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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES


ESCUELA DE CONTADURÍA PÚBLICA
MÉTODOS DE LA INVESTIGACIÓN 2
CAMPUS BÁRBULA

EL SÍNDROME BURNOUT: DESGASTE PROFESIONAL

Autor(a)
Hernández, Jesús
CIV-26.196.936

Bárbula, agosto de 2019


EL SÍNDROME BURNOUT: DESGASTE PROFESIONAL

El Síndrome de Burnout, de acuerdo a las indagaciones efectuadas por el


investigador, es un padecimiento que consiste en la presencia de una respuesta
prolongada de estrés en el organismo, ante los factores estresantes emocionales e
interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y
negación de lo ocurrido.

Dicho síndrome, se suele presentar en aquellas situaciones laborales en las que


los excesivos niveles de exigencias, se han vuelto un hábito inconsciente, e incluso,
socialmente valorado. Las consecuencias en la salud de este padecimiento pueden ser
graves: deterioro en las relaciones interpersonales, desgaste o pérdida de la empatía, y
síntomas emocionales y físicos.

En ese orden de ideas, el investigador considera importante, determinar los


factores, tanto organizacionales como personales, que inciden en padecer el mismo, a
fin de que puedan servir de referencia para evitar, en la medida de lo posible, su
padecimiento; tal cual como muestran Maslach y Jackson (1981), quienes lo definen
como un síndrome caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización y
baja realización personal en el trabajo, creando actitudes negativas en los individuos
en relación al trato o comunicación interpersonal que se presente en el lugar de
trabajo.

Siguiéndose a los prenombrados autores, puede decirse que el Síndrome


Burnout, proviene de la respuesta intencional de la acumulación prolonga y excesiva
de estrés laboral, también conocido como síndrome de aniquilamiento, síndrome de
estar quemado, síndrome de desmoralización o síndrome de agotamiento emocional o
profesional; sumado a esto, también cuentan el significado para la persona del

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trabajo que realiza, su propia capacidad de generar estrategias de afrontamiento, la
misión a realizar que a veces genera excesiva implicación en el trabajo y puede
terminar en la deserción o la desatención a los usuarios, pero también a sí mismo
(Mingote, 1998), demostrando de esta forma el conflicto que se genera en las
personas.
Por su parte, Freudenberger (1974), realizó un estudio directamente
organizacional, creando un concepto más homogéneo eligiendo la palabra “Burnout”
y le define como “Sensaciones de fracaso y una existencia agotada o gastada que
resultaba de una sobrecarga por exigencias de energías, recursos personales o fuerza
espiritual del trabajador”, en otras palabras, los individuos se ven sumergidos, en
montones de trabajos, que van periódicamente creando un desgaste, también que van
desmotivando y bajando, los niveles del desempeño en su área de trabajo.
Evidentemente existen varios factores organizacionales y personales que
pueden ser causales para el desarrollo del Burnout en los individuos, los factores
organizacionales son: características del puesto y el ambiente de trabajo, los turnos y
horarios de trabajo, la seguridad y estabilidad laboral, la antigüedad profesional, el
progreso excesivo o el escaso, la incorporación de nuevas tecnologías, la necesidad
de capacitación, miedo a ser desincorporado, la estructura y el clima organizacional,
las relaciones interpersonales, el salario, la estrategia empresarial puede causar el
síndrome, así bien dentro de los factores personales se encuentran: el deseo de
destacar y tener resultados brillantes, un alto grado de auto exigencia, baja tolerancia
al fracaso, perfeccionismo extremo, necesidad de control, sentimiento de
indispensabilidad laboral, la ambición, impacientes y competitivos le es difícil
trabajar en grupo, gran implicación en el trabajo, idealismos, sensibilidad.
Visto de esta manera entonces se tiene a Farber (1983), donde explica la
relación del burnout con el ámbito laboral:
El Burnout es un síndrome relacionado con el trabajo. Surge
por la percepción del sujeto de una discrepancia entre los
esfuerzos realizados y lo conseguido. Sucede con frecuencia
en los profesionales que trabajan cara a cara con clientes

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necesitados o problemáticos. Se caracteriza por un
agotamiento emocional, falta de energía, distanciamiento y
cinismo hacia los destinatarios, sentimientos de
incompetencia, deterioro del auto concepto profesional,
actitudes de rechazo hacia el trabajo y por otros diversos
síntomas psicológicos como irritabilidad, ansiedad, tristeza y
baja autoestima (p. 23).

El autor al mostrar las diversas características del comportamiento que empieza


a tener las personas da a entender, que no sólo afecta los cuerpos y mentes, sino
también, el desenvolvimiento que se podría tener en el área laboral, que sin duda
alguna, incide en la relación personal que tiene quienes la padecen en todo su
entorno, incluyendo el familiar y afectivo, por la irritabilidad, ansiedad, tristeza, baja
autoestima, entre otros.

Ortega & López (2004, p. 141), registran en su estudio, algunas de las


investigaciones que se han realizado comprobando su presencia en “directivos,
maestros, ejecutivos, abogados, trabajadores sociales, vendedores, pero
principalmente en las personas que trabajan en la enseñanza y en el sector salud”.
Argumentan las autoras según su revisión bibliográfica que “Los síntomas son la
depresión, ansiedad, desánimo, fatiga, nerviosismo y falta de concentración, y con
frecuencia se acompaña de úlceras gastrointestinales u otros problemas estomacales,
dolores fuertes de cabeza, problemas para conciliar el sueño o para mantenerlo”.

De igual forma, Maslachy Jackson (1981), sugieren entonces que el síndrome


de Burnout no es un tipo de estrés, “es una consecuencia del estrés crónico cuando ya
no es manejable por quien lo padece por lo tanto es un síndrome de quemarse por el
trabajo” y como manifestaciones, se presenta el “cansancio emocional,
despersonalización y baja realización personal” Gil-Monte &Peiró, (1997, p. 55);
como complemento, también implica unos antecedentes y unos consecuentes, como
parte del mismo proceso de quemarse por el trabajo, según (Moreno, Rodríguez,
&Escobar, 2001, p. 11).

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Algunas variables asociadas al síndrome de Burnout Mira,Salazar, & Urán,
(2005, pp. 43-45), en un riguroso rastreo teórico sobre el síndrome de Burnout,
reúnen desde la perspectiva del riesgo, variables sociodemográficas como, la edad, el
sexo, el estado civil y el número de hijos y la turnicidad, la antigüedad en el cargo, la
carga laboral y el salario como variables ocupacionales.

Así, al analizarse el referido síndrome, con base en los conceptos y resultados


anteriores, puede decirse que el mismo, es observable, no sólo en los profesionales,
sino en todo trabajador, que ejercen labores que involucran largas jornadas con
excesivas cargas mentales y presiones del tiempo y de la forma para cumplir con sus
funciones, o hasta de resultados esperados, tanto en eficiencia, como en eficacia,
como por ejemplo, el realizar a tiempo una declaración de impuesto, el cumplir con
una orden de pedido en el tiempo solicitado, el cumplir con las metas programadas en
un departamento; entre otros.

Pudo determinarse que los factores que influyen en su aparición son tanto
organizacionales como personales, entre las organizacionales se encuentran: el
salario, las jornadas de trabajo, el clima organizacional, el exceso de trabajo, la falta
de distribución de tareas, la evaluación de puestos de trabajo, los incentivos laborales;
mientras que en los factores personales se destaca el miedo a ser desincorporado, el
deseo de superación, la falta de capacitación para desempeñar un cargo, la promoción
personal, la baja autoestima, la falta de aceptación, el deseo de liderar, un alto grado
de auto exigencia, baja tolerancia al fracaso, entre otros.

Una vez contraído el síndrome, el individuo afectado empieza a crear un


sentimiento de pérdida de identidad personal, generando una desatención a los
usuarios y al debido cumplimiento de sus responsabilidades, bajo rendimiento y
también desatención a sí mismo, ocasionado por el conflicto interno que se genera en
él, producto de la enfermedad.

Tales consecuencias, son desfavorables a las empresas y organizaciones porque

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el individuo que presenta el síndrome, no es productivo en su totalidad, pasa a ser
conflictivo, afectando el clima organizacional, dañando la imagen corporativa, en
ocasiones viéndose en la necesidad de requerir reposo médico, aumentando el costo
de la nómina, al contratarse a terceras personas que cubren su puesto laboral;
mientras permanezca de reposo médico, debido a que los afectados, se ven
sumergidos en altos volúmenes de trabajos que genera en ellos un desgaste,
sintiéndose desmotivado y bajando los niveles del desempeño en su área de trabajo.

De igual forma, en lo personal, las consecuencias también son perjudiciales;


tanto a la familia como a la sociedad, en virtud de que el individuo, no tolera con
facilidad las diferencias que puedan existir en cualquier relación, ocasionando daño a
la armonía, por todo se altera o pasa a ser bipolar, donde quienes le rodean deben
estar expuestos al estado de ánimo con el que esté la persona afectada, en el
momento.

Ante tales escenarios, es importante que las personas que llevan el control del
personal, en las empresas y/o organizaciones, realicen evaluaciones de los puestos de
trabajo, para que cubran las necesidades de personal, con individuos que cubran el
perfil de los mismos, cumplan con la debida capacitación, entrenamiento y
distribuyan bien las tareas de sus supervisados; a su vez, detecte con tiempo cuando
algún trabajador esté presentando algunos síntomas del síndrome; para lo que deben
velar para que el personal esté bien remunerado, sea incentivado, disfrute su período
de vacaciones en el tiempo correspondiente y que se disfrute de un buen clima
laboral.

Una de las medidas que pueden implementar las empresas y/o organizaciones
es que el Comité de Higiene y Salud Laboral, que estipula la LOPCYMAT, cumpla
con la recreación de su personal y sus familiares directos, lo cual evita el estrés
laboral, la fatiga y otros síntomas que caracterizan al síndrome.

De igual forma, respetar y cumplir los convenios contractuales, en los casos que

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estén establecidos, como por ejemplo, en las empresas donde celebran el día del
trabajador, el día de las madres, de los padres, las fiestas de fin de año, donde se
inviten a los familiares directos, entre otros compromisos contractuales.

Evitar, en la medida de lo posible, que sus trabajadores acudan a entes externos


en búsqueda de una protección contractual, por incumplimiento interno, para evitar la
desmotivación, causa también del síndrome en estudio.

Cabe destacar, que las reflexiones anteriores, corresponden a trabajadores


dependientes, pero también hay los independientes, es decir, las personas
emprendedoras que son dueñas de sus propios negocios o de libre ejercicio
profesional, como los contadores públicos, los médicos, abogados, ingenieros, los
peluqueros, estilistas, profesores, los comerciantes, entre otros, quienes realizan
diversas funciones y se fatigan con más facilidad por cuanto, no cuentan en muchos
casos, con contrataciones de otro personal para delegar funciones, viéndose con
mayor porcentaje de riesgo de adquirir el síndrome; porque se encuentran solos para
cumplir cabalmente con las exigencias de su clientela, ante los pronunciamientos
profesionales que deben emitir y ante la colocación de lo que la demanda les exige.

En ese sentido, a este tipo de individuos (emprendedores) se les recomienda,


realizar la debida distribución de sus funciones, no llenarse de trabajo sólo por captar
clientes, porque al verse afectado por la enfermedad, baja su nivel de eficiencia y
pierde no sólo su salud, sino también la credibilidad de la calidad de su trabajo.

En el área personal, es importante que el individuo trate de llevar una vida


saludable, fundamentada en los valores éticos y ciudadanos, por cuanto va a
prevalecer el respeto, el amor, la tolerancia, lo que genera un ambiente de armonía,
paz y así, se evita el estrés.

Debe incentivarse la recreación familiar, la afectividad y lo más importante,


no mezclar su situación laboral con lo familiar y viceversa; así, al ocurrir la presencia
de un elemento determinante del síndrome, a nivel organizacional, no es trasladado

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hacia el hogar, manteniendo, de esta forma, su familia blindada.

En líneas generales, se recomienda que se divulgue la existencia de este


síndrome a nivel general, para que al conocerse su existencia y los elementos que lo
causen, se tomen las acciones correspondientes para que se proteja la salud emocional
de los trabajadores, evitando así el efecto que causa tanto a las empresas y
organizaciones, como a la familia y por ende a la sociedad.

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REFERENCIAS

Apiquian Guitart, A. (2007) “EL SÍNDROME DEL BURNOUT EN LAS


EMPRESAS”. Presentación realizada en el Tercer Congreso de Escuelas de
Psicología de las Universidades Red Anáhuac. Mérida, Yucatán.

Farber, B. A. (1983). Stress and burnout in the Human Service Professions. New
York: Pergamon Press.

Fernández López, V. (2019, 28 mayo). Burnout: consumidos por el trabajo.


Recuperado 18 agosto, 2019, de https://www.webconsultas.com/mente-y-
emociones/trabajo-y-tiempo-libre/burnout-consumidos-por-el-trabajo-8363

Freudenberger, H.J. (1974). «Staff burnout». Journal of Social Issues 30: 159-165.

Martínez Pérez, A. (2010) “El síndrome de Burnout: evolución conceptual y estado


actual de la cuestión”. Vivat Academia, Nº. 112.

Maslach, C. & Jackson, S. E. (1981) MBI: Maslach Burnout Inventory Manual. Palo
Alto, CA: Consulting Psychologists Press.

Mingote, J.C. (1998): “Síndrome Burnout o Síndrome de Desgaste Profesional”.


Formación médica continuada. (Versión electrónica) Vol. 5, nº8, pp. 493

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