¿LA ADMINISTRACIÓN EFICAZ ESTÁ ENTRE LA ÉTICA Y EL HUMANISMO?

GINA MARCELA VALENCIA MEZA

ADMINISTRACIÓN EN SALUD

DR. ANDRES EDUARDO CAMPO RIVERA

UNIDAD CENTRAL DEL VALLE DEL CAUCA

FACULTAD DE SALUD

MEDICINA

TULUÁ

2019
INTRODUCCIÓN

En la segunda mitad del siglo XVIII llego un fenómeno a Gran Bretaña que trajo
consigo una serie de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales que
revolucionaron las formas tradicionales de trabajo, pasando de una economía rural a
una urbana, donde los procesos dejaron de ser ejecutados manualmente a ser
industrializados y mecanizados.

En este suceso que cambio la historia de humanidad, aparecen las grandes

superficies que llevan a la deshumanización por lo cual, se llega a la dominación y
alienación por el trabajo. Uno de los primeros pensadores fue Frederick Winslow
Taylor, quien propuso desarrollar una ciencia del trabajo y una administración
científica, donde su objetivo era medir tiempos y movimientos para ser más eficientes
en las tareas. Años después aparece una nueva etapa del capitalismo moderno que es
denominado el fordismo, que se caracterizaba por la existencia de empresas de
producción a gran escala, apostándole a alta división del trabajo. Y así, a través de los
años fueron surgiendo grandes pensadores que proporcionaron aportes
fundamentales a la administración de empresas.

En el devenir de los años, de estudiar y debatir teorías para mejorar y alcanzar alto
rendimiento en las organizaciones, llega una etapa la cual, empieza a ser analizado el
ser humano como un costo que se intenta reducir, un recurso más de las empresas.
Pero prontamente se inicia un análisis que pone en evidencia que este “recurso” es el
eje central, el cual estaba siendo abusado, sin tener concientización y motivación por
el bienestar que requiere.

Por esto, se abordan dos vertientes que llegan a un gran interrogante ¿Es viable tener
una administración que contemple al trabajador como un ser humano integro y al
mismo tiempo, se logre alcanzar altos indicadores de rentabilidad?.

DESARROLLO

Es claro que las empresas son creadas con fines lucrativos, con objetivos de
crecimiento y posicionamiento en el mercado. Para lograr esto, se implementan una
serie de procesos, estándares que llegan a una cadena organizada, permitiendo
eficiencia y eficacia para tener el fin propuesto. Pero lo anterior, no se puede culminar
sin poner en primer plano lo humano.

Desde tiempos remotos, se habla de una premisa básica para la creación de cualquier
organización social, que este a la altura de la conciencia moral, y es “el respeto por la
dignidad humana”. Se habla de dignidad cuando cada una de las personas tiene
derecho a satisfacer sus necesidades fundamentales, y para lograr esto en una
empresa u organización, es necesario que el empleado sea tratado como una
inversión y no como un costo. Creer en la posibilidad de que un ser humano, pueda
separar su vida civil de la vida económica es absurdo, además, en esta separación,
termina siendo la vida económica el polo dominante. Esto finalmente termina en
humanos orientados hacia las utilidades, generando así una sociedad individualista.

Pero nuevamente nace el interrogante, ¿es posible humanizar al empleado y al mismo

tiempo generar rentabilidad? Si es posible. Esto lo demuestran grandes empresas y
compañías, por ejemplo, Google, con 85.000 empleados en el 2018, lo ha logrado.
Estos saben que ser una empresa innovadora pasa por las personas y que sin una
buena gestión de la retención y la atracción del talento, y sin propiciar un entorno
interno no se consigue innovar. Cualquier decisión relacionada con las personas se
toma en función de análisis y datos, por ejemplo, Para Google los líderes son
esenciales para conseguir el máximo rendimiento de los equipos y retener el talento,
así que decidieron investigar cuáles eran las 8 características de los grandes líderes
de la compañía. Identificaron que más que conocimientos técnicos, los mejores líderes
eran los que se relacionaban de forma más personalizada con sus empleados y los
que ejercían un “coaching” más cercano con ellos. Además, justamente este punto era
el más valorado por la gente. En base a esto, dos veces al año todos los gerentes son
valorados en relación a estos 8 factores por parte de sus equipos.

La ecuación es sencilla, si las grandes potencias han demostrado que un trato

humanizado hacia sus empleados, es rentable. Entonces la idea de deshumanizar al
empleado es ilógica. La capacidad de crear, adaptarse, e innovar, es inherente del ser
humano, y estas cualidades potenciadas, crean un empleado, productivo, capaz de
cumplir con las utilidades esperadas por la empresa.

CONCLUSIÓN

El ser humano es por naturaleza racional, y emocional. Cuando se contrata un

empleado no es posible contratar solo su parte racional, por lo tanto, su desempeño
siempre es inherente a su humanidad. De esta manera, considerar los asuntos
administrativos como parte aislada de los aspectos de la vida de una sociedad, es un
error, y así mismo, es la piedra para el éxito de cualquier organización. Se entiende
así, que el centro de toda organización es el ser humano, con toda su carga
emocional, y racional. Y la única forma de lograr el éxito, es generando un mejor
ambiente para ellos, de esta manera se garantiza el fin último de las organizaciones,
cumplir sus objetivos con eficacia y eficiencia.