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Regula el Código Civil el contrato de sociedad en el Libro IV, Título XXVI,


(artículos 1957 a 2019, ambos inclusive) bajo la denominación "De la Sociedad" y
con el siguiente esquema estructural:

TITULO XXVI. DE LA SOCIEDAD.

Parágrafo Primero. REGLAS GENERALES.

Parágrafo Segundo. DE LAS DIFERENTES ESPECIES DE SOCIEDAD .

Parágrafo Tercero. DE LAS PRINCIPALES CLÁUSULAS DEL CONTRATO DE


SOCIEDAD.

Parágrafo Cuarto. DE LA ADMINISTRACION DE LA SOCIEDAD


COLECTIVA.

Parágrafo Quinto. DE LAS OBLIGACIONES DE LOS SOCIOS ENTRE SI.

Parágrafo Sexto. DE LAS OBLIGACIONES DE LOS SOCIOS CON RESPECTO


DE TERCEROS.

Parágrafo Séptimo. DE LA DISOLUCION DE LA SOCIEDAD.

Podemos encontrar la sociedad civil y su regulación en el código civil cuya


evolución normativa y teleológica nos ha llevado a la necesidad de distinguir el
viejo modelo de la ’ ’   cuyo desarrollo ha culminado en un sistema
dual en dos sentidos: Por un lado la sociedad diferenciada por su naturaleza
(civil y mercantil) con fin lucrativo, y por otro lado la asociación que no tiene fin
lucrativo.

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El artículo 1957 C.C., recoge que "Sociedad o compañía es un contrato en que


dos o más personas estipulan poner algo en común, con el fin de dividir entre sí
los beneficios que de ello provengan."

De dicha definición el primer carácter a destacar es su simplicidad pero que los


diferentes autores y la doctrina jurisprudencial ha estudiado para extraer los
elementos esenciales de la sociedad.


d  En el 1957 se establece la sociedad como un contrato aunque de forma
diferente a los contratos bilaterales y en donde, según la jurisprudencia, la
convergencia de intereses sustituye a la oposición de intereses que se da en los
contratos con carácter general. Para algunos autores esto no supone una
naturaleza contractual sino "un acto colectivo, de carácter unilateral" que es lo
que da origen a la sociedad y no un contrato propiamente dicho.

  Como elementos de la sociedad podemos distinguir una pluralidad de


sujetos, un patrimonio común, la finalidad de obtener una ganancia a distribuir
y la existencia de 

  ’ ’, que ahora estudiaremos; en general,


podemos, con ánimo clasificatorio, distinguir aquellos elementos que tanto para
la doctrina como para la jurisprudencia son esenciales de aquellos en los que
existen diferentes posicionamientos en cuanto a su esencialidad o no para el
contrato de sociedad:

Y Elementos esenciales del concepto de sociedad serían por un lado la


c d , por otro lado la dd  movidos por
una comunidad de contribución y su   d.

El primero de ellos como un patrimonio en común de dinero, bienes o industria


con objeto lícito en los términos del artículo 1959 del Código civil y cuya
finalidad es la obtención de un lucro que puede ser compatible con otros
intereses económicos o incluso ético-morales, ideales, etc. Se identifica así la
causa del contrato de sociedad con una causa identificada con el fin común (no
con el ánimo de lucro) y que puede ser individual, plural, fungible y compleja
en cuanto a los distintos fines que persiga.

El segundo (comunidad de contribución) supone un fin compartido y


promovido por todos los socios en común y cuya voluntad se forma en un
primer momento atendiendo a ese fin perseguido pero que posteriormente se
va a regir por determinadas reglas impuestas por ellos mismos y cuya
modificación o mantenimiento se fundamentará siempre en esa voluntad
común inicial de fin compartido.

El tercero de los elementos esenciales es el origen negocial de la sociedad. Como


ya hemos dicho en la actualidad algunos autores niegan la idea contractual de
la sociedad, pero su origen negocial se deriva, en cualquier caso, del propio
precepto estudiado (1597 C.C.). El citado negocio tiene un aspecto contractual y
otro institucional y, asimismo, podemos distinguir una naturaleza obligatoria y
una naturaleza organizativa.


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