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MODELO SOCRÁTICO

ORÍGENES DE LA PRÁCTICA SOCRÁTICA

Autoras: Alejandra Eyzaguirre, Mercedes Hurtado, Verónica Merino, Pelusa Orellana, Magdalena
Vial. Editorial Cuatro Vientos. 2003, Santiago, Chile

Resumen del “Manual para Seminarios Socráticos”

Conócete a ti mismo, solía decir Sócrates hace más de 2.400 años, cuando, sin guías
metodológicas, mallas curriculares ni título de profesor, se paseaba por las calles atenienses
rodeado de jóvenes en quienes buscaba despertar el asombro ante la verdad. Y el conocerse a sí
mismo era el fruto de aquella profunda reflexión, del crecimiento que se iba produciendo
mediante preguntas esenciales acerca de la vida, la verdad, el bien y la belleza. Sócrates era un
maestro poco convencional, y esta metodología hizo que lo declararan culpable de corromper a la
juventud, llevándolo finalmente a morir envenenado.

Sin embargo, además de sus enseñanzas en el campo de la filosofía, esta metodología, conocida
como la mayéutica, traspasó los siglos y se instauró formalmente en la educación universitaria en
diversas épocas, y particularmente a comienzos del siglo XX. (…)

Los dos principales objetivos de los Seminarios Socráticos apuntan al desarrollo intelectual, que se
da a través del pensamiento crítico, el análisis, síntesis y evaluación de ideas y conceptos, y el
desarrollo de habilidades sociales que se da a partir del desarrollo de la capacidad de expresarse y
de escuchar a los demás.

Una de las ideas más poderosas en Sócrates es que sólo a partir de la ignorancia es posible
comenzar a buscar el conocimiento. En la Apología se cuenta que una vez visitó a un sabio
eminente y que después de conversar con él, reflexionó: “Ciertamente yo soy más sabio que este
hombre. Es muy probable que ninguno de nosotros tenga algún conocimiento del cual jactarse,
pero él cree saber algo que no sabe, mientras que yo estoy muy consciente de mi ignorancia. En
todo caso, parece que yo soy más sabio que él en este pequeño grado: que yo no creo saber lo que
no sé”. Aplicado a la pedagogía, Sócrates nos muestra cómo el alumno que es capaz de asombrarse
ante su ignorancia da el primer paso hacia el conocimiento. Sólo así se puede alcanzar una vida
mejor, y para Sócrates esta era la verdadera misión de su vida: examinar a diario la virtud, el mayor
don que los hombres tienen.

Para Sócrates, el educador es semejante a la partera. Tomó este ejemplo de su propia madre,
quien ejercía esta profesión (de ahí el término “mayéutica”). Su tarea es ayudar a los alumnos a
sacar hacia fuera todas esas grandes ideas a través de preguntas, de la indagación constante, de la
exploración de los conceptos, ideas o valores hasta encontrar la verdad. Al igual que su madre, él
no engendraba el conocimiento, sólo ayudaba, a través de las preguntas, a que saliera a la luz.

Si lo propio del intelecto es la búsqueda de la verdad, y ésta se encuentra en las cosas, la tarea más
importante del educador es precisamente ayudar a los alumnos a buscarla con interés, penetrando
en el fondo de las ideas, desarrollando esa capacidad de asombro ante la realidad, analizando,
entendiendo y reflexionando.

Este verdadero ejercicio intelectual constituye la razón de ser del hombre, aquello que lo define
como único y racional. El hombre ha sido hecho para pensar desde sí mismo, y es precisamente a
través del ejercicio de la filosofía que logramos hacerlo.

La principal responsabilidad de los educadores está, por tanto, en despertar el asombro en sus
alumnos y de ahí gatillar la inquietud y el desafío por abordar la realidad circundante desde el
pensamiento. Y el Aula Socrática, tan antigua y novedosa a la vez, surge como la forma más natural
de hacerlo.

CARACTERÍSTICAS DE LA PRÁCTICA SOCRÁTICA

La Práctica Socrática consiste en la exploración profunda de las ideas mediante el diálogo, a partir
de la lectura y análisis de un texto determinado. En palabras de Adler, “una forma de enseñar…
mediante el uso de preguntas y la conducción de diálogo, ayudando a los alumnos a elevar sus
mentes desde un estado de comprender o apreciar menos hacia un estado de comprender o
apreciar más”. La conversación se inicia y gira en torno a una pregunta central, conocida también
como pregunta de apertura, y va generando a su vez nuevas preguntas y respuestas que
eventualmente guían al alumno a descubrir nuevos conocimientos.

SEIS TIPOS DE PREGUNTAS SOCRÁTICAS

El cuestionamiento Socrático está en el meollo del pensamiento crítico y un buen número de estas
tareas se apoyan en los 6 tipos de preguntas Socráticas de RW Paul, Critical Thinking (Santa Rosa,
California: Foundation for Critical Thinking, 1992 (six types of Socratic questions)

1- Preguntas Conceptuales Aclaratorias

Estimule a sus estudiantes a pensar más reflexivamente respecto a qué es exactamente lo que
están pensando o lo que están preguntando. A demostrar los conceptos que apoyan sus
argumentos. Básicamente son preguntas que les ayudan a profundizar más.

¿Por qué dice usted eso?; ¿Qué quiere decir exactamente esto?; ¿Cómo se relaciona esto con lo
que hemos venido hablando, discutiendo?; ¿cuál es la naturaleza de…..?; ¿Qué es lo que ya
sabemos respecto a esto?; ¿Puede darme un ejemplo?; ¿Lo qué usted quiere decir es…..o…..?;
¿Por favor, puede re frasear lo que dijo?

2- Preguntas para comprobar conjeturas o supuestos

Comprobar conjeturas en busca de la verdad, hace que los estudiantes piensen acerca de
presuposiciones y creencias no cuestionadas en las que están basando sus argumentos. Esto les
sacude las bases en las que se están apoyando y con eso se pretende que hagan avances a terreno
más sólido.
¿Qué más podríamos asumir o suponer?; ¿Parece que usted está asumiendo que……?; ¿Cómo
escogió esos supuestos?; ¿Por favor explique por qué o cómo?; ¿Cómo puede usted verificar o
negar esa conjetura, ese supuesto?; ¿Qué pasaría si…?; ¿Usted está de acuerdo o en desacuerdo
con….?

3- Preguntas que exploran razones y evidencia

Cuando los estudiantes dan a sus argumentos explicaciones razonadas, ayúdelos a profundizar en
ese razonamiento en lugar de suponer que es algo que se da por sentado. Las personas con
frecuencia utilizan apoyos que no han sido suficientemente pensados o soportes pobremente
comprendidos para sus argumentos.

¿Por qué está sucediendo esto?; ¿Cómo sabe usted esto?; ¿Puede mostrarme?; ¿Me puede dar un
ejemplo de eso?; ¿Cuáles son las causas para que suceda….? ¿Por qué?; ¿Cuál es la naturaleza de
esto?; ¿Son estas razones suficientemente buenas?; ¿Podría defenderse en un juicio?; ¿Cómo se
podría refutar?; ¿Cómo podría yo estar seguro de lo que usted está diciendo?; ¿Por qué está
pasando …?; ¿Por qué? (siga preguntando); ¿Qué evidencia existe para apoyar lo que usted está
diciendo?; ¿En qué autoridad o experto basa su argumento?

4- Preguntas sobre puntos de vista y perspectivas

La mayoría de los argumentos se dan desde una posición o punto de vista particular. Ataque
entonces la posición para mostrar a los estudiantes que existen otros puntos de vista igualmente
válidos.

¿De qué otra manera se podría mirar o enfocar esto…. parece razonable?; ¿De qué otras maneras
alternativas se puede mirar esto?; ¿Podría explicar por qué es esto necesario o beneficioso y a
quién beneficia?; ¿Cuál es la diferencia entre… y …?; ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de…?;
¿Cuál es la similitud entre … y …?; ¿Qué se podría decir sobre esto …?; ¿Qué pasa si usted compara
… y …?: ¿Qué contra argumentos se podrían usar para ….?

5- Preguntas para comprobar implicaciones y consecuencias

Los argumentos que dan los estudiantes pueden tener implicaciones lógicas que se pueden
pronosticar o predecir. ¿Tienen sentido? ¿Son deseables?

¿Y entonces qué pasaría?; ¿cuáles son las consecuencias de esa suposición o conjetura?; ¿Cómo
puede … usarse para …?; ¿Cuáles son las implicaciones de …?; ¿De qué manera … afecta …?; ¿En
qué forma … se conecta con lo que aprendimos antes?; ¿Por qué … es importante?; ¿Qué está
insinuando usted?; ¿Por qué es el mejor …? ¿Por qué?; ¿Qué generalizaciones puede usted hacer?

6- Preguntas sobre las preguntas


También puede usted volverse reflexivo sobre todo el tema, volteando las preguntas hacia las
preguntas mismas. Usando las preguntas formuladas por los estudiantes en contra de ellos
mismos. Devuélvales el balón a su propia cancha.

¿Cuál era el punto de formular esta pregunta?; ¿Por qué cree usted que formulé esa pregunta?;
¿Qué quiere decir eso?; ¿Cómo aplica … en la vida diaria?

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