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CURSO DE DISCIPULADO MODULO 4

TEMA: MALDICIÓN HEREDITARIA :” LA FABULA QUE IRRITA A DIOS ”.

ASUNTO: DOCTRINA/ INTRODUCION / parte 1

NOMBRE DEL ALUMNO (a) ------------------------------------------------------------------------------

FECHA / /

Introducción: Cada día que pasa, aumenta en las iglesias cristianas el número de
creyentes que se involucran con doctrinas o creencias espirituales que afrontan el
evangelio de Jesucristo. La enseñanza sobre “maldición hereditaria” es un ejemplo
de ese camino en dirección a la generalizada apostasía, cuya conclusión será
cuando sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone
contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el
templo de Dios, haciéndose pasar por Dios, “Nadie os engañe en ninguna
manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se
manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se
levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se
sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”(II Tes
2:3-4).

Los proclamadores de la “Maldición Hereditaria” se levantan contra Dios,


cuando enseñan que la causa de los sufrimientos, de las tribulaciones, de
las pruebas, de las tragedias, de las enfermedades, en fin, de los males que
afligen a las personas son consecuencias de los hechos pecaminosos de
sus antepasados- padres, abuelos, bisabuelos, etc. De esta forma, crearon
la necesidad de “romper la maldición”, por alguien especializado en guerra
espiritual. A partir de entonces, surgen otras ramificaciones doctrinarias:
la creencia “en nombres malditos” y “palabras malditas”. Además de la
“herencia maldita”, se cree que los nombres personales que tienen
significados considerados “negativos” deben ser cambiados por otros
nombres considerados “positivos”, para que la persona sea libre y
bendecida. En esa misma línea, se cree que las palabras emitidas por las
personas tienen poder para definir su futuro de la siguiente forma: “se las
palabras son buenas, las personas serán exitosas. ¿Sera eso verdad? Al
confrontar esas enseñanzas con la palabra de Dios, veremos cuan frágiles
son, engañadoras y destructoras. Creer en “MALDICION HEREDITARIA”,
además de un hecho que revela ausencia de buen sentido, es una
declaración de oposición a la palabra de Dios, cuando en la biblia indica
que, el pecado es personal. La sagrada escritura, no niega que las personas
influencian y son influenciadas, sea para el bien o para el mal; sin
embargo, la responsabilidad de las acciones acertadas o equivocadas, es
siempre de la persona y no de sus descendientes. Y más las escrituras
declaran, que siempre es Dios el que bendice y maldice. A los obedientes,
él bendice; a los desobedientes, él maldice (Deuteronomio 28). Entonces,
¿Quién podrá romper una maldición deflagrada por el Todopoderoso?

La creencia en “Maldición Hereditaria”, no es una invención espiritual de


los creyentes modernos; hace miles de años, Dios advirtió a su pueblo, que
siempre presentó disposición para lanzar sus errores en los otros: “Vino a
mí palabra de Jehová, diciendo: ¿Qué pensáis vosotros, los que usáis este
refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas
agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera”?, (Ezequiel 18:1,2). En
las palabras del Altísimo Dios, la creencia en “Maldición Hereditaria” no
pasa de un “dicho”, cuya insistencia lo “enfada”.

En esa condición, el Señor le dio un ultimato a su pueblo:” Vivo yo, dice


Jehová el Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel
(Ez.18:3). En seguida finalizó el tema, determinando que la culpa por los
pecados no es hereditaria, sino personal:”He aquí que todas las almas son
mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que
pecare, esa morirá” (Ez.18:4). Si el siervo o sierva de Dios estudia este
tema con voluntad, humildad y contrición, encontrara ayuda para vivir la fe
cristiana de forma sumisa a la palabra de Dios; quedara aliviado por saber
que la definición del destino de las personas no está condicionada a los
hechos de sus antepasados, ni al nombre que lleva o palabras proferidas,
porque cada ser humano es responsable por sus actos , y Dios tiene
dominio de la vida de cada uno. Quedara mas aliviado al saber que el salvo
por la gracia de Dios está libre de la maldición divina que está sobre la vida
de los desobedientes; “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho
por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es
colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham
alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del
Espíritu” (Gal.3:13,14). Las personas verdaderamente salva y convertidas
a Cristo son totalmente libres de la maldición divina: “el cual nos ha
librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado
Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”,
(Col.1:13,14). Por lo tanto, para aquellos que fueron salvas por la gracia
de Cristo: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en
Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu”, (Rom.8:1). Además de esa maravillosa salvación, permaneciendo
obediente a la palabra de Cristo, el salvo no recibe maldición, sino, las
bendiciones prometidas por aquel que lo salvo (Juan 8:31; 15:4,7).

En nuestras próximas citas, hablaremos sobre: “Nombres malditos” y


“palabras malditas” ¿Sera eso verdad?

Pr. Edil Son Díaz

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