investigación sobre integración, pobreza y exclusión social de la Universidad Católica del
Uruguay. Ver en particular Kaztman y Filgueira F., Panorama Social de la Infancia y la Familia en
Uruguay, Instituto Interamericano del Niño/Universidad Católica, 2001. También se presentan datos y
se recogen ideas presentadas en el primer Informe de Desarrollo Humano del Uruguay, desarrollado por
los mismos autores. Como trabajos pioneros en esta materia se encuentran los ya clásicos de Juan Pablo
Terra y en tiempos más recientes la producción de Carlos Filgueira, especialmente sus textos sobre
jóvenes y educación, vulnerabilidad y el artículo “Sobre Revoluciones Ocultas, La Familia en el Uru-
guay”, CEPAL, Montevideo, 1999.

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El árbol y el bosque en el Uruguay de la recesión

nales de integración social como era la ra, la agenda social que tenemos frente a
escuela, que se está homogeneizando en nosotros no se resuelve sólo con creci-
cuanto a su nivel socioeconómico al igual miento, exige políticas sociales proactivas
que el barrio. (Ver gráfico al final del ar- y específicas. El fin de la recesión es prio-
tículo). ritario pero no suficiente frente a tama-
ños problemas.
Resulta indispensable señalar y des-
La agenda social no se resuelve tacar que Uruguay logró efectivamente
sólo con crecimiento y exige políticas mejorar sus niveles de pobreza y mante-
sociales proactivas y específicas. ner (y según algunos estudios disminuir)
los niveles de desigualdad entre 1985 y
Los jóvenes y adolescentes también 1994 (PNUD/IDH, 1999). Después de la
son afectados prioritariamente por estos debacle social con que termina la dicta-
fenómenos sociales. Un reciente estudio dura, del ajuste recesivo de 1983-84 y de
del MESYFOD revelaba que entre los 12 una pauperización muy grave de la po-
y los 27 años un 50% de los jóvenes ya blación, hubo una mejora fuerte de la eco-
abandona el sistema educativo mientras nomía al retornar los gobiernos democrá-
que más del 10% de ese mismo segmento ticos que supieron combinar crecimiento
etario no sólo no estudia sino que tampo- económico con abatimiento de la pobre-
co trabaja. Estos altísimos niveles de de- za. (Ver gráfico al final del artículo).
serción escolar (de los más altos de Amé- Este indudable éxito volvió a hacer
rica Latina) y los problemas de inserción del Uruguay el país más igualitario de
laboral se vuelven más graves frente a las América Latina (claro que ésta era de las
transformaciones contemporáneas de la regiones que presentaba mayor inequidad
economía global: como se sabe, ésta tien- social en el planeta). Sin embargo, estas
de cada vez más a generar disparidades tendencias favorables comienzan a dete-
de empleo e ingresos crecientes entre los nerse hacia mediados de los años noven-
trabajadores más y menos calificados. ta, como lo indican por ejemplo los muy
Podríamos agregar fenómenos como buenos estudios de Kaztman y Filgueira,
la significación del embarazo precoz en entre otros. Las razones son varias: se lle-
los hogares más pobres, el agravamiento ga a un núcleo duro de la población po-
severo del desempleo liso y llano entre bre con zonas de marginalidad muy fuer-
los más jóvenes o la situación de los tra- te sobre el cual es muy difícil operar con
bajadores desalentados que ya no buscan eficacia aun desde políticas sociales orien-
más empleo, pero todo eso consolidaría tadas o focalizadas; el propio desarrollo
la perspectiva señalada anteriormente: económico destruye o precariza empleos
más allá de la recesión y de sus efectos no calificados, lo que afecta a los secto-
muy negativos respecto a una sociedad res menos educados que tienden a ser los
que había mejorado claramente sus ten- más pobres, y se produce un incremento
dencias y escenarios luego de la dictadu- en el diferencial de ingresos entre los sec-

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Gerardo Caetano

tores más educados y menos educados.


Todo ello contribuye a frenar el descenso La evolución de los indicadores
de la pobreza y eventualmente a su mo- sociales revela que hay problemas
derada expansión. (Ver gráfico al final del que trascienden las coyunturas y la
artículo).
La sociedad toda, no sólo un gobier- acción de los gobiernos.
no o el Estado, comienzan a encontrarse
con problemas sociales más difíciles de
resolver, con una pobreza más difícil de LA INVISIBILIDAD DE LA
abatir. Aunque siguen mejorando indica- URGENCIA SOCIAL
dores fundamentales como la mortalidad
infantil, la cobertura educativa de los pre- En otras oportunidades hemos seña-
escolares (instrumento fundamental para lado que Uruguay convive mal con el cam-
generar igualdad en una sociedad como bio pues tiende a disimular sus transfor-
la uruguaya), muchos de esos fenómenos maciones, porque le cuesta asumir los
más estructurales que veníamos mencio- conflictos que anidan en ellas. Muchas de
nando se consolidan y en algunos casos las señales que hemos anotado, pese a que
(como el de la infantilización de la po- han sido advertidas por numerosos y ca-
breza) se profundizan. Luego vino la re- lificados investigadores, terminan siendo
cesión económica iniciada en el ‘99 y gra- “invisibilizadas” por la sociedad. Esto
dualmente y por distintas vías se afectó ocurre, entre otras cosas, porque quienes
el conjunto del escenario social. Podría emiten estas señales, que son los más po-
ingresarse en el debate instalado en el país bres y los más jóvenes, no constituyen los
desde hace ya años respecto a las formas sectores con voz más amplificada ni los
de medición de la pobreza y sus resulta- más activos en efectuar reclamos públi-
dos diversos. Se trata de una discusión camente. Además, hay un viejo imagina-
relevante que hay que dar con rigor y sin rio social uruguayo que vincula la pobre-
intereses políticos menores. Pero cabe ir za con el tema de la tercera edad, pero
más allá: el recorrido histórico de la evo- que se olvida de la principal deuda que
lución de los indicadores sociales en el tenemos como sociedad que, vuelvo a re-
Uruguay desde el fin de la dictadura has- petir, es con el futuro, es con los niños y
ta acá nos revela que hay problemas es- los adolescentes.
tructurales que trascienden las coyuntu- Las señales de alerta se refuerzan
ras y la acción de los gobiernos, que se cuando vemos que las acciones estatales
profundizan pero que no nacen con la se debilitan en su eficacia ante estos fe-
recesión económica, y cuya gravedad nómenos que se han vuelto estructurales.
exige sin demora políticas de Estado y, Todo esto nos puede plantear el horizon-
sobre todo, políticas de sociedad. Y con te de una sociedad que en pocos años no
ese sentido de urgencia que al país le podamos reconocer. Como cada sociedad
cuesta tanto. define moralmente sus límites de toleran-

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El árbol y el bosque en el Uruguay de la recesión

cia frente a los fenómenos de desigual- argentina, no estuvimos vacunados con-


dad social, muchas veces sobrecoge el que tra un golpe de Estado. Por ejemplo, real-
esos límites parezcan haberse vuelto ex- mente duele mucho la lectura provincia-
tremadamente laxos en Uruguay. El país na y bastante mezquina de muchos uru-
no parece advertir este “huevo de la ser- guayos respecto al drama argentino.
piente” que se está anidando en su seno.
Incluso parece haber perdido el sentido
de la urgencia y la indispensable rebeldía
Ninguna sociedad, cualquiera sea su
ante una realidad social que en pocos años tradición de paz y democracia, está
puede detonar. vacunada contra un estallido social.
La coyuntura de recesión que tien-
de a agravar todos estos fenómenos se En segundo lugar, la política es so-
instala dentro de un marco estructural bre todo anticipación. Lo que fracasó
con vulnerabilidades económicas y so- en Argentina, entre otras cosas, fue la
ciales muy visibles. El viejo tejido so- política porque no anticipó el verdade-
cial uruguayo presenta heridas inocul- ro riesgo. Se miraba sólo el aumento de
tables, con lo cual se están generando los puntos básicos del riesgo país y se
bombas de tiempo muy graves. Pero rei- era indiferente y omiso frente al creci-
tero que politizar estos asuntos resulta- miento explosivo de la marginación y
ría mezquino y contraproducente: nin- la pobreza. Se miraban sólo las señales
gún gobierno por sí, sea del signo que del sistema financiero internacional
sea, solucionará en solitario estos temas. (que por cierto hay que mirar y aten-
Sí es responsabilidad intransferible de der) pero se olvidaban que había verda-
todo gobierno instalar estos temas en el dero riesgo país dentro de fronteras.
centro de la agenda pública, darles la Hemos visto datos sociales muy preocu-
prioridad que les corresponde, convo- pantes cuyas proyecciones de pobreza
car a todos los actores y promover una y pauperización nos estremecen. Enton-
sensibilidad social especial para preci- ces, desde la mejor tradición de la polí-
sar el foco de la acción pública (no sólo tica uruguaya, debemos anticiparnos,
estatal) contra la pobreza. sobre todo cuando tenemos bombas de
Es necesario aclarar que ninguna tiempo instaladas estructuralmente en
sociedad por mejor tradición de paz y nuestra sociedad, que no dependen sólo
de democracia que tenga está vacunada de la acción de un gobierno y que nece-
contra un estallido social. Esta aclara- sitan muchos años de acción conjunta
ción es muy importante para Uruguay para ser revertidas.
que siempre ha tenido una vocación “is- Tercero, éste es un momento muy de-
leña”, sintiéndose ajeno a los dramas licado, hay que ser cautos con las pala-
que históricamente han afectado a los bras, hay que evitar los alarmismos pero
países de la región. Si bien éramos di- también los silencios que cada vez más
ferentes de las sociedades brasileña y suenan a indiferencia o a la vieja “políti-

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Gerardo Caetano

ca del avestruz”. La expresión “estallido En Uruguay todavía no tenemos nada si-


social” tiene connotaciones muy graves milar al Movimiento de los Sin Tierra de
y puede anidar muchas significaciones Brasil ni a los “piqueteros” argentinos.
hasta contradictorias. No todas las socie- Nuestros sindicatos son totalmente diferen-
dades “estallan” de la misma manera. A tes a los de Argentina. Nuestra sociedad
veces en nuestro país parecería que algu- reacciona de una manera distinta. Los par-
nos desearan un cataclismo social o una tidos y el Estado todavía mantienen, pese
hiperinflación como preámbulo necesa- a la crítica creciente de la ciudadanía, ele-
rio para cambiar a la sociedad de acuerdo mentos de arraigo y continentación que
a sus ideas. Esos extremistas, que se en- canalizan las demandas. Es también im-
cuentran tanto en la derecha como en la portante decir que nuestra sociedad tiene
izquierda, que desde proyectos antagóni- distintas alternativas políticas y que toda-
cos coinciden sin embargo en ese lema vía protesta por la vía electoral. La socie-
absurdo de que “cuanto peor mejor”, son dad uruguaya no tiene tanta energía ni tan-
a mi juicio profundamente irresponsables. ta violencia como la argentina. Pero nin-
Como ciudadano no quiero nada pareci- guna sociedad está vacunada de una vez y
do a un estallido social o a un episodio de para siempre contra estos procesos, sobre
hiperinflación para nuestro país. Porque todo cuando el origen de ellos tiene que
las sociedades que viven estos fenóme- ver con fenómenos planetarios que tam-
nos destructivos, donde la violencia di- bién nos impactan, mal que le pese a nues-
suelve el tejido social y la convivencia se tra inveterada vocación isleña. Lejos de las
carga de riesgo y de desconfianza, nunca pontificaciones y de las advertencias de
más vuelven a ser iguales, cuesta mucho dedo levantado que solo irritan, los uru-
reconstruir en ellas –como vemos en el guayos necesitamos sacudir nuestras dis-
caso argentino– pautas generales auténti- tintas “modorras”, somos demasiado
camente democráticas y solidarias. autocomplacientes cuando nos miramos al
espejo. Seguimos siendo la sociedad más
Las sociedades en que la igualitaria en América Latina, pero me pre-
gunto cuánto tiempo más lo seremos si no
violencia disuelve el tejido logramos desarrollar medidas eficaces y
social y la convivencia se cargan urgentes para contrarrestar estos fenóme-
de riesgo y desconfianza. nos de desintegración que hieren nuestro
tejido social.
Por ello, para prevenir cualquier fenó-
meno de ese tipo, tenga la forma que ten-
ga, la mejor opción –repito- es la anticipa- ESTADO, GASTO PÚBLICO Y EQUIDAD
ción. Las tendencias no tienen que ser en- SOCIAL: LIMITES Y POSIBILIDADES
tendidas como destino. Sí lo son cuando
los gobiernos y la ciudadanía se vuelven No es hora para dogmatismos ni para
miopes e inoperantes para contrarrestarlas. demagogias. Sí para posturas pragmáticas,

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El árbol y el bosque en el Uruguay de la recesión

que sean rigurosas pero que a la vez no le un Estado ineficiente en el control: cuan-
tengan temor a las políticas activas y do se le pedía a la sociedad toda que se
anticíclicas. En un momento de abatimien- ajustara una vez más el cinturón, ese mis-
to del déficit fiscal por supuesto que hay mo Estado con restricciones para gastar
más restricciones, razón de más para plan- debió poner 33 millones de dólares para
tear radicalmente la discusión de la rela- preservar la estabilidad del sistema finan-
ción del Estado con la sociedad y hacer ciero uruguayo ante la estafa de unos de-
transparentes los problemas. Ha llegado la lincuentes de cuello blanco en un banco
hora de discutir en serio el costo país, las de plaza. Y anotemos que, como también
tarifas y los salarios públicos, los privile- lo revela el drama argentino, la inestabili-
gios estatales, las asignaciones del gasto dad del sistema financiero es de las peores
público, pero también el tema de la cosas que le podrían pasar al país en estos
reactivación de la producción y del empleo momentos y que es de responsabilidad asu-
y el de la inversión. Con recursos acota- mirlo si no se tienen otras alternativas. Por
dos, los tópicos de las prioridades en el eso mismo, el nuevo Estado que hay que
gasto y en la inversión se vuelven más sig- construir requiere también de fuertes in-
nificativos, sobre todo en un país con los versiones de reingeniería institucional y po-
paupérrimos niveles de inversión privada lítica para que estas cosas no pasen. Por
que ostenta hoy el Uruguay. No se trata otra parte, en estos contextos restrictivos
por supuesto de la vuelta de un Estado ex- es cuando se debe utilizar el bisturí en don-
pansivo e irresponsable, aunque es preci- de el Estado despilfarra. Si existen
samente ante los ciclos adversos que un irracionalidades en el gasto público, como
Estado responsable y moderado debe in- ha informado la Presidencia, en áreas tan
vertir. Sin embargo, terminó la política sensibles como los salarios de la adminis-
estadocéntrica, hay que esperar menos del tración o la salud pública, es éste el mo-
Estado, lo que por cierto no significa no mento para obtener –sin oportunismos–
esperar nada. Las políticas públicas deben una legitimidad ampliada para operar so-
estimular la confianza necesaria para que bre ellas.
los agentes privados se animen a invertir,
a crear y mantener empleo, sobre todo en
un contexto tan adverso. No todo puede
Hay que esperar menos del Estado,
ser ajuste pues como señal eso estimula el lo que no significa no esperar nada.
repliegue inversor tanto como la irrespon-
sabilidad en el gasto. Pero también en
momentos de abatimiento del gasto esta- Esta coyuntura crítica podría ser para-
tal se vuelve más imperativo el Estado ga- dójicamente un momento propicio para
rante y regulador. Muchos asociaron los negociar un nuevo contrato social entre el
enfoques desreguladores como equivalen- Estado y el ciudadano. En Uruguay hay una
tes a vacíos procedimentales y vieja matriz de Estado que no se puede res-
organizativos. Hoy sabemos los costos de taurar y que tampoco puede dar respuestas

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Gerardo Caetano

eficaces a los problemas contemporáneos.


Esto implica un proceso continuo de refor- La reforma del estado no es
ma del Estado que debe ser negociado y no sinónimo de privatización.
impuesto pero que tampoco puede esperar
más. Hoy sabemos que la reforma del Es- Hace ya unos años, cuando se discu-
tado –y el suicidio del Estado argentino lo tió la reforma constitucional, el entonces
confirma– no es sinónimo de privatización. diputado y hoy senador Alejandro Atchu-
Incluso algunos ultraprivatizadores de hace garry planteó la necesidad de incorporar
algunos años hoy comienzan a cambiar en la Constitución un New Deal entre el
porque también lo está haciendo el mundo. Estado y el ciudadano. Aunque no me
Así como cayó el comunismo también ha parece que sea materia constitucional, sí
caído la “teocracia del mercado” y del “Es- creo que la apelación es buena y oportu-
tado mínimo”, al estilo del “thatcherismo” na. No tiene que ser del estilo de lo que
o del “reaganismo”. Actualmente podemos pudo ser la Conapro del Uruguay de los
asumir parámetros más pragmáticos para años ochenta o del pacto de la Moncloa
discutir en serio estos temas, desde los cua- en la España de la transición. Más bien,
les es posible encontrar la idea de una re- pienso en acuerdos más puntuales y es-
novación de pacto social inscripto en un pecíficos, que sin embargo tengan la per-
Estado menos inflado, que se repliega en suasividad de consolidar iniciativas bien
algunas cosas para desplegarse con más vi- concretas y con apoyos amplios, y que
gor en otras (por ejemplo en las políticas sean señales positivas de construcción
contra la pobreza estructural o en la pro- política reformista. Por eso tantos urugua-
moción de políticas activas de empleo), que yos vivimos con expectativa primero y
gaste e invierta mejor sin asfixiar con sus con frustración después el debate y la tra-
costos e impuestos al ciudadano, que regu- mitación parlamentaria del proyecto para
le mejor donde tiene que hacerlo y que sea la transformación de ANCAP2 hacia fi-
más eficiente y eficaz. Dicho así estos nales del año pasado. El proyecto final-
señalamientos parecen una simple reseña mente acordado, además de configurar en
de buenas intenciones pero si miramos las sí mismo una buena solución, era una se-
discusiones del mundo veremos que todas ñal estupenda en momentos especialmen-
esas postulaciones pueden concretarse en te difíciles: fue redactado por muy califi-
ejemplos bien pragmáticos y específicos. cados parlamentarios de todos los parti-
Si no nos ponemos a tono con esos niveles dos políticos con espíritu moderno y ne-
de discusión, seguiremos con esta sordera gociador, sorteaba por primera vez –
provinciana. más allá del ejemplo muy importante

2
ANCAP es la empresa de combustibles uruguaya, fundada en 1931. Actualmente, la ley a que se
hace referencia y que fue aprobada en diciembre del 2001, es objeto de un recurso de referéndum.

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El árbol y el bosque en el Uruguay de la recesión

de la “Comisión para la Paz” 3– la línea hoy a firmar el despido. A todo esto se


divisoria entre coalición gobernante y suma una sociedad donde la desocupación
oposición de izquierda (con ganancias ha adquirido niveles inéditos al existir
evidentes para unos y otros). Puedo en- medio millón de personas con problemas
tender la actitud del sindicato de ANCAP, de empleo, con lo cual se ha transforma-
en un contexto de tanto temor, de tantas do la relación del trabajador con su tra-
restricciones y desconfianzas. Me cuesta bajo. Ya no se puede pensar en un traba-
más entender por qué los senadores fren- jador de una única empresa, con un único
teamplistas Alberto Couriel, Danilo Astori oficio, etc. En un marco laboral crecien-
y Enrique Rubio, encargados de negociar temente flexibilizado, el terror del desem-
el proyecto finalmente aprobado en cáma- pleo ha generado que el trabajador tenga
ras, fueron desautorizados luego de una ne- cada vez menor protección. Eso genera
gociación tan razonable. vulnerabilidades y transformaciones muy
grandes.
En estas circunstancias, el movimien-
El terror del desempleo to sindical tendría que modificar su ope-
rativa, pero es visible que le cuesta enor-
genera vulnerabilidades y memente cambiar. Tiene un muy impor-
transformaciones muy grandes tante debate de renovación instalado en
su interior, pero en su seno los sectores
renovadores lamentablemente todavía no
MERCADO LABORAL, SINDICATOS, EM- han ganado. Cuando uno cruza la acción
PRESARIOS Y AGGIORNAMIENTO de los sindicatos más duros y ortodoxos
con el mayor o menor éxito de las reivin-
Cuando existe un movimiento sindi- dicaciones propias de los trabajadores, se
cal como en Uruguay con una central úni- encuentra que les ha ido peor a quienes
ca que representa poco más del 12% de tienen ese tipo de dirigencia gremial. Hoy,
la PEA, pero en cuyas filas más del 60% el movimiento sindical debe pensar mu-
son funcionarios públicos, entonces este cho en la opinión pública cuando aplica
actor tiene evidentemente problemas de sus medidas de lucha e incorporar una
representación en la masa de trabajado- visión moderna y verdaderamente progre-
res. En realidad, cada vez le cuesta más sista, lo que equivale a dejar atrás defini-
reclutar a los jóvenes y a los trabajadores tivamente esquemas “dinosáuricos” que
del sector privado porque en muchas em- son, además, atajos para el desastre, por-
presas afiliarse a un sindicato equivale que alimentan al grupo militante, pero

3
Se trata de una Comisión creada en el año 2000 para investigar la situación de los detenidos
desparecidos uruguayos. Surgió de una acuerdo básico en el que participaron la Asociación de Madres
y Familiares de Detenidos Desaparecidos de Uruguay, el presidente Batlle y el presidente del Encuentro
Progresista, Dr. Tabaré Vázquez.

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Gerardo Caetano

terminan desprotegiendo a la mayoría de mente endeudado y muy heterogéneo en


los trabajadores. Y señalo esto también sus desempeños y en sus niveles de efi-
como trabajador, como un ciudadano con- ciencia. Hay muchos productores agrope-
vencido de que toda democracia requiere cuarios grandes, medianos y pequeños
sindicatos fuertes, modernos y autónomos. que hicieron sus “deberes” de manera
Ante la actual crisis los sectores em- ejemplar pero que, sin embargo, han sido
presariales tampoco se han acompasado castigados por los contextos internacio-
a las exigencias de la hora. Cuando tene- nales, pero también por políticas públi-
mos un Estado que ya no puede ser el gran cas que no los apoyaron ni los defendie-
inversor o el “capitalista sustituto” como ron suficientemente. Allí sin duda hay
lo fue históricamente en el país, hay que una inversión social que cuidar, tan o más
crear condiciones para tener una masa de relevante que otras opciones que suelen
empresarios que pueda invertir en clave ser priorizadas. No deben caricaturizar-
productiva y no meramente especulativa. se los reclamos radicales del sector agro-
Para ello tienen que darse previsibilidades pecuario.
y condiciones políticas que aseguren re-
glas de juego claras en donde el mejor
negocio para un empresario sea crear POLÍTICA, ANTIPOLÍTICA
empleo e invertir en la producción antes Y LA CREDIBILIDAD DE LOS SISTEMAS
que recurrir a la importación o al sistema Y ELENCOS POLÍTICOS
financiero. Sin embargo, ello no sólo re-
quiere políticas públicas sino también una Cuando se habla de contagio no pue-
actitud empresarial más consistente y do sino pensar en el factor Argentina. Mi-
emprendedora. les de uruguayos siguen día a día el dra-
ma argentino a través de la pantalla de la
En la actual crisis, los sectores televisión, con las imágenes estremece-
doras de los saqueos, de la impotencia ciu-
empresariales no se han acompasado dadana frente a la estafa del “corralito”,
a las exigencias de la hora. de la violencia institucionalizada. Allí hay
un factor preocupante, que se profundiza
El sector agropecuario atraviesa tam- ante la imagen de un sistema político co-
bién transformaciones muy radicales. Si rrupto y deslegitimado, sin alternativas,
hoy se observa la acción de las gremiales sin garantías, que alimenta una “reacción
agropecuarias y se las proyecta histórica- antipolítica” que crece a niveles insospe-
mente, aparecen fenómenos absolutamen- chados. Yo no creo en la “antipolítica”.
te inéditos. Las declaraciones y pronun- Me parece que nada bueno sale de allí. Y
ciamientos más recientes de los principa- el ejemplo argentino nos brinda una lec-
les dirigentes de sus gremiales históricas ción en esa dirección. En Uruguay tene-
son especialmente significativos en este mos antipolítica con grados mucho me-
aspecto. Se trata de un sector profunda- nores que en Argentina y otros países de

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El árbol y el bosque en el Uruguay de la recesión

América Latina. La antipolítica es una A pesar de todas las carencias que tie-
tentación terrible. Es como la tentación ne el sistema político uruguayo, allí toda-
populista. Es como la tentación autorita- vía tenemos un activo a cuidar y poten-
ria. Es como la tentación del shock ultra- ciar. Los partidos políticos son actores
liberal o como la tentación del “hombre absolutamente indispensables para llevar
providencial” (sea el ministro de Econo- adelante las políticas sociales y las refor-
mía con superpoderes o el presidente que mas económicas que el país no puede
brinda el atajo al Primer Mundo). Todas postergar en función de las exigencias del
esas tentaciones que son negadoras de la nuevo contexto regional y mundial. Pero
política terminan con balances sociales y también entre nosotros la antipolítica está
económicos desastrosos. Creo que ésa es impregnando a la sociedad, incluso a los
una de las grandes lecciones que los uru- propios políticos que están empezando a
guayos y los latinoamericanos debemos hacer “política contra la política”. En esa
aprender de la crisis argentina. Hoy uno dirección se pueden obtener réditos pe-
ve que Argentina es una sociedad sin Es- queños en el corto plazo pero a la larga
tado. Una sociedad en situación preanár- no se acumulan. También entre los inte-
quica, como lo ha dicho el propio presi- lectuales está de moda criticar a la políti-
dente Duhalde, en donde se gobierna “al ca, al Estado, a los políticos, a los parti-
grito” y no se puede persuadir a una ciu- dos. Es mucho más difícil hoy reivindi-
dadanía que con justicia se siente una y car el espacio de la política que negarlo,
otra vez estafada. Es el resultado de un también para el intelectual que tiene que
sistema político que perdió absolutamen- mirar al largo plazo basándose en sus con-
te su credibilidad por corrupción, por in- vicciones y en la rigurosidad de su inves-
eficiencia, por hegemonismo y por una tigación. Y lo digo sabiendo que estos
práctica constante de destrucción del ad- dichos hoy no dan rédito. Da mucho más
versario. popularidad hablar contra los políticos,
contra los partidos, contra el Estado. Sin
embargo, no creo en los oportunismos
La antipolítica es una político-partidarios que no me competen,
tentación terrible. pero mucho menos en los oportunismos
intelectuales que sí me competen.

117
Gerardo Caetano

ANEXOS

Distribución de la población por tramos de edad y composición social del ve-


cindario. Montevideo 1991-1998
Composición social del
0a5 6 a 12 13 a 17 18 a 64 65 y más
vecindario
1991
ALTA 44.6 45.7 44.6 53.6 59.4
MEDIA 32.7 32.7 31.7 28.8 25.8
BAJA 22.7 21.6 23.6 17.6 14.7
TOTAL 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
1998
ALTA 38.7 39.7 40.3 50.5 58.9
MEDIA 29.3 31.4 29.6 28.1 25.8
BAJA 32.0 28.9 30.0 21.4 15.3

Fuente: Tomado de Kaztman y Filgueira, 2001, sobre la base de la ECH, INE.

Evolución de la pobreza por hogares,


Uruguay urbano 1986-1999

40
35
30
25
20
15
10
1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994

Fuente: Tomado de Kaztman y Filgueira, 2001, sobre la base de la ECH, INE.

Evolución de la pobre z a por hoga re s,


Urugua y Urba no 1994-1999
17
16
15
14
13
12
11
10
1994 1995 1996 1997 1998 1999

Fuente: Tomado de Kaztman y Filgueira, 2001, sobre la base de la ECH, INE.

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