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Especialización en Educación y Derechos Humanos

Módulo: Educación y género

Clase 1: La diferencia sexual y la pregunta


por el género

¡Bienvenidas y bienvenidos al Módulo Educación y Género!

Hoy comenzaremos a transitar la primera de seis clases en las que abordaremos una serie de
temas vinculados a nuestra intervención docente como sujetos sexuados, pensando en la
diversidad que existe en las aulas. Para ello, nos dedicaremos, en esta primera clase, a
comprender la categoría de género, enmarcada en el campo de las luchas feministas en
base a tres conceptos centrales: sexo, identidad de género y orientación sexual.

Entendemos que abordar las cuestiones de género y diversidad sexual son tareas
imprescindibles en la educación formal para promover cambios en la ciudadanía. La primera
razón que nos impulsa a indagar en estos temas se encuentra presente en la Ley de
Educación Nacional que, en su artículo 92 inciso f, expresa que

“(…) formarán parte de los contenidos curriculares comunes a todas


las jurisdicciones aquellos contenidos y enfoques que contribuyan a
generar relaciones basadas en la igualdad, la solidaridad y el respeto
entre los sexos...”.

Hemos realizado un conjunto de avances legislativos que se plasman en las leyes


de Educación Sexual Integral (2006), Protección integral para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus
relaciones interpersonales (2009), Matrimonio Igualitario (2010) e Identidad de
Género (2012).

Creemos que estas leyes se enmarcan en un proceso más amplio de restitución y ampliación
de derechos, que plasma demandas históricas que culminan en la sanción de nuevas
herramientas que nos resultan útiles para promover cambios en la ciudadanía.

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1. El mundo se ve desde el cristal del que se mira... Y, entonces, nos


ponemos “las gafas violetas”.

¿De qué hablamos cuando hablamos de género? En principio, ya hemos mencionado que se
trata de una categoría de análisis; agregamos ahora que también puede considerarse una
perspectiva crítica que surge de una praxis política que se vincula estrechamente al
feminismo. Aunque el sentido común asocia feminismo como contracara del machismo,
consideramos necesario aclarar que entendemos que feminismo y machismo no se
contraponen; no se trataría, así, de dos formas de pensar el mundo, ni de dos posturas
extremas que expresan lo mismo pero al revés.

Básicamente, porque los feminismos (y el plural ya indica que existen vertientes diferentes
del movimiento), además de que expresan un reclamo de igualdad en términos de derechos
para todas las personas, también plasman variantes teóricas que pretenden comprender
cómo son posibles las desigualdades, cómo se legitiman y especialmente cómo pueden
transformarse esas realidades injustas. Por un lado, los feminismos se vinculan con el
movimiento de mujeres –a través de organizaciones que demandan cambios en su posición
histórica- y con agrupaciones feministas y de diversidades sexuales, (conocidas también como
colectivo LGTTTBI que integran lesbianas, gays, travestis, transgénero, transexuales,
bisexuales e intersex). En conjunto, esta serie de demandas que nuclean diferentes reclamos
son parte de un movimiento heterogéneo, intergeneracional, transclasista y transnacional que
apela a diferentes prácticas en el territorio. Por otro, los feminismos conforman un conjunto
de abordajes críticos a problemas políticos irresueltos que se plantean desde la teoría con la
intención de desnaturalizar el sentido común con el que percibimos la realidad.

Las prácticas feministas elaboran y ponen en juego herramientas que permiten ver y nos
ayudan a comprender algunas formas de injusticia. De ahí la metáfora de “las gafas violetas”:
no se sabe bien por qué el violeta es un color representativo para feministas. Hay quienes
dicen que era el color del humo en el incendio de las trabajadoras textiles por las que se
conmemora, a nivel internacional, el 8 de marzo como Día de la Mujer Trabajadora. Lo cierto
es que enfocar de forma feminista o a través de sus cristales permite hacer visible frente a
nuestros ojos lo que permanecía difuso. Lo que importa subrayar es que este
(re)conocimiento de las desigualdades e injusticias no pretende solo denunciarlas, sino que
nos insta a trabajar: el horizonte es la transformación de esa realidad.

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Entonces, repasando, lo que llamamos “perspectiva de género”, podemos decir que es un


enfoque producto de las luchas y desarrollos feministas, que funciona visibilizando
desigualdades, denunciando injusticias y creando nuevas maneras de concebir las relaciones
entre las personas, para que las diferencias de sexo, género, orientación sexual, pero también
las de religión, etnia y/o edad, entre otras, sean contempladas como expresiones de la
diversidad humana, atravesadas por las desigualdades sociales o de clase que podemos
transformar.

Desechamos, entonces, poner en pie de igualdad las prácticas feministas con las actitudes
machistas: “feminismo” y “machismo” no refieren a posiciones extremas y contrapuestas, ya
que el machismo no es un movimiento social ni una teoría crítica y no sirve como herramienta
de análisis. Pero la principal diferencia con el feminismo es que mientras éste aspira a la
emancipación de las mujeres y la igualdad entre las personas, el machismo pretende
establecer una supremacía masculinista a partir de una serie de prácticas violentas que van
de la exclusión a la eliminación física de aquello signado como “femenino”.

Si desean ampliar y profundizar sobre feminismos, recomendamos que visiten el


blog de la española Nuria Varela, autora de Feminismo para principiantes.
Y si quieren conocer más sobre feminismos nacionales y movimiento de mujeres y
diversidades sexuales en Argentina recomendamos el monográfico de Voces en el Fénix n°
32.

2. ¿Qué significa, entonces, asumir una perspectiva de género?


Asumir una perspectiva de género implica tomar posición teniendo presente que los abordajes
que incluyen la perspectiva de género no refieren exclusivamente a las mujeres, sino
que engloban una serie de problemáticas en relación a la producción de subjetividades de
todas las personas partiendo de cómo siente y expresa su corporalidad, qué deseos y
aspiraciones hace suyas, qué roles se le adjudican y son asumidos o rechazados, qué espacios
se presentan como “apropiados” o “inapropiados” según su sexo y cómo todas estas
cuestiones resultan en expresiones identitarias.

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De forma que podemos partir de una primera conceptualización que entiende el género como
“(...) el conjunto de creencias, rasgos personales, actitudes, sentimientos, valores, conductas
y actividades que diferencian a hombres y mujeres a través de un proceso de construcción
social que tiene varias características. En primer lugar, es un proceso histórico que se
desarrolla a diferentes niveles tales como el Estado, el mercado de trabajo, las escuelas, los
medios de comunicación, la ley, la familia y a través de las relaciones interpersonales. En
segundo lugar, este proceso supone la jerarquización de estos rasgos y actividades de tal
modo que a los que se definen como masculinos se les atribuye mayor valor”. (Lourdes
Benería citada por Maquieira, V. 2001:159)

Detengámonos unos minutos para mirar el siguiente video y observemos cómo se


presenta la construcción social de la diferencia sexual entre varones y mujeres. ¿Cómo se
puede explicar la construcción diferencial de las identidades de género? ¿Qué variables
podrían estar influyendo en esa construcción?

Girl and Boy

Como podemos observar, la asimetría de poder social, que distancia a varones de mujeres,
también puede entenderse como una construcción binaria y jerarquizada entre lo
masculino y lo femenino que no afecta solo a las corporalidades, sino también a la asignación
de espacios, tareas, deseos, derechos, obligaciones y prestigio.

La división de género sobre la base sexual de los cuerpos delinea asignaciones y mandatos
que permiten o prohíben, definen y constriñen las posibilidades de acción de los sujetos y su
acceso a los recursos y oportunidades. De forma que podemos entender lo
femenino/masculino también como productos relativamente estables de procesos de
feminización/masculinización sobre los cuerpos que se clasifican según el esquema binario
varón/mujer, aunque existe suficiente evidencia de que estos dos “polos opuestos”, en
realidad, se conectan a través de una escala con posibilidades intermedias o con fronteras
inestables.

Esta frontera lábil entre sexos resulta más evidente en las personas intersex, cuerpos que,
al cabo de nacer, la ciencia médica detecta lo que denomina “genitalidad ambigua” y propone
intervenir para “corregir” y certificar la pertenencia al sexo “correcto”. Esta decisión de
reasignar a la persona a uno de los dos “polos” sexuales se toma sin la posibilidad de que la
persona, aún un/a bebé, preste su consentimiento o rechace la intervención. Pero el esquema

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binario también es cuestionado por el colectivo transgénero que engloba a travestis y


transexuales, quienes exigen que la ciencia médica no patologice su identidad (e incluso que
el discurso legal modifique las leyes que criminalizan el travestismo o la transexualidad) al
sostener que la autopercepción del género asumido es motivo suficiente para modificar el
registro médico-legal asentado. Este es el sentido de la Ley de Identidad de Género
sancionada en 2012 en nuestro país y que tendremos oportunidad de profundizar en la clase
3.

Fuente: https://entiendesmasg.wordpress.com

Este video, que invitamos a mirar, puede servirnos como síntesis conceptual de
algunas de las cuestiones que revisamos.

Educación en diversidad sexual y de género para colegios de Medellín.

Como bien se desprende del video anterior, la diversidad no es la excepción sino que, por el
contrario, prolifera a pesar de una vigilancia constante que sostiene la idea de que existen
solo dos maneras “correctas” de expresar cuerpos e identidades y solo una de expresar deseo,
la heterosexual; mientras que todo el resto serían anomalías o “desvíos”. Esto nos lleva a
interrogarnos sobre cómo la construcción binaria y jerárquica sobre lo que es la diversidad
humana niega posibilidades de hacer, acceder o expresar a muchas personas que no se
ajustan a parámetros tan estrechos.

Pensemos ahora a la escuela como un sitio de aprendizaje y reproducción de estas normas


de género donde, a veces, sin saberlo, también enseñamos a excluir. Tal como sostienen las
docentes de “Espacios escolares…”:

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“En la escuela se aprende a ser varón y a ser mujer (…) se aprende a ser
heterosexual, a no ser bisexual, ni homosexual, ni lesbiana ni travesti… Y
junto con eso se aprende a despreciar las diferencias.” (Alonso, G. et al,
2007:110)

Volviendo sobre los conceptos que vimos hasta acá:

 Entendemos el “género” no como algo sustantivo o como un agregado cultural al


cuerpo sexuado sino mejor como un término relacional, que se redefine a partir de
un otro/a, no en soledad ni de a dos sino en el espacio social que trabaja imponiendo
ciertos modelos, sancionando otros, introyectando ideales.
 Podemos decir, además, que el género actúa arbitrado por relaciones de poder.
Entendemos aquí el poder en un sentido weberiano, como capacidad de las personas
y grupos de provocar la obediencia de otras personas o grupos incluso en contra de
su voluntad y al margen de la legitimidad y/o justicia de tal ejercicio. El poder, en
tanto relación estructural, puede entenderse como el establecimiento de asimetrías
socialmente arraigadas, lo que supone abandonar la idea de una conspiración
masculina de dominación para subordinar a las mujeres.
 Desde una perspectiva estructural, el privilegio masculino se garantiza precisamente
porque el género se ha convertido en un elemento clave de la organización social
y se despliega y reproduce simplemente poniendo en marcha procedimientos
institucionales de rutina. Esto no quiere decir que este enfoque suponga olvidar los
beneficios que los varones obtienen de este sistema en contextos concretos.

Para reflexionar

Pensemos por un instante las atribuciones y expectativas que desarrollamos frente a una
persona por su primera clasificación: varón o mujer.
¿Cómo debe verse, actuar y hablar?, ¿Qué roles debe cumplir, qué le debe gustar hacer?,
¿Qué sucede si se aparta de la expectativa social?

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Vayamos ahora a la sexuación del cuerpo. Distinguimos tres elementos: el sexo, que lejos
de ser la base “natural” es la materialidad moldeada a partir del género o proceso de
generización que sedimenta en el cuerpo. Entendemos que el cuerpo también es una
construcción cultural, que se constituye como tal en las prácticas que, a lo largo del tiempo,
expresan formas diferenciadas para varones y mujeres. El cuerpo siempre está intervenido
por la cultura, desde antes de llegar al mundo, con discursos que esperan a la niña o niño,
con determinados lugares, nombres, etc. Luego, ese cuerpo se moldeará en gestualidades,
ademanes y será intervenido a lo largo de su existencia con vestimenta, prótesis, fármacos,
operaciones, dietas, ejercicios, etc., no solo físicamente, sino también simbólicamente a
través -por ejemplo- de la introyección de modelos sobre lo que una u otro puede hacer, qué
partes se pueden mostrar, cubrir, decorar, qué cuerpos se consideran bellos, aptos,
armónicos, etc.

Un segundo elemento, entonces, será la asunción de una identidad de género, que es algo
que construimos cotidianamente, de forma constante e ininterrumpida, todas y todos. Esta
identidad de género, se traduce en formas de expresar lo que socialmente consideramos
femenino/masculino, con sus formas tradicionales y disruptivas.

El tercer elemento es la orientación sexual que, desde el esquema binario y jerárquico, se


contempla exclusivamente como heterosexual. La “normalidad” que se adjudica a esta
expresión se expresa mejor con el término de “heteronorma”, como ley no escrita pero
operante que excluye la diversidad o la incluye como marginal o “desviada”. La orientación
sexual, entonces, puede ser heterosexual, homosexual, lésbica o bisexual.

La igualdad de derechos implica que las diferencias de sexo, género, orientación sexual, así
como aquellas basadas en la diversidad étnico cultural, las diferencias de clase o de cualquier
otro tipo no pueden esgrimirse como razones válidas para negarle el derecho a la educación
(a aprender y a enseñar), a la salud integral, a una vida libre de violencias, a la identidad y
a la realización personal que implica elegir a quien amar y formar una familia, a cualquier
persona o colectivo humano.

3. ¿Por qué resulta útil una perspectiva de género en las prácticas


educativas?

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Entendemos que una perspectiva de


género desde los Derechos Humanos es
fundamental porque todas y todos
ejercemos, de forma natural e
inconsciente, una perspectiva de género
desde el sentido común en donde
naturalizamos, muchas veces, formas
injustas de relacionarnos. Es por eso que
una perspectiva de género crítica analiza
las relaciones de género y no aborda -
como hemos dicho- estudios
exclusivamente de o sobre mujeres. Esto
se evidencia en las aproximaciones críticas a las diversidades sexuales y los Estudios de
Masculinidades, abordajes que constituyen otras formas de contemplar las cuestiones de
género y diversidad sexual y nos resultan útiles para revisar y poner en cuestión nuestras
prácticas educativas.

Partimos de los derechos de las mujeres y las diversidades sexuales plasmados en un


conjunto de leyes. Es decir que, su incumplimiento, su negación implica un acto violatorio de
derechos humanos por parte de agentes del Estado, o sea, por parte de quienes son la cara
visible del Estado en las instituciones: directivos y/o docentes. La escuela puede ser el lugar
de reproducción de prácticas que hemos heredado sin cuestionar o ser el lugar en el que las
formas injustas, desiguales que hemos naturalizado puedan ser transformadas, para cambiar
esas cotidianas y naturalizadas formas de discriminación que abonan a las formas de
exclusión.

El enfoque, desde la crítica feminista, que someramente presentamos, intenta poner en


marcha prácticas inclusivas y formas de abordaje crítico del sentido común instalado.
Entendemos que este enfoque no sólo es necesario en las prácticas escolares
sino imprescindible, al menos por dos razones:

 Primero, porque apela a la interseccionalidad, lo que nos permite pensar en


múltiples opresiones que se traman de forma compleja. Es decir, niñas y niños pueden
tener diferentes oportunidades y esto constituir una “brecha de género”, pero también
debemos pensar que existen diferencias entre niñas de distintas clases sociales o

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etnias culturales. No todas tendrán el mismo acceso y esto exige la necesidad de


políticas públicas de Estado para disminuir la falta de oportunidades. La
interseccionalidad entiende que hay diferencias entre mujeres y varones, pero estas
se intersectan con otras coordenadas a tener en cuenta: es decir que, a la diferencia
de género, le podemos cruzar las diferencias de orientación sexual, clase, etnia y
también aquellas producidas por el status social o el nivel de estudios alcanzado, la
espacialidad que se habita, la edad, etc.
 Y en segundo lugar, porque este enfoque apela a abordajes interdisciplinarios o
transdisciplinarios. ¿Qué quiere decir esto? Que, para nuestra aproximación a las
cuestiones de género en la educación, nos nutrimos de disciplinas tales como
la historia, la lingüística, el derecho, la comunicación en donde feministas han hechos
ricos aportes a los campos del saber: desde la historia de opresión de las mujeres a
las cuestiones del sexismo en lenguaje o de representación de las diferencias de
género en el arte y los medios, pasando por la dimensión pedagógica de las leyes que
contemplan políticas públicas de género hoy.

Para cerrar… (provisoriamente)

En el recorrido que planteamos para las siguientes clases pondremos énfasis en la


especificidad de la docencia y en las aproximaciones a la pedagogía y didáctica feminista
que revisitan currículums, libros de texto, prácticas pedagógicas y espacios institucionales
con “las gafas violetas”. Es lo que nos proponemos en este módulo. Si la escuela puede ser
el lugar de resistencia y transformación de las formas discriminatorias es porque las y los
docentes somos protagonistas de esta historia y podemos -y debemos- desmontar el
sentido común que circula en discursos sociales que atraviesan la escuela, los medios de
comunicación, el club, el barrio y la familia. ¡La seguimos en la próxima clase!

Actividades
Socializamos recursos

Les proponemos comenzar a usar las “gafas violetas” con un pequeño


ejercicio que servirá como insumo para el avance que deben elaborar para
la clase 04.

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Durante las siguientes dos semanas trabajaremos con una herramienta


digital llamada “Padlet”. El Padlet funciona como un muro donde cada
cursante podrá entrar y compartir una publicación, una imagen, un recurso
audiovisual. En este muro la idea es que podamos compartir algún material
que nos sirva para reflexionar sobre lo que venimos realizando en torno a
estos temas o sobre lo que nos parece que podríamos trabajar (por ejemplo,
si venimos trabajando desde la ESI, situaciones de violencia en el noviazgo
podemos compartir una foto, una cartelera, una noticia local que sirva
como recurso pedagógico).

La aplicación es muy sencilla de usar, verán que es muy intuitiva. Se trata de


una herramienta que se aprende a usar con facilidad. No obstante, les
acercamos un tutorial para quienes deseen conocer trucos y posibilidades a
través de algunas indicaciones útiles.

¿Cómo nos organizamos para trabajar?

Una vez que pensamos y decidimos qué recurso compartir, les pedimos que
entren al muro, y cuando se despliegue la ventana, coloquen su nombre,
apellido y localidad, peguen lo que desean compartir con una muy breve
descripción del material elegido. En el foro creado para tal fin, podremos
contar un poco más de nosotras/os y profundizar en la elección del recurso y
por qué creemos que nos ayuda a pensar en una intervención áulica o
institucional desde una perspectiva de género.

Les pedimos, entonces que utilicen este Foro de Intercambio para


presentarse muy brevemente con sus compañeras/os: ¿quiénes son y de
dónde? ¿Qué experiencias han transitado y por qué podrían vincularlas a los
temas que aborda el módulo? ¿Qué expectativas les suscita este módulo?

También es el espacio para intercambiar sus reflexiones y experiencias sobre


el recurso compartido. Como orientación, imaginen que este foro es ese
espacio privilegiado de discusión y consensos que creamos en nuestras aulas.

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Bien, recapitulemos:

La idea es que recuperen alguna situación áulica o institucional en


donde ustedes ejercen la docencia que pueda ser pensada desde una
perspectiva de género: puede ser alguna experiencia que quieran
socializar, algún tema que les parezca que puede servir para traer al debate
los derechos de las mujeres, niñas/os, adolescentes, las diversidades
sexuales, las formas en la que nos relacionamos en las aulas, los pasillos y
las redes sociales quienes integramos la comunidad educativa, etc.

Una vez hayan pensado en esa situación, elegimos un recurso que pueda
ilustrar la situación y lo publicamos en el muro algún/os recurso/s que den
cuenta de la misma. Por ej: si hemos participado y/o trabajado al respecto de
la Marcha “Ni Una Menos”, podemos publicar la nota del diario local o elegir
una canción que represente esa situación, un video o una imagen. Tengan en
cuenta que estamos recuperando experiencias que involucran el ámbito
educativo y que puedan ser enfocadas con nuestras “gafas violetas”.

Recuerden que el muro digital que estamos usando admite diversos recursos:

 Videos
 Imágenes
 Notas periodísticas
 Otros

Para finalizar, les pedimos que justifiquen sus elecciones en el Foro de


Intercambio.

Esta actividad se llevará a cabo durante las dos primeras


semanas de cursada.

Bitácora (Actividad optativa)

Les proponemos armar una bitácora que las/os acompañe durante todo el
postítulo. Con esta actividad comenzamos un proceso que culminará con la

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última materia de nuestro recorrido. El objetivo es que ustedes puedan


registrar su paso por cada módulo durante toda la trayectoria. Esta es una
propuesta, no es condición de aprobación de ninguna materia.

En esta primera ocasión, les proponemos elaborar un texto de entre 15 y


20 líneas a partir del siguiente interrogante: ¿Cómo llego al módulo de
Educación y género?

Pueden relatar su paso por otros módulos y también sus ideas respecto de
lo que van a encontrar en esta nueva materia. Pueden acompañar el texto
con una imagen, canción y/ o video, es un espacio libre de reflexión para
ustedes.

Les proponemos que nombren al texto "Mi trayectoria en el postítulo". Les


contamos también que si quieren lo pueden compartir en su perfil, de esta
manera podremos ver lo que escriben quienes formemos parte del aula que
estén cursando. Recuerden que en este caso la información que incluyan
será pública.

Les dejamos un tutorial de ayuda y quedamos a disposición para lo que


necesiten.

Lectura de la consigna del trabajo final (ACTIVIDAD OPTATIVA)

Les proponemos leer la consigna del trabajo final para que puedan avanzar
en la elaboración del mismo a medida que avanzan en la lectura de las
clases y materiales.

Bibliografía Básica
 Alonso, G.; Herczeg, G.; Lorenzi, B.; Zurbriggen, R. (2006) “Espacios escolares y
relaciones de género. Visibilizando el sexismo y el androcentrismo cultural” en Hacia
una pedagogía feminista. Géneros y Educación Popular, Pañuelos en Rebeldía (2007),
pp.107-128. Buenos Aires, Editorial El colectivo.

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Bibliografía complementaria
 Araya Umaña Sandra (2004): “Hacia una educación no sexista” en Revista Electrónica
“Actualidades Investigativas en Educación” , Volumen 4, Número 2.
 Entrevista a Gracia Trujillo / Profesora y experta en políticas feministas y LGTB-
queer: “La institución educativa no permite la libre expresión de los cuerpos y de los
afectos” en Dossier sobre adolescencia y transexualidad Trabajadores/as de la
Enseñanza pp. 7-9 y de 10-19
 Cuadernillo “No se nace heterosexual” por Colectiva Feminista La Revuelta (Neuquén),
junio, 2010.

Cómo citar este texto:

Especialización Docente de Nivel Superior en Educación y Derechos Humanos (2016).


Educación y género: Clase 1: La diferencia sexual y la pregunta por el género.
Especialización en Derechos Humanos. Buenos Aires: Ministerio de Educación y
Deportes de la Nación.

Esta obra está bajo una licencia Creative Commons

Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0

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